SELECCIÓN DE TEXTOS PARA EL ESTUDIO DE LA CELESTINA Texto 1 CALISTO, que ha conocido a MELIBEA en su jardín, donde su halcón se refugió un día antes al escaparse, se imagina en sueños que está frente a su amada, enamorándola. Ambos jóvenes se hallan en el mismo jardín en el que se conocieron. MELIBEA está de pie; CALISTO, rendido a sus plantas. CALISTO.- En esto veo, Melibea, la grandeza de Dios. MELIBEA.- ¿En qué Calisto? CALISTO.- En dar poder a natura que de tan perfecta hermosura te dotase y en hacerme el favor de verte en un lugar tan conveniente para descubrirte mi secreto dolor. No creo que exista mayor recompensa al servicio, sacrificio, devoción y obras pías que, por alcanzarla, tengo yo a Dios ofrecidos. ¿Quién ha visto en esta vida cuerpo tan feliz como está ahora el mío? Los benditos santos, que se deleitan en la visión divina, no gozan lo que yo gozo en tu acatamiento. Mas en esto diferimos, por desgracia, que ellos no temen perder su bienaventuranza y yo me alegro con recelo del esquivo tormento que tu ausencia ha de causarme. MELIBEA.- Pues un galardón aún mayor te he de dar, si perseveras. CALISTO.- ¡Oh bienaventuradas orejas mías, que indignamente tan gran palabra habéis oído! MELIBEA.- Desventuradas serán cuando acabes de oírme, porque la paga será tan fiera cual merece tu loco atrevimiento. El intento de tus palabras, Calisto, ha sido de hombre que pretende salir para perderse en la virtud de una mujer como yo. ¡Vete, vete de ahí, torpe, que no puede mi paciencia tolerar que haya subido a un corazón humano el intento de alcanzar en mí el deleite del amor ilícito! CALISTO.- Iré como aquel a quien la adversa fortuna atormenta con odio cruel. Texto 2 CALISTO.- Porque halles placer, he de figurártela por partes y por extenso. Comienzo por los cabellos. ¿Conoces las madejas de oro delgado que hilan en Arabia? Más lindos son y no resplandecen menos. Los ojos verdes, rasgados; las pestañas, largas; las cejas, delgadas y alzadas; la boca, pequeña; los dientes, menudos y blancos; los labios, colorados y grosezuelos; el torno del rostro, poco más largo que redondo; el pecho, alto; la redondez y forma de las pequeñas tetas, ¿quién la podría imaginar? Que se despereza el hombre cuando la mira. La tez, lisa, lustrosa; su piel oscurece la nieve. Su color es mezclada, tal cual ella la escogió para sí. SEMPRONIO. (¡En sus trece está este necio!) CALISTO.- Las manos pequeñas en mediana manera, de dulce carne acompañadas; los dedos luengos; las uñas en ellos largas y coloradas, que parecen rubíes entre perlas. Texto 3 ELICIA.- ¡Apártateme allá, desabrido, enojoso! ¡Mal provecho te haga lo que comes!, tal comida me has dado. Por mi alma, revesar quiero cuanto tengo en el cuerpo de asco de oírte llamar aquella gentil. ¡Mirad quién gentil! ¡Jesús, Jesús!, ¡y qué hastío y enojo es ver tu poca vergüenza! ¿A quién, gentil? ¡Mal me haga Dios, si ella lo es ni tiene parte de ello, sino que hay ojos que de legañas se agradan! Santiguarme quiero de tu necedad y poco conocimiento. ¡Oh quién estuviese de gana para disputar contigo su hermosura y gentileza! ¿Gentil es Melibea? Entonces lo es, entonces acertarán cuando andan a pares los diez mandamientos. Aquella hermosura por una moneda se compra de la tienda. Por cierto, que conozco yo en la calle donde ella vive cuatro doncellas en quien Dios más repartió su gracia que no en Melibea. Que si algo tiene de hermosura es por buenos atavíos que trae. Ponedlos a un palo, también diréis que es gentil. Por mi vida, que no lo digo por alabarme; mas creo que soy tan hermosa como vuestra Melibea. AREÚSA.- Pues no la has tú visto como yo, hermana mía. Dios me lo demande, si en ayunas la topases, si aquel día pudieses comer de asco. Todo el año se está encerrada con mudas de mil suciedades. Por una vez que haya de salir donde pueda ser vista, enviste su cara con hiel y miel, con unas tostadas y higos pasados y con otras cosas que por reverencia de la mesa dejo de decir. Las riquezas las hacen a estas hermosas y ser alabadas, que no las gracias de su cuerpo. Que así goce de mí, unas tetas tiene, para ser doncella, como si tres veces hubiese parido: no parecen sino dos grandes calabazas. El vientre no se le he visto; pero, juzgando por lo otro, creo que le tiene tan flojo como vieja de cincuenta años. No sé qué ha visto Calisto, porque deja de amar otras que más ligeramente podría haber y con quien más él holgase, sino que el gusto dañado muchas veces juzga por dulce lo amargo. Texto 4 PLEBERIO. ¡Oh duro corazón de padre! ¿Cómo no te quiebras de dolor, que ya quedas sin tu amada heredera? ¿Para quién edifiqué torres? ¿Para quién adquirí honras? ¿Para quién planté árboles? ¿Para quién fabriqué navíos? ¡Oh tierra dura!, ¿cómo me sostienes? ¿Adonde hallará abrigo mi desconsolada vejez? ¡Oh fortuna variable, ministra y mayordoma de los temporales bienes!, ¿por qué no ejecutaste tu cruel ira, tus mudables ondas, en aquello que a ti es sujeto? ¿Por qué no destruiste mi patrimonio? ¿Por qué no quemaste mi morada? […] Yo pensaba en mi más tierna edad que eras y eran tus hechos regidos por algún orden; ahora visto el pro y la contra de tus bienandanzas, me pareces un laberinto de errores, un desierto espantable, una morada de fieras, juego de hombres que andan en corro, laguna llena de cieno, región llena de espinas […] Pues desconsolado viejo, ¡qué solo estoy! […] Del mundo me quejo, porque en sí me crio, porque no me dando vida, no engendrara en él a Melibea, no nacida no amara, no amando cesara mi quejosa y desconsolada postrimería. ¡Oh mi compañera buena! ¡Oh mi hija despedazada! ¿Por qué no quisiste que estorbase tu muerte? ¿Por qué no hubiste lástima de tu querida y amada madre? ¿Por qué te mostraste tan cruel con tu viejo padre? ¿Por qué me dejaste, cuando yo te había de dejar? ¿Por qué me dejaste penado? ¿Por qué me dejaste triste y solo in hac lachrymarum valle? Preguntas: Sitúa el fragmento en la estructura general de la obra. (Texto 2). ¿Cómo es la imagen que recibimos de Melibea, realista o idealizada? (Texto 2). Busca información sobre el tópico descriptio puellae. (Texto 2). En este tipo de discursos se usan, evidentemente, figuras retóricas. Señala y analiza las más importantes. (Texto 2). e. Localiza, si las hubiera, estas formas de expresión en los textos 2 y 3: acotación, aparte, monólogo y diálogo. f. ¿Qué tipo de lenguaje se usa en los textos 2 y 3? ¿A qué crees que se deben estas diferencias? a. b. c. d. - Comentario literario del Texto 4 Estructura externa e interna; tema del fragmento. Contextualización: relación del texto con la época. Análisis del contenido: relación con los temas de la obra e identificación de tópicos literarios. Caracterización del personaje. Análisis de la forma.