LA MIRADA ESPECULAR EN VAN EYCK Por la Lic. Claudia Ferreira Jan Van Eyck (1390-1441), es uno de los pintores perteneciente al grupo conocido como "Primitivos Flamencos", que floreció en Países Bajos en el siglo XV. Su obra El matrimonio Arnolfini es una obra muy conocida y despierta mucho interés por la cantidad de objetos simbólicos existentes en la escena respecto de las territorialidades y las características que una esposa debe tener. En apariencia, la escena se encuentra ocupada por dos personajes: el matrimonio, a quien el espectador observa. Sin embargo, un atento estudio del espejo revela no sólo las espaldas de los esposos, sino la presencia de otros observadores, que son testigos del suceso. Entre ellos, el propio artista, quien firmó la obra afirmando: “Jan Van Eyck estuvo aquí”. El cuadro se convertiría así en el primer antecedente de la reafirmación de la posición social del artista mucho tiempo antes de “Las Meninas” de Velázquez (1656). El cuadro muestra el instante en que los novios realizan sus votos como esposos. Un paso importante para Jan Arnolfini, un comerciante enriquecido, que había sido nombrado caballero y chambelán del duque Felipe de Borgoña, hermano del rey de Francia y heredero de aquellos territorios. El gusto por el color, el preciosismo al describir los interiores y los vestidos, así como la cantidad de elementos en el cuarto, logran crear una imagen del mundo íntimo de los personajes. Uno de los objetos en particular propone un juego de miradas con el espectador: un espejo cóncavo que domina el fondo de la habitación y que se encuentra hábilmente situado entre los esposos. El espejo, además de jugar con el término “speculum” y la idea de la castidad matrimonial, propone una nueva perspectiva con la idea del “óculo” o ventana circular. La superficie del espejo y la circularidad al estilo del “ojo de buey” lo hacen similar al del ojo humano. La concavidad permite observar lo más difícil, lo que no se encuentra dentro del campo visual del espectador. El espectador no sabe a primera vista que existen otros observadores mirando a los personajes. Y estos observadores testigos, desconocen, a su vez, que son conocidos por el espectador gracias al ojo del espejo. De este modo, el espectador observa lo que no se puede conocer a simple vista. Ve el detrás de los personajes, de modo imperfecto debido a cierta distorsión que presenta la imagen, pero sin dudas, conoce lo no visible a simple vista. Esta perspectiva presenta a los esposos en medio de un discurso que pronunciaría Jan acerca de los deberes de esposa frente a una novia, casi niña, que parece no entender en lo absoluto lo que se le está diciendo. Por otra parte la vela, encendida aún siendo de día, revelaría un símbolo de la moral matrimonial e incluso de la presencia de Dios, pero además una humorada del artista quien afirmaría: “aquí hay algo que no se ve bien”. La percepción del artista se confirma cuando Arnolfini acaba en la miseria y abandonado por la joven esposa. BIBLIOGRAFÍA PIJOAN, José; Summa Artis. t 15: El arte del renacimiento en el Norte y Centro de Europa. Madrid, Espasa-Calpe, 1952, p.43. SCHNEIDER, Norbert; El Arte del Retrato. Las principales obras del retrato europeo. (1420-1670). Madrid, Taschen, pp. 31-35. BORCHERT, Till-Holger; La pintura de los primitivos flamencos: artistas, contextos, audiencias. Madrid, Museo Thyssen-Bornemisza, 2009. EN: http://www.educathyssen.org/fileadmin/plantilla/recursos/Secuencias/A%20fondo/van-eyck.pdf