Subido por Rebeca Roldán

Las montañas nos alcanzan

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¿El inicio del fin?
Las montañas nos alcanzan
Hace 25 años, en el 2025 empezaban a suceder ciertos acontecimientos en México,
pero no solamente de este lado del mundo, estos sucesos aparecieron en todo el
planeta, en cada rincón y de diferente manera, la sorpresa, el horror y la
desesperación que se vivió al principio de todo fue como si algo se rompiera en la
sociedad, en los lazos mundiales que se habían pactado hace mucho, mucho antes
de que se amontonaran las montañas de basura en las zonas periféricas de las
ciudades y que los olores de la suciedad, en conjunto con los de la creciente era de
consumismo desmedido se colaran por alguna ventana abierta de alguien
despistado que había olvidado cerrarla, las cosas venían desde más atrás y de
políticas flojas, de individuos hiperindividualizados con ánimos del consumo de lo
novedoso… novedoso, pero desechable. Así fue como se dio rienda suelta a la ola
de hechos que se han vivido a lo largo de 25 años, aprendiendo a sobrevivir en un
nuevo mundo, un mundo más salvaje, que no tiene comparación a nuestra
existencia anterior, una existencia en la que se gozaba de pequeñas comodidades,
de momentos de felicidad y no de una constante adrenalina por no morir, que sube
por las vértebras hasta llegar al cuello como un pinchazo.
El lustro del 2020
A partir del año 2020 comenzaron a hacerse más latentes los cambios climáticos,
se podía percibir en el cuerpo, en la respiración y en las enfermedades. El
calentamiento global empezaba a derretir los polos, de ahí salían enfermedades
sepultadas, esperando desde siglos atrás emerger de su interminable sepultura
helada. Empezaron pandemias consecutivas, se confió demasiado en el desarrollo
científico y en las tecnologías que iban controlando los brotes; a la única que se le
puso mucha atención y cuidado social fue a la primera de ellas, que inicio ese mismo
año 2020, pero a la medida que fueron apareciendo más pandemias, también la
costumbre se imprimió en el interior de cada persona, la responsabilidad cambio a
indiferencia durante 5 años seguidos.
La discusión política que años atrás estaba con tanto ímpetu para el control de las
grandes industrias que ocasionaban grandes cambios al medio ambiente, cada vez
era más apaciguada, fue mejor seguir produciendo en masa y seguir estrategias de
marketing para transformar todo en un producto, para el consumo desmedido, que
en el 2025 dio un golpe directo en las narices a las periferias de las ciudades.
El decenio del 2025
Este año comenzaron a llevar los desechos de las ciudades a las periferias,
dañando la salud de millones de personas que residían ahí. Al principio no eran más
que montoncitos, había basureros específicos, con los que la gente se sentía
incomoda, pero no trasgredida porque no sé sabía que esa basura no solo era de
los habitantes de esos espacios, sino que también de las ciudades próximas.
La Ciudad de México, se trasformó totalmente en la cuna de las clases acomodadas,
expulsando a todas las clases bajas, empezaba a dejar toneladas de desechos que
aún podían controlar en los basureros, pero llegado el 2030 las periferias ya
empezaban a resentir el consumo incontrolado de la ciudad, sentía los estragos de
los olores, el humo que iniciaban para acabar con las crestas de las montañas de
basura que se fue acumulando tan lentamente que las personas casi no lo notaban,
porque sus ocupaciones en los trabajos explotadores de la ciudad los aprisionaban
en cuerpos constantemente cansados como para hacer algo. Para el 2033, todo lo
generado se intentaba quemar como una medida rápida para deshacerse de ella,
pero afecto terriblemente las vías respiratorias de las personas que vivían en la
zona, empezaron a morir los habitantes en lapsos tan cortos, casi en un pestañeo y
el centro de la ciudad empezó a quedarse sin la fuerza de trabajo que necesitaban
para sus comodidades, en consecuencia se vivió una recesión económica, no solo
por esto, sino que en el mundo acontecían desastres naturales muy graves,
terremotos, explosiones volcánicas, sunamis, etc. Arrasaban con gran parte de
infraestructura y de su población. Ahí fue cuando los lazos mundiales se empezaron
a romper, ya no era sostenible. De unos cuantos días a otros, la incomunicación y
el caos era lo que reinaba en el mundo. En el trascurso hacia el 2035, se intentaron
planes de supervivencia que fracasaron rotundamente por la desorganización y por
la exclusión entre población.
¿El final?
Para el año 2035 inicio una sequía en todo el globo terráqueo, y México no fue una
excepción. El agua poco a poco se empezó a agotar en los primeros 5 años, la
población se había reducido tan dramáticamente, que por eso no se acabó de
inmediato el agua potable, las personas se empezaron a desplazar de manera
constante a partir del 2040, buscando riachuelos, lagunas, ríos por los estados de
la República, las montañas de basura habían quedado en las orillas de las ciudades
inhabitadas, lo que antes habían sido grandes bosques y selvas, ahora solo eran
ramas marchitas al punto del colapso. Se viajaba en grupos, estos formaban
comunidades al borde de algún lago medio seco, en donde se necesitaba trabajar
constantemente para poder sobrevivir y aún la incertidumbre de la vida estaba
respirando en la oreja.
La situación se empezaba a ver insostenible a las orillas de los lagos para el 2045,
se escuchaban rumores de las playas, de ingeniosas herramientas para trasformar
esa agua salada en agua dulce, muchos grupos salieron a buscar la tan
reconfortante y atesorada agua. En las playas la sorpresa, claramente si era el
poder encontrar agua dulce por los procesos para trasformar la espumeante agua
salina, pero también que las orillas cada vez se hacían más largas y el trabajo para
sobrevivir era aún más pesado, pero se podía sobrevivir.
Ahora 5 años después, las cosas se vuelven aún más complicadas, cada vez se
han tenido que ir recorriendo frecuentemente los asentamientos, para no alejarse
tanto del agua. En ocasiones hay momentos de curiosidad y pequeños grupos van
a buscar algún tipo de riachuelo, pero hasta ahora no se ha encontrado, a veces
encuentran joyas, pero esas banalidades han quedado en una vida distante, ya casi
no se recuerdan las montañas de basura, aquí no se generan, la arena cubre
cualquier desecho humano. De un lado de se ven montañas de arena y nada más
que eso, del otro se ve el agua espumosa que pega con algunas rocas, un mar
basto que en las vidas pasadas se disfrutaba ver.
¿Por qué escribo esto? En realidad, es una distracción de la pesadez de este mundo
tan desolado, quizá, con muchas esperanzas albergadas algún día alguien pueda
leer esto, cuando vuelva a haber agua -si es que llega ese día- por lo pronto podré
seguir soñando despierta que ese día está próximo, que puedo llenarme la barriga
de agua dulce y saciar mi lengua reseca, que se humedezcan mis ojos para llorarle
al cielo.
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