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CompraVenta internacional mercaderias

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COMPRAVENTA INTERNACIONAL
DE
MERCADERIAS
CONVENCION DE VIENA 1980
INCOTERMS 2000
NORMAS SOBRE CARTAS DE CREDITO
JOSE LUIS LOPEZ BLANCO
INTRODUCCIÓN
El presente libro constituye la cuarta versión de mis obras anteriores sobre
operaciones de Comercio Exterior.
La primera de ellas se publicó en el año 1983 con el patrocinio de la Compañía
Naviera Interoceánica.
La segunda versión apareció en el año 1985, patrocinada por ProChile y la
Asociación de Bancos e Instituciones Financieras.
La tercera publicación se editó en el año 1989, con el auspicio del Banco Osorno.
Cada una de estas tres primeras versiones figuraba con el título de “Manual de
Comercio Exterior”, lo que indicaba el tono y características de su contenido.
Aquellas publicaciones estaban más bien orientadas a explicar de manera sencilla
algunos de los elementos esenciales relacionados con las operaciones de
Comercio Exterior. Cabe recordar que, a principio de la década de los años 80,
nuestro país había iniciado un proceso de profundas transformaciones
económicas, una de cuyas características principales era, precisamente, la
apertura al Comercio Exterior, consagrando la facultad de los particulares para
realizar, sin mayores controles estatales,
toda clase de operaciones de
importación y de exportación. Por lo mismo, sobre la base de la experiencia
personal del autor en esta materia, aquellos primeros Manuales sirvieron como un
valioso elemento que permitiera realizar esos contratos internacionales a muchas
personas y empresas que se iniciaban en este nuevo tipo de actividades.
Habíamos programado editar una nueva versión en el año 1994, totalmente
distinta, y orientada a un análisis más jurídico y más profundo de los temas
tratados. Por distintas razones ajenas a nuestra voluntad, aquella obra no se pudo
publicar.
Transcurrido el tiempo, Chile ha aumentado el volumen de su comercio exterior de
un total de US$8.500 millones al año en 1985 a la suma de US$32.000 millones
en 1995. Los viajes al extranjero de nuestros empresarios, que antes requerían
mucho esfuerzo, hoy día se han multiplicado y constituyen una verdadera
necesidad. Lo mismo ocurre con la permanente recepción de visitas al país de
nuestros socios del exterior.
2
Los contratos presentan hoy día un grado mayor de sofisticación y de complejidad.
Han aparecido nuevas reglamentaciones de carácter internacional que se aplican
a estos contratos, como son las normas INCOTERMS 2000.
Esta cuarta versión de la obra ya no es un Manual. Pretende orientar a
importadores, exportadores, banqueros, empresas de transporte y de seguros, y,
naturalmente, a mis colegas abogados, con un análisis esencialmente jurídico del
Contrato de Compraventa Internacional.
La Convención de Naciones Unidas del año 1980, que contiene las definiciones de
este contrato, constituye, por lo tanto, el centro de este libro. Dicha Convención ha
sido ratificada por Chile y se transformó en ley de la República en el año 1990. Ha
sido también ratificada por la inmensa mayoría de los países y constituye un texto
de aplicación universal. La Convención sortea dificultades importantes que nacen
de las diferentes orientaciones jurídicas, como el derecho anglosajón, el derecho
llamado continental o de origen románico, y el derecho alemán. Por ejemplo, en
caso de incumplimiento del contrato por una de las partes, en el derecho de origen
románico, se concede, por lo general, a la parte agraviada la facultad para que ella
escoja libremente el camino legal a seguir, pudiendo, a su opción, pedir el
cumplimiento forzado de la obligación o bien la resolución del contrato. En el
derecho anglosajón, en cambio, se tiende a preferir como remedio legal la
indemnización de perjuicios, evitando las dificultades y demoras que puede
significar la ejecución forzada de la obligación. En el derecho alemán, por su parte
existe una institución muy particular, denominada Nachfrist, que es una especie de
notificación de incumplimiento a la parte que se encuentra en mora y en donde se
le concede un plazo de gracia para que ella cumpla con su obligación.
La Convención de Naciones Unidas de 1980, recoge, en cierta medida, los
conceptos recién mencionados y, según sea el caso y la situación, concede a la
parte diligente herramientas que han sido tomados de los conceptos recién
expresados.
En este libro hemos analizado con cierto detalle, y desde el punto de vista
estrictamente jurídico, la característica y estructura de nuestro contrato de
compraventa interno para, enseguida, compararlo y anotar las diferencias que
existen entre nuestra legislación doméstica y la Convención de Naciones Unidas.
Vale la pena mencionar aquí conceptos muy novedosos para nosotros que
contiene la Convención, como por ejemplo, el “incumplimiento esencial” o el
“incumplimiento previsible”, así como también la facultad de la parte agraviada por
el incumplimiento de la otra para declarar por sí, directamente y sin necesidad de
resolución judicial, la resolución del contrato.
Otro de los conceptos analizados con cierto detalle en este libro se refiere al
principio de la buena fe contractual, que impera en nuestro ordenamiento jurídico y
que puede tener una cierta dificultad de aplicación en otros países, principalmente
de derecho anglosajón, en que se tiende a preferir el concepto de “plain meaning”,
3
vale decir la interpretación literal del lenguaje de los contratos. En esta materia
hemos seguido principalmente el análisis desarrollado por el profesor
norteamericano John Honnold, probablemente la más alta autoridad mundial en el
tema, que efectúa un profundo estudio comparativo de las distintas soluciones
jurídicas sobre este punto. El tema de la formalidad y precisión exacta del lenguaje
de los contratos internacionales tiene mucha relevancia, especialmente si se han
redactado en dos idiomas distintos. Curiosamente, al analizar esta materia, en el
libro del profesor Honnold, en su versión en inglés, y al comparar su traducción en
la versión española del mismo texto, pudimos comprobar que había errores graves
de traducción, y que la versión española reflejaba un criterio totalmente distinto de
lo expresado por el profesor Honnold en su texto original del idioma inglés.
Por lo mismo, se concluye en el libro, en el Capítulo 27 “Interpretación de la
Convención y del Contrato” lo siguiente:
“Esto nos lleva a insistir que, independientemente de la buena fe existente entre
las partes, en el momento de celebrar el contrato, y más allá de los propósitos
iniciales de aprecio común entre comprador y vendedor, es muy importante que la
redacción del contrato refleje, en cada una de sus palabras los términos exactos
que ambas han acordado. Aún cuando, efectivamente, en nuestra condición de
abogado y profesor universitario hemos insistido en la preeminencia del concepto
de buena fe contractual, debemos ser realistas y, en consecuencia, se debe
aceptar que hay veces en que la traducción de un texto no siempre refleja
exactamente lo que su autor quiso decir”.
Asimismo, se analiza el concepto de autonomía de la voluntad, que prevalece en
nuestro ordenamiento jurídico, y también es reconocido en la Convención de
Naciones Unidas. En relación con ese tema se efectúan algunos comentarios
acerca del concepto de “orden público”, que algunos casos limita la libertad de los
particulares para convenir cierto tipo de convenios o de cláusulas. Es el caso, por
ejemplo, de una cláusula que tiene cierta aplicación en otros países, conocida con
el nombre “retención del título”. En virtud de dicho pacto, no se transfiere el
dominio de las mercaderías al comprador hasta que éste pague el precio, aún
cuando el vendedor ya se las hubiere entregado. Ese pacto se comenta con cierto
detalle en nuestro libro, concluyéndose que esa estipulación carece de validez en
nuestro sistema legal.
Sin embargo de la orientación esencialmente legalista de esta obra, al redactarla
no he podido olvidar algunas inquietudes que nacen del ejercicio académico en la
cátedra de Derecho y Economía.
Es por ello que en el Capítulo I se contienen algunas reflexiones y comentarios
respecto del crecimiento del comercio de Chile con el mundo y en verdad llama la
atención el análisis comparativo de las cifras, según se expresa en ese mismo
Capítulo. Para tal propósito, se comentan las cifras de un informe de la Escuela de
Ingeniería de la Universidad Católica, que analiza el volumen total de nuestro
4
comercio con el mundo, a partir de los días de la Independencia, volumen que se
expresa en millones de dólares y en moneda constante.
En primer lugar, llama la atención que en un período de sólo 90 años, entre 1810 y
1900, se multiplicó por más de 38 veces el intercambio de Chile con el mundo,
desde aproximadamente US$37 millones de dólares hasta US$1.400 millones de
dólares, todos medidos en la misma moneda del año 1995.
El intercambio llega a sus niveles históricos máximos en el año 1929 con una cifra
de US$ 3.600 millones para caer drásticamente, sólo 3 años después, en el año
1932, a US$ 676 millones. Ello muestra, de manera muy simple el impacto de la
depresión de esos años. Cabe imaginar todos los dramas y angustias que
provocó en los ciudadanos de este país esa gravísima disminución del comercio
con el mundo, que sólo en un período de tres años baja a un 20% de lo que había
representado en el año 1929.
La depresión mundial, que afectó a Chile de la manera que hemos, señalado dio
origen a una serie de políticas de carácter estatista, en que se limitó de manera
sustancial la libertad de los particulares para actuar en comercio e industria, en
general, y, principalmente, en comercio internacional. Las actividades comerciales
con el exterior y el intercambio de divisas fueron prácticamente estatizados. El
tipo de cambio se determinó por las autoridades económicas llegando al extremo
de fijarse distintos tipos de cambio, según fuera la actividad de comercio
reglamentada.
Finalmente, en ese mismo Capítulo I, se comenta un texto del historiador don
Diego Barros Arana, quien cita las dificultades iniciales enfrentadas por Chile al
declarar su Independencia en el año 1810 “A primera vista parecía que ninguna
de las primeras colonias de España era menos apta para llevar a cabo estos
progresos y realizar los destinos de república independiente. Si tal vez no era la
más pequeña de las provincias que formaba el extenso imperio colonial de los
españoles, era sin duda alguna la más pobre y, al mismo tiempo la más atrasada.
Su población no pasaba de 500.000 habitantes. Su comercio con las otras
colonias se reducía a unos dos millones de pesos por año, y las rentas públicas
apenas alcanzaban a medio millón”.
Enseguida el historiador Barros Arana, al analizar el muy notable desarrollo del
país, superando aquellas dificultades iniciales, cita un informe del Ministro
Diplomático de Gran Bretaña, M. Horacio Rumbold, presentado en el año 1875 al
gobierno inglés, que es interesante transcribir. El diplomático Rumbold se refiere
a Chile en ese informe como: “una nación sobria, práctica, laboriosa, bien
ordenada, gobernada prudentemente, y formando un gran contraste con los otros
estados del mismo origen y de instituciones semejantes que se extienden en el
continente americano”.
5
Concluye su informe el diplomático Rumbold, al comentar el notable desarrollo
político y económico de la naciente república con la siguiente frase: “todo esto
puede resumirse en dos palabras, trabajo y cordura”.
Al iniciarse un nuevo siglo, todos los distintos sectores de nuestro país, tanto
políticos como empresariales y laborales, académicos y profesionales, aspiran a
consolidar un proceso de desarrollo democrático y que permite también un
significativo y constante aumento de nuestro comercio con el mundo. Es
importante recordar, a dicho efecto los comentarios citados más atrás del
diplomático Rumbold, quien al intentar una explicación sobre el fundamento del
desarrollo político y comercial de Chile exclamaba: “todo esto puede resumirse en
dos palabras, trabajo y cordura”.
Confiamos en que estos dos conceptos esenciales de nuestros orígenes,
prevalezcan en nuestro país en los momentos de enfrentar nuestras alternativas
de desarrollo en el siglo que se inicia.
Uno de los propósitos de este libro es, precisamente contribuir a un mejor
conocimiento de la normativa chilena e internacional sobre comercio exterior y de
esta manera, constituirse en un instrumento eficaz para la promoción de nuestro
comercio con el mundo.
José Luis López Blanco
6
COMPRAVENTA INTERNACIONAL DE MERCADERÍAS
ÍNDICE
CAPITULO I
EL CRECIMIENTO DEL COMERCIO MUNDIAL Y LA UNIFICACIÓN DE LAS
NORMAS QUE LO REGULAN
Página
1.
El Crecimiento del Comercio de Chile con el Mundo..............................................
12
2.
Etapas de una Operación de Comercio Exterior....................................................
19
3.
El Contrato de Compraventa Internacional de Mercaderías...................................
20
4.
Supervisión de la Autoridad Económica.................................................................
20
5.
Despacho de las Mercaderías................................................................................
21
6.
Pago del Precio......................................................................................................
21
7.
Solución de Eventuales Conflictos.........................................................................
22
8.
La Cámara de Comercio Internacional...................................................................
23
9.
Unificación del Derecho Mercantil Internacional.....................................................
24
10.
Aplicación en Chile de las Normas Internacionales................................................
30
Diagrama de una Exportación................................................................................
31
7
CAPITULO II
EL CONTRATO DE COMPRAVENTA INTERNACIONAL DE MERCADERÍAS
Página
A.
INTRODUCCIÓN
B.
EL CONTRATO DE COMPRAVENTA INTERNO
11.
Antecedentes........................................................................................................
34
12.
Elementos del Contrato de Compraventa.............................................................
35
13.
Partes Intervinientes............................................................................................
36
14.
Forma y Requisitos del Contrato de Compraventa................................................
36
15.
El Principio de la Autonomía de la Voluntad..........................................................
37
16.
La Autonomía de la Voluntad y el Orden Público..................................................
39
17.
Sistema Jurídico Chileno de Interpretación de la Ley y del Contrato....................
41
18.
Efectos del Contrato de Compraventa..................................................................
44
19.
Compraventa y Transferencia del Dominio...........................................................
47
20.
Transferencia de los Riesgos en el Contrato de Compraventa.............................
50
21.
Incumplimiento......................................................................................................
53
22.
Acciones legales en Caso de Incumplimiento......................................................
54
C.
EL CONTRATO DE COMPRAVENTA INTERNACIONAL DE MERCADERÍAS
23.
Definición y Ambito de Aplicación........................................................................
56
24.
El Principio de Autonomía de Voluntad y la Función del Contrato.......................
56
25.
La Buena Fe Contractual......................................................................................
57
8
Página
26.
Formación del Contrato............................................................................................
59
27.
Interpretación de la Convención y del Contrato.......................................................
61
28.
Documentación........................................................................................................
65
29.
Obligaciones del Vendedor......................................................................................
66
30.
Entrega de las Mercaderías.....................................................................................
67
31.
Retención del Título.................................................................................................
71
32.
Tiempo para la Entrega de la Mercadería...............................................................
73
33.
Entrega de los Documentos....................................................................................
74
34.
Conformidad de las Mercaderías y Pretensiones de Terceros...............................
78
35.
Transferencia de los Riegos...................................................................................
80
36.
Obligaciones del Comprador..................................................................................
82
37.
Incumplimiento en la Convención...........................................................................
86
38.
El Cumplimiento Forzado en la Convención...........................................................
87
39.
La Resolución del Contrato.....................................................................................
89
40.
Incumplimiento Esencial..........................................................................................
92
41.
Incumplimiento Previsible........................................................................................
93
42.
Resolución Anticipada del Contrato.........................................................................
93
43.
Otros Derechos del Comprador y del Vendedor......................................................
95
44.
Indemnización de Perjuicios....................................................................................
97
45.
Exoneraciones........................................................................................................
98
ANEXO
MODELO DE CONTRATO DE COMPRAVENTA INTERNACIONAL...........
100
9
CAPITULO III
INCOTERMS 2000
Página
46.
Propósito y Campo de Aplicación...........................................................................
105
47.
Incoterms y las Operaciones de Comercio Exterior................................................
105
48.
Revisión 2000.........................................................................................................
107
49.
Estructura Global de los Incoterms........................................................................
107
50.
Estructura de las Obligaciones del Vendedor y del Comprador..............................
108
51.
Análisis de la Distribución de Incoterms por Grupos..............................................
109
52.
Análisis de cada uno de los Términos....................................................................
113
CAPITULO IV
NORMAS SOBRE CARTAS DE CREDITO
53.
Generalidades.........................................................................................................
119
54.
Definición de Carta de Crédito................................................................................
119
55.
Partes que Intervienen en la Carta de Crédito.......................................................
120
56.
Menciones que contiene la Carta de Crédito...........................................................
121
57.
Elementos fundamentales de la Carta de Crédito...................................................
123
58.
Plazo de Validez.....................................................................................................
128
59.
Transferencia de la Carta de Crédito......................................................................
128
60.
Obligaciones y Derechos de cada parte.................................................................
129
10
ANEXOS
CONVENCIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS
SOBRE LOS CONTRATOS DE COMPRAVENTA
INTERNACIONAL DE MERCADERIAS (1980)
Página
Parte I.
Ambito de Aplicación y Disposiciones Generales ................................................ 131
Parte II.
Formación del Contrato........................................................................................ 134
Parte III.
Compraventa de Mercaderías.............................................................................. 137
Parte IV.
Disposiciones Finales........................................................................................... 153
UNITED NATIONS CONVENTION ON CONTRACTS
FOR THE INTERNATIONAL SALE OF GOODS (1980)
Part I.
Sphere of Application and General Provisions………………………………….
158
Part II.
Formation of the Contract…………………………………………………………..
160
Part III.
Sale of Goods……………………………………………………………………….
163
Part IV.
Final Provisions……………………………………………………………………..
177
11
CAPITULO I
EL CRECIMIENTO DEL COMERCIO MUNDIAL Y LA UNIFICACIÓN
DE LAS NORMAS QUE LO REGULAN
1.
EL CRECIMIENTO DEL COMERCIO DE CHILE CON EL MUNDO.
Uno de los propósitos principales de los patriotas chilenos, al procurar la libertad
política del país en el año 1810, fue también la necesidad de obtener la libertad de
comercio con el exterior. Las primeras leyes patrias dictadas en febrero de 1811,
sólo un año después de la declaración de la Independencia, se refieren al
comercio con las naciones amigas y neutrales.
Posteriormente, en el año 1865, al enviar al Congreso en el texto del Código de
Comercio, se contiene en el Mensaje Presidencial, una reseña muy significativa
sobre la materia, que resulta oportuno transcribir.
En uno de sus párrafos iniciales el Mensaje expresa: "Los gobiernos patrios que
dirigieron nuestros primeros pasos en el sendero de la libertad, comprendieron
muy temprano los deseos del país; pero empeñados en la lucha de la
Independencia, y consagrados al cumplimiento de los altos deberes que ella les
imponía, no pudieron dispensar a la codificación mercantil toda la atención que
ella demandaba para mejorar la deplorable condición de nuestro comercio. Sin
embargo, de esto debemos un eterno recuerdo de gratitud al acendrado
patriotismo de los prohombres de nuestra revolución que el 21 de febrero de 1811
permitieron "el comercio con las naciones amigas o neutrales", y que en 1813
promulgaron el reglamento de "apertura y fomento del comercio y navegación",
estableciendo nuestras relaciones comerciales sobre la doble base de la libertad y
reciprocidad. (*)
(*)
Mensaje del Código de Comercio. Pág. 14.
12
En párrafos anteriores del mismo Mensaje, el Presidente de la República, al hacer
una historia de las leyes de comercio de la Colonia, señala que el Reglamento de
Libre Comercio, dictado por España, en octubre de 1778, no había suprimido las
trabas que impedían el libre movimiento de la industria comercial, ni había
introducido los principios a que debe ajustarse la contratación terrestre y marítima.
En cambio las nuevas leyes, dictadas ya por los primeros gobiernos patrios, como
son las leyes de comercio de febrero de 1811, contienen disposiciones,
orientadas a favorecer el libre intercambio del país con otros países del extranjero.
El artículo 19 de las leyes de febrero de 1811 expresa "Libertad al dinero internado
para compras de efectos del país con destino al extranjero. La introducción
marítima de dinero para comprar frutos o efectos del país i llevar al estranjero,
constando este destino, será enteramente libre de derechos". (*)
Llama la atención que en esos primeros años de la Independencia, a principios del
siglo pasado, se estableciera ya lo que hoy día llamaríamos, tal vez con palabras
más sofisticadas, "libertad para los flujos de capitales internacionales". Se
garantizaba así la libertad de movimiento de capitales internacionales, con el
objeto de promover el comercio exterior. Se establece que tal movimiento de
dineros hacia el país estará libre de todo derecho. Ese concepto tan novedoso de
aquella época, permite, como se verá en un cuadro más adelante, un acelerado
desarrollo del comercio exterior del país.
Por su lado, el artículo 30, del mismo cuerpo legal, dispone: "Adopción de los
estranjeros i de sus manufacturas. Los fabricantes, agricultores i artesanos
estranjeros, desde que sean avecindados en este Reino, deben reputarse como
naturales de él, i así sus manufacturas se mirarán como del país para que gocen
de las rebajas i exenciones que se concedieren a ellas". (*)
Este principio reconoce lo que hoy día llamamos la garantía "de no discriminación
entre chilenos y extranjeros", que también se encuentra presente en nuestra
moderna legislación, y que incluso ha servido de base para sentencias de los
(*)
La norma se transcribe en su redacción original.
Por sentencia de 28 de mayo de 1991 la Corte de Apelaciones de Santiago acogió un recurso de
protección del inversionista extranjero Carter Holt Harvey, de Nueva Zelandia, que reclamaba por
la falta de decisión del Comité de Inversiones Extranjeras sobre la dictación de una nueva norma
legal que dicho inversionista encontraba discriminatoria y que le afectaba. La doctrina establecida
en dicho fallo señala que "constituye una omisión ilegal la actitud del Comité de Inversión
Extranjeras de no pronunciarse derechamente respecto de una petición que se le formula para que
declare que un determinado precepto legal presenta un carácter discriminatorio, por cuanto se
encuentra obligado a pronunciarse negativa o afirmativamente o bien no emitir decisión alguna,
pero no eludir estas posibilidades y adoptar una conducta no prevista en la ley, ya que al actuar así
excede sus atribuciones e incumple su deber legal, además que priva al recurrente de su legítimo
(*)
13
Tribunales Superiores de Justicia, confirmando dicha garantía, dictadas hace
pocos años. (*)
A poco andar de su Independencia, el país inició un interesante proceso de
desarrollo, que tuvo como efecto un amplio crecimiento del comercio exterior. Es
curioso comprobar que las garantías constitucionales relacionadas con la libertad
de comercio y la no discriminación entre chilenos y extranjeros, consagradas en la
actual Constitución Política del Estado, recuperan los principios en que Chile fundó
su Independencia en el año 1810. Estos principios libertarios que significaron un
incremento sustancial del comercio chileno con el resto de los países del mundo
también permitieron la venida al país de muchos profesionales y empresarios
extranjeros que también dieron un gran impulso a las operaciones de comercio
exterior.
Es interesante consignar en esta parte la opinión del historiador Diego Barros
Arana, que comenta la situación política y económica que vivía Chile, en el tiempo
de su independencia: “A primera vista parecía que ninguna de las primeras
colonias de España era menos apta para llevar a cabo estos progresos y realizar
los destinos de república independiente. Si tal vez no era la más pequeña de las
provincias que formaba el extenso imperio colonial de los españoles, era sin duda
alguna la más pobre y, al mismo tiempo la más atrasada. Su población no pasaba
de 500.000 habitantes. Su comercio con las otras colonias se reducía a unos dos
millones de pesos por año, y las rentas públicas apenas alcanzaban a medio
millón”. (*)
Continúa el mismo historiador Barros Arana, con el siguiente comentario: “Al
terminarse la dominación española no había en todos el país diez hombres que
hubieran podido comprender otro latín que el de los comentadores de las Leyes de
Castilla o de los Tratados de Teología y de Derecho Canónico ni que pudieran leer
una página en francés o en cualquier otro idioma moderno. Baste decir que
mientras México y el Perú tuvieron imprenta desde el siglo XVI, y las otras
colonias desde el siglo XVIII, Chile estuvo privado de este elemento de
propagación de las luces hasta 1812, dos años después de haber iniciado la
revolución de su independencia ...... Sin embargo, Chile venció estas dificultades
al parecer insuperables y estableció un gobierno regular y ordenado antes que
ninguna de sus hermanas”. (*)
derecho para instar ante los Tribunales de Justicia por la posible discriminación que le afecta.
(Revista de Derecho y Jurisprudencia. Tomo 58. 1991. Segunda Parte. Sección Quinta. Pág.
193). En comentario sobre el mismo fallo del profesor universitario don Eduardo Soto Kloss se
concluye: "con la declaración del Comité (de Inversiones Extranjeras), habilita al peticionario para
recurrir a la Justicia Ordinaria para que ésta declare, de modo definitivo, y con la fuerza de la cosa
juzgada, si existe o no discriminación, y de ser efectivo que la norma impugna presente ese
carácter discriminatorio declare que corresponde aplicarle al peticionario la legislación general.
(*)
Diego Barros Arana. “Historia de la Guerra del Pacífico”. Editorial Andrés Bello, Santiago, Chile,
1979, Pág. 12.
(*)
Diego Barros Arana. Obra citada. Página 13.
14
Enseguida el historiador Barros Arana cita un informe del Ministro Diplomático de
Gran Bretaña, M. Horacio Rumbold, presentado en el año 1875 al gobierno inglés,
que es interesante transcribir. El diplomático Rumbold se refiere a Chile en ese
informe como: “una nación sobria, práctica, laboriosa, bien ordenada, gobernada
prudentemente, y formando un gran contraste con los otros estados del mismo
origen y de instituciones semejantes que se extienden en el continente
americano”. (*)
Concluye su informe el diplomático Rumbold, al comentar el notable desarrollo
político y económico de la naciente república con la siguiente frase: “todo esto
puede resumirse en dos palabras, trabajo y cordura”. (*)
Al respecto, en un muy interesante estudio de la Universidad Católica, se
contienen estadísticas que muestran el desarrollo del comercio exterior chileno a
partir de su Independencia. En la página siguiente se incluye un gráfico en que
se resumen, del estudio de la Universidad Católica, las estadísticas de
exportaciones e importaciones para ciertos años, a partir de 1810.
En una mirada muy rápida a las cifras anteriores, y a riesgo de ser excesivamente
simplista, se pueden extraer algunas conclusiones básicas.
En primer lugar llama la atención que en un período de sólo 90 años, entre 1810 y
1900, se multiplicó por más de 38 veces el intercambio de Chile con el mundo,
desde aproximadamente US$37 millones de dólares hasta US$1.400 millones de
dólares, todos medidos en la misma moneda del año 1995.
El intercambio llega a sus niveles históricos máximos en el año 1929 con una cifra
de US$ 3.600 millones para caer drásticamente, sólo 3 años después, en el año
1932, a US$ 676 millones. Ello muestra, de manera muy simple y dramática el
impacto de la depresión de esos años. Cabe imaginar todos los dramas y
angustias que provocó en los ciudadanos de este país esa gravísima disminución
del comercio con el mundo, que sólo en un período de tres años baja a un 20% de
lo que había representado en el año 1929.
(*)
(*)
Diego Barros Arana. Obra citada. Página 14.
Diego Barros Arana. Obra citada. Página 14.
15
TOTAL DE INTERCAMBIO DE COMERCIO EXTERIOR (*)
En millones de dólares de 1995
AÑO
(*)
EXPORTACIONES
IMPORTACIONES
TOTAL
1810
18,83
18,07
36,90
1820
28,85
37,23
66,08
1850
147,32
139,75
287,07
1870
195,13
204,16
399,29
1900
789,21
605,00
1.394,21
1910
1.233,33
1.115,78
2.349,11
1925
1.589,28
1.040,36
2.629,64
1929
2.118,40
1.493,97
3.612,37
1932
377,65
299,18
676,83
1935
860,27
574,25
1.434,52
1955
2.080,07
1.677,57
3.757,64
1970
3.759,17
3.232,10
6.991,27
1973
3.625,25
4.008,24
7.633,49
1980
6.536,29
8.535,81
15.072,10
1985
4.596,18
3.948,82
8.545,00
1990
8.984,12
8.237,32
17.221,44
1995
16.039,00
15.914,10
31.953,10
1810 – 1995. Estadísticas históricas. Universidad Católica de Chile. Instituto de Economía.
16
La depresión mundial que afectó a Chile de la manera que hemos señalado dio
origen a una serie de políticas de carácter estatista, en que se limitó de manera
sustancial la libertad de los particulares para actuar en comercio e industria, en
general, y, principalmente, en comercio internacional. Las actividades comerciales
con el exterior y el intercambio de divisas fueron prácticamente estatizados. El
tipo de cambio se determinó por las autoridades económicas llegando al extremo
de fijarse distintos tipos de cambio, según fuera la actividad de comercio
reglamentada.
Sobre el particular, el recordado abogado y profesor don Guillermo Carey
Bustamante, en su obra "CHILE SIN UF", contiene la descripción de un caso que
nos permitimos transcribir: "Un caso de antología. Las importaciones estaban
sujetas a bases inestables, debido a esa discrecionalidad aplicable a los tipos de
cambio impuestos a las divisas de distinto origen generadas por exportadores y
que se destinaban a la importación de determinados artículos...............En efecto,
si se deseaba subsidiar un producto de importación, se obligaba a ciertos
exportadores eficientes a liquidar, a un tipo de cambio artificialmente bajo, divisas
producidas por ellos y asignadas a los importadores subsidiados para permitirles
traer al país mercaderías a precios reducidos.................Estos subsidios se
traducían en dádivas que enriquecían a algunos importadores a quienes se
asignaban divisas baratas, con el sacrificio del fomento de exportaciones más
productivas y eficientes..........Para señalar, por el momento, un caso concreto,
puedo recordar que era tal la distorsión que entonces existía que, combinando con
pericia e imaginación estos mecanismos, ocurrió lo increíble pero cierto; que del
puerto de San Antonio saliera un barco con exportaciones de fierro manganeso,
cuando al mismo tiempo entraba a ese puerto otro barco trayendo ... ¡también
fierro manganeso!.............Esto sucedió porque el cobre de la gran minería
importaba ese producto a un cambio especial, y la exportación podía realizarse a
un tipo de cambio más alto". (*)
El ejemplo es muy claro para indicar la mentalidad política que imperaba en los
gobernantes del país en aquella época, de un estatismo fatigante, en que se
pretendía que la autoridad reguladora de los funcionarios públicos resolvería todos
los problemas que se generaban en el devenir económico. Le tomó muchos años
al país recuperarse de lo desastrosos efectos de aquellas políticas.
Las consecuencias de dicha depresión, sumadas a las políticas de control estatal
y de disminución de la actividad privada significan que sólo 25 años después, esto
es en el año 1955, se puede recuperar niveles de intercambio con el extranjero,
semejantes a los del año 1929.
(*)
Guillermo Carey B. Chile sin UF. Página 57. Los puntos apartes en la obra mencionada se han
separado en esta cita con distancia con puntos suspensivos. (.....)
17
Las cifras entre 1970 y 1973 muestran un estancamiento del intercambio con el
exterior, el que se recupera de manera sustantiva a principio de los años 80,
duplicando las cifras anteriores.
La crisis financiera y de tipo de cambio de la primera parte de la época de los 80
impacta severamente al país con una disminución en el año 1985 a la mitad del
comercio con el mundo. Efectivamente, del resumen de cifras que hemos
extractado del estudio de la Universidad Católica, se puede observar que el
comercio exterior total aumenta al doble de US$7600 millones a US$15000
millones entre 1973 y 1980, para decaer luego, dramáticamente, a US$8500
millones en 1985.
En la segunda mitad de la década de los años 80, se inicia un interesante proceso
de recuperación, en donde la inversión de Nueva Zelandia, principalmente en el
sector forestal de Chile, provoca un impacto muy positivo. (*)
Se establecen y se extienden en aquella época las medidas de libertad de acción
comercial, de intercambio con el exterior, de disminución de la carga tributaria y de
eliminación del rol empresarial del estado. De esta manera, se deja a la actividad
empresarial privada la responsabilidad del crecimiento económico del país. Es
interesante notar que, sólo en un período de cinco años, el total del comercio
exterior chileno se duplica de US$8.500 millones al año en 1985, a US$17.200 en
1990. Por esta vía se consolida una estructura legal y comercial en Chile que,
junto con el traspaso del gobierno a las nuevas autoridades civiles a partir de
1990, significa nuevamente duplicar el intercambio comercial con el mundo entre
1990 y 1995.
En conclusión, se puede observar que Chile ha tenido grandes altibajos en el
movimiento total de su comercio internacional, a lo largo de toda su historia. En
aquellos períodos de contracción del comercio exterior, toda la población resiente
sus efectos. A la inversa, en los períodos expansivos, se puede observar un
bienestar general.
Podemos, por lo tanto, aspirar, a que el país pueda crecer en un intercambio
comercial confiable con sus contrapartes del exterior. De esta manera, todos los
chilenos obtendrán beneficios cada vez más significativos en su vida diaria, como
por ejemplo, nuevas oportunidades de empleos y mejores ingresos.
(*)
A partir de enero de 1983, se produjo en Chile una grave crisis económica, cambiaria y
financiera, que produjo un gran impacto en toda la economía, provocándose una profunda
contracción económica, una devaluación significativa de la moneda nacional y muy alto desempleo.
Las medidas correctivas adoptadas comienzan a producir efecto a partir del año 1986. En ese año
se confirman las primeras inversiones significativas del exterior, provenientes de empresas de
Nueva Zelandia, y que, en asociación con importantes empresarios nacionales, estaban orientadas
hacia el sector forestal. Se inicia, así, un período de aumento de la confianza externa en el país,
de crecimiento de la inversión nacional y extranjera y desarrollo económico sostenido. Ello se
tradujo en un importante desarrollo del intercambio con el exterior.
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Al iniciarse un nuevo siglo todos los distintos sectores de nuestro país, tanto
políticos como empresariales y laborales, académicos y profesionales, aspiran a
consolidar un proceso de desarrollo democrático y que permite también un
significativo y constante aumento de nuestro comercio con el mundo. Es
importante recordar, a dicho efecto los comentarios citados más atrás del
diplomático Rumbold, quien al intentar una explicación sobre el fundamento del
desarrollo político y comercial de Chile exclamaba: “todo esto puede resumirse en
dos palabras, trabajo y cordura”.
Confiamos en que estos dos conceptos esenciales de nuestros orígenes, “trabajo
y cordura”, prevalezcan en nuestro país en los momentos de enfrentar nuestras
alternativas de desarrollo en el siglo que se inicia.
Uno de los propósitos de este libro es precisamente contribuir a un mejor
conocimiento de la normativa chilena e internacional sobre comercio exterior y de
esta manera, constituirse en un instrumento eficaz para la promoción de nuestro
comercio con el mundo.
2. ETAPAS DE UNA OPERACIÓN DE COMERCIO EXTERIOR
Las operaciones de comercio exterior son complejas, y se reflejan en diversos
actos y contratos, que se ejecutan escalonadamente, cada uno de los cuales
constituye en sí mismo una unidad, pero que se vincula, en un cierto sentido de
causalidad, con los que le anteceden, y los que le siguen.
Al final de este Capítulo se incluye un gráfico, en que se describe esta serie de
operaciones. Se puede observar en el gráfico que el centro de toda operación lo
constituye el acuerdo entre exportador e importador respecto de la venta de
ciertas mercaderías. Este es el contrato de compraventa internacional.
Enseguida, se empiezan a realizar simultáneamente, diversas operaciones de esta
serie compleja, tanto por parte del importador como por parte del exportador.
Este último debe preparar la mercadería, embalarla en los casos que corresponda,
trasladarla a puerto, y, cuando proceda, contratar el flete marítimo y embarcarla.
Eventualmente, deberá haber obtenido en forma previa, en aquellos países que
así lo requieran, un permiso o licencia de exportación.
El importador, por su lado, deberá usualmente obtener una licencia o permiso de
importación. Además, si se ha convenido, deberá obtener la emisión a través de
un banco de una carta de crédito para pagar al exportador el valor de la
mercancía.
Dependiendo de los términos del contrato de compraventa,
particularmente de las cláusulas de compra (las más usuales son FAS, FOB y
CIF), puede corresponderle la contratación del transporte internacional y del
seguro.
19
En este libro se pretende dar una cierta visión completa de los principales
aspectos del contrato de compraventa internacional y las definiciones
INCOTERMS, así como ciertas generalidades de las operaciones de pago
relacionadas con ese contrato, como son las Cartas de Crédito.
3.
EL CONTRATO DE COMPRAVENTA INTERNACIONAL DE MERCADERÍAS
Es el centro de toda operación de comercio exterior.
Este contrato contiene el acuerdo en que un vendedor, situado en un país, vende
a un comprador, domiciliado en otro país, determinadas mercaderías, en que se
conviene su calidad, condiciones, cantidad y precio, y se obliga a entregarlas en
cierta forma, que también se expresa. A su vez, el comprador, situado en otro
país, acepta recibir las mercaderías y pagar su precio en las condiciones
establecidas en ese contrato.
Este contrato constituye el objeto principal de este libro, a través de comentarios
acerca la Convención de Naciones Unidas sobre los Contratos de Compraventa
Internacional de Mercaderías, conocida también como Convención de Viena de
1980. Esa Convención fue suscrita y ratificada por Chile, transformándose en ley
de la República en 1990.
4. SUPERVISIÓN DE LA AUTORIDAD ECONÓMICA
Las operaciones de comercio exterior implican salida de mercaderías de un país e
ingreso de las mismas en otro. Como los pagos se efectúan en divisas, también
hay transferencias de dinero a través de las fronteras. Además, existe transporte
internacional y contratos de seguros.
Dependiendo de las orientaciones político-jurídicas de cada país, y de la situación
por la que atraviesa su propia economía, el comercio exterior se ha visto sometido
a mayores o menores controles por parte de los respectivos Gobiernos. En
algunas oportunidades, incluso en nuestro propio país, los pagos que se
efectuaran en divisas por los particulares requerían la aprobación completa de la
autoridad económica, a través de una autorización especifica del Banco Central de
Chile. Incluso más, se llegó a mencionar el concepto de “tráfico de divisas” para
aquellas operaciones de cambio de monedas, realizadas libremente por los
particulares, al margen de la autoridad estatal de turno en ese momento. Ellas se
tipificaron como delito, en la legislación económica de aquellos días, en que ni
siquiera se concedía un derecho esencial al inculpado, cual es la libertad
provisional.
20
Hoy día en Chile la libertad de comercio, interno y externo, constituye un derecho
para los particulares garantizado por la Constitución Política. Existe la más amplia
libertad para realizar importaciones y exportaciones, lo que ha permitido un
incremento sustancial de nuestro comercio con el mundo.
Los conceptos de “control y supervisión del comercio exterior” y de “delito
cambiario” se han sustituido en esta economía de mercado, consolidada en Chile,
desde la década de los años 80, por los de libertad de comercio con el mundo. De
esta manera, la autoridad económica cumple una función más bien de orden
estadístico, supervisando la adecuación de las operaciones dentro del marco
regulatorio general. Así, los conceptos “Licencia o Registro de Importación o de
Exportación” se sustituyen por el de “Informe de Importación o de Exportación”.
5.
DESPACHO DE LAS MERCADERÍAS
La obligación principal del vendedor, tanto en las compraventas domésticas, como
en las internacionales, consiste en la entrega de la cosa vendida al comprador.
En las operaciones de comercio exterior se requiere siempre un medio de
transporte internacional, que puede ser por vía marítima, aérea o terrestre. En
estos casos, se suele hablar de despacho de las mercaderías. En estricto rigor,
sin embargo, el concepto de “despacho” no significa jurídicamente lo mismo que
“entrega”. Veremos en este libro la diferencia que hay entre legislación chilena y
algunas extranjeras respecto de los efectos del contrato de compraventa en
relación con la transferencia del dominio y la transferencia de los riesgos al
comprador.
Ahora bien, el despacho puede efectuarse por distintos medios de transporte y,
dependiendo de las cláusulas de entrega convenidas entre las partes, la
obligación de contratar el medio de transporte puede recaer tanto en el vendedor
como en el comprador. También puede variar el lugar convenido de la entrega,
que en algunos casos puede ser el mismo establecimiento del vendedor, en su
punto de origen, o bien, el domicilio del vendedor, en su punto de destino.
Estas materias se analizan en este libro, en el Capítulo relativo a las obligaciones
del vendedor y comprador, al tratarse específicamente el contrato de compraventa
internacional y en el Capítulo relativo a INCOTERMS 2000.
6.
PAGO DEL PRECIO
Así como la obligación principal del vendedor es la entrega de la mercadería en el
lugar y tiempo convenidos, la obligación esencial del comprador es el pago del
precio, en la moneda pactada, y en lugar y tiempo convenidos.
21
En las operaciones de comercio internacional el precio se paga en divisas, esto es
monedas sólidas y estables, de libre circulación internacional y que son aceptadas
como medios de pago en todo el mundo. Las partes son, por lo general, libres
para convenir el tipo de moneda en que se efectuará el pago, así como también el
lugar y tiempo del mismo, y los mecanismos utilizados para este propósito.
Uno de los medios utilizados es la Carta de Crédito Bancaria, conocida también
como Crédito Documentario, a cuyo análisis se destina un Capítulo de este libro.
7.
SOLUCIÓN DE EVENTUALES CONFLICTOS
Generalmente, los acuerdos y contratos de carácter internacional nacen en un
ambiente lleno de esperanzas y satisfacciones. El vendedor logró encontrar un
comprador de su mercadería, y aspira a recibir el pago del precio. El comprador, a
su vez, está dispuesto a pagar ese precio a cambio de la satisfacción de su
necesidad, recibiendo la mercadería comprada.
Sin embargo, la ejecución y cumplimiento de estos contratos pueden presentar
muchas dificultades. Existe en inglés una frase que expresa el concepto de
“wishful thinking”, queriendo significar una situación en que, cada parte,
precisamente en su entusiasmo inicial y en medio de la esperanza del bienestar
que le causa la celebración de este contrato, interpreta las cosas de la manera en
que a cada uno más le conviene o, dicho de otro modo, de la manera en que
preferiría que las cosas se desarrollaran. Las operaciones de comercio exterior
son complejas, y requieren una serie de actos sucesivos, que deben desarrollarse
en el tiempo, relacionados con las mercaderías vendidas, su calidad, aptitud,
embalaje, lugar y tiempo de la entrega, medio de transporte convenido, moneda,
lugar y tiempo del pago. En consecuencia, en el momento de ejecutarse alguna
de estas operaciones, una de las partes puede no cumplir con lo que la otra
espera de ella; y, viceversa.
Además, en todo el proceso del transporte internacional las mercaderías están
sujetas a los naturales riesgos de deterioro o daño. También puede ocurrir que las
partes no hayan definido con claridad el momento preciso en que se transfieren
los riesgos del vendedor al comprador. Ello también es fuente de conflicto entre
las partes.
Sucede que el comprador, en muchas oportunidades, recibiendo las mercaderías
en forma oportuna, las examina y les da su aprobación. Sin embargo, puede
ocurrir, después, que tal mercadería, por ejemplo una materia prima, no sea apta
para el fin requerido por el comprador, y el producto final que obtiene aquel
comprador no cumpla con los requisitos y especificaciones establecidos en algún
mercado determinado, produciéndose la perdida correspondiente.
22
Todos estos problemas generan una gran cantidad de conflictos. Por ejemplo,
deberá determinarse la legislación aplicable, el lugar del juicio, el idioma, y una
serie de otras decisiones todas muy complejas. Esto, a su vez, agrega entre las
mismas partes más conflictos aún, aparte de los anteriores.
Por lo mismo, es conveniente que en el mismo contrato de compraventa
internacional se convenga una cláusula de arbitraje, en que se resuelva
anticipadamente los principales temas arriba mencionados.
Nuestra
recomendación es utilizar el sistema de arbitraje de la Cámara de Comercio
Internacional.
8.
LA CÁMARA DE COMERCIO INTERNACIONAL
La Cámara de Comercio Internacional, conocida por sus siglas CCI, es la principal
organización comercial del mundo. Fue establecida en el año 1919 y tiene su
sede en la ciudad de París. Hoy día agrupa a miles de compañías comerciales de
todo el mundo, representando a más de 130 países. El propósito de la CCI es
promover mecanismos internacionales abiertos de comercio y de inversiones, así
como la economía de mercado en todo el mundo. Dentro del año siguiente a la
creación de Naciones Unidas, la CCI recibió el carácter de consultor al más alto
nivel, precisamente con el propósito de prestar su colaboración para el desarrollo y
protección de los principios de comercio mundial recién señalados.
Los dirigentes comerciales de todo el mundo se reúnen con frecuencia al amparo
de la CCI, con el objeto de analizar situaciones específicas del comercio mundial,
y efectuar las observaciones y recomendaciones que sean necesarias. Asimismo
aquellos acuerdos, conjuntamente con las proposiciones de los expertos y
profesionales de la CCI, constituyen orientaciones del más alto nivel, relacionadas
con una gama muy amplia de materias, vinculadas todas al comercio
internacional, como, por ejemplo, contratos internacionales, legislación sobre libre
competencia
internacional,
propiedad
intelectual,
ética
comercial,
telecomunicaciones, transporte, servicios financieros, tecnologías de información y
comercio electrónico.
De un modo especial, cabe mencionar la Corte Internacional de Arbitraje, con
sede en París, que constituye un muy eficaz medio para resolver los conflictos en
materia de contratos internacionales. En esa Corte prevalece un criterio técnicoprofesional del más alto nivel, y la garantía de la independencia total de sus
jueces. Es por ello que insistimos en nuestra recomendación de utilizar sus
servicios.
A partir del 1º de enero del año 2000, entra en vigor la nueva norma INCOTERMS
2000, que se comenta también en este libro. Asimismo, en la Convención de
Viena de 1980, sobre Contrato de Compraventa Internacional de Mercaderías, los
miembros de la CCI tuvieron una participación muy activa.
23
En las principales capitales del mundo existe un Comité Nacional de la CCI, que
constituye el vínculo entre la organización matriz con sede en París y la
comunidad de negocios local, así como con los respectivos Gobiernos. El Comité
Nacional de Chile se constituyó en el año 1993, al amparo de la Cámara Nacional
de Comercio, habiendo desarrollado una muy importante labor de difusión de las
normas que regulan el comercio internacional, elaboradas por la CCI, algunas de
las cuales se analizan en este libro.
9.
UNIFICACIÓN DEL DERECHO MERCANTIL INTERNACIONAL
Un contrato de importación, o de exportación, no es más que una compraventa
internacional, en que una parte se obliga a vender una cosa y la otra a comprarla
y a pagar su precio en dinero. El contrato de compraventa es uno de los
considerados "clásicos" en el Derecho Civil, cuyas raíces son muy antiguas, tanto
en el derecho romano como en la legislación anglosajona. Por lo mismo, los
sistemas legales de cada país contienen disposiciones abundantes y una
regulación muy detallada de este contrato.
A este respecto, cabe destacar el rol muy importante que corresponde a diversas
instituciones, como las Naciones Unidas, la Cámara Internacional de Comercio y
la Organización Mundial de Comercio.
El comercio entre naciones ha adquirido una fuerza propia cada vez de mayor
importancia. Las personas suelen estar de acuerdo en efectuar negocios no sólo a
pesar de diferencias de razas, políticas, religiosas, o de cualquier índole, sino que
también a pesar de las disposiciones legales de cada país. Las prácticas
restrictivas producen un daño importante y, en el largo plazo, atentan contra el
desarrollo creciente y armónico del comercio internacional.
No podemos dejar de destacar un Acuerdo mundial sobre comercio, que nació en
1947 con el nombre de GATT, al que pertenecen prácticamente todos los países
del mundo, y que tiene esta función tan importante de proteger la libertad de
comercio internacional. En Diciembre de 1993, en Ginebra, Suiza, se acordó la
modificación del GATT, el que pasó a denominarse “Organización Mundial de
Comercio”, OMC. Desde sus orígenes el GATT fue objeto de sucesivas
modificaciones, en ruedas de negociaciones internacionales que se denominaron
“Rondas”. El acuerdo de 1993, en virtud del cual se cambia el GATT por la OMC
es el resultado de la llamada “Ronda Uruguay”.
Conviene citar un artículo de los profesores Andrés Concha y Fernando Morales,
sobre esta materia:
"El 30 de Octubre de 1947 en la ciudad de Ginebra, Suiza, un grupo de 23 países,
entre los que figuraba Chile, suscribió el Acuerdo General sobre Aranceles
24
Aduaneros y Comercio, más conocido, GATT (General Agreement on Tariff and
Trade). El GATT es esencialmente un Tratado Multilateral e Intergubernamental
de Comercio, que implica derechos y obligaciones recíprocos y cuya finalidad
básica es liberalizar el comercio mundial, dándole una base estable. Es el único
instrumento multilateral que fija normas convenidas para regir el comercio mundial.
Entró en vigor el 1º de Enero de 1948, siendo aceptado en un principio por 23
países, entre los cuales Chile, que lo puso en vigencia por Decreto Nº 229, del
Ministerio de Relaciones Exteriores, de fecha 15 de Marzo de 1949. Durante 30
años el GATT ha funcionado también como el principal organismo internacional
encargado de negociar la reducción de los obstáculos entorpecedores del
comercio y de velar por las relaciones comerciales internacionales. GATT es,
pues, un código de normas y a la vez un foro en el que los países pueden discutir
y resolver sus problemas comerciales y negociar con objeto de ampliar
oportunidades de comercio en el mundo. La reducción de los obstáculos
entorpecedores del comercio se ha producido progresivamente en sucesivas
negociaciones multilaterales del GATT." (*)
En consecuencia, los países miembros del GATT tienen la posibilidad de recurrir a
este foro internacional en caso de decretarse alguna medida restrictiva al comercio
por parte de otro de los Estados signatarios y solicitar la aplicación de los
remedios jurídicos correspondientes.
Según el profesor Ernesto Tironi estos tratados sirven “para reducir la
incertidumbre que significa producir para mercados externos o consumir productos
del exterior. Sirven para tener reglas más claras y predecibles para conducir el
comercio exterior” (*). Agrega el mismo autor: “Como resultado de que cada país
sea parte del GATT o la OMC, los exportadores e importadores tienen la garantía
de que los impuestos a las importaciones (aranceles) que deben pagar, no pueden
superar cierto máximo, no sólo en virtud de una ley nacional, sino de un tratado
internacional. En otras palabras, si su propio Parlamento o Poder Ejecutivo desea
cambiar esas condiciones comerciales deberá conseguir una autorización del
GATT/OMC (o sea de los demás países) y ello tendrá cierto costo para el país”. (*)
Continúa el profesor Tironi diciendo que “la OMC no es sólo una especie de
Parlamento donde se escriben las leyes que regulan el comercio internacional. La
OMC es, además, como un Tribunal de Justicia al cual puede recurrir un país (y,
por lo tanto, un exportador o importador a través de su Estado), cuando estime
que otra nación ha violado una norma del GATT con perjuicio para él. De esta
manera, se consigue que entre naciones soberanas rija el imperio del derecho y
(*)
Andrés Concha y Fernando Morales. El Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y
Comercio, en Nuevas Dimensiones del Comercio Internacional.
Instituto de Estudios
Internacionales. Universidad de Chile. 1982.
(*)
Ernesto Tironi “La Organización Mundial de Comercio y La Ronda Uruguay”. Dolmen
Ediciones. 1995. Santiago de Chile.
(*)
Ernesto Tironi, misma cita anterior.
25
no la arbitraria “ley del más fuerte”, normalmente impuesta por el Estado más
poderoso”. (*)
Desde otra perspectiva, podemos señalar que se ha generado en las operaciones
de comercio internacional una serie de términos que todos quienes actúan en este
campo entienden, al menos en su significado genérico y que, por el contrario, para
quienes están ausentes de estas prácticas, suenan a idiomas extraños. La
designación de las palabras "F.O.B. Valparaíso" o "C.I.F. Pudahuel" tienen un
preciso significado para importadores y exportadores. Sin embargo, a pesar de un
entendimiento común sobre lo que tales términos implican, suele haber
discrepancias entre las partes de diferente nacionalidad acerca de todas y cada
una de las cláusulas o conceptos que derivan de estas fórmulas. Naturalmente,
estas discrepancias se producen al momento de evaluar el posible incumplimiento
de un contrato, asociado siempre a consecuencias de orden patrimonial.
El profesor Bernard Audit, en su libro “La Compraventa Internacional de
Mercaderías” señala lo siguiente: “Poner fin al conflicto mediante la unificación de
los derechos internos es algo que está fuera de cuestión. La compraventa es la
rama más importante del derecho de los contratos e influye en gran medida sobre
el derecho de los bienes. Se ha comprobado, desde hace largo tiempo, que la
regulación de las compraventas internacionales por el derecho interno no resulta
una solución satisfactoria. Por un lado, dichas regulaciones no han sido
concebidas para este tipo de ventas, especialmente cuando las normas han sido
adoptadas hace mucho tiempo. Por otra parte, el derecho nacional aplicable a un
caso dado, debe determinarse según el procedimiento del conflicto de leyes, que
resulta poco comprensible a los profanos, como lo son los operadores del
comercio internacional; para los mismos juristas, sus principios varían de un país a
otro y la solución de un conflicto en un país determinado presenta, en sí misma,
dificultades que dan lugar a incertidumbre. En vista de estas consideraciones, la
vía de la unificación del derecho de la compraventa internacional, y sólo de él,
aparece como una solución óptima. No requiere ninguna adaptación de los
derechos internos en los diferentes aspectos ligados al derecho de la
compraventa, y las reglas pueden ser concebidas en función de las particulares
necesidades y circunstancias del comercio internacional. La adopción de un texto
para que rija los principales aspectos del derecho de la compraventa internacional,
con vocación universal, tal como el de la Convención firmada en Viena el 11 de
abril de 1980, bajo los auspicios de las Naciones Unidas, constituye un progreso
significativo en la búsqueda de una reglamentación uniforme para el comercio
internacional”. (*)
Haciendo un poco de historia, cabe recordar que, en el año 1919, en los Estados
Unidos de América, un Comité representando a la Cámara de Comercio de dicho
país al Consejo Nacional de Importadores Americanos y al Consejo Nacional de
(*)
(*)
Ernesto Tironi, misma cita anterior.
Bernard Audit. Obra citada. Página 7.
26
Comercio Exterior, aprobó un conjunto de normas, cuyo uso fue sugerido a
importadores y exportadores. Estas normas se conocen con el nombre de
"American Trade Definitions". Posteriormente, en el año 1941, estas regulaciones
fueron modificadas publicándose con el nombre de “Revised American Foreign
Trade Definitions - 1941", cuyo texto sigue vigente hasta la fecha.
Estas normas han sido utilizadas frecuentemente en países anglo-sajones y en los
Estados Unidos.
Como se expresó en el Capítulo anterior, en el mismo año 1919 se creó la Cámara
de Comercio Internacional, con sede en París. La Cámara ha tenido por función
especial la de contribuir al desarrollo del comercio mundial, a través, entre otras
medidas, de la unificación de normas de contratos entre partes de países
diferentes.
También desde sus orígenes, la Cámara se dio la tarea de producir un documento
que fuera de aceptación universal entre sus miembros, en materia de términos
mercantiles. En su primer Congreso en el año 1920, se encomendó a un grupo de
especialistas la proposición de normas sobre la materia, lo que se produjo en el
año 1928.
Las normas fueron objeto de modificación en 1936, para ser sujetas a una nueva
modificación, que rige hasta la fecha, en 1980. Este acuerdo se conoce con el
nombre de "Reglas Internacionales para la Interpretación de Contratos
INCOTERMS".
Los INCOTERMS definen términos de común utilización en los contratos
internacionales y, de acuerdo con la propia introducción del documento, "tienen
por objeto facilitar un conjunto de reglas internacionales de carácter facultativo que
determinen la interpretación de los principales términos utilizados en los contratos
de compraventa internacional.” “Van dirigidos a aquellos hombres de negocios
que prefieren la certeza que proporcionan estas reglas internacionales de carácter
uniforme a la incertidumbre ocasionada por las múltiples interpretaciones dadas a
unos mismos términos en los diferentes países". (*)
Estas cláusulas tienen por objeto definir principalmente lo siguiente:
(*)
Derechos y obligaciones de cada parte en función de la cláusula de
venta acordada.
Determinación de quién asume los gastos y riesgos hasta el momento de
la entrega.
Determinación del momento y lugar en que se produce la entrega de la
mercadería.
Obligaciones de pago del comprador.
Cita textual del folleto INCOTERMS.
27
En lo que se refiere al pago mismo del valor de la mercadería, se han comentado
las características y ventajas de la operación de Cartas de Crédito. Una de las
obligaciones que genera el contrato de compraventa es la de pagar el precio por el
comprador. Puede concluirse entonces, que la obligación de abrir una Carta de
Crédito nace como consecuencia de una compraventa internacional. Si bien es
cierto que, en lo relativo al pago de un acreditivo no es posible hacer mención de
las estipulaciones del contrato en que está basada, ello no significa que sean
elementos separados el uno del otro. La falta de apertura de Carta de Crédito, por
quien estaba obligado a hacerlo, o la instrucción incompleta o insuficiente para el
mismo objeto, son constitutivas de incumplimiento de contrato, que la parte
contraria podrá reclamar.
Con el objeto de uniformar las reglas internacionales y las definiciones sobre Carta
de Crédito, también la Cámara de Comercio Internacional se preocupó de
establecer normas de utilización general que se conocen con el nombre de "Usos
y Reglas Uniformes relativos a los Créditos Documentarios". Estos fueron
publicados por primera vez en 1933 y revisados en 1951, 1962 y 1983. El texto
actual fue revisado en 1993 y puesto en práctica a partir del 1º de enero de 1994.
(Acuerdo 500).
Recordando la cita del profesor Bernard Audit, en este mismo Capítulo, debe
citarse con especial énfasis a la reciente CONVENCIÓN DE NACIONES UNIDAS
SOBRE LOS CONTRATOS DE COMPRAVENTA INTERNACIONAL DE
MERCADERÍAS, acordada en Viena el día 11 de abril de 1980 y conocida como
Convención de Viena 1980.
En esta Conferencia diplomática, en que participaron sesenta y dos (62) Estados,
entre los que se incluye Chile, organizada bajo el patrocinio de la Comisión de
Naciones Unidas para la Legislación del Comercio Internacional (UNCITRAL) se
aprobó este acuerdo, que al decir de algunos profesores de los Estados Unidos,
se transformará en una moderna “Lex mercatoria" de carácter internacional, que
permitirá un desarrollo más fluido y armónico del comercio.
Este acuerdo viene a representar la culminación de más de 50 años de esfuerzo
de diversas instituciones públicas y privadas, con el objeto de unificar la legislación
internacional sobre compraventas de mercaderías.
En el año 1930, el Instituto Internacional para la Unificación del Decreto Privado
(conocido también como Instituto de Roma, o bien UNIDROIT), designó a un
grupo de expertos para proponer el borrador de un texto sobre compraventa
internacional. Se formó un Comité integrado por representantes de los sistemas
legales de mayor importancia en aquella época: el latino, el anglo-americano, el
germánico y el escandinavo.
28
Los borradores finales, que representaban un importante grado de avance en la
codificación común, fueron presentados en 1939. La segunda guerra mundial
impidió desarrollos posteriores en esta materia. Después de la guerra, el grupo de
trabajo de UNIDROIT continuó perseverando en la idea de promover un acuerdo
internacional sobre el contrato de compraventa. Es así que en el año 1964, en el
mes de abril, por invitación del Gobierno de Holanda, las delegaciones de 28
países acuerdan dos convenciones: una sobre Ley Uniforme de Compraventa
Internacional de Bienes Corporales Muebles y otra sobre Formación del Contrato
para la Compraventa Internacional de Bienes Muebles.
Si bien estos acuerdos representaban un gran avance, en diversos países existían
reservas para la aplicación de las Convenciones de La Haya, sea por no haber
ellos participado en la redacción de los mismos, o por no existir coincidencia con
las definiciones legales involucradas en dichos acuerdos.
En el año 1966, la organización de Naciones Unidas designó una Comisión,
conocida como UNCITRAL, a cargo de la legislación para el comercio
internacional. Esta Comisión tiene 36 miembros, distribuidos de tal manera que
estén representados, proporcionalmente, todos los diversos sistemas legales del
mundo. Así, África tiene 9 miembros; Asia. 7: Europa Oriental. 5; América Latina.
6; Europa y otros países occidentales. 9.
UNCITRAL estudió un nuevo texto sobre contrato de compraventa internacional y
en el año 1978 recomendó a la Asamblea General de Naciones Unidas que
llamara a una conferencia diplomática que se pronunciara sobre dicho texto. En
abril de 1980, se reunieron delegaciones de 62 países, en la Convención de
Viena, aprobándose el texto en referencia. Chile concurrió a dicha Convención,
votando los representantes chilenos favorablemente el texto de este Convenio
Internacional.
La Convención fue ratificada por Chile y se transformó en ley de la República,
publicándose en el Diario Oficial el día 3 de octubre de 1990, con la expresa
reserva que, si cualquiera de las partes del contrato tiene su establecimiento en
Chile, no se aplicarán las normas de la Convención respecto de sus disposiciones
que permitan: ”que la celebración, la modificación o la terminación por mutuo
acuerdo del contrato de compraventa o cualquier oferta, aceptación u otra
manifestación de intención se hagan por cualquier procedimiento que no sea por
escrito.”
Se ha estimado conveniente incluir, como Anexo de este libro, el texto tanto en
castellano como en inglés con el objeto de facilitar su entendimiento en el país y,
al mismo tiempo, permitir que en las comunicaciones en inglés con contrapartes
del exterior, se utilicen los términos exactos de estas normas.
29
10. APLICACIÓN EN CHILE DE LAS NORMAS INTERNACIONALES
En Chile al igual que en la inmensa mayoría de los países del mundo occidental,
tiene plena vigencia el principio llamado "autonomía de la voluntad". (*)
Este principio tiene algunas limitaciones derivadas de normas de orden público por
lo que las partes no tienen, en este caso, una libertad absoluta.
En el caso de la compraventa el artículo 1887 del Código Civil establece que
"pueden agregarse al contrato de venta cualesquiera otros pactos accesorios
lícitos; y se regirán por las reglas generales de los contratos".
Por lo tanto, como lo señala el profesor Rafael Eyzaguirre, es perfectamente lícito
que las partes, siendo una de ellas chilena, pueda someter las diferencias con la
otra, a un sistema de arbitraje internacional. (*)
Puede decirse que la estipulación de estas normas es facultativa para las partes,
pudiendo acogerse a ellas o no. En el caso en que se decida adoptar dicha
normativa, tal estipulación es válida en la legislación chilena. Así, por ejemplo, el
artículo 113 del Código de Comercio establece, en síntesis, que los actos
concernientes a la ejecución de los contratos celebrados en el extranjero y que
deban cumplirse en Chile se arreglarán a las leyes chilenas, salvo que los
contratantes hubieran acordado otra cosa.
Por otro lado, el Decreto Ley Nº 2.349 publicado en el Diario Oficial de 28 de
octubre de 1978, que establece normas sobre contratos internacionales para el
sector público, reconoce una práctica generalizada en el país en el sentido que en
tales contratos se pacten cláusulas especiales en cuya virtud, entre otras, se
someten a una legislación extranjera, se pacte arbitraje internacional y varias de
naturaleza. El referido Decreto Ley, en sus considerandos, señala que dentro del
sistema jurídico chileno tales estipulaciones son lícitas. El propio legislador ha
reconocido, pues, la validez de estas cláusulas.
Si bien es cierto que la inclusión de estas cláusulas es legítima y es válida para los
contratantes domiciliados en Chile, es recomendable, antes de hacerlo, un análisis
muy cuidadoso de cada contrato en particular y de las cláusulas que se pretende
aplicar. Existen ciertas "áreas críticas" en donde la legislación comercial
internacional contempla soluciones distintas de aquellas vigentes en la legislación
chilena.
Por lo mismo, una aplicación inadvertida de estas normas
internacionales, en vez de contribuir a clarificar una situación, puede ser fuente de
conflictos importantes con las contrapartes del exterior.
(*)
Ver infra párrafo 15 "El Principio de la Autonomía de la Voluntad".
Rafael Eyzaguirre E. "El Arbitraje Comercial en la Legislación Chilena y su Regulación
Internacional". Editorial Jurídica de Chile. 1981.
(*)
30
DIAGRAMA DE UNA EXPORTACION
Banco Central de Chile
Banco comercial chileno
Documentos de embarque
Transporte a puerto
Exportador
Paga documentos de embaeque
Pago faenas
Frio embalaje
Remite doumentos de embarque
Notifica CD
Confirma y avisa CD
Solicita credito preembarque
Pago a
productores
Registro de exportación
Presenta documentos
Embarque. Cobra CD
y paga credito de
preembarque
Contrato
Solicita CD
Entrega documentos
Paga documentos
Banco comercial
extranjero
Importador
Descarga y retiro
De puerto
Puerto embarque

Transporte marítimo
Puerto destino
Propiedad del autor, José Luis López Blanco. Prohibida su reproducción total o parcial.
31
CAPITULO II
EL CONTRATO DE COMPRAVENTA INTERNACIONAL DE
MERCADERÍAS
A. INTRODUCCION
Nos ha tocado participar profesionalmente en una serie de situaciones relativas a
incumplimiento de contratos de exportación, en que las partes no tenían
conocimiento de las normas legales aplicables, tanto chilenas como
internacionales. Si antes de celebrar el contrato, hubieran contado con una
información adecuada, podrían haber adoptado las medidas necesarias para
proteger sus intereses.
Por lo mismo, quisiéramos enfatizar algunos conceptos jurídicos fundamentales
del contrato de compraventa internacional y también de las normas aplicables en
Chile. Estos conceptos pueden ser de gran utilidad para quienes, no siendo
abogados, consulten y utilicen este libro.
Los aspectos legales del contrato de compraventa internacional, son básicamente,
los mismos del contrato de compraventa "doméstico" o “nacional".
Para quienes no tengan experiencia jurídica, el término "contrato de compraventa"
puede tener alguna connotación difícil o, tal vez, de elemento desconocido y
nunca visto. Adicionalmente, puede dar la impresión de costos, quizás excesivos.
Se puede pensar en la intervención de abogados, de Notarios Públicos y, como
señalaba un antiguo profesor universitario "en timbres, estampillas y papel
sellado". Aludía de esta manera, al exceso de papeles y de trámites burocráticos
que, en aquella época, se requería para la realización de diversos actos y
operaciones de carácter legal. Sin embargo, inadvertidamente, todos los días
celebramos contratos de compraventa, cumpliendo con todos y cada uno de los
requisitos que establece la ley.
Para que exista este contrato, es necesario el consentimiento entre un vendedor y
un comprador, respecto del objeto materia de la compraventa y, también, del
precio. Las más de las veces, este contrato queda perfecto por el simple acuerdo
de voluntades, sin que se requiera documento o escrito de ninguna naturaleza.
32
Por ejemplo, la gran mayoría de las personas, todos los días puede adquirir un
periódico o una revista; en otros casos, comprarán algún libro, tal vez alimentos,
quizás ropa y prendas de vestir, y otras cosas. En cada uno de esos casos, ha
existido un verdadero contrato de compraventa. En las operaciones antedichas, el
contrato se celebra de manera espontánea y sin la conciencia de estar frente a un
sinnúmero de posibilidades y alternativas de carácter operacional y jurídico.
En otra clase de convenios existe un grado mayor de complejidad, como por
ejemplo, la compraventa de un vehículo, o de un bien raíz. La realización de este
tipo de contratos, requiere algún conocimiento más profundo sobre el tema. De la
misma manera, los comerciantes tienen la natural experiencia de adquirir materias
primas, maquinarias y equipos para su empresa, así como también saben de las
técnicas y dificultades de vender los productos de su industria.
Es así como, en general, de un modo u otro las personas individuales, los
comerciantes y empresarios, tienen sobre esta materia un conocimiento técnicojurídico mucho mayor del que ellos mismos se imaginan.
A continuación se verán, primeramente, los elementos principales de la
compraventa en Chile, para luego considerar las características aplicables al
contrato de compraventa internacional.
33
B.
EL CONTRATO DE COMPRAVENTA INTERNO
11. ANTECEDENTES
Si bien el propósito de este libro es analizar el contrato de compraventa
internacional, conviene, primeramente, referirse en términos generales al contrato
de compraventa interno, conocido también como contrato de compraventa
doméstico. Al conocer ciertas definiciones de la legislación chilena, el lector se
podrá familiarizar, después, con términos jurídicos y con la racionalidad legal
aplicable a los contratos de compraventa en todo el mundo.
Este contrato, que es uno de los más antiguos en el mundo, tiene sus primeros
orígenes, en la forma en que actualmente se conoce, en el Derecho Romano.
Es interesante indicar, aunque sea de un modo genérico, los antecedentes de
nuestra legislación. En el Tratado del Emperador Justiniano, conocido como el
Digesto que fue promulgado en el año 533 D.C., se establece lo siguiente en el
Libro XVIII, Título I: “El origen de la compra y venta está en las permutas, porque
antiguamente no existía el dinero, ni se denominaba a una cosa mercancía y a la
otra precio...”. Agrega más adelante, en el mismo párrafo: "Se eligió una materia
cuya valoración pública y perpetua evitase, mediante la igualdad de cuantía, las
dificultades de las permutas ..... Desde entonces, no constituyen ambas cosas
mercancías, sino que una de ellas se denominó precio".
Este concepto inspiró todo el derecho continental europeo, y fue consagrado en el
Código francés de Napoleón, el que a su vez dio origen a nuestro propio Código
Civil.
En nuestra legislación interna, el Código Civil en su artículo 1794 define este
contrato de la siguiente manera: “La compraventa es un contrato en que una de
las partes se obliga a dar una cosa y la otra a pagarla en dinero. Aquella se dice
vender y ésta comprar. El dinero que el comprador da por la cosa vendida se
llama precio". Es interesante comprobar la similitud conceptual de las
disposiciones de nuestro Código Civil, con las normas que imperaban en la
antigua Roma.
A continuación se analizan los principales elementos del contrato de compraventa
regido por nuestro Código Civil, las partes que intervienen, sus formas y requisitos,
y sus efectos.
34
12. ELEMENTOS DEL CONTRATO DE COMPRAVENTA
De las definiciones recién transcritas se desprenden los tres elementos principales
del contrato:
a) Consentimiento, entre comprador y vendedor respecto del objeto materia de
la compraventa, de sus características de calidad, cantidad, embalaje,
sanidad, etc. y de su precio. Una de las partes está de acuerdo en vender y la
otra está de acuerdo en comprar. El consentimiento debe ser otorgado por
personas con capacidad legal para expresar libremente su voluntad y para
asumir las obligaciones correspondientes.
b) Objeto vendido, en cuanto ambas partes deben coincidir en su acuerdo
respecto de las características esenciales, tales como la mercadería misma
que se vende, su naturaleza, clase y otras condiciones. Del mismo modo, es
importante que exista pleno acuerdo de voluntades respecto de algunas
condiciones que pueden ser definidas como accidentales, pero que para
alguna de las partes pudieran tener algún valor especial o decisivo; por
ejemplo, determinados requisitos de calidad; o cierta variedad, o, en el caso
de frutas, cierta coloración, o un tamaño específico, o algunas características
especiales de presentación y de embalaje.
Asimismo, para que sea válida la compraventa, el objeto debe encontrarse
dentro de lo que se llama "la esfera del comercio humano”. Vale decir, su
enajenación no debe estar prohibida por la ley.
Aparte de restricciones que resultan claras y obvias respecto de objetos cuya
comercialización no está permitida por razones de carácter moral o médico,
existen algunas legislaciones de carácter especial en que no se permite la
compra o la venta de ciertos bienes. Es posible, en los mercados mundiales,
encontrar razones de carácter militar, político o religioso que afecten el
intercambio con algunos países.
Así, por
ejemplo, la transferencia
internacional de ciertos equipos, maquinarias o de bienes con alta tecnología,
suele estar sujeta a restricciones en algunos países.
Por otro lado, pueden darse situaciones de escasez de un producto o, a la
inversa, de sobreabundancia que, según sea el caso, pueden restringir la
exportación de un determinado bien en un país, o, inversamente, afectar la
importación desde otros países.
Finalmente, en estos breves comentarios, pueden mencionarse las prácticas
restrictivas del comercio exterior, que generan reacciones negativas
produciéndose limitaciones al comercio internacional bilateral.
c) Precio, que debe ser pagado en dinero. Si no hay pago en dinero, se estará
en presencia de alguna forma de trueque o permuta.
35
En el caso de las compraventas internacionales, deberá además, indicarse con
claridad la moneda en que se efectuará el pago. Las partes usualmente
requieren que el pago se haga en "divisas de libre convertibilidad", con el objeto
de evitar los riesgos cambiarios y de transferencia de monedas extranjeras
desde el país del comprador. Existen algunos países con regímenes restrictivos
en materia cambiaria y de comercio exterior, por lo que es importante
asegurarse de la viabilidad de recibir el pago de las mercaderías exportadas a
esos países, en monedas de libre circulación internacional.
13. PARTES INTERVINIENTES
Las partes que intervienen son conocidas con el nombre de vendedor y
comprador, que también suelen identificarse, en comercio internacional, con los
nombres de exportador e importador.
Las partes deben tener la capacidad legal para suscribir el contrato de
compraventa, obligándose a sí mismas o a las empresas o personas que ellos
representen, en los términos establecidos en el contrato.
Por ello, es importante estudiar con detención el concepto de "personería", esto
es, la capacidad legal que tiene una persona para representar a otra, sea ésta una
persona natural o jurídica.
14. FORMA Y REQUISITOS DEL CONTRATO DE COMPRAVENTA
El contrato de compraventa se entiende perfecto desde que las partes han
convenido en la cosa y en el precio. En general, no se requiere ningún tipo de
documento, o de registro, o inscripción especial.
El artículo 1801 del Código Civil dispone que; “La venta se reputa perfecta desde
que las partes han convenido en la cosa y en el precio”. Esto es, desde que se
forma el acuerdo de voluntades entre comprador y vendedor; por lo tanto, basta el
simple consentimiento entre las partes.
El mismo artículo 1801 dispone, en su inciso segundo, ciertas excepciones al
principio anterior, señalando que la venta de ciertas cosas, tales como bienes
raíces, servidumbres, censos y de una sucesión hereditaria no se reputan
perfectas ante la ley, mientras no se otorgue escritura pública.
Ahora bien, siendo el principio general el que se menciona mas atrás, las partes
pueden convenir respecto de bienes distintos de las excepciones recién
mencionadas, que el contrato no se entienda perfecto hasta que no se otorgue
escritura pública o privada. En este caso, cualesquiera de ellas podrá retractarse
36
mientras no se otorgue la escritura, o no haya principiado la entrega de la cosa
vendida. Así lo dispone el artículo 1802 del Código Civil, que señala: “Si los
contratantes estipularen que la venta de otras cosas que las enumeradas en el
inciso 2º del artículo precedente no se repute perfecta hasta el otorgamiento de
escritura pública o privada, podrá cualquiera de las partes retractarse mientras no
se otorgue la escritura o no haya principiado la entrega de la cosa vendida”.
En las operaciones comerciales prima el principio general que basta el mero
consentimiento entre comprador y vendedor para que el contrato de compraventa
se entienda perfecto, salvo las excepciones mencionadas.
Sin embargo de este principio general respecto de la validez del acuerdo
consensual, se acostumbra el intercambio de algún tipo de documentos, con el
objeto de dejar claramente establecida la intención de cada parte, así como los
derechos y obligaciones que a cada uno le corresponden. Ese documento puede
tener la forma de un contrato simple, utilizando los formularios usuales al respecto,
o, también, alguna redacción más formal. Asimismo, como elemento probatorio de
la voluntad de las partes, podrá bastar un intercambio de correspondencia, como
cartas y otros. En los tiempos modernos, las partes también otorgan valor a
comunicaciones expresadas a través de telegramas, télex, telefax o correo
electrónico.
15. EL PRINCIPIO DE LA AUTONOMÍA DE LA VOLUNTAD.
El principio de la libertad de las partes para perfeccionar libremente sus acuerdos
está reconocido en la legislación chilena, desde los orígenes del Código Civil. Al
respecto el profesor don Luis Claro Solar expresa: "salva la excepción de los actos
o contratos solemnes, la concurrencia de las voluntades de las partes, su
consentimiento solo, basta para el perfeccionamiento del acto o contrato. Los
particulares son absolutamente libres de celebrar todas las convenciones que
quieran, no contrariando una disposición legislativa expresa que excepcionalmente
haya prohibido el acto o contrato que deseaban llevar a efecto; lo que encuentra
su traducción natural en el adagio: "Todo lo que no es prohibido es permitido"". (*)
Agrega enseguida el profesor Luis Claro Solar: "Esta noción de la libertad
individual tiene, en el dominio del derecho, un carácter más restringido y preciso
bajo el nombre de principio de la autonomía de la voluntad.
Desde la
promulgación del Código Civil francés que, como una conquista de la revolución,
lo consagró implícitamente, y del cual nuestro Código Civil lo ha tomado en toda
su generalidad, este principio ha sido considerado como el que ha alcanzado, en
las relaciones de obligación, una importancia aún más fundamental que en las
otras partes del derecho y que encierra las consecuencias más extensas. Entre
(*)
Luis Claro Solar. Explicaciones de Derecho Civil Chileno y Comparado. Reedición Editorial
Jurídica de Chile 1979. Tomo XI De Las Obligaciones. Pág. 113.
37
las principales de éstas pueden colocarse las siguientes: 1º libertad de los
individuos para contratar sin otra limitación que el respeto del orden público
y de las buenas costumbres; 2º libertad igualmente de discutir las partes, en
completa igualdad, las condiciones del contrato, determinando su contenido y el
efecto de las obligaciones queridas por ellas, con la misma reserva del respeto del
orden público y de las buenas costumbres; 3º elección, al arbitrio de las partes,
entre las legislaciones de los diversos Estados, de aquélla que deberá regir
las relaciones que han querido establecer entre ellas; 4º libertad de expresión
de las voluntades de las partes, sin necesidad, en principio, de forma ritual alguna
para la manifestación de la voluntad interna de cada contratante, ni para la
comprobación de su acuerdo. La voluntad tácita vale tanto como la expresa; y las
solemnidades son excepcionales y para limitado número de actos o contratos. En
una palabra y según la enérgica expresión del art. 1545 (art. 1134 del Código de
Napoleón), "todo
contrato
legalmente celebrado es una ley para los
contratantes". (*)
Hemos marcado en negrita algunas de las conclusiones del tratadista don Luis
Claro Solar, publicadas ya hace muchos años y que consagran la autonomía de
las partes para someter sus relaciones contractuales a la legislación que ellas
prefieran, y que "deberá regir las relaciones que han querido establecer entre
ellas".
Sobre la misma materia, el profesor don Manuel Somarriva Undurraga, en un
artículo publicado en la Revista de Derecho y Jurisprudencia, señala que "el
principio de la autonomía de la voluntad puede condensarse en el conocido
aforismo según el cual en el Derecho Privado puede hacerse todo lo que la ley no
ha expresamente prohibido". (*)
Las consecuencias que derivan de este principio son de enorme importancia para
la vida no sólo jurídica sino que también política económica y social de un país.
Estas consecuencias, que el mismo profesor Somarriva resume, son las
siguientes:
a) Los individuos en virtud del principio de la autonomía de la voluntad son libres
para contratar según su deseo y parecer.
b) Las partes son libres de discutir las condiciones del contrato que van a celebrar,
con la sola limitación que ellas no vayan contra el orden público y las buenas
costumbres.
(*)
Luis Claro Solar. Obra citada. Tomo XI. Pág. 113.
Manuel Somarriva U. "Algunas Consideraciones sobre el Principio de la Autonomía de la
Voluntad". Manuel Somarriva U. Revista de Derecho y Jurisprudencia. Tomo XXXI. Página 37.
1934.
(*)
38
De ahí que, en virtud de esta libertad puedan crear a su antojo diversas especies
de contratos, aunque no se encuentren especialmente reglamentados por la ley.
c) Las partes tienen libertad para expresar su voluntad como mejor les plazca, aun
en forma verbal, de donde se deduce que los contratos por regla general son
consensuales y excepcionalmente tienen el carácter de solemnes.
d) El contrato una vez celebrado es ley para las partes y no puede ser invalidado,
sino por acuerdo mutuo de los otorgantes y en los casos excepcionales que la ley
establezca.
e) Existiendo en el contrato una cláusula oscura, ella debe interpretarse de
acuerdo con la intención de los contratantes y no con lo literal de las palabras.
Las conclusiones citadas se han tomado en forma textual del artículo de don
Manuel Somarriva.
Concluye don Manuel Somarriva que "la noción de derecho subjetivo como poder
de la voluntad, el principio de la autonomía de la voluntad y el carácter
individualista del derecho son principios que entre ellos tienen íntima conexión y
que se justifican mutuamente".
Se puede apreciar que en la legislación chilena, la libertad de las partes está
ampliamente reconocida, y protegida por el ordenamiento jurídico, para que ellas
se acuerden el contrato que más estimen conveniente, determinando, también con
entera libertad, las condiciones y cláusulas del mismo, incluso pudiendo escoger la
legislación que regirá aquel contrato.
16. LA AUTONOMÍA DE LA VOLUNTAD Y EL ORDEN PUBLICO.
Hemos visto en el párrafo anterior que, como principio esencial del derecho
privado, y principalmente en el derecho mercantil, prima la libertad de las partes
para convenir libremente ellas todas clases de estipulaciones. El mismo profesor
Luis Claro Solar nos dice sin embargo, que esa libertad se encuentra limitada por
"el orden público y las buenas costumbres".
El profesor don Arturo Alessandri en su Curso de Derecho Civil (Teoría de la ley),
señala que algunas normas de carácter legal se imponen a la voluntad de los
particulares, quienes no pueden eludir su aplicación. "Las causas que determinan
al legislador al dictar reglas de esta naturaleza son de dos especies: 1º Asegurar
el mantenimiento del orden público, es decir, del orden general necesario para el
mantenimiento de equilibrio social, la moral pública y la armonía económica". (*)
(*)
Alessandri Rodríguez Arturo, Curso de Derecho Civil. Editorial Zamorano y Caperán. Santiago,
1940. Tomo I. Volumen I. Página 39.
39
Con el objeto de asegurar el mantenimiento del orden público, el Estado, a través
de los poderes públicos (que son el ejecutivo y el legislativo) dicta leyes de diversa
especie y orientación, algunas de las cuales son llamadas prohibitivas, que
impiden absolutamente la celebración de un acto o contrato.
Los Tribunales de Justicia han ratificado en diversas sentencias que la sanción por
celebrar un acto que está prohibido por la ley es la nulidad absoluta del mismo.
Así, se ha resuelto que "Los actos o contratos prohibidos por la ley, a falta de una
sanción especial, están penados con la nulidad absoluta que, según los casos,
afecta a la totalidad del convenio o a la estipulación particular viciada, dejando
subsistente el acto o contrato en todo aquello que no se encuentre afectado por el
vicio”. (*)
Al respecto el abogado José Luis López Reitze en su memoria de título, "La
Actividad Empresarial del Estado" señala: "es posible apreciar que el orden
público guarda relación con dos aspectos. El primero relativo a las normas que
rigen al Estado, esto es, normas de derecho público; y el segundo, relativo a
normas que regulan relaciones entre particulares, esto es, a normas de orden
público. Esta segunda acepción debe entenderse como una excepción o
limitación al principio de la autonomía de la voluntad.
Así, en la legislación relativa a algunos contratos prima una concepción más bien
general, que mira al interés de la sociedad y que por lo tanto establece una
prohibición a la voluntad de las partes para acordar cierto tipo de convenciones,
advirtiéndose que en el evento que esos convenios pudieren formalizarse entre las
partes, son nulos de nulidad absoluta.
A título de ejemplo podríamos mencionar todas las normas relativas al estado civil
y a la capacidad de las personas. Así por ejemplo si una persona en Chile carece
de capacidad legal, de acuerdo con la ley, ella no estará habilitada, para otorgar
un contrato, a pesar de la buena disposición que pudiere existir en la otra parte.
De la misma manera, las normas en materias de bienes en que se reglamento su
tradición mediante la inscripción en un registro determinado, como es el caso de
los bienes raíces, también son de orden público. En tal caso, la simple entrega no
es suficiente para que se transfiere el dominio. A la inversa, una vez efectuada la
tradición, mediante su correspondiente inscripción en el registro competente, las
partes por su sola voluntad carecen de la facultad para dejar sin efecto dicho
registro.
Más adelante, en el párrafo denominado "Retención del Título" se verá la
importancia práctica de estos conceptos.
(*)
Repertorio Código Civil. Página 48. Sentencia de la Corte Suprema de 16 de diciembre de 1916.
40
17. SISTEMA JURÍDICO CHILENO DE INTERPRETACIÓN DE LA LEY Y DEL CONTRATO.
El Código Civil contiene diversas reglas de interpretación de la ley en un Capítulo
especial, denominado precisamente "Interpretación de la Ley", en seis artículos,
desde el 19 hasta el 24.
Las normas más importantes se encuentran en las dos primeras de esas
disposiciones.
El artículo 19 del Código Civil establece lo siguiente: "Cuando el sentido de la ley
es claro, no se desatenderá su tenor literal, a pretexto de consultar su espíritu.
Pero bien se puede, para interpretar una expresión obscura de la ley, recurrir a su
intención o espíritu, claramente manifestados en ella misma, o en la historia
fidedigna de su establecimiento". El artículo 20 agrega: "Las palabras de la ley se
entenderán en su sentido natural y obvio, según el uso general de las mismas
palabras; pero cuando el legislador las haya definido expresamente para ciertas
materias, se les dará en éstas su significado legal".
Se puede observar que, primeramente, el sistema legal chileno se funda en el
texto positivo de la ley, de manera que, si las palabras se han utilizado en su
sentido natural y obvio, y, consecuencialmente, el sentido de la ley es claro, la
interpretación de la misma debe considerar sólo el tenor literal de la disposición
legal que se desea interpretar.
Ahora bien, recordando lo expresado, respecto de la primacía que existe en todo
nuestro ordenamiento jurídico acerca del principio llamado "autonomía de la
voluntad", en donde prevalece la intención o el espíritu de lo que las partes
quisieron acordar, también en la interpretación de la ley se puede recurrir al
espíritu o intención de la misma. Así se desprende del inciso segundo del artículo
19, que permite recurrir a esa intención, o espíritu, sólo cuando exista "una
expresión obscura de la ley". En tal caso, el intérprete puede recurrir al espíritu
de la ley, que puede manifestarse en ella misma, o bien, como textualmente
dispone la disposición transcrita "en la historia fidedigna de su establecimiento".
Ello se refiere, principalmente, al Mensaje del Ejecutivo con que el proyecto de ley
puede haber sido despachado al Congreso, para su aprobación, y también a las
discusiones y actas pertinentes en la Cámara de Diputados y en el Senado.
En cuanto a la interpretación de los contratos conviene citar tres normas del
Código Civil, íntimamente relacionadas entre sí, que son los artículos 1545, 1546 y
1560, que se transcriben a continuación:
41
Artículo 1545: "Todo contrato legalmente celebrado es una ley para los
contratantes, y no puede ser invalidado sino por su consentimiento mutuo o por
causa legales".
Artículo 1546: "Los contratos deben ejecutarse de buena fe, y por consiguiente
obligan no sólo a lo que en ellos se expresa, sino a todas las cosas que emanan
precisamente de la naturaleza de la obligación, o que por la ley o la costumbre
pertenecen a ella".
Artículo 1560: "Conocida claramente la intención de los contratantes, debe
estarse a ella más que a lo literal que las palabras".
El profesor don Luis Claro Solar señala que el concepto de "buena fe" se origina
en el derecho romano, en donde existía la distinción entre contrato "bonae fidei" y
contratos "stricti juris". En estos últimos, definidos también como de estricto
derecho, no comprenden más obligaciones ni derechos que aquello que ha sido
estricta y formalmente estipulado. En los contratos "bonae fidei" en cambio, el
juez, al interpretarlos, podía atender y considerar lo que se llamaba "los dictados
de la equidad". Concluye el profesor Claro Solar que: "hoy todos los contratos
deben ser interpretados de buena fe; y por eso se comprenden en todo contrato
las cosas que son de su naturaleza, que se entienden pertenecerle sin necesidad
de una cláusula especial porque emanan de la naturaleza misma del contrato o
porque la ley se las atribuye o la costumbre del lugar las considera comprendidas
en él. Habiendo guardado silencio al respecto en el contrato que celebran, la ley
supone que esta es la intención de las partes. Además el Código se ha
preocupado de fijar las reglas de los contratos usuales para evitar a las partes
escribirlas en sus instrumentos. Bastan, así, unas pocas líneas para redactar un
contrato de compraventa o de arrendamiento, por ejemplo, desde que se celebra,
cuáles son las obligaciones del vendedor y del comprador, del arrendador y del
arrendatario; no modificando expresamente las reglas legales, las partes se
someten a ellas. ... A estos principios se ajustan las reglas que el Código da
sobre la interpretación de los contratos. Hay que buscar la ejecución que se
ajuste a la buena fe cuando los contratantes no han manifestado su voluntad
expresamente o cuando las cláusulas del contrato se prestan a interpretaciones
contrarias".(*)
En coincidencia con el principio general que impera en nuestro sistema jurídico,
cual es el de la autonomía de la voluntad, la intención de las partes, claramente
conocida, prevalece sobre lo literal de las palabras, debiendo entenderse siempre
que, el principio de la buena fe entre ellas les obliga.
Cabe destacar que una de las clasificaciones que los autores señalan respecto de
los distintos tipos de contratos, diferencia aquellos que se llaman "nominados", de
los "innominados". Los contratos "nominados" son aquellos que tienen un nombre
(*)
Luis Claro Solar. Obra citada. Tomo XI. Pág. 496.
42
y están reglamentados por la ley. Son contratos "innominados" "los que no tienen
un nombre ni una reglamentación legal por que han quedado fuera de las
previsiones del legislador. Estos contratos son perfectamente válidos y eficaces, y
quedan comprendidos dentro de los principios generales del derecho, porque es
una regla general consagrada en el artículo 1545 que todo contrato legalmente
celebrado es ley para las partes contratantes, y sus efectos serán los que las
partes les señalen". (*)
En la época moderna ocurre que muchos contratos, incluso en aquellos que se
llaman "nominados", existe una amplia libertad entre las partes para discutir una
serie de cláusulas específicas, que a cada una de ellas puede interesar, por lo que
el texto final, en muchos casos, se diferencia de la reglamentación y definiciones
básicas contenidas en los Códigos. Vale decir, también presentan características,
en muchos casos importantes, de los llamados contratos "innominados".
Por lo mismo, y sin perjuicio de dar la importancia debida al principio de la buena
fe contractual, basados en la experiencia de muchos años de redactar contratos
domésticos y también internacionales, nuestra recomendación es que las partes
deben procurar siempre definir con la mayor claridad en el texto formal del
contrato, qué es lo que ellos verdaderamente han acordado y a lo que cada una se
obliga. Muchas veces, una definición tal vez simple basada en la simpatía y
amistad inicial entre las partes, fundada, precisamente, en una visión un tanto
superficial de la buena fe, puede producir con el tiempo interpretaciones muy
divergentes de lo que cada una de las partes entendió, o quiso entender, en la
época de suscribir el contrato. Más vale gastar un poco de tiempo y ser muy
prolijos y cuidadosos en la redacción del contrato, buscando los conceptos
literales que mejor reflejen la verdadera intención de las partes.
Esta recomendación es particularmente significativa en esta época de la llamada
"globalización", en donde uno puede advertir que, especialmente en el caso de
algunos profesionales que pueden haber tenido un complemento académico en el
exterior, se usan giros y locuciones verbales que reflejan una traducción muy libre
de frases y conceptos en lenguas extranjeras, principalmente inglés, que no
siempre tienen en nuestro idioma el verdadero sentido que se les quiso dar y son
fuente de grandes confusiones y conflictos.
Cabe recordar la norma esencial del artículo 1545 del Código Civil, que establece
la llamada "ley del contrato". Esta ley no solamente obliga a las partes sino
también al juez, que es la autoridad pública llamada a interpretarlo, y a resolver de
manera definitiva qué derechos y obligaciones competen a cada parte. Al
respecto el tratadista don Luis Claro Solar señala: "Es el juez llamado a procurar
como autoridad pública el cumplimiento de las obligaciones tales como en el
contrato fueron establecidas. El juez no puede alterar las obligaciones que el
(*)
Arturo Alessandri R. "De los Contratos". Editorial Zamorano y Caperán. Santiago 1940. Pág.
12.
43
contrato establece; si pudiera hacerlo, fundándose en la equidad desaparecería la
confianza en la fuerza de las convenciones". (*)
La tesis anterior ha sido recogida en distintas sentencias de la Corte Suprema, de
Chile, que ha elaborado principios básicos que resumimos a continuación. "La
determinación de la voluntad o intención de las partes es un hecho de la causa
que el tribunal sentenciador establece en el ejercicio de sus atribuciones
privativas". (**). En otra sentencia se establece lo siguiente: "la interpretación de
los contratos hecha por los jueces del fondo sin desnaturalizarlos, ni desconocer
cláusulas claras de ellos, no está sujeta a la revisión de la Corte Suprema" (***).
Finalmente, otra sentencia agrega: "el problema de la efectividad de la
celebración del contrato y del contenido de sus cláusulas, es una cuestión de
hecho que resuelven soberanamente los jueces del fondo". (****).
En todas las sentencias citadas se concluye que el contrato también obliga a los
jueces del fondo (que son los Tribunales de Primera Instancia y las Cortes de
Apelaciones) quienes dentro de sus facultades, como autoridades jurisdiccionales,
fijan los hechos controvertidos y determinan el derecho aplicable. Por esta vía,
como lo dice la misma Corte Suprema, la interpretación de las cláusulas de un
contrato es una cuestión de hecho que resuelven soberanamente los jueces del
fondo.
18.
EFECTOS DEL CONTRATO DE COMPRAVENTA
Los efectos de un contrato son los derechos y obligaciones que genera para cada
una de las partes que en él intervienen.
A.
Obligaciones del vendedor.
Respecto del vendedor, sus obligaciones son dos, que se analizan a continuación:
a) La entrega de la cosa vendida.
El Código Civil chileno establece que el vendedor está obligado a entregar la cosa
vendida inmediatamente después del contrato, o a la época prefijada en él.
Agrega enseguida la ley que el vendedor es obligado a entregar lo que reza el
contrato.
El artículo 1826 expresa que ”El vendedor es obligado a entregar la cosa vendida
inmediatamente después del contrato o a la época prefijada en él”. Más adelante,
(*)
(**)
(***)
(****)
Luis Claro Solar. Obra citada. Tomo XI. Pág. 471.
Repertorio de Legislación y Jurisprudencias Chilenas. Tomo IV. Página 174.
Misma nota anterior, página 175.
Misma nota anterior, página 175.
44
el mismo artículo establece que “Todo lo cual se entiende si el comprador ha
pagado o está pronto a pagar el precio ....”, concluyendo la norma, en el inciso
final del mismo artículo, que “si después de celebrado el contrato hubiere
menguado considerablemente la fortuna del comprador, de modo que el vendedor
se halle en peligro inminente de perder el precio, no se podrá exigir la entrega
aunque se haya estipulado plazo para el pago del precio, sino pagando, o
asegurando el pago”.
Por su parte, el Código de Comercio contiene una disposición similar. El artículo
147 dispone que “Si en el tiempo medio entre la fecha del contrato y el momento
de la entrega hubieren decaído las facultades del comprador, el vendedor no
estará obligado a entregar la cosa vendida, aún cuando haya dado plazo para el
pago del precio, si no se rindiere fianza que le dé una seguridad satisfactoria”.
Confirmando dicho principio, el inciso segundo del artículo 148 del mismo Código
dispone lo siguiente al referirse al despacho de las mercaderías del vendedor al
comprador: "El envío no implicará entrega cuando fuera efectuado sin ánimo de
transferir la propiedad, como si el vendedor hubiese remitido las mercaderías a un
consignatario con orden de no entregarlas hasta que el comprador pague el precio
o dé garantías suficientes".
Así, pues, tanto en la compraventa civil como en la mercantil, el vendedor puede
demorar el cumplimiento de su obligación de entregar la cosa vendida y
condicionar dicha entrega al pago del precio por parte del comprador.
b) El saneamiento.
Este consiste en garantizar al comprador la posesión pacífica y tranquila de la
cosa vendida y, además, entregar la cosa vendida sin ninguna clase de vicios o
defectos ocultos que impidan su uso natural.
El artículo 1837 dispone: "La obligación de saneamiento comprende dos objetos:
amparar al comprador en el dominio y posesión pacífica de la cosa vendida, y
responder de los vicios ocultos de ésta, llamados vicios redhibitorios".
Las responsabilidades que corresponden al comprador por la obligación de
saneamiento se regulan en los artículos siguientes al que se ha transcrito recién y
que resumen a continuación.
Se desprende de lo anterior que esta obligación de saneamiento comprende dos
objetos. En virtud del primero, el vendedor está obligado a amparar al comprador
en el dominio y posesión pacífica de la cosa vendida. Si el comprador fuera
privado por sentencia judicial de todo o parte de la cosa vendida, en ese caso el
vendedor debe devolver el precio, más todas las costas en que hubiera incurrido el
comprador, y el valor de los frutos de la misma cosa. En lo que respecta al
segundo objeto, el vendedor responde por los vicios ocultos que hubiera tenido la
45
cosa vendida al tiempo de la compraventa y que sean tales que ella no sirva para
uso natural. En este caso, el comprador puede exigir la resolución o terminación
del contrato, o la rebaja del precio.
B.
Obligaciones del comprador.
En lo que se refiere al comprador, sus obligaciones son principalmente dos:
a) Debe pagar el precio convenido en el lugar y el tiempo estipulado.
El artículo 1871 del Código Civil dispone: "La principal obligación del comprador
es la de pagar el precio convenido". Por su parte el artículo 1872 agrega: "El
precio deberá pagarse en el lugar y tiempo estipulados, o en el lugar y tiempo de
entrega no habiendo estipulación en contrario.
El artículo 155 del Código de Comercio confirma los criterios anteriores al señalar
en sus dos incisos: "Puesta la cosa a disposición del comprador, y dándose éste
por satisfecho de ella, deberá pagar el precio en el lugar y tiempo estipulados. No
habiendo término ni lugar señalados para el pago del precio, el comprador deberá
hacerlo en el lugar y tiempo de la entrega, y no podrá exigir que ésta se efectúe
sino pagando el precio en el acto".
El precio se paga en dinero, en la misma moneda que se pactó en el contrato.
Existen diversos riesgos específicos, en operaciones de contratos internacionales,
sean éstos de compraventa, de préstamo, u otro, en que personas domiciliadas en
diferentes Estados, convengan en algún pago en dinero.
Normalmente, esos contratantes utilizarán distintos tipos de monedas. Se
convendrá, por lo tanto, evitar el "riesgo cambiario" pactando que el pago se hará
en una divisa internacional de libre circulación. El exportador, usualmente querrá
que el importador de otro país no le pague en la moneda de ese país, sino que en
divisas tales como dólares norteamericanos, francos suizos, marcos alemanes, u
otras, de general aceptación internacional.
De la misma manera, los exportadores deberán protegerse del "riesgo de
repatriación de divisas". En términos simples, este riesgo consiste en que ciertos
países suelen establecer algunas restricciones para los pagos al exterior en
divisas. Es importante conocer en detalle dichas restricciones, con anterioridad a
la celebración del contrato. De lo contrario, a pesar de la buena voluntad e
intención del importador, podría encontrarse en dificultades para comprar divisas
con su moneda local y efectuar el pago al exportador.
46
b) Debe recibir la cosa vendida, también en el lugar y tiempo estipulado.
Si el comprador se niega injustificadamente a recibir la cosa vendida, se encuentra
en situación de incumplimiento de contrato y el vendedor puede entablar las
acciones judiciales correspondientes.
El artículo 153 del Código de Comercio dispone: "Rehusando el comprador, sin
justa causa, la recepción de mercaderías compradas, el vendedor podrá solicitar la
rescisión de la venta con indemnización de perjuicios, o el pago del precio con los
intereses legales, poniendo las mercaderías a disposición del juzgado de
comercio para que ordene su depósito y venta en martillo por cuenta del
comprador".
El Código de Comercio chileno confirma, en la disposición transcrita, el principio
de la libertad que se concede a la parte diligente en los contratos bilaterales para
pedir, a su arbitrio, el cumplimiento forzado de la obligación, o la resolución del
contrato y, en ambos casos, la indemnización de perjuicios correspondientes.
Como se verá en la parte relativa al contrato de compraventa internacional, las
soluciones que contiene el acuerdo de Naciones Unidas, denominado Convención
de Viena, son diferentes a las que contempla la legislación chilena. En síntesis,
de acuerdo con aquellas normas internacionales la resolución del contrato sólo
procede cuando se está en presencia del llamado "incumplimiento esencial"
(fundamental breach). En lo que se refiere a la ejecución forzada, que la
Convención de Naciones Unidas denomina "cumplimiento específico" (specific
performance) se establecen también ciertos requisitos o condiciones para el
ejercicio de dicha acción.
19. COMPRAVENTA Y TRANSFERENCIA DEL DOMINIO
Las personas suelen creer, incorrectamente, que por el hecho de haber comprado
algún bien, se hacen dueños de él de manera inmediata.
Así, la frase "me compré un auto", aparte de dar la idea de haber celebrado un
contrato de compraventa sobre un vehículo, también transmite un concepto
adicional, esto, el de haberse transformado, inmediatamente en propietario del
vehículo.
Esa conclusión es un error en Chile.
Este contrato produce sólo el efecto de crear para el vendedor una obligación
principal, cual es, la de entregar la cosa vendida. Del mismo modo, produce un
derecho correlativo para el comprador, que es, el de exigir la entrega de esa cosa
vendida.
47
Por lo tanto, el comprador no se hace dueño en el momento de suscribir un
contrato de compraventa. Sólo tiene derecho a exigir del vendedor que le
entregue aquella cosa que ha sido comprada.
¿Cómo se hace dueño, entonces en Chile el comprador?
De acuerdo al sistema legal chileno, que es similar al que prevalece en muchos
otros países, para adquirir el dominio de alguna cosa, esto es para hacerse
propietario, se requieren dos elementos:
a)
Un título.
b)
Un modo de adquirir.
En el caso del contrato de compraventa, el título es precisamente el contrato, esto
es, el acuerdo de voluntades en que una parte se obliga a comprar y la otra a
vender.
El modo de adquirir es el mecanismo legal en virtud del cual una persona pasa a
ser propietaria de algún bien. En este caso particular, el mecanismo es llamado
“tradición”, que corresponde al concepto de entrega jurídica. La ley define la
tradición como “un modo de adquirir el dominio de las cosas y consiste en la
entrega que el dueño hace de ellas a otro, habiendo por una parte la facultad e
intención de transferir el dominio y por la otra la capacidad e intención de
adquirirlo”. (Artículo 670 Código Civil).
El comprador se hará dueño sólo en aquel momento en que el vendedor le haga
entrega de la cosa con la intención de transferir, y él como comprador la reciba,
con la intención de adquirir. Esto es, en el momento en que se efectúe “la
tradición”.
Cabe señalar, a modo de explicación general, que en Francia, a diferencia del
sistema chileno, el contrato de compraventa es al mismo tiempo un titulo y un
modo de adquirir. En aquel país, el comprador se hace dueño de inmediato, en el
acto de celebrar el contrato, incluso en el evento en que el vendedor no le
entregue la cosa en forma simultánea. Puede darse el caso de que las partes
convengan en una entrega diferida o a plazo; aún así, el comprador francés pasa
a ser dueño, adquiriendo los derechos, obligaciones y responsabilidades de tal,
desde el momento mismo en que se celebró el contrato de compraventa.
Volviendo al caso chileno, usualmente la entrega y tradición, por ejemplo de un
bien mueble se hace entregando la cosa físicamente. Así, quien compra libros,
recibe físicamente tales libros del vendedor y pasa a ser dueño de los mismos.
La situación se transforma en algo más compleja cuando se refiere a bienes
muebles de gran volumen, en que no es posible la aprensión material de la cosa,
48
como por ejemplo el trigo que se encuentra en un granero, o un cargamento
completo de minerales. De la misma manera, podemos estar en presencia de un
despacho de mercaderías de un comerciante de Puerto Montt a otro comerciante
de Arica.
¿En qué momento y de qué manera se produce la entrega y tradición en esos
casos?.
En tales casos, se buscará algún mecanismo, o sistema, que claramente
demuestre la intención, por una parte, de entregar la cosa vendida y, por la otra,
de recibirla. Así, por ejemplo, se podrá entregar las llaves del granero en donde se
encuentra el trigo, o poniendo la cosa a disposición del otro en un lugar convenido
de antemano. En estos casos, suele emitirse algún documento, tales como Acta
de Entrega, o Guía de Despacho, u otro, que signifique claramente que se está
procediendo a efectuar la entrega jurídica convenida en el contrato.
Es en ese momento en que se produce la tradición por parte del vendedor al
comprador.
El Código de Comercio chileno consagra los principios señalados recién, en sus
artículos 144 y siguientes.
El artículo 144 de dicho Código dispone: “Perfeccionado el contrato el vendedor
debe entregar las cosas vendidas en el plazo y lugar convenidos”. Por su parte,
el artículo 148 del mismo Código agrega: “El envío de las mercaderías hecha por
el vendedor al domicilio del comprador o a cualquiera otro lugar convenido,
importa la tradición efectiva de ellas”.
El artículo 149 del Código de Comercio contempla diversos mecanismos para
efectuar la entrega de la cosa vendida, disponiendo: “La entrega de la cosa
vendida se entiende verificada: 1º Por la transmisión del conocimiento, carta de
porte o factura en los casos de venta de mercaderías que vienen en tránsito por
mar o por tierra; 2º Por el hecho de fijar su marca el comprador, con
consentimiento del vendedor, en las mercaderías compradas; 3º Por cualquier otro
medio autorizado por el uso constante del comercio”.
La disposición transcrita confirma las prácticas y usos habituales del comercio,
tanto interno como internacional, en el sentido de que bastará la transmisión de la
carta de porte o conocimiento, para entregar las mercaderías que vienen en
tránsito.
49
20. TRANSFERENCIA DE LOS RIESGOS EN EL CONTRATO DE COMPRAVENTA
Existe un principio jurídico tradicional que establece "las cosas perecen y se
dañan para su dueño". Los romanos, desde donde proviene nuestro sistema
jurídico, habían establecido este principio con la frase, de utilización común entre
los hombres de derecho, que expresa "res perit domino". Esto significa que el
propietario de una cosa es el responsable de cuidarla y de
protegerla
debidamente y que, si por caso fortuito (conocido vulgarmente como "mala
suerte"), o por culpa o imprevisión del propietario, aquella cosa sufre algún daño o
simplemente se destruye (perece), es el propietario quien absorbe el daño, o la
pérdida.
El dueño de un automóvil deberá soportar los daños y pérdidas que sufra el
vehículo, en los accidentes que pudieran afectarle. Naturalmente, el propietario
podrá protegerse a sí mismo tomando la correspondiente póliza de seguro. Si no
existe aquel seguro, o si éste fuera insuficiente, el propietario sufrirá, como
decimos, los riesgos de daño o pérdida.
Ahora bien, no cabe duda de que el vendedor, precisamente en su calidad de
propietario, siendo dueño de la cosa (*) asume los riesgos correspondientes. Se
presenta el problema de establecer en qué momento los riesgos se transfieren al
comprador, especialmente en los casos en que el proceso de formación de
contrato y posterior entrega de la mercadería y pago del precio requiera
operaciones complejas y un cierto período de tiempo.
Habiendo sentado las bases del principio "res perit domino", que es de aceptación
universal, y que también forma parte de toda la estructura jurídica en Chile, uno
bien podría concluir, en el caso del contrato de compraventa, que el comprador
asumirá los riesgos de la cosa vendida desde el momento en que se haga dueño
de aquella. Esto es, desde el momento en que se efectúe por parte del vendedor
la entrega que, repetimos, recibe el nombre de “tradición”.
En verdad, no podría ser de otra manera. Ello es conclusión lógica y perfecta del
principio de que las cosas perecen para su dueño, recién explicado.
Además, cuando se encuentra pendiente la entrega de la cosa, el comprador
puede no saber donde ella está. Si el comprador no tiene ninguna facultad de
control sobre la cosa vendida, naturalmente no tendrá ninguna posibilidad de
adoptar las medidas de conservación y de cuidado que pudieren proceder. Por lo
mismo, obviamente, no está en situación de asumir los riesgos de la cosa vendida.
Sin embargo, en Chile no es así.
(*)
No entraremos aquí en las complejidades técnicas de la venta de cosa ajena.
50
En nuestro país, el comprador asume todos los riesgos de la cosa vendida desde
el momento mismo en que celebre el contrato.
Pudiera darse una situación extrema, en cuanto, en el momento de celebrar el
contrato, en ese mismo acto el comprador paga el precio y queda pendiente la
entrega de la cosa vendida por un período adicional, por ejemplo, 60 días. Si en
ese período, por algún caso fortuito, la cosa se destruye en poder del vendedor, el
que sufre la pérdida total es el comprador y no el vendedor. En otras palabras, el
comprador carece de todo derecho para exigir del vendedor la entrega de otra
cosa en reemplazo de aquella que se perdió.
Simplemente, el comprador perdió. (*)
¿Cómo puede ser eso?.
Esta situación está consagrada en el Código Civil en el artículo 1.820 que
establece: "La pérdida, deterioro o mejora de la especie o cuerpo cierto que se
vende pertenece al comprador, desde el momento de perfeccionarse el contrato,
aunque no se haya entregado la cosa''.
Como se sabe, nuestro Código Civil, promulgado en el año 1855, se basa
fundamentalmente en el Código Civil francés, siguiendo su estructura y principios
jurídicos básicos. Sin embargo, en el contrato de compraventa, el Código Civil
chileno se aparta del francés y establece un sistema distinto. Como se ha
señalado más atrás, en el Código Civil francés, la compraventa sirve de título y de
modo de adquirir. Esto es, refleja el consentimiento de las partes y, al mismo
tiempo, transfiere el dominio. Por ello, resulta lógico el principio francés que
señala que, en el caso de la compraventa, el riesgo pertenece al comprador desde
el momento de perfeccionarse el contrato, por cuanto desde aquel mismo
momento pasa a ser dueño. Es otra aplicación más del principio "res perit
domino''.
Curiosamente, el Código Civil chileno, que establece un sistema jurídico distinto
para la compraventa, en este aspecto del contrato, relativo a la transferencia de
los riesgos, simplemente copia el Código Civil francés, sin ninguna justificación
jurídica ni lógica. No resulta comprensible que el comprador asuma desde ya los
riesgos, habiendo el Código Civil establecido que el contrato de compraventa no
transfiere el dominio y que, por el contrario, se requiera la entrega de la cosa
vendida, esto es, “la tradición”.
(*)
Nos referimos aquí a las ventas sobre una especie o cuerpo cierto. En las ventas de cosas
genéricas, el principio es distinto.
51
El profesor don Arturo Alessandri Rodríguez se refiere en duros términos a esta
situación, en su obra "De la compraventa y de la Promesa de Venta” (*) que fue su
Memoria de Prueba para optar al grado de Licenciado en la Facultad de Leyes y
Ciencias Políticas de la Universidad de Chile, publicada en el año 1917. Esta es
una verdadera obra monumental del Derecho, no sólo de importancia en Chile,
sino que, además, de un alto valor universal. Sin duda alguna, no es sólo una
Memoria de Prueba sino que un verdadero Tratado sobre la compraventa; en dos
tomos, que suman más de dos mil páginas en que se analiza en detalle todos los
distintos elementos que conforman este contrato.
Al respecto el profesor Raúl Diez Duarte en su libro “La Compraventa en el Código
Civil Chileno”, (*) explica que este error se origina en el tratadista de Roma,
Justiniano, señalando que el principio “res perit domino“ es norma de la
mancipatio, que era título y modo de adquirir o, si se quiere, el solo consenso
creaba derecho real de dominio y que Justiniano aplicó por error, al contrato de
compraventa bonitario, que sólo tenía la calidad de título traslativo y que requería
para constituir dominio, celebrar otro acto jurídico bilateral, llamado tradición.” (**)
Agrega el profesor Diez Duarte, “este error de Justiniano lo repite el Rey Alfonso
X, como ya lo hemos visto, en la Partida V de su Código y que Bello también lo
comete en nuestro Código Civil, porque copia al Código Civil francés en esta
materia, sin percatarse que el efecto de la compraventa francesa es el mismo de
la mancipatio quiritaria, transfiere dominio, efecto que, en el Código Civil chileno
sólo se viene a concretar una vez que las mismas partes del contrato de
compraventa celebran un segundo acto jurídico bilateral, llamado tradición.”
Concluye el profesor Diez Duarte: “Este mismo error lo comete Bello en el artículo
1820, al hacer responsable del riesgo de la especie o cuerpo cierto de la cosa
comprada al comprador, tal como se consigna correctamente en el Código Civil
galo, donde comprador es término sinónimo de dueño. En nuestro Código Civil, el
comprador no es dueño, sino una vez celebrada la tradición. Por eso, el res perit
domino quiritario rige conforme a la lógica en Francia, donde la compraventa es
título y modo de adquirir, como ocurría con la mancipatio quiritaria; pero esta
norma no funciona lógicamente en nuestro Código.”
En lo que se refiere a la compraventa mercantil, el Código de Comercio chileno
contiene una norma semejante a la establecida en el Código Civil.
(*)
Sociedad Imprenta Litografía Barcelona. Santiago de Chile. Tomo 1, páginas 731 y siguientes.
En especial, ver páginas 815 y siguientes.
(*)
Raúl Diez Duarte. La Compraventa en el Código Civil Chileno. Imprenta Orozco. Santiago de
Chile . 1988.
(**)
En el Derecho Romano Quiritario, o Clásico, la compraventa constituía título traslaticio y
tradición al mismo tiempo, mientras que en el Derecho Romano Bonitario, o Vulgar, la compraventa
sólo constituía título traslaticio de dominio, pero se requería otro acto jurídico (la tradición) para
transferirlo. N. del A.
52
El artículo 142 del Código de Comercio dispone textualmente: “La pérdida,
deterioro o mejora de la cosa, después de perfeccionado el contrato, son de
cuenta del comprador, salvo el caso de estipulación en contrario, o de que la
pérdida o deterioro hayan ocurrido por fraude o culpa del vendedor o por vicio
interno de la cosa vendida”. Se puede observar que en la compraventa mercantil,
la regla general establece que, después de perfeccionado el contrato, los riesgos
pertenecen al comprador. Este es el mismo principio que hemos analizado recién
respecto de la transferencia de los riesgos en la compraventa civil.
Para terminar este párrafo, podemos decir que si las partes están de acuerdo,
pueden modificar este principio y convenir, en el mismo contrato de compraventa
que los riesgos de la cosa vendida pertenecerán al comprador sólo desde el
momento en que se efectúa la entrega de la misma.
Asimismo, la norma citada establece las otras excepciones al principio anterior,
como por ejemplo que la pérdida o deterioro de la cosa vendida ocurran por fraude
o culpa del vendedor, o por un vicio interno de la misma cosa.
El artículo 143 del Código de Comercio chileno agrega casos adicionales en que la
pérdida o deterioro sobrevinientes a la perfección del contrato, aún cuando sean
por caso fortuito, serán de cargo del vendedor.
21. INCUMPLIMIENTO
Existe incumplimiento cuando una de las partes no realiza la prestación a que se
encontraba obligada.
En el caso del vendedor, habrá incumplimiento si no entrega la mercadería
vendida. También lo habrá si la entrega es incompleta, o si es tardía, o si las
mercaderías son defectuosas. Asimismo, no cumple el vendedor con sus
obligaciones si no entrega todos y cada uno de los documentos que le
corresponde, según el contrato; o si ellos son incompletos, o insuficientes.
En el caso del comprador habrá incumplimiento si no paga el precio, o paga una
parte y no todo el dinero que debe, o si lo paga tardíamente. También incumple el
comprador que no recibe las mercaderías, o las recibe tardíamente.
Puede observarse, por lo tanto, que existen diversos grados de incumplimiento.
Algunas formas son más graves y severas que otras. Si el vendedor no entrega
las mercaderías vendidas, no está cumpliendo con su obligación principal. Si el
comprador no paga el precio, tampoco cumple con su obligación principal.
Las otras clases de incumplimiento tienen un carácter más bien secundario, en
muchos casos, y pueden ser remediadas. Existe en estos casos una ejecución
imperfecta del contrato, pero, al fin de cuentas, hay ejecución. En cambio, en el
53
incumplimiento principal simplemente no hay ejecución: el vendedor no entrega las
mercaderías o el comprador no paga el precio.
22. ACCIONES LEGALES EN CASO DE INCUMPLIMIENTO
La parte que no cumple con sus obligaciones causa un daño a la otra que, en
ciertos casos, puede ser muy grave. Cada una de ellas, al acordar el contrato
aspira a satisfacer una necesidad, a obtener un cierto beneficio. La falta de
cumplimiento de la otra parte la priva de ese beneficio y, ciertamente, tiene
derecho a que se le compense.
El comprador deja de recibir aquellas mercaderías que había comprado, bien para
su uso personal, bien para revenderlas y hacer una ganancia, bien para
transformarlas y luego venderlas con una utilidad. En el caso del vendedor
ofendido, deja de recibir los dineros esperados, con los que, por ejemplo,
aumentaba su
patrimonio, o pagaba una obligación, o compraba otras
mercaderías. Los ejemplos del daño que cada parte puede sufrir son muchos.
Clásicamente, los diversos sistemas jurídicos han otorgado a la parte agraviada
por el incumplimiento de la otra los siguientes remedios o acciones legales,
cuando enfrenta esta situación:
a) Acción legal para exigir el cumplimiento forzado de la obligación.
b) Acción legal para pedir la terminación o resolución del contrato.
c) Acción legal para pedir indemnización de los perjuicios sufridos, en conjunto
con cualquiera de las dos acciones anteriores.
El Código Civil chileno dispone en su artículo 1826, inciso segundo, que “si el
vendedor por hecho o culpa suya ha retardado la entrega, podrá el comprador a
su arbitrio perseverar en el contrato o desistir de él, y en ambos casos con
derecho para ser indemnizado de los perjuicios según las reglas generales.”Por su
parte, el artículo 1873 establece que “si el comprador estuviere constituido en
mora de pagar el precio en el lugar y tiempo dichos, el vendedor tendrá derecho
para exigir el precio o la resolución de la venta, con resarcimiento de perjuicios.”
En uno y otro caso, según podemos ver, la parte cumplidora tiene derecho para
escoger la acción legal que ejercerá, "a su arbitrio", dice el artículo 1826. El
afectado por la falta de prestación del otro puede pedir el cumplimiento del
contrato, o bien la resolución y, en ambos casos, tiene derecho a la indemnización
por los perjuicios sufridos. En virtud del principio de la libertad contractual, la parte
ofendida escogerá si prefiere “perseverar en el contrato” y exigir su cumplimiento,
o “desistir de él”, y solicitar la declaración judicial de resolución, y, la
indemnización de perjuicios correspondiente.
54
La parte cumplidora ejercerá las acciones legales ante el tribunal competente.
La declaración de cumplimiento forzado, o de resolución del contrato, según
corresponda, la hará el juez de la causa. Las partes, carecen, en el sistema
jurídico chileno, de la facultad de declarar por sí mismas la resolución, o el
cumplimiento forzado, de la obligación de la otra parte. El artículo 1879 del Código
Civil dispone: “Si se estipula que por no pagarse el precio al tiempo convenido, se
resuelva ipso facto el contrato de venta, el comprador podrá, sin embargo, hacerlo
subsistir, pagando el precio, lo más tarde, en las veinticuatro horas subsiguientes
a la notificación judicial de la demanda”. De la simple lectura de la norma
transcrita se concluye, en primer lugar, que la cláusula de resolución ipso facto no
produce en forma instantánea la resolución del contrato por falta de pago del
precio, puesto que la ley otorga un plazo de gracia al comprador para cumplir con
su obligación. Además, se concluye que, incluso en ese tipo de pacto, se requiere
una resolución judicial.
En el sistema jurídico chileno, que se ubica en la categoría que los tratadistas,
llaman de derecho civil, o románico, o continental, en oposición a otros sistemas,
como por ejemplo el anglosajón o common law, la parte cumplidora, puede
libremente determinar la acción legal que preferirá. En un caso podrá ser el
cumplimiento forzado de la obligación, y en otro caso podrá ser la resolución del
contrato. El juez, enfrentado a la demanda de la parte agraviada, carece de
libertad para escoger una alternativa diversa. Podrá aceptar o rechazar la
demanda de cumplimiento forzado de la obligación, por ejemplo, pero, en tal
evento, no podrá ordenar la resolución del contrato.
En cambio, en el derecho sajón la situación que se produce es distinta. De
acuerdo con el Acta de Venta de Mercaderías del Reino Unido de 1893 (U.K.
Sales of Goods Act 1893) el juez tiene la facultad para aceptar o no aceptar el
cumplimiento forzado, siempre que se refiera a contratos que contengan la
obligación de entregar mercaderías específicas o determinadas. El Código
Uniforme de Comercio de Estados Unidos también consagra la facultad al juez de
la causa, quien podrá determinar o no la resolución del contrato.
55
C.
EL CONTRATO DE COMPRAVENTA INTERNACIONAL DE
MERCADERÍAS
23. DEFINICIÓN Y ÁMBITO DE APLICACIÓN
La Convención de Viena de 1980
de compraventa internacional.
(*)
no define lo que debe entiende por contrato
En ese Tratado se establecen dos principios generales sobre la materia. En
primer lugar, se aplica a los contratos de compraventa de mercaderías entre
partes que tengan sus establecimientos en Estados diferentes.
El segundo
principio es que se considerarán las compraventas de suministro de mercaderías
propias del comercio internacional.
No se aplica, por lo tanto, a las mercaderías compradas para el uso personal, ni a
los contratos de prestación de servicios, ni a las compraventas judiciales, o en
subastas. Tampoco se aplica a las compraventas de valores mobiliarios, títulos o
efectos de comercio y dinero. Finalmente, también quedan excluidas las
compraventas de buques, embarcaciones, aerodeslizadores y aeronaves.
De acuerdo con los conceptos anteriores, se puede señalar que "se entiende por
contrato de compraventa internacional, sujeto a las normas de la Convención, al
contrato de compraventa de mercaderías, salvo las excluidas, que se celebre
entre partes que tengan sus establecimientos en estados diferentes, que
contemple el transporte internacional de mercaderías, en donde el pago del precio
se efectúe a través de las fronteras". (*)
24. EL PRINCIPIO DE AUTONOMÍA DE VOLUNTAD Y LA FUNCIÓN DEL CONTRATO
El artículo 6º de la Convención dispone textualmente: ”las partes podrán excluir la
aplicación de la presente Convención o, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo
12, establecer excepciones a cualquiera de sus disposiciones o modificar sus
efectos”
La norma citada reconoce un principio de aplicación universal: la autonomía de la
voluntad. Las partes son libres para definir todos los términos de su propio
acuerdo, pudiendo acogerse a las normas generales de la Convención, o excluir
en todo o parte su aplicación.
(*)
(*)
En adelante la Convención en este libro.
Definición elaborada por el autor.
56
El profesor Bernard Audit expresa al respecto: ”la Convención consagra el
principio de la autonomía de la voluntad en el comercio internacional”. Agrega el
mismo autor, más adelante: ”Así, aunque la Convención
reglamente
detalladamente la formación y la ejecución de la compraventa, toda cláusula
convenida que fije los derechos y obligaciones de las partes de una manera
diferente prima sobre sus disposiciones. Especialmente las partes pueden
subordinar la formación misma de la compraventa a ciertas condiciones, definir lo
que será considerado como un incumplimiento, prever causas de exoneración, fijar
el monto de los daños y perjuicios debidos por la parte incumplidora”. (*)
El profesor John Honnold, la más alta autoridad mundial en la materia, señala: ”La
idea dominante de la Convención es la primacía del contrato”. (*)
25.
LA BUENA FE CONTRACTUAL
Se ha visto la importancia que se otorga en la legislación chilena a la buena fe que
debe imperar entre las partes. (*)
De la misma manera que se reconoce en Chile la primacía del principio de la
autonomía de la voluntad, también las normas internacionales otorgan una muy
alta significación a la buena fe contractual. Al respecto el artículo 7º recomienda
que en la interpretación de la Convención se debe tener en cuenta: ”la
observancia de la buena fe en el comercio internacional”.
Es interesante consignar a este respecto, las normas contenidas en el conjunto de
disposiciones conocido como “Principios UNIDROIT para los Contratos
Comerciales Internacionales”. Estos principios fueron elaborados por el Instituto
UNIDROIT, con sede en Roma, con el objeto de establecer criterios prácticos de
definiciones contractuales, y de interpretación, en los convenios comerciales
internacionales.
El Instituto Internacional para la Unificación del Derecho Privado (UNIDROIT), es
una organización intergubernamental de carácter internacional que tiene su
asiento en la ciudad de Roma, Italia; fue establecido en el año 1926, como un
organismo auxiliar de la Liga de las Naciones y fue restablecido en el año 1940,
como un acuerdo multilateral. Actualmente tiene 58 estados miembros entre los
que se encuentra Chile.
Uno de los propósitos principales de UNIDROIT es
establecer métodos y sistemas que permitan armonizar y coordinar la legislación
privada entre los distintos estados y preparar legislación internacional de carácter
uniforme en el derecho privado.
(*)
Bernard Audit.. La Compraventa Internacional de Mercaderías. Zavalía Editores. Buenos Aires,
1994. Páginas 47.
(*)
John Honnold. Derecho Uniforme sobre Compraventas Internacionales. Versión Española.
Editoriales de Derecho Reunidas. Madrid 1987.
(*)
Ver supra párrafo 17.
57
Uno de los resultados de la acción de UNIDROIT fue la publicación en el año 1994
de los llamados "Principios UNIDROIT para los Contratos Comerciales
Internacionales", que pueden servir de modelo para la redacción de este tipo de
contratos y también pueden ser considerados para la interpretación de los
contratos suscritos entre partes con diferentes domicilios y sujetas a distintas
legislaciones de carácter nacional.
Al respecto los artículos 1.1., así como 1.6. y 1.7., de los Principios UNIDROIT,
consagran también el principio de la autonomía de la voluntad y de la buena fe.
Nos ha parecido conveniente transcribir aquí las normas referidas, en su texto
original en inglés:
“Article 1.1. (Freedom of contract). The parties are free to enter into a contract
and to determine its content."
"Article 1.6. (Interpretation and supplementation of the Principles) (1) In the
interpretation of these Principles, regard is to be had to their international character
and to their purposes including the need to promote uniformity in their application.
(2) Issues within the scope of these Principles but not expressly settled by them
are as far as possible to be settled in accordance with their underlying general
principles."
"Article 1.7. (Good faith and fair dealing) (1) Each party must act in accordance
with good faith and fair dealing in international trade. (2) The parties may not
exclude or limit this duty."
Así, pues, tanto la Convención de Viena de 1980 como los Principios UNIDROIT
consagra los principios de autonomía de la voluntad y de buena entre las partes.
Lo anterior cobra una gran importancia al interpretar la forma en que ha cumplido
con sus obligaciones. En consecuencia, el juez, al resolver un conflicto entre las
partes, no podrá desatender la manera en que cada una de ellas ha actuado en
relación con el principio de la buena fe.
Sin perjuicio de lo anterior, existen ciertos ordenamientos jurídicos en que éste
principio carece de la importancia que se menciona recién.
En un trabajo sobre los principios UNIDROIT publicado por la Cámara de
Comercio Internacional, el abogado inglés Vivien Gaymer, Jefe del Departamento
Legal de la Compañía Enterprise Oil, expresa sus reservas al respecto. El
abogado expresa lo siguiente: "El artículo 1.7 requiere que cada una de las partes
actúe de acuerdo con la buena fe y negociaciones correctas. Este no es un
principio general de la legislación inglesa contractual, ni tampoco puede ser
rápidamente requerido bajo esa legislación. De la misma manera, reservo mi
opinión acerca del Capítulo 4, relacionado con la interpretación. Sospecho que
58
este concepto impactará a muchos abogados en el Reino Unido como
inconfortablemente solitario y aislado, con su referencia a la intención de las
partes." (*)
Puede observarse que en el Derecho Anglosajón, principalmente el que se aplica
en el Reino Unido, la interpretación de la ley y de los contratos se funda más en el
texto positivo de la norma legal, antes que en la aplicación del principio de la
buena fe para determinar la intención de las partes en el momento de acordar un
contrato. Este concepto, que se analiza también más adelante, se define con los
términos “plain meaning”.
26. FORMACIÓN DEL CONTRATO
La Convención destina siete artículos al capítulo de la formación del contrato;
desde el artículo 14 hasta el artículo 24. Los primeros cuatro artículos se refieren
a la oferta o propuesta de celebrar un contrato; los artículos 18 y 22 se refieren a
la aceptación a la propuesta, y los artículos 23 y 24 determinan el momento en
que se perfecciona el contrato.
Determinar el momento en que el contrato se perfecciona es importante para
establecer la fecha en que se generan los derechos y obligaciones de cada una de
las partes. Desde esa fecha se empieza a contar los plazos, de haberse pactado.
Asimismo, es importante para determinar el derecho aplicable, cuando las partes
no lo hayan acordado.
Al respecto existen en la doctrina y en los diversos derechos nacionales distintas
teorías para determinar con precisión el momento en que se perfecciona el
contrato. En algunos casos se escoge la teoría de la emisión o despacho de la
aceptación pura y simple a la oferta recibida. En otros casos se ha adoptado por
la teoría de la recepción.
La Convención ha adoptado por esta última teoría. Al respecto, el artículo 23
establece: “el contrato se perfeccionará en el momento de surtir efecto la
aceptación de la oferta conforme a lo dispuesto en la presente Convención”.
Incluso más, la Convención es muy precisa para determinar el momento en que la
aceptación es recibida por el oferente. El artículo 24 dispone textualmente: "a los
efectos de esta Parte de la presente Convención, la oferta, la declaración de
aceptación o cualquier otra manifestación de intención "llega" al destinatario
cuando se le comunica verbalmente o se entrega por cualquier otro medio al
destinatario personalmente, o en su establecimiento o dirección postal o, si no
tiene establecimiento ni dirección postal en su residencia habitual".
(*)
UNIDROIT Principles for International Comercial Contracts.
Commerce. 1997. Traducción libre del autor de este libro.
International Chamber of
59
En otro punto de vista, es interesante señalar que la Convención contiene normas
más bien novedosas, en cuanto reconoce la validez de las llamadas ofertas
irrevocables. En efecto, el artículo 15 establece un criterio también de aceptación
universal que, en general, la oferta puede ser retirada o revocada antes de que se
perfeccione el contrato. Dicha norma dispone textualmente: “1) La oferta surtirá
efecto cuando llegue al destinatario. 2) La oferta, aún cuando sea irrevocable,
podrá ser retirada si su retiro llega al destinatario antes o al mismo tiempo que la
oferta.” Sin embargo, el artículo 16 establece que la oferta no podrá revocarse si
se indica un plazo fijo para la aceptación, o se expresa de otro modo, que es
irrevocable. Del mismo modo, adquiere esta característica si el destinatario podía
razonablemente considerar que la oferta era irrevocable y ha actuado basándose
en esa oferta.
La norma del artículo 16 de la Convención dispone: “1)
La oferta podrá ser
revocada hasta que se perfeccione el contrato si la revocación llega al destinatario
antes que éste haya enviado la aceptación. 2) Sin embargo, la oferta no podrá
revocarse: a) si indica, al señalar un plazo fijo para la aceptación o de otro modo,
que es irrevocable; o b) si el destinatario podía razonablemente considerar que la
oferta era irrevocable y ha actuado basándose en esa oferta”.
En otras palabras, se reconoce en esta parte el principio jurídico de la validez de
las obligaciones emanadas de las declaraciones unilaterales de voluntad. Llama
especialmente la atención el hecho que la oferta no puede ser revocada
(entendiéndose por lo tanto que la oferta tiene el carácter de irrevocable) si el
destinatario razonablemente podía considerar que tal oferta era irrevocable y que,
en consecuencia, actuó basado en la característica que él asumió que tal oferta
presentaba.
Los Principios UNIDROIT, comentados en el párrafo anterior,
criterio muy semejante y disponen lo que sigue:
contemplan un
“Article 2.3. Withdrawal of offer). An offer becomes effective when it reaches the
offeree. (2) An offer, even if it is irrevocable, may be withdrawn if the withdrawal
reaches the offeree before or at the same time as the offer.
Article 2.4. (Revocation of offer). Until a contract is concluded an offer may be
revoked if the revocation reaches the offeree before it has dispatched an
acceptance. (2) However, an offer cannot be revoked (a) if it indicates, whether
by stating a fixed time for acceptance or otherwise, that it is irrevocable; or (b) If it
was reasonable for the offeree to rely on the offer as being irrevocable and the
offeree has acted in reliance on the offer.”
Puede observarse que la redacción del artículo 2. (b) es casi idéntica a la norma
contenida en el artículo 16. 2) de la Convención.
60
Esta materia no está consagrada en nuestra legislación de una manera tan
expresa y categórica.
Más aún, los principios del Código de Comercio establecidos en el artículo 99 y
1OO, si bien reconocen la validez de la oferta irrevocable, consagran una solución
jurídica distinta a la de la Convención y de los Principios UNIDROIT recién
transcritos.
El artículo 99 del Código de Comercio chileno establece: "El
proponente puede arrepentirse en el tiempo medio entre el envío de la propuesta y
la aceptación, salvo que al hacerla se hubiere comprometido a esperar
contestación o a no disponer del objeto del contrato, sino después de desechada o
de transcurrido un determinado plazo. El arrepentimiento no se presume.”
Puede observarse que la oferta sólo adquiere el carácter de irrevocable, cuando
ello consta expresamente de la misma, sea por que el oferente se comprometió a
esperar contestación, o se concedió un plazo determinado para la respuesta del
destinatario de aquella oferta. Vale decir, en nuestro sistema jurídico no existe un
tipo de oferta que per se adquiera la irrevocabilidad que contemplan las normas de
la Convención y los Principios UNIDROIT.
Con todo, el Código de Comercio chileno establece también la responsabilidad del
oferente por la retractación tempestiva.
El artículo 100 de dicho Código dispone: "La retractación tempestiva impone al
proponente la obligación de indemnizar los gastos que la persona a quien fue
encaminada la propuesta hubiere hecho, y los daños y perjuicios que hubiere
sufrido. Sin embargo, el proponente podrá exonerarse de la obligación de
indemnizar, cumpliendo el contrato propuesto.” El Código de Comercio chileno,
reconociendo la validez de la retractación dentro de tiempo, que califica de
"tempestiva", establece, de todos modos, la obligación del proponente de
indemnizar los gastos y los daños y perjuicios que sufra la otra parte. Agrega la
disposición legal que el proponente podrá exonerarse de la obligación de
indemnizar cumpliendo el contrato propuesto.
Concluyendo, a pesar del muy notable intento de la Convención para precisar el
momento exacto en que se perfecciona el contrato de compraventa internacional,
es conveniente que, dentro del principio de autonomía de la voluntad, sean las
mismas partes las que determinen claramente el momento preciso en que ellas
entiende que el contrato nace a la vida del derecho.
27. INTERPRETACIÓN DE LA CONVENCIÓN Y DEL CONTRATO
Interpretar un texto legal significa determinar con precisión su sentido y alcance.
La interpretación tiene como propósito establecer cuáles son los derechos y
obligaciones que se generan para cada parte, y la manera exacta en que cada una
61
de ellas debe cumplir con sus obligaciones y, recíprocamente, qué derechos
puede exigir de la otra.
En los ordenamientos jurídicos nacionales, regidos por una misma ley, una misma
historia y en un mismo lenguaje, se pueden producir conflictos entre las partes,
que terminan, a veces, en procedimientos judiciales, precisamente porque cada
una de ellas ha tenido una visión distinta del verdadero sentido y alcance, según
sea el caso, del contrato y de las normas legales que le son aplicables.
En el párrafo 17 de este libro hemos comentado los principios legales que rigen en
Chile para la interpretación de la ley y del contrato, aplicables al contrato de
compraventa interno.
En el contrato de compraventa internacional de mercaderías, la situación se torna
más compleja aún, puesto que, por lo general, estamos en presencia de personas
de distinta nacionalidad, formadas en culturas y entornos jurídicos diferentes, con
idiomas diversos, y donde a pesar de su buena voluntad, puedan no comprender
siempre las cosas de la misma manera. Se puede concluir, entonces, que se
requiere un esfuerzo especial para entender exactamente las normas de la
Convención de Naciones Unidas sobre el contrato de compraventa internacional y
también, de un modo más específico, el contenido mismo del contrato de
compraventa que han acordado aquellas partes.
El artículo 7 de la Convención dispone lo siguiente: "1) En la interpretación de la
presente Convención se tendrán en cuenta su carácter internacional y la
necesidad de promover la uniformidad en su aplicación y de asegurar la
observancia de la buena fe en el comercio internacional. 2) Las cuestiones
relativas a las materias que se rigen por la presente Convención que no estén
expresamente resueltas en ellas se dirimirán de conformidad con los principios
generales en los que se basa la presente Convención o a falta de tales principios
de conformidad con la ley aplicable en virtud de las normas de derechos
internacional privada".
El texto transcrito plantea algunas dificultades, particularmente para los abogados
y especialistas formados en el derecho sajón (common law), que han sido
formados en el hábito de interpretar los contratos de acuerdo a criterios bastantes
estrictos basados en su significado formal (plain meaning). De manera, que el
recurso a consideraciones más bien abstractas y genéricas como "el carácter
internacional" y "la necesidad de promover uniformidad en su aplicación" crean
dificultades a los abogados del common law.
Sin embargo, existe una corriente de opinión que sostiene que la doctrina llamada
"plain meaning" entorpece el manejo de todo el material legislativo y debiera ser
modificada o abandonada. (*) Agrega el profesor John Honnold, en favor de esta
(*)
John Honnold. Obra citada. Párrafo 89.
62
teoría las disposiciones contenidas en la Convención de Viena de 1969 acerca de
la Ley de los Tratados y cita en particular los artículos 31 y 32.
El artículo 31 de esa Convención dispone: "un tratado será interpretado de buena
fe de acuerdo con el significado ordinario que se dé a los términos del tratado en
su contexto y a la luz de su finalidad y de su propósito".
El artículo 32 de la misma Convención agrega: "Se puede recurrir a métodos
suplementarios de interpretación, incluyendo los trabajos preparatorios del tratado
y las circunstancias de su conclusión, con el objeto de confirmar el sentido
resultante de la aplicación del artículo 31, o determinar el sentido cuando la
interpretación conforme al artículo 31: a) Deje el sentido como ambiguo u oscuro,
o b) Conduce a un resultado que es manifiestamente absurdo o irracional”.
Comentando tales artículos, el profesor Honnold concluye que considerando las
opiniones de Lord Diplock y Lord Scarman, además de las reglas del Tratado de
Viena, se debe utilizar ayuda para la interpretación cuando exista un conflicto
entre el significado literal de las palabras y el propósito de la convención.
Esto nos lleva a insistir que, independientemente de la buena fe existente entre las
partes, en el momento de celebrar el contrato, y más allá de los propósitos
iniciales de aprecio común entre comprador y vendedor, es muy importante que la
redacción del contrato refleje, en cada una de sus palabras los términos exactos
que ambas han acordado. Aún cuando efectivamente en nuestra condición de
abogado y profesor universitario hemos insistido en la preeminencia del concepto
de buena fe contractual, debemos ser realistas y, en consecuencia, se debe
aceptar que hay veces en que la traducción de un texto no siempre refleja
exactamente lo que su autor quiso decir.
Curiosamente, respecto de la dificultad que plantea la traducción correcta de un
texto legal a otro idioma, viene en nuestra ayuda un párrafo del mismo profesor
Honnold, tomado de la opinión de Lord Diplock sobre el tema, que en su texto
inglés, en la obra que hemos citado refleja muy claramente esa dificultad.
La opinión de Lord Diplock, citada en la obra del profesor Honnold, es la
siguiente:
"The language of an international convention has not been chosen by an English parliamentary
draftsman. It is neither couched in the conventional English legislative idiom nor designed to be
construed exclusively by English judges. It is addressed to a much wider and more varied judicial
audience than is an Act of Parliament that deals with purely domestic law. It should be interpreted,
as Lord Wilberforce put it in James Buchanan & Co., Ltd. V. Babco Forwarding & Shipping (U.K.)
Ltd. (1978) A.C. 141, 152, "unconstrained by technical rules of English law, or by English legal
precedent, but on broad principles of general acceptation". (*)
(*)
John Honnold. Uniform Law for International Sales. Under the 1980 United States Convention.
Kluwer Publishers. Holland 1982. Párrafo 90.
63
La traducción de la edición española de la misma obra es la que se indica a
continuación:
"El lenguaje de una convención internacional no ha sido elegido por un parlamentario inglés. No
está ni redactado en el idioma convencional legislativo inglés ni designado para ser interpretado
exclusivamente por jueces ingleses. Está dirigido a una audiencia mucho más amplia y variada,
pues es un acto de Parlamento que trata el Derecho puramente interno. Debe ser interpretado
como lo expresó Lord Wilberfore en James Buchanan & Co., Ltd., v. Babco Forwading & Shipping
(U.K.) Ltd. (1978) A.C. 141, 152, "no restringido a las normas técnicas del Derecho inglés, o por
precedentes legales ingleses, sino basado en principios amplios de aceptación general"". (*)
Quienes puedan comprender tanto el idioma castellano como el inglés observarán
que la traducción española de la opinión de Lord Diplock, citada por el profesor
Honnold, no solamente contiene algunos errores, sino que, además, en una parte
indica un criterio totalmente diverso del que Lord Diplock planteaba en su opinión.
Hemos solicitado a nuestros colaboradores profesionales en materia de
traducciones, Hernán Reitze y Cía. su asesoría en la materia y nos entregan el
siguiente texto con la traducción adecuada. (*)
El lenguaje utilizado por una convención internacional no ha sido elegido por algún redactor del
Parlamento inglés. Tampoco ha sido formulado en el idioma convencional del sistema legislativo
inglés, ni ha sido diseñado para ser interpretado exclusivamente por los tribunales ingleses. Está
dirigido a una audiencia judicial más amplia y más variada que una Ley del Parlamento, referida
exclusivamente al derecho interno. Debe ser interpretado - según lo dicho por Lord Wilberforce, en
James Buchanan & Co., Ltd. vs. Babco Forwarding & Shipping (U.K.) Ltd. (1978) A.C. 141, 152 “sin las restricciones provenientes de la normativa técnica del derecho inglés, ni los precedentes
legales ingleses, sino de conformidad con principios amplios de interpretación general.”
Si uno estudia con cierto detenimiento el texto original en inglés de la opinión de
Lord Diplock y la traducción correcta del mismo realizada por nuestros
colaboradores profesionales en materia de traducciones, puede, concluir, en
primer lugar la importancia que tiene la adecuada comprensión del texto literal de
las convenciones internacionales. Esto es, determinar con precisión su sentido y
alcance. Por ello, siguiendo los consejos de Lord Diplock y de Lord Scarman, en
caso que sea necesario, se debe utilizar ayuda para interpretar una Convención
cuanto exista un conflicto entre el significado literal de las palabras y propósito de
la convención.
Para lo anterior, puede ser muy útil la norma del artículo 32 de la Convención de
Viena acerca de la Ley de los Tratados, que recomienda considerar, entre los
métodos suplementarios de interpretación, los trabajos preparatorios del tratado y
las circunstancias de su conclusión.
(*)
John Honnold. Derecho Uniforme sobre Compraventas Internacionales. Editoriales de Derechos
Reunidas. Madrid, 1987. Párrafo 90.
(*)
Hernán Reitze y Cía. S.A. ([email protected])
64
Asimismo, podemos concluir de los ejemplos transcritos más atrás en este mismo
párrafo, que no siempre las traducciones de un idioma a otro reflejan exactamente
el verdadero significado de los términos que se utilizan en un texto en su idioma
original.
Parece conveniente por lo tanto, insistir en nuestra recomendación previa, al
comentar la interpretación del contrato de compraventa doméstico, (*) en el sentido
que conviene que las partes y sus consejeros legales gasten tiempo y esfuerzo en
ser muy prolijos para redactar en el tenor literal del contrato exactamente aquellos
derechos y obligaciones convenidos por las partes. Si, como la práctica lo indica,
muchas veces se producen conflictos por diferencias de interpretación en
contratos de compraventa redactados en el idioma local, con mayor razón ese
riesgo puede producirse en contratos internacionales, con partes provenientes de
diferentes culturas, diversos entornos jurídicos e idiomas distintos.
28. DOCUMENTACION
Se reconoce en la Convención el principio que la compraventa es un contrato
consensual, que se perfecciona con el solo consentimiento de las partes y que no
requiere ninguna documentación especial para que se tenga por celebrado.
El artículo 11 establece que: "El contrato de compraventa no tendrá que
celebrarse ni probarse por escrito ni estará sujeto a ningún otro requisito de forma.
Podrá probarse por cualquier medio, incluso por testigos''.
Naturalmente, esta norma podrá no aplicarse en los casos en que un Estado
Contratante haya efectuado expresa reserva respecto de los requisitos derivados
de su propia legislación, relativos a la celebración o prueba por escrito de los
contratos de compraventa.
Recordemos lo expresado en este mismo libro respecto de la aplicación en Chile
de la Convención de Viena. La Convención fue ratificada por Chile y se
transformó en ley de la República, publicándose en el Diario Oficial el día 3 de
octubre de 1990, con la expresa reserva que si cualquiera de las partes del
contrato tiene su establecimiento en Chile, no se aplicarán las normas de la
Convención respecto de sus disposiciones que permitan: ”que la celebración, la
modificación o la terminación por mutuo acuerdo del contrato de compraventa o
cualquier oferta, aceptación u otra manifestación de intención se hagan por
cualquier procedimiento que no sea por escrito”.
En consecuencia, para que un contrato de compraventa internacional de
mercaderías tenga valor en Chile se requiere, de acuerdo con la disposición recién
transcrita, que dicho contrato conste por escrito. Expresamente, no se permite en
(*)
Ver supra párrafo 17. "Sistema Jurídico Chileno de Interpretación de la Ley y del Contrato".
65
Chile aplicar las normas de la Convención que permiten celebrar, modificar o
terminar el contrato por otro procedimiento que no sea escrito. No se requiere a
este efecto ninguna solemnidad especial; basta, simplemente, que los términos del
referido convenio, consten, de alguna manera, por escrito; sea, en un solo
documento, suscrito por ambas partes; o, también, a través de intercambio de
correspondencia en que consten la oferta y su aceptación.
Se produce aquí una situación curiosa respecto del tratamiento que la propia ley
chilena otorga al contrato de compraventa interno. Se ha señalado más atrás, en
este mismo Capítulo que, de acuerdo con el artículo 1801 del Código Civil, la regla
general es que “La venta se reputa perfecta desde que las partes han convenido
en la cosa y en el precio”. Es decir, el contrato interno se entiende perfecto desde
que se forma el acuerdo de voluntades entre comprador y vendedor; por lo que, el
simple consentimiento entre las partes da origen al contrato.
Sin embargo, en lo que se refiere al contrato de compraventa internacional, sujeto
a las disposiciones de la Convención de Viena, la norma chilena no permite que el
contrato se entienda perfecto sin que conste por escrito.
Se incluye como Anexo a este Capítulo, un modelo de contrato de compraventa
internacional elaborado por el autor.
En ese modelo de contrato, se indican las menciones principales que se sugieren
para un documento de esa naturaleza y que pueden servir de base para la
negociación entre las partes.
29.
OBLIGACIONES DEL VENDEDOR
El artículo 30 de la Convención establece que: "el vendedor deberá entregar las
mercaderías, transmitir su propiedad y entregar cualesquiera documentos
relacionados con aquellas en las condiciones establecidas en el contrato y en la
presente Convención".
La Convención establece las tres obligaciones esenciales del vendedor, que son:
-
Entregar las mercaderías.
-
Transmitir su propiedad.
-
Entregar los documentos relacionados con las mercaderías
La obligación de entregar las mercaderías es coincidente con aquella establecida
en nuestra propia ley.
66
La norma citada de la Convención obliga, además, a “transmitir su propiedad”.
Como se ha señalado, esa obligación no existe en Chile. Nuevamente, entramos
en un tecnicismo jurídico, que al efecto de este libro sólo conviene mencionar.
Al respecto el profesor Bernard Audit expresa: “por definición, la compraventa
conduce a la transferencia de la propiedad; el artículo 30 de la Convención lo
recuerda. Por lo tanto, podría extrañar que una Convención que tiene por objeto
la compraventa excluya de su ámbito las cuestiones relativas a la propiedad de las
mercaderías vendidas. Esto se explica por las divergencias existentes en los
derechos nacionales sobre esta cuestión y todas las que le son anexas. En
ciertos sistemas jurídicos, la compraventa es traslativa de la propiedad; en otros,
la transferencia esta ligada a la entrega o sometida a un acto jurídico distinto”. (*)
El tema lo comenta el profesor Peter Schlechtriem en un trabajo publicado por la
Parker School of Foreign and Comparative Law de la Universidad de Columbia (*).
En síntesis, el profesor Schlechtriem señala que la manera de cumplir esta
obligación de transferir la propiedad está más allá del ámbito reglado por la
Convención, y que en esta materia, deberá aplicarse la legislación doméstica.
Recordemos lo expresado más atrás en este libro en el capítulo sobre los efectos
del contrato de compraventa interno. En Chile la compraventa por sí misma no
transfiere el dominio de las mercaderías al comprador y se requiere además un
modo de transferir el dominio denominado “tradición”. (*)
30. ENTREGA DE LAS MERCADERÍAS
El tema esta reglamentado en el artículo 31 y siguientes de la Convención. De
esas mismas normas se puede inferir el concepto de "entrega", que consiste en el
acto en que el vendedor pone las mercaderías a disposición del comprador en el
lugar convenido.
La principal obligación del vendedor es entregar la cosa vendida. En nuestra
compraventa, existen obligaciones correlativas de vendedor y comprador. Así,
frente a dicha obligación del vendedor, la principal obligación del comprador es
pagar el precio.
El principio jurídico imperante en Chile es que ambas
obligaciones se miran como equivalentes y deben cumplirse en forma simultánea.
En los contratos de compraventa internacional existe un principio semejante a los
que se acaban de señalar. El artículo 58 de la Convención dispone que el
comprador, salvo pacto en contrario, debe, por regla general, pagar el precio
(*)
Bernard Audit. Obra citada página 43.
International Sales: The United Nations Convention on Contracts for the International Sale of
Goods. Editada por Mathew Bender & Company, New York. 1984. Capítulo 6. Párrafo 6.02.
(*)
Ver Supra párrafo 19 “Compraventa y Transferencia del Dominio”.
(*)
67
cuando el vendedor ponga a disposición las mercaderías. Agrega la misma norma
que "El vendedor podrá hacer del pago una condición para la entrega de las
mercaderías". Este principio corresponde exactamente a las disposiciones
vigentes en Chile, en el sentido que si el comprador no paga el precio o no da
garantías suficientes, queda entonces facultado el vendedor para suspender y
demorar la entrega de las mercaderías, hasta el pago del precio.
En lo que se refiere a la entrega propiamente tal, la Convención determina, en
primer lugar, que ella debe hacerse en el lugar convenido en el contrato. En las
operaciones de comercio exterior existe una serie de procesos complejos relativos
al despacho de las mercaderías. Efectivamente, puede convenirse que la entrega
se efectúe en la fábrica o bodegas del vendedor, en el país de origen, o bien, lo
que es más usual, puede existir uno o más medios de transporte, tanto internos
como internacionales, hasta que las mercaderías sean recibidas por el comprador,
en el país de destino.
A falta de estipulación expresa, la Convención distingue si el contrato implica el
transporte de mercaderías, o no. Por regla general, tratándose de compraventas
internacionales, se requiere siempre un medio de transporte internacional.
El
principio general de la Convención está consagrado en el artículo 31, que dispone
que "la obligación de entrega del vendedor consistirá, cuando el contrato de
compraventa implique el transporte de las mercaderías, en ponerlas en poder del
primer porteador para que las traslade al comprador".
Sobre el particular, el profesor John Honnold expresa "estas reglas reflejan
prácticas mercantiles; incluso cuando el vendedor asume la obligación de pagar
los costos del flete hasta destino, bajo las cotizaciones CIF y CANDF, ha sido ya
largamente establecido que el vendedor cumple al mismo tiempo con su
obligación de entrega y transfiere el riesgo al comprador cuando las mercaderías
son embarcadas en el medio de transporte”. (*)
El autor Enrique Guardiola señala lo siguiente: ”quede bien patente la
extraordinaria importancia que tiene el determinar el momento en que se
entiendan puestas las mercaderías a disposición del vendedor, ya que, a partir de
ahí queda liberado el vendedor de su obligación de entrega, y nacen para el
comprador las de recibirlas y pagar su precio, siendo asimismo tal momento el que
marca la traslación de los gastos y riesgos del contrato al comprador”. (*) En
consecuencia, cuando el contrato de compraventa implique transporte, el
vendedor cumple con su obligación de entrega en el momento en que carga, a la
orden del comprador, la mercadería a bordo del primer medio de transporte.
(*)
John Honnold. Uniform Law for International Sales under the 1980 United Nations Convention.
1982. Kluwer, Deventer. Holanda. Párrafo 208, página 236.
(*)
Enrique Guardiola. La Compraventa Internacional. Bosh. Barcelona, 1994. Página 54.
68
Los mismos conceptos fluyen de las normas INCOTERMS, que se analizan en el
Capítulo siguiente. Es común que, en las cláusulas relativas a la entrega de las
mercaderías, las partes utilicen la terminología contemplada precisamente en las
normas INCOTERMS. Así en las cláusulas más comúnmente utilizadas, como
son los términos FOB, CFR y CIF, se establece que el vendedor debe entregar las
mercaderías, en conformidad con el contrato, poniéndolas a bordo de un buque en
el puerto de embarque, en el período convenido. Se puede observar la íntima
relación que existe entre las normas de la Convención sobre contratos de
compraventa internacional y las definiciones establecidas en INCOTERMS.
Conviene resaltar las frases finales del artículo 31 de la Convención, que señala
que el vendedor cumple con su obligación de entrega cuando las pone "en poder
del primer porteador para que las traslade al comprador". Esta frase da a
entender que en las operaciones de comercio internacional puede haber varios
porteadores o transportistas de las mercaderías vendidas. Ello corresponde al
concepto moderno de transporte multimodal, que está definido en el artículo 1041
del Código de Comercio chileno, que señala (se entiende por) "Transporte
multimodal, el porteo de mercancías por a lo menos dos modos diferentes de
transporte, desde un lugar en que el operador de transporte multimodal toma las
mercancías bajo su custodia hasta otro lugar designado para su entrega".
En su reciente obra "Derecho Marítimo" el profesor Osvaldo Contreras Strauch,
señala que existe transporte multimodal de mercaderías cuando hay dos o más
modos diferentes de transporte, entre el lugar de origen y lugar de destino, y existe
una sola operación, cualquiera sea el número de medios de transporte que se
utilice. En este caso, el transportista, a cargo de esta operación compleja, asume
la responsabilidad completa durante todo el trayecto de las mercaderías. (*)
En la misma obra el profesor Contreras menciona que en el Diario Oficial de 4 de
agosto de 1982 se publica un Convenio sobre Transporte Multimodal
Internacional, suscrito por Chile, cuya ratificación está pendiente, a la espera de
ratificaciones de otros países.
Al poner un ejemplo sobre transporte multimodal, puede pensarse, en un
exportador de mariscos congelados que los despacha al comprador por container
sellado y con el producto congelado, en condición IQF, a una temperatura de -18
grados centígrados.
En este caso, el proceso de carga y consolidación del
container se produce en la planta industrial del exportador, en donde se efectúa la
inspección de calidad y sanidad, y se ponen los sellos correspondientes al
container, tanto por parte del exportador como por la agencia que certifique la
calidad del producto. El container se embarca en un camión que lo traslada a
puerto. Según el "booking note" acordado entre el exportador y la compañía
naviera, el transporte de la carga es "house to house". De esta manera, la
compañía naviera se hace responsable del transporte del container (que ella ha
(*)
Osvaldo Contreras Strauch. Derecho Marítimo. Editorial Conosur. Santiago 2000. Pág. 284.
69
proporcionado al exportador) desde la planta industrial hasta el puerto de
embarque y posteriormente de su carga a borde del buque, en el puerto marítimo
de embarque y, finalmente su transporte hasta el puerto de destino en el exterior.
En el conocimiento de embarque que emite la compañía naviera debe hacerse
mención al "booking note" convenido entre el exportador y el naviero.
De acuerdo con las disposiciones del artículo 31 de la Convención, relacionado
además con el artículo 67, en el momento en que el container se pone en poder
del primer porteador (en este caso, el camión en la planta industrial), se produce la
entrega de las mercaderías del vendedor al comprador y se transfieren a éste
último los riesgos. En este caso, en las relaciones entre vendedor y comprador,
los riesgos se extinguen para el primero y se transfieren al comprador.
Recordando lo expresado más atrás, la entrega con ánimo de transferir el dominio
es un modo de adquirir que se denomina "tradición". En tal virtud, el vendedor
transfiere el dominio de las mercaderías al comprador, precisamente en el
momento en que se efectúa la "tradición". Se entiende también que en su calidad
de propietario, el comprador asume desde aquel momento todos los riesgos de la
cosa vendida.
Para ser más precisos, cabe destacar que el transportista asume también una
responsabilidad por las mercancías desde el momento en que ellas quedan bajo
su custodia. Así lo establece la Convención de Naciones Unidas sobre transporte
marítimo de mercancías, conocida como Convención de Hamburgo 1978. El
Código de Comercio chileno contiene disposiciones semejantes.
El tema de la entrega de las mercaderías plantea también la pregunta de a quién
corresponde la obligación de obtener las licencias de exportación, que permitan la
salida de las mercaderías desde su país de origen. La misma pregunta se plantea
respecto de los impuestos de exportación. Estas cuestiones no están resueltas
por la Convención. Según el profesor John Honnold las prácticas y usos
modernos indican que esta responsabilidad corresponde al vendedor (*). De
manera que si las partes no lo han previamente definido en el contrato, será el
vendedor quién tenga que asumir dicha responsabilidad.
Las normas INCOTERMS contienen una definición muy precisa, en cada uno de
sus términos, respecto de las obligaciones relacionadas con licencias e impuestos,
tanto de exportación como de importación.
Para salvar ambigüedades y
confusiones que se puedan producir en los acuerdos que dan origen a un contrato
de compraventa internacional de mercaderías, conviene siempre que las partes
hagan aplicables las normas contenidas en INCOTERMS 2000. Se resuelven,
así, muchas dificultades y se evitan largas y costosas discusiones entre vendedor
y comprador.
(*)
John Honnold. Obra citada. Párrafo 211.
70
Finalmente, en los contratos de compraventa que no impliquen transporte, la
Convención establece una norma general, que indica que la entrega se efectuará
en el lugar en que están las mercaderías, o bien en el lugar donde el vendedor
tenga su establecimiento.
31.
RETENCIÓN DEL TITULO
La cláusula de retención del título, que se conoce también con el nombre “reserva
de dominio”, se refiere a un pacto de carácter facultativo que las partes pueden
convenir, si así lo estiman conveniente. En virtud de ésta cláusula, el vendedor se
reserva el dominio de la mercadería hasta que el comprador pague
completamente el precio. El autor español Enrique Guardiola la define de la
siguiente manera: “aquella estipulación adicional a un contrato de compraventa en
virtud de la cual el vendedor se reserva el derecho de propiedad de los bienes
vendidos hasta que el comprador haya satisfecho la totalidad del precio acordado,
actuando como garantía a favor del primero de manera que pueda, caso de no
percibir la totalidad de dicho precio, reivindicar el dominio o propiedad que se
había reservado en el propio contrato de compraventa.“ (*)
El concepto jurídico de reserva de dominio por parte del vendedor tiene alguna
posibilidad de aplicación práctica cuando la mercadería ya ha sido entregada al
comprador, o al menos despachada. De esta manera, en virtud de esta cláusula,
el vendedor puede reivindicar, como dueño, su mercadería de manos del
comprador, en caso que éste no la pague.
El mismo autor Enrique Guardiola agrega en la obra citada que en la legislación
mundial existe gran diversidad de criterios jurídicos respecto de la validez de ésta
cláusula. Así, algunas legislaciones la admiten plenamente, otras dificultan
considerablemente el reconocimiento de su eficacia y otras simplemente no la
admiten.
Por ejemplo en Bélgica no se admite, en tanto que en Francia, Italia, Holanda,
Alemania, Austria sí le otorgan reconocimiento.
En un modelo de contrato de compraventa internacional de mercaderías,
elaborado por la Cámara de Comercio Internacional, se menciona la posibilidad de
que las partes convengan dicha estipulación. El modelo de contrato que propone
la CCI se refiere a un contrato de venta internacional de mercaderías
manufacturadas con el propósito que ella sea revendida. En el artículo 7 de las
Condiciones Generales del Contrato, se establece lo siguiente "If the parties have
validly agreed on retention of title, the goods shall remain the property of the Seller
until the complete payment of the price, or as otherwise agreed". Lo anterior,
(*)
Enrique Guardiola S. “La Compraventa Internacional”. Bosch, Casa Editorial. Barcelona 1994.
Página 158.
71
significa, simplemente, que si las partes lo acuerdan, las mercaderías continuarán
bajo la propiedad del vendedor hasta el pago completo del precio.
¿Cuál es la situación en Chile?.
Debemos reiterar, primeramente, que, a según se ha expresado en el párrafo
sobre "Compraventa y Transferencia del Dominio" (*), que, en nuestro país la
compraventa es un título y no un modo de adquirir el dominio. La propiedad sobre
las cosas se adquiere a través de un mecanismo denominado modo de adquirir,
que en el caso de la compraventa corresponde a la llamada “tradición”.
La "retención del título" significa condicionar al pago del precio por el comprador la
transferencia del dominio que se produce a éste, mediante la "tradición" de la cosa
vendida.
En el caso de aplicarse dicha cláusula, podríamos imaginar un contrato de
compraventa internacional en que el vendedor, domiciliado en un país
determinado, efectivamente entrega las mercaderías al comprador domiciliado en
otro país, habiendo quedado, en el ejemplo, pendiente el pago del precio. Si en
definitiva, el comprador no paga el precio, y la cláusula se aplicare, no se habría
producido con la entrega de las mercaderías la transferencia de propiedad al
comprador. En ese caso, el vendedor podría pedir la restitución de las
mercaderías entregadas, en calidad de dueño. Vale decir, su “título” o condición
de reclamo en contra del comprador estaría en este caso basada en su calidad de
dueño de las mercaderías y no en la condición de acreedor agraviado.
Repitiendo la pregunta anterior, ¿Cuál es el valor de dicha estipulación en Chile?.
En nuestro ordenamiento jurídico, la cláusula carece de validez.
El artículo 1874 del Código Civil dispone: ”La cláusula de no transferirse el dominio
sino en virtud de la paga del precio, no producirá otro efecto que el de la demanda
alternativa enunciada en el artículo precedente.”. A su vez, el artículo 1873 del
mismo Código establece que: ”Si el comprador estuviere constituido en mora de
pagar el precio en el lugar y tiempo dichos, el vendedor tendrá derecho para exigir
el precio o la resolución de la venta, con resarcimiento de perjuicios”.
Esto quiere decir que, si el comprador no paga el precio, el vendedor tiene
derecho a pedir el cumplimiento forzado de la obligación, por la vía judicial, o bien
la resolución del contrato. Pero, en Chile, el vendedor, una vez producida la
tradición no tiene derecho, para actuar en calidad de propietario y pedir la
restitución de la cosa vendida.
(*)
Ver Supra párrafo 19. Compraventa y Transferencia de Dominio.
72
Una sentencia del año 1962 de la Corte de Santiago niega validez a una cláusula
de reserva de dominio, respecto de los efectos de la misma en Chile. En su parte
pertinente la sentencia dispone: “Aunque las partes hayan pactado en el
extranjero, en conformidad a las leyes del país donde fue otorgado, un contrato
de compraventa condicional, que consiste en que el dominio de la cosa vendida
(una aeronave) subsista en el patrimonio del vendedor mientras no se pague el
precio y se cumplan las demás condiciones estipuladas, si agregaron a dicho
contrato una cláusula según la cual se autorizó la inscripción de la aeronave en el
Registro de Matrícula de Aeronavegación en Chile, a nombre del comprador (el
ejecutado) esos efectos deben ajustarse a la legislación chilena.” (*)
Concluye, de acuerdo con lo anterior, la referida sentencia lo siguiente: “En
consecuencia, si la nave aérea materia de la tercería se encontraba inscrita a
nombre del ejecutado y tal inscripción se hallaba pendiente al tiempo del embargo,
resulta evidente, con arreglo a los preceptos de los artículos 6º, 7º y 10º del
decreto con fuerza de ley 221, de 30 de marzo de 1931, sobre navegación aérea,
los cuales son de orden público, que la propiedad de la nave embargada es del
ejecutado y no de los terceristas (los vendedores condicionales).” (*)
En conclusión, en Chile la cláusula de no transferirse el dominio sino en virtud de
la paga del precio, no produce el efecto de no transferir el dominio. Aún cuando el
precio no esté pagado por el comprador, y aún cuando se haya pactado esta
cláusula, si entre las partes se efectuó la "tradición" de la cosa vendida, el
comprador pasa a ser propietario y, recíprocamente, el vendedor deja de ser
dueño de la cosa vendida.
El tema no deja de tener relevancia. Teóricamente, podría ocurrir que un
exportador extranjero, basado en las prácticas internacionales, y tomando en
consideración las recomendaciones de ciertos manuales del extranjero, pactara
con un importador chileno esta cláusula de retención del título, creyendo de esa
manera proteger de un modo más seguro sus intereses. Sin embargo, como
hemos visto, esa cláusula carece de validez legal en Chile.
Recordamos aquí lo expresado más atrás en este mismo libro respecto de la
relación que existe entre autonomía de la voluntad y orden público. (*)
32. TIEMPO PARA LA ENTREGA DE LA MERCADERÍA
El artículo 33 de la Convención dispone que la entrega se efectuará en la fecha
determinada en el contrato y, en cualquier otro caso, dentro de un plazo
razonable.
(*)
Repertorio Código Civil. Tomo VI. Artículo 1.874 Código Civil. Página 308.
Misma cita anterior.
(*)
Ver Supra párrafo 16. " La Autonomía de la Voluntad y Orden Público".
(*)
73
El concepto de plazo razonable es novedoso, en el sentido que no está definido en
la Convención. Finalmente, le tocará al juez resolver en caso de falta de entrega o
de atraso de la misma, si hay responsabilidad del vendedor por no haberla hecho
dentro de lo que sería un plazo razonable.
En este sentido, puede ser importante la consideración de la letra b) del mismo
artículo 33 que establece que el período pueda ser "determinable por el contrato".
Los principios UNIDROIT establecen en su artículo 6.1.1. conceptos totalmente
semejantes con los anteriores, señalando que el tiempo, en primer lugar, debe
estar determinado por el contrato; enseguida, agrega también la idea de que
pueda ser determinable por el contrato y finalmente, establece también la idea de
un "tiempo razonable".
El profesor Hans Van Houtte, de la Universidad de Leuven señala que los
principios UNIDROIT puedan incluir nociones de cierto riesgo jurídico al contener
"notions á contenu variable", (*) que no tienen una definición muy precisa y cuya
interpretación final dependerá del juicio de la Corte, o del árbitro, que tenga que
aplicar los principios en cada caso particular.
Ello confirma nuestra conclusión previa, en el sentido que finalmente tocará al juez
determinar el concepto de "plazo razonable" para determinar el tiempo de la
entrega de las mercaderías.
33. ENTREGA DE LOS DOCUMENTOS
Cabe recordar las disposiciones del artículo 30 de la Convención que establece:
“El vendedor deberá entregar las mercaderías, transmitir su propiedad y entregar
cualesquiera documentos relacionados con aquéllas en las condiciones
establecidas en el contrato y en la presente Convención”.
Más adelante, el artículo 34 de la Convención dispone: “El vendedor, si estuviere
obligado a entregar documentos relacionados con las mercaderías deberá
entregarlos en el momento, en el lugar y en la forma fijados por el contrato”.
Nuevamente vemos que la Convención otorga primacía total al contrato. Las
partes son libres para determinar en el contrato mismo qué documentos se
requieren para demostrar la entrega o, en ciertos casos, que también constituyen
transferencia misma de la mercadería.
Hacemos referencia a las normas INCOTERMS 2000. Por ejemplo, en las ventas
CIF, tales normas disponen que el vendedor, a su propio costo, debe entregar al
comprador sin demora el documento de transporte usual para el puerto de destino
(*)
Hans Van Houtte. The UNIDROIT Principles as a Guide to Drafting Contracts. In the UNIDROIT
Principles for Internacional Commercial Contracts. ICC Publications. Paris 1995.
74
convenido.
Este documento (por ejemplo, un conocimiento de embarque
negociable) debe cubrir las mercaderías del contrato, debe ser fechado dentro del
período convenido para el embarque, debe permitir al comprador requerir la
entrega de las mercaderías del transportista en el puerto de destino y también
permitir al comprador vender las mercaderías en tránsito, transfiriendo dicho
documento a otro comprador subsiguiente.
Al respecto, el profesor John Honnold expresa que al preparar el texto de la
Convención surgió la siguiente pregunta: “cuando la norma legal se refiere a la
entrega de “mercaderías” ¿se entiende que la ley se refiere también a la entrega
efectuada mediante “documentos que representan el título sobre las
mercaderías?” (*).
Dice el profesor Bernard Audit sobre el mismo tema: “A menudo, los documentos
son representativos de la propiedad de la mercadería (resguardo de muelle o de
entrepuerto, conocimientos)” (*).
Los autores Alejandro Miguel Garro y Alberto Luis Zuppi agregan: “La Convención
empero, no explica a qué tipo de documentos se refieren los arts. 30 y 34. Es
probable que se refieran a los títulos representativos de las mercaderías, tales
como la carta de porte o el conocimiento de embarque, que se deben encontrar en
poder del comprador para que éste pueda ejercer sus derechos sobre las
mercaderías transportadas. Pero también existe otro tipo de documentos que, sin
ser esenciales para que el comprador ejerza sus derechos sobre las mercaderías,
le permitan disponer de la cosa en forma apropiada. Tal es el caso, por ejemplo,
de un manual de instrucciones que contiene una descripción técnica de un aparato
o equipo electrónico”. (*)
Sobre este mismo concepto, el profesor Peter Schlechtriem agrega: “los
documentos juegan un rol importante en la venta de mercaderías. Si puedo
escoger una clasificación simplística, tenemos, por una parte, documentos que
representan mercaderías y que, frecuentemente, son para las partes el verdadero
objeto para la venta; ellas están negociando documentos y no mercaderías. Por
otro lado, hay documentos que no tienen importancia en lo que se refiere al poder
de disposición de las mercaderías o a su valor, pero que son relevantes por su
utilidad (certificado de origen, certificado de análisis, instrucciones de manejo y
otros).” (*)
Podría, por lo tanto, aparentemente concluirse que el vendedor cumple con
entregar la cosa vendida en el momento en que entrega también aquellos
(*)
John Honnold. Obra citada. Párrafo 219. Traducción del autor de este libro.
Bernard Audit. Obra citada. Párrafo 86. Pág. 101.
(*)
Alejandro Miguel Garro. Alberto Luis Zuppi. Compraventa Internacional de Mercaderías. 1990.
Página 154.
(*)
Peter Schlechtriem en International Sales. Parker School of Foreign and Comparative Law.
Columbia University. Párrafo 6.02 (3).
(*)
75
documentos que son representativos del título de propiedad sobre las
mercaderías, como por ejemplo el conocimiento de embarque. En consecuencia,
se podría decir, que si no hay entrega de documentos representativos del título
sobre las mercaderías, en ese caso no hay entrega de las mercaderías y el
vendedor se encuentra en situación de incumplimiento.
En nuestra opinión las conclusiones anteriores son erróneas. Hay que recordar
que estamos analizando los efectos de un contrato relativamente sencillo y simple,
que no requiere mayor solemnidad en su formación, como es el contrato de
compraventa internacional de mercaderías.
El contrato de compraventa internacional da origen a una compleja serie de
actuaciones y de contratos, que se vinculan entre sí, pero cada uno de ellos tiene
también una vida propia y una reglamentación específica. Nos referimos en
particular al contrato de transporte marítimo, al contrato de seguro de comercio
exterior y al contrato de crédito documentario para el pago del valor de las
mercaderías. Si bien es cierto los documentos del contrato de compraventa
pueden referirse o vincularse con los documentos que se generan en los
convenios y operaciones recién nombrados, ello no debe significar confusiones
respecto de la interpretación del contrato de compraventa internacional en sí
mismo y de los efectos que éste produce entre vendedor y comprador.
Relacionando la obligación de entrega de los documentos, que compete al
vendedor, con su obligación principal, cual es la entrega de las mercaderías, nos
remitimos a lo expresado en que el vendedor, a menos que estuviere obligado a
entregar las mercaderías en otro lugar determinado, cumple con su obligación de
entrega de las mercaderías “cuando el contrato de compraventa implique el
transporte de las mercaderías, en ponerlas en poder del primer porteador para que
las traslade al comprador”.
La obligación de entrega del vendedor es un acto físico, que se basta por sí
mismo, y que significa que cuando, según el contrato, se requiere transporte, el
vendedor pone las mercaderías en poder del primer porteador para que las
traslade al comprador. Es en ese momento, en que se produce el cumplimiento
de su obligación de entregar.
Este mismo acto de entrega, produce también otro efecto. Como se verá más
adelante al analizar el tema de la transmisión de los riesgos, la Convención, en
forma coincidente con el principio anterior, dispone en su artículo 67 lo siguiente:
“Cuando el contrato de compraventa implique el transporte de las mercaderías y el
vendedor no esté obligado a entregarlas en un lugar determinado, el riesgo se
transmitirá al comprador en el momento en que las mercaderías se pongan en
poder del primer porteador para que las traslade al comprador conforme al
contrato de compraventa”. De esta manera, tanto la obligación principal del
vendedor, cual es la entrega de la mercadería, como la transmisión de los riesgos
al comprador, ocurren, de acuerdo con las normas citadas en la Convención, en
76
el mismo instante; “en el momento en que las mercaderías se pongan en poder del
primer porteador para que las traslade al comprador conforme al contrato de
compraventa”. El acto en que el vendedor pone las mercaderías a disposición del
primer porteador, para que las traslade al comprador produce un efecto
simultáneo. En primer lugar, significa el cumplimiento de su obligación de entrega
de las mercaderías. En segundo lugar, transmite los riesgos sobre la cosa
vendida al comprador.
Habiendo concluido y precisado el concepto de entrega de la cosa vendida,
efectivamente en el contrato de compraventa internacional, y en los contratos que
este mismo genere, como por ejemplo el de transporte marítimo y el de seguro, se
producen una serie de documentos que demuestran el cumplimiento de las
obligaciones del vendedor, que sirven de prueba y que, una vez emitidos, en
algunos casos sirven para la transferencia posterior de las mercaderías.
Los principales de estos documentos dicen relación con las mercaderías que son
materia del contrato. Ellos son la factura comercial y los certificados que digan
relación con la calidad, origen y otros requisitos semejantes establecidos en el
contrato, y que se refieren a la mercadería en sí misma. Otro tipo de documentos
se refiere al transporte. Estos son, por ejemplo: la guía de despacho y el
conocimiento de embarque. También existen documentos relativos al seguro,
como son las pólizas. Es importante que las partes definan con precisión, en el
contrato mismo, los documentos que se requieren como prueba del cumplimiento
del mismo y de cada una de sus condiciones.
Respecto de la entrega de los documentos por parte del vendedor, cabe la
siguiente pregunta ¿cómo y de qué manera cumple en vendedor con su obligación
de entregar los documentos?.
La respuesta, como muchas otras relacionadas con el contrato de compraventa
internacional, está en los acuerdos y definiciones que las mismas partes hayan
establecido en su convenio original. Las consideraciones más importantes
respecto a la forma en que el vendedor cumple con su obligación de entregar los
documentos, dependerán, principalmente de dos aspectos.
En primer lugar, la cláusula de venta, según INCOTERMS, que las partes hayan
acordado.
Existen trece cláusulas, que se van desarrollando desde la
denominación EXW (Ex Works) hasta la denominación DDP (Delivered Duty Paid).
En la primera, la entrega de la mercadería se efectúa en el establecimiento del
vendedor, recayendo en el comprador las responsabilidades para obtener licencia
de exportación en el país de origen, contratar el seguro y el transporte marítimo.
En la última, en cambio, la entrega se efectúa por el vendedor al comprador en el
lugar de destino en un medio de transporte, sin descargar, debiendo contratar el
transporte internacional y obteniendo las licencias de importación y exportación
en el país de destino. De esta manera, el término EXW representa la mínima
obligación para el vendedor, en tanto que DDP representa la máxima obligación.
77
En el primer caso, los documentos que requiera entregar el vendedor serán muy
pocos y en el otro caso son muchos. Conviene, en cualquier evento, describir con
precisión en el contrato de compraventa internacional qué documentos se exigen
al vendedor, y la manera en que debe entregarlos.
El otro criterio que determina la forma de los documentos y la manera en que
éstos se entregan, dependerá de los términos acordados para el pago del precio
de la mercadería. Si se exige una carta de crédito, cabe recordar que éste es un
instrumento de pago formal y sin causa, esto es, separado del contrato de
compraventa que le da origen. Las mismas normas de la Cámara de Comercio
Internacional contienen disposiciones expresas que separan al crédito
documentario del contrato. En este caso, el vendedor debe cumplir al pie de la
letra con las estipulaciones de la carta de crédito entregando los documentos que
allí se solicitan. Este punto se analiza con más detalle más adelante en el
Capítulo sobre Cartas de Crédito.
Cuando el mecanismo escogido para el pago del precio sea más simple, por
ejemplo una operación en cobranza, bastará el despacho y la entrega de los
documentos de acuerdo con los términos de la misma cobranza.
34. CONFORMIDAD DE LAS MERCADERÍAS Y PRETENSIONES DE TERCEROS.
El tema está tratado en la Sección II de la Convención, que lleva el mismo título
de este Capítulo y que comprende los artículos 35 a 44.
Los dos principios generales que se tratan en esta Sección, corresponden también
a los conceptos que se mencionan en el título, vale decir, por un lado la
conformidad de las mercaderías, y por el otro, la entrega de lo que se llama "un
título limpio" sobre ellas.
En primer lugar, el concepto principal lo define el artículo 35 en su número 1, que
dispone: "El vendedor deberá entregar mercaderías cuya cantidad, calidad y tipo
correspondan a los estipulados en el contrato y que estén envasadas o embaladas
en la forma fijada en el contrato". Enseguida, el mismo artículo en el número 2
agrega otro principio general, señalando que el criterio esencial para definir la
conformidad de las mercaderías con el contrato es que ellas "sean aptas para los
usos que ordinariamente se destinen mercaderías del mismo tipo". Naturalmente,
si las partes han pactado otra cosa y han acordado definiciones precisas sobre la
materia, deberá estarse a ellas.
Según el artículo 37, en caso de entrega anticipada, el vendedor podrá antes de la
fecha que se hubiere fijado en el contrato subsanar cualquier falta de conformidad
de las mercaderías entregadas, siempre que no ocasione inconvenientes al
comprador, quien en todo caso, conservará el derecho a exigir la indemnización
de daños y perjuicios.
78
Coincidiendo con principios generales respecto a la entrega de mercadería y
transmisión de los riesgos, la conformidad de las mercaderías se determina en el
momento de la transmisión de riesgo al comprador.
Sin embargo, la parte final del artículo 36 número 1 agrega un concepto muy
novedoso, disponiendo que el vendedor será responsable de toda falta de
conformidad de las mercaderías "aún cuando esa falta sólo sea manifiesta
después de ese momento" (de la transmisión de los riesgos).
Por su parte, según dispone el artículo 38 el comprador tiene a este respecto una
obligación, al disponer que "El comprador deberá examinar o hacer examinar las
mercaderías en el más breve plazo posible atendida las circunstancias".
El
artículo 39 agrega que el comprador perderá este derecho si no lo comunica al
vendedor dentro de un plazo razonable "a partir del momento en que la haya o
debiera haber descubierto" (la falta de conformidad de las mercaderías) y que en
todo caso, este derecho se extingue en un plazo máximo de dos años, a menos
que ese plazo sea incompatible con un período de garantía contractual.
Sobre la materia, el profesor alemán Peter Schlechtriem en su artículo sobre las
Obligaciones del Vendedor en la Convención de Naciones Unidas (*) comenta un
caso que resolvió la Corte de Apelaciones de Hamm, en Alemania, respecto de
esta materia. Un exportador italiano vendió a un comprador en Alemania telas
para la manufactura de pantalones. El vendedor estableció en el contrato que el
derecho a reclamo por parte del comprador se extinguía después de haberse
sometido las mercaderías a un proceso de manufactura. El comprador examinó
las telas en el momento de recibirlas y no encontró defectos. Sin embargo,
cuando los pantalones, ya terminados, se plancharon, se descubrió que la tela no
era útil para el fin requerido por el comprador, cual era la confección de prendas
de vestir con dicha tela. Al reclamar el comprador alemán que las mercaderías no
eran aptas para el fin del contrato, el exportador italiano se defendió indicando
que, según contrato, se había extinguido el derecho del comprador. La Corte
rechazó las defensas del vendedor italiano, señalando el Tribunal que dicha
cláusula violaba principios básicos de la Convención.
La otra obligación que corresponde al vendedor, a este respecto, está
reglamentada por el artículo 41 de la Convención que dispone que "el vendedor
deberá entregar las mercaderías libres de cualesquiera derechos o pretensiones
de un tercero, a menos que el comprador convenga en aceptarlas sujetas a las
derechos o pretensiones". Concluye el mismo artículo 41 que si los derechos o
pretensiones se refieren a propiedad industrial o intelectual, se aplicarán las
normas del artículo 42.
(*)
Peter Schlechtriem en ”International Sales”. Parker School of Foreign and Comparative Law.
Columbia University. Párrafo 6-6.
79
Al respecto, el profesor John Honnold establece lo siguiente "La Convención
dispone que el vendedor tiene una obligación de entregar las mercaderías libres
de cualquier derecho o pretensión de un tercero, lenguaje que debiera proteger la
expectación normal del comprador de que no está adquiriendo un litigio. En las
compraventas internacionales la pretensión de un tercero probablemente será
regulada por la norma interna del Estado en el que el vendedor tiene su
establecimiento; a menudo resultará difícil y costoso para el comprador evaluar y
contestar a tal pretensión". Más adelante, en el mismo párrafo, el autor agrega,
"El vendedor estaría obligado a rembolsar al comprador por cualquier gasto o
pérdida causada por la pretensión. Pero si el vendedor resuelve el problema
rápidamente y con eficacia, el incumplimiento del vendedor podrá no resultar
esencial y el comprador no podrá resolver el contrato. Pero la pretensión de un
tercero puede causar un detrimento tal al comprador que se autorizará la
resolución y el tratamiento de esta forma de subsanar tan drástica podrá estimular
al vendedor para que lleve a cabo una acción efectiva". (*)
En lo que se refiere a las posibles pretensiones de terceros, basadas en
propiedad industrial o intelectual, el artículo 42 dispone que el vendedor deberá
entregar las mercaderías libres de tales derechos o pretensiones, siempre que
conociera o no hubiera podido ignorar tales derechos en el momento de la
celebración del contrato. Agrega la norma una condición adicional que tales
derechos o pretensiones deben estar reconocidos en ciertas legislaciones que el
mismo artículo define con precisión.
35. TRANSFERENCIA DE LOS RIESGOS
Sobre la materia el profesor Bernad Audit expresa lo siguiente: "Entre el
establecimiento del vendedor y el del comprador, la mercadería corre diversos
riesgos: pérdida total o parcial, averías. Naturalmente estos riesgos son tanto
más graves cuanto más largo es el transporte y cuanto más modalidades
diferentes incluye, como transferencias de transportes; es decir que estos riesgos
son normalmente mayores en las ventas internacionales que en las ventas
internas. Al riesgo material se suman en las primeras ciertos riesgos políticos que
impedirán a la mercadería llegar al comprador, tales como el embargo o la
requisición. En derecho, plantear la cuestión de los riesgos de la cosa, objeto del
contrato, consiste en preguntarse quién deberá soportar la consecuencia de su
pérdida: ¿Es el vendedor quién deberá, por ejemplo, expedir nuevas mercaderías
si las primeras se pierden o indemnizar al comprador si está impedido de hacerlas
llegar? ¿o es el comprador quién deberá pagar el precio de las mercaderías aun
que no le hayan llegado?. (*)
(*)
(*)
John Honnold. Obra citada Nº 266.
Bernard Audit. Obra citada. Página 101.
80
La Convención consagra el principio universal de que los riesgos pasan del
comprador al vendedor conjuntamente con la entrega de las mercaderías que en
este caso, según se explicó, generalmente coincide con la transferencia de
propiedad.
El artículo 67, ya citado varias veces en esta obra, dispone “cuando el contrato de
compraventa implique el transporte de las mercaderías y el vendedor no esté
obligado a entregarlas en un lugar determinado, el riesgo se transmitirá al
comprador en el momento en que las mercaderías se pongan en poder del primer
porteador para que las traslade al comprador conforme al contrato de
compraventa”.
Consecuente con dicho criterio, y siguiendo la misma lógica el artículo 66 agrega
que la pérdida o el deterioro de las mercaderías sobrevenidos después de la
transmisión del riesgo al comprador no liberarán a éste de su obligación de pagar
el precio. Por supuesto, el comprador podrá defenderse sosteniendo que dicha
pérdida o deterioro se deba a un acto u omisión del vendedor.
Sobre este criterio de transferencia de los riesgos, conjuntamente con la entrega y
la transmisión de la propiedad el profesor John Honnold agrega que “En los
sistemas legales basados en el Acta de Venta de Mercaderías del Reino Unido
(U.K. Sale of Goods Act), la premisa básica es que el riesgo sobre las mercaderías
pasa cuando la propiedad sobre las mismas es transferida al comprador". (*)
Como se ha visto más atrás, en general, la entrega de las mercaderías produce
también la transferencia del dominio, salvo el caso de Francia, en que el dominio
se adquiere por parte del comprador desde el momento mismo de celebrar el
contrato de compraventa.
De acuerdo con las normas de la Convención, los riesgos sobre la cosa vendida
se transfieren al comprador al momento de la entrega de las mercaderías.
Este mismo criterio existe también en las normas INCOTERMS 2000, en todas sus
distintas acepciones. Incluso, en el caso de la venta C.l.F., como se ha expresado.
Dicha norma establece que el comprador debe "asumir todos los riesgos que
pueda correr la mercancía a partir del momento en que haya efectivamente
pasado la borda del buque en el puerto de embarque".
Conviene hacer tres observaciones sobre la materia.
En primer lugar, muchos comerciantes suelen creer que en las compras que ellos
efectúen bajo la modalidad C.I.F. les corresponderá asumir el riesgo sólo en el
momento que reciban la mercadería en el puerto de destino. Como se ha visto,
(*)
John Honnold. Obra citada. Página 372.
81
ese no es el principio de aplicación universal que resulta de las normas
transcritas, tanto de INCOTERMS como de la Convención.
En segundo lugar, este criterio de aplicación universal no es el mismo que
contiene el Código Civil chileno, en que el comprador asume los riesgos de la cosa
vendida desde el momento en que se otorga válidamente el contrato. Cabe
pensar en la significación jurídica y económica que tendría la aplicación pura y
simple de la norma chilena a un contrato de compra de un bien determinado en el
exterior. El importador chileno asumiría todos los riesgos desde el momento de la
compraventa.
En tercer lugar, de acuerdo con el principio de autonomía de la voluntad, las
partes pueden modificar los principios antedichos y convenir entre ellas el tiempo,
lugar y manera en que se transferirán los riesgos del vendedor al comprador.
36. OBLIGACIONES DEL COMPRADOR.
La Convención de Viena trata el punto de las obligaciones del comprador en el
Capítulo III, en los artículos 53 a 59.
El artículo 53 establece las dos obligaciones principales del comprador, que son
pagar el precio y recibir las mercaderías, disponiendo textualmente: “El comprador
deberá pagar el precio de las mercaderías y recibirlas en las condiciones
establecidas en el contrato y en la presente Convención”. Nuevamente, la
Convención reconoce el principio de la autonomía de la voluntad de las partes. Es
el contrato el que determina las condiciones de pago del precio y de recepción de
las mercaderías.
A falta de dicha estipulación entre las partes, la Convención determina ciertas
reglas.
a)
Obligación de pagar el precio.
En primer lugar, el comprador está no sólo obligado al pago del precio, sino que,
como parte de tal obligación, debe realizar los esfuerzos necesarios para que el
pago sea posible. El artículo 54 de la Convención dispone textualmente que el
comprador “deberá adoptar todas las medidas y cumplir los requisitos” para que el
pago sea posible. En consecuencia, si por un hecho posterior, que el comprador
pudo haber evitado o corregido, el pago no se realiza, no podrá el comprador
alegar, en su defensa, la existencia de caso fortuito o de fuerza mayor.
Respecto de la fijación o determinación del precio, los sistemas jurídicos en la
mayoría de los países, exigen que éste sea pactado en dinero, que sea real y que
esté determinado en el contrato, o que sea determinable, de acuerdo a criterios
82
establecidos en el mismo contrato. El artículo 139 del Código de Comercio chileno
establece que “no hay compraventa si los contratantes no convienen en el precio
o en la manera de determinarlo”. Sin embargo, la misma norma agrega que “si la
cosa vendida fuere entregada, se presumirá que las partes han aceptado el precio
corriente que tenga en el día y lugar en que se hubiere celebrado el contrato”.
Más aún, el inciso segundo del mismo artículo agrega que “Habiendo diversidad
de precios en el mismo día y lugar, el comprador deberá pagar el precio medio”.
Esta es una disposición curiosa, y que, de algún modo modifica para la
compraventa mercantil, los principios generales aplicables en los contratos civiles.
Al respecto, el profesor Raúl Diez Duarte, señala: ”son nulos, ha dicho nuestra
jurisprudencia en reiteradas sentencias, los contratos de compraventa en que el
precio no aparece fijado por las partes, ni la manera de determinarlo”. (*)
En la norma legal citada de nuestro Código de Comercio, el legislador inicia la
disposición estableciendo que, a falta de fijación de precio, “no hay compraventa”.
Vale decir, el contrato sería inexistente. Sin embargo a continuación se agrega
que “si la cosa es entregada” (y por lo tanto recibida por el comprador), se
presume la intención de las partes en haber pactado el precio corriente de plaza.
Más, aún, en caso de diversidad de precios, se entenderá que las partes han
pactado el precio medio. El hecho esencial que hace, por así decirlo, “renacer” el
contrato, es el acuerdo de voluntades en entregar y recibir la mercadería. Ello
resulta lógico, puesto que ante tal acuerdo, se presume que las partes
verdaderamente han acordado celebrar el contrato y, a falta de estipulación sobre
el precio, la ley indica un remedio.
La Convención de Viena incluye una disposición semejante; aún cuando no
exactamente igual. El artículo 55 dispone: ”Cuando el contrato haya sido
válidamente celebrado pero en él ni expresa ni tácitamente se haya señalado el
precio o estipulado un medio para determinarlo, se considerará, salvo indicación
en contrario, que las partes han hecho referencia implícitamente al precio
generalmente cobrado en el momento de la celebración del contrato por tales
mercaderías, vendidas en circunstancias semejantes, en el tráfico mercantil de
que se trate”. En este caso, la Convención no exige que exista un acuerdo
posterior de voluntades respecto de la entrega de la cosa vendida. Aquí,
simplemente, se otorga valor al contrato en sí mismo, y se establece que, a falta
de estipulación sobre el precio, se entenderá que las partes han convenido el
precio corriente de plaza.
Es importante relacionar el artículo 51 con el artículo 14 que señala los requisitos
que debe tener la oferta. La segunda frase del número 1) del artículo 14 dispone
textualmente:
"Una propuesta es suficientemente precisa si indica las
mercaderías y, expresa o tácitamente, señala la cantidad y el precio, o prevé un
medio para determinarlos". Una lectura rápida de la norma recién citada, podría
(*)
Raúl Diez Duarte. Obra citada. Pág. 89.
83
inducir a la conclusión prima facie que si la oferta no indica el precio ni prevé un
medio para determinarlo, tal oferta sería incompleta y no daría origen a un
contrato. En consecuencia, si el contrato no indica el precio, sería nulo.
La disposición del artículo 55 transcrita más atrás resuelve el problema. Según
dicha norma del artículo 55, si existe el acuerdo de voluntades entre las partes en
celebrar el contrato, que es el principio que fluye de la primera parte del artículo 55
("cuando el contrato haya sido válidamente celebrado"), aún cuando el contrato no
contenga ninguna indicación que permita determinar el precio, éste se entiende
válido y se presume que las partes han hecho implícitamente referencia al precio
generalmente cobrado por esas mercaderías, en circunstancias semejantes, en el
tráfico mercantil de que se trate. Esto es, el precio corriente de plaza.
Sin embargo, la conclusión anterior, hablando con franqueza, no es sencilla. El
profesor John Honnold sostiene que, al leer separadamente el artículo 14, podría
interpretarse que no existe un contrato si no está precedido por una oferta que
determine, expresa o tácitamente, el precio, o prevé un medio para determinarlo.
El profesor Honnold explica que la redacción del artículo 55 fue una especie de
compromiso de todos los delegados asistentes a la Convención en el sentido que
puede entenderse que hay un contrato válidamente celebrado, aún cuando no se
haya señalado el precio o estipulado un medio para determinarlo. En tal caso,
concluye el profesor Honnold se entiende que las partes han hecho siempre una
implícita referencia al precio corriente de plaza. (*)
El profesor francés Denis Tallon sostiene que la anterior interpretación del artículo
55 es una mala solución, pero al final de cuentas la única para conciliar los
artículos 55 y 14 de la Convención. En el sentido que otorga efectos jurídicos el
artículo 55 y no priva al artículo 14 de todo significado. (*)
En cuanto al lugar en que se debe pagar el precio, la Convención establece en el
artículo 57 que, si el comprador no está obligado a hacerlo en un lugar
determinado, lo hará, en el establecimiento del vendedor, o bien, si el pago debe
hacerse contra entrega de las mercaderías, en el lugar de la entrega.
Respecto del tiempo del pago, el artículo 58, establece la regla general en el
sentido que, a falta de estipulación expresa, el comprador deberá pagar el precio
cuando el vendedor ponga su disposición las mercaderías o los documentos
representativos de ellas. Esto es precisamente lo que ocurre en las operaciones
bajo Carta de Crédito, en que el comprador utilizó dicho mecanismo para el pago.
En tal caso, el vendedor recibirá el precio en el momento en que presente los
documentos conformes en el banco que le notificó la Carta de Crédito.
(*)
John Honnold. Obra citada. Párrafo 137.
Denis Tallon. Obligaciones del Comprador en la Convención. En International Sales: The
United Nations Conventions on Contracts for the International Sales of Goods. Columbia
University. Mathew Bender New York. 1984.
(*)
84
En esta materia, la Convención de Viena contiene disposiciones similares a las
que establece la ley chilena, al disponer en su artículo 58 Nº1 que “el vendedor
podrá hacer del pago una condición para la entrega de las mercaderías o los
documentos”. Incluso más, en el Nº2 del mismo artículo se agrega que, si el
contrato implica transporte de las mercaderías, el vendedor podrá despacharlas
con la instrucción de que no se entreguen sino contra pago del precio.
Por otro lado, según establece el Nº3 de la referida disposición, el comprador no
estará obligado a pagar el precio, mientras no haya tenido la posibilidad de
examinar las mercaderías. Ello, a menos que las modalidades de entrega o de
pago pactadas por las partes, sean incompatibles con esa posibilidad, concluye la
disposición citada.
En lo que se refiere a los mecanismos y sistemas de pago, en las operaciones de
comercio internacional suele existir ciertas prácticas de uso común por los
distintos agentes comerciales en todos los países del mundo, tales como, Carta de
Crédito, Cobranza Bancaria y Cobranza Simple. La elección del mecanismo más
adecuado para el pago del precio en cada operación de comercio internacional,
dependerá de muchos factores tales como la naturaleza del contrato, las
relaciones pre-existentes entre las partes, la cláusula de venta convenida según
INCOTERMS, el lugar de entrega de la mercadería y el medio de transporte, si lo
hubiere.
De la misma manera que al vendedor le interesa asegurarse el pago del precio
antes de entregar la mercadería, al comprador le interesa también asegurarse que
se le entregue la mercadería, antes de pagar el precio.
Por eso, y en consideración a los otros requisitos recién mencionados respecto de
la elección del medio de pago, éste variará según sea mayor o menor el riesgo
que cada una de las partes esté dispuesta a aceptar, en cada contrato.
El mecanismo de pago que se considera más seguro es a través de una Carta de
Crédito, en que el comprador solicita la emisión de este documento a un banco
que lo notifica al vendedor. En ese momento, quien asume la obligación de pago
es el banco, el que solamente lo hará en la medida en que todos y cada uno de los
documentos presentados por el vendedor para el cobro del crédito se encuentren
conformes con las estipulaciones contenidas en la carta de crédito. Este sistema
de pago se estudia más adelante en este libro.
Otro de los mecanismos usados para este propósito es el de la Cobranza
Bancaria, en donde el vendedor envía toda la documentación de embarque al
domicilio del comprador a través de un banco comercial. Este sistema supone un
cierto grado de mayor confianza entre las partes puesto que aquí, a diferencia del
sistema recién comentado, no existe una obligación bancaria de pago. El banco
que recibe la documentación simplemente notifica al comprador que los
85
documentos están a su disposición, contra pago, o contra una garantía de pago.
Si el comprador no paga, o no da garantías suficientes, el banco comercial
simplemente no le puede entregar los documentos y, en consecuencia, el
comprador no podrá disponer de la mercadería. Esto es, no podrá retirarla del
lugar en donde se encuentra; por ejemplo del buque en el puerto de destino. En
tal caso, si la compañía naviera entregaré la mercadería a pesar de que no se
presenten los documentos originales debidamente pagados por el comprador, se
hará responsable de los daños y perjuicios causados por este concepto al
vendedor. Este sistema de pago es de menos costo, más fácil y expedito que el
anterior, pero no tiene la garantía bancaria del pago.
Otro sistema, más simple y menos costoso, pero de mayor riesgo aún es el de
Cobranza Simple, en que el vendedor despacho directamente por correo los
documentos, "en cobranza", al domicilio del vendedor. Este, al recibo de tales
documentos debe efectuar el pago. Este procedimiento supone un muy alto grado
de confianza entre las partes.
En cuanto a la otra obligación principal del comprador, cual es la de recibir las
mercaderías, éste deberá, según el artículo 60 de la Convención, "realizar todos
los actos que razonablemente quepa espera de él para que el vendedor pueda
efectuar la entrega”. Esta es una obligación de cooperación, similar a la que recae
sobre él en cuanto al pago del precio. La letra b) del mismo artículo agrega la
obligación esencial, cual es “hacerse cargo de las mercaderías”. Esto es,
recibirlas y tomar la carga y responsabilidad de los riesgos sobre las mismas.
Cabe recordar que los riesgos de la cosa vendida se transfieren al comprador en
el momento de la entrega de las mercaderías. (*) Por lo mismo, si, por un hecho o
culpa suya, el comprador no recibe las mercaderías en el tiempo y forma que
corresponden, deberá responder de los daños y perjuicios causados al vendedor.
37. INCUMPLIMIENTO EN LA CONVENCIÓN
La Convención contempla los mismos tipos de remedios legales, o de acciones,
que establece la legislación chilena, que son aquellos que procuran el
cumplimiento del contrato o bien persiguen la terminación del contrato y, en todo
caso, la indemnización de los perjuicios.
Sin embargo, como se verá enseguida, los criterios y mecanismos de acción de
operación tales remedios legales son, distintos de aquellos que establece la
legislación chilena.
Uno de los problemas que tuvieron que resolver los redactores de la Convención,
fue intentar la conciliación entre las soluciones consideradas en los distintos
sistemas jurídicos respecto de las sanciones por incumplimiento de contrato. En
(*)
Ver Supra párrafo 35 "Transferencia de los Riesgos".
86
algunos sistemas, como es el caso de Francia y de Chile, se permite a la parte
cumplidora que ella escoja entre la acción de cumplimiento forzado y la acción
resolutoria. Recordemos lo expresado más atrás al comentar el incumplimiento
contractual en la compraventa interna, que el Código Civil chileno, en su artículo
1826, otorga a la parte agraviada la facultad, "a su arbitrio", de perseverar en el
contrato, o desistir de él, y, en ambos casos, con indemnización de perjuicios. (*)
En otros sistemas legales, como el sajón, (common law) el criterio general es que
ellos se basan en la preferencia para que la parte afectada reciba la indemnización
de los perjuicios. Se entiende en esos sistemas que al recibir la indemnización de
perjuicios correspondiente, la parte agraviada queda satisfecha.
Sobre la materia, los autores argentinos Garro y Zuppi, señalan que "la
Convención trata de reconciliar la acción que persigue el cumplimiento en especie
y la acción estimatoria (quanti minoris), de raigambre continental romanista, la
concesión de un plazo de gracia (Nachfrist) de raíz alemana, y la acción que
persigue el cumplimiento en especie - sanción principal por incumplimiento
contractual en la tradición continental romanista - con la acción de indemnización
por daños y perjuicios que predomina en el sistema jurídico anglo americano". (*)
En la Convención de Viena, según el profesor Enrique Guardiola, se puede
apreciar “el claro propósito de favorecer prioritariamente la continuidad del
contrato, intentando que las partes alcancen por sí mismas una solución al
problema a través del cumplimiento efectivo, dado que éste era el fin perseguido
por aquellas al formalizar el contrato, dejando la resolución de éste para los casos
de extrema gravedad, dados los inconvenientes que la ruptura del vínculo
contractual entraña en una operación internacional. (*)
Al estudiar más adelante los distintos remedios legales que consagra la
Convención a favor del vendedor y del comprador, en caso de incumplimiento de
la otra parte, se podrá observar que efectivamente el propósito de ella es como
dice el profesor Guardiola "favorecer prioritariamente la continuidad del contrato",
para lo cual en algunos casos se concede un plazo de gracia, o en otros casos se
permite entregar otras mercaderías en sustitución, o también, satisfacer al
comprador con una rebaja en el precio.
38. EL CUMPLIMIENTO FORZADO EN LA CONVENCIÓN
La parte diligente tiene derecho exigir de la otra que realice la prestación a que se
encuentra obligada. El vendedor puede obligar al comprador, mediante la
correspondiente resolución judicial, a que éste le pague el precio; el comprador, a
(*)
(*)
(*)
Ver Supra párrafos 21; 40 y 41 en que se analiza el concepto de "Incumplimiento".
Garro y Zuppi. Obra citada. Pág. 174.
Enrique Guardiola. Obra citada. Pág. 131.
87
su vez tiene el derecho correlativo para exigir judicialmente que el vendedor le
entregue la mercadería vendida.
El artículo 28 de la Convención dispone lo siguiente respecto del cumplimiento
forzado de la obligación, que en su texto oficial en español se denomina
cumplimiento específico , y en inglés, en la misma Convención, se denomina
specific performance. Dice la norma en cuestión: "Si, conforme a lo dispuesto en la
presente Convención, una parte tiene el derecho a exigir de la otra el
cumplimiento de la obligación, el tribunal no estará obligado a ordenar el
cumplimiento específico a menos que lo hiciere, en virtud de su propio derecho,
respecto de contratos de compraventa similares no regidos por la presente
Convención".
En síntesis, sólo podría acogerse la demanda requiriendo el cumplimiento forzado
de la obligación en un contrato de compraventa internacional, por un tribunal que
también la hubiera acogido, en virtud de su propio derecho, en un contrato de
compraventa doméstico. Si en tal situación teórica ese mismo tribunal no acoge la
demanda de cumplimiento forzado en un caso relativo a un contrato de
compraventa interno, tampoco podría acogerla cuando se solicite el cumplimiento
forzado en un contrato de compraventa internacional.
Los autores Garro y Zuppi comentan lo siguiente: "La predilección de los sistemas
jurídicos de raigambre continental romanista por el cumplimiento in natura, en
contraposición con aquellos de tradición jurídica anglosajona, que sólo admite el
cumplimiento específico en circunstancias de excepción, condujo a la inclusión del
artículo 28. Esta norma intenta, a la manera de una reserva incorporada a la
Convención, conciliar los intereses de países con tradiciones jurídicas dispares". (*)
El profesor John Honnold sostiene que el cumplimiento forzado, además de las
dificultades legales que se plantean, principalmente en los países sajones,
también se traduce en problemas de operación, que pueden significar demoras y
costos muy altos, afectando así la eficiencia. Sobre el particular, sostiene: "Por lo
general, es más eficiente para un comprador agraviado comprar rápidamente
mercaderías que las sustituyan o para un vendedor agraviado vender las
mercaderías que le fueron rechazadas; de esta manera la actividad productiva
puede continuar, mientras que la parte agraviada prosigue con su reclamo judicial
por los daños". (*)
Se concluye de la cita de Honnold que en el derecho anglo-sajón (common law)
existe preferencia por las acciones legales indemnizatorias, antes que las de
cumplimiento forzado.
(*)
(*)
Garro y Zuppi. Obra citada. Página 141.
John Honnold. Obra citada. Párrafo 199.
88
En lo que se refiere a los derechos del comprador en esta materia, el artículo 46
de la Convención dispone lo siguiente en su número 1): "El comprador podrá exigir
del vendedor el cumplimiento de sus obligaciones, a menos que haya ejercido un
derecho o acción incompatible con esa exigencia".
En lo que se refiere a la situación del vendedor frente a un incumplimiento de su
contraparte, el artículo 62 de la Convención expresa que: "El vendedor podrá
exigir del comprador que pague el precio, que reciba las mercaderías o que
cumpla las demás obligaciones que le incumben, a menos que el vendedor haya
ejercitado un derecho o acción incompatible con esa exigencia".
El profesor John Honnold comenta lo siguiente: "Ambos artículos reflejan el
principio contenido en la teoría jurídica de derecho civil, que la ley debe obligar a
las partes específicamente a cumplir con sus obligaciones contractuales mientras
que en el derecho sajón (common law) el remedio consiste en la indemnización de
daños y perjuicios y ordenar el cumplimiento forzado sólo cuando la compensación
monetaria no otorgue una protección adecuada a la parte agraviada". (*)
Así, podemos observar que la Convención, aceptando como remedio legal el
cumplimiento forzado de la obligación, le pone una suerte de condición para su
ejercicio, en el sentido que sólo podrá admitirse por el tribunal, si también la
admitiría para un contrato doméstico en virtud de su propio derecho.
39. LA RESOLUCIÓN DEL CONTRATO.
Según se desprende de los comentarios anteriores acerca de la teoría general del
incumplimiento en la Convención, se llegó a una suerte de compromiso entre los
sistemas jurídicos de derecho civil (originados en el Derecho Romano) y los
sistemas jurídicos sajones (originados en el common law). En unos, la parte
afectada puede optar para requerir judicialmente el cumplimiento, o bien la
resolución del contrato; en otros sistemas jurídicos, tales derechos están más bien
restringidos y se prefiere la indemnización de perjuicios en favor de la parte
agraviada.
En la Convención, también se puede observar esa solución de compromiso al
estudiarse los artículos pertinentes a la resolución del contrato.
El profesor John Honnold, de Estado Unidos, comenta: “ En la Convención, como
en nuestro sistema legal doméstico, la resolución del contrato no puede ser
utilizada para todos los incumplimientos.... La parte ( afectada) puede declara la
resolución del contrato cuando la otra parte comete “incumplimiento esencial”. (*)
(*)
(*)
John Honnold. Obra citada. Párrafo 280.
John Honnold. Obra citada. Párrafo 181.
89
Los autores argentinos Garro y Zuppi comentan sobre este punto: “La resolución
del contrato de compraventa sólo procede si la parte que ha incumplido con sus
obligaciones contractuales ha incurrido en lo que el artículo 25 de la Convención
define como “incumplimiento esencial”. Si el incumplimiento no fuera esencial, no
provocaría la resolución, sino que sólo daría derecho a ejercer la acción de
cumplimiento, de reducción del precio y daños y perjuicios”. Este concepto de
incumplimiento esencial (fundamental breach) es de gran importancia en la
estructura de la Convención, siendo reiteradamente invocado en su articulado al
describir las situaciones por las que puede transcurrir la relación entre comprador
y vendedor. (*)
Continúan los mismos autores señalando que "la acción por resolución no puede
prosperar si se basa en un incumplimiento nimio o baladí. Esta admisión limitada
del derecho a la resolución del contrato coincide con una marcada tendencia en la
legislación comparada a mantener en lo posible la vigencia del contrato. Se
advierte una tendencia a satisfacer el interés de la parte cumplidora mediante un
reajuste del precio de la cosa vendida o por intermedio de una indemnización de
daños y perjuicios, evitándose en lo posible la resolución del contrato debido a los
perjuicios económicos que resultan de una acción tan drástica". (*)
Para finalizar los comentarios de autores considerados en este libro citaremos al
profesor Bernard Audit: "La Convención tiende a favorecer la conservación del
contrato más que su resolución. Esta política, que inspira el derecho interno
francés (art. 1184 Código Civil), encuentra una justificación suplementaria en
materia de compraventa internacional: cuando una mercadería ha sido entregada,
la resolución del contrato se traducirá sea en su venta en el lugar, a menudo con
una pérdida sensible, sea en su devolución al vendedor, lo que significa gastos de
transporte y de seguro, así como nuevos riesgos para la mercadería. También la
Convención, como ya lo hacia la LUVI, establece una distribución fundamental
entre los incumplimientos esenciales y los incumplimientos no esenciales". (*)
En lo que se refiere a los derechos del comprador, el artículo 49 de la Convención
dispone lo siguiente:
"El comprador podrá declarar resuelto el contrato:
a) Si el incumplimiento por el vendedor de cualquiera de las obligaciones que
le incumban conforme al contrato o a la presente Convención constituye un
incumplimiento esencial del contrato; o
b) En caso de falta de entrega, si el vendedor no entrega las mercaderías
dentro del plazo suplementario fijado por el comprador conforme al párrafo
(*)
Garro y Zuppi. Obra citada. Página 133.
Garro y Zuppi. Obra citada. Página 134.
(*)
Bernard Audit. Obra citada. Página 142.
(*)
90
1) del artículo 47 o si declara que no efectuará la entrega dentro del plazo
así fijado".
Podemos observar que la Convención establece dos criterios bastante precisos
para permitir el ejercicio de la acción resolutoria. El primer requisito, y sin duda el
principal, lo constituye el "incumplimiento esencial". Este concepto está definido en
el artículo 25 de la Convención y se analiza en el párrafo siguiente en este libro. El
otro requisito lo constituye la falta de entrega de las mercaderías por parte del
vendedor dentro del plazo suplementario que el comprador le concede, según el
artículo 47, para que le vendedor cumpla con su obligación de entregar la
mercadería. Este último artículo habla de "un plazo razonable"; si el vendedor no
cumple en ese "plazo razonable", entonces el comprador puede ejercer su acción
de resolución. Este concepto de plazo suplementario está tomado del derecho
alemán que lo define como Nachfrist, precisamente en el sentido de otorgar un
periodo suplementario a la parte que no cumple, como una especie de plazo de
gracia, para que pueda cumplir con su obligación.
En lo que se refiere a los derechos del vendedor, el artículo 64 de la Convención
contiene normas basadas en un criterio idéntico al que se menciona recién,
respecto a los derechos del comprador.
El artículo 64 de la Convención dispone.
"El vendedor podrá declarar resuelto el contrato:
a) Si el cumplimiento por el comprador de cualquiera de las obligaciones que
le incumban conforme al contrato o a la presente Convención constituye un
incumplimiento esencial del contrato; o
b) Si el comprador no cumple con su obligación de pagar el precio o no recibe
las mercaderías dentro de plazo suplementario fijado por el vendedor
conforme al párrafo 1) del artículo 63, o si declara que no lo hará dentro del
plazo así fijado".
Vemos que la reglamentación respecto de los derechos del vendedor se inspira en
los mismos criterios recién descritos para el caso del comprador. En primer lugar,
el vendedor puede ejercer la acción resolutoria frente a un "incumplimiento
esencial" del comprador. Además, también puede ejercer este derecho si el
comprador no cumple con sus obligaciones dentro del periodo de gracia adicional,
esto es según la notificación del Nachfrist tomada del derecho alemán.
En lo que se refiere al ejercicio de este remedio legal, en el sentido que la parte
afectada puede declarar la resolución del contrato, la Convención contiene una
norma muy especial. El artículo 26 dispone: "La declaración de resolución del
contrato surtirá efecto sólo si se comunica a la otra parte".
91
De acuerdo con la norma citada, al encontrarse frente a un caso de
incumplimiento esencial, la parte afectada tiene derecho a declarar, por sí misma,
sin necesidad de acudir a un tribunal, la resolución del contrato. Esta es una
facultad especialísima que la Convención reconoce a las partes. En efecto, si la
parte diligente estima que se encuentra frente a un incumplimiento esencial de la
otra parte, simplemente se requiere que ella declare resuelto el contrato,
declaración que producirá efecto inmediato, bastando para ello la notificación que
se efectúa a la parte infractora.
En cambio, en Chile, según hemos visto más atrás, la resolución del contrato sólo
puede ser declarada por el juez, incluso en aquellos contratos en donde se ha
estipulado la resolución ipso facto por falta de pago del precio.
40. INCUMPLIMIENTO ESENCIAL.
El concepto está definido en el artículo 25 de la Convención, que expresa: "El
incumplimiento del contrato por una de las partes será esencial cuando cause a la
otra parte un perjuicio tal que la prive sustancialmente de lo que tenía derecho a
esperar en virtud de tal contrato, salvo que la parte que ha incumplido no haya
previsto tal resultado y que una persona razonable de la misma condición no lo
hubiera previsto en igual situación".
De acuerdo con la norma recién citada para que exista "incumplimiento esencial"
(fundamental breach) se requiere la concurrencia simultánea de dos requisitos,
que son:
a) Privación sustancial. Ello significa que la parte afectada no recibe
"sustancialmente" el beneficio que tenía derecho a esperar con motivo del
contrato. En términos simples podemos pensar que el vendedor sufre de
manera total la pérdida del precio que le corresponde por la mercadería que
vender al comprador; o bien, el comprador sufre también de manera total la
pérdida de la cosa que había comprado, a causa de la falta de entrega
imputable al vendedor. Puede ocurrir también que ciertos incumplimientos,
que en apariencia son menores, como un simple atraso en al entrega de la
mercadería vendida, o también un simple atraso en el pago del precio,
puedan provocar daños a la contraparte que revistan el carácter de
"sustancial".
b) Previsión razonable. La Convención exige que la parte que deja de cumplir
con su obligación haya previsto que ese incumplimiento, de la manera real
en que éste haya ocurrido, provocará en la otra parte aquella privación
sustancial, definida por la Convención. En el caso recién mencionado de los
atrasos, podría ocurrir que la recepción del precio por parte del vendedor
fuera para él tan significativa que incluso una postergación de días, podría
provocar efectos gravísimos. Por ejemplo, podríamos pensar en
92
obligaciones importantes para el vendedor, en donde existiere un plazo fatal
para cumplir con ellas y en que, precisamente por el atraso en que incurrió
el comprador en pagar el precio, provoca la mora el vendedor con sus
acreedores. En este caso, de haber previsto el comprador tal circunstancia,
ese incumplimiento pasaría a tener el carácter de sustancial.
41. INCUMPLIMIENTO PREVISIBLE.
Puede ocurrir que después de celebrado el contrato, en donde se supone un cierto
periodo de preparación para que cada parte cumpla con sus obligaciones, una de
ellas advierta que la otra parte, a través de ciertos hechos significativos, está
demostrando que no cumplirá con sus obligaciones.
El artículo 71 de la Convención viene a resolver este problema señalando que:
"Cualquiera de las partes podrá diferir el cumplimiento de sus obligaciones si,
después de la celebración del contrato, resulta manifiesto que la otra parte no
cumplirá una parte sustancial de sus obligaciones a causa de: a) un grave
menoscabo de su capacidad para cumplirlas o de su solvencia, o b) su
comportamiento al disponerse a cumplir o al cumplir el contrato".
De acuerdo con lo anterior, el número 2) del mismo artículo agrega que, en este
evento, habiéndose ya despachado las mercaderías, el vendedor incluso podrá
oponerse a que se le entreguen al comprador, "aún cuando éste sea tenedor de
un documento que le permita obtenerlas".
Se puede pensar, por ejemplo, en situaciones que afecten a la capacidad
productiva del vendedor, en que sea evidente que su industria ya no está en
condiciones de producir las mercaderías descritas en el contrato, y que son,
precisamente, aquellas que interesan al comprador. En ese caso, este último
puede diferir (o suspender) el cumplimiento de sus obligaciones.
Inversamente, en relación con la situación descrita en el número 2) del artículo
citado, el vendedor que tenga temores fundados por la solvencia y la situación
financiera del comprador, puede suspender la entrega de las mercaderías.
Recordemos que la legislación chilena contempla también criterios semejantes. (*)
42. RESOLUCIÓN ANTICIPADA DEL CONTRATO.
Podría ocurrir que se confirmen los temores anticipados que una de las partes
tiene respecto de la capacidad efectiva de cumplimiento de la otra. Por lo tanto,
(*)
Ver Supra párrafo 18. "Efectos del Contrato de Compraventa".
93
puede ya resultar evidente que se producirá un "incumplimiento sustancial" de
aquella otra parte.
En tal sentido, y ante dicho evento, el artículo 72 de la Convención señala: "Si
antes de la fecha de cumplimiento fuere patente que una de las partes incurrirá en
incumplimiento esencial del contrato, la otra parte podrá declararlo resuelto".
El concepto esencial en la redacción en español es la frase "fuere patente" y en el
texto en inglés se dice "it is clear". Vale decir, debe tratarse de una situación muy
clara (traduciendo literalmente del inglés) en donde no quepa ninguna duda que
aquella parte no cumplirá de ninguna manera con sus obligaciones.
El profesor John Honnold sostiene que "naturalmente se pueden imaginar muy
pocas circunstancias en donde se podría invocar este artículo". (*) Sin embargo,
podríamos imaginar que un siniestro destruyó la única industria en donde el
vendedor produce las mercaderías objeto del contrato, no existiendo tampoco
alternativa para ese vendedor de entregar otras de igual calidad y condición. En tal
caso, el comprador podrá declarar la resolución anticipada del contrato. A su vez,
también uno puede temer que la situación económica y financiera del comprador
se agrave de tal modo, al ser declarado en quiebra. Se hará, así, evidente que el
comprador no cumplirá con sus obligaciones del contrato, quedando facultado en
ese caso el vendedor para declararlo resuelto en conformidad al artículo 72.
Ahora bien, para que esta situación anticipatoria quede claramente conformada, el
número 2 del mismo artículo señala que: "Si hubiere tiempo para ello, la parte que
tuviere la intención de declarar resuelto el contrato deberá comunicarlo con
antelación razonable a la otra parte para que ésta puede dar seguridades
suficientes de que cumplirá con sus obligaciones". En consecuencia, la
Convención estable también esta especie de periodo de gracia, en el sentido de la
notificación Nachfrist del derecho alemán, "siempre que hubiere tiempo para ello".
El sentido del tiempo puede adquirir una dimensión muy especial en los contratos
de comercio exterior, en donde muchas veces existe una gran urgencia para
aprovisionarse de ciertas mercaderías, en periodos muy determinados. Puede
pensarse, por ejemplo, en las compras que efectúan las tiendas de
departamentos, o los supermercados, o las exportaciones de frutas, en que el
sentido de urgencia que imprime el concepto de "temporada" puede no permitir el
otorgamiento de este plazo adicional para dar la notificación de la resolución
anticipada. Eventualmente, en aquellas circunstancias la "antelación razonable"
que menciona la norma transcrita, puede ser muy breve.
El ejercicio de la acción resolutoria es muy simple, como se indica en los párrafos
anteriores. Basta, según el artículo 26, que ella se comunique a la otra parte,
produciendo efectos inmediatos desde ese mismo momento.
(*)
John Honnold. Obra citada. Párrafo 396.
94
43. OTROS DERECHOS DEL COMPRADOR Y DEL VENDEDOR.
Según se ha señalado en los párrafos anteriores, los redactores de la Convención
llegaron a situaciones de compromiso respecto del tratamiento de los remedios
legales para la parte afectada, en caso de incumplimiento. Las acciones de
resolución del contrato o de cumplimiento forzado, pueden parecer más bien
extremas en el criterio de derecho sajón (common law), al tiempo que constituyen
derechos que la propia ley concede a la parte agraviada en los sistemas de
derecho civil romano
Hemos descrito, en los párrafos precedentes, el concepto de incumplimiento,
principalmente el llamado "esencial" y las características de los remedios legales
que contempla la Convención respecto del cumplimiento forzado y de la resolución
del contrato, tanto para el comprador como para el vendedor.
En este párrafo comentaremos, brevemente, otras acciones que contempla la
Convención y que, como el nombre lo dice, procuran "remediar" una situación con
el objeto preciso que, en definitiva, las partes puedan dar cumplimiento efectivo a
sus obligaciones.
a) Derechos del Comprador.
La Sección III de la Convención, en sus artículos 45 a 52, describe los derechos y
acciones en caso de incumplimiento del contrato por el vendedor.
El artículo 45, con que se inicia dicha Sección III establece que: "Si el vendedor no
cumple con cualquiera de las obligaciones que le incumban conforme al contrato o
a la presente Convención, el comprador podrá: a) ejercer los derechos
establecidos en los artículos 46 al 52; b) exigir la indemnización de los daños y
perjuicios conforme a los artículos 74 a 77".
El primero de los artículos que menciona dicha disposición, el artículo 46, se
refiere, precisamente, al cumplimiento forzado de las obligaciones, materia que ya
analizamos en los párrafos precedentes. A su vez, la resolución del contrato se
menciona en el artículo 49, que también está comprendido en esta misma
Sección.
Las otras normas permiten al comprador otorgar un plazo de gracia al vendedor
para que cumpla con sus obligaciones; o bien que entregue otras mercaderías en
sustitución de las que no están conformes con el contrato; o bien que las repare
para subsanar la falta de conformidad. Asimismo el comprador podrá rebajar
proporcionalmente el precio en el caso de disconformidad de mercaderías.
95
Como se puede ver, los criterios recién transcritos permiten que se dé
cumplimiento al contrato, aún cuando sea en forma parcial, permitiéndose
enseguida, un ajuste del precio a esa nueva realidad.
Lo anterior, según concluye el mismo artículo 45 en su número 2, es sin perjuicio
del derecho del comprador "a ejercer la indemnización de los daños y perjuicios
aunque ejercite cualquier otra acción conforme a su derecho".
b) Derechos del Vendedor.
En la misma Sección III de la Convención, entre los artículos 61 y 65, se
reglamentan también, los derechos y acciones del vendedor en caso de
incumplimiento de contrato por el comprador.
Esta parte se inicia con el artículo 61 que en verdad es casi una copia textual del
artículo 45, disponiendo: "Si el comprador no cumple con cualquiera de las
obligaciones que le incumban conforme al contrato o a la presente Convención, el
vendedor podrá: a) ejercer los derechos establecidos en los artículos 62 a 65; b)
exigir la indemnización de los daños y perjuicios conforme a los artículos 74 a 77".
El primero de los artículos que menciona dicha disposición, el artículo 62, se
refiere, precisamente, al cumplimiento forzado de las obligaciones, materia que ya
analizamos, en los párrafos precedentes. A su vez, la resolución del contrato se
menciona en el artículo 64, que también está comprendido en esta misma
Sección.
En el resto de los remedios que contempla la Convención, sí podemos advertir
algunas diferencias entre comprador y vendedor. El comprador puede quedar
satisfecho, al final de cuentas, si las mercaderías defectuosas son reparadas; o,
alternativamente, si se le entrega otras mercaderías en sustitución, que le
satisfagan; o simplemente que se rebaje le precio. En cambio, al vendedor, que ya
despachó las mercaderías, sólo le interesa que se le pague le precio en forma
total y completa. Por lo mismo, a él le interesa más el ejercicio de la acción de
cumplimiento, o la resolución de contrato y, en ambos casos, con indemnización
de perjuicios. Naturalmente, antes de ejercer tales derechos, el vendedor podrá
otorgar un plazo de gracia, al comprador para el pago del precio, o bien,
suspender momentáneamente el despacho de las mercaderías, hasta recibir
seguridades de pago. Pero al final, el vendedor sólo quiere recibir el precio del
contrato.
Lo anterior, según concluye el mismo artículo 61 en su número 2, es sin perjuicio
del derecho del vendedor "a ejercer la indemnización de los daños y perjuicios
aunque ejercite cualquier otra acción conforme a su derecho".
96
44. INDEMNIZACIÓN DE PERJUICIOS.
La situación está reglamentada en el artículo 74 que dispone: "La indemnización
de daños y perjuicios por el incumplimiento del contrato en que haya incurrido una
de las partes comprenderá el valor de la pérdida sufrida y el de la ganancia dejada
de obtener por la otra parte como consecuencia del incumplimiento. Esa
indemnización no podrá exceder de la pérdida que la parte que haya incurrido en
incumplimiento hubiera previsto o debiera haber previsto en el momento de la
celebración del contrato, tomando en consideración los hechos de que tuvo o
debió haber tenido conocimiento en ese momento, como consecuencia posible del
incumplimiento del contrato".
En primer lugar, la Convención define que la indemnización de perjuicios debe
corresponder al "daño emergente" y al "lucro cesante", conceptos similares a los
que contiene nuestra legislación, correspondiendo el primero a la pérdida que
sufre la parte afectada en su patrimonio y el segundo a la ganancia dejada de
obtener esto es, la pérdida de ingresos futuros que le provoca el incumplimiento.
En seguida, la Convención agrega otro concepto, cual es el de la "previsión
razonable", criterio semejante al que también se utiliza en el artículo 25 para
definir el incumplimiento esencial.
En este caso, la Convención establece un límite para el monto de la indemnización
de daños y perjuicios, señalando que esta no podrá exceder, en definitiva, a la
indemnización que la parte incumplidora debió haber previsto en la época de la
celebración del contrato, de acuerdo a los hechos que conoció o debió haber
conocido en ese momento.
Este límite para establecer un monto máximo de la indemnización, nos lleva a
consideraciones de carácter más bien subjetivo, al definir que ella no podrá
exceder "al monto que debió haber previsto la parte incumplidora". Nos
preguntamos ¿y cómo se demuestra lo que la parte incumplidora previó o debió
haber previsto?. El profesor John Honnold pone un ejemplo muy gráfico para
demostrar las dificultades de aplicación del artículo 74, señalando lo siguiente:
"Por ejemplo, supongamos que la falta de conformidad (o la demora en la entrega)
de un artículo pequeño interrumpe la producción en la fábrica del comprador. El
vendedor, por supuesto es responsable frente al comprador por el incumplimiento
del contrato. Pero si el vendedor no sabía y no tenía como prever al tiempo de la
celebración del contrato, que un defecto en las mercaderías, o una demora en su
entrega, podría causar el cierre de la fábrica, la provisión del artículo 74 contiene
base erróneas para limitar los daños que se puedan recuperar". (*)
Concluye el profesor Honnold que la norma del artículo 74 de la Convención es
suficientemente amplia como para que se acomode a futuros estudios y opiniones
(*)
John Honnold. Obra citada. Párrafo 406.
97
legales, agregando que él espera que ésta puede ser una de las áreas en donde
la doctrina internacional y la jurisprudencia de la Convención puede efectuar una
contribución significativa a las ciencias del derecho. (*)
45. EXONERACIONES.
Puede ocurrir, y en la práctica ocurre muchas veces, que la parte que no cumple
con sus obligaciones se encuentra en esa situación por razones ajenas a su
voluntad y que en todos los sistemas legales del mundo se engloban bajo los
conceptos de "caso fortuito" o de "fuerza mayor". Así también ocurre en Chile.
La Sección IV de la Convención bajo el título "Exoneraciones" (en inglés
"Exemptions") se refiere precisamente a este tema.
El artículo 79 señala que: "Una parte no será responsable de la falta de
cumplimiento de cualquiera de sus obligaciones si prueba que esa falta de
cumplimiento se debe a un impedimento ajeno a su voluntad y si no cabía
razonablemente esperar que tuviese en cuenta el impedimento en el momento de
celebración del contrato, que lo evitase o superase o que evitase o superase sus
consecuencias".
Antes de analizar la norma recién mencionada, es preciso señalar que la
redacción del texto oficial en castellano de esa norma es un poco más confusa y
más difícil de entender que su texto en inglés.
Recurrimos, en consecuencia, nuevamente al profesor John Honnold, uno de los
más brillantes autores internacionales sobre la materia, activo participante en las
Comisiones redactoras de la Convención.
Según el profesor Honnold, el párrafo citado contiene tres elementos que deben
ser probados por la parte incumplidora, con el objeto de demostrar que no es
responsable de aquella falta de cumplimiento.
Estos tres elementos son:
a) La falta de cumplimiento se debe a impedimentos "fuera de su control".
El texto en inglés usa las frases "beyond his control", en tanto que en el
texto en español se dice "ajeno a su voluntad". Nos parece más claro y
categórico el texto en inglés.
b) No se debiera haber esperado que aquella parte tomara en consideración
(o tuviese en cuenta) dicho impedimento al tiempo de celebrar el contrato.
(*)
John Honnold. Obra citada. Párrafo 408.
98
Vale decir, razonablemente no se podía esperar por la parte incumplidora
que dicho impedimento iba a ocurrir en definitiva, causando el
incumplimiento del contrato.
c) Siguiendo a la celebración del contrato, y al enfrentarse a la situación
provocada por dicho impedimento, no se podía razonablemente esperar
que hubiera podido evitar, o superar el impedimento, o sus consecuencias.
Vale decir, el impedimento efectivamente se encontraba "fuera del control"
de la parte incumplidora, puesto que al ocurrir éste, no se pudo evitar, ni
superar y tampoco se pudieron evitar sus consecuencias.
Las tres condiciones que propone el profesor Honnold vienen a confirmar la
definición de caso fortuito, o de fuerza mayor, que también en algunas
legislaciones se denomina Acto de Dios.
Continúa el artículo 79 estableciendo diversas normas respecto de casos y
situaciones que pueden ocurrir cuando nos encontramos frente a una situación de
incumplimiento. El número 4) de ese artículo impone la obligación a la parte que
sufre el impedimento de notificarla inmediatamente a la otra, con indicación de los
efectos que tal circunstancia provocará en su capacidad para cumplir con sus
obligaciones. La falta de aviso oportuno, le hará responsable de daños y perjuicios
causados por este motivo a la otra parte.
Concluye el artículo 79, señalando en su número 5): "Nada de lo dispuesto en este
artículo impedirá a una u otra de las partes ejercer cualquier derecho distinto del
derecho a exigir la indemnización de los daños y perjuicios conforme a la presente
Convención".
El objeto del artículo 79 es liberar a la parte incumplidora, en razón de caso
fortuito, de su obligación de indemnizar a la otra parte por el incumplimiento
contractual. A su vez, la otra parte podrá, en este evento, declarar la resolución del
contrato, liberándose así de su obligación de ejecutar un contrato que no se ha
podido cumplir por ninguna de las dos partes.
99
ANEXO
MODELO DE CONTRATO DE COMPRAVENTA INTERNACIONAL
Las principales menciones que suele tener un contrato de exportación son las
siguientes:
1.VENDEDOR
Se debe individualizar claramente a la parte vendedora,
indicando su nombre completo, domicilio y representantes
legales.
Conviene
agregar
número
de
telefax
o
e-mail
para los efectos de las comunicaciones escritas, entre las
partes.
2. COMPRADOR
Se debe incluir las mismas menciones que respecto del
vendedor.
3. PRODUCTO
Se debe indicar con la mayor precisión posible la
mercadería materia del contrato, con el propósito de evitar
confusiones respecto del objeto contratado por el comprador y
que el vendedor se obliga a entregar.
4. CALIDAD
Se deben mencionar todas las exigencias de calidad en que
han convenido las partes, así como también los
requerimientos de peso, tolerancias y, además, las exigencias
sanitarias aplicables, si es que fuere procedente.
5. CANTIDAD
La cantidad debe ser determinada con precisión, indicándose
si habrá tolerancias para entregar dentro de cierto rango,
mayor o menor cantidad. Es frecuente que en la venta de
graneles, se establezca una tolerancia del 5% o del 10% más
o menos, sobre la cantidad que debe entregar el Vendedor.
Esta tolerancia debe coincidir con aquella que se indique en la
contratación del flete marítimo. Debe establecerse cual de las
partes tiene el derecho a esta opción de tolerancia en la
entrega de mayor o menor cantidad.
6.EMBALAJE
En caso de requerirse algún embalaje, para la mercadería,
es conveniente indicarlo con claridad.
Si se utilizan
100
containers, es adecuado establecer algún mecanismo de
revisión de la mercadería y de sus condiciones de calidad
antes de que ésta sea cargada en el container, requiriéndose
los certificados correspondientes.
7. PRECIO
Debe convenirse el precio por la unidad de medida pactada.
Esto se hace generalmente en divisas, precisando además, el
lugar de entrega.
En este caso,
INCOTERMS.
recomendamos
utilizar
las
definiciones
Además, hay que aclarar cuál es la unidad de medida que
será la base del precio, por ejemplo, el peso físico; libras, o
kilos, o toneladas. Otra medida se suele referir a unidades,
por ejemplo, la caja de fruta.
Así, un precio pactado puede ser US$ 345 la tonelada métrica
F.A.S. Antofagasta. Esto indica que el precio pactado en
dólares norteamericanos, comprende todos los gastos de la
mercadería hasta que ella sea puesta al costado del buque en
el puerto de Antofagasta. Este precio señala, además, que se
ha escogido el peso físico como unidad de medida. Cuando
se haya convenido un embalaje especial, que representa un
cierto peso importante, deberá aclararse si el precio unitario
pactado se refiere al peso neto o al peso bruto.
Otro precio pactado puede ser US$15 la caja de fruta C.I.F.
Nueva York. Esto indica que el precio pactado en dólares
norteamericanos comprende todos los gastos de la
mercadería hasta que la mercadería sea descargada en el
puerto de destino, incluyendo los costos de la mercadería
misma, el flete, la carga en el puerto de embarque, el seguro y
los costos de descargo en destino que le correspondan al
vendedor según el contrato de transporte. (Incoterms A6).
Cabe agregar, eso sí, que incluso en la venta C.I.F. la entrega
de la mercadería por parte del vendedor al comprador se
entienda hecha al cargarla en el buque en el puerto de
embarque (Incoterms A4) y, asimismo, los riesgos se
transmiten al comprador en el momento en que las
mercaderías cruzan la borda del buque en el puerto de
embarque. (Incoterms B5).
101
8. FORMA DE PAGO
Se deberá establecer si el precio se pagará mediante
Carta de Crédito Irrevocable o si se utilizará otro
mecanismo, como el de la cobranza simple, u otro. En
cuanto a la moneda de pago, en general, se convienen
divisas
internacionales,
tales
como
dólares
norteamericanos, libras esterlinas, marcos alemanes,
yen, etc.
Se debe determinar si el precio se paga a la vista, esto
es, contra primera presentación de documentos de
embarque, o si el vendedor otorga un crédito al
comprador para el pago.
En este mismo caso, deberá indicarse la tasa de interés
por el período de financiamiento.
9. DESTINO
10. EMBARQUE
11. RETENCIÓN
DEL TITULO
12. TRANSPORTE
Se debe mencionar el,
destino.
o los,
puertos finales de
Se deberá indicar la fecha o período de embarque
convenida mencionándose el, o los, puertos de
embarque permitidos.
En algunos modelos de contratos internacionales se
sugiere utilizar también esta cláusula. Como hemos
señalado en esta obra en el capítulo 31, dicha cláusula
carece de validez en Chile.
Deberá precisarse también de quién es la obligación de
contratar el transporte internacional.
En cuanto al flete marítimo se deberá estipular,
además, el transporte será en un buque de línea (liner
terms) o si se efectuará el cargamento completo en un
buque (charter).
En caso de un flete "charter", deberán especificarse las
condiciones principales respecto de tarifa de flete total
pactada, tiempo de estadía permitidos en los puertos
para la carga y la descarga; las velocidades pactadas
para cargar y descargar la mercadería, por cada
período de 24 horas; desde qué momento se empieza a
contar el período de carga permitido; si se trabajará en
el puerto los días de lluvia o no; si se trabajará en el
puerto los días domingos y festivos, En estos casos, se
102
deberá incluir la multa (demurrage), o el premio
(dispatch) en caso de no cumplirse con los tiempos y
velocidades pactadas o, a la inversa, en el evento de
utilizar un tiempo menor que el permitido.
13. SEGURO
En las ventas bajo la modalidad C.l.F. u otra, que
incluya la obligación de una de las partes de contratar
un seguro que cubra los riesgos de la cosa vendida
desde que se inicia el proceso de despacho, deberá
indicarse con precisión todas las cláusulas de seguro
que deben ser contratadas por la parte en que recae
esta obligación.
Es útil hacer presente que la cláusula llamada “Todo
Riesgo” no es una cláusula de protección completa y
absoluta. Por el contrario, su cobertura tiene diversas
limitaciones.
Deberá aclararse además, si se aceptan Certificados de
Seguro emitidos bajo Pólizas Flotantes contratadas, en
forma global y anticipada por la parte que contrata el
seguro.
14. CERTIFICADOS Y
DOCUMENTOS
Se deberán mencionar con precisión, uno a uno, los
certificados y documentos que se requieran para
acreditar el cumplimiento de las condiciones relativas al
objeto, a la calidad, peso, cantidad, sanidad y otras
pactadas.
Cuando exista un Contrato en que el transporte se haga
bajo la forma charter el documento de transporte
emitido recibe el nombre de “póliza de fletamento''
(charter party bill of lading). Este documento no es
aceptado en las Cartas de Crédito para el pago del
valor de la mercancía, a menos que el Ordenante lo
autorice expresamente.
15. OTRAS CONDICIONES
En algunos casos, se conviene en señalar la legislación
que será aplicable al contrato.
En otras oportunidades, se hacen aplicables las
cláusulas
generales
de
ciertos
convenios
103
internacionales de compraventas de mercaderías
llamadas "commodities'', tales como algodón, azúcar,
petróleo, harina de pescado, trigo, etc.
Además, cuando se trate de contratos de cuantía
significativa, por ejemplo venta de maquinarias, bienes
de capital,
equipos industriales, etc., en donde,
además, existan créditos del proveedor, se suele
convenir en garantías por todo el período de duración
del crédito.
16. ARBITRAJE
A veces se pacta una cláusula arbitral para resolver las
posibles diferencias entre comprador y vendedor.
Nuestra recomendación en esta materia es utilizar los
mecanismos de arbitraje de la Cámara de Comercio
Internacional.
104
CAPITULO III
INCOTERMS 2000 (*)
46. PROPÓSITO Y CAMPO DE APLICACIÓN.
La palabra INCOTERMS se refiere a un conjunto de términos establecidos por la
Cámara de Comercio Internacional, con sede en París, que establecen las
definiciones de los términos comerciales más comúnmente utilizados en el
comercio internacional.
De esta manera, las partes de un contrato de
compraventa internacional, generalmente situadas en países distintos, con
diferentes idiomas y diversa cultura jurídica, pueden recurrir a este conjunto de
términos para establecer con claridad y precisión las obligaciones de cada una de
ellas en ese contrato.
Las diferentes interpretaciones que puedan existir entre las partes respecto de un
término comercial pueden originar conflictos entre ellas, que a veces culminan en
procesos judiciales, creando de esta manera problemas de pérdida de tiempo y
dinero.
Los INCOTERMS fueron establecidos por primera vez en el año 1936.
Posteriormente, fueron modificados en cinco oportunidades, siendo la última
versión INCOTERMS 1990.
La actual versión INCOTERMS 2000 empezará a regir el 1º de enero del año
2000.
47. INCOTERMS Y LAS OPERACIONES DE COMERCIO EXTERIOR.
Las operaciones de comercio exterior comprenden distintos tipos de contratos, en
que intervienen además otras partes y prestadores de servicio.
(*)
En esta parte seguiremos las definiciones principales del folleto INCOTERMS elaborado por la
Cámara de Comercio Internacional. Este Capítulo ha sido elaborado conjuntamente por el autor y
don Rafael Concha E., quien es un muy destacado experto en comercio exterior.
105
El centro de estas operaciones lo constituye el contrato de compraventa
internacional, en que una de las partes, el Vendedor, se obliga a entregar, en
determinadas condiciones, una mercadería a la otra, el Comprador, quien se
obliga, a su vez, a recibir dicha mercadería y a pagar su precio en dinero, en
determinadas condiciones.
Pero, existen, como se ha dicho, otro tipo de operaciones necesarias para que
dicho contrato se lleve a efecto.
En la generalidad de los casos deberá contratarse un medio de transporte
internacional, necesario para la entrega de la mercadería al comprador. También,
la mayoría de las veces, deberá contratarse un seguro que cubra los riesgos
desde que la mercadería sale de los recintos del vendedor hasta que llega al
poder del comprador, incluyendo estadía en Aduanas.
Por otro lado, los aspectos financieros relacionados con el pago del precio por
parte del Comprador pueden requerir también algún tipo de convenios entre éste y
sus banqueros. A veces, el pago mismo se efectúa a través de un instrumento
específico denominado Carta de Crédito, que tiene sus normas propias y que
también se encuentra reglamentado por la Cámara de Comercio Internacional.
Debe aclararse que los INCOTERMS se refieren sólo a los términos y condiciones
del contrato de compraventa internacional de mercaderías y, en particular, a
ciertos aspectos muy específico de dicho contrato, principalmente relacionados
con la entrega de las mercaderías, la transferencia de los riesgos y la distribución
de los gastos. Erróneamente, en algunas oportunidades, las partes creen utilizarlo
adecuadamente para el contrato de transporte internacional.
Ahora bien, como expresamente lo advierte la nueva versión de INCOTERMS
2000, el uso de ciertos términos en los contratos de compraventa de mercaderías,
puede tener algunos efectos de importancia. Por ejemplo, si se utiliza la palabra
CIF en un contrato para indicar las condiciones de entrega, en un lugar
determinado de destino, ello significa también que el vendedor no puede utilizar
ningún otro medio de transporte que el marítimo. Erróneamente, en algunos
contratos que requieren transporte aéreo, con destino en Santiago, algunas partes
establecen en sus contratos, por ejemplo, la cláusula CIF Santiago. Repetimos
según INCOTERMS la cláusula CIF se aplica sólo cuando el modo de transporte
es marítimo. Para cualquier otro modo de transporte con destino en Santiago la
cláusula debiera ser CIP.
Cuando en un contrato de compraventa de mercaderías se quiera aplicar estos
términos, deberá hacerse referencia precisa a INCOTERMS 2000.
Los INCOTERMS son de aplicación facultativa.
No constituyen ninguna ley
universal, ni tienen más fuerza obligatoria que aquella que las partes le quieran
dar.
106
Sin embargo de su naturaleza estrictamente voluntaria, INCOTERMS se aplican
hoy día por millones de vendedores y compradores, en todo el mundo, en
transacciones celebradas en cientos de países.
48. REVISIÓN 2000.
El proceso de revisión demoró aproximadamente dos años. La Cámara de
Comercio Internacional ha invitado a expertos de distintos países con el objeto de
precisar con mayor claridad ciertas definiciones a la vez de incorporar algunos
usos y prácticas nuevas.
Los cambios más sustantivos se refieren a las siguientes dos áreas:
-
Desaduanamiento y pago de derechos aduaneros en las cláusulas FAS y
DEQ.
-
Las obligaciones de carga y descarga en la cláusula FCA.
49. ESTRUCTURA GLOBAL DE LOS INCOTERMS.
Los INCOTERMS son trece términos, que establecen las definiciones claras y
precisas respecto de las obligaciones del Comprador y del Vendedor en un
contrato de compraventa internacional de mercaderías, principalmente
relacionadas con la entrega de la mercadería, el pago del precio y la transferencia
de los riesgos.
A partir de la versión de 1990, estos trece términos fueron ubicados en cuatro
grupo diferentes, dependiendo del lugar en donde el vendedor debe hacer
entrega de las mercaderías al comprador.
Estos grupos se identificaron con cuatro letras, considerando la primera letra de
los términos que se incluyen en cada grupo. Además, para la clasificación dentro
de cada grupo se consideró a los términos que tenían una cierta semejanza
respecto del lugar de la entrega. Por ejemplo, el grupo F incluye a todos los
términos en que la entrega de la mercadería se efectúa en el puerto de
embarque, al costado del buque, antes de efectuar el transporte marítimo. El
grupo C, por el contrario, se refiere a las situaciones en que la mercadería se
entrega en el puerto de destino.
A continuación se indica la estructura de los cuatro grupos y los términos incluidos
en cada uno de ellos.
107
GRUPO
TÉRMINOS
E
EXW
F
FCA
FAS
FOB
C
D
CFR
CIF
CPT
CIP
DAF
DES
DEQ
DDU
DDP
El otro concepto que se considera en la definición estructural de los INCOTERMS
es que, en cada uno de los términos se considera una serie de 10 puntos en
donde se definen las obligaciones del Vendedor y del Comprador. El tema se
analiza en el párrafo siguiente.
50. ESTRUCTURA DE LAS OBLIGACIONES DEL VENDEDOR Y DEL COMPRADOR.
Como se decía más atrás, INCOTERMS considera diez puntos en donde se
establece, para cada uno de ellos las obligaciones del Vendedor y,
correlativamente, frente a cada uno de esos puntos se definen las obligaciones del
Comprador.
Las obligaciones del Vendedor se marcan con la letra “A” y las obligaciones del
Comprador se indican con la letra “B”.
108
Dicha estructura de obligaciones es la siguiente:
A.
El Vendedor debe...
B.
El Comprador debe...
A1.
Provisión o abastecimiento de la
mercadería según contrato.
B1.
Pago de
contrato.
A2.
Licencias, autorizaciones y formalidades
B2.
Licencias, autorizaciones y
Formalidades
A3.
Contratos de Transporte y Seguro
B3.
Contratos de transporte y seguro
A4.
Entrega de mercadería
B4.
Recepción de mercadería
A5.
Transferencia de riesgos
B5.
Transferencia de riesgos
A6.
Distribución de gastos
B6.
Distribución de gastos
A7.
Aviso al Comprador
B7.
Aviso al Vendedor
A8.
Prueba de entrega, documentos de
transporte o equivalentes electrónicos
B8.
Prueba de recepción,
de transporte o equivalentes
electrónicos.
A9.
Verificación, embalaje, marcas
B9.
Verificación, embalaje, marcas
A10.
Otras obligaciones
B10.
Otras obligaciones
precio
conforme
a
Es interesante destacar que en la nueva denominación de los distintos campos
indicados arriba, Incoterms 2000 incorpora en B3, es decir, en las obligaciones de
Comprador, el seguro, lo que no estaba considerado en Incoterms 1990.
51. ANÁLISIS DE LA DISTRIBUCIÓN DE INCOTERMS POR GRUPOS.
Como se decía más atrás, en Incoterms 2000 se mantienen los trece términos,
como también su distribución en cuatro grupos o familias, según el aumento de
obligaciones del Vendedor respecto de la mercadería.
Grupo “E”:
La obligación del Vendedor está reducida al mínimo: poner la mercadería a
disposición del Comprador en su establecimiento, siendo de cargo y
responsabilidad del Comprador todos los trámites de la exportación e importación.
En consecuencia, la mercadería viajará a cargo y riesgo del Comprador desde el
momento en que ella quede a su disposición.
109
El término que compone este grupo es el representado por las siglas:
EXW = Ex Works (indicando lugar convenido) | En Fábrica
Vale la pena llamar la atención de no utilizar, en español, la expresión Ex-Fca
para referirse a este término, toda vez que la sigla FCA corresponde
específicamente a un Incoterms, por lo que su utilización sólo acarrearía
problemas y dificultades.
Grupo “F”
Compuesto por tres términos en los cuales el Vendedor no asume ni los riesgos ni
los gastos del transporte principal, entendiendo por tal el transporte desde el lugar
de entrega convenido hasta el lugar de destino, y cumple con sus obligaciones al
poner la mercadería a disposición del transportista designado por el Comprador,
debidamente desaduanada para su exportación. En estos términos, desde que la
mercadería es puesta a disposición del transportista, queda a cargo y riesgo del
Comprador.
Los términos que integran este grupo son los siguientes:
FCA =
Free Carrier..... (indicando lugar convenido) |
Libre Transportista.....
FAS =
Free Alongside Ship..... (indicando puerto
convenido) | Libre al costado del buque....
FOB =
Free On Board.... (indicando puerto de embarque convenido) |
Libre a Bordo....
de
embarque
Grupo “C”
Obliga al Vendedor a enviar la mercadería al Comprador asumiendo los gastos de
transporte principal desde el punto de carga acordado hasta el lugar de destino
convenido, pero sin asumir riegos ni otros gastos que puedan originarse después
de haber cargado o remitido la mercadería. Esto significa que el Vendedor cumple
con todas sus obligaciones de entrega de la mercadería, desaduanada para la
exportación, en el país de embarque o despacho.
Los términos que integran este grupo son:
CFR =
Cost and Freight..... ( indicando puerto de destino convenido) |
Costo y Flete....
110
CIF =
Cost, Insurance and Freight..... (indicando puerto de destino
convenido) | Costo, Seguro y Flete......
CPT =
Carriage Paid To..... (indicando lugar o punto de destino
acordado) | Transporte pagado hasta ......
CIP =
Carriage and Insurance Paid to.... (indicando lugar o punto de
destino convenido) | Transporte y seguro pagado hasta.....
Grupo “D”
Significa que el Vendedor a cumplido su obligación de entrega de la mercancía
cuando ella ha llegado al lugar de destino convenido, asumiendo todos los riesgos
y gastos del transporte principal.
Está integrado por los siguientes cinco términos:
DAF =
Delivered at Frontier.... (indicando lugar convenido) |
Entregado en frontera....
DES =
Delivered ex Ship.... (indicando puerto de destino convenido) |
Entregado en barco......
DEQ =
Delivered ex Quay..... (indicado puerto de destino convenido) |
Entregado en muelle....
DDU =
Delivered Duty Unpaid.... (indicando nombre
convenido) | Entregado derechos no pagados....
DDP =
Delivered Duty Paid..... (indicando lugar de destino convenido) |
Entregado derechos pagados.....
de
destino
Por otra parte y siguiendo lo establecido en Incoterms 1990, los Incoterms 2000
pueden dividirse, también, de acuerdo al medio de transporte que su propia
definición establece. Así tenemos:
a) Para cualquier medio de transporte, incluyendo en transporte multimodal.
Deben utilizarse los siguientes términos:
Grupo E:
Grupo F:
Grupo C:
EXW
FCA
CPT
CIP
111
Grupo D:
DAF
DDU
DDP
b) Para transporte marítimo, fluvial, lacustre, donde la entrega de la mercadería o
su puesta a disposición del Comprador corresponde a un puerto o muelle.
Sólo deben emplearse los términos.
Grupo F:
Grupo C:
Grupo D:
FAS
FOB
CFR
CIF
DES
DEQ
Antes de terminar con esta rápida visión sobre las generalidades de los Incoterms
2000, queremos recalcar el hecho de que estos términos son precisos, tal como
queda demostrado en la explicitación de cada uno de ellos, de modo tal que
cuando las partes desean darle una variación a lo establecido por la Cámara de
Comercio Internacional, esa variación deberá constar en el respectivo Contrato de
Compraventa, y no tratar de dejarla indicada agregando letras o palabras a la sigla
que representa el Incoterm.
Así por ejemplo, el término EXW no obliga al Vendedor a solventar los gastos del
carguío de la mercadería en el vehículo que la transportará; pues bien, si se
acuerda entre las partes que ello ocurra, eso deberá quedar establecido
claramente en el contrato de compraventa, ya que el término EXW no permite
dicha opción.
De igual modo, el término FAS establece que el Vendedor cumple con sus
obligaciones "cuando la mercadería queda depositada al costado del buque",
siendo en consecuencia de cargo del Comprador los gastos del embarque. Al igual
que en el caso anterior, si el Vendedor debe pagar dichos cargos, ello debe
constituir una cláusula del contrato de compraventa y no pretender dejar
demostrada esta obligación contractual agregando alguna expresión alusiva al
término.
Otro término utilizado con variantes es el término FOB. En efecto, muchas veces
se indica FOB'S (FOB stowed), queriendo indicar la obligación del Vendedor de
entregar la mercadería en bodega del buque, lo que el Incoterm FOB no estipula.
Por este motivo, debe especificarse en el contrato los alcances de la variación,
especialmente a los costos que ella puede involucrar.
112
52. ANÁLISIS DE CADA UNO DE LOS TÉRMINOS.
A continuación daremos una rápida mirada a cada uno de los trece términos a fin
de resaltar, aunque sea muy brevemente, las diferencias respecto de Incoterms
1990
EXW.
Este término significa que el Vendedor entrega la mercadería cuando la pone a
disposición del Comprador según lo disponga el Vendedor o en otro lugar
acordado.
Es importante hacer notar que en Incoterms 2000 se pone énfasis que el
Vendedor debe entregar la mercadería sin cargar en ningún vehículo (A4). De
todas formas, si se ha convenido lo contrario, ello debe quedar claramente
estipulado en el contrato de compraventa.
Se
mantiene el que el Comprador deberá realizar los trámites de
desaduanamiento de la mercancía para su exportación, aún cuando el Vendedor
podría haber obtenido los permisos o autorizaciones para tal efecto.
FCA.
Se entiende cumplido el término FCA, cuando el Vendedor entrega las
mercancías, liberadas para su exportación, al transportista o persona nominada
por el Comprador, en el lugar convenido.
Debemos hacer notar que Incoterms 2000 define claramente cuando el Vendedor
ha cumplido con su obligación de entrega de la mercancía (A4), sin entrar a
diferenciar los distintos medios de transporte. En efecto, se indica que se ha
completado la entrega cuando:
a) las mercancías han sido cargadas en el medio de transporte provisto por el
transportista o persona nominada por el Comprador, si el lugar acordado es de
propiedad del Vendedor;
b) si el lugar de entrega es distinto a lo indicado en a) cuando las mercancías han
sido puestas a disposición del transportista u otra persona designada por el
Comprador, o escogido por el Vendedor si el Comprador falla en indicarlo, pero
sin cargar la mercadería en el medio de transporte.
113
O sea, el Vendedor es responsable de la carga cuando ella se realiza en un lugar
previsto por el Vendedor, no así cuando dicha carga se realiza en otro lugar.
FAS
Como de costumbre, el Vendedor cumple con las obligaciones de este término
cuando la mercadería se encuentra al costado del buque contratado por el
Comprador, en el puerto de embarque acordado y desaduanada para su
exportación.
Esto queda claramente estipulado en A2:”el Vendedor debe obtener a su propio
riesgo y cargo cualquier licencia de exportación u otras autorizaciones oficiales y
llevar a cabo, cuando proceda, todas las formalidades aduaneras para la
exportación de la mercancía”.
Hacemos notar que lo estipulado en A2 es totalmente diferente a lo que se
indicaba en Incoterms 1990.
Como consecuencia de lo establecido en A2, el punto A6 declara de cargo del
Vendedor los gastos aduaneros por la exportación de la mercancía, sean
impuestos, derechos o cualquier otro. En contrapartida, sólo son de cargo del
Comprador los derechos, impuestos y gastos propios de la importación de la
mercadería.
Como se indicó más arriba, este término debe ser utilizado solamente en
transporte marítimo o por vías acuáticas.
FOB
Se mantiene como definición de este término el que el Vendedor cumple con la
entrega de la mercancía, debidamente desaduanada por él para su exportación,
cuando ella traspasa la borda del buque contratado por el Comprador, en el puerto
de embarque convenido.
CFR
Se mantiene que el Vendedor cumple con la entrega de la mercancía,
desaduanada para su exportación, cuando ella traspasa la borda del buque
contratado por él mismo, lo que le significa pagar los gastos y flete hasta el puerto
de destino acordado. En cuanto al riesgo de la mercadería y cualquier gasto
ocurrido después de la entrega, son de cargo absoluto del Comprador.
Este término debe ser utilizado sólo en embarques marítimos o por vías acuáticas.
114
CIF
CIF implica que el Vendedor ha cumplido sus obligaciones cuando la mercadería,
desaduanada para la exportación, traspasa la borda del buque contratado por él
en el puerto de embarque, debiendo pagar los gastos y flete hasta el puerto de
destino convenido y, además, haber obtenido un seguro marítimo cubriendo el
riesgo de pérdida o daño de la mercadería en favor del Comprador.
En cuanto al seguro, el Vendedor sólo está obligado a obtener un seguro por el
mínimo de la cobertura, de modo tal que cualquier mayor cobertura debe ser
convenida por el Comprador con el Vendedor, o bien el primero asumir el costo de
esa mayor cobertura.
Al igual que el término anterior, sólo debe ser utilizado en embarques marítimos o
por vías acuáticas.
CPT
“Carriage Paid to....” significa que el Vendedor debe entregar las mercancías,
desaduanadas para su exportación, al transportista nominado por él mismo,
pagando el costo del transporte de la mercadería hasta el punto de destino
convenido.
Para los efectos de este término, igual que para FCA, transportista es cualquier
persona que, en un contrato de transporte, se compromete a ejecutar u obtiene la
ejecución del transporte por tren, tierra, aire, mar vías acuáticas internas o por la
combinación de tales medios. Si el traslado incluye la participación de varios
transportistas, el riesgo queda traspasado cuando la mercancía ha sido entregada
al primero de ellos.
Al contrario de CFR, éste término puede ser utilizado en cualquier medio de
transporte, incluyendo el transporte multimodal.
CIP
Se entiende cumplidas las obligaciones del Vendedor cuando éste entrega la
mercancía, desaduanada para la exportación, a un transportista contratado por él
mismo, siendo de su cargo al costo del transporte de la mercancía hasta el punto
acordado en el país del Comprador, como también la obtención de un seguro a
favor del Comprador, que cubra el riesgo de pérdida o daño de la mercancía
durante su traslado.
115
Respecto de la cobertura del seguro, se mantiene lo indicado para el término CIF.
El término transportista tiene los mismos alcances que en FCA y CPT, de tal modo
que si intervienen varios transportistas en la ejecución del traslado, el riesgo es
transferido al Comprador cuando las mercancías han sido entregadas al primer
transportista.
Como en los términos mencionados, CIP puede ser utilizado para cualquier medio
de transporte incluso el multimodal.
DAF
Se entiende que el Vendedor entrega la mercadería al Comprador, cuando la deja
a su disposición en el medio de transporte sin descargar, desaduanada para su
exportación, en el punto de la frontera acordado, siempre que sea antes de la
frontera aduanera del país vecino.
El término frontera se utiliza para señalar indistintamente la del país Vendedor
como la del Comprador, motivo por el cual es de vital importancia dejar claramente
estipulado a cual pertenece el punto de entrega.
Es importante hace notar que si se acuerda que el Vendedor sea responsable de
los riesgos y costo de la descarga de la mercadería desde el medio de transporte,
esto deberá quedar claramente estipulado en el contrato de compraventa.
Este término puede ser utilizado sea cual sea el medio de transporte siempre que
la mercadería sea entregada en una frontera terrestre. Cuando el destino es un
puerto, o a bordo de un buque o en el muelle, el término que debe utilizarse es
DES o DEQ.
Incoterms 2000 introduce cambios importantes, especialmente referidos al
transporte de la mercancía por cuenta del Vendedor (A3) y hacia puntos interiores
del país del Comprador (A6)
DES
Se mantiene prácticamente sin alteraciones la definición de este término, con la
salvedad de que se establece que los gastos y riesgos que el Vendedor debe
solventar y sostener son todos los anteriores a la descarga de la mercadería,
indicando que si se desea que ellos sean de cargo del Vendedor, entonces deberá
utilizarse el término DEQ que analizaremos a continuación.
116
También se mantiene el hecho de que este término deberá ser utilizado en los
embarques por mar o vías acuáticas interiores, agregando ahora el transporte
multimodal.
DEQ
Este término, conjuntamente con el FAS, son los que más fuertemente se han
visto modificados por los nuevos Incoterms 2000.
Establece que el Vendedor ha cumplido sus obligaciones cuando pone la
mercadería a disposición del Comprador, en el muelle del puerto de destino
acordado, es decir, la mercadería desembarcada en el muelle.
La innovación de este término en Incoterms 2000, es que el Comprador debe
efectuar los trámites y pagos que sean exigibles para la importación de la
mercadería. De tal modo que si se desea que el Vendedor cancele todos o parte
de los mencionados gastos, ello deberá quedar claramente indicado en el contrato
de compraventa. Y si se acuerda que el Vendedor se haga cargo de todos los
trámites y pagos que implique al traslado de la mercadería desde el muelle hasta
otro punto al interior o fuera del puerto de destino, deberá utilizarse los términos
DDU o DDP.
El término DEQ debe ser utilizado solamente en embarques marítimos o por vías
acuáticas o transporte multimodal, siempre que la descarga de la mercadería sea
en el muelle del puerto de destino acordado.
DDU
Este término significa que el Vendedor entrega la mercancía al Comprador, no
desaduanada para la importación y sin descargar del vehículo de transporte
cualquiera que sea, en el lugar de destino acordado, debiendo para ello asumir
todo riesgo y gasto que ello implique, excepto los derechos que genere la
importación, si ellos son pertinentes, los que son de cargo del Comprador.
Si se desea que estos gastos y trámites sean pagados y realizados por el
Vendedor, ello deberá quedar claramente indicado en el contrato de compraventa
y no mediante expresiones agregadas a las siglas DDU.
Hay que tener presente que la responsabilidad, riesgos y gastos de descarga y
recarga de la mercadería dependerá donde ello se realiza, es decir, si el lugar
escogido para la entrega está bajo control del Comprador o del Vendedor.
117
Este término puede ser utilizado en cualquier medio de transporte, pero si el punto
de entrega es el puerto de destino, a bordo del barco o en el muelle, entonces el
término a utilizar debe ser DES o DEQ.
DDP
“Entregada Derechos Pagados” obliga al Vendedor entregar la mercadería al
Comprador, en el lugar acordado, cumplidos los trámites de importación, sin
descargar del medio de transporte.
Esto significa que el Vendedor ha de correr con los costos y riesgos involucrados
para dejar la mercadería en dicho lugar, incluyendo los derechos de importación
cuando sean aplicables.
Si las partes desean eximir al Vendedor del pago de algún derecho o impuesto
específico que afecte la importación de la mercadería, deberán dejarlo claramente
especificado en el contrato de compraventa. Si el Comprador debe asumir los
riesgos y costos de la importación entonces deberá utilizarse DDU.
118
CAPITULO IV
NORMAS SOBRE CARTAS DE CREDITO
53.
GENERALIDADES
La obligación principal del Comprador es pagar el precio. A su vez, la obligación
principal del Vendedor es entregar la mercadería.
Más atrás, se menciona brevemente esta especie de situación dramática que se
produce entre uno y otro, en cuanto quien cumple primero.
El problema lo resuelve la institución de la Carta de Crédito, en virtud de la cual es
ahora un tercero, un Banco quien cumplirá la obligación de pago y, al mismo
tiempo, revisará que los documentos de embarque cumplan con los requisitos
solicitados por el Comprador.
En el Capítulo relativo al Contrato de Compraventa Internacional se mencionan
dos documentos, que tienden a clarificar la situación contractual entre dos partes,
situadas en distintos países, en una compraventa de esta naturaleza. Uno de tales
documentos fue aprobado por la Convención de Viena, de Naciones Unidas y el
otro por la Cámara de Comercio Internacional con sede en París.
Según se expresa en ese mismo Capítulo, la misma Cámara ha elaborado
también otro documento para la Carta de Crédito y que se conoce con el nombre
“Reglas y Usos Uniformes Relativos a los Créditos Documentarios".
54.
DEFINICION DE CARTA DE CREDITO
El artículo 2 de las Reglas y Usos Uniformes Relativos a los Créditos
Documentarios la define como: "Todo acuerdo, cualquiera que sea su
denominación o descripción, por medio del cual un banco (banco emisor),
actuando a petición y en conformidad con las instrucciones de un cliente (el
Ordenante del crédito), o en su propio nombre :
119
i) Se obliga a pagar a un tercero (el beneficiario), o a su orden, o a aceptar y
pagar letras de cambio (drafts) giradas por el beneficiario, o
ii) Autoriza a otro banco para que efectúe el pago o para que acepte y pague, tales
letras de cambio, o
iii) Autoriza a otro banco para negociar.
contra los documentos exigidos, siempre y cuando se cumplan los términos y
condiciones del crédito.
Para los efectos de estos artículos, las sucursales de un banco en países
diferentes son consideradas como otro banco”.
Nosotros podríamos, a partir de la norma anterior y de nuestra experiencia
práctica, intentar una definición propia señalando que la "Carta de Crédito es una
orden de pago que emite un Banco, a petición del Ordenante, en favor de un
tercero, llamada beneficiario, orden de pago que es generalmente irrevocable y
que, además, es condicional, temporal, formal, internacional, e independiente del
Contrato de Compraventa que le dio origen".
Más adelante, en este mismo Capítulo, se dedica un párrafo completo a analizar
dichas características de la Carta de Crédito.
55.
PARTES QUE INTERVIENEN EN LA CARTA DE CREDITO
Las partes que intervienen en la Carta de Crédito son:
Ordenante o Tomador: Es aquella persona natural o jurídica, que participa como
comprador en el Contrato de Compraventa y ordena a su banco a abrir la Carta de
Crédito en favor del exportador. El tomador también recibe el nombre de
Ordenante de la Carta de Crédito.
La Carta de Crédito debe contener la individualización precisa y clara del
Ordenante, indicando su domicilio. Hay que tener especial cuidado con la forma
de consignar los datos en la Carta de Crédito, ya que ésta debe coincidir letra por
letra con la documentación de embarque que se presente con posterioridad para
negociar el crédito.
Beneficiario o Acreedor de la Carta de Crédito: Es la persona natural o jurídica
a cuyo beneficio se abre la Carta de Crédito y generalmente será el exportador o
vendedor.
El beneficiario deberá ver si se presentan dudas o discrepancias respecto de su
individualización, tal como ella aparece en el crédito.
120
Además del importador y exportador. que figuran como parte en un contrato de
compraventa internacional, en este tipo de negocios intervienen los bancos, los
cuales son:
Banco Emisor: Este es el "Banco del Importador" que recibe el encargo de éste
para que emita la Carta de Crédito.
El Banco Emisor avisa el Acreditivo al Beneficiario por intermedio de otro Banco
establecido en el domicilio o residencia del Beneficiario de la Carta de Crédito.
Este último Banco se denomina "Banco Avisador o Banco Notificador, o Banco
Receptor”. El Banco Emisor emite y notifica la apertura del Acreditivo y,
eventualmente solicita lo confirme a un banco corresponsal suyo en el lugar en
que reside el Beneficiario, para que éste avise al Acreedor de la Carta de Crédito.
La identificación del Banco Emisor aparece en los formularios que cada institución
financiera tiene para estos efectos. Además, el original del Acreditivo que se
envía al banco del domicilio de residencia del beneficiario debe estar firmado por
oficiales autorizados del Banco Emisor.
Banco Receptor: Es un banco del domicilio o residencia del acreedor de la Carta
de Crédito que ha recibido el aviso de apertura del Acreditivo, cumple con la
notificación. Si el banco notificador además confirma la Carta de Crédito al
beneficiario, es decir le garantiza que le pagará su importe siempre que se
cumplan las condiciones impuestas, pasa a llamarse Banco Confirmador.
El banco que confirma una Carta de Crédito se obliga a pagarle al Beneficiario,
siempre que éste cumpla con las condiciones estipuladas en el Acreditivo.
En suma, el Banco Receptor recibe los documentos de embarque para
examinarlos y procede al pago o a solicitar la autorización para tal efecto.
Por lo tanto, debe establecerse si el Banco Receptor está sólo autorizado para
notificar el crédito, o también ha recibido poder para proceder al pago si, a su
juicio, la documentación de embarque se encuentra en orden.
56.
MENCIONES QUE CONTIENE LA CARTA DE CREDITO
Se indican a continuación las menciones principales que figuran en este
documento, que también se incluyen en otro documento semejante, en que el
cliente solicita a su banco la emisión de una carta de crédito.
- Importador o solicitante.
- Banco Corresponsal en el exterior.
121
- Número y fecha de la Carta de Crédito.
- Vencimiento.
- Beneficiario.
- Valor total de la Carta de Crédito.
- Transferencia.
- Confirmación.
- Documentos de embarque.
- Factura Comercial.
- Conocimientos de embarque.
- Pólizas o Certificados de Seguro.
-
Notas de Gastos.
-
Lista de Empaque.
- Otros documentos.
- Cláusula de Compra (C.l.F., F.O.B. u otra).
- Embarque.
- Desde.
- Hasta.
- Embarques parciales.
Permitidos.
Prohibidos.
- Transbordos.
Permitidos.
Prohibidos.
- Condiciones especiales.
- Forma de pago del cliente al Banco.
122
En síntesis, según se puede observar de la simple enumeración de las menciones
que usualmente contiene una Carta de Crédito, se trata de representar del mejor
modo posible, las principales cláusulas del Contrato de Compraventa.
De esta manera, por la vía de copiar dichas cláusulas, esta orden de pago
bancaria, que es la Carta de Crédito, protegerá en la práctica tanto al Comprador
como al Vendedor. En efecto, en la medida en que las instrucciones otorgadas al
Banco sean claras, precisas y simples, y que, por lo tanto dichas instrucciones
representen de un modo fiel las intenciones y el entendimiento de exportador e
importador, en esa misma medida se estará garantizando a uno y otro que el pago
de la mercadería se efectuará sólo y cuando se cumpla fielmente con los términos
pactados. Esto es, el Vendedor, que ahora pasa a ser exportador, o, mejor
dicho, Beneficiario, tendrá la seguridad que recibirá el pago en el momento en que
presente los Documentos de Embarque emitidos correctamente.
Asimismo, el Comprador, que ahora pasa a ser importador o, mejor dicho,
Ordenante, tendrá la seguridad que se pagará el precio, sólo y cuando se cumpla
con todas las instrucciones indicadas por él y que, por lo tanto, la mercadería que
recibirá en definitiva, es la misma que compró.
Ahora bien, a riesgo de ser excesivamente reiterativo, la Carta de Crédito es un
instrumento de pago que si bien nace como consecuencia de un Contrato de
Compraventa Internacional, es independiente y se separa de él. Los Bancos no
pueden considerar el Contrato de Compraventa para los efectos de interpretar las
Cartas de Crédito.
57. ELEMENTOS FUNDAMENTALES DE LA CARTA DE CREDITO
De acuerdo con la definición que hemos elaborado, y que se menciona más atrás
en este Capítulo, se pueden resumir los principales elementos que definen a la
institución de la Carta de Crédito.
Orden de pago bancaria
Según se establece la definición de las Reglas y Usos Uniformes cumpliéndose
los requisitos del caso, el Banco Emisor se obliga a pagar o a hacer pagar a un
tercero el valor indicado en la misma Carta de Crédito.
Vale decir, ya no es el comprador obligado al pago sino que esta obligación recae
sobre el Banco que emite este documento.
123
Se emite a petición del Ordenante
Los bancos comerciales no emiten Cartas de Crédito sin que exista alguna causa.
Esta causa usualmente consiste en la petición que les hace su cliente y la
posterior aceptación del mismo banco que se transforma en la emisión de la
Orden de Pago en sí misma.
Así pues, se produce una especie de doble línea de relaciones comerciales y
jurídicas. Por un lado, frente al tercero o Beneficiario es una obligación solamente
del banco, quien, una vez abierta no puede excusar su pago so pretexto que haya
variado su relación con el cliente que requirió la Carta de Crédito. Por otro lado,
entre el cliente ordenante y el Banco Emisor, existen diversas relaciones
financieras y crediticias, que se mantienen incluso después que la Carta de
Crédito ha vencido y que el Banco ha pagado al Beneficiario. En efecto, al final de
cuentas, quien está obligado al pago final es el Ordenante y el Banco Emisor tiene
acción para proceder al cobro de los valores pagados al Beneficiario.
La Carta de Crédito es generalmente irrevocable
De acuerdo con las disposiciones del artículo 6 de las Reglas y Usos Uniformes,
los créditos pueden ser revocables o irrevocables. Todo crédito deberá, por
consiguiente, indicar en forma clara si es revocable o irrevocable. A falta de tal
indicación, el crédito será considerado revocable.
A pesar de lo anterior, lo usual es que las partes convengan que las Cartas de
Crédito sean irrevocables.
El artículo 9 de las Reglas y Usos Uniformes establece que un crédito irrevocable
constituye para el Banco Emisor un compromiso a firme de pago, actual o futuro,
en los términos que el mismo artículo señala.
Cuando un Banco Emisor autoriza o pide a otro banco confirmar su crédito
irrevocable y éste añade su confirmación tal confirmación constituye por parte de
este otro banco también un compromiso en firme, que se suma al del Banco
emisor.
Estos compromisos no pueden ser modificados o cancelados sin el acuerdo del
Banco Emisor, del Banco Confirmador (si lo hay) y del beneficiario.
Es interesante destacar este último concepto, en cuanto una vez que el crédito
irrevocable ha sido notificado al beneficiario, éste adquiere el derecho de que tal
crédito no puede ser modificado o anulado, dentro de su período de vigencia, sin
su propio consentimiento.
124
La Carta de Crédito es una orden de pago condicional
El mismo artículo 9 establece que este compromiso en firme para el Banco
Emisor, lo es en la medida en que los documentos estipulados hayan sido
presentados al banco emisor y que los términos y condiciones del crédito sean
respetados.
De esta manera, se concluye que la Carta de Crédito no es una orden de pago
pura y simple. El beneficiario debe presentar los documentos requeridos, en las
condiciones y términos estipulados en la Carta de Crédito.
Por su lado, el artículo 13 establece que los bancos deben examinar todos los
documentos con cuidado razonable para comprobar que parecen aparentemente
(la norma antigua usaba la frase a primera vista) estar de acuerdo con los
términos y las condiciones del crédito. La aparente conformidad de los
documentos se determinará en base a las prácticas bancarias internacionales tal
como se recogen en los presentes artículos.
Agrega la misma norma que los documentos que, en apariencia, no concuerden
entre sí, serán considerados como que no están, aparentemente, de acuerdo
con los términos y las condiciones del crédito.
Los bancos disponen de un plazo razonable, no superior a 7 días hábiles
bancarios a partir de la fecha de recepción de los documentos para examinarlos y
decidir si los aceptan o rechazan y notificar su decisión a la parte de quien los
haya recibido.
Si el banco emisor determina que aparentemente, los documentos no están de
acuerdo con los términos y condiciones podrá por propia iniciativa, ponerse en
contacto con el ordenante para obtener su conformidad a pesar de las
discrepancias. Este trámite no ampliará, sin embargo, el período de 7 días hábiles
bancarios para examinar los documentos.
Es importantísimo para todos los exportadores, tener conciencia de que se debe
cumplir con todas y cada una de las estipulaciones de la Carta de Crédito, letra a
letra, con el objeto de evitar el rechazo de los documentos por causa de
discrepancias y la consecuente falta de pago.
La Carta de Crédito es un instrumento de pago formal
Esto quiere decir, según establece el artículo 4 de las Reglas y Usos, que en las
operaciones de crédito todas las partes que intervienen negocian sobre
documentos y no sobre mercancías, servicios y/u otras prestaciones que puedan
tener relación con los documentos.
125
Este principio es consecuencia del anterior, en cuanto, los bancos no son
partícipes del Contrato de Compraventa ni de las relaciones comerciales entre
Ordenante y beneficiario de la Carta de Crédito. Los bancos sólo cumplen con
emitir esta orden de pago condicional, de acuerdo con lo solicitado con el
ordenante donde sólo se revisan
los documentos de embarque que
aparentemente cumplan con los términos y condiciones del crédito.
De ahí que los artículos 15 a 18 de las Reglas y Usos Uniformes establecen que
los bancos no asumen ninguna obligación ni responsabilidad por hechos tales
como la exactitud, autenticidad, falsificación de los documentos; o por otros
hechos derivados de transmisiones de mensajes erróneos o incompletos, o por
interrupciones de su propia actividad derivadas de casos fortuitos.
La Carta de Crédito es una orden de pago temporal
Como se expresa más adelante en este mismo Capítulo, las Cartas de Crédito
deben establecer una fecha última de vencimiento.
Además, debe establecerse un plazo para la presentación de los documentos, a
contar de la fecha de embarque.
La Carta de Crédito es independiente del Contrato
El artículo 3 de las Reglas y Usos Uniformes, establece que los créditos son, por
su naturaleza, operaciones comerciales independientes de la venta o de cualquier
otro Contrato(s) en los que puedan estar basados, los que, en ningún caso,
afectarán ni obligarán a los bancos, aun cuando el crédito contenga alguna
referencia a tal Contrato, y cualquiera que sea esta referencia.
Esta norma es consecuencia de los principios de formalidad y de condicionalidad,
señalados más atrás.
Así, la Carta de Crédito se hace absolutamente independiente y se separa del
Contrato que le dio origen. Los bancos no pueden considerarlo de ninguna
manera.
Este principio es extraordinariamente importante y, por desgracia, a veces no bien
comprendido por quienes participan en operaciones de comercio internacional.
En nuestra vida profesional, nos ha tocado atender situaciones, a veces de
carácter dramático, en que por falta de advertencia o de cuidado, tanto comercial
como jurídico, empresarios chilenos tuvieron que sufrir pérdidas importantes.
126
En un caso, se trataba de un exportador pequeño, que iniciaba sus lides en este
campo, con mucho entusiasmo y poca experiencia. Acordó con un Comprador del
exterior un Contrato de Exportación de cueros terminados. El despacho de la
mercadería se hizo en un todo de acuerdo con las condiciones del Contrato. Las
condiciones de calidad, presentación, embalaje, época del embarque, etc., fueron
todas cuidadosamente cumplidas.
Lamentablemente, por su falta de experiencia, los documentos de embarque
contenían errores en su redacción, que, aún cuando no afectaban la esencia del
Contrato en si mismo, fueron causal suficiente para que tales documentos fueran
rechazados, en definitiva, por su Comprador en el exterior, por discrepancias con
las condiciones y términos de la Carta de Crédito.
Puede haber ocurrido que, con posterioridad a la celebración del contrato, el
comprador extranjero encontró un posible abastecimiento de esa mercadería a un
precio menor. En ese caso, para desligarse de sus obligaciones en el vendedor
chileno, dicho comprador en el exterior utilizó este expediente de la formalidad
para abusando del mismo, excusarse de cumplir con su obligación de pago.
El caso es que desde el punto de vista de la Carta de Crédito en sí misma, no
hubo ninguna solución, puesto que efectivamente existían discrepancias formales
en los documentos de embarque.
La otra situación fue exactamente la inversa.
Se trataba de un importador chileno de productos textiles quien había acordado la
importación de unas telas que parecían ser de muy buena calidad, a un precio
conveniente. Así, por lo menos, aparecía de las muestras que recibió por correo.
Se emitió la correspondiente Carta de Crédito, requiriendo la presentación de
diversos documentos que acreditaran el embarque y la calidad de dicha
mercadería de acuerdo con los términos del Contrato. Poco tiempo después
recibió el correspondiente aviso del despacho y, enseguida, se recibieron todos los
documentos de embarque emitidos perfectamente, cumpliendo con todas y cada
una de las menciones de la Carta de Crédito. Como se trataba de un crédito a la
vista, los bancos habían pagado dichos documentos a su primera presentación.
Sin embargo, un breve tiempo después, cuando recibió en su bodega en Santiago
el contenedor correspondiente se encontró con la dramática sorpresa que el
despacho no era de la tela de alta calidad que él había comprado, sino que, por el
contrario, solamente había pedazos de género sin ningún valor. Resumiendo el
caso, el exportador a quien él había adquirido esta mercadería resultó ser un
estafador internacional que falsificó los documentos de embarque de tal manera
que cumplió con todos los términos del crédito. Ese exportador delincuente
procedió, por lo tanto a cobrar el valor del crédito y después desapareció.
Estas situaciones suelen ocurrir en el comercio internacional, por lo que la
conclusión más importante de estos hechos es que la mejor garantía de
127
cumplimiento del Contrato, reside en comprobar la idoneidad y la seriedad de las
contrapartes.
58. PLAZO DE VALIDEZ
En esta materia, que está reglamentada en los artículos 42 a 45 de las Reglas y
Usos Uniformes, hay que distinguir los siguientes plazos:
a) Plazo dentro del cual puede utilizarse o negociarse la carta de crédito.
Todos los créditos tienen un plazo de validez, desde la fecha de inicio hasta la
fecha final para la presentación de los documentos por parte de los beneficiarios.
En caso que no se indique la fecha de inicio se tomará como primer día la fecha
de emisión del crédito por parte del Banco emisor, en cuanto a su vigencia, todos
los créditos deben estipular una fecha final y un lugar para presentar los
documentos.
b) Vigencia del compromiso de pago por el banco emisor.
Los créditos deben mencionar la fecha hasta la cual son válidos. Transcurrido
dicho plazo, el compromiso adquirido por el banco emisor deja de tener vigencia.
Es decir los plazos a que están sujetos los créditos son resolutorios y de
caducidad, ya que su llegada implica la imposibilidad de obtener el pago y su
vencimiento no requiere declaración de ninguna especie.
c) Plazo de presentación de documentos.
Además de estipular una fecha final para la presentación de los documentos, todo
crédito que exija la presentación de documentos de transporte, deberá también
estipular un plazo específico dentro del cual debe efectuar la presentación de
documentos según los términos y condiciones del crédito.
Si el plazo para presentar los documentos no se menciona en el acreditivo, los
bancos rechazarán los documentos que se les presenten con un retardo de más
de 21 días, contados a partir de la fecha de emisión de los documentos de
transporte. Los documentos presentados fuera de plazo se denominan
documentos añejos (stale documents).
59.
TRANSFERENCIA DE LA CARTA DE CREDITO
El artículo 48 de las Reglas y Usos Uniformes relativos a los Créditos
Documentarios dispone que un crédito transferible en un crédito en virtud del cual
128
el Beneficiario puede solicitar al Banco autorizado a pagar a poner el crédito total o
parcialmente a disposición de uno o más beneficiarios.
Un crédito puede ser transferido sólo si está expresamente designado como
“transferible por el Banco emisor”. Términos tales como “divisible”, “fraccionable”,
“cedible”, y “transmisible” no determinan que el crédito sea transferible. Si dichos
términos se utilizan no serán considerados.
El hecho de que un Crédito no se establezca como transferible, no afectará el
derecho del Beneficiario de ceder cualquier producto del Crédito del que sea, o
pueda ser, titular en virtud de dicho Crédito, de acuerdo con las disposiciones
legales aplicables. Este artículo se refiere solamente a la cesión del producto del
Crédito y no a la cesión del derecho a actuar en virtud del Crédito mismo.
60. OBLIGACIONES Y DERECHOS DE CADA PARTE
Relaciones entre el banco y el ordenante
Estos derechos y obligaciones nacen desde el momento en que se perfecciona
entre el Ordenante y el banco el contrato de apertura de crédito y son
principalmente:
a) Abrir un crédito en favor del Ordenante.
El banco no da crédito al beneficiario sino al Ordenante, ya que se obliga a pagar
al primero el monto del acreditivo sin que el Ordenante, por regla general, haya
provisto los fondos.
b) Comunicar al beneficiario del acreditivo la apertura del crédito.
De no hacerlo se ocasionarían perjuicios al Ordenante al quedar éste como
responsable de los daños que el incumplimiento provocaría al beneficiario.
c) Negociación de los documentos señalados por el Ordenante.
Estos documentos son la constancia de que, por intermedio del banco, el
Ordenante cumplió las obligaciones que tenía con el beneficiario nacidas del
contrato de compraventa internacional. Estos documentos facultan al tomador de
la carta de crédito a retirar las mercaderías del puerto de consignación y disponer
de ellas. Para el banco los documentos constituyen una garantía que tiene frente
al Ordenante en caso que éste no cancele el total o parte del crédito abierto.
129
d) Verificar la regularidad y conformidad de los documentos.
Como ya se ha hecho referencia, los documentos presentados por el beneficiario
del acreditivo deben conformarse a las instrucciones dadas por el Ordenante al
banco.
El banco tiene el deber jurídico de rehusarlos cuando no se conformen dichos
documentos. El pago al beneficiado está sujeto a la condición de conformidad en
los documentos.
e) Enviar al Ordenante los documentos de embarque.
El banco jamás garantiza al Ordenante la calidad, cantidad o naturaleza de las
mercaderías. Las obligaciones del banco frente al Ordenante son totalmente
autónomas e independientes de las relaciones entre el Ordenante y el beneficiario.
Relaciones entre el ordenante y el banco emisor
La obligación principal del Ordenante es pagar el monto del crédito abierto en la
forma y condiciones aceptadas por el banco.
Cumplida esta obligación tendrá derecho a que el banco le entregue los
documentos recibidos del beneficiario.
Relaciones entre el banco y el beneficiario
El banco debe enviar el original del acreditivo al beneficiario, sea directamente o
por intermedio de un corresponsal suyo. Si el banco corresponsal confirma el
acreditivo, comprometiéndose por tanto él con el beneficiario, expedirá un nuevo
acreditivo transcribiendo las mismas condiciones y conservara el original como
título contra el banco Ordenante para obtener el reembolso de lo pagado.
A su vez, el beneficiario tiene derecho a exigir del banco emisor o confirmador
según el caso, el pago del valor de los documentos, siempre y cuando éstos sean
encontrados conformes.
130
CONVENCION DE LAS NACIONES UNIDAS
SOBRE LOS CONTRATOS DE COMPRAVENTA
INTERNACIONAL DE MERCADERIAS (1980)
(Publicada en el Diario Oficial de 3 de octubre de 1990)
Los Estados Partes en la presente Convención.
Teniendo en cuenta los amplios objetivos de las resoluciones aprobadas en el sexto período
extraordinario de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el
establecimiento de un nuevo orden económico internacional.
Considerando que el desarrollo del comercio internacional sobre la base de la igualdad y del
beneficio mutuo constituye un importante elemento para el fomento de las relaciones amistosas
entre los Estados.
Estimando que la adopción de normas uniformes aplicables a los contratos de compraventa
internacional de mercaderías en las que se tengan en cuenta los diferentes sistemas sociales,
económicos y jurídicos contribuiría a la supresión de los obstáculos jurídicos con que tropieza el
comercio internacional y promovería el desarrollo del comercio internacional.
Han convenido en lo siguiente:
PARTE I
AMBITO DE APLICACION Y DISPOSICIONES GENERALES
CAPITULO I
AMBITO DE APLICACION
ARTICULO 1
1)
2)
3)
La presente Convención se aplicará a los contratos de compraventa de mercaderías entre
partes que tengan sus establecimientos en Estados diferentes:
a)
cuando esos Estados sean Estados Contratantes; o
b)
cuando las normas de derecho internacional privado prevean la aplicación de la ley
de un Estado Contratante.
No se tendrá en cuenta el hecho de que las partes tengan sus establecimientos en Estados
diferentes cuando ello no resulte del contrato, ni de los tratos entre ellas, ni de información
revelada por las partes en cualquier momento antes de la celebración del contrato o en el
momento de su celebración.
A los efectos de determinar la aplicación de la presente Convención, no se tendrán en
cuenta ni la nacionalidad de las partes ni el carácter civil o comercial de las partes o del
contrato.
131
ARTICULO 2
La presente Convención no se aplicará a las compraventas:
a)
de mercaderías compradas para uso personal, familiar o doméstico, salvo que el vendedor,
en cualquier momento antes de la celebración del contrato o en el momento de su
celebración, no hubiera tenido ni debiera haber tenido conocimiento de que las
mercaderías se compraban para ese uso.
b)
en subastas;
c)
judiciales;
d)
de valores mobiliarios, títulos o efectos de comercio y dinero:
e)
de buques, embarcaciones, aerodeslizadores y aeronaves;
f)
de electricidad.
ARTICULO 3
1)
2)
Se considerarán compraventas los contratos de suministro de mercaderías que hayan de
ser manufacturadas o producidas, a menos que la parte que las encargue asuma la
obligación de proporcionar una parte sustancial de los materiales necesarios para esa
manufactura o producción.
La presente Convención no se aplicará a los contratos en los que la parte principal de las
obligaciones de la parte que proporcione las mercaderías consista en suministrar mano de
obra o prestar otros servicios.
ARTICULO 4
La presente Convención regula exclusivamente la formación del contrato de compraventa y los
derechos y obligaciones del vendedor y del comprador dimanantes de ese contrato. Salvo
disposición expresa en contrario de la presente Convención, ésta no concierne, en particular:
a)
a la validez del contrato ni a la de ninguna de sus estipulaciones, ni tampoco a la de
cualquier uso;
b)
a los efectos que el contrato pueda producir sobre la propiedad de las mercaderías
vendidas.
ARTICULO 5
La presente Convención no se aplicará a la responsabilidad del vendedor por la muerte o las
lesiones corporales causadas a una persona por las mercaderías.
ARTICULO 6
Las partes podrán excluir la aplicación de la presente Convención o, sin perjuicio de lo dispuesto
en el artículo 12, establecer excepciones a cualquiera de sus disposiciones o modificar sus
efectos.
132
CAPITULO II
DISPOSICIONES GENERALES
ARTICULO 7
1)
2)
En la interpretación de la presente Convención se tendrán en cuenta su carácter
internacional y la necesidad de promover la uniformidad en su aplicación y de asegurar la
observancia de la buena fe en el comercio internacional.
Las cuestiones relativas a las materias que se rigen por la presente Convención que no
estén expresamente resueltas en ella se dirimirán de conformidad con los principios
generales en los que se basa la presente Convención o, a falta de tales principios, de
conformidad con la ley aplicable en virtud de las normas de derecho internacional privado.
ARTICULO 8
1)
2)
3)
A los efectos de la presente Convención, las declaraciones y otros actos de una parte
deberán interpretarse conforme a su intención cuando la otra parte haya conocido o no
haya podido ignorar cuál era esa intención.
Si el párrafo precedente no fuere aplicable, las declaraciones y otros actos de una parte
deberán interpretarse conforme al sentido que les habría dado en igual situación una
persona razonable de la misma condición que la otra parte.
Para determinar la intención de una parte o el sentido que habría dado una persona
razonable deberán tenerse debidamente en cuenta todas las circunstancias pertinentes del
caso, en particular las negociaciones, cualesquiera prácticas que las partes hubieran
establecido entre ellas, los usos y el comportamiento ulterior de las partes.
ARTICULO 9
1)
2)
Las partes quedarán obligadas por cualquier uso en que hayan convenido y por cualquier
práctica que hayan establecido entre ellas.
Salvo pacto en contrario, se considerará que las partes han hecho tácitamente aplicable al
contrato o a su formación un uso del que tenían o debían haber tenido conocimiento y que,
en el comercio internacional, sea ampliamente conocido y regularmente observado por las
partes en contratos del mismo tipo en el tráfico mercantil de que se trate.
ARTICULO 10
A los efectos de la presente Convención:
a)
si una de las partes tiene más de un establecimiento, su establecimiento será el que
guarde la relación más estrecha con el contrato y su cumplimiento, habida cuenta de las
circunstancias conocidas o previstas por las partes en cualquier momento antes de la
celebración del contrato o en el momento de su celebración:
b)
si una de las partes no tiene establecimiento, se tendrá en cuenta su residencia habitual.
133
ARTICULO 11
No se aplicará ninguna disposición del artículo 11, del artículo 29 ni de la Parte II de la presente
Convención que permita que la celebración, la modificación o la extinción por mutuo acuerdo del
contrato de compraventa, o la oferta, la aceptación o cualquier otra manifestación de intención se
haga por un procedimiento que no sea por escrito, en el caso de que cualquiera de las partes
tenga su establecimiento en un Estado Contratante que haya hecho una declaración con arreglo al
artículo 96 de la presente Convención.
Las partes no podrán establecer excepciones a este artículo ni modificar sus efectos.
ARTICULO 12
No se aplicará ninguna disposición del artículo 11, del artículo 29 ni de la Parte II de la presente
Convención que permita la celebración, la modificación, o la extinción por mutuo acuerdo del
contrato de compraventa, o la oferta, la aceptación o cualquier otra manifestación de intención se
haga por un procedimiento que no sea por escrito, en el caso de que cualquiera de las partes
tenga su establecimiento en un Estado Contratante que haya hecho una declaración con arreglo al
artículo 96 de la presente Convención.
Las partes no podrán establecer excepciones a este artículo no modificar sus efectos.
ARTICULO 13
A los efectos de la presente Convención, la expresión “por escrito” comprende el telegrama y el
télex.
PARTE II
FORMACION DEL CONTRATO
ARTICULO 14
1)
2)
La propuesta de celebrar un contrato dirigida a una o varias personas determinadas
constituirá oferta si es suficientemente precisa e indica la intención del oferente de quedar
obligado en caso de aceptación. Una propuesta es suficientemente precisa si indica las
mercaderías y, expresa o tácitamente, señala la cantidad y el precio o prevé un medio para
determinarlos.
Toda propuesta no dirigida a una o varias personas determinadas será considerada como
una simple invitación a hacer ofertas, a menos que la persona que haga la propuesta
indique claramente lo contrario.
ARTICULO 15
1)
2)
La oferta surtirá efecto cuando llegue al destinatario.
La oferta, aún cuando sea irrevocable, podrá ser retirada si su retiro llega al destinatario
antes o al mismo tiempo que la oferta.
134
ARTICULO 16
1)
2)
La oferta podrá ser revocada hasta que se perfeccione el contrato si la revocación llega al
destinatario antes que éste haya enviado la aceptación.
Sin embargo, la oferta no podrá revocarse:
a)
si indica, al señalar un plazo fijo para la aceptación o de otro modo, que es
irrevocable; o
b)
si el destinatario podía razonablemente considerar que la oferta era irrevocable y
ha actuado basándose en esa oferta.
ARTICULO 17
La oferta, incluso cuando sea irrevocable, quedará extinguida cuando su rechazo llegue al
oferente.
ARTICULO 18
1)
2)
3)
Toda declaración u otro acto del destinatario que indique asentimiento a una oferta
constituirá aceptación. El silencio o la inacción, por sí solos, no constituirán aceptación.
La aceptación de la oferta surtirá efecto en el momento en que la indicación del
asentimiento llegue al oferente. La aceptación no surtirá efecto si la indicación de
asentimiento no llega al oferente dentro del plazo que éste haya fijado o, si no se ha fijado
plazo, dentro de un plazo razonable, habida cuenta de las circunstancias de la transacción
y, en particular, de la rapidez de los medios de comunicación empleados por el oferente.
La aceptación de las ofertas verbales tendrá que ser inmediata a menos que de las
circunstancias resulte otra cosa.
No obstante, si, en virtud de la oferta, de prácticas que las partes hayan establecido entre
ellas o de los usos, el destinatario puede indicar su asentimiento ejecutando un acto
relativo, por ejemplo, a la expeditación de las mercaderías o al pago del precio, sin
comunicación al oferente, la aceptación surtirá efecto en el momento en que se ejecute ese
acto, siempre que esa ejecución tenga lugar dentro del plazo establecido en el párrafo
precedente.
ARTICULO 19
1)
2)
3)
La respuesta a una oferta que pretenda ser una aceptación y que contenga adiciones,
limitaciones u otras modificaciones se considerará como rechazo de la oferta y constituirá
una contraoferta.
No obstante, la respuesta a una oferta que pretenda ser una aceptación y que contenga
elementos adicionales o diferentes que no alteren sustancialmente los de la oferta
constituirá aceptación a menos que el oferente, sin demora injustificada, objete
verbalmente la discrepancia o envíe una comunicación en tal sentido. De no hacerlo así,
los términos del contrato serán los de la oferta con las modificaciones contenidas en la
aceptación.
Se considerará que los elementos adicionales o diferentes relativos, en particular, al
precio, al pago, a la calidad y la cantidad de las mercaderías, al lugar y la fecha de la
entrega, al grado de responsabilidad de una parte con respecto a la otra o a la solución de
las controversias alteran sustancialmente los elementos de la oferta.
135
ARTICULO 20
1)
2)
El plazo de aceptación fijado por el oferente en un telegrama o en una carta comenzará a
correr desde el momento en que el telegrama sea entregado para su expedición o desde la
fecha de la carta o, si no se hubiere indicado ninguna, desde la fecha que figure en el
sobre. El plazo de aceptación fijado por el oferente por teléfono, télex u otros medios de
comunicación instantánea comenzará a correr desde el momento en que la oferta llegue al
destinatario.
Los días feriados oficiales o no laborales no se excluirán del cómputo del plazo de
aceptación. Sin embargo, si la comunicación de aceptación no pudiere ser entregada en la
dirección del oferente el día del vencimiento del plazo, por ser ese día feriado oficial o no
laborable en el lugar del establecimiento del oferente, el plazo se prorrogará hasta el primer
día laborable siguiente.
ARTICULO 21
1)
2)
La aceptación tardía surtirá, sin embargo, efecto como aceptación si el oferente, sin
demora, informa verbalmente de ello al destinatario o le envía una comunicación en tal
sentido.
Si la carta o cualquier otra comunicación por escrito que contenga una aceptación tardía
indica que ha sido enviada en circunstancias tales que si su transmisión hubiera sido
normal habría llegado al oferente en el plazo debido, la aceptación tardía surtirá efecto
como aceptación a menos que, sin demora, el oferente informe verbalmente al destinatario
que considera su oferta caducada o le envíe una comunicación en tal sentido.
ARTICULO 22
La aceptación podrá ser retirada si su retiro llega al oferente antes que la aceptación haya surtido
efecto o en ese momento.
ARTICULO 23
El contrato se perfeccionará en el momento de surtir efecto la aceptación de la oferta conforme a lo
dispuesto en la presente Convención.
ARTICULO 24
A los efectos de esta parte de la presente Convención, la oferta, la declaración de aceptación o
cualquier otra manifestación de intención “llega” al destinatario cuando se le comunica verbalmente
o se entrega por cualquier otro medio al destinatario personalmente, o en su establecimiento o
dirección postal o, si no tiene establecimiento ni dirección postal, en su residencia habitual.
136
PARTE III
COMPRAVENTA DE MERCADERIAS
CAPITULO I
DISPOSICIONES GENERALES
ARTICULO 25
El incumplimiento del contrato por una de las partes será esencial cuando cause a la otra parte un
perjuicio tal que la prive sustancialmente de lo que tenía derecho a esperar en virtud del contrato,
salvo que la parte que ha incumplido no haya previsto tal resultado y que una persona razonable
de la misma condición no lo hubiera previsto en igual situación.
ARTICULO 26
La declaración de resolución del contrato surtirá efecto sólo si se comunica a la otra parte.
ARTICULO 27
Salvo disposición expresa en contrario de esta Parte de la presente Convención, si una de las
partes hace cualquier notificación, petición u otra comunicación conforme a esta Parte y por
medios adecuados a las circunstancias, las demoras o los errores que puedan producirse en la
transmisión de esa comunicación o el hecho de que no llegue a su destino no privarán a esa parte
del derecho a invocar tal comunicación.
ARTICULO 28
Sí, conforme a lo dispuesto en la presente Convención, una parte tiene el derecho a exigir de la
otra el cumplimiento de una obligación, el tribunal no estará obligado a ordenar el cumplimiento
específico a menos que lo hiciere, en virtud de su propio derecho, respecto de contratos de
compraventa similares no regidos por la presente Convención.
ARTICULO 29
1)
2)
El contrato podrá modificarse o extinguirse por mero acuerdo entre las partes.
Un contrato por escrito que contenga una estipulación que exija que toda modificación o
extinción por mutuo acuerdo se haga por escrito no podrá modificarse ni extinguirse por
mutuo acuerdo de otra forma. No obstante, cualquiera de las partes quedará vinculada por
sus propios actos y no podrá alegar esa estipulación en la medida en que la otra parte se
haya basado en tales actos.
137
CAPITULO II
OBLIGACIONES DEL VENDEDOR
ARTICULO 30
El vendedor deberá entregar las mercaderías, transmitir su propiedad y entregar cualesquiera
documentos relacionados con aquellas en las condiciones establecidas en el contrato y en la
presente Convención.
SECCION I
ENTREGA DE LAS MERCADERIAS Y DE LOS DOCUMENTOS.
ARTICULO 31
Si el vendedor no estuviere obligado a entregar las mercaderías en otro lugar determinado, su
obligación de entrega consistirá:
a)
Cuando el contrato de compraventa implique el transporte de las mercaderías, en ponerlas
en poder del primer porteador para que las traslade al comprador.
b)
Cuando en los casos no comprendidos en el apartado precedente, el contrato verse sobre
mercaderías ciertas o sobre mercaderías no identificadas que hayan de extraerse de una
masa determinada o que deban ser manufacturadas o producidas y cuando, en el
momento de la celebración del contrato, las partes sepan que las mercaderías se
encuentran o deben ser manufacturadas o producidas en un lugar determinado, en
ponerlas a disposición del comprador en ese lugar;
c)
En los demás casos, en poner las mercancías a disposición del comprador en ese lugar;
d)
En los demás casos, en poner las mercancías a disposición del comprador en el lugar
donde el vendedor tenga su establecimiento en el momento de la celebración del contrato.
ARTICULO 32
1)
2)
3)
Si el vendedor, conforme al contrato o a la presente Convención, pusiere las mercaderías
en poder de un porteador y éstas no estuvieren claramente identificadas a los efectos del
contrato mediante señales en ellas, mediante los documentos de expedición, o de otro
modo, el vendedor deberá enviar al comprador un aviso de expedición en el que se
especifiquen las mercaderías.
El vendedor, si estuviere obligado a disponer el transporte de las mercaderías, deberá
concertar los contratos necesarios para que éste se efectúe hasta el lugar señalado por los
medios de transporte adecuados a las circunstancias y en las condiciones usuales para tal
transporte.
El vendedor, si no estuviere obligado a contratar un seguro de transporte, deberá
proporcionar al comprador, a petición de éste, toda la información de que disponga que sea
necesaria para contratar ese seguro.
ARTICULO 33
El vendedor deberá entregar las mercaderías:
a)
cuando, con arreglo al contrato, se haya fijado o pueda determinarse una fecha, en esa
fecha; o
138
b)
c)
cuando, con arreglo al contrato, se haya fijado o pueda determinarse un plazo, en cualquier
momento dentro de ese plazo, a menos que de las circunstancias resulte que corresponde
al comprador elegir la fecha; o
en cualquier otro caso, dentro de un plazo razonable a partir de la celebración del contrato.
ARTICULO 34
El vendedor, si estuviere obligado a entregar documentos relacionados, con las mercaderías,
deberá entregarlos en el momento, en el lugar y en la forma fijados por el contrato. En caso de
entrega anticipada de documentos, el vendedor podrá, hasta el momento fijado para la entrega,
subsanar cualquier falta de conformidad de los documentos, si el ejercicio de ese derecho no
ocasiona al comprador inconvenientes ni gastos excesivos. No obstante, el comprador conservará
el derecho a exigir la indemnización de los daños y perjuicios conforme a la presente Convención.
SECCION II
CONFORMIDAD DE LAS MERCADERIAS Y PRETENSIONES DE TERCEROS
ARTICULO 35
1)
2)
3)
El vendedor deberá entregar mercaderías cuya cantidad, calidad y tipo correspondan a los
estipulados en el contrato y que estén envasadas o embaladas en la forma fijada por el
contrato.
Salvo que las partes hayan pactado otra cosa, las mercaderías no serán conformes al
contrato a menos:
a)
que sean aptas para los usos a que ordinariamente se destinen mercaderías del
mismo tipo;
b)
que sean aptas para cualquier uso especial que expresa o tácitamente se haya
hecho saber al vendedor en el momento de la celebración del contrato, salvo que
de las circunstancias resulte que el comprador no confió, o no era razonable que
confiara, en la competencia y el juicio del vendedor.
c)
que posean las cualidades de la muestra o modelo que el vendedor haya
presentado al comprador;
d)
que estén envasadas o embaladas en forma habitual para tales mercaderías o, si
no existe tal forma, de una forma adecuada para conservarlas y protegerlas.
El vendedor no será responsable, en virtud de los apartados a) a d) del párrafo precedente,
de ninguna falta de conformidad de las mercaderías que el comprador conociera o no
hubiera podido ignorar en el momento de la celebración del contrato.
ARTICULO 36
1)
2)
El vendedor será responsable, conforme al contrato y a la presente Convención, de toda
falta de conformidad que exista en el momento de la transmisión de riesgo al comprador,
aún cuando esa falta sólo sea manifiesta después de ese momento.
El vendedor también será responsable de toda falta de conformidad ocurrida después del
momento indicado en el párrafo precedente y que sea imputable al incumplimiento de
cualquiera de sus obligaciones, incluido el incumplimiento de cualquiera de sus
obligaciones, incluido el incumplimiento de cualquier garantía de que, durante determinado
período, las mercaderías seguirán siendo aptas para su uso ordinario o para un uso
especial o conservarán las cualidades y características especificadas.
139
ARTICULO 37
En caso de entrega anticipada, el vendedor podrá hasta la fecha fijada para la entrega de las
mercaderías, bien entregar la parte o cantidad que falte de las mercaderías o entregar otras
mercaderías en sustitución de las entregadas que no sean conformes, bien subsanar cualquier
falta de conformidad de las mercaderías entregadas, siempre que el ejercicio de ese derecho no
ocasione al comprador inconvenientes ni gastos excesivos. No obstante, el comprador conservará
el derecho a exigir la indemnización de los daños y perjuicios conforme a la presente Convención.
ARTICULO 38
1)
2)
3)
El comprador deberá examinar o hacer examinar las mercaderías en el plazo más breve
posible atendidas las circunstancias.
Si el contrato implica el transporte de las mercaderías, el examen podrá aplazarse hasta
que éstas hayan llegado a su destino.
Si el comprador cambia en tránsito el destino de las mercaderías o las reexpide sin haber
tenido una oportunidad razonable de examinarlas y si en el momento de la celebración del
contrato el vendedor tenía o debía haber tenido conocimiento de la posibilidad de tal
cambio de destino o reexpedición, el examen podrá aplazarse hasta que las mercaderías
hayan llegado a su nuevo destino.
ARTICULO 39
1)
2)
El comprador perderá el derecho a invocar la falta de conformidad de las mercaderías si no
lo comunica al vendedor, especificando su naturaleza, dentro de un plazo razonable a
partir del momento en que la haya o debiera haberla descubierto.
En todo caso, el comprador perderá el derecho a invocar la falta de conformidad de las
mercaderías si no lo comunica al vendedor en un plazo máximo de dos años contados
desde la fecha en que las mercaderías se pusieron efectivamente en poder del comprador,
a menos que ese plazo sea incompatible con un período de garantía contractual.
ARTICULO 40
El vendedor no podrá invocar las disposiciones de los artículos 38 y 39 si la falta de conformidad
se refiere a los hechos que conocía o no podía ignorar y que no haya revelado al comprador.
ARTICULO 41
El vendedor deberá entregar las mercaderías libres de cualesquiera derechos o pretensiones de un
tercero, a menos que el comprador convenga en aceptarlas sujetas a tales derechos o
pretensiones. No obstante, si tales derechos o pretensiones se basan en la propiedad industrial u
otros tipos de propiedad intelectual, la obligación del vendedor se regirá por el artículo 42.
ARTICULO 42
1)
El vendedor deberá entregar las mercaderías libres de cualesquiera derechos o
pretensiones de un tercero basados en la propiedad industrial u otros tipos de propiedad
intelectual que conociera o no hubiera podido ignorar en el momento de la celebración del
contrato, siempre que los derechos o pretensiones se basen en la propiedad industrial u
otros tipos de propiedad intelectual:
140
a)
2)
en virtud de la ley del Estado en que hayan de revenderse o utilizarse las
mercaderías, si las partes hubieren previsto en el momento de la celebración del
contrato que las mercaderías se revenderían o utilizarían en ese Estado; o
b)
en cualquier otro caso, en virtud de la ley del Estado en que el comprador tenga su
establecimiento.
La obligación del vendedor en virtud del párrafo precedente no se extenderá a los casos en
que:
a)
en el momento de la celebración del contrato, el comprador conociera o no hubiera
podido ignorar la existencia del derecho o de la pretensión; o
b)
el derecho o la pretensión resulten de haberse ajustado el vendedor a fórmulas,
diseños y dibujos técnicos o a otras especificaciones análogas proporcionados por
el comprador.
ARTICULO 43
1) El comprador perderá el derecho a invocar las disposiciones del artículo 41 o del artículo
42 si no comunica al vendedor la existencia del derecho o la pretensión del tercero,
especificando su naturaleza, dentro de un plazo razonable a partir del momento en que
haya tenido o debiera haber tenido conocimiento de ella.
2) El vendedor no tendrá derecho a invocar las disposiciones del párrafo precedente si
conocía el derecho o la pretensión del tercero y su naturaleza.
ARTICULO 44
No obstante lo dispuesto en el párrafo 1) del artículo 39 y en el párrafo 1) del artículo 43, el
comprador podrá rebajar el precio conforme al artículo 50 o exigir la indemnización de los daños y
perjuicios, excepto el lucro cesante, si puede aducir una excusa razonable por haber omitido la
comunicación requerida.
SECCION III
DERECHOS Y ACCIONES EN CASO DE INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO POR EL
VENDEDOR
ARTICULO 45
1)
2)
3)
Si el vendedor no cumple cualquiera de las obligaciones que le incumben conforme al
contrato o a la presente Convención, el comprador podrá:
a)
ejercer los derechos establecidos en los artículos 46 a 52
b)
exigir la indemnización de los daños y perjuicios conforme a los artículos 74 a 77.
El comprador no perderá el derecho a exigir la indemnización de los daños y perjuicios
aunque ejercite cualquier otra acción conforme a su derecho.
Cuando el comprador ejercite una acción por incumplimiento del contrato, el juez o el
árbitro no podrán conceder al vendedor ningún plazo de gracia.
ARTICULO 46
1)
El comprador podrá exigir del vendedor el cumplimiento de sus obligaciones a menos que
haya ejercitado un derecho o acción incompatible con esa exigencia.
141
2)
3)
Si las mercaderías no fueren conformes al contrato, el comprador podrá exigir la entrega
de otras mercaderías en sustitución de aquéllas sólo si la falta de conformidad constituye
un incumplimiento esencial del contrato y la petición de sustitución de las mercaderías se
formula al hacer la comunicación a que se refiere el artículo 39 o dentro de un plazo
razonable a partir de ese momento.
Si las mercaderías no fueren conformes al contrato, el comprador podrá exigir al vendedor
que las repare para subsanar la falta de conformidad, a menos que esto no sea razonable
habida cuenta de todas las circunstancias. La petición de que se reparen las mercaderías
deberá formularse al hacer la comunicación a que se refiere el artículo 39 o dentro de un
plazo razonable a partir de ese momento.
ARTICULO 47
1)
2)
El comprador podrá fijar un plazo suplementario de duración razonable para el
cumplimiento por el vendedor de las obligaciones que le incumban.
El comprador, a menos que haya recibido la comunicación del vendedor de que no
cumplirá lo que le incumbe en el plazo fijado conforme al párrafo precedente no podrá,
durante este plazo, ejercitar acción alguna por incumplimiento del contrato. Sin embargo,
el comprador no perderá por ello el derecho a exigir la indemnización de los daños y
perjuicios por demora en el cumplimiento.
ARTICULO 48
1)
2)
3)
4)
Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 49, el vendedor podrá, incluso después de la
fecha de entrega, subsanar a su propia costa todo incumplimiento de sus obligaciones, si
puede hacerlo sin una demora excesiva y sin causar al comprador inconvenientes
excesivos o incertidumbre en cuanto al reembolso por el vendedor de los gastos
anticipados por el comprador. No obstante, el comprador conservará el derecho a exigir la
indemnización de los daños y perjuicios conforme la presente Convención.
Si el vendedor pide al comprador que le haga saber si acepta el cumplimiento y el
comprador no atiende la petición en un plazo razonable, el vendedor podrá cumplir sus
obligaciones en el plazo indicado en su petición. El comprador no podrá, antes del
vencimiento de ese plazo, ejercitar ningún derecho o acción incompatible con el
cumplimiento por el vendedor de las obligaciones que le incumban.
Cuando el vendedor comunique que cumplirá sus obligaciones en un plazo determinado,
se presumirá que pide al comprador que le haga saber su decisión conforme al párrafo
precedente.
La petición o comunicación hecha por el vendedor conforme al párrafo 2) o al párrafo 3) de
este artículo no surtirá efecto a menos que sea recibida por el comprador.
ARTICULO 49
1)
2)
El comprador podrá declarar resuelto el contrato:
a)
si el incumplimiento por el vendedor de cualquiera de las obligaciones que le
incumban conforme al contrato o a la presente Convención constituye un
incumplimiento esencial del contrato; o
b)
en caso de falta de entrega, si el vendedor no entrega las mercaderías dentro del
plazo suplementario fijado por el comprador conforme al párrafo 1) del artículo 47 o
si declara que no efectuará la entrega dentro del plazo así fijado.
No obstante, en los casos en que el vendedor haya entregado las mercaderías, el
comprador perderá el derecho a declarar resuelto el contrato si no lo hace:
142
a)
b)
en caso de entrega tardía, dentro de un plazo razonable después de que haya
tenido conocimiento de que se ha efectuado la entrega;
en caso de incumplimiento distinto de la entrega tardía dentro de un plazo
razonable:
i)
después de que haya tenido o debiera haber tenido conocimiento del
incumplimiento;
ii)
después del vencimiento del plazo suplementario fijado por el comprador
conforme al párrafo 1) del artículo 47, o después de que el vendedor haya
declarado que no cumplirá sus obligaciones dentro de ese plazo
suplementario; o
iii)
después del vencimiento del plazo suplementario indicado por el vendedor
conforme al párrafo 2) del artículo 48, o después de que el comprador haya
declarado que no aceptará el cumplimiento.
ARTICULO 50
Si las mercaderías no fueren conformes al contrato, háyase pagado o no el precio, el comprador
podrá rebajar el precio proporcionalmente a la diferencia existente entre el valor que las
mercaderías efectivamente entregadas tenían en el momento de la entrega y el valor que habrían
tenido en ese momento mercaderías conformes al contrato. Sin embargo, el comprador no podrá
rebajar el precio si el vendedor subsana cualquier incumplimiento de sus obligaciones conforme al
artículo 37 o al artículo 48 o si el comprador se niega a aceptar el cumplimiento por el vendedor
conforme a esos artículos.
ARTICULO 51
1)
2)
Si el vendedor sólo entrega una parte de las mercaderías o si sólo una parte de las
mercaderías entregadas es conforme al contrato, se aplicarán los artículos 46 a 50
respecto de la parte que falte o que no sea conforme.
El comprador podrá declarar la resolución del contrato en su totalidad sólo si la entrega
parcial o no conforme al contrato constituye un incumplimiento esencial de éste.
ARTICULO 52
1)
2)
Si el vendedor entrega las mercaderías antes de la fecha fijada, el comprador podrá
aceptar o rehusar su recepción.
Si el vendedor entrega una cantidad de mercaderías mayor que la expresada en el
contrato, el comprador podrá aceptar o rehusar el recibo de la cantidad excedente. Si el
comprador acepta la recepción de la totalidad o de parte de la cantidad excedente, deberá
pagarla al precio del contrato.
CAPITULO III
OBLIGACIONES DEL COMPRADOR
ARTICULO 53
El comprador deberá pagar el precio de las mercaderías y recibirlas en las condiciones
establecidas en el contrato y en la presente Convención.
143
SECCION I
PAGO DEL PRECIO
ARTICULO 54
La obligación del comprador de pagar el precio comprende la de la adoptar las medidas y cumplir
los requisitos fijados por el contrato o por las leyes o los reglamentos pertinentes para que sea
posible el pago.
ARTICULO 55
Cuando el contrato haya sido válidamente celebrado pero en él ni expresa ni tácitamente se haya
señalado el precio o estipulado un medio para determinarlo, se considerará, salvo indicación en
contrario, que las partes han hecho referencia implícitamente al precio generalmente cobrado en el
momento de la celebración del contrato por tales mercaderías, vendidas en circunstancias
semejantes, en el tráfico mercantil de que se trate.
ARTICULO 56
Cuando el precio se señale en función del peso de las mercaderías, será el peso neto, en caso de
duda, el que determine dicho precio.
ARTICULO 57
1)
2)
El comprador, si no estuviere obligado a pagar el precio en otro lugar determinado, deberá
pagarlo al vendedor:
a)
en el establecimiento del vendedor; o
b)
si el pago debe hacerse contra entrega de las mercaderías o de documentos, en el
lugar en que se efectúe la entrega.
El vendedor deberá soportar todo aumento de los gastos relativos al pago ocasionado por
un cambio de su establecimiento acaecido después de la celebración del contrato.
ARTICULO 58
1)
2)
3)
El comprador, si no estuviere obligado a pagar el precio en otro momento determinado,
deberá pagarlo cuando el vendedor ponga a su disposición las mercaderías o los
correspondientes documentos representativos conforme al contrato y a la presente
Convención. El vendedor podrá hacer del pago una condición para la entrega de las
mercaderías o los documentos.
Si el contrato implica el transporte de las mercaderías, el vendedor podrá expedirlas
estableciendo que las mercaderías o los correspondientes documentos representativos no
se pondrán en poder del comprador más que contra el pago del precio.
El comprador no estará obligado a pagar el precio mientras no haya tenido la posibilidad de
examinar las mercaderías, a menos que las modalidades de entrega o de pago pactadas
por las partes sean incompatibles con esa posibilidad.
144
ARTICULO 59
El comprador deberá pagar el precio en la fecha fijada o que pueda determinarse con arreglo al
contrato y a la presente Convención, sin necesidad de requerimiento ni de ninguna otra formalidad
por parte del vendedor.
SECCION II
RECEPCION
ARTICULO 60
La obligación del comprador de proceder a la recepción consiste:
a)
en realizar todos los actos que razonablemente quepa esperar de él para que el vendedor
pueda efectuar la entrega; y
b)
en hacerse cargo de las mercaderías.
SECCION III
DERECHOS Y ACCIONES EN CASO DE INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO POR EL
COMPRADOR.
ARTICULO 61
1)
2)
3)
Si el comprador no cumple cualquiera de las obligaciones que le incumben conforme al
contrato a la presente Convención, el vendedor podrá:
a)
ejercer los derechos establecidos en los artículos 62 a 65;
b)
exigir la indemnización de los daños y perjuicios conforme a los artículos 74 a 77.
El vendedor no perderá el derecho a exigir la indemnización de los daños y perjuicios
aunque ejercite cualquier otra acción conforme a su derecho.
Cuando el vendedor ejercite una acción por incumplimiento del contrato, el juez o el árbitro
no podrán conceder al comprador ningún plazo de gracia.
ARTICULO 62
El vendedor podrá exigir del comprador que pague el precio, que reciba las mercaderías o que
cumpla las demás obligaciones que le incumban, a menos que el vendedor haya ejercitado un
derecho o acción incompatible con esa exigencia.
ARTICULO 63
1)
2)
El vendedor podrá fijar un plazo suplementario de duración razonable para el cumplimiento
por el comprador de las obligaciones que le incumban.
El vendedor, a menos que haya recibido comunicación del comprador de que no cumplirá
lo que le incumbe en el plazo fijado conforme al párrafo precedente, no podrá, durante ese
plazo, ejercitar acción alguna por incumplimiento del contrato. Sin embargo, el vendedor
145
no perderá por ello el derecho que pueda tener a exigir la indemnización de los daños y
perjuicios por demora en el cumplimiento.
ARTICULO 64
1)
2)
El vendedor podrá declarar resuelto el contrato:
a)
si el incumplimiento por el comprador de cualquiera de las obligaciones que le
incumban conforme al contrato o a la presente Convención constituye un
incumplimiento esencial del contrato; o
b)
si el comprador no cumple su obligación de pagar el precio o no recibe las
mercaderías dentro del plazo suplementario fijado por el vendedor conforme al
párrafo 1) del artículo 63, o si declara que no lo hará dentro del plazo así fijado.
No obstante, en los casos en que el comprador haya pagado el precio, el vendedor perderá
el derecho a declarar resuelto el contrato si no lo hace:
a)
en caso de cumplimiento tardío por el comprador, antes de que el vendedor tenga
conocimiento de que se ha efectuado el cumplimiento; o
b)
en caso de incumplimiento distinto del cumplimiento tardío por el comprador, dentro
un plazo razonable:
i)
después que el vendedor haya tenido o debiera haber tenido conocimiento
del incumplimiento; o
ii)
después del vencimiento del plazo suplementario fijado por el vendedor
conforme al párrafo 1) del artículo 63, o después de que el comprador haya
declarado que no cumplirá sus obligaciones dentro de ese plazo
suplementario.
ARTICULO 65
1)
2)
Si conforme al contrato correspondiere al comprador especificar la forma, las dimensiones
u otras características de las mercaderías y el comprador no hiciere tal especificación en la
fecha convenida o en un plazo razonable después de haber recibido un requerimiento del
vendedor, éste podrá, sin perjuicio de cualesquiera otros derechos que le corresponda,
hacer la especificación él mismo de acuerdo con las necesidades del comprador que le
sean conocidas.
El vendedor, si hiciere la especificación él mismo, deberá informar de sus detalles al
comprador y fijar un plazo razonable para que éste pueda hacer una especificación
diferente. Si, después de recibir esa comunicación, el comprador no hiciere uso de esta
posibilidad dentro del plazo así fijado, la especificación hecha por el vendedor tendrá
fuerza vinculante.
CAPITULO IV
TRANSMISION DEL RIESGO
ARTICULO 66
La pérdida o el deterioro de las mercaderías sobrevenidos después de la transmisión del riesgo al
comprador no liberarán a éste de su obligación de pagar el precio, a menos que se deban a un
acto u omisión del vendedor.
146
ARTICULO 67
1)
2)
Cuando el contrato de compraventa implique el transporte de las mercaderías y el
vendedor no esté obligado a entregarlas en un lugar determinado, el riesgo se transmitirá
al comprador en el momento en que las mercaderías se pongan en poder del primer
porteador para que las traslade al comprador conforme al contrato de compraventa.
Cuando el vendedor esté obligado a poner las mercaderías en poder de un porteador en un
lugar determinado, el riesgo no se transmitirá al comprador hasta que las mercaderías se
pongan en poder del porteador en ese lugar. El hecho de que el vendedor esté autorizado
a retener los documentos representativos de las mercaderías no afectará a la transmisión
del riesgo.
Sin embargo, el riesgo no se transmitirá al comprador hasta que las mercaderías estén
claramente identificadas a los efectos del contrato mediante señales en ellas, mediante los
documentos de expedición, mediante comunicación enviada al comprador, o de otro modo.
ARTICULO 68
El riesgo respecto de las mercaderías vendidas en tránsito se transmitirá al comprador desde el
momento de la celebración del contrato. No obstante, si así resultare de las circunstancias, el
riesgo será asumido por el comprador desde el momento en que las mercaderías se hayan puesto
en poder del porteador que haya expedido los documentos acreditativos del transporte. Sin
embargo, si en el momento de la celebración del contrato de compraventa el vendedor tuviera o
debiera haber tenido conocimiento de que las mercaderías habían sufrido pérdida o deterioro y no
lo hubiera revelado al comprador, el riesgo de la pérdida o deterioro será de cuenta del vendedor.
ARTICULO 69
1)
2)
3)
En los casos no comprendidos en los artículos 67 y 68, el riesgo se transmitirá al
comprador cuando éste se haga cargo de las mercaderías o, si no lo hace a su debido
tiempo, desde el momento en que las mercaderías se pongan a su disposición e incurra en
incumplimiento del contrato al rehusar su recepción.
No obstante, si el comprador estuviere obligado a hacerse cargo de las mercaderías en un
lugar distinto de un establecimiento del vendedor, el riesgo se transmitirá cuando debe
efectuarse la entrega y el comprador tenga conocimiento de que las mercaderías están a
su disposición en ese lugar.
Si el contrato versa sobre mercaderías aún sin identificar, no se considerará que las
mercaderías se han puesto a disposición del comprador hasta que estén claramente
identificadas a los efectos el contrato.
ARTICULO 70
Si el vendedor ha incurrido en incumplimiento esencial del contrato, las disposiciones de los
artículos 67, 68 y 69 no afectarán a los derechos y acciones de que disponga el comprador como
consecuencia del incumplimiento.
147
CAPITULO V
DISPOSICIONES COMUNES A LAS OBLIGACIONES DEL VENDEDOR Y DEL COMPRADOR.
SECCION I
INCUMPLIMIENTO PREVISIBLE Y CONTRATOS CON ENTREGAS SUCESIVAS.
ARTICULO 71
1)
Cualquiera de las partes podrá diferir el cumplimiento de sus obligaciones si, después de la
celebración del contrato, resulta manifiesto que la otra parte no cumplirá una parte
sustancial de sus obligaciones a causa de:
a)
un grave menoscabo de su capacidad para cumplirlas o de su solvencia, o
b)
su comportamiento al disponerse a cumplir o al cumplir el contrato.
2)
El vendedor, si ya hubiere expedido las mercaderías antes de que resulten evidentes los
motivos a que se refiere el párrafo precedente, podrá oponerse a que las mercaderías se
pongan en poder del comprador, aún cuando éste sea tenedor de un documento que le
permita obtenerlas. Este párrafo concierne sólo a los derechos respectivos del comprador
y del vendedor sobre las mercaderías.
La parte que difiera el cumplimiento de lo que le incumbe, antes o después de la
expedición de las mercaderías, deberá comunicarlo inmediatamente a la otra parte y
deberá proceder al cumplimiento si esa otra parte da seguridades suficientes de que
cumplirá sus obligaciones.
3)
ARTICULO 72
1)
2)
3)
Si antes de la fecha de cumplimiento fuere patente que una de las partes incurrirá en
incumplimiento esencial del contrato, la otra parte podrá declararlo resuelto.
Si hubiere tiempo para ello, la parte que tuviere la intención de declarar resuelto el contrato
deberá comunicarlo con antelación razonable a la otra parte para que ésta pueda dar
seguridades suficientes de que cumplirá sus obligaciones.
Los requisitos del párrafo precedente no se aplicarán si la otra parte hubiere declarado que
no cumplirá sus obligaciones.
ARTICULO 73
1)
2)
3)
En los contratos que estipulen entregas sucesivas de mercaderías, si el incumplimiento por
una de las partes de cualquiera de sus obligaciones relativas a cualquiera de las entregas
constituye un incumplimiento esencial del contrato en relación con esa entrega, la otra
parte podrá declarar resuelto el contrato en lo que respecta a esa entrega.
Si el incumplimiento por una de las partes de cualquiera de sus obligaciones relativas a
cualquiera de las entregas da a la otra parte fundados motivos para inferir que se producirá
un incumplimiento esencial del contrato en relación con futuras entregas, esa otra parte
podrá declarar resuelto el contrato para el futuro, siempre que lo haga dentro de un plazo
razonable.
El comprador que declare resuelto el contrato respecto de cualquier entrega podrá, al
mismo tiempo, declararlo resuelto respecto de entregas ya efectuadas o de futuras
entregas si por razón de su interdependencia, tales entregas no pudieren destinarse al uso
previsto por las partes en el momento de la celebración del contrato.
148
SECCION II
INDEMNIZACION POR DAÑOS Y PERJUICIOS
ARTICULO 74
La indemnización de daños y perjuicios por el incumplimiento del contrato en que haya incurrido
una de las partes comprenderá el valor de la pérdida sufrida y el de la ganancia dejada de obtener
por la otra parte como consecuencia del incumplimiento. Esa indemnización no podrá exceder de
la pérdida que la parte que haya incurrido en incumplimiento hubiera previsto o debiera haber
previsto en el momento de la celebración del contrato, tomando en consideración los hechos de
que tuvo o debió haber tenido conocimiento en ese momento, como consecuencia posible del
incumplimiento del contrato.
ARTICULO 75
Si se resuelve el contrato y si, de manera razonable y dentro de un plazo razonable después de la
resolución, el comprador procede a una compra de reemplazo o el vendedor a una venta de
reemplazo, la parte que exija la indemnización podrá obtener la diferencia entre el precio del
contrato y el precio estipulado en la operación de reemplazo, así como cualquiera otros daños y
perjuicios exigibles conforme al artículo 74.
ARTICULO 76
1)
2)
Si se resuelve el contrato y existe un precio corriente de las mercaderías, la parte que exija
la indemnización podrá obtener, si no ha producido una compra de reemplazo o a una
venta de reemplazo conforme al artículo 75, la diferencia entre el precio señalado en el
contrato y el precio corriente en el momento de la resolución, así como cualesquiera otros
daños y perjuicios exigibles conforme al artículo 74. No obstante, si la parte que exija la
indemnización ha resuelto el contrato después de haberse hecho cargo de las
mercaderías, se aplicará el precio corriente en el momento en que se haya hecho cargo de
ellas en vez del precio corriente en el momento de la resolución.
A los efectos del párrafo precedente, el precio corriente es el del lugar en que debiera
haberse efectuado la entrega de las mercaderías o, si no hubiere precio corriente en ese
lugar, el precio en otra plaza que pueda razonablemente sustituir ese lugar, habida cuenta
de las diferencias de costo del transporte de las mercaderías.
ARTICULO 77
La parte que invoque el incumplimiento del contrato deberá adoptar las medidas que sean
razonables, atendidas las circunstancias, para reducir la pérdida, incluido el lucro cesante,
resultante del incumplimiento. Si no adopta tales medidas, la otra parte podrá pedir que se
reduzca la indemnización de los daños y perjuicios en la cuantía en que debía haberse reducido la
pérdida.
149
SECCION III
INTERESES
ARTICULO 78
Si una parte no paga el precio o cualquier otra suma adeudada, la otra parte tendrá derecho a
percibir los intereses correspondientes, sin perjuicio de toda acción de indemnización de los daños
y perjuicios exigibles conforme al artículo 74.
SECCION IV
EXONERACIONES
ARTICULO 79
1)
2)
3)
4)
5)
Una parte no será responsable de la falta de cumplimiento de cualquiera de sus
obligaciones si prueba que esa falta de cumplimiento se debe a un impedimento ajeno a su
voluntad y si no cabía razonablemente esperar que tuviese en cuenta el impedimento en el
momento de la celebración del contrato, que lo evitase o superase o que evitase o
superarse sus consecuencias.
Si la falta de cumplimiento de una de las partes se debe a la falta de cumplimiento de un
tercero al que haya encargado la ejecución total o parcial del contrato, esa parte sólo
quedará exonerada de responsabilidad.
a)
si está exonerada conforme al párrafo precedente, y
b)
si el tercero encargado de la ejecución también estaría exonerado en el caso de
que se le aplicaran las disposiciones de ese párrafo.
La exoneración prevista en el artículo surtirá efecto mientras dure el impedimento.
La parte que no haya cumplido sus obligaciones deberá comunicar a la otra parte el
impedimento y sus efectos sobre su capacidad para cumplirlas. Si la otra parte no
recibiera la comunicación dentro de un plazo razonable después de que la parte que no
haya cumplido tuviera o debiera haber tenido conocimiento del impedimento, esta última
parte será responsable de los daños y perjuicios causados por esa falta de recepción.
Nada de lo dispuesto en este artículo impedirá a una u otra de las partes ejercer cualquier
derecho distinto del derecho a exigir la indemnización de los daños y perjuicios conforme a
la presente Convención.
ARTICULO 80
Una parte no podrá invocar el incumplimiento de la otra en la medida en que tal incumplimiento
haya sido causado por acción y omisión de aquélla.
150
SECCION V
EFECTOS DE LA RESOLUCION
ARTICULO 81
1)
2)
La resolución del contrato liberará a las dos partes de sus obligaciones, salvo la
indemnización de daños y perjuicios que pueda ser debida. La resolución no afectará a las
estipulaciones del contrato relativas a la solución de controversias ni a ninguna otra
estipulación del contrato que regule los derechos y obligaciones de las partes en caso de
resolución.
La parte que haya cumplido total o parcialmente el contrato podrá reclamar de la otra parte
la restitución de lo que haya suministrado o pagado conforme al contrato. Si las dos partes
están obligadas a restituir, la restitución deberá realizar simultáneamente.
ARTICULO 82
1)
2)
El comprador perderá el derecho a declarar resuelto el contrato o a exigir al vendedor la
entrega de otras mercaderías en sustitución de las recibidas cuando le sea imposible
restituir éstas en un estado sustancialmente idéntico a aquél en que las hubiera recibido.
El párrafo precedente no se aplicará:
a)
si la imposibilidad de restituir las mercaderías o de restituirlas en un estado
sustancialmente idéntico a aquel en que el comprador las hubiera recibido no fuere
imputable a un acto u omisión de éste:
b)
si las mercaderías o una parte de ellas hubieren perecido o se hubieren deteriorado
como consecuencia del examen prescrito en el artículo 38, o si el comprador, antes
de que descubriera o debiera haber descubierto la falta de conformidad, hubiere
vendido las mercaderías o un parte de ellas en el curso normal de sus negocios o
las hubiere consumido o transformado conforme a un uso normal.
ARTICULO 83
El comprador que haya perdido el derecho a declarar resuelto el contrato o a exigir el vendedor la
entrega de otras mercaderías en sustitución de las recibidas, conforme al artículo 82, conservará
todos los demás derechos y acciones que le correspondan conforme al contrato y a la presente
Convención.
ARTICULO 84
1)
2)
El vendedor, si estuviere obligado a restituir el precio, deberá abonar también los intereses
correspondientes, a partir de la fecha en que se haya efectuado el pago.
El comprador deberá abonar al vendedor el importe de todos los beneficios que hay
obtenido de las mercaderías o de una parte de ellas:
a)
cuando deba restituir las mercaderías o una parte de ellas; o
b)
cuando le sea imposible restituir la totalidad o una parte de las mercaderías en un
estado sustancialmente idéntico a aquél en que las hubiera recibido, pero haya
declarado resuelto el contrato o haya exigido del vendedor la entrega de otras
mercaderías en sustitución de las recibidas.
151
SECCION VI
CONSERVACION DE LAS MERCADERIAS
ARTICULO 85
Si el comprador se demora en la recepción de las mercaderías o, cuando el pago del precio y la
entrega de las mercaderías deban hacerse simultáneamente, no paga el precio, el vendedor, si
está en posesión de las mercaderías o tiene de otro modo poder de disposición sobre ellas, deberá
adoptar las medidas que sean razonables, atendidas las circunstancias, para su conservación. El
vendedor tendrá derecho a retener las mercaderías hasta que haya obtenido del comprador el
reembolso de los gastos razonables que haya realizado.
ARTICULO 86
1)
2)
El comprador, si ha recibido las mercaderías y tiene la intención de ejercer cualquier
derecho a rechazarlas que le corresponda conforme al contrato o a la presente
Convención, deberá adoptar las medidas que sean razonables, atendidas las
circunstancias, para su conservación. El comprador tendrá derecho a retener las
mercaderías hasta que haya obtenido del vendedor el reembolso de los gastos razonables
que haya realizado.
Si las mercaderías expedidas al comprador han sido puestas a disposición de éste en el
lugar de destino y el comprador ejerce el derecho a rechazarlas, deberá tomar posesión de
ellas por cuenta del vendedor, siempre que ello pueda hacerse sin pago del precio y sin
inconvenientes ni gastos excesivos. Esta disposición no se aplicará cuando el vendedor o
una persona facultada para hacerse cargo de las mercaderías por cuenta de aquél esté
presente en el lugar de destino. Si el comprador toma posesión de las mercaderías
conforme a este párrafo, sus derechos y obligaciones se regirán por el párrafo precedente.
ARTICULO 87
La parte que esté obligada a adoptar medidas para la conservación de las mercaderías podrá
depositarlas en los almacenes de un tercero a expensas de la otra parte, siempre que los gastos
resultantes no sean excesivos.
ARTICULO 88
1)
2)
3)
La parte que éste obligada a conservar las mercaderías conforme a los artículos 85 u 86
podrá venderlas por cualquier medio apropiado si la otra parte se ha demorado
excesivamente en tomar posesión de ellas, en aceptar su devolución o en pagar el precio o
los gastos de su conservación, siempre que comunique con antelación razonable a esta
otra parte su intención de vender.
Si las mercaderías están expuestas a deterioro rápido, o si su conservación entraña gastos
excesivos, la parte que esté obligada a conservarlas conforme a los artículos 85 u 86
deberá adoptar medidas razonables para venderlas. En la medida de lo posible deberá
comunicar a la otra parte su intención de vender.
La parte que venda las mercaderías tendrá derecho a retener del producto de la venta una
suma igual a los gastos razonables de su conversación y venta. Esa parte deberá abonar
el saldo a la otra parte.
152
PARTE IV
DISPOSICIONES FINALES
ARTICULO 89
El Secretario General de las Naciones Unidas queda designado depositario de la presente
Convención.
ARTICULO 90
La presente Convención no prevalecerá sobre ningún acuerdo internacional ya celebrado o que se
celebre que contenga disposiciones relativas a las materias que se rigen por la presente
Convención, siempre que las partes tengan sus establecimientos en Estados partes en ese
acuerdo.
ARTICULO 91
1)
2)
3)
4)
La presente Convención estará abierta a la firma en la sesión de clausura de la
Conferencia sobre los Contratos de Compraventa Internacional de Mercaderías y
permanecerá abierta a la firma de todos los Estados en la Sede de las Naciones Unidas,
Nueva York, hasta el 30 de septiembre de 1981.
La presente Convención estará sujeta a ratificación, aceptación o aprobación por los
Estados signatarios.
La presente Convención estará abierta a la adhesión de todos los Estados que no sean
Estados signatarios desde la fecha en que quede abierta la firma.
Los instrumentos de ratificación, aceptación aprobación y adhesión se depositarán en
poder del Secretario General de las Naciones Unidas.
ARTICULO 92
1)
2)
Todo Estado Contratante podrá declarar en el momento de la firma, la ratificación, la
aceptación, la aprobación o la adhesión que no quedará obligado por la Parte II de la
presente Convención o que no quedará obligado por la Parte III de la presente Convención
Todo Estado Contratante que haga una declaración conforme al párrafo precedente
respecto de la Parte II o de la Parte III de la presente Convención no será considerado
Estado Contratante a los efectos del párrafo 1) del artículo 1 de la presente Convención
respecto de las materias que se rijan por la Parte a la que se aplique la declaración.
ARTICULO 93
1)
2)
Todo Estado Contratante integrado por dos o más unidades territoriales en las que, con
arreglo a su constitución, sean aplicables distintos sistemas jurídicos en relación con las
materias objeto de la presente Convención podrá declarar en el momento de la firma, la
ratificación, la aceptación, la aprobación o la adhesión que la presente Convención se
aplicará a todas sus unidades territoriales o sólo a una o varias de ellas y podrá modificar
en cualquier momento su declaración mediante otra declaración.
Esas declaraciones serán notificadas al depositario y en ellas se hará constar
expresamente a qué unidades territoriales se aplica la Convención.
153
3)
4)
Si, en virtud de una declaración hecha conforme a este artículo, la presente Convención se
aplica a una o varias de las unidades territoriales de un Estado Contratante, pero no a
todas ellas, y si el establecimiento de una de las partes está situado en ese Estado, se
considerará que, a los efectos de la presente Convención, ese establecimiento no está en
un estado contratante, a menos que se encuentre en una unidad territorial a la que se
aplique la Convención.
Si el Estado Contratante no hace ninguna declaración conforme el párrafo 1) de este
artículo, la Convención se aplicará a todas las unidades territoriales de este Estado.
ARTICULO 94
1)
2)
3)
Dos o más Estados Contratantes que, en las materias que se rigen por la presente
Convención, tengan normas jurídicas idénticas o similares podrán declarar, en cualquier
momento, que la Convención no se aplicará a los contratos de compraventa ni a su
formación cuando las partes tengan sus establecimientos en esos Estados. Tales
declaraciones podrán hacerse conjuntamente o mediante declaraciones unilaterales
recíprocas.
Todo Estado Contratante que, en las materias que se rigen por la presente Convención,
tenga normas jurídicas idénticas o similares a las de uno o varios Estados no contratantes
podrá declarar, en cualquier momento, que la Convención no se aplicará a los contratos de
compraventa ni a su formación cuando las partes tengan sus establecimientos en esos
Estados.
Si un Estado respecto del cual se haya hecho una declaración conforme al párrafo
precedente llega a ser ulteriormente Estado Contratante, la declaración surtirá los efectos
de una declaración hecha con arreglo al párrafo 1) desde la fecha en que la Convención
entre en vigor respecto del nuevo Estado Contratante, siempre que el nuevo Estado
Contratante suscriba esa declaración o haga una declaración unilateral de carácter
recíproco.
ARTICULO 95
Todo Estado podrá declarar en el momento del depósito de su instrumento de ratificación,
aceptación, aprobación o adhesión que no quedará obligado por el apartado b) del párrafo 1) del
artículo 1 de la presente Convención.
ARTICULO 96
El Estado Contratante cuya legislación exija que los contratos de compraventa se celebren o se
prueben por escrito podrá hacer en cualquier momento una declaración conforme al artículo 12 en
el sentido de que cualquier disposición del artículo 11, del artículo 29 o de la Parte II de la presente
Convención que permita que la celebración, la modificación o la extinción por mutuo acuerdo del
contrato de compraventa, o la oferta, la aceptación o cualquier otra manifestación de intención, se
hagan por un procedimiento que no sea por escrito no se aplicará en el caso de que cualquiera de
las partes tenga su establecimiento en ese Estado.
ARTICULO 97
1)
Las declaraciones hechas conforme a la presente Convención en el momento de la firma
estarán sujetas a confirmación cuando se proceda a la ratificación, la aceptación o la
aprobación.
154
2)
3)
4)
5)
Las declaraciones y las confirmaciones de declaraciones se harán constar por escrito y se
notificarán formalmente al depositario.
Toda declaración surtirá efecto en el momento de la entrada en vigor de la presente
Convención respecto del Estado de que se trate. No obstante, toda declaración de la que
el depositario reciba notificación formal después de tal entrada en vigor surtirá el primer día
del mes siguiente a la expiración de un plazo de seis meses contados desde la fecha en
que haya sido recibida por el depositario. Las declaraciones unilaterales recíprocas
hechas conforme al artículo 94 surtirán efecto el primer día del mes siguiente a la
expiración de un plazo de seis meses contados desde la fecha en que el depositario haya
recibido la última declaración.
Todo Estado que haga una declaración conforme a la presente Convención podrá retirarla
en cualquier momento mediante notificación formal hecha por escrito al depositario. Este
retiro surtirá efecto el primer día del mes siguiente a la expiración de un plazo de seis
meses contados desde la fecha en que el depositario haya recibido la notificación.
El retiro de una declaración hecha conforme al artículo 94 hará ineficaz, a partir de la fecha
en que surta efecto el retiro, cualquier declaración de carácter recíproca hecha por otro
Estado conforme a ese artículo.
ARTICULO 98
No se podrán hacer más reservas que las que expresamente autorizadas por la presente
Convención.
ARTICULO 99
1)
2)
3)
4)
5)
La presente Convención entrará en vigor, sin perjuicio de lo dispuesto en el párrafo 6) de
este artículo, el primer día del mes siguiente a la expiración de un plazo de doce meses
contados desde la fecha en que haya sido depositado el décimo instrumento de
ratificación, aceptación, aprobación o adhesión, incluido todo instrumento que contenga
una declaración hecha conforme al artículo 92.
Cuando un Estado ratifique, acepte o apruebe la presente Convención, o se adhiera a ella,
después de haber sido depositado el décimo instrumento de ratificación, aceptación,
aprobación o adhesión, la Convención, salvo la Parte excluida, entrará en vigor respecto de
ese Estado, sin perjuicio de lo dispuesto en el párrafo 6) de este artículo, el primer día del
mes siguiente a la expiración de un plazo de doce meses contados desde la fecha en que
haya depositado su instrumento de ratificación, aceptación, aprobación o adhesión.
Todo Estado que ratifique, acepte o apruebe la presente Convención, o se adhiera a ella, y
que sea parte en la Convención relativa a una Ley uniforme sobre la formación de
contratos para la venta internacional de mercaderías hecha en La Haya el 1 de julio de
1964 (Convención de La Haya sobre la formación, de 1964) o en la Convención relativa a
una Ley uniforme sobre la venta internacional de mercaderías hecha en La Haya el 1 de
julio de 1964 (Convención de La Haya sobre la venta, de 1964), o en ambas
Convenciones, deberá denunciar al mismo tiempo, según el caso, la Convención de La
Haya sobre la venta, de 1964, la Convención de La Haya sobre la formación, en 1964, o
ambas Convenciones, mediante notificación al efecto al Gobierno de los Países Bajos.
Todo Estado parte en la Convención de La Haya sobre la venta, de 1964, que ratifique,
acepte o apruebe la presente Convención, o se adhiere a ella, y que declare o haya
declarado conforme al artículo 92 que no quedará obligado por la Parte II de la Presente
Convención, denunciará en el momento de la ratificación, la aceptación, la aprobación o la
adhesión a la Convención de La Haya sobre la venta, de 1964, mediante notificación al
efecto al Gobierno de los Países Bajos.
Todo Estado parte en la Convención de La Haya sobre la formación, de 1964, que ratifique,
acepte o apruebe la presente Convención, o se adhiera a ella, y que declare o haya
155
6)
declarado conforme al artículo 92 que no quedará obligado por la Parte III de la presente
Convención denunciará en el momento de la ratificación, la aceptación, la aprobación o la
adhesión, a la Convención de La Haya sobre la formación, de 1964, mediante notificación
al efecto al Gobierno de los Países Bajos.
A los efectos de este artículo, las ratificaciones, aceptaciones, aprobaciones y adhesiones
formuladas respecto de la presente Convención por Estados partes en la Convención de
La Haya sobre la formación, de 1964, o en la Convención de La Haya sobre la venta, de
1964, no surtirán efecto hasta que las denuncias que esos Estados deban hacer, en su
caso, respecto de estas dos últimas Convenciones hayan surtido a su vez efecto. El
depositario de la presente Convención consultará con el Gobierno de los Países Bajos,
como depositario de las Convenciones de 1964, a fin de lograr la necesaria coordinación a
este respecto.
ARTICULO 100
1)
2)
La presente Convención se aplicará a la formación del contrato sólo cuando la propuesta
de celebración del contrato se haga en la fecha de entrada en vigor de la Convención
respecto de los Estados Contratantes a que se refiere el apartado a) del párrafo 1) del
artículo 1 o respecto del Estado Contratante a que se refiere el apartado b) del párrafo 1)
de artículo 1) o después de esa fecha.
La presente Convención se aplicará sólo a los contratos celebrados en la fecha de entrada
en vigor de la presente Convención respecto de los Estados Contratantes a que se refiere
el apartado a) del párrafo 1) del artículo 1 o respecto del Estado Contratante a que se
refiere el apartado b) del párrafo 1) del artículo 1, o después de esa fecha.
ARTICULO 101
1)
Todo Estado Contratante podrá denunciar la presente Convención o su Parte II o su Parte
III, mediante notificación formal hecha por escrito al depositario.
2)
La denuncia surtirá efecto el primer día del mes siguiente a la expiración de un plazo de
doce meses contados desde la fecha en que la notificación haya sido recibida por el
depositario. Cuando en la notificación se establezca un plazo más largo para que la
denuncia surta efecto, la denuncia surtirá efecto a la expiración de ese plazo, contado
desde la fecha en que la notificación haya sido recibida por el depositario.
HECHA en Viena, el día once de abril de mil novecientos ochenta, en un solo original cuyos textos
en árabe, chino español, francés, inglés y ruso son igualmente auténticos.
EN TESTIMONIO DE LO CUAL, los plenipotenciarios infrascritos, debidamente autorizados por sus
respectivos Gobiernos, han firmado la presente Convención.
Conforme con su original - Edmundo Vargas Carreño, Subsecretario de Relaciones Exteriores.
Patricio Aylwin Azócar
Presidente de la República de Chile
156
POR CUANTO, con fecha 11 de abril de 1980, el Gobierno de Chile suscribió en Viena, Austria, la
Convención de las Naciones Unidas sobre los Contratos de Compraventa Internacional de
Mercadería.
Y POR CUANTO, dicha Convención ha sido aceptada por mí, previo cumplimiento de los trámites
constitucionales correspondientes, y el Instrumento de Ratificación se depositó ante el Secretario
General de la Organización de las Naciones Unidad con fecha siete de febrero de 1990 con la
siguiente Declaración:
“El Estado de Chile declara, en conformidad con los artículos 12 y 96 de la Convención, que
cualquier disposición del artículo 11, del artículo 29 o de la Parte II de la Convención que permita
que la celebración, la modificación o cualquier oferta, aceptación u otra manifestación de intención
se hagan por cualquier procedimiento que no sea por escrito, no se aplicará en el caso de que
cualquiera de las Partes tenga su establecimiento en Chile”.
POR TANTO, en uso de la facultad que me confieren los artículos 32 Nº 17 y 50 número 1) de la
Constitución Política de la República, dispongo y mando que se cumpla y lleve a efecto como Ley y
que se publique copia autorizada de su texto en el Diario Oficial.
Dado en la Sala de mi despacho y refrendado por el Ministro de Estado en el Departamento de
Relaciones Exteriores, a los treinta y un días del mes de mayo de mil novecientos noventa.
Tómese razón, regístrese, comuníquese y publíquese. Patricio Aylwin Azócar, Presidente de la
República. Enrique Silva Cimma, Ministro de Relaciones Exteriores.
UNITED NATIONS CONVENTION ON CONTRACTS
FOR THE INTERNATIONAL SALE OF GOODS (1980)
The States Parties to this Convention.
Bearing in mind the broad objectives in the resolutions adopted by the sixth special session of the
General Assembly of the United Nations on the establishment of a New International Economic
Order.
Considering that the development of international trade on the basis of equality and mutual benefit
is an important element in promoting friendly relations among States.
Being of the opinion that the adoption of uniform rules which govern contracts for the international
sale of goods and take into account the different social, economic and legal systems would
contribute to the removal of legal barriers in international trade and promote the development of
international trade.
Have agreed as follows:
157
PART I
SPHERE OF APPLICATION AND GENERAL PROVISIONS
CHAPTER 1
SPHERE OF APPLICATION
ARTICLE 1
1)
2)
3)
This Convention applies to contracts of sale of goods between parties whose places of
business are in different States:
a)
when the States are Contracting States; or
b)
when the rules of private international law lead to the application of the law of a
Contracting State.
The fact that the parties have their places of business in different States is to be
disregarded whenever this fact does not appear either from the contract or from any
dealings between, or from information disclosed by, the parties at any time before or at the
conclusion of the contract.
Neither the nationality of the parties nor the civil or commercial character of the parties or of
the contract is to be taken into consideration in determining the application of this
Convention.
ARTICLE 2
This Convention does not apply to sales:
a)
of goods bought for personal, family or household use, unless the seller, at any time before
or at the conclusion of the contract, neither knew nor ought to have known that the goods
were bought for any such use:
b)
by auction:
c)
on execution or otherwise by authority of law:
d)
of stocks, shares, investments securities, negotiable instruments or money;
e)
of ships, vessels, hovercraft or aircraft;
f)
of electricity.
ARTICLE 3
1)
2)
Contracts for the supply of goods to be manufactured or produced are to be considered
sales unless the party who orders the goods undertakes to supply a substantial part of the
materials necessary for such manufacture or production.
This Convention does not apply to contracts in which the preponderant part of the
obligations of the party who furnishes the goods consists in the supply of labour or other
services.
ARTICLE 4
This Convention governs only the formation of the contract of sale and the rights and obligations of
the seller and the buyer arising from such a contract. In particular, except as otherwise expressly
provided in this Convention, it is not concerned with:
158
a)
b)
the validity of the contract or of any of its provisions or of any usage:
the effect which the contract may have on the property in the goods sold.
ARTICLE 5
This Convention does not apply to the liability of the seller for death or personal injury caused by
the goods to any person.
ARTICLE 6
The parties may exclude the application of this Convention or, subject to article 12, derogate from
or vary the effect of any of its provisions.
CHAPTER II
GENERAL PROVISIONS
ARTICLE 7
1)
2)
In the interpretation of this Convention, regard is to be had to its international character and
to the need to promote uniformity in its application and the observance of good faith in
international trade.
Questions concerning matters governed by this Convention which are not expressly
settled in it are to be settled in conformity with the general principles on which it is based or,
in the absence of such principles, in conformity with the law applicable by virtue of the rules
of private international law.
ARTICLE 8
1)
2)
3)
For the purposes of this Convention statements made by and other conduct of a party are
to be interpreted according to his intent where the other party knew or could not have been
unaware what that intent was.
If the preceding paragraph is not applicable, statements made by and other conduct of a
party are to be interpreted according to the understanding that a reasonable person of the
same kind as the other party would have had in the same circumstances.
In determining the intent of a party or the understanding a reasonable person would have
had, due consideration is to be given to all relevant circumstances of the case including the
negotiations, any practices which the parties have established between themselves, usages
and any subsequent conduct of the parties.
ARTICLE 9
1)
The parties are bound by any usage to which they have agreed and by any practices which
have established between themselves.
159
2)
The parties are considered, unless otherwise agreed, to have impliedly made applicable to
their contract or its formation a usage of which the parties knew or ought to have known
and which in international trade is widely known to, and regularly observed by, parties to
contracts to the type involved in the particular trade concerned.
ARTICLE 10
For the purposes of this Convention:
a)
if a party has more than one place of business, the place of business is that which has the
closest relationship to the contract and its performance, having regard to the circumstances
known to or contemplated by the parties at any time before or at the conclusion of the
contract:
b)
if a party does not have a place of business, reference is to be made to his habitual
residence.
ARTICLE 11
A contract of sale need not be concluded in or evidenced by writing and is not subject to any other
requirement as to form. It may be proved by any means, including witnesses.
ARTICLE 12
Any provision of article 11, article 29 or Part II of this Convention that allows a contract of sale or its
modification or termination by agreement or any offer, acceptance or other indication of intention to
be made in any form other than in writing does not apply where any party has his place of business
in a Contracting State which has made a declaration under article 96 of this Convention. The
parties may not derogate from or vary the effect of this article.
ARTICLE 13
For the purposes of this Convention “writing” includes telegram and telex.
PART II
FORMATION OF THE CONTRACT
ARTICLE 14
1)
A proposal for concluding a contract addressed to one or more specific persons constitutes
an offer if it is sufficiently definite and indicates the intention of the offeror to be bound in
case of acceptance.
A proposal is sufficiently definite if it indicates the goods and expressly or implicitly fixes or
makes provision for determining the quantity and the price.
2)
A proposal other than one addressed to one or more specific persons is to be considered
merely as an invitation to make offers, unless the contrary is clearly indicated by the person
making the proposal.
160
ARTICLE 15
1)
2)
An offer becomes effective when it reaches the offeree.
An offer, even if it is irrevocable, may be withdrawn if the withdrawal reaches the offeree
before or at the same time as the offer.
ARTICLE 16
1)
2)
Until a contract is concluded an offer may be revoked if the revocation reaches the offeree
before he has dispatched an acceptance.
However, an offer cannot be revoked:
a)
If it indicates, whether by stating a fixed time for acceptance or otherwise, that it is
irrevocable, or
b)
If it was reasonable for the offeree to rely on the offer as being irrevocable and the
offeree has acted in reliance on the offer.
ARTICLE 17
An offer, even if it is irrevocable, is terminated when a rejection reaches the offeror.
ARTICLE 18
1)
A statement made by or other conduct of the offeree indicating assent to an offer is an
acceptance. Silence or inactivity does not in itself amount to acceptance.
2)
An acceptance of an offer becomes effective at the moment the indication of assent
reaches the offeror. An acceptance is not effective if the indication of assent does not
reach the offeror within the time he has fixed or, if no time is fixed, within a reasonable time,
due account being taken of the circumstances of the transaction, including the rapidity of
the means of communication employed by the offeror. An oral offer must be accepted
immediately unless the circumstances indicate otherwise.
However, if, by virtue of the offer or as a result of practices which the parties have
established between themselves or of usage, the offeree may indicate assent by
performing an act, such as one relating to the dispatch of the goods or payment of the price,
without notice to the offeror, the acceptance is effective at the moment the act is performed,
provided that the act is performed within the period of time laid down in the preceding
paragraph.
3)
ARTICLE 19
1)
2)
A reply to an offer which purports to be an acceptance but contains additions, limitations or
other modifications is a rejection of the offer and constitutes a counter-offer.
However, a reply to an offer which purports to be an acceptance but contains additional or
different terms which do not materially alter the terms of the offer constitutes an
acceptance, unless the offeror, without undue delay, objects orally to the discrepancy or
dispatches a notice to that effect. If he does not so object, the terms of the contract are the
terms of the offer with the modification contained in the acceptance.
161
3)
Additional or different terms relating, among other things, to the price, payment, quality and
quantity of the goods, place and time of delivery, extent of one party’s liability to the other or
the settlement of disputes are considered to alter the terms of the offer materially.
ARTICLE 20
1)
2)
A period of time for acceptance fixed by the offeror in a telegram or a letter begins to run
from the moment the telegram is handed in for dispach or from the date shown on the letter
or, if no such date is shown, from the date shown on the envelope. A period of time for
acceptance fixed by the offeror by telephone, telex or other means of instantaneous
communication, begins to run from the moment that the offer reaches the offeree.
Official holidays or non-business days occurring during the period for acceptance are
included in calculating the period. However, if a notice of acceptance cannot be delivered
at the address of the offeror on the last day of the period because that day falls on an
official holiday or a non business day at the place of business of the offeror, the period is
extended until the first business day which follows.
ARTICLE 21
1)
2)
A late acceptance is nevertheless effective as an acceptance if without delay the offeror
orally so informs the offeree or dispatches a notice to that effect.
If a letter or other writing containing a late acceptance shows that it has been sent in such
circumstances that if its transmission had been normal it would have reached the offeror in
due time, the late acceptance is effective as an acceptance unless, without delay, the
offeror orally informs the offeree that he considers his offer as having lapsed or dispatches
a notice to that effect.
ARTICLE 22
An acceptance may be withdrawn if the withdrawal reaches the offeror before or at the same time
as the acceptance would have become effective.
ARTICLE 23
A contract is concluded at the moment when an acceptance of an offer becomes effective in
accordance with the provisions of this Convention.
ARTICLE 24
For the purposes of this Part of the Convention, an offer, declaration of acceptance or any other
indication of intention “reaches” the addressee when it is made orally to him or delivered by any
other means to him personally, to his place of business or mailing address or, if he does not have a
place of business or mailing address, to his habitual residence.
162
PART III
SALE OF GOODS
CHAPTER I
GENERAL PROVISIONS
ARTICLE 25
A breach of contract committed by one of the parties is fundamental if it results in such detriment to
the other party as substantially to deprive him of what he is entitled to expect under the contract,
unless the party in breach did not foresse and a reasonable person of the same kind in the same
circumstances would not have foressen such a result.
ARTICLE 26
A declaration of avoidance of the contract is effective only if made by notice to the other party.
ARTICLE 27
Unless otherwise expressly provided in this Part of the Convention, if any notice, request or other
communication is given or made by a party in accordance with this Part and by means appropriate
in the circumstances, a delay or error in the transmission of the communications or its failure to
arrive does not deprive that party of the right to rely on the communication.
ARTICLE 28
If, in accordance with the provisions of this Convention, one party is entitled to require performance
of any obligation by the other party, a court is not bound to enter a judgement for specific
performance unless the court would do so under its own law in respect of similar contracts of sale
not governed by this Convention.
ARTICLE 29
1)
A contract may be modified or terminated by the mere agreement of the parties.
2)
A contract in writing which contains a provision requiring any modification or termination by
agreement to be in writing may not be otherwise modified or terminated by agreement.
However, a party may be precluded by his conduct from asserting such a provision to the
extent that the other party has relied on that conduct.
163
CHAPTER II
OBLIGATIONS OF THE SELLER
ARTICLE 30
The seller must deliver the goods, hand over any documents relating to them and transfer the
property in the goods, as required by the contract and this Convention.
SECTION I
DELIVERY OF THE GOODS AND HANDING OVER OF DOCUMENTS
ARTICLE 31
If the seller is not bound to deliver the goods at any other particular place, his obligation to deliver
consists:
a)
if the contract of sale involves carriage of the goods in handing the goods over to the first
carrier for transmission to the buyer:
b)
if, in cases not within the preceding subparagraph, the contract relates to specific goods, or
unidentified goods to be drawn from a specific stock or to be manufactured or produced,
and at the time of the conclusion of the contract the parties knew that the goods were at, or
were to be manufactured or produced at, a particular place-in placing the goods at the
buyer’s disposal at that place;
c)
in other cases – in placing the goods at the buyer’s disposal at the place where the seller
had his place of business at the time the conclusion of the contract.
ARTICLE 32
1)
2)
3)
If the seller, in accordance with the contract or this Convention, hands the goods over to a
carrier and if the goods are not clearly identified to the contract by markings on the goods,
by shipping documents or otherwise, the seller must give the buyer notice of the
consignment specifying the goods.
If the seller is bound to arrange for carriage of the goods, he must make such contracts as
are necessary for carriage to the place fixed by means of transportation appropriate in the
circumstances and according to the usual terms for such transportation.
If the seller is not bound to effect insurance in respect of the carriage of the goods, he must,
at the buyer’s request, provide him with all available information necessary to enable him to
effect such insurance.
ARTICLE 33
The seller must deliver the goods:
a)
If a date is fixed by or determinable from the contract, on that date:
b)
If a period of time is fixed by or determinable from the contract, at any time within that
period unless circumstances indicate that the buyer is to choose a date; or
c)
In any other case, within a reasonable time after the conclusion of the contract.
164
ARTICLE 34
If the seller is bound to hand over documents relating to the goods, he must hand them over at the
time and place and in the form required by the contract. If the seller has handed over documents
before that time, he may, up to that time, cure any lack of conformity in the documents, if the
exercise of this right does not cause the buyer unreasonable inconvenience or unreasonable
expense. However, the buyer retains any right to claim damages as provided for in this Convention.
SECTION II
CONFORMITY OF THE GOODS AND THIRD PARTY CLAIMS
ARTICLE 35
1)
2)
3)
The seller must deliver goods which are of the quantity, quality and description required by
the contract and which are contained or packaged in the manner required by the contract.
Except where the parties have agreed otherwise, the goods do not conform with he contract
unless they:
a)
are fit for the purposes for which goods of the same description would ordinarily be
used:
b)
are fit for any particular purpose expressly or impliedly make known to the seller at
the time of the conclusion of the contract, except where the circumstances show
that the buyer did not rely, or that it was unreasonable for him to rely, on the seller’s
skill and judgement;
c)
posses the qualities of goods which the seller has held out to the buyer as a sample
or model;
d)
are contained or packaged in the manner usual for such goods or, where is no such
manner, in a manner adequate to preserve and protect the goods.
The seller is not liable under subparagraphs (a) to (d) of the preceding paragraph for any
lack of conformity of the goods if at the time of the conclusion of the contract the buyer
knew or could not have been unaware of such lack of conformity.
ARTICLE 36
1)
2)
The seller is liable in accordance with the contract and this Convention for any lack of
conformity which exists at the time when the risk passes to the buyer, even though the lack
of conformity becomes apparent only after that time.
The seller is also liable for any lack of conformity which occurs after the time indicated in
the preceding paragraph and which is due to a breach of any of his obligations, including a
breach of any guarantee that for a period of time the goods will remain fit for their ordinary
purpose or for some particular purpose or will retain specified quantities or characteristics.
ARTICLE 37
If the seller has delivered goods before the date for delivery, he may up to that date, deliver any
missing part or make up any deficiency in the quantity of the goods delivered, or deliver goods in
replacement of any non-conforming goods delivered or remedy any lack of conformity in the goods
delivered, provided that the exercise of this right does not cause the buyer reasonable
inconvenience or unreasonable expense. However, the buyer retains any right to claim damages
as provided for in this Convention.
165
ARTICLE 38
1)
2)
3)
The buyer must examine the goods, or cause them to be examined, within as short period
as is practicable in the circumstances.
If the contract involves carriage of the goods, examination may be deferred until after the
goods have arrived at their destination.
If the goods are redirected in transit or redispatched by the buyer without a reasonable
opportunity for examination by him and at the time of the conclusion of the contract the
seller knew or ought to have known of the possibility of such redirection or redispatch,
examination may be deferred until after the goods have arrived at the new destination.
ARTICLE 39
1)
2)
The buyer loses the right to rely on a lack of conformity of the goods if he does not give
notice to the seller specifying the nature of the lack of conformity within a reasonable time
after he has discovered it or ought to have discovered it.
In any event, the buyer loses the right to rely on a lack of conformity of the goods if he does
not give the seller notice thereof at the latest within a period of two years from the date on
which the goods were actually handed over to the buyer, unless this time limit is
inconsistent with a contractual period of guarantee.
ARTICLE 40
The seller is not entitled to rely on the provisions of articles 38 and 39 if the lack of conformity
relates to facts of which he knew or could not have been unaware and which he did not disclose to
the buyer.
ARTICLE 41
The seller must deliver goods which are free from any right claim of a third party, unless the buyer
agreed to take the goods subject to that right or claim. However if such right or claim is based on
industrial property or other intellectual property, the seller’s obligation is governed by article 42.
ARTICLE 42
1)
2)
The seller must deliver goods which are free from any right or claim of a third party based
on industrial property or other intellectual property, of which at the time of the conclusion of
the contract the seller knew or could not have been unaware, provided that the right or
claim is based on industrial property or other intellectual property:
a)
under the law of the State where the goods will be resold or otherwise used, if it
was contemplated by the parties at the time of the conclusion of the contract that
the goods would be resold or otherwise used in that State; or
b)
in any other case, under the law of the State where the buyer has his place of
business.
The obligation of the seller under the preceding paragraph does not extend to cases
where:
a)
at the time of the conclusion of the contract the buyer knew or could not have been
unaware of the right or claim; or
b)
the right or claim results from the seller’s compliance with technical drawings,
designs, formulae or other such specifications furnished by the buyer.
166
ARTICLE 43
1)
2)
The buyer loses the right to rely on the provisions of article 41 or article 42 if he does not
give notice to the seller specifying the nature of the right or claim of the third party within a
reasonable time after he has become aware or ought to have become aware of the right or
claim.
The seller is not entitled to rely on the provisions of the preceding paragraph if he knew of
the right or claim of the third party and the nature of it.
ARTICLE 44
Notwithstanding the provisions of paragraph 1) of article 39 and paragraph 1 of article 43, the buyer
may reduce the price in accordance with article 50 or claim damages, except for loss of profit, if he
has a reasonable excuse for his failure to give the required notice.
SECTION III
REMEDIES FOR BREACH OF CONTRACT BY THE SELLER
ARTICLE 45
1)
2)
3)
If the seller fails to perform any of his obligations under the contract or this Convention, the
buyer may:
a)
exercise the rights provided in articles 46 to 52.
b)
Claim damages as provided in articles 74 to 77.
The buyer is not deprived of any right he may have to claim damages by exercising his right
to other remedies.
No period of grace may be granted to the seller by a court or arbitral tribunal when the
buyer resorts to a remedy for breach of contract.
ARTICLE 46
1)
2)
3)
The buyer may require performance by the seller of his obligations unless the buyer has
resorted to a remedy which is inconsistent with this requirement.
If the goods do not conform with the contract, the buyer may require delivery of substitute
goods only if the lack of conformity constitutes a fundamental breach of contract and a
request for substitute goods is made either in conjunction with notice given under article 39
or within a reasonable time thereafter.
If the goods do not conform with the contract, the buyer may require the seller to remedy
the lack of conformity by repair, unless this is unreasonable having regard to all the
circumstances. A request for repair must be made either in conjunction with notice given
under article 39 or within a reasonable time thereafter.
ARTICLE 47
1)
The buyer may fix an additional period of time of reasonable length for performance by the
seller of his obligations.
167
2)
Unless the buyer has received notice from the seller that he will not perform within the
period so fixed, the buyer may not, during that period, resort to any remedy for breach of
contract. However, the buyer is not deprived thereby of any right he may have to claim
damages for delay in performance.
ARTICLE 48
1)
2)
3)
4)
Subject to article 49, the seller may, even after the date for delivery, remedy at his own
expense any failure to perform his obligations, if he can do so without unreasonable delay
and without causing the buyer unreasonable
inconvenience or uncertainty of
reimbursement by the seller of expenses advanced by the buyer. However, the buyer
retains any right to claim damages as provided for in this Convention.
If the seller requests the buyer to make known whether he will accept performance and the
buyer does not comply with the request within a reasonable time, the seller may perform
within the time indicated in his request. The buyer may not, during that period of time,
resort to any remedy which is inconsistent with performance by the seller.
A notice by the seller that he will perform within a specified period of time is assumed to
include a request, under the preceding paragraph, that the buyer make known his decision.
A request or notice by the seller under paragraph 2) or 3) of this article is not effective
unless received by the buyer.
ARTICLE 49
1)
2)
The buyer may declare the contract avoided:
a)
if the failure by the seller to perform any of his obligations under the contract or this
Convention amounts to a fundamental breach of contract; or
b)
in case of non-delivery, if the seller does not deliver the goods within the additional
period of time fixed by the buyer in accordance with paragraph 1) of article 47 or
declares that he will not deliver within the period so fixed.
However, in cases where the seller has delivered the goods, the buyer loses the right to
declare the contract avoided unless he does so.
a)
in respect of late delivery, within a reasonable time after he has become aware that
delivery has been made:
b)
in respect of any breach other than late delivery, within a reasonable time:
i)
after he knew or ought to have known of the breach;
ii)
after the expiration of any additional period of time fixed by the buyer in
accordance with paragraph 1) of article 47, or after the seller has declared
that he will not perform his obligations within such an additional period; or
iii)
after the expiration of any additional period of time indicated by the seller in
accordance with paragraph 2) of article 48, or after the buyer has declared
that he will not accept performance.
ARTICLE 50
If the goods do not conform with the contract and whether or not the price has already been paid,
the buyer may reduce the price in the same proportion, as the value that the goods actually
delivered had at the time of the delivery bears to the value that conforming goods would have at
that time. However, if the seller remedies any failure to perform his obligations in accordance with
article 37 or article 48 or if the buyer refuses to accept performance by the seller in accordance with
those articles, the buyer may not reduce the price.
168
ARTICLE 51
1)
2)
If the seller delivers only a part of the goods or if only a part of the goods delivered is in
conformity with the contract, articles 46 to 50 apply in respect of the part which is missing or
which does not conform.
The buyer may declare the contract avoided in its entirety only if the failure to make delivery
completely or in conformity with the contract amounts to a fundamental breach of the
contract.
ARTICLE 52
1)
2)
If the seller delivers the goods before the date fixed, the buyer may take delivery or refuse
to take delivery.
If the seller delivers a quantity of goods greater than that provided for in the contract, the
buyer may take delivery or refuse to take delivery of the excess quantity. If the buyer takes
delivery of all or part of the excess quantity, he must pay for it at the contract rate.
CHAPTER III
OBLIGATIONS OF THE BUYER
ARTICLE 53
The buyer’s obligation to pay the price includes taking such steps and complying with such
formalities as may be required under the contract or any laws and regulations to enable payment to
be made.
ARTICLE 54
The buyer’s obligation to pay the price includes taking such steps and complying with such
formalities as may be required under the contract or any laws and regulations to enable
payment to be made.
ARTICLE 55
Where a contract has been validly concluded but does not expressly or implicitly fix or make
provision for determining the price, the parties are considered, in the absence of any indication to
the contrary, to have impliedly made reference to the price generally charged at the time of the
conclusion of the contract for such goods sold under comparable circumstances in the trade
concerned.
ARTICLE 56
If the price is fixed according to the weight of the goods, in case of doubt it is to be determined by
the net weight.
169
ARTICLE 57
1)
If the buyer is not bound to pay the price at any other particular place, he must pay it to the
seller;
a)
at the seller’s place of business; or
b)
if the payment is to be made against the handing over of the goods or of
documents, at the place where the handing over takes place.
ARTICLE 58
1)
2)
3)
If the buyer is not bound to pay the price at any other specific time, he must pay it when the
seller places either the goods or documents controlling their disposition at the buyer’s
disposal in accordance with the contract and this Convention. The seller may make such
payment a condition for handing over the goods or documents.
If the contract involves carriage of the goods, the seller may dispatch the goods on terms
whereby the goods, or documents controlling their disposition, will not be handed over to
the buyer except against payment of the price.
The buyer is not bound to pay the price until he has had an opportunity to examine the
goods, unless the procedures for delivery or payment agreed upon by the parties are
inconsistent with his having such an opportunity.
ARTICLE 59
The buyer must pay the price on the date fixed by or determinable form the contract and this
Convention without the need for any request or compliance with any formality on the part of the
seller.
SECTION II
TAKING DELIVERY
ARTICLE 60
The buyer’s obligation to take delivery consists:
a)
in doing all the acts which could reasonably be expected of him in order to enable the seller
to make delivery; an
b)
in taking over the goods.
SECTION III
REMEDIES FOR BREACH OF CONTRACT BY THE BUYER
ARTICLE 61
1)
If the buyer fails to perform any of his obligations under the contract or this Convention, the
seller may:
a)
exercise the rights provided in articles 62 to 65.
170
2)
3)
b)
Claim damages as provided in articles 74 to 77.
The seller is not deprived of any right he may have to claim damages by exercising his
right to other remedies.
No period of grace may be granted to the buyer by a court or arbitral tribunal when the
seller resorts to remedy for breach of contract.
ARTICLE 62
The seller may require the buyer to pay the price, take delivery or perform his other obligations,
unless the seller has resorted to a remedy which is inconsistent with this requirement.
ARTICLE 63
1)
2)
The seller may fix an additional period of time of reasonable length for performance by the
buyer of his obligations.
Unless the seller has received notice form the buyer that he will not perform within the
period so fixed, the seller may not, during that period, resort to any remedy for breach of
contract. However, the seller is not deprived thereby of any right he may-have to claim
damages for delay in performance.
ARTICLE 64
1)
2)
The seller may declare the contract avoided:
a)
if the failure by the buyer to perform any of his obligations under the contract or this
Convention amounts to a fundamental breach of contract; or
b)
if the buyer does not, within the additional period of time fixed by the seller in
accordance with paragraph 1) or article 63, perform his obligation to pay the price
or take delivery of the goods, or if he declares that he will not do so within the
period so fixed.
However, in cases where the buyer has paid the price, the seller loses the right to declare
the contract avoided unless he does so:
a)
in respect of late performance by the buyer, before the seller has become aware
that performance has been rendered; or
b)
in respect of any breach other than late performance by the buyer, within a
reasonable time:
i)
after the seller knew or ought to have known of the breach: or
ii)
after the expiration of any additional period of time fixed by the seller in
accordance with paragraph 1) of article 63, or after the buyer has declared
that he will not perform his obligations within such an additional period.
ARTICLE 65
1)
2)
If under the contract the buyer is to specify the form, measurement or other features of the
goods and he fails to make such specification either on the date agreed upon or within a
reasonable time after receipt of a request from the seller, the seller may, without prejudice
to any other rights he may have, make the specification himself in accordance with the
requirements of the buyer that may be known to him.
If the seller makes the specification himself, he must inform the buyer of the details thereof
and must fix a reasonable time within which the buyer may make a different specification.
If, after receipt of such a communication, the buyer fails to do so within the time so fixed,
the specification made by the seller is binding.
171
CHAPTER IV
PASSING OF RISK
ARTICLE 66
Loss of or damage to the goods after the risk has passed to the buyer does not discharge him from
his obligation to pay the price, unless the loss or damage is due to an act or omission of the seller.
ARTICLE 67
1)
2)
If the contract of sale involves carriage of the goods and the seller is not bound to hand
them over at a particular place, the risk passes to the buyer when the goods are handed
over to the first carrier for transmission to the buyer in accordance with the contract of sale.
Is the seller is bound to hand the goods over to a carrier at a particular place, the risk does
not pass to the buyer until the goods are handed over to the carrier at that place. The fact
that the seller is authorized to retain documents controlling the disposition of the goods
does not affect the passage of the risk.
Nevertheless, the risk does not pass to the buyer until the goods are clearly identified to the
contract, whether by marking on the goods, by shipping documents, by notice given to the
buyer or otherwise.
ARTICLE 68
The risk in respect of goods sold in transit passes to the buyer from the time of the conclusion of
the contract. However, if the circumstances so indicate, the risk is assumed by the buyer from the
time the goods were handed over to the carrier who issued the documents embodying the contract
of carriage. Nevertheless, if at the time of the contract of sale the seller knew or ought to have
known that the goods had been lost or damaged and did not disclose this to the buyer, the loss or
damage is at the risk of the seller.
ARTICLE 69
1)
2)
3)
In cases not within articles 67 and 68, the risk passes to the buyer when he takes over the
goods or, if he does not do so in due time, from the time when the goods are placed at his
disposal and he commits a breach of contract by failing to take delivery.
However, if the buyer is bound to take over the goods at a place other than a place of
business of the seller, the risk passes when delivery is due and the buyer is aware of the
fact that the goods are placed at his disposal at the place.
If the contract relates to goods not then identified, the goods are considered no to be placed
at the disposal of the buyer until they are clearly identified to the contract.
ARTICLE 70
If the seller had committed a fundamental breach of contract, articles 67, 68 and 69 do not impair
the remedies available to the buyer on account of the breach.
172
CHAPTER V
PROVISIONS COMMON TO THE OBLIGATIONS OF THE SELLER AND OF THE BUYER
SECTION I
ARTICLE 71
1)
2)
3)
A party may suspend the performance of his obligations if, after the conclusion of the
contract, it became apparent that the other party will not perform a substantial part of his
obligations as a result of:
a)
a serious deficiency in his ability to perform or in his credit-worthiness; or
b)
his conduct in preparing to perform or in performing the contract.
If the seller has already dispatched the goods before the grounds described in the
preceding paragraph become evident, he may prevent the handing over of the goods to the
buyer even though the buyer holds a document which entitles him to obtain them. The
present paragraph relates only to the rights in the goods as between the buyer and the
seller.
A party suspending performance, whether before or after dispatch of the goods, must
immediately give notice of the suspension to the other party and must continue with
performance if the other party provides adequate assurance of his performance.
ARTICLE 72
1)
2)
3)
If prior to the date for performance of the contract it is clear that one of the parties will
commit a fundamental breach of contract, the other party may declare the contract avoided.
If time allows, the party intending to declare the contract avoided must give reasonable
notice to the other party in order to permit him to provide adequate assurance of his
performance.
The requirements of the preceding paragraph do not apply if the other party has declared
that he will not perform his obligations.
ARTICLE 73
1)
In the case of a contract for delivery of goods by installments, if the failure of one party to
perform any of his obligations in respect of any installments constitutes a fundamental
breach of contract with respect to that installment, the other party may declare the contract
avoided with respect to that installment.
2)
If one party`s failure to perform any of his obligations in respect of any installment gives the
other party goods grounds to conclude that a fundamental breach of contract will occur with
respect to future installments, he may declare the contract avoided for the future, provided
that he does so within a reasonable time.
A buyer who declares the contract avoided in respect of any delivery may, at the same time,
declare it avoided in respect of deliveries already made or of future deliveries if, by reason
of their interdependence, those deliveries could not be used for the purpose contemplated
by the parties at the time of the conclusion of the contract.
3)
173
SECTION II
DAMAGES
ARTICLES 74
Damages for breach of contract by one party consist of a sum equal to the loss, including loss of
profit, suffered by the order party as a consequence of the breach. Such damages may not exceed
the loss which the party in breach foresaw or ought to have foresen at the time of the conclusion of
the contract, in the light of the facts and matters of which he then knew or ought to have known, as
a possible consequence of the breach of contract.
ARTICLE 75
If the contract is avoided and if, in a reasonable manner and within a reasonable time after
avoidance, the buyer has bought goods in replacement or the seller has resold the goods, the party
claiming damages may recover the difference between the contract price and the price in the
substitute transaction as well as any further damages recoverable under article 74.
ARTICLE 76
1)
If the contract is avoid and there is a current price for the goods, the party claiming
damages may, if he has not made a purchase or resale under article 75, recover the
difference between the price fixed by the contract and the current price at the time of
avoidance as well as any further damages recoverable under article 74. If, however, the
party claiming damages has avoided the contract after taking over the goods, the current
price at the time of such taking over shall be applied instead of the current price at the time
of avoidance,
2)
For the purpose of the preceding paragraph, the current price is the price prevailing at the
place where delivery of the goods should have been made or, if there is no current price at
that place, the price at such other place as serves as a reasonable substitute, making due
allowance for differences in the cost of transporting the goods.
ARTICLE 77
A party who relies on a breach of contract must take such measures as are reasonable in the
circumstances to mitigate the loss, including loss of profit, resulting from the breach. If he fails to
take such measures, the party in breach may claim a reduction in the damages in the amount by
which the loss should have been mitigated.
SECTION III
INTEREST
ARTICLE 78
If a party fails to pay the price or any other sum that is in arrears, the other party is entitled to
interest on it, without prejudice to any claim for damages recoverable under article 74.
174
SECTION IV
EXEMPTIONS
ARTICLE 79
1)
2)
3)
4)
5)
A party is not liable for a failure to perform any of his obligations if he proves that the failure
was due to an impediment beyond his control and that he could not reasonably by expected
to have taken the impediment into account at the time of the conclusion of the contract or to
have avoided or overcome it or its consequences.
If the party’s failure is due to the failure by a third person whom he has engaged to perform
the whole or a part of the contract, that party is exempt from liability only if:
a)
he is exempt under the preceding paragraph, and
b)
the person whom he has so engaged would be so exempt if the provision of that
paragraph were applied to him.
The exemption provided by this article has effect for the period during which the impediment
exists.
The party who fails to perform must give notice to the other party of the impediment and its
effects on his ability to perform. If the notice is not received by the other party within a
reasonable time after the party who fails to perform knew or ought to have known of the
impediment, he is liable for damages resulting from such non-receipt.
Nothing in this article prevents either party from exercising any right other than to claim
damages under this Convention.
ARTICLE 80
A party may not rely on a failure of the other party to perform, to the extent that such failure was
caused by the first party’s act or omission.
SECTION V
EFFECTS OF AVOIDANCE
ARTICLE 81
1)
2)
Avoidance of the contract releases both parties from their obligations under it, subject to
any damages which may be due. Avoidance does not affect any provision of the contract
for the settlement of disputes or any other provision of the contract governing the rights and
obligations of the parties consequent upon the avoidance of the contract.
A party who has performed the contract either wholly or in part may claim restitution from
the other party of whatever the first party has supplied or paid under the contract. If both
parties are bound to make restitution, they must do so concurrently.
ARTICLE 82
1)
2)
The buyer loses the right to declare the contract avoided or to require the seller to deliver
substitute goods if it is impossible for him to make restitution of the goods substantially in
the condition in which he received them.
The preceding paragraph does not apply:
175
a)
b)
c)
if the impossibility of making restitution of the goods or of making restitution of the
goods substantially in the condition in which the buyer received them is not due to
his act or omission:
If the goods or part of the goods have perished or deteriorated as a result of the
examination provided for in article 38, or
If the goods or part of the goods have been sold in the normal course of business or
have been consumed or transformed by the buyer in the course of normal use
before he discovered or ought to have discovered the lack of conformity.
ARTICLE 83
A buyer who has lost the right to declare the contract avoided or to require the seller to deliver
substitute goods in accordance with article 82 retains all other remedies under the contract and this
Convention.
ARTICLE 84
1)
2)
If the seller is bound to refund the price, he must also pay interest on it, from the date on
which the price was paid.
The buyer must account to the seller for all benefits which he has derived from the goods or
part of them.
a)
if he must make restitution of the goods or part of them; or
b)
if is impossible for him to make restitution of all part of the goods or to make
restitution of all or part of the goods substantially in the condition in which he
received them, but he has nevertheless declared the contract avoided or required
the seller to deliver substitute goods.
SECTION VI
PRESERVATION OF THE GOODS
ARTICLE 85
If the buyer is delay in taking delivery of the goods or, where payment of the price and delivery of
the goods are to be made concurrently, if he fails to pay the price, and the seller is either in
possession of the goods or otherwise able to control their disposition, the seller must take such
steps as are reasonable in the circumstances to preserve them. He is entitled to retain them until
he has been reimbursed his reasonable expenses by the buyer.
ARTICLE 86
1)
If the buyer has received the goods and intends to exercise any right under the contract or
this Convention to reject them, he must take such steps to preserve them as are reasonable
in the circumstances. He is entitled to retain them until he has been reimbursed his
reasonable expenses by the seller.
2)
If goods dispatched to the buyer have been placed at his disposal at their destination and
he exercises the right to reject them, he must take possession of them on behalf of the
seller, provided that this can be done without payment of the price and without
unreasonable inconvenience or unreasonable expense.
176
This provision does not apply if the seller or a person authorized to take charge of the
goods on his behalf is present at the destination. If the buyer takes possession of the
goods under this paragraph, his right and obligations are governed by the preceding
paragraph.
ARTICLE 87
A party who is bound to take steps to preserve the goods may deposit them in warehour of a third
person at the expense of the other party provided that the expense incurred is not unreasonable.
ARTICLE 88
1)
2)
3)
A party who is bound to preserve the goods in accordance with article 85 or 86 may sell
them by any appropriate means if there has been an unreasonable delay by the other party
in taking possession of the goods or in taking them back or in paying the price or the cost of
preservation, provided that reasonable notice of the intention to sell ha been given t the
other party.
If the goods are subject to rapid deterioration or their preservation would involve
unreasonable expense, a party who is bound to preserve the goods in accordance with
article 85 or 86 must take reasonable measures to sell them. To the extent possible he
must give notice to the other party of his intention to sell.
A party selling the goods has the rights to retain out of the proceeds of sale an amount
equal to the reasonable expenses of preserving the goods and of selling them. He must
account to the other party for the balance.
PART IV
FINAL PROVISIONS
ARTICLE 89
The Secretary-General of the United Nations is hereby designated as the depositary for this
Convention.
ARTICLE 90
This Convention does not prevail over any international agreement which has already been or may
be entered into and which contains provisions concerning the matters governed by this
Convention, provided that the parties have their places of business in States parties to such
agreement.
ARTICLE 91
1)
2)
This Convention is open for signature at the concluding meeting of the United Nations
Conference on Contracts for the International Sale of Goods and will remain open for
signature by all States at the Headquarters of the United Nations, New York until 30
September 1981.
This Convention is subject to ratification, acceptance or approval by the signatory States.
177
3)
4)
This Convention is open for accession by all States which are not signatory States as from
the date it is open for signature.
Instruments of ratification, acceptance, approval and accession are to be deposited with the
Secretary General of the United Nations.
ARTICLE 92
1)
2)
A Contracting State may declare at the time of signature, ratification, acceptance, approval
or accession that it will not be bound by Part II of this Convention or that it will not be bound
by Part III of this Convention.
A Contracting State which makes a declaration in accordance with the preceding
paragraph in respect of Part II or Part III of this Convention is not to be considered a
Contracting State within paragraph 1) or article 1 of this Convention in respect of matters
governed by the Part to which the declaration applies.
ARTICLE 93
1)
2)
3)
4)
If a Contracting State has two or more territorial units in which, according to its constitution,
different systems of law are applicable in relation to the matters dealt with in this
Convention, it may, at the time of signature, ratification, acceptance, approval or accession
declare that this Convention is to extent to all its territorial units or only to one or more of
them, and may amend its declaration by submitting another declaration at any time.
These declarations are to be notified to the depositary and are to state expressly the
territorial units to which the Convention extends.
If, by virtue of a declaration under this article, this Convention extends to one or more but
not all of the territorial units of a Contracting State, and if the place of business of a party is
located in that State, this place of business, for the purposes of this Convention, is
considered not to be in a Contracting State, unless it is in a territorial unit to which the
Convention extends.
If a Contracting States makes no declaration under paragraph 1) of this article, the
Convention is to extend to all territorial units of that State.
ARTICLE 94
1)
2)
3)
Two or more Contracting States which have the same or closely related legal rules on
matters governed by this Convention may at any time declare that the Convention is not to
apply to contracts of sale or to their formation where the parties have their places of
business in those States. Such declarations may be made jointly or by reciprocal unilateral
declarations.
A Contracting State which has the same or closely related legal rules on matters governed
by this Convention as one or more non-Contracting States may at any time declare that the
Convention is not to apply to contracts of sale or to their formation where the parties have
their places of business in those States.
If a State which is the object of a declaration under the preceding paragraph subsequently
becomes a Contracting State, the declaration made will , as from the date on which the
Convention enters into force in respect of the new Contracting State, have the effect of a
declaration made under paragraph 1), provided that the new Contracting State joins in such
declaration or makes a reciprocal unilateral declaration.
178
ARTICLE 95
Any State may declare at the time of the deposit of its instrument of ratification, acceptance,
approval or accession that it will not be bound by subparagraph 1) b) of article 1 of this Convention.
ARTICLE 96
A contracting State whose legislation requires contracts of sale to be concluded in or evidenced by
writing may at any time make a declaration in accordance with article 12 that any provision of article
11, article 29, or Part II of this Convention, that allows a contract of sale or its modification or
termination by agreement or any offer, acceptance, or other indication of intention to be made in
any form other than in writing, does not apply where any party has his place of business in that
State.
ARTICLE 97
1)
2)
3)
4)
5)
Declarations made under this Convention at the time of signature are subject to
confirmation upon ratification, acceptance or approval.
Declarations and confirmations of declarations are to be in writing and be formally notified
to the depositary.
A declaration takes effect simultaneously with the entry into force of this Convention in
respect of the State concerned. However, a declaration of which the depositary receives
formal notification after such entry into force takes effect on the first day of the month
following the expiration of six months after the date of its receipt by the depositary.
Reciprocal unilateral declarations under article 94 take effect on the first day of the month
following the expiration of six months after the receipt of the latest declaration by the
depositary.
Any State which makes a declaration under this Convention may withdraw it at any time by
a formal notification in writing addressed to the depositary. Such withdrawal is to take effect
on the first day of the month following the expiration of six months after the date of the
receipt of the notification by the depositary.
A withdrawal of a declaration made under article 94 renders inoperative, as from the date
on which the withdrawal takes effect, any reciprocal declaration made by another State
under that article.
ARTICLE 98
No reservations are permitted except those expressly authorized in this Convention.
ARTICLE 99
1)
2)
This Convention enters into force, subject to the provisions of paragraph 6) of this article, on
the first day of the month following the expiration of twelve months after the date of deposit
of the tenth instrument of ratification, acceptance, approval or accession, including an
instrument which contains a declaration made under article 92.
When a State ratifies, accepts, approves, or accedes to this Convention after the deposit of
the tenth instrument of ratification, acceptance, approval or accession, this Convention, with
the exception of the Part excluded, enters into force in respect of that State, subject to the
provisions of paragraph 6) of this article, on the first day of the month following the
expiration of twelve months after the date of the deposit of its instrument of ratification,
acceptance, approval or accession.
179
3)
4)
5)
6)
A State which ratifies, accepts, approves or accedes to this Convention and is a party to
either or both the Convention relating to a Uniform Law on the Formation of Contracts for
the International Sale of Goods done at the Hague on 1 July 1964 (1964 Hague Formation
Convention) and the Convention relating to a Uniform Law on the International Sale of
Goods done at The Hague on 1 July 1964 (1964 Hague Sales Convention) shall at the
same time denounce, as the case may be, either or both the 1964 Hague Sales Convention
and the 1964 Hague Formation Convention by notifying the Government of the Netherlands
to that effect.
A State party to the 1964 Hague Sales Convention which ratifies, accepts, approves or
accedes to the present Convention and declares or has declared under article 92 that it will
not be bound by Part II of this Convention shall at the time of ratification, acceptance,
approval or accession denounce the 1964 Hague Sales Convention by notifying the
Government of the Netherlands to that effect.
A State party to the 1964 Hague Formation Convention which ratifies, accepts, approves or
accedes to the present Convention and declares or has declared under article 92 that it will
not be bound by Part III of this Convention shall at the time of ratification, acceptance,
approval or accession denounce the 1964 Hague Formation Convention by notifying the
Government of the Netherlands to that effect.
For the purpose of this article, ratifications, acceptances, approvals and accessions in
respect of this Convention by States parties to the 1964 Hague Formation Convention or to
the 1964 Hague Sales Convention shall not be effective until such denunciations as may be
required on the part of those States in respect of the latter two Conventions have
themselves become effective. The depositary of this Convention shall consult with the
Government of the Netherlands, as the depositary of the 1964 Conventions, so as to ensure
necessary co-ordination in this respect.
ARTICLE 100
1)
2)
This Convention applies to the formation of a contract only when the proposal for
concluding the contract is made on or after the date when the Convention enters into force
in respect of the Contracting States referred to in subparagraph 1) a) or the Contracting
State referred to in subparagraph 1) b) of article 1.
This Convention applies only to contracts concluded on or after the date when the
Convention enters into force in respect of the Contracting States referred to in
subparagraph 1) a) or Contracting State referred to in subparagraph 1) b) of article 1.
ARTICLE 101
1)
2)
A Contracting State may denounce this Convention or Part II or Part III of the Convention,
by a formal notification in writing addressed to the depositary.
The denunciation takes effect on the first day of the month following the expiration of twelve
months after the notification is received by the depositary. Where a longer period for the
denunciation to take effect upon the expiration of such longer period after the notification is
received by the depositary.
DONE at Viena, this day of eleventh day of April, one thousand nine hundred and eighty, in a single
original, of which the Arabic, Chinese, English, French, Russian and Spanish texts are equally
authentic:
IN WITNESS WHEREOF the undersigned plenipotentiaries, being duly authorized by their
respective Governments, have signed this Convention.
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