La Inclusión y exclusión Social

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“LA INCLUSIÓN Y EXCLUSIÓN SOCIAL: CONCEPTOS DIVERGENTES”
Aporte para una antropología del cautivo
Manuel Enrique Muñoz Mainato
28 de agosto del 2014
Introducción
La inclusión y exclusión social son conceptos divergentes, sin embargo el uno supone la
existencia del otro. Mientras el primero es la filosofía de la consciencia del siglo XXI,
una teoría bellamente enjaezada, la exclusión es una realidad que sólo se remediaría con
un cambio de mentalidad. Hombres y mujeres trabajando cooperativamente,
construyendo una comunidad justa solidaria y fraterna. La libertad, el amor y la verdad
pueden resolver el debate. Es utópico pensar en la no existencia del pobre y el rico, en la
superación del debate: inclusión-exclusión, el desarrollo y el subdesarrollo, el progreso
y regresión. La verdadera libertad del ser humano es la que promueve la diversidad (de
SER, ACTUAR, CREAR Y CONSTRUIR) y un estilo de vida de paz y amor.
Cada época histórica se presenta con sus formas de exclusión. Los seres
“improductivos”, los que no se adecúan a sus arquetipos culturales son descartados
(judaísmo versus primitiva comunidad cristiana, modernidad e ilustración, el nacismo y
fascismo italiano, las dictaduras, los movimientos sindicales de todas las épocas, la
actitud agresiva de los grupos reaccionarios, etc.). En la actualidad el tema de las
culturas juveniles emergentes, son causa de exclusión. Los del siglo pasado piensan que
los jóvenes del siglo XXI son irreverentes, mientras que ellos califican de anticuados.
Al mismo tiempo, en cada período de tiempo se ha logrado superar unos fenómenos
excluyentes para crear o inventarse otros.
Este documento revela principios de índole filosófico-cultural y social referentes a las
personas privadas de la libertad: una síntesis reflexiva de las condiciones del ser
humano preso, como un ensayo para una posible antropología del cautivo.
1. El rostro de la INCLUSIÓN
El fenómeno de la inclusión adquiere un rostro específico de acuerdo a la época
histórica en la que el ser humano toma consciencia de su actuar. San Pablo en la carta a
Filemón dibuja la mentalidad de la época. Verbigracia los esclavos romanos debían
serle fieles a sus amos. El prófugo debía morir en manos del amo, era su derecho.
Onésimo es un esclavo que huye de Filemón y se encuentra con San Pablo en la cárcel
de Roma. Filemón1 es un discípulo de Pablo que, siendo predicador del Evangelio de
Jesucristo, tuvo como esclavo a Onésimo, éste huye a Roma. San Pablo le envía de
vuelta a su amo y le pide por amor (Fil 1, 9) que lo tome como hermano, no como
1
“Filemón, un creyente gentil en Colosas (Col. 4:9)”
esclavo. Era un derecho irrevocable del ciudadano romano usar y disponer de la vida del
esclavo. San Pablo reacciona en contra de este fenómeno social. Hoy resulta insólito
pensar en la esclavitud como un derecho de unos y obligación de otros.
1.1.Construcciones culturales e inclusión
Los arquetipos culturales son propiedad de la “memoria colectiva”, del “pensamiento
social” o, en palabras de Halbwachs, son construcción de una “comunidad afectiva”. Así
mismo, Pollak menciona un estilo de memoria “subterránea” (de las minorías oprimidas),
contrapuesta a la “memoria oficial”. (Pollak, M. 2006). El término inclusión brota del
seno de la Europa de la posguerra (hacia los años 70) que emprende un proceso de
desarrollo protagónico, empero una masa humana considerable se sumerge en el
hambre, la pobreza, la miseria. Hoy la inclusión señala a sectores donde el abandono,
olvido, indiferencia, apatía, discriminación, intolerancia, indolencia se ven con
normalidad. De modo que la inclusión viene a ser un término universal, sugerente, que
vindica la dignidad del ser humano en su integridad total. Golpea la puerta de los
avatares científicos y de la “racionalidad tecnocrática” (Habermas, J.1984), para que
abra espacios donde se pueda acoger a las mayorías agobiadas.
2. La Inclusión en educación
Los sistemas educativos de los Estados en desarrollo han adoptado el concepto de
inclusión educativa, como parte estructural y estructurante de las sociedades. Para Juan
Pablo Claro (2007: 2) “…la inclusión debe contemplar estrategias y políticas
educacionales diferenciadas y complementarias que aseguren la integración de niñas y
niños a los sistemas educativos, con capacidad de dar respuestas a la diversidad...”. Es
decir, facilita la integración del ser humano con singularidades diversas y capacidades
diferentes, con necesidades educativas sui géneris. Por lo que resulta indispensable
estructurar currículos diferenciados, disponer de personal altamente calificado en
materia de inclusión educativa, construir una ética comunitaria del compromiso
inclusivo global, hacer de la inclusión un estilo de vida y una política Institucional.
Hay que establecer parámetros de diálogo, comunicación, discusión y generación de
proyectos en torno a la inclusión educativa. Esto permitirá construir una educación de
calidad, pilar fundamental del Principio del “Buen Vivir”2 (Constitución de la
República del Ecuador, 2008). El auténtico desarrollo y progreso de las naciones tiene
un nombre la educación inclusiva, porque despierta la consciencia universal del letargo
al que se ha visto abocada por la costumbre, la impavidez, los arquetipos. El ser humano
ve la realidad de manera artificial y superficial, le parece normal todo. La lectura de los
signos de los tiempos se fundamenta en el hecho de que el ser humano pueda ver lo
2
Art. 14.- “Se reconoce el derecho de la población a vivir en un ambiente sano y ecológicamente
equilibrado, que garantice la sostenibilidad y el buen vivir, sumak kawsay”.
anormal ahí donde todos consideran que las cosas suceden de esa forma y no de otra.
Donde todos ven la normalidad, se oculta la anormalidad, la mentira, la manipulación.
La verdad y el amor hay que descubrirlos día a día, cada intento es un paso en la vida, al
estilo de Thomas Édison con su bombilla eléctrica, cada tentativa es un paso más en el
infinito camino de la utopía. Hay que preguntarse ¿qué acciones, qué pensamientos del
ser humano son excluyentes? ¿Quiénes son los perjudicados o beneficiados con el estilo
de vida que se ha asumido? La persona de Jesús ofreció una respuesta práctica a estos
interrogantes. Siendo Dios, toma la decisión de nacer de una mujer pobre (Gál 4, 4-7)3,
entre los más pobres, asume un estilo de vida pobre, vive siendo pobre y toma la
decisión de morir pobre a fin de que nadie que a él acuda se sienta excluido (Ef 2,318)4. Tanto los despojados de su dignidad, los agobiados como los que se sienten
Señores de su propio egoísmo encuentran descanso en la persona de Jesús (Mt 11, 282830)5. La inclusión surge de las entrañas de la dignidad humana, de su realidad
trascendente, de su filiación divina. Nadie debe sentirse exclusivo ni debería generar
eventos en los cuales el ser humano se sienta rechazado, apartado de…
3. Debate entre la inclusión social y la exclusión.
Los paradigmas (Kuhn, T. S. 1975) entran en crisis cuando surgen otros que dan razón
de la realidad social, científica, cultural, religiosa, etc. Hoy está en boga la discusión
sobre inclusión social de manera global. La Constitución Política del Ecuador del año
1998, en el Título III de los Derechos, Garantías y Deberes, en los artículos 16 y 17
menciona que el Estado tiene como deber respetar y hacer respetar los Derechos
Humanos, sin discriminación alguna y adoptará mediadas, planes y programas
permanentes y periódicos, para el efectivo goce de estos derechos. Mientras que en la
Constitución del 2008, en el TÍTULO II DERECHOS, en el Capítulo Primero
Principios de Aplicación de los Derechos, Artículo 11, numeral 2 textualmente afirma:
“Todas las personas son iguales y gozaran de los mismos derechos, deberes y
oportunidades. Nadie podrá ser discriminado por razones de etnia, lugar de nacimiento,
edad, sexo, identidad de género, identidad cultural, estado civil, idioma, religión,
ideología, filiación política, pasado judicial, condición socio-económica, condición
migratoria, orientación sexual, estado de salud, portar VIH, discapacidad, diferencia
física; ni por cualquier otra distinción, personal o colectiva, temporal o permanente, que
tenga por objeto o resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de
los derechos. La ley sancionará toda forma de discriminación. El Estado adoptará
medidas de acción afirmativa que promuevan la igualdad real en favor de los titulares de
derechos que se encuentren en situación de desigualdad” (Constituyente, A. 2008).
Esto evidencia un progresivo avance en materia de inclusión social. Sin embargo, en la
práctica se constata lo opuesto. Estudiantes excluidos de las Universidades por su
3
La Biblia, Herder, Barcelona, 2003
Concordancia de la Biblia de Latinoamérica, versión digital.
5
La Biblia, Herder, Barcelona, 2003
4
rendimiento académico no acorde con las exigencias nacionales, trabajadores
explotados por sus patronos, el sistema educativo elitista que fomenta la selección
únicamente de los que cumplen los estándares de calidad. “Todas las personas son
iguales y gozaran de los mismos derechos, deberes y oportunidades”, reza la
constitución. Pero ¿Cuál es la oportunidad que tiene el campesino pobre para acceder a
un crédito bancario? ¿Qué oportunidades tiene el pobre frente al rico, si éste tiene todo
el favor del poder en sus manos? ¿Qué protección o garantía tiene un ser humano
privado de su libertad, en condición de total vulnerabilidad frente a la violencia,
drogadicción y venganzas reprimidas, reducidas a un espacio equivalente a una cancha
de básquet, donde cohabitad alrededor de ochocientas personas?
4. El panóptico: el rostro de la exclusión social por excelencia.
Michel Foucault, en su obra Microfísica del Poder, publicada en el año 78, analiza la
infinidad de matices que adopta el poder para doblegar la voluntad de las personas: la
sociedad misma se vuelve un ojo de poder que vigila, castiga, somete, domina, moldea
la conducta humana por la fuerza, la violencia, el terror y el miedo (Foucault, M., &
Varela, J. 1978). Incluso llega afirma en su obra Vigilar y Castigar del año 76, que la
obediencia del hombre depende del nivel del dolor provocado por el castigo recibido, en
pena por el daño infringido a la sociedad (Foucault, M. 1983).
Foucault hace un análisis del funcionamiento de la estructura social en general que se
sintetiza en un espacio visible: el panóptico. Todo aquel que no se somete a las normas
establecidas por la burguesía que hace acopio del poder y las decisiones sobre la
mayoría, debe ser excluido de la sociedad, privado de su libertad, “exonerado de la
vida” (término utilizado por los reclusos para designar la muerte por violencia). La
sociedad se siente incapaz de responsabilizarse de la miseria humana, del dolor, de la
violencia generada por ella misma debido a la inequidad en todas sus dimensiones y
expresiones. Por lo que establece un códice de artificios para excluir de su nómina a
todo ser humano que no se ajuste a sus exigencias, a las de la clase selecta, la de las
máscaras.
4.1. La experiencia del panóptico: un desafío para la humanidad.
El autor, con el afán de visitar a un amigo preso, emprendió un proceso de supervisión
clínica a ese espacio destinado a la estancia de los “desadaptados sociales”. Por razones
de seguridad no se hará referencia a detalles ni nombres, sino que se intentará diseñar un
eje vertebrador para una posible antropología del excluido social, del prisionero.
En el siguiente cuadro se registran datos obtenidos de los diálogos informales generados
durante las visitas realizadas a la Cárcel de Cuenca, en estos tres últimos meses:
# DE
PERSONAS
2
DELITO
Narcotráfico
TIEMPO DE
SENTENCIA
TIEMPO
TRASCURRIDO
DESDE LA
SENTENCIA
ACTITUD
FRENTE A LA
PRIVACIÓN DE
LA LIBERTAD
OCUPACIÓN AL
INTERIOR DEL
PANÓPTICO
COMPORTAMIENTO
COMPARADO CON EL
DELITO IMPUTADO
8 años
1 año
Conciencia
Forma parte del
Sigue involucrado en
del
2
2
1
Violación a
menores
Estafa
Asesinato
delito cometido,
resignación
frente
a
la
sentencia,
confianza
en
Dios.
Fe en Dios,
manifestación de
eventos
de
ansiedad,
depresión
y
agresividad
grupo encargado
de mantener el
orden
en
el
“Patio”.
6 años
4 años
16 años
2 meses
18 años
5 meses
8 años
2
Resignación y
reconocimiento
de su error.
Desde dentro de
la
cárcel
continúa
manejando sus
negocios.
Asiste
a
las
reuniones
del
grupo
Evangélico.
Practica ajedrez.
6 años
4
Hace amigos de
una
manera
fácil, conversa
mucho, siempre
está sonriendo,
afirma que Dios
ha cambiado su
vida. Pero al
mismo tiempo
reacciona
de
manera fuerte,
violenta.
Realiza trabajos
manuales, asiste
a los grupos de
oración
cristianos.
Por la facilidad
de diálogo, se
ocupa
de
aconsejar a sus
compañeros
y
promueve
la
reflexión,
la
autoconsciencia.
16 años
3 años
Desafía a golpes
a cualquiera que
represente una
amenaza,
permanece
en
silencio, sólo es
amigo de una
persona
al
interior
del
Realiza trabajos
manuales, acude
a las reuniones
cristianas,
generalmente
está hambriento,
pide qué comer a
sus compañeros.
Tristeza,
angustia,
soledad y dolor.
Manifiesta
cuadros
de
depresión,
agresividad, en
sus
diálogos
deja
entrever
odio y deseos de
venganza.
Participa de las
reuniones
de
gente cristiana y
realiza trabajos
manuales.
Es
facilitador
de
algunos módulos
de estudio al
interior de la
cárcel.
Acude a las
reuniones
bíblicas.
Organiza
concursos
de
ajedrez, trabaja
en la biblioteca.
No es creyente.
círculos de consumo y
distribución la “droga”
al
interior
del
reclusorio.
Sueña con una casa
para su familia.
Desvinculado
totalmente. Su sueño al
dejar la cárcel es
potenciar su taller de
manualidades aferrarse
a Dios y ser buna
persona.
Arrepentimiento.
Es
sencillo,
afable
y
cordial.
Continúa obsesionado
con la menor de edad,
no asume su culpa, se
siente víctima de los
familiares
de
la
adolescente. Día a día
cultiva el odio y
maquina posibles actos
de venganza.
Aunque reconoce haber
cometido un delito, su
instinto de acumulación
de capital fácil le lleva
a prestar dinero a sus
compañeros con la
condición de que le
devuelvan el doble. Si
no lo hacen, duplica la
cantidad.
Manifiesta
ansiedad
por el dinero, cuando
presta algo a sus
compañeros exige que
se le retribuya el doble.
No acepta que ningún
compañero le amenace
o le agregada.
Sus
palabras
son:
“estamos en este lugar
porque no pudimos
acomodarnos a las
normas de la sociedad,
por eso nos llaman
antisociales,
no
saldremos de este lugar
si no asumimos esta
realidad”.
Guarda rencor con su
familia por cuanto no
recibe
visitas
de
ninguno de ellos.
1
Robo
de
vehículos
5
2
“patio"
Muy cordial y
respetuoso,
siempre
pide
que se le regale
dinero o que se
le compre sus
productos
manuales.
Es consciente de
su delito y lo
cuenta como un
consejo para que
los demás no
cometan
el
mismo error.
Realiza trabajos
manuales y con
el dinero que
consigue compra
droga.
No puede revelar a los
cómplices de su delito,
cuando
salga
del
reclusorio
desea
trabajar y no delinquir.
Conforme al cuadro anterior se señalan algunas directrices: La consciencia del delito, la
pena por el quebrantamiento de la ley, el estado anímico del sentenciado, el papel que
cumple el panóptico en el proceso de reclusión del delincuente, la codependencia de los
familiares y amigos, la percepción de la sociedad.
4.2.La consciencia del delito.
Ante todo hay que precisar el término consciente, entendido como aquella capacidad
que tiene el ser humano de tener un conocimiento de sí mismo y de la realidad. Está
íntimamente relacionada con la emoción y el afecto. El mundo afecta a la persona,
genera en un tipo de emoción, le entristece, el alegra, le fascina, le vuelve obsesivo, etc.
La conciencia es una capacidad de la persona para ahondar en el conocimiento de sí
mismo, para identificar las sensaciones, emociones, pensamientos, afectos que brotan
por efecto de una relación con otras personas, con situaciones concretas de la historia,
con eventos situacionales de diversa índole (Munárriz, L. A. 2005). Esta capacidad
hace que el ser humana viva en vigilancia continua de sus actos. Por algunas sentencias
que se ha podido revisar y por lo que se ha podido escuchar en las audiencias de
formulación de cargos, las penas que se imputan a los acusados parten del hecho de que
durante el acto de trasgresión de la ley tuvieron plena consciencia. La cuestión a
resolver es si el sujeto tiene plena consciencia de su actuar al margen de la ley ¿qué es
lo que le provoca delinquir? Esta es la pregunta que se le planteó a un recluso,
sentenciado por el delito de estafa. Él respondió que nunca causó daño físico a las
víctimas, sino que procedió de la misma manera que lo hace un buen vendedor:
identificaba a sus clientes adinerados, aplicaba todas las estrategias de márquetin y
obtenía el mayor lucro posible. Nunca pensó que alguien descubriría su falacia. Siempre
actuó convencido por un margen de confianza en que nadie lo denunciaría. Le
motivaba la obtención de dinero fácil, la vida cómoda y placentera que provoca el
dinero. Sin embargo sabía éticamente que lo que realizaba era incorrecto.
Mientras permanece recluido, lo que hacía en su estado de vida libre a gran escala,
dentro del panóptico lo hace de manera natural: presta $ 0.50 centavos de dólar y exige
la retribución del doble, por cada día que pasa se duplica la deuda. Aunque afirma estar
arrepentido de error cometido, sin embargo su actitud no ha cambiado: hay una interna
inclinación torcida hacia el mal que, como diría San Pablo, no hace el bien que quiere,
sino el mal que no quiere (Rom 7,14-25)
4.3.La pena por el quebrantamiento de la ley
La mayoría de los reclusos manifiestan arrepentimiento con respecto a sus actos
erróneos y, en la medida de lo posible, realizan diversas actividades para demostrar un
progreso en su “rehabilitación social” (Rodríguez, J. M. M. 1977). Su deseo más grande
es intentar reparar el daño causado y reintegrarse al proceso natural de la vida de la
sociedad, respetando cada una de las normas de convivencia armónica establecidas por
los acuerdos de la colectividad. Este propósito de enmienda de procesado coincide con
lo que afirma Rodríguez (1977) “las medidas de seguridad impuestas a los peligrosos
sociales”, no son un castigo sino medidas de “readaptación social”. El propósito de los
Centros de Rehabilitación es el de proteger los intereses sociales y ofrecer una
rehabilitación integral al individuo que ha generado hechos delictivos, alterando la paz.
Sin embargo, la práctica del panóptico cuencano (lo que sucede en la “Patio”) es una
lucha por la supervivencia del más fuerte, del más hábil para delinquir. Los
responsables de mantener el orden dentro del Centro son los jefes de las mafias. Los
guardias no tienen ninguna injerencia. Esta microsociedad, tiene sus propias reglas de
juego que deben acatar con sumisión y obediencia ciegas, so pena de sus propias vidas.
El temor por… es más fuerte que su voluntad por declarar y denunciar las
arbitrariedades y los atentados sus derechos. Si alguien, con audacia, revela al guardia
las fechorías de sus compañeros, aquel, en secreto da la orden de que se le dé un
escarmiento. Las consecuencias son una brutal paliza, baños de agua fría, alejamiento
de la fila de comida, etc. Cuando su abogado presenta la denuncia, las excusas de los
oficiales son: “fue una simple riña de pandillas”.
Las prácticas de la “rehabilitación social”, no son sino una evidencia más de la
“microfísica” (Foucault, M. 1992) de la exclusión social. En parangón con la microfísica
del poder propuesta por Foucault, donde se presenta el poder en sus jerarquías precisas
y sofisticadas de dominación, también la exclusión social en su microfísica, no es sino
la manifestación detallada y aplicada a sociedades con grupos humanos cada vez más
pequeños, en ejercicios de relaciones interpersonales concretas. Los seres humanos
tienen una inmensa capacidad para amar y ser amados, pero también para separar, para
alejar y excluir al otro por constituir una amenaza a sus intereses.
4.4.El estado anímico del sentenciado.
Se ha podido observar al menos unas tres fases de progresión anímica del privado de la
libertad:
a. Vergüenza social y justificación de la culpa: es un nivel en el que el individuo
inculpado no acepta su responsabilidad sino que atribuye sus errores a terceras
personas, por la vergüenza que siente ante su familia, amigos y entorno en
general.
b. Acumulación de odio y deseos de venganza: durante un largo tiempo, los
reclusos ingenian artificios para vengar su privación de la libertad. Hacen acopio
del odio y rencor hacia todos aquellos que “confabularon su condena”.
c. Aceptación del delito e intento de trascendencia: Cuando ha pasado un largo
tiempo, cuando ya se han terminado todas las posibilidades de defensa, no les
queda otra alternativa que asumir su condición de vida. El pensamiento se
sumerge en un proceso de adaptación al medio, asumen esa forma de vida con
resignación, pero también con paciencia, como una consecuencia de sus delitos.
Muchos afirman estar presos físicamente, pero su pensamiento es libre. Dialogar
con estas personas resulta edificante porque, además, comparten experiencia de
Dios, se sienten hijos de Dios, se sienten perdonados. Estas personas acompañan
a los recién ingresados, a los que buscan ayuda, en el largo y penoso camino de
rehabilitación. A este nivel llegan muy pocos. La mayoría se pierde en el odio y
los deseos de venganza, cuando salen en libertad cumplen sus planes y vuelven,
casi de inmediato, al Centro.
En todo este proceso, el sistema carcelario ofrece muy poco. ¿Qué pude aportar un
psicólogo a ochocientos reclusos? ¿Qué atención médica pueden recibir estos seres
humanos, si sólo pueden ser atendidos diez durante el día? ¿Qué rehabilitación pueden
recibir en medio de la drogadicción, de la violencia enjaulada, del estrés desgargante?
Estas y otras con las cuestiones que el estado debe afrontar y responder con las nuevas
propuestas de rehabilitación presentadas a la sociedad.
4.5. El papel que cumple el panóptico en el proceso de reclusión del delincuente.
El panóptico, en Cuenca, tal como estuvo diseñado, no hace sino guardar al ser humano
que representa una amenaza para la convivencia pacífica, para el que altera el orden
establecido mediante acuerdos culturales, sociales y legales. Los encarcelados afirman
que no les proporcionan medios para una verdadera rehabilitación. Al decir de ellos
mismo: “la cárcel es una escuela de la delincuencia”. Personas que por un error de la
justicia resultaron encarceladas, por ejemplo, aprenden a delinquir de muchas maneras
para sobrevivir en ese ambiente. La sociedad mediante el sistema carcelario excluye a
los que constituyen una amenaza social, a los peligrosos, a los delincuentes y olvida
(Escudero, M. 1999), no para retirar el pedestal del poder y emprender una nueva forma
de captación de la condición del ser humano, sino simplemente para excluir, para no
ocuparse del desecho nunca más. Es un olvido anestésico, una pérdida total de memoria
respeto de sus remanentes.
4.6.La codependencia de los familiares y amigos.
Los familiares de los penados entran en el círculo de la triple fase. Muchos siguen el
mismo proceso y camino que emprenden los internos, en actitud de codependencia
pueril y monótona. Mientras los unos están privados de su libertad, los otros, los
familiares, están presos de corazón, recluidos con sus pensamientos. Caben el adagio
popular: “las desgracias nunca vienen solas”. Para los cautivos se reclama una
verdadera rehabilitación, que el Estado se ocupe de ellos por haber generado una cadena
de violencia por la injusticia estructural y sistemática provocada. Pero, los familiares
¿acaso no son también víctimas de un sistema de violencia, necesitados de
rehabilitación? Los amigos de los reclusos, los visitantes, los conocidos son vejados,
maltratadas, humillados, señalados, descalificados, sin haber cometido delito alguno.
Estas son las injusticias que se denuncian a la conciencia de un pueblo, de una cultura.
4.7.La percepción de la sociedad.
A mediados del mes de agosto dejaron en libertad a un preso. A los tres días reingresó
al Centro. Sus compañeros le ofrecieron una “cordial bienvenida” con baldes de agua
fría y unos cuantos golpes. Le reclamaron por la estupidez cometida, él simplemente
argumentó “es que la vida afuera está muy dura”. Cuando se tuvo la oportunidad de
dialogar explicó que durante tres días anduvo sin comer buscando un trabajo. Su sola
presencia, su rostro demacrado por la inclemencia de su historia personal, ahuyentaba a
sus posibles jefes. En estas circunstancias, el Estado debe ofrecer alternativas de
reinserción social. Estas personas han permanecido muchos años en un lugar reducido,
conocían a sus amigos y enemigos, podían manejar la situación. Cuando salen a un
espacio abierto, el impacto psicológico es tan fuerte que ellos mismos provocan alguna
fechoría a fin de ser reconducidos a su hábitat “natural”, la cárcel, su casa, donde tiene
comida y pueden descasar.
Conclusión
No se puede hablar de inclusión social, sin antes analizar la microfísica de la exclusión,
el entramado social que adorna bajo los términos de seguridad y bienestar la indolencia
human, el olvido sin memoria del sufrimiento y miseria del prójimo. Una de las
evidencias es el panóptico (denominado Centro de Rehabilitación Social), donde la
exclusión social no oculta su rostro. Una antropología del recluido debe considerar
varias dimensiones: familiares, sociales, culturales, educativos, psicológicos,
económicos y políticos.
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