EPILEPSIAS Liga contra la epilepsia ¿Qué son las epilepsias? Las epilepsias son afecciones neurológicas crónicas, de causa diversa, caracterizadas por crisis recurrentes ( 2 o más) debidas a una descarga excesiva de las neuronas cerebrales, asociadas a diversas manifestaciones clínicas. No se trata de una sola enfermedad, por eso nos referimos a las epilepsias en plural, sino de un conjunto de enfermedades con algunas manifestaciones comunes. Las crisis epilépticas son la expresión clínica (síntomas y signos) de un funcionamiento anormal transitorio de las neuronas de la corteza cerebral, que descargan en forma excesiva y/o hipersincrónica. Existen diversas formas de crisis de acuerdo al área donde se generan estas descargas, pero básicamente consisten en alteraciones en los movimientos, sensaciones o pensamientos. Las crisis epilépticas en general son de aparición súbita e inesperada, ocurren en forma espontánea (no provocadas o precipitadas por un factor conocido) y tienden a ser estereotipadas (muy parecidas una de otra). El diagnóstico de epilepsia, como condición crónica recurrente, requiere de la aparición de dos o más crisis no provocadas En casi un 50% de los casos no es posible encontrar la causa de la epilepsia, en el resto, puede ser: producto de traumatismos encéfalo-craneanos, asfixias de parto, tumores cerebrales, accidentes vasculares cerebrales, malformaciones cerebrales, algunas enfermedades genéticas y consecuencias de infecciones del sistema nervioso (meningitis, encefalitis, cisticercosis). Es por esto que las Epilepsias no son una enfermedad, sino una manifestación clínica de lo nombrado anteriormente. Se habla de síndromes epilépticos cuando existe un trastorno epiléptico con un conjunto de síntomas y signos característicos, tales como edad de comienzo, tipos de crisis y otros. El diagnóstico del síndrome epiléptico es muy importante, ya que permite hacer un pronóstico y seleccionar el medicamento adecuado, que no es el mismo para todos los tipos de Epilepsias. Una convulsión no es una enfermedad, sino que constituye un síntoma, que puede tener su origen en diversos trastornos que pueden afectar el cerebro Ej.: por falta de ingesta de alcohol (deprivación) en una persona alcohólica, en el curso de una meningitis aguda, asociado a un TEC grave, etc. Una crisis epiléptica es una súbita descarga anormal de la actividad eléctrica del cerebro, que de acuerdo al área cerebral donde se genera se puede expresar de muy distintas maneras, pero básicamente lo hace mediante alteraciones en los movimientos, sensaciones o pensamientos. Erróneamente la gente cree que una crisis epiléptica corresponde solamente a una crisis convulsiva tónico-clónica generalizada con caída al suelo, inconsciencia y sacudidas de todo el cuerpo. Esto no es así, porque la expresión clínica de una crisis epiléptica puede ser múltiple. Lo que la define y la hace verdadera es que su origen sea una descarga cerebral anormal. Síndromes Epilépticos: Se habla de síndromes epilépticos cuando existe un trastorno epiléptico con un conjunto de síntomas y signos característicos, tales como la edad de aparición de las crisis, tipo de crisis, hallazgos en el EEG, en la neuroradiología, respuesta al tratamiento, pronóstico a largo plazo. Poder clasificar una epilepsia como un síndrome epiléptico determinado permite muchas veces establecer la medicación a usar y la respuesta esperada al tratamiento. Ejemplos de síndromes epilépticos son la epilepsia parcial rolándica benigna y la epilepsia ausencia, entre los benignos y el síndrome de LennoxGastaut y el síndrome de West entre los de mal pronóstico. Clasificación de las crisis epilépticas Existen 2 grandes grupos: Crisis epilépticas generalizadas primarias y crisis focales (parciales): Siempre hay un pequeño porcentaje de crisis de difícil clasificación, que en general corresponden a epilepsias asociadas a enfermedades cerebrales progresivas y de rara ocurrencia. Es importante clasificar correctamente una crisis como una etapa esencial para el diagnóstico y tratamiento adecuado de la epilepsia. En este sentido la información proporcionada por los testigos y/o el paciente en relación con lo que sucede antes, durante y después de la crisis es indispensable para el médico. Los estudios necesarios y complementarios para poder hacer un diagnóstico y una clasificación de las crisis epilépticas incluyen de rutina el EEG y muchas veces la neuroradiología. Existe un segundo eje en la clasificación de las epilepsias y corresponde a la causa (etiología). Se clasifican como idiopáticas, llamadas también primarias, aquellas epilepsias en que no se encuentra una causa etiológica y que presumiblemente son de origen genético y de naturaleza benigna. Se consideran sintomáticas, o secundarias, aquellas epilepsias en que se logra establecer una etiología concreta. Finalmente existe un grupo en el cual presumiblemente son sintomáticas, pero no hemos podido establecer la causa con los medios disponibles y se las denomina crisis criptogénicas. Crisis Primariamente Generalizadas: Las crisis primariamente generalizadas son aquellas en que las manifestaciones clínicas indican afectación inicial simultánea de ambos hemisferios cerebrales y cuyo patrón inicial del EEG es bilateral y que reflejan descargas neuronales distribuidas ampliamente en ambos hemisferios. Estas se clasifican de la siguiente manera: Epilepsia Ausencia, Crisis tónico-clónicas, Crisis Tónicas, Crisis Atónicas, Crisis Mioclónicas. a) Epilepsia Ausencia: Se caracteriza por episodios de “desconexión”, de segundos de duración, que se presentan en el niño, el cual queda inmóvil, con la vista fija, inconsciente y no reactivo a estímulos. Su duración es de 5-20 segundos, son de ocurrencia diaria, muchas veces al día y de inicio y término abrupto. Pueden asociar pestañeo, leve caída de la cabeza y a veces algunos automatismos simples. No provocan decaimiento post crisis. Existen las ausencias atípicas, en las que hay mayor pérdida del tono muscular, el paciente se demoran mucho más en recuperar las conciencia y el EEG presenta otras características. b) Crisis Tónico-clónicas: Son aquellas que provocan mayor impacto emocional en los observadores. El individuo afectado cae inconsciente al suelo, se pone rígido, a veces emite un quejido. Después de un período de hasta 30 segundos de duración aparecen convulsiones de todo el cuerpo, los labios se ponen azules, elimina saliva por la boca, su duración total es de 1 a 5 minutos y luego queda en un estado de sopor profundo. Puede haber mordedura de la lengua y relajación de esfínteres. c) Crisis Tónicas: Suelen ser breves y consisten en caída al suelo y rigidez de todo el cuerpo, el que puede adoptar posturas bizarras. Son más frecuentes en casos con daño cerebral. d) Crisis Clónicas: Se refiere a una crisis convulsiva generalizada, con movimientos repetitivos, sin la fase tónica inicial y son menos frecuentes. Se observan especialmente en el recién nacido. e) Crisis Atónicas: Es una crisis en la cual la persona pierde en forma brusca la fuerza. Puede sólo caer la cabeza sobre el pecho o afectar a todo el cuerpo y caer al suelo en forma súbita. Son de inicio en la niñez y asocian riesgo de lesiones físicas producto de los traumatismos en las caídas. Su duración es de unos pocos segundos, con recuperación rápida de la conciencia. CRISIS FOCALES. Son aquellas en que los cambios clínicos y los síntomas o signos indican la activación inicial de un grupo neuronal restringido, o sea, en una parte precisa de un hemisferio cerebral. Las crisis focales se dividen en 3 categorías: 1- focal simple: sin pérdida de conciencia. La persona se da cuenta de lo que le está sucediendo. 2- focal compleja: Existe alteración de conciencia, sin pérdida de la misma. En orden decreciente de frecuencia su origen es temporal, frontal, parietal y occipital. 3- Crisis focales secundariamente generalizadas: Cuando la descarga eléctrica anormal se propaga desde su foco de origen hacia ambos hemisferios cerebrales hablamos de una crisis tónico-clónica secundariamente generalizada. Se presenta en cerca de un tercio de los casos de las crisis focales. Ahora explicaremos cada tipo de crisis focal por separado incluyendo los diferentes síntomas y signos: 1.- Crisis focales simples Son aquellas crisis en las cuales se conserva la conciencia y existe memoria de los síntomas y signos que presentó el paciente una vez que ha finalizado la crisis y es capaz entonces de describirla a) Crisis con signos motores: Se originan en la corteza motora de un hemisferio y se dividen en: 1- Motor focal sin progresión 2- Motor focal con progresión 3- Versiva 4- Postural 5- Fonatoria La forma más corriente es la sacudida de una parte de una mitad del cuerpo. Las áreas corporales más frecuentes comprometidas son en orden descendente: el rostro, la lengua, las manos y el pié. Ej. Convulsiones en un lado del rostro, giro de la cabeza y de los ojos hacia un lado, posturas mantenidas de parte o todo un hemicuerpo, imposibilidad de hablar. b) Crisis con síntomas sensoriales: 1.-Este tipo de crisis es relativamente raro: Se manifiestan por hormigueos, cosquilleos y a veces dolor, especialmente en una mano. Pueden ser seguidos por la aparición de síntomas motores. 2.-Crisis con síntomas visuales: Pequeñas luces o defectos de campo visual en la visión central o lateral. 3.-Crisis con síntomas auditivos: Sonidos simples como ruidos, zumbidos, tonos. 4.-Crisis con síntomas olfatorios: Olores espontáneos desagradables más que olores agradables. 5.-Crisis con síntomas gustatorios: Sentir un gusto desagradable o metálico. 6.- Crisis con síntomas vertiginosos: Sensación de vértigo verdadero (el mundo gira alrededor del paciente) e inestabilidad. c) Crisis con síntomas o signos autonómicos: Incluye sensaciones abdominales, trastornos del ritmo cardíaco, palidez o rubicundez, pilo erección (pararse los pelos), dilatación pupilar, salivación, vómitos, enuresis. d) Crisis con síntomas psíquicos: 1.- Dificultad para hablar. 2.- Sensación “ya visto” (“deja vú”) de que algo nuevo ya era conocido o lo inverso, es decir desconocer lo familiar (“jamais vú”) 3.Sentimientos de despersonalización, pensamiento forzado. 4.- Alteraciones del afecto. Sensación de miedo, generalmente asociada a síntomas o signos vegetativos (sistema autonómico). 5.- Ilusiones: Alteración del tamaño, forma o distancia a la cual son vistos los objetos. 6.Alucinaciones estructuradas, las más comunes son las visuales. 2- Crisis focales complejas Existe un enturbiamiento de la conciencia o sea del grado de darse cuenta. Se compromete la capacidad de recordar, por parte del paciente, que está ocurriendo una crisis. Además con frecuencia las crisis parciales complejas asocian automatismos y son seguidas por un período de confusión y/o amnesia (falta de recuerdo). Hay varios tipos de automatismos: - Oro faringeo: chupar, relamerse. - Expresiones de emociones: generalmente temor pero también puede ser risa, rabia. - Gesticular: Movimientos de la cara, un brazo o la mano, abrochar, etc. - Ambulatorio: caminar sin rumbo algunos metros. 3Generalización secundaria de las crisis focales Las crisis focales, ya sean simples o complejas, pueden evolucionar hacia una crisis convulsiva tónico-clónica generalizada. Distintos tipos de crisis Un mismo individuo puede tener distintos tipos de crisis. Por ejemplo, en un mismo niño pueden coexistir ausencias y crisis convulsivas tónico-clónicas generalizadas. En otros casos crisis mioclónicas y crisis tónico-clónica generalizadas, como sucede en la epilepsia mioclónica juvenil. En el síndrome de Lennox-Gastaut pueden coexistir crisis tónicas, crisis mioclónicas, crisis atónicas. Por otra parte un niño a lo largo de su vida puede presentar ausencias, crisis focales, crisis tónico-clónicas generalizadas. No se sabe con certeza cual es la causa de esto, pero lo más probable es que sean producto de cambios madurativos cerebrales dependientes de la edad. Período Post Ictal El período que sigue inmediatamente a una cisis se llama período post ictal y varía según el tipo de crisis y la duración de ésta. En el caso de las ausencias no existe período post ictal y el niño afectado recupera la conciencia y reinicia la actividad detenida en forma inmediata. En cambio en el caso de las crisis tónico-clónica generalizadas el afectado queda confuso, somnoliento, cansado y duerme una a dos horas. En sucede en una crisis rolándica benigna, a una pérdida de fuerza (paresia) post crisis en un lado del cuerpo, cuando ha tenido lugar una crisis focal, llamada Parálisis de Todd (nombre del médico que la describió). En el caso de las crisis focales complejas el período post icrtal es de unos minutos solamente y el afectado queda decaído, con dolor de cabeza y sueño. las crisis parciales simples, los síntomas post ictales son muy variables desde mínimos como Síndromes epilépticos más frecuente 1.- Epilepsia Rolándica benigna: Es un síndrome epiléptico benigno que se presenta entre los 3-13 años de edad con un máximo entre los 5-10 años de vida. Representan alrededor de un 15% de las epilepsias del niño. Las crisis comprometen un lado del rostro, lengua, hay dificultad para tragar la saliva y para hablar. Suelen presentarse 1-2 horas después de iniciado el sueño o momentos antes de despertar y la mayoría de los casos tiene sólo unas pocas crisis. Sin embargo, a veces las crisis se generalizan y pueden confundirse con crisis tónico-clónicas del sueño. En cerca de un 20% de los casos las crisis pueden presentarse de día. El examen neurológico es normal. Puede haber mayor porcentaje de problemas de aprendizaje escolar. Invariablemente mejoran con la adolescencia. El EEG típico es con un ritmo de base normal y espigas en las regiones centrotemporales del cerebro. Alrededor de un 40% de los casos tienen historia familiar de epilepsia. 2.- Epilepsia ausencia de la niñez: Se presenta entre los 3-11 años de edad con una mayor frecuencia relativa a los 5-6 años. Constituyen un 5-10% de las epilepsias en el niño. Las crisis se caracterizan por episodios de desconexión de 5-15 segundos con interrupción de la actividad en curso, mirada fija y a veces leve parpadeo o algunos automatismos de chupeteo o algunos movimientos como abrochar. Son de comienzo y final súbito, existe amnesia del evento (no recuerdan), aunque con el tiempo los niños se dan cuenta que se desconectan. Se repiten muchas veces al día y son de predominio matinal. Hay antecedentes familiares de epilepsia hasta en un 40% de los casos. El examen neurológico es normal y el EEG muestra un ritmo de base normal y durante las crisis aparecen descargas generalizadas de espiga onda lenta a 3 hertz por segundos. Es de excelente pronóstico, sin embargo pueden a veces asociarse a crisis convulsivas tónicoclónicas generalizadas. 3.- Epilepsia mioclónica juvenil Constituye alrededor de un 7% de los casos de epilepsia. Se presenta alrededor del inicio de la pubertad. Las crisis son matinales y coexisten sacudidas mioclónicas del despertar, que típicamente provocan caída de objetos de las manos (taza, cepillo dental). Es como un golpe de corriente único. Se asocian crisis tónico-clónicas generalizadas particularmente cuando hay privación de sueño. Pueden existir también ausencias y crisis fotosensibles como las provocadas por la televisión, videojuegos o luces estroboscópicas (Discoteca). Existe un elevado porcentaje de casos con antecedentes familiares de epilepsia. El examen neurológico es normal. El EEG se caracteriza por registro basal normal con descargas generalizadas de puntas y polipuntas ondas lentas visibles con mayor facilidad durante el sueño. Responde muy bien a los FAE, pero tiene invariablemente tendencia a la recaída al suspenderlos. Además implica restricciones en el estilo de vida del adolescente y adulto joven en cuanto al riesgo de recaída que implican las trasnochadas y el alcohol. 4.- Síndrome de West Infrecuente pero severo. Se presenta en lactantes entre 3 y 18 meses de edad con un máximo alrededor de los 6 meses de vida. Las crisis consisten en flexión de la cabeza y un movimiento de abrazo que a veces asocia llanto, dura 1-2 segundos y se repite varias veces en salvas (espasmos). Se observa especialmente al quedarse dormido o al despertar y no asocian decaimiento post crisis. El síndrome de West tiene una triada clásica constituida por los espasmos, atraso o detención del desarrollo psicomotor y un patrón eléctrico muy anormal en el EEG llamado Hipsarritmia. No menos de un 80% de los casos son sintomáticos y su pronóstico es malo en cuanto a la normalidad del desarrollo psicomotor y por la posibilidad de continuarse después de los 2 años de edad, como una epilepsia sintomática multifocal o transformarse en un síndrome de Lennox Gastaut. Su tratamiento más eficaz esta constituido por la farmacoterapia hormonal con la hormona adrenocórticotropa (ACTH), asociada a un antiepiléptico. 5.- Síndrome de Lennox Gastaut Es un síndrome epiléptico infrecuente, pero severo. Se caracteriza por crisis de difícil control, retardo mental y un patrón EEG de espiga onda muy lenta. Las crisis se inician entre los 2-3 años de edad y son de tipo múltiple: ausencias atípicas, crisis tónicas, crisis tónico-clónicas, crisis atónicas, crisis mioclónicas y estados de mal epiléptico. Las crisis son de muy difícil control y las crisis atónicas arriesgan traumatismos faciales o de cráneo por caídas súbitas al suelo, por lo que los niños afectados suelen usar un casco protector. Constituyen el síndrome epiléptico de más difícil control en el niño. 6.- Epilepsia del lóbulo temporal Constituye la epilepsia focal más frecuente. Las crisis se originan en las estructuras profundas del lóbulo temporal. La expresión clínica de las crisis es muy variada y son principalmente crisis focales complejas e incluye sensaciones como una molestia epigástrica, sensaciones de temor, despersonalización u otras difíciles de describir por los pacientes. Luego pueden aparecer automatismos que consisten en movimientos sin un propósito: de boca, lengua, mano, marcha y la posibilidad de generalización secundaria con la aparición de una crisis tónico-clónica. Este tipo de crisis suele ser de difícil control con los FAE, especialmente si se trata de una esclerosis mesial temporal (enfermedad de la zona interna de este lóbulo), situación en el cual la remisión completa (libre de crisis), no se observa en más de un 30% de los casos. Este tipo de epilepsia es el que tiene mejor respuesta al tratamiento quirúrgico. El EEG muestra lentitud focal temporal y presencia de espigas. Estos pacientes suelen asociar problemas importantes con la memoria. 7.- Epilepsia del lóbulo frontal Se trata de un lóbulo cerebral muy grande y con muchas conexiones y las manifestaciones clínicas son muy variadas y a veces rápidamente pueden presentar generalización secundaria. Las crisis frontales pueden ser nocturnas con conductas bizarras, crisis parciales complejas, crisis con giro de la cabeza u ojos, automatismos bilaterales complejos, detención del habla, etc. Las crisis frontales frecuentemente pueden ser confundidas con parasomnias (problemas de sueño) o pseudocrisis psicogénicas. El EEG dado el gran volumen de corteza cerebral frontal puede ser normal, inespecífico o incluso mostrar sólo hallazgos generalizados, lo cual hace más difícil el diagnóstico localizatorio de las crisis originadas en el lóbulo frontal. ¿Como enfrentar una crisis? Cerca de 200 mil tienen epilepsia y en cualquier momento pueden presentarla 1ero: cada tipo de crisis requiere de un atencion distinta. Focales. La persona experimenta movimientos involuntarios, se desconecta del medio y deja de hacer lo que estaba haciendo, pero en pocos segundos se recupera. Para eso lo que tengo que hacer frente al paciente es observarlos , cuidar que no se haga daño. Generalizadas: tiene diferentes sintomas, como desconexion por algunos segundos, contraccion muscular o hasta una caida. Para eso lo que hay que hacer es cuidar que el paciente no se haga daño(poner algo blando bajo su cabeza, despejar su alrrededor, quitar objetos que tenga que le puedan causar heridas, soltar lo que pueda apretar. NO impedir los movimientos propios de la crisis Aca tenemos las tonico clonicas generalizadas: incian con un estado de rigidez de toda la musculatura, acompañado de un grito del paciente producido por la expulsion forzada de aire. Hay perdida de conciencia inmediata y en el caso de estar de pie se cae al suelo. Luego empieza a presentar sacudidas en piernas y brazos y en algunos casos pierde el control del esfinter. Aunque aparantemente el paciente no respire , no necesita reanimacion. Debo registrar la hora y el tiempo de duracion de la crisis (2 minutos aprox.), si pasan mas de 5 minutos y la crisis no termina, derivarlo a urgencias Cuando termine la crisis, acostarlo DCL para facilitar su respiración. Epilepsia en los niños Debido a que existen muchas formas de crisis, y a que éstas se presentan, sobre todo, en la edad pediátrica, es más apropiado hablar de “epilepsias” y no de epilepsia. Una epilepsia se entiende como la ocurrencia reiterada de crisis en un determinado periodo de tiempo, pero, ¿qué es un síndrome epiléptico? Se trata de un conjunto de signos y síntomas, dentro de los cuales está la epilepsia. Por ejemplo, si un niño presenta retraso del desarrollo -no camina, no se sienta y no habla-; tiene un tipo determinado de crisis llamada espasmos infantiles; y, además, presenta un electroencefalograma con determinadas características eléctricas, estamos hablando de un portador del Síndrome de West. No todos los síndromes son “malos” o “catastróficos”, también existen síndromes curables o benignos. A continuación, se explicarán los distintos síndromes epilépticos, empezando por las denominadas “epilepsias catastróficas”. EPILEPSIAS CATASTRÓFICAS ¿Por qué este nombre? Debido a que son epilepsias o síndromes de curso muy malo, generalmente presentes en niños con grandes alteraciones neurológicas, y en los que el tratamiento médico u otros tratamientos que se puedan usar, no ayudan mucho. Nos ocuparemos de: Síndrome de Ohtahara. Síndrome de West. Síndrome de Lennox-Gastaut. Epilepsia mioclónica severa de la infancia. Síndrome de Kojevnikow. SÍNDROME DE OHTAHARA: Fue descrito por S. Ohtahara en 1967. Se trata de una enfermedad poco frecuente, que aparece en el periodo de recién nacido. Los niños con esta condición presentan espasmos tónicos, un tipo de crisis en las cuales se estiran y se ponen “duros”, se detiene la respiración y se ponen morados. Estas crisis se presentan en grupos de 10 a 20, pasando luego a llorar sin parar. Generalmente, son niños que nacieron gravemente asfixiados o con malformaciones del cerebro. Al realizar un EEG, éste muestra unas figuras más o menos características en las que casi no se ve la actividad eléctrica cerebral y algunas áreas con descargas eléctricas anormales. La tomografía cerebral (TAC) muestra grandes alteraciones. (Fig.1) Es un cuadro muy grave. La mayoría de los niños mueren pronto y los que no lo hacen, quedan con secuelas neurológicas y con crisis convulsivas reiterativas. Muchos de estos casos evolucionan a un Síndrome de West. SÍNDROME DE WEST Fue descrito por el médico inglés, Dr. William West, quien observó este síndrome en su propio hijo. Las crisis se manifiestan a través de espasmos infantiles y se presentan en grupos o “racimos”. Frecuentemente, las madres consultan a un especialista pensando que los niños tienen cólicos abdominales, pero los cólicos no se presentan agrupados. Durante las crisis, el niño flexiona bruscamente la cabeza y el cuello hacia adelante, adoptando una postura similar a la de un abrazo. Su nombre técnico es tic de salaam, ya que recuerda la posición que adoptan los árabes al saludar. Este movimiento dura sólo algunos segundos, pero suele repetirse muchas veces. Generalmente, luego de la crisis los niños lloran. El niño puede sufrir este tipo de crisis 10, 20, 30 o más veces al día y suelen presentarse al despertar o al momento de quedarse dormido. Los espasmos infantiles suelen aparecer después de los 4 meses de edad, frecuentemente entre los 5 y 9 meses, y es muy raro que se produzcan luego de los 2 años de vida. Una vez que se presentan, los espasmos infantiles traen consigo una detención y retroceso en el desarrollo del niño, y a menos que se consiga detener las crisis, éstas harán cada vez más severo el compromiso neurológico del niño. Las causas de este síndrome pueden ser: IDIOPÁTICAS en la cual el niño es neurológica y mentalmente normal; CRIPTOGÉNICAS, en la cual el niño tiene atraso en el desarrollo y cuadro de compromiso neurológico, pero sin que podamos encontrar una causa visible (por neuroimagen o exámenes de sangre) y la última causa es llamada SECUNDARIA o SINTOMÁTICA, en la que podemos encontrar una causa y el niño tiene un grave compromiso neurológico. ¿Qué causas podemos encontrar? Enfermedades que ya tiene el niño al momento de nacer, como infecciones o malformaciones cerebrales, problemas como asfixia o hemorragia durante el parto y algunas patologías luego de nacido, como meningitis o alguna secuela por tener la bilirrubina alta durante muchos días. (Fig. 2) El EEG característico se llama “hipsarritmia” y es un trazado caótico, totalmente desarreglado, en el que es difícil distinguir las zonas a estudiar y lleno de muchas descargas eléctricas anormales (Fig..3) En la actualidad se usan varias formas de tratamiento para este síndrome. Entre las medicinas usadas, se encuentra una hormona llamada ACTH, que consigue controlar los espasmos infantiles en más de la mitad de los pacientes. Otros medicamentos utilizados son el ácido valproico, vigabatrina, benzodiazepinas y piridoxina. El pronóstico de estos niños no es bueno y muchos de ellos continúan teniendo otras formas de crisis. Algunos pasan a ser parte del grupo de síndrome de Lennox-Gastaut. SÍNDROME DE LENNOX-GASTAUT Este síndrome debe su nombre a dos médicos especialistas en epilepsia, quienes fueron los primeros en describirlo. Se caracteriza por varios tipos de crisis acompañadas de un EEG con figuras eléctricas especiales y retraso mental. Generalmente, se presenta después de los 2 años de edad, mayormente entre los 3 y 5 años. Aproximadamente la tercera parte de ellos derivan de un síndrome de West. Los niños con este síndrome presentan crisis que les hacen caer bruscamente al suelo, golpeándose e hiriéndose la cabeza y el rostro. Por eso se recomienda que estos pacientes usen siempre un casco como protección. Estas crisis se denominan atónicas, o drop-attack (en inglés), y se acompañan de otras, como las tónicas, en las que al dormir los pacientes presentan posturas de extensión total, se ponen “duros y extendidos”, o si están despiertos extienden bruscamente la cabeza hacia atrás, con un parpadeo de ojos muy rápido. También tienen crisis llamadas de ausencia compleja, en las que el niño se desconecta momentáneamente del ambiente presentando, además, movimientos automáticos de boca (como masticar o succionar) o de manos (como si se estuvieran abotonando la ropa). Las causas son muy parecidas a las del síndrome de West: previas al nacimiento u originadas durante o después del mismo. En algunos casos, la aparición de este síndrome se debe a un status epiléptico o surge como secuela de un derrame cerebral. Un status epiléptico es una situación en la que el niño tiene una crisis de más de treinta minutos de duración o muchas crisis seguidas en un lapso corto de tiempo, intervalo durante el cual permanece sin recuperar la conciencia. Generalmente, se usan muchas medicinas para intentar controlar las crisis. Sin embargo, esto es muy complicado, pues son de difícil manejo, por lo que el niño termina tomando 3-4 ó 5 medicinas con efectos no deseados, como sueño durante el día o a veces más crisis, sin encontrar alivio para su problema total. Últimamente, se ha vuelto a utilizar la dieta cetogénica como tratamiento para controlar las crisis, obteniéndose resultados positivos. En algunos casos es posible realizar cirugía. La mayoría de estos niños no consigue mejorar su déficit cognitivo, aún con un buen control de crisis. En los pacientes con mal control, se produce una disminución progresiva de las condiciones intelectuales. EPILEPSIA MIOCLÓNICA SEVERA DE LA INFANCIA Esta es una forma poco común en la que evolucionan las llamadas convulsiones febriles o crisis febriles. A su vez, las convulsiones febriles pueden ser típicas o atípicas; siendo las atípicas aquellas infrecuentes desde su inicio, ya sea porque tienen una forma diferente, una mayor duración o porque se repiten de manera constante. La historia típica es la de un niño que recibe su primera, a veces segunda, dosis de vacuna DPT y horas después, además de fiebre, presenta una crisis que es generalmente parcial (de un solo lado del cuerpo o de una sola extremidad), que dura más de 15 minutos o que se repite varias veces el mismo día o en días sucesivos. De ahí en adelante, cada vez que tiene fiebre, las crisis tienen más o menos las mismas características hasta que, un día, empieza a presentar crisis sin fiebre. Bordeando los dos años, aparecen crisis mioclónicas (como sustos) y luego crisis parciales complejas, en las que el paciente se queda “pegado al vacío” con mirada fija y acciones automáticas. De manera que, frecuentemente, es un síndrome de niños pequeños y lactantes, pero que puede prolongarse por muchos años. Al inicio del cuadro, los niños son normales pero, con el paso de los años, van perdiendo su desarrollo psicomotor y disminuyendo su capacidad intelectual. Adicionalmente, las crisis se vuelven cada vez más difíciles de tratar y muchos pueden desarrollar problemas de equilibrio. Aún en el grupo de niños que consigue quedar sin crisis, (alrededor del 40%) el compromiso intelectual existe y es progresivo. Se supone que este síndrome no tiene una causa conocida, pero probablemente tiene que ver con la condición genética del paciente y se sospecha frente a la presentación de crisis febriles repetidas e inusuales. El EEG no es característico, pero ayuda en el diagnóstico al encontrar determinadas figuras eléctricas anormales. SÍNDROME DE RASMUSSEN Este síndrome debe su nombre a un cirujano canadiense que lo describió por primera vez y en su evolución es realmente catastrófico e, incluso, mortal. Se trata de una epilepsia parcial (afecta a un miembro superior o parte de él) y continua, es decir, presenta crisis que no cesan ni de día ni de noche, pudiendo durar meses. Afortunadamente, es de rara ocurrencia y suele presentarse antes de los diez años de vida, en un niño hasta entonces normal. Se producen crisis de tipo parcial motor o con movimientos de grupos musculares de la mano, el antebrazo o todo el brazo y que no dejan descansar al paciente, quien está totalmente despierto. Cuando se describió por primera vez, se asoció a una forma rara de encefalitis localizada (inflamación viral de una zona del cerebro), pero luego se ha descrito asociada a enfermedades metabólicas raras. En algunos pacientes no fue posible encontrar una causa clara. Con el paso del tiempo, estos pacientes van presentando debilidad del lado donde tienen la crisis hasta que se instala una hemiplejia (pérdida de fuerza y movimientos) y tienen también compromiso intelectual. La mayoría de los fármacos no hacen efecto en estos pacientes y casi siempre se recurre a la cirugía, en la que se les retira prácticamente todo el lado del cerebro comprometido, quedando con hemiplejia pero recuperando su calidad de vida al quedar libres de crisis. II. OTROS SÍNDROMES EPILÉPTICOS DE LA INFANCIA Dentro de estos vamos a considerar tanto los síndromes con crisis parciales (de un solo lado o una parte del cuerpo) como los que tienen crisis generalizadas (de todo el cuerpo). Entre ellos tenemos: Epilepsia mioclónica benigna de la infancia. Epilepsia parcial benigna de la infancia. Epilepsia ausencia de la infancia. Epilepsia mioclónica juvenil o de Janz. 1. EPILEPSIA MIOCLÓNICA BENIGNA DE LA INFANCIA Corresponde a una forma poco frecuente de crisis mioclónicas, de inicio entre los 4 meses y 3 años. Se caracteriza por pequeños saltos musculares o mioclonías y el EEG presenta una actividad eléctrica que coincide con los saltos musculares. No se conoce hasta ahora su causa y el interés de su diferencia con otras formas de crisis mioclónicas, radica en la benignidad de su pronóstico. Es mucho más frecuente en varones y tiene una excelente respuesta a los fármacos anticonvulsivantes. 2. EPILEPSIA PARCIAL BENIGNA DE LA INFANCIA Aunque existen varias formas, la más común de ellas es la denominada EPILEPSIA ROLÁNDICA o EPILEPSIA CON PUNTA CENTRO TEMPORAL, por lo que cuando se habla de este síndrome generalmente se piensa en ella. Es una forma de síndrome con crisis predominantemente parciales, de inicio después de los 3 años de vida y fundamentalmente en varones. Su benignidad reside en el hecho de que el paciente es normal antes, durante y después de la presentación de las crisis y en su total curación al llegar a la adolescencia con o sin tratamiento. A menudo, se presenta como una crisis única en la vida y que no se vuelve a repetir. Un episodio típico comienza con el niño durmiendo. Aproximadamente 2 o 3 horas luego de empezar a dormir, presentan un sonido gutural, muy característico en la garganta, seguido de mucha salivación; luego aparece un movimiento tipo salto muscular en una esquina de la boca que progresa hacia la mitad de la cara de ese lado y, a veces, avanza hacia todo el brazo de ese mismo lado. En algunas ocasiones, la crisis se convierte en generalizada. Frecuentemente, existe antecedente de crisis febriles o epilepsia de tipo idiopático en la familia. Por tener una carga familiar importante, lógicamente no se encuentran lesiones en ninguno de los exámenes. El único examen que ayuda para confirmar el diagnóstico es el EEG, donde aparecen unas figuras eléctricas llamadas puntas en una zona cerebral denominada temporal (Fig. 6). Por ser las crisis poco frecuentes, a menudo no se deja tratamiento; en el caso de ser necesario, se usa carbamazepina y, últimamente, también ácido valproico, sólo por periodos cortos. 3. EPILEPSIA AUSENCIA DE LA INFANCIA Es una de las formas de epilepsia con crisis generalizadas, más frecuentes en la infancia. Se inicia generalmente entre los 3 y 12 años, presentándose más en las niñas. Las crisis se inician en forma brusca y terminan de la misma manera. Generalmente, el niño está despierto haciendo cualquier actividad, cuando de pronto deja de hacerla, se queda como “ido” sin responder a las preguntas y parpadeando muy rápidamente. A veces se acompaña de movimientos leves de boca y manos, pero sin pérdida de tono muscular ni caídas al suelo. La crisis duran entre 5 y 15 segundos y se repiten varias veces durante el día (hasta 100 o más veces). Entre crisis y crisis, el niño es totalmente normal. Es una forma de epilepsia con carga genética y, por lo tanto, no tiene una causa demostrable. El EEG es muy característico, pues presenta una actividad eléctrica especial que se llama punta-onda a 3 ciclos por segundo. (Fig.7). El tratamiento se realiza con ácido valproico, clonazepan, etosuccimida o lamotrigina, con una respuesta favorable cercana al 85% (libres de crisis en el seguimiento a varios años). Sin embargo, existe la asociación con crisis generalizadas tónico-clónicas, que pueden aparecer concomitantemente o después del inicio de las ausencias. Es un síndrome de niños, pero en ocasiones se puede presentar también durante la adolescencia, denominándose epilepsia ausencia juvenil. Epilepsia en la mujer El tratamiento adecuado de las mujeres con epilepsia requiere tener en cuenta algunos aspectos específicos relacionados con las hormonas femeninas, la vida reproductiva de la mujer y la salud de los huesos. Hormonas Femeninas y Epilepsia. Las hormonas sexuales femeninas pueden influenciar la facilidad y la capacidad que tiene el cerebro para producir crisis epilépticas. Así por ejemplo, un tipo de hormona conocida como estrógeno facilita la aparición de crisis epilépticas mientras que otro tipo de hormona, la progesterona, dificulta la aparición de crisis epilépticas. Existe un predominio de uno u otro tipo de hormona durante el ciclo menstrual, lo que explica que en algunas mujeres las crisis aparezcan o aumenten con relación a distintas etapas del ciclo. A este patrón de las crisis se lo conoce como epilepsia catamenial. El diagnóstico de epilepsia catamenial requiere de un registro cuidadoso en un calendario de crisis (anotar día a día, el número y tipo de crisis) de varios ciclos menstruales, ya que en la práctica clínica, es frecuente que se tenga la impresión de que las crisis se asocian a alguna etapa del ciclo menstrual, pero que esto no sea así, al hacer un registro detallado. En el caso de que se confirme una epilepsia catamenial, existen varios medicamentos que pueden ser usados en forma intermitente para el control de las crisis, los que deben ser evaluados en conjunto con el médico. En algunas mujeres la llegada de la menopausia podría producir un aumento de las crisis, especialmente en aquellas que se encuentren en tratamiento de sustitución con estrógenos. Los medicamentos para la epilepsia - que son conocidos en lenguaje médico como fármacos antiepilépticos (FAE)- pueden producir una baja en las hormonas femeninas que recibe el nombre de hipogonadismo. En estas pacientes, la falta de hormonas femeninas produce una serie de alteraciones entre las que destacan, el aumento de peso con distribución del tejido graso en la cintura ( formando un “neumático”) en lugar de depositarse en las caderas o glúteos, aumento de la vellosidad, aparición de acné, cambios en el ciclo menstrual (ciclos de menos de 23 días de duración o de más de 35 días de duración, diferencias de duración de más de 5 días entre cada ciclo) y la aparición de sangrado vaginal entre los ciclos. Ante cualquiera de estos signos es necesario consultar de inmediato al médico tratante, especialmente si la mujer se encuentra en tratamiento con ácido valproico, que es el fármaco antiepiléptico que más frecuentemente se asocia con este tipo de complicación. En ocasiones los signos de hipogonadismo se acompañan de quistes en los ovarios, razón por la cual se utiliza el nombre de síndrome de ovario poliquístico. Debido a que el aumento de peso por sí solo podría ser la fuente de alteraciones hormonales, es importante que la mujer con epilepsia conozca cuáles son los FAE que con mayor frecuencia asocian esta complicación y que son los siguientes: ácido valproico, carbamazepina, gabapentina y pregabalina. Es necesario destacar, que ninguno de los efectos de los FAE que se han descrito, impiden que sean utilizados en la mujer, ya que en la mayoría de los casos estos efectos no se presentan o son manejables en conjunto con un especialista. Más bien se trata de mantenerse alerta para detectar precozmente la aparición de alguna de estas complicaciones. Vida Reproductiva y Epilepsia. Los aspectos reproductivos deben tenerse en cuenta desde la primera vez que una mujer con epilepsia, que se encuentra en edad fértil, consulta por su enfermedad. Esto incluye a las adolescentes y a las mujeres sin vida sexual activa. La inmensa mayoría de las mujeres con epilepsia puede tener una vida reproductiva normal, con embarazos sin complicaciones e hijos sanos. Por lo tanto, no existe ninguna razón para limitar la maternidad, ni se justifica una actitud temerosa o angustiada ante la posibilidad de que los hijos de madres con epilepsia, tengan alguna malformación o presenten ellos mismos crisis epilépticas. Sin embargo, para que lo anterior sea efectivo, es necesario que las mujeres con epilepsia, dispongan de la información necesaria para tomar las decisiones adecuadas en cuanto al embarazo y a la anticoncepción, discutiendo estos aspectos con el médico tratante de su epilepsia y con su médico obstetra. Las mujeres sin epilepsia tienen 2 a 4% de posibilidades de tener un hijo que presente algún tipo de malformación. En el caso de una mujer con epilepsia esta probabilidad se duplica alcanzando una cifra de 4 a 6%. Sin embargo, aún conserva una posibilidad de tener un hijo sano de 94 a 96% (comparado con un 96 a 98% de una mujer sin epilepsia). En la práctica, esta diferencia en el riesgo de malformaciones es mínima y resulta muy tranquilizadora para la mujer con epilepsia que está planificando un embarazo. El mayor riesgo de malformaciones en los hijos de madres con epilepsia se debe principalmente a los FAE y no a la enfermedad. Resulta tentador entonces pensar en suspender el tratamiento en el caso de planificar un embarazo o al descubrir que se está embarazada en forma no planificada. ESTO NO DEBE HACERSE POR NINGÚN MOTIVO, ya que existe el riesgo de presentar crisis convulsivas que implican un daño mucho mayor para el niño en gestación. Lo que sí corresponde hacer es contactar de inmediato al médico tratante para evaluar en conjunto la situación y las medidas a tomar. En general, no existe por el momento evidencia suficiente que permita identificar a uno o más FAE que se asocien a un grado mayor o menor de malformaciones del recién nacido. Sin embargo, sí es claro que el ácido valproico y la carbamazepina se asocian a un mayor riesgo de que el recién nacido presente una malformación grave del sistema nervioso conocida como espina bífida (1- 2% y 0,5 – 1 % respectivamente). Es por ello, que se tratará de evitar el uso de éstos fármacos si se está planificando un embarazo. Aún en el caso de estos medicamentos, rige la norma de no suspender el tratamiento ante el diagnóstico de un embarazo no planificado, ya que esta malformación se produce dentro de los primeros 28 días de gestación y por lo tanto ya está presente en el momento del diagnóstico de embarazo. Suspender el tratamiento en ese momento sólo le agrega un riesgo más al niño en gestación. Por otra parte, como la probabilidad de que la espina bífida se produzca es tan baja, la inmensa mayoría de estos niños es completamente normal. Si bien lo ideal es que la mujer con epilepsia planifique su embarazo en conjunto con su médico tratante y su médico obstetra, es frecuente que se produzcan embarazos no planificados, especialmente entre las mujeres más jóvenes o adolescentes. Es por ello que es indispensable administrar junto con los FAE un tratamiento con ácido fólico, que es una vitamina que ayuda a prevenir las malformaciones del recién nacido, especialmente aquellas más graves que comprometen al sistema nervioso. El ácido fólico debe administrarse además de los FAE, en TODA mujer en edad fértil con epilepsia, incluyendo a las adolescentes y a las mujeres sin vida sexual activa. El embarazo y el parto de las mujeres con epilepsia debe ser controlado en forma periódica y coordinada por un neurólogo y un obstetra con entrenamiento y experiencia. En estas circunstancias las complicaciones son mínimas y no revisten mayor gravedad. Si bien buena parte de los FAE pasa en mayor o menor proporción a la leche materna, esto no es un impedimento para la lactancia materna en la gran mayoría de los casos. Sólo en la eventualidad de que el recién nacido se encuentre muy somnoliento o no esté mamando en forma adecuada, se deberá considerar –en conjunto con un especialista - el cambio del FAE o la suspensión de la lactancia materna. Algunos FAE como: fenobarbital, carbamazepina, fenitoína, oxcarbazepina y topiramato disminuyen la eficacia de los anticonceptivos orales (píldora anticonceptiva), por lo que será necesario tener presente este efecto para evaluar el cambio a otro FAE, manejo hormonal o tomar otras medidas anticonceptivas. Epilepsia y Salud Osea La fenitoína, el fenobarbital y en menor medida la carbamazepina y el ácido valproico disminuyen el calcio de los huesos, aumentando el riesgo de osteoporosis (desmineralización de los huesos) y fracturas. Por lo tanto, las pacientes en tratamiento con estos FAE deben efectuar controles regulares de su calcemia, nivel plasmático de vitamina D y hormona paratiroídea, de acuerdo a las indicaciones del especialista. Se recomienda además la realización de un examen llamado densitometría ósea (cuyo propósito es medir el nivel de calcio en los huesos) al completar 5 años de tratamiento con algunos de los FAE previamente mencionados. El efecto sobre la salud ósea de otros FAE de aparición más reciente no ha sido aún completamente evaluado, por lo que es necesario mantenerse atento en cuanto a la aparición de nueva información en esta área. En el caso de confirmarse una menor fijación de calcio o una osteoporosis, existen tratamientos disponibles sobre la base de administración de calcio, Vitamina D o fármacos para aumentar la fijación ósea de calcio. Conclusiones Las mujeres con epilepsia tienen mayores posibilidades de presentar trastornos de su ciclo menstrual o de su función reproductiva. Por otra parte, pueden observarse fluctuaciones en la frecuencia y severidad de las crisis con relación al ciclo menstrual. En las mujeres con epilepsia, el embarazo implica un mayor riesgo para la madre y el niño. Sin embargo en más de un 90% de los casos, es posible un embarazo y un recién nacido completamente normales, lo que implica el acceso a la maternidad para la inmensa mayoría de las mujeres con epilepsia. La administración de ácido fólico para prevenir la aparición de malformaciones en el recién nacido, debe efectuarse en toda mujer con epilepsia que se encuentre en edad fértil, incluyendo a las adolescentes y a las mujeres sin vida sexual activa. La efectividad de los fármacos anticonceptivos puede verse disminuida en las pacientes que se encuentren en tratamiento con FAE. Este factor debe tomarse en cuenta en toda mujer en edad fértil. Es necesario controlar la salud ósea de las pacientes en tratamiento con FAE, especialmente en aquellas que se encuentran en tratamiento con fenitoína, fenobarbital, carbamazepina y ácido valproico. El adecuado tratamiento de una mujer con epilepsia implica tener presentes todos los aspectos mencionados desde la primera consulta, en lugar de limitarse al control de las crisis epilépticas. La estrecha interacción entre el médico tratante y el gineco obstetra es de fundamental importancia para asegurar la calidad de vida de la mujer con epilepsia, su acceso a una maternidad normal y a la gestación de un recién nacido sano. Preguntas ¿Cómo está constituido el cerebro? El cerebro está constituido por varios billones de células, llamadas neuronas que actúan como pilas o acumuladores y que, al funcionar, tienen actividad eléctrica armónica. Esta, normalmente, nos permite pensar, movernos, leer, oir, etc. En personas que tienen epilepsia esta actividad eléctrica es brusca y excesiva originando una descarga anormal. ¿Cómo se manifiestan las crisis? Si la descarga afecta a un gran número de neuronas, la persona puede sufrir una crisis (ataque) y su manifestación depende de las funciones que tengan las neuronas afectadas. Así: si la descarga proviene de las neuronas encargadas del movimiento, la crisis se expresa como sacudidas de todo el cuerpo o de una parte de éste. Esta crisis la denominamos crisis convulsiva o convulsión. ¿Qué otro tipo de crisis se pueden presentar? Si la descarga es de neuronas que regulan la conciencia o estado de alerta, la crisis se expresa como una desconexión fugaz del medio, es decir, el paciente pierde la conciencia y el control de los músculos por un breve período de tiempo. ¿Cuáles son las causas de las epilepsias? Existe un número considerable de casos cuyas causas no se han podido determinar. Aquellas que no tienen evidencias de una lesión en el cerebro y si existen factores genéticos, las denominamos Primarias o Idiopáticas. Cuando se ha identificado la causa probable, o su origen, se denominan Secundarias o Sintomáticas. ¿Cuáles son las causas más frecuentes de las epilepsias? A nivel mundial existen 5 grandes causas de Epilepsias - Daño cerebral por asfixia al momento del nacimiento, por una atención inadecuada del parto o falta de atención profesional del parto. - Infecciones del cerebro por virus, bacterias o infestación de parásitos como con el embrión de la tenia (cisticercosis). - TeC accidentales y no accidentales, entre los que se puede incluir el síndrome de maltrato infantil. - ACV - Epilepsias determinadas genéticamente ¿Qué otras causa de epilepsia existen? También hay otras causas como: - Intoxicaciones medicamentosas - Tumores cerebrales - Malformaciones cerebrales congénitas - Demencias (Alzheimer) ¿Como se clasifican las crisis de epilepsia? Se clasifican en: • Crisis generalizadas: una descarga cerebral anormal que se origina en forma simultánea a todo el cerebro, siendo el síntoma inicial la pérdida de conciencia. • Crisis parciales: la descarga anormal se origina un área específica del cerebro y puede extenderse al resto, por lo que inicialmente puede no existir pérdida de conciencia. ¿Qué son las crísis tónico-clónicas generalizadas? Dentro de las crisis convulsivas, las crisis tónico-clónicas generalizadas son las más conocidas y comunes; se inician a cualquier edad y generalmente se manifiestan por: - Una pérdida repentina de la conciencia, caída del paciente, una contracción sostenida o intensa de todos los músculos y dificultad temporal para respirar (fase de contracciones tónicas) luego sacudidas musculares breves (fase clónica), posible mordedura de la lengua o parte interior de la mejilla, salivación espumosa y palidez. En esta fase puede haber incontinencia de orina y/o deposiciones. - Posteriormente la respiración se normaliza paulatinamente, vuelve a tener conciencia aunque puede permanecer confuso temporalmente y con sensación de cansancio. La crisis dura de dos a cinco minutos y el período de recuperación hasta 30 minutos. ¿Qué son las crisis de ausencia? Las crisis de ausencia son crisis generalizadas. Se manifiestan por una breve desconexión (10 a 20 segundos), detención de la actividad, con mirada fija y parpadeo, a veces con contracciones breves de los miembros, inclinación del tronco y cabeza hacia atrás, rotación y sacudidas de los ojos, movimientos de la boca, lengua y dedos, entre otros. ¿Qué son las crisis focales o parciales? Son formas de crisis epilépticas que afectan a sólo una parte del cerebro, y las manifestaciones iniciales se relacionan con esa parte afectada. Las crisis parciales se subdividen en: a) Crisis parciales simples b) Crisis parciales complejas Las crisis parciales simples se caracterizan por preservación de la conciencia. Pueden darse a cualquier edad, aunque son más frecuentes en el adulto. Las causas principales son: tumores, traumatismos y otras lesiones localizadas en el cerebro. Se caracterizan por contracciones musculares de la mitad del cuerpo, una extremidad o una parte de ella, sin pérdida de la conciencia. Ocasionalmente se manifiestan con hormigueo en un lado del cuerpo u otras alteraciones de acuerdo con la parte del cerebro afectada. Las crisis parciales complejas se caracterizan por compromiso de la conciencia por lo que el paciente con frecuencia no recuerda el ataque y no puede describirlo. Pueden tener manifestaciones diversas. Habitualmente el paciente interrumpe lo que está haciendo, en ocasiones palidece y hace girar los ojos, puede caer en estado de ensoñación y sumirse en movimientos automáticos que carecen de sentido. Por ejemplo: movimientos repetidos de los labios, besuqueo, lamidos, deglución, masticación, frotación de las manos, desvestirse, cambiar de sitio las cosas, repetición sin sentido de palabras, etc. La duración es generalmente de uno a dos minutos, pero a veces persiste durante mucho más tiempo. ¿Cómo se hace el diagnóstico de las Epilepsias? Es fundamental que antes de iniciar el tratamiento, el médico haga un diagnóstico preciso de la epilepsia. 1.- HISTORIA CLINICA Constituye un elemento clave en el diagnóstico de la epilepsia. Para elaborarla, el médico requiere una descripción detallada de los episodios que pueden corresponder a crisis epilépticas. La descripción debe ser hecha por un testigo ocular de las crisis, al igual que la frecuencia e intervalos máximos y mínimos sin ataques. La historia debe incluir información sobre el embarazo, parto, desarrollo psico-motor, enfermedades previas al paciente y si hay o no otros casos de epilepsia en la familia. 2.- EXAMEN FISICO Y PRUEBAS DE LABORATORIO En todo paciente con indicios de algún tipo de epilepsia, el médico debe hacer un examen físico completo, incluyendo un examen neurológico detallado; en algunos casos se solicitará exámenes de sangre, orina y otras pruebas de laboratorio, las mismas que tienen por objeto establecer si las crisis obedecen a una causa que pueda ser corregida. En las epilepsias primarias el examen físico es normal; mientras que en las epilepsias secundarias se detectan anormalidades en el sistema nervioso. 3.- ELECTROENCEFALOGRAMA; 4._ESTUDIOS DE IMÁGENES CEREBRALES ¿Qué es el Electroencefalograma (EEG)? El EEG es el registro gráfico de la corriente eléctrica producida por la actividad de las neuronas y puede ayudar a identificar una actividad eléctrica anormal en el cerebro. Todo paciente con epilepsia debe hacerse un EEG en su evaluación inicial. Es infrecuente que un paciente tenga una crisis mientras se está efectuando el EEG de rutina; por lo que no es raro que dicho examen en un paciente con epilepsia sea informado como normal, lo cual no elimina la posibilidad de que ese paciente tenga epilepsia; es el médico quien debe hacer el juicio-diagnóstico correspondiente. ¿Cómo se realiza el Electroencefalograma? (EEG) El estudio electroencefalográfico se efectúa colocando unos pequeños discos metálicos en determinados lugares de la superficie del cráneo, en los que previamente se ha aplicado una crema electrolítica conductora o de colodión, para asegurar de modo estable esos discos y a la vez que transmiten las señales de la actividad eléctrica del cerebro hacia la máquina que se encargará de amplificar esas señales y registrarlas en un papel (electroencefalograma). Los discos metálicos reciben el nombre de electrodos y se colocan según normas internacionales para tales registros. Durante la realización del estudio es conveniente informar a paciente sobre lo que se va a hacer, a fin de disminuir su normal inquietud por lo desconocido. Habitualmente debe permanecer acostado, con los ojos cerrados, si bien se le ordenará la apertura y el cierre intermitente de los párpados para observar los cambios que se producen en el registro. También se practicará la llamada hiperventilación, consistente en una serie de respiraciones profundas y continuadas que hacen expeler el dióxido de carbono (CO2) de la sangre a través de los pulmones, lo cual modifica la acidez de la sangre (ph sanguíneo) hacia el lado alcalino. Durante el registro se efectúa también la estimulación luminosa o fótica a frecuencias variables (fotoestimulación). El tiempo necesario para realizar un EEG es de aproximadamente una hora, la mitad del cual se emplea para colocar los electrodos y preparar al paciente, y sólo 20 o 30 minutos se utilizan en el registro propiamente dicho de la actividad cerebral. ¿ Cuál es el rol de los estudios de imágenes cerebrales? Para establecer la causa de la epilepsia en un paciente determinado, el médico puede solicitar un estudio que permita tener imágenes de las diferentes estructuras del cerebro y detectar algunas anomalías que pueden ser el origen de la epilepsia Para esto, existen dos modalidades: TAC y RNM ¿Cuál o cuáles son los tratamientos que existen para la epilepsia? Los tratamientos para la epilepsia son, fundamentalmente, cuatro. Todos y cada uno de ellos apuntan a mejorar la calidad de vida del paciente, lo que se refiere a que no haya discriminación, la persona se inserte bien y que logre controlar totalmente o reducir sus crisis. El primero es el tratamiento con fármacos. Se trata de antiepilépticos que logren un adecuado control de las crisis, con la menor cantidad de efectos secundarios. Es decir, que no alteren la calidad de vida del paciente, que pueda trabajar bien, etc. Entre el 60 y 70% de los pacientes con epilepsia responde bien al tratamiento farmacológico.Si los fármacos no dan resultado, se puede pensar en la segunda opción, que consiste en una intervención quirúrgica. Esta cirugía está indicada sólo para pacientes cuyo tratamiento con fármacos no ha sido exitoso y que tienen un tipo de epilepsia específico, el cual puede ser operado. Una tercera posibilidad, también en caso de que no resulte la terapia farmacológica, es la dieta cetogénica, que consiste en un régimen alimenticio rico en ácidos grasos, lo que produce una sensación similar al ayuno, acidificando el entorno cerebral y disminuyendo las crisis. La cuarta posibilidad es el estimulador vagal, que consiste en una especie de marcapasos, conectado al nervio vago, el cual marca impulsos eléctricos, que no son percibidos por la persona, para que el nervio bloquee la ocurrencia de crisis, o disminuya sus efectos. Esta alternativa es la menos común y, junto a la cirugía, la más costosa. Las más habitual es el tratamiento farmacológico. ¿Cómo es el tratamiento farmacológico de las Epilepsias? En la actualidad el tratamiento con medicamentos adecuados, denominados fármacos antiepilépticos (FAEs), hace la diferencia entre una vida temerosa y aislada y otra plena y exitosa. El propósito del tratamiento con medicamentos es el prevenir las crisis, no curarlas; por ello la medicación deber ser tomada por periodos largos (meses o años). El tratamiento de la epilepsia no es uniforme, las necesidades de cada persona son únicas y puede tomar algún tiempo encontrar la dosis adecuada del medicamento antiepiléptico. Usualmente, el médico empieza el tratamiento con dosis bajas y se va incrementando poco a poco de acuerdo con la respuesta individual de cada paciente; de esta manera, el médico busca el máximo control de las crisis con el menor número de efectos no deseados tales como somnolencia, irritabilidad, náuseas, cansancio, entre otros. El tratamiento con fármacos antiepilépticos se rige a los siguientes principios generales: • La mayoría de los casos de epilepsia pueden ser controlados adecuadamente con los medicamentos antiepilépticos. • En la mayoría de pacientes es necesario un solo medicamento, pero existen unos pocos casos que requieren más de uno. • Es muy importante que el medicamento sea administrado diaramente según la prescripción del médico. Los cambios en la dosis o en la frecuencia de la administración, sin el aval del médico, son muy peligrosos. • Cuando el diagnóstico y el tratamiento son hechos tempranamente, hay una buena posibilidad de que le paciente pueda vivir sin medicación luego de un período de tratamiento adecuado. La duración del tratamiento depende del tipo de epilepsia y es el médico quien debe decidir el momento de retirar el tratamiento. • Algunos medicamentos antiepilépticos pueden producir sedación excesiva y dificultades en la concentración y la memoria. Es importante que el profesor reporte al médico tratante estas dificultades en los escolares al para los ajustes necesarios de la medicación. • Cuando un paciente tiene crisis epilépticas muy seguidas o un ataque dura más de 5 minutos (estado epiléptico) se trata de una verdadera urgencia médica y debe ser llevado inmediatamente al servicio de salud más cercano. ¿Qué hacer frente a una crisis de epilepsia tónico-clónica? Prestar los primeros auxilios, para lo que debe: • Mantener la calma. • Proteger a la persona para que no se lastime. • Retirar a la persona de objetos peligrosos como fuego, vidrios o cables eléctricos. • En caso de que la persona no esté en cerca de un peligro, no moverla. Sólo retirar los objetos de su alrededor. • Colocarle algo suave bajo la cabeza. • Tan pronto como los movimientos de sacudida terminen, asegurarse de que la persona respira libremente. • Aflojar la prenda de vestir en la cintura y el cuello. • Girar a la persona sobre un costado para permitir que la saliva fluya de su boca y pueda respirar mejor. • Observar a la persona hasta que haya recuperado totalmente la conciencia. • Impedir que se aglomere gente a su alrededor. • Después de la crisis, la persona puede encontrarse confusa. Se le debe explicar lo sucedido y hacer que descanse hasta que se haya recuperado por completo. • Si la crisis convulsiva se prolonga más de 5 minutos, o si se presenta un estado de crisis continuas sin que la persona recupere la conciencia (estado epiléptico) o si una persona tiene una convulsión y no se conoce que tenga epilepsia, debe tener atención médica urgente. ¿Y las crisis menores no convulsivas? Es poco probable que la persona caiga y se lastime, ya que en este tipo de crisis el paciente no pierde la conciencia, Puede presentar movimientos involuntarios de una parte del cuerpo (crisis parciales simples), o puede tratarse de desconexiones (ausencias). • En las crisis de ausencias o desconexiones, pierde la conciencia. Su inicio y final son imperceptibles y dura alrededor de 20 segundos, por lo que se recomienda recordarle aquello que hacía, o lo que se le estaba diciendo. • Crisis parciales complejas (movimientos automáticos • Hablarle calmadamente, dando seguridad a la persona y a los demás. • Protegerlo de peligros. • Quedarse con la persona hasta que recupere la conciencia. • No detenerlo a menos que sea esencial para su seguridad. repetitivos)