Origen del fuego la especie humana homo erectus conocía el fuego desde hace 1.600.000 años. Las evidencias nos confirman que el fuego se hizo de manera intencionada y se sabe que el primer método fue el frotamiento de un palo con madera seca. También hay información que gracias a un rayo que cayo sobre un árbol se dio cuenta de la existencia del fuego. Fue entorno al año 500.000 aC, otro dato curioso es que se dependía de la naturaleza para obtener el fuego, como los rayos erupción de volcanes. La historia del fuego en la cocina se remonta miles de años atrás, cuando los primeros homínidos descubrieran su utilidad para asar los alimentos (especialmente la carne y el pescado). Desde entonces su aplicación en la cocina se ha ido depurando hasta los modernos fogones con lo que hoy podemos preparar la comida de forma segura. La evolución Durante miles de años el asado fue el único método de cocción, por aplicación directa de la llama o su calor sobre la pieza de carne, pescado o verdura, situada normalmente sobre la hoguera con algún sistema de sujeción rudimentario. Valga como imagen la típica pieza de caza ensartada en un palo y apoyada en otros sobre las llamas crepitantes. La leña No toda la leña es igual y dependiendo del uso que vayamos a darle hay un tipo de leña recomendada. Te explicamos como elegir la que mejor se ajuste a tus necesidades. • Leña dura nos referimos a todos esos tipos de madera de alta densidad, que producen una llama muy duradera y caliente, y que cuesta un poco más encender, así tenemos el roble, el olmo y el fresno, Leña blanda que se queman rápidamente y producen una llama más fría por ejemplo: el pino, el abeto, el abeto rojo y el sauce. Para Cocinar con leña • Cocinar en un fuego a leña además de ser un placer, tiene la ventaja de darle a la comida ese toque mágico que realza todos los sabores. ¡Sí, pero usando la leña correcta! En este caso, la mejor será la dura. • Para cocinar lo mejor es tener un fuego que aporte mucho calor y que sea duradero para obtener una cocción homogénea y que tú puedas controlar. • Para conseguir esto, a menudo es eficaz cocinar sobre las ascuas, que se obtienen quemando la madera hasta que se apaga la llama. Temperaturas de las brasas • Lo más importante a la hora de cocinar a la parrilla o en el asador es el control de la temperatura. Si cocinas a una temperatura muy alta la carne se cocinará demasiado, quedando seca y con poco sabor. El exterior quedará quemado y el interior crudo. • Fuego bajo: para pollos enteros, carnes duras que necesitan mucho tiempo de cocción y costillas. • Fuego medio: para pescados, pollo en presas, vegetales, frutas, camarones y mariscos. • Fuego alto: hamburguesas, para sellar los cortes de carne gruesos, chuletas, brochetas, pinchos, salchichas o chorizo. Trucos para la parrilla • Un método fácil y práctico para saber si es la temperatura correcta es poniendo la palma de tu mano a unos centímetros de las brasas calientes y cronometrando cuántos segundos puedes aguantar antes de que tengas que retirarla. • Si sólo aguantas 1 segundo, la temperatura está demasiado alta. • Si aguantas 2 segundos está caliente, alrededor de los 190 C. • Si aguantas 3 segundos está medio-alta, entre 175C y 190 C. • Si aguantas 4 segundos la temperatura es media, de 150 C a 175 C, la ideal para el asado. • Si aguantas más de 5 segundos, es porque la temperatura está muy baja.