Subido por Carolen Enkstin

Público de museos

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¿ES OBLIGATORIO
VISITAR UN MUSEO?
Hacía calor. No podía ser de otra manera. Era pleno verano cerca del
mediodía. Estábamos deambulando por el centro de la ciudad sin
ningún destino. Sólo paseando, viendo la ciudad y sus calles como
buenos turistas. Una de las calles nos llevó a un imponente edificio con
grandes columnas y una gigantesca puerta de entrada. Empecé a
percibir las risitas sordas de mis amigos y miradas de complicidad entre
ellos.
– ¿Qué pasa?– Les pregunté distraído.
Y señalándome el imponente edificio me dijo uno de ellos: – Otro museo
no por favor.
Claro, en dos días les había arrastrado a visitar el museo arqueológico
y el de historia natural. No querían entrar a otro museo y perder la
mañana entre antigüedades y “cosas valiosas”.
La anécdota que te acabo de relatar y que me sucedió en una escapada
con amigos sucede en muchas ocasiones. Quizás diferentes
personajes. En lugar de amigos puede ser hijos, hermanos o escolares.
Muchos de los museos de España funcionan muy bien. Reciben
cientos de miles de visitas al año y cuentan con gran prestigio y
tremendo éxito. Pero también es cierto que, el museo, como centro o
espacio cultural, impone cierto respeto o rechazo para una cantidad
de gente mayor de lo visita.
Y cuando hacemos turisteo y visitamos una ciudad de vacaciones,
muchas veces nos sentimos en la extraña obligación de visitar sus
museos, al menos uno. Y si no lo hacemos, apuesto a que más de uno
se siente culpable. Como que no lo ha visto todo. Como que no ha
cumplido.
–¿POR QUÉ NO VISITAS EL MUSEO?
En muchas ocasiones, la imagen del museo entre la sociedad
produce cierta barrera para visitarlo. Muchos lo ven como edificios
viejos en los que se debe mantener silencio, un espacio para
intelectuales o para gente con gran inquietud cultural.
Cada uno tendrás sus razones, ¡claro! En mi caso hace meses que no
visito un museo y mi excusa principal es la falta de tiempo y el
escaso interés en visitar los museos y exposiciones actuales de mi
ciudad. O ya los he visto o no me llaman la atención lo más mínimo.
Falta de tiempo, falta de interés, el coste económico… incluso “miedo
escénico” a no entender nada de lo que se ve. Aunque no lo
creas, mucha gente es reacia a visitar museos porque piensan que
no van a entender nada o no les va a aportar ningún tipo de beneficio.
¿POR QUÉ VISITAR UN MUSEO?
Cualquiera que sea tu excusa para visitar un museo he de decirte que
“tienes que visitar” el museo de tu ciudad para superar esos prejuicios.
Por esa razón, si piensas que no te va a proporcionar nada o no vas a
entender la exposición, tienes que hacerlo.
Si algo provoca un museo es inquietud. Te cuestionas, te haces
preguntas sobre lo expuesto. No tienes que saber absolutamente
nada. Simplemente pasearte y hacerte preguntas tú mismo. Ya está.
Quizás sea eso, que sentimos que debemos saber algo o estamos en
la obligación de conocer o aprender. Pero no. Tenemos que liberarnos
de prejuicios y visitar el museo sin esperar nada absolutamente, solo
por curiosidad.
Visitar un museo tiene que ser percibido como una actividad de
ocio para disfrutar de tu tiempo libre. Pero para eso, el museo también
debe ofrecer un ambiente agradable, abierto, sencillo, atractivo. Un
museo no es un lugar exclusivamente para intelectuales o estudiantes;
tampoco es un espacio solo para estudiar sino más bien para explorar
y para ayudarnos a hacernos preguntas y para pasar un rato
agradable.
También (y por qué no decirlo) visitar el museo te hará sentir bien
contigo mismo, te inspirará y derribará los prejuicios que tenías previos.
Por otro lado, hay gente que no les gustan los museos. ¿Es eso un
problema? En absoluto. Tampoco es cuestión de que la gente vaya al
museo “por obligación”. Y si no te gusta pues no te gusta y punto. No
pasa nada.
Sencillamente, si no visitas un museo cuando estas de vacaciones pues
no pasa nada. El concepto de turismo (hoy en día muy a debate sobre
todo en España) es tan subjetivo que cada uno de nosotros tenemos
nuestra visión. Y visitar un museo no tiene por qué ser una prioridad
turística aunque para nosotros sí que lo es.
¿QUIÉN VISITA UN
MUSEO?
¿Te has preguntado alguna vez qué motiva a la gente visitar un
museo? Mucha gente se ve empujada a visitar un museo cuando está
de vacaciones por simple tradición o por cumplir con “el protocolo del
turista”. Parece como que si no visitas el museo es que no has estado
en esa ciudad.
Ya estuvimos tratando de responder a esta pregunta: ¿por qué visitar
un museo?
Lo que vamos a plantearnos aquí es en el quién. Los perfiles de
personas que suelen visitar un museo. Uno de los ejercicios que me
gusta llevar a cabo en mis visitas a museos es el de sentarme en una
esquina, a ser posible dentro de la propia exposición, y dejar pasar un
rato simplemente observando a la gente pasar. Es un ejercicio cuanto
menos curioso. Parece que el museo cobra vida y cuente mil historias.
ENTENDER A LOS
VISITANTES PARA
MEJORAR EL MUSEO
Y observando te das cuenta de la cantidad de personas diferentes
que visitan el museo: jóvenes, escolares, en grupo, en pareja,
mayores, turistas, locales….
Este ejercicio de observación supone una de las tareas principales que
se deben acometer en un museo. ¿Quién lo visita? De esta
forma, sabiendo el perfil de persona que suele venir a ver la
exposición, se establece la estrategia del tipo de exhibición, el
mensaje, la forma de mostrar los objetos, las actividades, etc.
Con la información de las personas que suelen visitar el museo se
empieza a trabajar en la cuestión didáctica, uno de los principales
objetivos del museo.
LA EXPERIENCIA DE LA
VISITA
Yo me pregunto si tras la visita a un museo te planteas lo que ha
significado para ti esa visita. Tampoco que reflexiones profundamente
sobre lo visto sino más bien preguntarte si ha merecido la pena.
La experiencia de una visita depende en gran medida de la exposición
que se visita, evidentemente. Pero hay otros factores que determinan
nuestro nivel de satisfacción como el trato recibido, si hemos recibido
una explicación convincente, si salimos con más preguntas que
respuestas, si nos ha sorprendido, si nos hemos entretenido, si hemos
visto lo que esperábamos….
Pero esto es algo muy personal que varía con cada persona. Lo que sí
te pido es que hagas ese pequeño ejercicio de reflexión cuando salgas
de un museo. Si te ha gustado y por qué.
Un ejercicio de gran ayuda para el museo es realizar encuestas a la
entrada y a la salida. Saber qué espera el visitante antes de entrar, si
conoce la exposición y lo que espera de ella. Y luego otras preguntas a
la salida relacionadas con lo que ha visto: si ha cubierto sus
expectativas, si le ha gustado, si le ha decepcionado, qué es lo que le
ha transmitido…
De este modo se puede evaluar, ya no solo el tipo de persona que
visita el museo sino también el nivel de satisfacción conseguido.
Ambos puntos de partida para mejorar la exposición y la oferta
educativa museística.
Cada persona, como la vida misma, percibe la exposición de forma
diferente en base a sus principios y a su modo de enfocar la realidad.
Por eso hay diferentes tipos de visitantes que podrían definirse del
siguiente modo (aunque sin ningún carácter científico
LOS DIFERENTES TIPOS DE VISITANTE
•
El motivado: éste tipo de visitante viene al museo totalmente
motivado. No hay nada que le empuja a visitarlo salvo su propio
interés. Suele venir en grupo y tratar de comentar todas y cada
una de las piezas en exposición. En su caso, cualquier exposición
que vaya a visitar va a suponer una experiencia satisfactoria.
•
El profesional: aquella persona que de alguna manera está
relacionada con la exposición por motivos normalmente
profesionales o por alguna afición. Una exposición de una
película, de unos juguetes de su infancia, de un
artista apreciado… La visita en este caso busca exclusivamente
un determinado contenido relacionado con su profesión/afición.
•
El turista: que no tiene que ser un turista en sí, pude ser un local
con necesidad de nuevas experiencias y cuya motivación es la de
conocer algo nuevo. Aquella persona que se siente mal si visita
una ciudad y no va al museo correspondiente. Lo mismo en su
ciudad, siente el apremio de visitar toda exposición nueva que se
inaugure con el fin de comentar a sus allegados que “ya la ha
visitado”.
•
El espiritual: las visitantes curiosas que visitan el museo en
busca de paz, con la esperanza de pasar un rato con ellas mismas
con el simple cometido de observar con la esperanza de encontrar
algo interesante. No importa mucho el tipo de exposición sino más
bien el escenario aunque generalmente encuentran algo de
interés.
•
El explorador: el visitante que conoce de antemano el tema de la
exposición y quiere visitar con el fin de aprender. Trata de
encontrar algo de lo que aprender e indagar más tarde al llegar a
casa.
EL MUSEO EN CONTINUO
MOVIMIENTO
Con los avances tecnológicos, el desarrollo de nuevas herramientas
y la vertiginosa rapidez con que se mueve la sociedad actual, los
museos se encuentran en continuo cambio y transformación. Por esto,
es necesario estudiar el tipo de personas que visitan la institución
museística. Tratar de ofrecer siempre la historia de forma atractiva y no
quedarse, el museo en sí como entidad, en el pasado; lo cual sería toda
una paradoja…
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