Subido por Ana Luisa

PSIC ADOLESCENCIA ENSAYO1

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UNIVERSIDAD DE BAJA CALIFORNIA
CAMPUS COLIMA
MAESTRIA EN EDUCACIÓN
EN EL ÁREA DE MATEMÁTICAS
PSICOLOGÍA DEL ADOLESCENTE
Mtro. Jesús Anarbol Cayeros Sánchez
ENSAYO
Principales conductas de riesgo a las que están expuestos
los adolescentes en el sistema educativo actual
Alumna: Ana Luisa González Godínez
Fecha: 16 de mayo de 2020
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Introducción y Desarrollo
La adolescencia es un periodo de crecimiento y desarrollo humano que sucede
después de la niñez y hasta antes de la edad adulta según la Organización Mundial de la
Salud (OMS), afirma que este periodo está comprendido entre los 10 y los 19 años de
vida.
Durante esta etapa se comienzan a experimentar cambios a nivel físico como
emocional en el desarrollo que son de suma importancia, pero que van más allá de una
madurez física y sexual, estas experiencias incluyen la trasformación a una
independencia social que está sujeta a factores económicos, étnicos y culturales, que
ayudarán a construir el desarrollo de una autonomía e identidad propia, es decir; la
adquisición de las capacidades necesarias que servirán de base para el cambio a la edad
adulta. Sin embargo, también constituye una etapa de grandes riesgos, durante la cual el
contexto social puede influir considerablemente en el individuo marcándolo de manera
trascendente a lo largo de toda la vida, debido a que aún no existe una madurez a nivel
cognitivo en la corteza prefrontal del cerebro “autoconciencia” y que es fundamental
para poder controlar las emociones, la toma de decisiones y enjuiciamiento, por lo que
esa inmadurez en el adolescente conlleva a conductas de riesgo que son nocivas y
dañinas para su salud física y mental. (Secretaria de Educación Pública, 2018)
Así pues; podemos considerar que las conductas de riesgo son los
comportamientos que indican un efecto placentero inmediato, pero carecen de una
valoración provocando consecuencias irremediables.
Es por ello que, en esta etapa sus conductas a nivel educativo son
trascendentales, puesto que los adolescentes están en un periodo crucial en el que
perciben realidades dentro de su entorno escolar.
Las conductas de riesgo a las que están expuestos dentro de la escuela van desde
la valoración de sí mismo, debido a la carencia de afectividad, comprensión, atención y
quizá a la excesiva sobreprotección o represión y mal trato que viven en el núcleo familiar;
por lo que emocionalmente su autorreconocimiento y autoestima están menospreciados,
consecuencia de esto comienzan a buscar compañías inapropiadas entre jóvenes
mayores o adultos que les complementen ese vacío que tienen.
Dentro de esa carencia o necesidad los adolescentes y los jóvenes son el sector
social más vulnerable de desarrollar una adicción, comienzan con el consumo de alguna
droga depresora, estimulante o alucinógena como lo es el alcohol, el tabaco, la
marihuana, los inhalables, las benzodiacepinas, anfetaminas, metanfetaminas, la
cocaína, entre otras; alterando el funcionamiento del sistema nervioso central,
provocando una descoordinación motora, desequilibrio, sueño, desinhibición o euforia;
por tanto si un alumno esta bajo los efectos de alguna droga del tipo que sea, su sistema
nervioso y organismo en general lo detectará de inmediato, por lo que se reflejará en un
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descenso brusco en el rendimiento escolar, puede propiciar conductas delictivas como:
la agresión física o verbal a miembros de la comunidad educativa, el maltrato a la
infraestructura del plantel, falta de respeto a sus maestros y compañeros, hasta llegar a
poseer algún objeto punzocortante o arma de fuego, entre otros, debido a la falta de
autocontrol de sus emociones, por lo que pone es riesgo la integridad de sí mismo y la
de los demás miembros de la comunidad. (Mendoza, 2017)
Otro factor de riesgo escolar son las conductas antisociales; que por ende no se
perciben directamente, ya que hay alumnos que son aislados, tímidos y asumen su propio
ritmo de trabajo, sin embargo; tienen la necesidad de ser escuchados o aceptados por
los demás compañeros del grupo; y en muchos de los casos son los elegidos para
hacerles bullying, pero en otros tantos son vulnerables debido a que reaccionan con
violencia. En esta etapa también existe frustración, debido a la discriminación o
comparación en cuanto a sus diversas capacidades o estatus social, en el que se percibe
una distinción en el querer ser, hacer o tener algo en común con los demás o con el grupo
al que pertenecen, la búsqueda de empatizar y ser reconocidos. (Agüero, 2018)
Por lo cual, si un chico busca ser aceptado; sabiendo que la compañía no es la
adecuada, pero por el hecho de pertenecer a ese grupo en particular se siente bien y se
da valor para hacer algo, comienza a modificar sus conductas, incurriendo en acciones
negativas que van en contra de su formación académica, afectando de igual manera su
rendimiento escolar.
Los conflictos y pleitos entre compañeros es otra de las causas, como se mencionó
anteriormente, no hay un autocontrol de sus emociones ni una madurez para asumir el
grado o nivel del problema; por muy simple o sencilla que pueda ser la solución, se llega
hasta un problema de violencia que afecta en él, en sanciones o castigos; como una
medida disciplinaria moderada hasta una suspensión parcial o definitiva de la institución,
dependiendo de la gravedad de los hechos.
Y no una menos importante, el abandono escolar o deserción; cuantas veces nos
damos cuenta que algún chico deja de asistir a clases; quizá algunos comienzan con
volarse la clase que menos les agrada, otros más en no llegar a la escuela, poniéndose
en riesgo por no estar en el lugar que de alguna manera da protección y confianza a los
padres de familia; circunstancias que se dan por aburrimiento o falta de interés; pero
aunado a esto, el abandono a la escuela con frecuencia se da más por la necesidad de
incorporarse a la vida laboral a temprana edad, ya que en sus familias el nivel económico
o sus necesidad primarias son escasas y tienden a recurrir al ingreso del hijo adolescente
para complementar el ingreso familiar, por lo que es consecuencia de que lleguen a la
escuela cansados, no logran los aprendizajes esperados y no cumplen con las
actividades intra y extraclase, debido al poco tiempo que disponen por trabajar y estudiar
a la par; esto ocasiona que en poco tiempo exista ausentismo y finalmente el abandono
escolar definitivo. (Silvia G. Argaez Rodríguez, 2018)
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Estas conductas de riesgo se pueden acrecentar o disminuir en la escuela, ya que
existen factores determinantes como la inducción de algunos docentes, en el sentido de
que no existe apoyo o motivación hacia el alumno, y por lo tanto el adolescente se siente
oprimido y rechazado tanto fuera como dentro. De alguna manera la escuela es su
segundo hogar que brinda protección y da confianza. Sin embargo, en ocasiones se da
lo contrario a ello. Las presiones que se ejercen dentro de un aula, también son factor de
riesgo para el adolescente.
Conclusión
Considero que este es un tema muy aplio de tratar; puesto que existen más
conductas de riesgo a las que estan expuestos los adolescentes dentro del ámbito
educativo, entre las más destacadas y ya mencionadas son las adicciones, las conductas
antisociales, la violencia y acoso escolar (bullying, ciberbullying, sexting), las relaciones
sexuales de riesgo (precoces, sin protección, infecciones de transmisión sexual), la
violencia intrafamiliar, entre otras. Todas estan van encaminadas al bajo
aprovechamiento acádemico y a la deserción escolar, cada una de ellas involucran
peligros en la salud del adolescente, pero hay factores de detección de esos riesgos tales
como: los trastornos del estado de ánimo, del sueño, de la alimentación, el aislamiento,
la depresión, la ansiedad, el estrés, la autolesión, hasta el suicidio.
Por ello hay que tomar en cuenta las conductas de cambio que se perciben directa
o indirectamente en los jóvenes estudiantes; ya que por mínima que sea, es detonante
para caer en alguna situación de riesgo en la que ya no se pueda lograr salir.
Las instituciones educativas, junto con sus miembros; directivos, docentes y
personal de apoyo, deben estar alerta a todo cambio en las conductas de los educandos,
estas no deben ir en contra de su propia integridad, ni de la integridad de los demás, por
ello existen leyes y reglamentos que promulgan la adecuada y sana convivencia en el
entorno escolar, como medida de prevención ante cualquier hecho o acontecimiento que
pueda llegar a suceder con posterioridad y que sea lamentable. En estos casos se deben
seguir ciertos protocolos de atención oportuna por parte de los directivos y docentes ante
las autoridades educativas a nivel estatal.
No dejar aun lado el acompañamiento del padre de familia, orientarlos en conjunto
con el personal de la institución; hacerles saber de estas conductas y de que sus hijos y
alumnos en el caso del docente, son vulnerables por el hecho de ser adolescentes; debe
que exista una comunicación entre las partes, hablar sobre los sentimientos que tiene el
adolescente y no menospreciar sus problemas, informar sobre los efectos a largo plazo
de las conductas peligrosas y predicar con el ejemplo.
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Bibliografía
Agüero, R. (2018). Conductas de riesgo: La escuela como alternativa.
https://www.revistaeducativa.com.
Krauskopof, D. (s.f.). El desarrollo psicológico en la adolescencia: las transformaciones
en una época de cambios.
Mendoza, M. E. (2017). Conductas de Riesgo para la Convivencia Escolar en
Adolescentes. Santiago de Chile.
Secretaria de Educación Pública. (2018). La experiencia de ser adolescente en la
actualidad. Dirección General de Materiales Educativos. México: Dirección
General de Televisión Educativa.
Silvia G. Argaez Rodríguez, R. E. (2018). Prevención de Factores de Riesgo en
Adolescentes:Intervención para Padres y Madres. Psicologia Escolar e
Educacional, SP. Volume 22, Número 2.
Ana Luisa González Godínez
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