FACULTAD DE CIENCIAS DE SALUD ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE NUTRICIÓN NUTRICIÓN CLÍNICA Y DIETOTERAPIA DEL NIÑO Y DEL ADOLESCENTE TEMA: “Trastornos alimentarios en menores de 5 años y su relación con la funcionalidad familiar” ARTÍCULO DE OPINIÓN INTEGRANTES: • Garcia Barrera, Aroni (0000-0002-5211-6633) • Diaz Colca, Jerson Manuel (0000-0003-0764-6931) • Negreiros Vizconde, Anett Natali (0000-0000-0000-0000) • Soto Barreros, Jordy Antony (0000-0002-9623-1596) • Torres García, Katerine Liseth (0000-0002-2931-6493) DOCENTE: Mg. Castro Olguín, Ruth LIMA-PERÚ 2021 INTRODUCCIÓN Durante las etapas de lactancia y preescolaridad existen trastornos en la alimentación que son un desafío para todos los profesionales de salud ya que deben atenderse con prontitud porque pueden mantener su impacto a través del tiempo. Aquellos menores que padecen estos trastornos se les puede identificar por tardar en comer, por comer muy poco y también por seleccionar lo que comen. El Manual de Enfermedades Mentales 5ª edición (DSM 5) los define como fallo persistente para comer adecuadamente, conduciendo a un fracaso significativo para ganar peso o a pérdida peso en al menos un mes. Por las características del grupo etario, se ubican en la categoría de “trastorno por evitación/restricción de la ingesta de alimentos”. Estos no son atribuibles a una afección médica concurrente ni a otro trastorno mental, estos trastornos pueden ocasionar alteraciones en el estado nutricional y en el desarrollo de los pacientes; de esta manera, aquellos trastornos cuyo inicio se asocia con otras entidades patológicas de origen orgánico quedarían excluidos. Chatoor y cols. En 2002 propuso una categorización de estos trastornos en niños menores e igual a 5 años de edad, clasificándolos en: 1. Trastornos de estados de regulación, 2. Trastornos de reciprocidad o de vínculo, 3. Anorexia infantil, 4. Aversión sensorial a la comida, 5. Asociado a condiciones médicas específicas y 6. Postraumático. Estas categorías no son excluyentes y aún permanecen vigentes. Evidentemente la definición de DSM 5 no incluye la categoría 5 de Chatoor, pero sí las otras. Los trastornos de la regulación se definen como la dificultad de mantener un estado de alerta calmado a la hora de alimentarse. Es decir, pueden estar muy somnolientos o muy agitados o muy estresados, y esto causa problemas para alimentarse correctamente. Los trastornos de reciprocidad o vínculo identifican los problemas en la relación entre el niño y su cuidador, lo que resulta en mala alimentación. La anorexia infantil se caracteriza por falta de interés del niño por la comida, pero gran atención en explorar e interactuar con el medio; es decir, expresa problemas en la regulación externa para comer, generalmente mediada por experiencias emocionales y no por la sensación de hambre. En los trastornos por aversión sensorial el infante rechaza ciertas comidas por su apariencia, sabor, textura u olor, sólo ingiere comida de su preferencia o ya conocida. En los trastornos asociados a una condición médica concurrente, se cree que ésta causa estrés en el niño que reúsa continuar comiendo cuando ha iniciado. Los trastornos alimentarios postraumáticos ocurren cuando los niños tuvieron experiencias negativas como atragantamientos o conatos de ahogamiento con ciertos alimentos, lo que causa aversión a comer. Estos trastornos afectan de un 20% a 80% a niños con problemas familiares asociándose a su desarrollo. FACES III es una escala para evaluar la cohesión y adaptabilidad familiar e integra conceptos de terapia familiar a partir de tres variables principales que definen el constructo: la cohesión, la flexibilidad y la comunicación; estas 2 últimas agrupadas en adaptabilidad. Se compone de 20 ítems, 10 de los cuales evalúan la cohesión y otros 10 la adaptabilidad mediante una escala tipo Likert de cinco puntos (4 Ponce-rosas). Su validez ha sido ampliamente documentada en español en diversos países de habla hispana, incluyendo México. La herramienta IMFeD (Intervención en el Manejo de Desórdenes Alimentarios en niños) se ha utilizado eficazmente en 11 países para identificar los desórdenes en la alimentación en los niños, y posteriormente ofrecer manejo nutricional. Los pediatras la han reportado como una herramienta muy fácil de usar. REVISIÓN 1. Anorexia infantil A) Según Chatoor y Cols, la anorexia infantil se caracteriza por falta de interés del niño por la comida, pero gran atención en explorar e interactuar con el medio; es decir, expresa problemas en la regulación externa para comer, generalmente mediada por experiencias emocionales y no por la sensación de hambre. Este desorden se presenta en niños de 6 meses a 3 años de edad. En ella los niños confunden el hambre con situaciones emocionales. En este trastorno es frecuente que aprendan la actividad de comer asociada a aburrimiento, sensación de soledad, frustración o enojo, lo mencionado afecta la regulación del hambre y la ingesta de alimentos en general, originando en algunos casos estancamiento ponderal e incluso alteraciones del desarrollo cognitivo. B) Según Kreisler et al. Clasifica a la anorexia infantil como clasificación psicosomática; y está a la vez, tiene 3 clasificaciones, las Anorexias primarias que tiene desde los primeros días/semanas de vida. Poco frecuentes. Complicación de un periodo de inapetencia transitorio en el posparto inmediato (por anestesia materna, etc.) a veces perpetuado por una madre ansiosa que no interpreta bien las necesidades del bebé y trata de forzar la alimentación. Así mismo, la Anorexia neonatal activa y de inercia que es donde aparente voluntad de no comer por parte de un niño muy pequeño. Pronóstico severo. Anorexia común precoz que la define como el rechazo de la alimentación que se inicia en el segundo semestre, con la introducción de nuevos alimentos y favorecida por cambios en la vida cotidiana de los niños: guardería, nuevos cuidadores etc. A veces, se desencadena por un evento concreto: enfermedad banal, erupción dentaria, vacuna, falta de apetito pasajera, etc. No respetar esta falta de apetito puede tener consecuencias desmesuradas: rechazos del alimento, del lugar y de la persona asociada a la comida, que pueden convertirse en un hábito, sobre todo, si la respuesta del entorno es forzar la alimentación. Con unas recomendaciones que rebajen la ansiedad de los padres es posible reconducir la situación, pero si se perpetúa puede estructurarse y manifestarse con otras conductas de oposición. Anorexia mental compleja de la primera infancia que se clasifica en forma fóbica, formas ligadas a psicosis y las formas depresivas. C) Según Cambronero, 2005 menciona que la anorexia infantil puede ser consecuencia de problemas alimentarios que se han hecho presentes desde la primera infancia presentando retraso en el crecimiento y asociándose a estados depresivos que pueden desencadenarse por anomalías en cuanto al vínculo madrehijo debido a que en esta primera etapa el universo lo constituyen solo las figuras de apego. En la infancia las niñas aún no han experimentado ciertos cambios en el cuerpo, por lo que esta afecta directamente el crecimiento y desarrollo normal. 2. Aversión sensorial A. Chatoor, American Psychiatric Association: (1994) El trastorno alimentario tipo aversión sensorial cuyos criterios diagnósticos han sido publicados por Chatoor , también conocido como Desorden de la Integración Sensorial, debe ser considerado dentro del diagnóstico diferencial del niño con trastornos de la alimentación, en especial cuando existe un persistente rechazo de alimentos con ciertos sabores, texturas, temperaturas u olores en particular. Existen cuestionarios de pesquisa para evaluar diferentes aspectos de hiperreactividad a estímulos táctiles (molestia con etiquetas de la ropa, jugar con plastilina o arena), auditivos (molestia con ruidos específicos), visuales (se disgusta en lugares demasiado luminosos) y olfativos (no tolera ciertos olores), los cuales pueden dar las claves para este diagnóstico. Su manejo requiere un equipo multidisciplinario, con especial énfasis en terapeutas ocupacionales y fonoaudiólogos con formación en esta área. Su manejo debe ser orientado a un trabajo intensivo utilizando técnicas de desensibilización, entre muchas otras estrategias. B. Galloway (2003) Desde la niñez, la disposición a probar nuevos alimentos es influida por el ejemplo dado por los padres, los familiares y los compañeros. Adicionalmente, el número de exposiciones a comidas nuevas ejerce predominio en los gustos y las aversiones del niño, al igual que el contexto social y los refuerzos positivos o negativos luego de consumir cierto tipo de comidas (4-6). Si bien la tendencia a rechazar alimentos nuevos se considera parte del proceso de desarrollo y una manifestación normal de los niños alrededor de los dos años de edad, su persistencia en la infancia, adolescencia y adultez es patológica y produce consecuencias sociales e incluso nutricionales graves. Son varios los términos usados para describir ciertas conductas anómalas ligadas con el comportamiento alimentario en la infancia: el rechazo a probar alimentos nuevos ha sido señalado como neofobia alimentaria; el no ingerir alimentos por el temor a ahogarse, como fagofobia o dipsofobia; el dejar de comer por una causa afectiva subyacente, como trastorno emocional de evitación a la comida, y el rechazo a la comida como parte de una actitud negativista hacia todos los aspectos de la vida, síndrome de rechazo generalizado. 3. Trastorno de regulación A) Según Chatoor y Cols, los trastornos de la regulación se definen como la dificultad de mantener un estado de alerta calmado a la hora de alimentarse. Es decir, pueden estar muy somnolientos o muy agitados o muy estresados y esto causa problemas para alimentarse correctamente. (ARTÍCULO: Trastornos alimentarios en menores de 5 años y su relación con la funcionalidad familiar) B) Según Wernner y Gross, la regulación puede modificar de manera diferencial los tres componentes básicos de la emoción: la respuesta fisiológica, la experiencia o el comportamiento a través de las cuales la persona logra identificar y reconocer sus malestares, de modo que los puede interpretar, contextualizar y manejar de una forma adaptativa. (Artículo: Disregulación emocional y síntomas alimentarios: Análisis de sesiones de terapia grupal en pacientes con trastorno alimentario) C) Según Chatoor y Cols, los trastornos asociados a estados de regulación infiere problemas en la crianza, como en la introducción de hábitos alimentarios como horario, estímulos sensoriales no relacionados con la alimentación, etc. Para estos desórdenes es útil el manejo centrado en la educación y modificación de la conducta con un enfoque psicosocial, ambiental y con asesoramiento familiar. (ARTÍCULO: Trastornos alimentarios en menores de 5 años y su relación con la funcionalidad familiar) D) Según Appelhans & Luecken, consideran las emociones como procesos complejos en los que intervienen cambios a nivel fisiológico, conductual y cognitivo. (TESIS: Emociones y trastornos de la conducta alimentaria: correlatos clínicos y abordajes terapéuticos basados en nuevas tecnologías) 4. Post-traumático Según el autor Chatoor y Cols, menciona que los trastornos alimentarios post traumáticos ocurren cuando los niños menores de 5 años tuvieron experiencias negativas, como por ejemplo atragantamientos o conatos de ahogamiento con ciertos alimentos, lo que causa aversión a comer Estos trastornos afectan de un 20% a 80% a niños con problemas familiares asociándose a su desarrollo. Los criterios diagnósticos para desórdenes alimenticios postraumáticos son: rechazo del alimento luego de evento traumático relacionado con esófago u orofaringe, eventos con un intenso estrés, estrés frente a la alimentación, resistencia a ser alimentado. Sólo una décima parte de esta serie reportó esta entidad. Algunos reportes han mostrado que los niños aprenden a aceptar ciertos alimentos por observación directa de personas cercanas; ello refuerza la idea de que la crianza cumple un papel preponderante en la presencia de estos desórdenes, por otro lado según Jose Luis Moreno Pestaña, el autor del libro “Moral corporal, trastornos alimentarios y clase social” menciona que los trastornos alimentarios post traumáticos , las anorexias o las adiciones no son enfermedades reales que hayamos descubierto a finales del siglo XX sino cambios normativos que definen el margen de incoherencia o de laxitud moral que se remite a la conducta “normal” en nuestros días. CONCLUSIÓN REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Rayo A. Anorexia infantil / fallo de medro. Madrid, España: 2007. [Sitio en internet]. Disponible en: http://www.ampap.es/wp- content/uploads/2014/05/Anorexia_Fallo_de_medro_2007.pdf 2. NEGRETE A. ANOREXIA INFANTIL. ZAPOPAN, MÉXICO: UNIVA; 2014. [SITIO EN INTERNET]. DISPONIBLE EN: HTTPS://YAKULT.MX/UPLOADS_YAKULT/PDF/ANOREXIA%20INFANTIL_239.PDF 3. DISREGULACIÓN EMOCIONAL Y SÍNTOMAS ALIMENTARIOS: ANÁLISIS DE SESIONES DE TERAPIA GRUPAL EN PACIENTES CON TRASTORNO ALIMENTARIO. REV. MEX. DE TRASTOR. ALIMENT [ONLINE]. 2017, VOL.8 4. TESIS Emociones y trastornos de la conducta alimentaria: correlatos clínicos y abordajes terapéuticos basados en nuevas tecnologías. Barcelona 2016. 5. American Psychiatric Association: (1994). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (4th Ed.). Washington, DC: Author Recuperado de: https://scielo.conicyt.cl/pdf/rcp/v82n2/art02.pdf 6. Galloway AT, Lee Y, Birch LL. Predictores y consecuencias de la neofobia alimentaria y delicadeza en los jóvenes. J Am Diet Assoc. 2003;103(6):692-8. http://www.scielo.org.co/pdf/rcp/v37n3/v37n3a06.pdf 7. Recuperado de: