¿ES OBLIGATORIO VISITAR UN MUSEO? Hacía calor. No podía ser de otra manera. Era pleno verano cerca del mediodía. Estábamos deambulando por el centro de la ciudad sin ningún destino. Sólo paseando, viendo la ciudad y sus calles como buenos turistas. Una de las calles nos llevó a un imponente edificio con grandes columnas y una gigantesca puerta de entrada. Empecé a percibir las risitas sordas de mis amigos y miradas de complicidad entre ellos. – ¿Qué pasa?– Les pregunté distraído. Y señalándome el imponente edificio me dijo uno de ellos: – Otro museo no por favor. Claro, en dos días les había arrastrado a visitar el museo arqueológico y el de historia natural. No querían entrar a otro museo y perder la mañana entre antigüedades y “cosas valiosas”. La anécdota que te acabo de relatar y que me sucedió en una escapada con amigos sucede en muchas ocasiones. Quizás diferentes personajes. En lugar de amigos puede ser hijos, hermanos o escolares. Muchos de los museos de España funcionan muy bien. Reciben cientos de miles de visitas al año y cuentan con gran prestigio y tremendo éxito. Pero también es cierto que, el museo, como centro o espacio cultural, impone cierto respeto o rechazo para una cantidad de gente mayor de lo visita. Y cuando hacemos turisteo y visitamos una ciudad de vacaciones, muchas veces nos sentimos en la extraña obligación de visitar sus museos, al menos uno. Y si no lo hacemos, apuesto a que más de uno se siente culpable. Como que no lo ha visto todo. Como que no ha cumplido. –¿POR QUÉ NO VISITAS EL MUSEO? En muchas ocasiones, la imagen del museo entre la sociedad produce cierta barrera para visitarlo. Muchos lo ven como edificios viejos en los que se debe mantener silencio, un espacio para intelectuales o para gente con gran inquietud cultural. Cada uno tendrás sus razones, ¡claro! En mi caso hace meses que no visito un museo y mi excusa principal es la falta de tiempo y el escaso interés en visitar los museos y exposiciones actuales de mi ciudad. O ya los he visto o no me llaman la atención lo más mínimo. Falta de tiempo, falta de interés, el coste económico… incluso “miedo escénico” a no entender nada de lo que se ve. Aunque no lo creas, mucha gente es reacia a visitar museos porque piensan que no van a entender nada o no les va a aportar ningún tipo de beneficio. ¿POR QUÉ VISITAR UN MUSEO? Cualquiera que sea tu excusa para visitar un museo he de decirte que “tienes que visitar” el museo de tu ciudad para superar esos prejuicios. Por esa razón, si piensas que no te va a proporcionar nada o no vas a entender la exposición, tienes que hacerlo. Si algo provoca un museo es inquietud. Te cuestionas, te haces preguntas sobre lo expuesto. No tienes que saber absolutamente nada. Simplemente pasearte y hacerte preguntas tú mismo. Ya está. Quizás sea eso, que sentimos que debemos saber algo o estamos en la obligación de conocer o aprender. Pero no. Tenemos que liberarnos de prejuicios y visitar el museo sin esperar nada absolutamente, solo por curiosidad. Visitar un museo tiene que ser percibido como una actividad de ocio para disfrutar de tu tiempo libre. Pero para eso, el museo también debe ofrecer un ambiente agradable, abierto, sencillo, atractivo. Un museo no es un lugar exclusivamente para intelectuales o estudiantes; tampoco es un espacio solo para estudiar sino más bien para explorar y para ayudarnos a hacernos preguntas y para pasar un rato agradable. También (y por qué no decirlo) visitar el museo te hará sentir bien contigo mismo, te inspirará y derribará los prejuicios que tenías previos. Por otro lado, hay gente que no les gustan los museos. ¿Es eso un problema? En absoluto. Tampoco es cuestión de que la gente vaya al museo “por obligación”. Y si no te gusta pues no te gusta y punto. No pasa nada. Sencillamente, si no visitas un museo cuando estas de vacaciones pues no pasa nada. El concepto de turismo (hoy en día muy a debate sobre todo en España) es tan subjetivo que cada uno de nosotros tenemos nuestra visión. Y visitar un museo no tiene por qué ser una prioridad turística aunque para nosotros sí que lo es. ¿QUIÉN VISITA UN MUSEO? ¿Te has preguntado alguna vez qué motiva a la gente visitar un museo? Mucha gente se ve empujada a visitar un museo cuando está de vacaciones por simple tradición o por cumplir con “el protocolo del turista”. Parece como que si no visitas el museo es que no has estado en esa ciudad. Ya estuvimos tratando de responder a esta pregunta: ¿por qué visitar un museo? Lo que vamos a plantearnos aquí es en el quién. Los perfiles de personas que suelen visitar un museo. Uno de los ejercicios que me gusta llevar a cabo en mis visitas a museos es el de sentarme en una esquina, a ser posible dentro de la propia exposición, y dejar pasar un rato simplemente observando a la gente pasar. Es un ejercicio cuanto menos curioso. Parece que el museo cobra vida y cuente mil historias. ENTENDER A LOS VISITANTES PARA MEJORAR EL MUSEO Y observando te das cuenta de la cantidad de personas diferentes que visitan el museo: jóvenes, escolares, en grupo, en pareja, mayores, turistas, locales…. Este ejercicio de observación supone una de las tareas principales que se deben acometer en un museo. ¿Quién lo visita? De esta forma, sabiendo el perfil de persona que suele venir a ver la exposición, se establece la estrategia del tipo de exhibición, el mensaje, la forma de mostrar los objetos, las actividades, etc. Con la información de las personas que suelen visitar el museo se empieza a trabajar en la cuestión didáctica, uno de los principales objetivos del museo. LA EXPERIENCIA DE LA VISITA Yo me pregunto si tras la visita a un museo te planteas lo que ha significado para ti esa visita. Tampoco que reflexiones profundamente sobre lo visto sino más bien preguntarte si ha merecido la pena. La experiencia de una visita depende en gran medida de la exposición que se visita, evidentemente. Pero hay otros factores que determinan nuestro nivel de satisfacción como el trato recibido, si hemos recibido una explicación convincente, si salimos con más preguntas que respuestas, si nos ha sorprendido, si nos hemos entretenido, si hemos visto lo que esperábamos…. Pero esto es algo muy personal que varía con cada persona. Lo que sí te pido es que hagas ese pequeño ejercicio de reflexión cuando salgas de un museo. Si te ha gustado y por qué. Un ejercicio de gran ayuda para el museo es realizar encuestas a la entrada y a la salida. Saber qué espera el visitante antes de entrar, si conoce la exposición y lo que espera de ella. Y luego otras preguntas a la salida relacionadas con lo que ha visto: si ha cubierto sus expectativas, si le ha gustado, si le ha decepcionado, qué es lo que le ha transmitido… De este modo se puede evaluar, ya no solo el tipo de persona que visita el museo sino también el nivel de satisfacción conseguido. Ambos puntos de partida para mejorar la exposición y la oferta educativa museística. Cada persona, como la vida misma, percibe la exposición de forma diferente en base a sus principios y a su modo de enfocar la realidad. Por eso hay diferentes tipos de visitantes que podrían definirse del siguiente modo (aunque sin ningún carácter científico LOS DIFERENTES TIPOS DE VISITANTE • El motivado: éste tipo de visitante viene al museo totalmente motivado. No hay nada que le empuja a visitarlo salvo su propio interés. Suele venir en grupo y tratar de comentar todas y cada una de las piezas en exposición. En su caso, cualquier exposición que vaya a visitar va a suponer una experiencia satisfactoria. • El profesional: aquella persona que de alguna manera está relacionada con la exposición por motivos normalmente profesionales o por alguna afición. Una exposición de una película, de unos juguetes de su infancia, de un artista apreciado… La visita en este caso busca exclusivamente un determinado contenido relacionado con su profesión/afición. • El turista: que no tiene que ser un turista en sí, pude ser un local con necesidad de nuevas experiencias y cuya motivación es la de conocer algo nuevo. Aquella persona que se siente mal si visita una ciudad y no va al museo correspondiente. Lo mismo en su ciudad, siente el apremio de visitar toda exposición nueva que se inaugure con el fin de comentar a sus allegados que “ya la ha visitado”. • El espiritual: las visitantes curiosas que visitan el museo en busca de paz, con la esperanza de pasar un rato con ellas mismas con el simple cometido de observar con la esperanza de encontrar algo interesante. No importa mucho el tipo de exposición sino más bien el escenario aunque generalmente encuentran algo de interés. • El explorador: el visitante que conoce de antemano el tema de la exposición y quiere visitar con el fin de aprender. Trata de encontrar algo de lo que aprender e indagar más tarde al llegar a casa. EL MUSEO EN CONTINUO MOVIMIENTO Con los avances tecnológicos, el desarrollo de nuevas herramientas y la vertiginosa rapidez con que se mueve la sociedad actual, los museos se encuentran en continuo cambio y transformación. Por esto, es necesario estudiar el tipo de personas que visitan la institución museística. Tratar de ofrecer siempre la historia de forma atractiva y no quedarse, el museo en sí como entidad, en el pasado; lo cual sería toda una paradoja… •