“LA INCLUSIÓN Y EXCLUSIÓN SOCIAL: CONCEPTOS DIVERGENTES” Aporte para una antropología del cautivo Manuel Enrique Muñoz Mainato 28 de agosto del 2014 Introducción La inclusión y exclusión social son conceptos divergentes, sin embargo el uno supone la existencia del otro. Mientras el primero es la filosofía de la consciencia del siglo XXI, una teoría bellamente enjaezada, la exclusión es una realidad que sólo se remediaría con un cambio de mentalidad. Hombres y mujeres trabajando cooperativamente, construyendo una comunidad justa solidaria y fraterna. La libertad, el amor y la verdad pueden resolver el debate. Es utópico pensar en la no existencia del pobre y el rico, en la superación del debate: inclusión-exclusión, el desarrollo y el subdesarrollo, el progreso y regresión. La verdadera libertad del ser humano es la que promueve la diversidad (de SER, ACTUAR, CREAR Y CONSTRUIR) y un estilo de vida de paz y amor. Cada época histórica se presenta con sus formas de exclusión. Los seres “improductivos”, los que no se adecúan a sus arquetipos culturales son descartados (judaísmo versus primitiva comunidad cristiana, modernidad e ilustración, el nacismo y fascismo italiano, las dictaduras, los movimientos sindicales de todas las épocas, la actitud agresiva de los grupos reaccionarios, etc.). En la actualidad el tema de las culturas juveniles emergentes, son causa de exclusión. Los del siglo pasado piensan que los jóvenes del siglo XXI son irreverentes, mientras que ellos califican de anticuados. Al mismo tiempo, en cada período de tiempo se ha logrado superar unos fenómenos excluyentes para crear o inventarse otros. Este documento revela principios de índole filosófico-cultural y social referentes a las personas privadas de la libertad: una síntesis reflexiva de las condiciones del ser humano preso, como un ensayo para una posible antropología del cautivo. 1. El rostro de la INCLUSIÓN El fenómeno de la inclusión adquiere un rostro específico de acuerdo a la época histórica en la que el ser humano toma consciencia de su actuar. San Pablo en la carta a Filemón dibuja la mentalidad de la época. Verbigracia los esclavos romanos debían serle fieles a sus amos. El prófugo debía morir en manos del amo, era su derecho. Onésimo es un esclavo que huye de Filemón y se encuentra con San Pablo en la cárcel de Roma. Filemón1 es un discípulo de Pablo que, siendo predicador del Evangelio de Jesucristo, tuvo como esclavo a Onésimo, éste huye a Roma. San Pablo le envía de vuelta a su amo y le pide por amor (Fil 1, 9) que lo tome como hermano, no como 1 “Filemón, un creyente gentil en Colosas (Col. 4:9)” esclavo. Era un derecho irrevocable del ciudadano romano usar y disponer de la vida del esclavo. San Pablo reacciona en contra de este fenómeno social. Hoy resulta insólito pensar en la esclavitud como un derecho de unos y obligación de otros. 1.1.Construcciones culturales e inclusión Los arquetipos culturales son propiedad de la “memoria colectiva”, del “pensamiento social” o, en palabras de Halbwachs, son construcción de una “comunidad afectiva”. Así mismo, Pollak menciona un estilo de memoria “subterránea” (de las minorías oprimidas), contrapuesta a la “memoria oficial”. (Pollak, M. 2006). El término inclusión brota del seno de la Europa de la posguerra (hacia los años 70) que emprende un proceso de desarrollo protagónico, empero una masa humana considerable se sumerge en el hambre, la pobreza, la miseria. Hoy la inclusión señala a sectores donde el abandono, olvido, indiferencia, apatía, discriminación, intolerancia, indolencia se ven con normalidad. De modo que la inclusión viene a ser un término universal, sugerente, que vindica la dignidad del ser humano en su integridad total. Golpea la puerta de los avatares científicos y de la “racionalidad tecnocrática” (Habermas, J.1984), para que abra espacios donde se pueda acoger a las mayorías agobiadas. 2. La Inclusión en educación Los sistemas educativos de los Estados en desarrollo han adoptado el concepto de inclusión educativa, como parte estructural y estructurante de las sociedades. Para Juan Pablo Claro (2007: 2) “…la inclusión debe contemplar estrategias y políticas educacionales diferenciadas y complementarias que aseguren la integración de niñas y niños a los sistemas educativos, con capacidad de dar respuestas a la diversidad...”. Es decir, facilita la integración del ser humano con singularidades diversas y capacidades diferentes, con necesidades educativas sui géneris. Por lo que resulta indispensable estructurar currículos diferenciados, disponer de personal altamente calificado en materia de inclusión educativa, construir una ética comunitaria del compromiso inclusivo global, hacer de la inclusión un estilo de vida y una política Institucional. Hay que establecer parámetros de diálogo, comunicación, discusión y generación de proyectos en torno a la inclusión educativa. Esto permitirá construir una educación de calidad, pilar fundamental del Principio del “Buen Vivir”2 (Constitución de la República del Ecuador, 2008). El auténtico desarrollo y progreso de las naciones tiene un nombre la educación inclusiva, porque despierta la consciencia universal del letargo al que se ha visto abocada por la costumbre, la impavidez, los arquetipos. El ser humano ve la realidad de manera artificial y superficial, le parece normal todo. La lectura de los signos de los tiempos se fundamenta en el hecho de que el ser humano pueda ver lo 2 Art. 14.- “Se reconoce el derecho de la población a vivir en un ambiente sano y ecológicamente equilibrado, que garantice la sostenibilidad y el buen vivir, sumak kawsay”. anormal ahí donde todos consideran que las cosas suceden de esa forma y no de otra. Donde todos ven la normalidad, se oculta la anormalidad, la mentira, la manipulación. La verdad y el amor hay que descubrirlos día a día, cada intento es un paso en la vida, al estilo de Thomas Édison con su bombilla eléctrica, cada tentativa es un paso más en el infinito camino de la utopía. Hay que preguntarse ¿qué acciones, qué pensamientos del ser humano son excluyentes? ¿Quiénes son los perjudicados o beneficiados con el estilo de vida que se ha asumido? La persona de Jesús ofreció una respuesta práctica a estos interrogantes. Siendo Dios, toma la decisión de nacer de una mujer pobre (Gál 4, 4-7)3, entre los más pobres, asume un estilo de vida pobre, vive siendo pobre y toma la decisión de morir pobre a fin de que nadie que a él acuda se sienta excluido (Ef 2,318)4. Tanto los despojados de su dignidad, los agobiados como los que se sienten Señores de su propio egoísmo encuentran descanso en la persona de Jesús (Mt 11, 282830)5. La inclusión surge de las entrañas de la dignidad humana, de su realidad trascendente, de su filiación divina. Nadie debe sentirse exclusivo ni debería generar eventos en los cuales el ser humano se sienta rechazado, apartado de… 3. Debate entre la inclusión social y la exclusión. Los paradigmas (Kuhn, T. S. 1975) entran en crisis cuando surgen otros que dan razón de la realidad social, científica, cultural, religiosa, etc. Hoy está en boga la discusión sobre inclusión social de manera global. La Constitución Política del Ecuador del año 1998, en el Título III de los Derechos, Garantías y Deberes, en los artículos 16 y 17 menciona que el Estado tiene como deber respetar y hacer respetar los Derechos Humanos, sin discriminación alguna y adoptará mediadas, planes y programas permanentes y periódicos, para el efectivo goce de estos derechos. Mientras que en la Constitución del 2008, en el TÍTULO II DERECHOS, en el Capítulo Primero Principios de Aplicación de los Derechos, Artículo 11, numeral 2 textualmente afirma: “Todas las personas son iguales y gozaran de los mismos derechos, deberes y oportunidades. Nadie podrá ser discriminado por razones de etnia, lugar de nacimiento, edad, sexo, identidad de género, identidad cultural, estado civil, idioma, religión, ideología, filiación política, pasado judicial, condición socio-económica, condición migratoria, orientación sexual, estado de salud, portar VIH, discapacidad, diferencia física; ni por cualquier otra distinción, personal o colectiva, temporal o permanente, que tenga por objeto o resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos. La ley sancionará toda forma de discriminación. El Estado adoptará medidas de acción afirmativa que promuevan la igualdad real en favor de los titulares de derechos que se encuentren en situación de desigualdad” (Constituyente, A. 2008). Esto evidencia un progresivo avance en materia de inclusión social. Sin embargo, en la práctica se constata lo opuesto. Estudiantes excluidos de las Universidades por su 3 La Biblia, Herder, Barcelona, 2003 Concordancia de la Biblia de Latinoamérica, versión digital. 5 La Biblia, Herder, Barcelona, 2003 4 rendimiento académico no acorde con las exigencias nacionales, trabajadores explotados por sus patronos, el sistema educativo elitista que fomenta la selección únicamente de los que cumplen los estándares de calidad. “Todas las personas son iguales y gozaran de los mismos derechos, deberes y oportunidades”, reza la constitución. Pero ¿Cuál es la oportunidad que tiene el campesino pobre para acceder a un crédito bancario? ¿Qué oportunidades tiene el pobre frente al rico, si éste tiene todo el favor del poder en sus manos? ¿Qué protección o garantía tiene un ser humano privado de su libertad, en condición de total vulnerabilidad frente a la violencia, drogadicción y venganzas reprimidas, reducidas a un espacio equivalente a una cancha de básquet, donde cohabitad alrededor de ochocientas personas? 4. El panóptico: el rostro de la exclusión social por excelencia. Michel Foucault, en su obra Microfísica del Poder, publicada en el año 78, analiza la infinidad de matices que adopta el poder para doblegar la voluntad de las personas: la sociedad misma se vuelve un ojo de poder que vigila, castiga, somete, domina, moldea la conducta humana por la fuerza, la violencia, el terror y el miedo (Foucault, M., & Varela, J. 1978). Incluso llega afirma en su obra Vigilar y Castigar del año 76, que la obediencia del hombre depende del nivel del dolor provocado por el castigo recibido, en pena por el daño infringido a la sociedad (Foucault, M. 1983). Foucault hace un análisis del funcionamiento de la estructura social en general que se sintetiza en un espacio visible: el panóptico. Todo aquel que no se somete a las normas establecidas por la burguesía que hace acopio del poder y las decisiones sobre la mayoría, debe ser excluido de la sociedad, privado de su libertad, “exonerado de la vida” (término utilizado por los reclusos para designar la muerte por violencia). La sociedad se siente incapaz de responsabilizarse de la miseria humana, del dolor, de la violencia generada por ella misma debido a la inequidad en todas sus dimensiones y expresiones. Por lo que establece un códice de artificios para excluir de su nómina a todo ser humano que no se ajuste a sus exigencias, a las de la clase selecta, la de las máscaras. 4.1. La experiencia del panóptico: un desafío para la humanidad. El autor, con el afán de visitar a un amigo preso, emprendió un proceso de supervisión clínica a ese espacio destinado a la estancia de los “desadaptados sociales”. Por razones de seguridad no se hará referencia a detalles ni nombres, sino que se intentará diseñar un eje vertebrador para una posible antropología del excluido social, del prisionero. En el siguiente cuadro se registran datos obtenidos de los diálogos informales generados durante las visitas realizadas a la Cárcel de Cuenca, en estos tres últimos meses: # DE PERSONAS 2 DELITO Narcotráfico TIEMPO DE SENTENCIA TIEMPO TRASCURRIDO DESDE LA SENTENCIA ACTITUD FRENTE A LA PRIVACIÓN DE LA LIBERTAD OCUPACIÓN AL INTERIOR DEL PANÓPTICO COMPORTAMIENTO COMPARADO CON EL DELITO IMPUTADO 8 años 1 año Conciencia Forma parte del Sigue involucrado en del 2 2 1 Violación a menores Estafa Asesinato delito cometido, resignación frente a la sentencia, confianza en Dios. Fe en Dios, manifestación de eventos de ansiedad, depresión y agresividad grupo encargado de mantener el orden en el “Patio”. 6 años 4 años 16 años 2 meses 18 años 5 meses 8 años 2 Resignación y reconocimiento de su error. Desde dentro de la cárcel continúa manejando sus negocios. Asiste a las reuniones del grupo Evangélico. Practica ajedrez. 6 años 4 Hace amigos de una manera fácil, conversa mucho, siempre está sonriendo, afirma que Dios ha cambiado su vida. Pero al mismo tiempo reacciona de manera fuerte, violenta. Realiza trabajos manuales, asiste a los grupos de oración cristianos. Por la facilidad de diálogo, se ocupa de aconsejar a sus compañeros y promueve la reflexión, la autoconsciencia. 16 años 3 años Desafía a golpes a cualquiera que represente una amenaza, permanece en silencio, sólo es amigo de una persona al interior del Realiza trabajos manuales, acude a las reuniones cristianas, generalmente está hambriento, pide qué comer a sus compañeros. Tristeza, angustia, soledad y dolor. Manifiesta cuadros de depresión, agresividad, en sus diálogos deja entrever odio y deseos de venganza. Participa de las reuniones de gente cristiana y realiza trabajos manuales. Es facilitador de algunos módulos de estudio al interior de la cárcel. Acude a las reuniones bíblicas. Organiza concursos de ajedrez, trabaja en la biblioteca. No es creyente. círculos de consumo y distribución la “droga” al interior del reclusorio. Sueña con una casa para su familia. Desvinculado totalmente. Su sueño al dejar la cárcel es potenciar su taller de manualidades aferrarse a Dios y ser buna persona. Arrepentimiento. Es sencillo, afable y cordial. Continúa obsesionado con la menor de edad, no asume su culpa, se siente víctima de los familiares de la adolescente. Día a día cultiva el odio y maquina posibles actos de venganza. Aunque reconoce haber cometido un delito, su instinto de acumulación de capital fácil le lleva a prestar dinero a sus compañeros con la condición de que le devuelvan el doble. Si no lo hacen, duplica la cantidad. Manifiesta ansiedad por el dinero, cuando presta algo a sus compañeros exige que se le retribuya el doble. No acepta que ningún compañero le amenace o le agregada. Sus palabras son: “estamos en este lugar porque no pudimos acomodarnos a las normas de la sociedad, por eso nos llaman antisociales, no saldremos de este lugar si no asumimos esta realidad”. Guarda rencor con su familia por cuanto no recibe visitas de ninguno de ellos. 1 Robo de vehículos 5 2 “patio" Muy cordial y respetuoso, siempre pide que se le regale dinero o que se le compre sus productos manuales. Es consciente de su delito y lo cuenta como un consejo para que los demás no cometan el mismo error. Realiza trabajos manuales y con el dinero que consigue compra droga. No puede revelar a los cómplices de su delito, cuando salga del reclusorio desea trabajar y no delinquir. Conforme al cuadro anterior se señalan algunas directrices: La consciencia del delito, la pena por el quebrantamiento de la ley, el estado anímico del sentenciado, el papel que cumple el panóptico en el proceso de reclusión del delincuente, la codependencia de los familiares y amigos, la percepción de la sociedad. 4.2.La consciencia del delito. Ante todo hay que precisar el término consciente, entendido como aquella capacidad que tiene el ser humano de tener un conocimiento de sí mismo y de la realidad. Está íntimamente relacionada con la emoción y el afecto. El mundo afecta a la persona, genera en un tipo de emoción, le entristece, el alegra, le fascina, le vuelve obsesivo, etc. La conciencia es una capacidad de la persona para ahondar en el conocimiento de sí mismo, para identificar las sensaciones, emociones, pensamientos, afectos que brotan por efecto de una relación con otras personas, con situaciones concretas de la historia, con eventos situacionales de diversa índole (Munárriz, L. A. 2005). Esta capacidad hace que el ser humana viva en vigilancia continua de sus actos. Por algunas sentencias que se ha podido revisar y por lo que se ha podido escuchar en las audiencias de formulación de cargos, las penas que se imputan a los acusados parten del hecho de que durante el acto de trasgresión de la ley tuvieron plena consciencia. La cuestión a resolver es si el sujeto tiene plena consciencia de su actuar al margen de la ley ¿qué es lo que le provoca delinquir? Esta es la pregunta que se le planteó a un recluso, sentenciado por el delito de estafa. Él respondió que nunca causó daño físico a las víctimas, sino que procedió de la misma manera que lo hace un buen vendedor: identificaba a sus clientes adinerados, aplicaba todas las estrategias de márquetin y obtenía el mayor lucro posible. Nunca pensó que alguien descubriría su falacia. Siempre actuó convencido por un margen de confianza en que nadie lo denunciaría. Le motivaba la obtención de dinero fácil, la vida cómoda y placentera que provoca el dinero. Sin embargo sabía éticamente que lo que realizaba era incorrecto. Mientras permanece recluido, lo que hacía en su estado de vida libre a gran escala, dentro del panóptico lo hace de manera natural: presta $ 0.50 centavos de dólar y exige la retribución del doble, por cada día que pasa se duplica la deuda. Aunque afirma estar arrepentido de error cometido, sin embargo su actitud no ha cambiado: hay una interna inclinación torcida hacia el mal que, como diría San Pablo, no hace el bien que quiere, sino el mal que no quiere (Rom 7,14-25) 4.3.La pena por el quebrantamiento de la ley La mayoría de los reclusos manifiestan arrepentimiento con respecto a sus actos erróneos y, en la medida de lo posible, realizan diversas actividades para demostrar un progreso en su “rehabilitación social” (Rodríguez, J. M. M. 1977). Su deseo más grande es intentar reparar el daño causado y reintegrarse al proceso natural de la vida de la sociedad, respetando cada una de las normas de convivencia armónica establecidas por los acuerdos de la colectividad. Este propósito de enmienda de procesado coincide con lo que afirma Rodríguez (1977) “las medidas de seguridad impuestas a los peligrosos sociales”, no son un castigo sino medidas de “readaptación social”. El propósito de los Centros de Rehabilitación es el de proteger los intereses sociales y ofrecer una rehabilitación integral al individuo que ha generado hechos delictivos, alterando la paz. Sin embargo, la práctica del panóptico cuencano (lo que sucede en la “Patio”) es una lucha por la supervivencia del más fuerte, del más hábil para delinquir. Los responsables de mantener el orden dentro del Centro son los jefes de las mafias. Los guardias no tienen ninguna injerencia. Esta microsociedad, tiene sus propias reglas de juego que deben acatar con sumisión y obediencia ciegas, so pena de sus propias vidas. El temor por… es más fuerte que su voluntad por declarar y denunciar las arbitrariedades y los atentados sus derechos. Si alguien, con audacia, revela al guardia las fechorías de sus compañeros, aquel, en secreto da la orden de que se le dé un escarmiento. Las consecuencias son una brutal paliza, baños de agua fría, alejamiento de la fila de comida, etc. Cuando su abogado presenta la denuncia, las excusas de los oficiales son: “fue una simple riña de pandillas”. Las prácticas de la “rehabilitación social”, no son sino una evidencia más de la “microfísica” (Foucault, M. 1992) de la exclusión social. En parangón con la microfísica del poder propuesta por Foucault, donde se presenta el poder en sus jerarquías precisas y sofisticadas de dominación, también la exclusión social en su microfísica, no es sino la manifestación detallada y aplicada a sociedades con grupos humanos cada vez más pequeños, en ejercicios de relaciones interpersonales concretas. Los seres humanos tienen una inmensa capacidad para amar y ser amados, pero también para separar, para alejar y excluir al otro por constituir una amenaza a sus intereses. 4.4.El estado anímico del sentenciado. Se ha podido observar al menos unas tres fases de progresión anímica del privado de la libertad: a. Vergüenza social y justificación de la culpa: es un nivel en el que el individuo inculpado no acepta su responsabilidad sino que atribuye sus errores a terceras personas, por la vergüenza que siente ante su familia, amigos y entorno en general. b. Acumulación de odio y deseos de venganza: durante un largo tiempo, los reclusos ingenian artificios para vengar su privación de la libertad. Hacen acopio del odio y rencor hacia todos aquellos que “confabularon su condena”. c. Aceptación del delito e intento de trascendencia: Cuando ha pasado un largo tiempo, cuando ya se han terminado todas las posibilidades de defensa, no les queda otra alternativa que asumir su condición de vida. El pensamiento se sumerge en un proceso de adaptación al medio, asumen esa forma de vida con resignación, pero también con paciencia, como una consecuencia de sus delitos. Muchos afirman estar presos físicamente, pero su pensamiento es libre. Dialogar con estas personas resulta edificante porque, además, comparten experiencia de Dios, se sienten hijos de Dios, se sienten perdonados. Estas personas acompañan a los recién ingresados, a los que buscan ayuda, en el largo y penoso camino de rehabilitación. A este nivel llegan muy pocos. La mayoría se pierde en el odio y los deseos de venganza, cuando salen en libertad cumplen sus planes y vuelven, casi de inmediato, al Centro. En todo este proceso, el sistema carcelario ofrece muy poco. ¿Qué pude aportar un psicólogo a ochocientos reclusos? ¿Qué atención médica pueden recibir estos seres humanos, si sólo pueden ser atendidos diez durante el día? ¿Qué rehabilitación pueden recibir en medio de la drogadicción, de la violencia enjaulada, del estrés desgargante? Estas y otras con las cuestiones que el estado debe afrontar y responder con las nuevas propuestas de rehabilitación presentadas a la sociedad. 4.5. El papel que cumple el panóptico en el proceso de reclusión del delincuente. El panóptico, en Cuenca, tal como estuvo diseñado, no hace sino guardar al ser humano que representa una amenaza para la convivencia pacífica, para el que altera el orden establecido mediante acuerdos culturales, sociales y legales. Los encarcelados afirman que no les proporcionan medios para una verdadera rehabilitación. Al decir de ellos mismo: “la cárcel es una escuela de la delincuencia”. Personas que por un error de la justicia resultaron encarceladas, por ejemplo, aprenden a delinquir de muchas maneras para sobrevivir en ese ambiente. La sociedad mediante el sistema carcelario excluye a los que constituyen una amenaza social, a los peligrosos, a los delincuentes y olvida (Escudero, M. 1999), no para retirar el pedestal del poder y emprender una nueva forma de captación de la condición del ser humano, sino simplemente para excluir, para no ocuparse del desecho nunca más. Es un olvido anestésico, una pérdida total de memoria respeto de sus remanentes. 4.6.La codependencia de los familiares y amigos. Los familiares de los penados entran en el círculo de la triple fase. Muchos siguen el mismo proceso y camino que emprenden los internos, en actitud de codependencia pueril y monótona. Mientras los unos están privados de su libertad, los otros, los familiares, están presos de corazón, recluidos con sus pensamientos. Caben el adagio popular: “las desgracias nunca vienen solas”. Para los cautivos se reclama una verdadera rehabilitación, que el Estado se ocupe de ellos por haber generado una cadena de violencia por la injusticia estructural y sistemática provocada. Pero, los familiares ¿acaso no son también víctimas de un sistema de violencia, necesitados de rehabilitación? Los amigos de los reclusos, los visitantes, los conocidos son vejados, maltratadas, humillados, señalados, descalificados, sin haber cometido delito alguno. Estas son las injusticias que se denuncian a la conciencia de un pueblo, de una cultura. 4.7.La percepción de la sociedad. A mediados del mes de agosto dejaron en libertad a un preso. A los tres días reingresó al Centro. Sus compañeros le ofrecieron una “cordial bienvenida” con baldes de agua fría y unos cuantos golpes. Le reclamaron por la estupidez cometida, él simplemente argumentó “es que la vida afuera está muy dura”. Cuando se tuvo la oportunidad de dialogar explicó que durante tres días anduvo sin comer buscando un trabajo. Su sola presencia, su rostro demacrado por la inclemencia de su historia personal, ahuyentaba a sus posibles jefes. En estas circunstancias, el Estado debe ofrecer alternativas de reinserción social. Estas personas han permanecido muchos años en un lugar reducido, conocían a sus amigos y enemigos, podían manejar la situación. Cuando salen a un espacio abierto, el impacto psicológico es tan fuerte que ellos mismos provocan alguna fechoría a fin de ser reconducidos a su hábitat “natural”, la cárcel, su casa, donde tiene comida y pueden descasar. Conclusión No se puede hablar de inclusión social, sin antes analizar la microfísica de la exclusión, el entramado social que adorna bajo los términos de seguridad y bienestar la indolencia human, el olvido sin memoria del sufrimiento y miseria del prójimo. Una de las evidencias es el panóptico (denominado Centro de Rehabilitación Social), donde la exclusión social no oculta su rostro. Una antropología del recluido debe considerar varias dimensiones: familiares, sociales, culturales, educativos, psicológicos, económicos y políticos. BIBLIOGRAFÍA 5. Claro, J. P. (2007). REGIONES ANDINA Y CONO SUR. REICE-Revista Electrónica Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación, 5(5e). 6. Concordancia de la Biblia de Latinoamérica, versión digital. 7. Constituyente, A. (2008). Constitución de la República del Ecuador. Ciudad Alfaro. 8. Cruz, M. L. (2008). Redes de apoyo para promover la inclusión educativa: Una revisión de algunos equipos y recursos. 9. Del Ecuador, A. C. (2008). Constitución de la República del Ecuador. Montecristi, Ecuador. 10. Escudero, M. (1999). Memoria y olvido. Cuenta y razón, (113), 99-101. 11. Foucault, M. (1983). Vigilar y castigar: nacimiento de la prisión. Siglo xxi. 12. Foucault, M. (1992). Las relaciones de poder penetran en los cuerpos. Microfísica del poder, 163-172. 13. Foucault, M., & Varela, J. (1978). Microfísica del poder. 14. GUTIÉRREZ, S., GÓMEZ, J. D., & DE COLOMBIA, F. U. S. B. COMENTARIO EXEGÉTICO DE LA EPÍSTOLA DE PABLO A FILEMÓN Y SUS POSIBLES LÍNEAS DE CONTEXTUALIZACIÓN. 15. Habermas, J. (1984). Ciencia y técnica como" ideología" (Vol. 4). Madrid: Tecnos. 16. Kuhn, T. S. (1975). A estrutura das revoluções científicas (Vol. 3). São Paulo: Perspectiva. 17. La Biblia, Herder, Barcelona, 2003. 18. Pollak, M. (2006). Memoria, olvido, silencio. La producción social de identidades frente a situaciones límite. La Plata: Ediciones Al Margen. 19. REICE-Revista Electrónica Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación, 6(2). 20. Rodríguez, J. M. M. (1977). La aplicación de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social: dificultades prácticas y aproximación a una solución. Anuario de derecho penal y ciencias penales, 30(1), 65-82. 21. United Nations. Nueva York: Naciones Unidas. 2010. eBook. Language: Spanish