Introducción: Durante 1849 a 1855, las posiciones políticas que habían estado dispersas durante la primera mitad del siglo XIX, se definieron en medio de un México en crisis. Las tendencias de los hombres que se decían del ‘orden’ o de ‘bien’, defensoras de la tradición virreinal, adversas a una reforma radical contra el clero y los fueros del ejército, y a favor de un sistema centralista que lograra la unidad entre las regiones que quedaban del país, se convirtieron en el partido conservador con un proyecto de nación muy claro, gracias a Lucas Alamán, que en 1849 fungía como presidente del Ayuntamiento de la Ciudad de México. En este proyecto se proclamó el centralismo. Su oposición al federalismo radicó en que este sistema en lugar de unir a la nación en un momento de emergencia -como lo había sido en la guerra contra el vecino del norte- la fragmentó y la puso a merced de las ambiciones expansionistas de los Estados Unidos. Para los conservadores, el centralismo serviría para mantener a raya a todos los caciques y frenaría las aspiraciones autonomistas de las regiones. Para salvar a la nación había que implantar un régimen de ejecutivo fuerte, que se sobrepusiera a todos los intereses de la sociedad, que fuera representativo, pero que esta representación en el Congreso no frenara al ejecutivo para actuar. Podía en determinadas circunstancias poner límites al ejecutivo, pero en lugar de convertir al Congreso en una reunión de debates, quería que este organismo tuviera contacto directo con todos los municipios, para conocer sus necesidades e implementar con la ayuda misionera de la Iglesia, el progreso económico y social del país. De esta forma, los Estados con sus gobernadores, representantes de los intereses de las autonomías provinciales, desaparecerían del mapa. Para esta vertiente, la religión católica de herencia hispánica, que era la institución que había pasado por una serie de avatares para ser debilitada frente al poder civil, se mantenía aún estable y sería un instrumento catalizador para unir a la sociedad tan disímbola en la búsqueda de su identidad cultural y nacional, a través del catolicismo y la cultura hispana que serían un dique contra la influencia anglosajona del norte. Por tanto, la religión católica sería la oficial del Estado y no habría tolerancia religiosa Hay que hacer notar que el llamado Partido Conservador nunca estuvo organizado como un partido político, con jefaturas establecidas, órganos de representación, membresía inscrita, etcétera. Se trató, en rigor, de un grupo de personas que representaban los intereses y las ideas de un sector del pueblo mexicano, muy especialmente, de la Iglesia católica. Este hecho nos hace ver que el Partido Conservador nunca pudo ser disuelto, porque nunca fue constituido, y que mientras vivieran los hombres que habían encabezado o apoyado la reacción contra el Estado liberal, mientras existiera la Iglesia católica en México, difícilmente, desaparecería ese grupo de mexicanos conservadores, al cual se llamó, en la lucha política, Partido Conservador. Se sabe que uno de los fundadores del Partido Conservador fue el historiador Lucas Alamán, junto con otras personas tales como Ignacio Aguilar y Marocho, Francisco de Paula Arrangoiz, Antonio de Haro y Tamariz, Miguel Miramón y Leonardo Márquez. En principio apoyaban la idea de invitar a un miembro de la Casa de Borbón a gobernar México dado a su búsqueda por la protección paternalista de los reyes de España, a quienes los conservadores veían sus años de gobierno en la Nueva España como justos y prósperos; sobre todo en el sentido de volverles a otorgar a los indígenas de un "estatus especial" separados como entidades jurídicas aparte, con sus propias leyes y protección de la Corona, en tanto que el poder político como tal, permanecería en manos de las élites y nobleza mexicanas. Luego de su derrota en la Guerra de Reforma, los conservadores aprovecharon el caos imperante en el país producido por la invasión francesa y enviaron una delegación al castillo de Miramar, donde residía el archiduque austriaco Maximiliano de Habsburgo, y le ofrecieron la corona imperial de México. Habiendo quedado establecido el Segundo Imperio, muchos conservadores mexicanos quedaron decepcionados por el gobierno de Maximiliano al ver que este pretendía un gobierno de tintes liberales. Un mes después del fusilamiento del archiduque (15 de julio de 1867), Juárez finalmente entró triunfante a la capital de México, marcando la victoria del Partido Liberal y comenzando el periodo conocido como la Restauración Republicana en que todo el país quedaría organizado bajo los lineamientos de la Constitución Política de 1857 que tanto combatieron los conservadores. Pese a la disolución del Partido Conservador y la situación de marginación política que vivieron los católicos conservadores durante 1867, y hasta el año 1892, estos se consolidaron en una posición independiente frente a los círculos oficiales que les permitió observar y enjuiciar el funcionamiento de las instituciones liberales y el comportamiento de las autoridades hasta los últimos años del Porfiriato. Características del proyecto conservador ________________________________________ •Creación de un Estado central fuerte (centralismo político). •Impulso al proteccionismo económico. •Apoyo al crecimiento agrícola, pero sin transformar la estructura agraria propiedad de la Iglesia. •Creación de un sector industrial moderno, incorporando capitales y tecnología avanzada (sobre todo ingleses). •Intervención gubernamental para el fomento del crecimiento económico. Cronología: 1833 • Durante el gobierno de Valentín Gómez Farías se lleva a cabo el primer intento de reforma liberal para consumar la independencia y la soberanía del Estado mexicano sobre el poder eclesiástico y militar. 1840 OCTUBRE 18 • José María Gutiérrez Estrada publica la Carta dirigida al Excmo. Señor Presidente de la República sobre la necesidad de buscar, en una Convención, el posible remedio de los males que aquejan a la República y opiniones del autor acerca del mismo asunto, en la que explica a Anastasio Bustamante que ante el fracaso del centralismo y el federalismo la opción más viable para México es la adopción de la monarquía como sistema de gobierno. 1849 • Lucas Alamán funda el Partido Conservador. 1853 MARZO 23 • Alamán escribe a Antonio López de Santa Anna para exponer los principios sobre los que se pretende la regeneración de México. 1855 Santa Anna envió diferentes divisiones militares con el propósito de tomar Acapulco, Costa Chica y Tierracaliente, pero no lo logró. Las ideas de la revolución de Ayutla se expandieron a otras regiones del país. Comonfort partió de Acapulco y siguió el itinerario de su campaña para dar el golpe final a la dictadura, pasó por Zihuatanejo, el Balsas, Michoacán, Jalisco, Guanajuato, Querétaro y finalmente entró triunfante a la capital el 16 de septiembre de 1855; Santa Anna huyó de la ciudad de México el 17 de agosto. El significado del triunfo de la Revolución de Ayutla consiste en que, al tomar el poder político, los liberales definieron su predominio sobre el grupo de los conservadores y pudieron llevar a cabo su proyecto de nación. DICIEMBRE 2 • Tomás Mejía proclama el Plan de Tolimán en respuesta a la Ley Juárez. 1859 JULIO 7 • En Veracruz, el presidente Juárez emite un manifiesto a la nación en el que anuncia la próxima promulgación de las Leyes de Reforma y expone un programa de gobierno. JULIO 12 • Miguel Miramón publica un manifiesto en el que plantea su programa de regeneración del país. 1863 JUNIO 21 • El mariscal Federico Forey emite una proclama en la que declara que la intervención en México sigue una política liberal. OCTUBRE 3 • Maximiliano ofrece establecer un gobierno constitucional fundado en principios liberales. 1864 MAYO 28 • En México, Maximiliano emite un manifiesto en el que declara que su gobierno se sustentará en instituciones liberales. Planes y leyes: Plan de Tacuba. Fue el 17 de diciembre de 1857, cuando Félix María Zuloaga redactó el Plan de Tacubaya, de la mano de sus allegados Mariano Navarro, Manuel Silíceo, Ignacio Comonfort, José María Revilla, Juan José Baz y Manuel Pinto. El Plan de Tacubaya le daba facultades absolutas al Presidente de la República, con el fin de que éste derogara la Carta Magna recién jurada, apelando a que ésta no significaba la voluntad del pueblo, creando un ambiente de insatisfacción. El plan expresaba que, desde la fecha de su promulgación, cesaría de regir la Constitución de 1857, que en su lugar se convocaría a un Congreso extraordinario con el objetivo de crear una nueva que respondiera a la voluntad nacional, garantizando sus verdaderos intereses, sin embargo, eran notorio que dicho plan atendía únicamente a las intenciones conservadoras. Carta de Gutiérrez Estrada al presidente. Aquí qr Plan de Tolimán. En Tolimán, Querétaro, José López Uraga proclama el Plan de Tolimán, en contra del Plan de Ayutla. Diciembre 2 de 1855 El plan fue secundado por el prefecto político Antonio Montes Velásquez y por el oficial Tomás Mejía, comandante de Jalpan (Sierra Gorda). El presidente Comonfort, enviará a Luis Ghilardi a someterlos, quien convencerá a Velázquez y a Mejía de abandonar el Plan. Tolimán será ocupado el 24 de enero de 1856 y López Uraga será hecho prisionero el 18 de febrero siguiente. López Uraga, nació en Morelia, Michoacán, en 1810 y participó en la guerra contra Estados Unidos. Después de promover el Plan de Tolimán y de haber sido prisionero, huirá a Estados Unidos, regresará y se integrará a las filas de los liberales durante la guerra de Reforma, en la cual alcanzará notoriedad, perderá una pierna en combate y será hecho prisionero en Guadalajara por los conservadores. Liberado, será Ministro de México en Prusia. Al iniciar la intervención francesa, será jefe del Ejército de Oriente. Pero López Uraga actuará imprudentemente, con frecuencia escribirá cartas absurdas a Juárez en las que se ocupa de cuestiones pueriles y las importantes las trata con despreocupación y con visible falta de estudio. Cuando recibe la visita de un oficial francés de Estado Mayor, será verdaderamente indiscreto; Saligny escribirá sobre él: “no carece de experiencia pero sin gran capacidad y completamente desprovisto de moral como también de toda opinión política. Habiendo servido alternativamente a todos los partidos es esclavo de sus pasiones y de sus necesidades, va siempre a donde considera que está su beneficio.” El 9 de febrero de 1862 será removido del cargo y sustituido por Zaragoza. En 1864 será comandante general en el estado de Jalisco y general en jefe del Ejército del Centro; el 26 de julio de ese mismo año, abandonará el mando para ponerse a las órdenes del Imperio. Cuando Carlota Amalia sale a Europa, será jefe de su escolta. Al triunfo de la República, vivirá en triste destierro. Morirá en San Francisco, California, en febrero de 1885. Ley Lafragua También conocida como “Reglamento de la Libertad de Imprenta” fue una ley expedida el 28 de Diciembre de 1855 en México por José María Lafragua pasando a ser otra de las muchas leyes surgidas en México entre los años 1855 y 1864 denominadas bajo el concepto de leyes de reforma cuyo objetivo no era otro que el de dar mas libertades a todas las personas residentes en el estado mexicano. Esta ley surge a raíz de la necesidad de dar libertad de expresión a los diferentes medios de comunicación de la época. Hay que tener en cuenta que durante esta época cualquier nota de imprenta que fuese amoral, o en contra de los intereses conservadores del gobierno podía ser considerada como delito grave. Las personas acusadas de dichos delitos no tenían el derecho de defensa propia y eran obligados a pagar ingentes cantidades de dinero en concepto de multas por la falta cometida. Esta ley se engloba dentro de las consideradas leyes de reforma, un conjunto de leyes que buscan otorgar más poder al pueblo, y menos a la iglesia. La ley Lafragua surge tras la victoria de los liberales a los conservadores, que convocaron a un congreso para abolir las leyes de Santa Anna, y entre ellas la de libertad de expresión. Qr aquí Ley Juárez Noviembre 22 de 1855, es decretada la “Ley Juárez” sobre Administración de Justicia y Orgánica de los Tribunales de la Nación y del Distrito Federal y Territorios Federales por la que se suprimen los fueros eclesiásticos y militares y sus tribunales especiales. Se conoce la ley por ese nombre porque se atribuye la iniciativa de su formulación a Benito Juárez, ministro de Justicia del gobierno de Juan N. Álvarez. Tiene especial significado porque, en pocas palabras: ante la ley, todos los hombres son iguales y deben ser juzgados por los mismos tribunales, aunque dada la fuerza de facto del ejército y de la iglesia católica mantiene la ley, los tribunales militares y eclesiásticos. La ley está constituida por setenta y siete artículos, más otros cuatro transitorios. En su parte básica establece: “Se suprimen los tribunales especiales, con excepción de los eclesiásticos y militares. Los tribunales eclesiásticos cesarán de conocer en los negocios civiles y continuarán conociendo de los delitos comunes de los individuos de su fuero, mientras se expide una ley que arregle ese punto. Los tribunales militares cesarán también de conocer de los negocios civiles, y conocerán tan solo de los delitos puramente militares o mixtos de los individuos sujetos al fuero de guerra. Las disposiciones que comprende este artículo, son generales para toda la República, y los Estados no podrán variarlas o modificarlas” Uno de los artículos transitorios señala: “Los tribunales militares pasarán igualmente a los jueces ordinarios respectivos, los negocios civiles y causas criminales sobre delitos comunes: lo mismo harán los tribunales eclesiásticos con los negocios civiles en que cesa su jurisdicción”; otro, obligaba a los funcionarios judiciales prestar juramento para el cumplimiento de la Ley: “¿Juráis guardar y hacer guardar el Plan de Ayutla y las leyes expedidas en su consecuencia, administrar justicia y desempeñar fiel y lealmente vuestro encargo? Si así lo hiciéreis, Dios os lo premie, y si no, Él y la Nación os lo demanden.” Tanto militares como eclesiásticos, sentirán afectados sus privilegios y de inmediato comenzarán a incitar a la rebelión que a mediano plazo conducirá a la guerra de Reforma. QR por favor El General Forey nombra la Junta de Gobierno para integrar el Poder Ejecutivo. Junio 16 de 1863 Tras de desembarcar en Veracruz con una fuerza de 30,000 efectivos, recuperar la ciudad de Puebla después de un prolongado sitio y tomar la capital del país el 10 de junio pasado, el general Elie Fréderic Forey expide un decreto para la formación de una Junta Superior de Gobierno compuesta de 35 personas, que nombrará a tres ciudadanos para que ejerzan el poder ejecutivo y dos suplementes, y que a la vez elegirá a 215 personas que en unión de la Junta integrarán la Asamblea de Notables, “a fin que la nación vuelta en sí misma, pueda con toda independencia, y por el órgano de sus ciudadanos más inteligentes y que gocen de más consideración, hacer conocer la forma de gobierno que le convenga más”. Forey había sido instruido por Napoleón III de que su misión no era imponer a los mexicanos una forma de gobierno impopular, sino de apoyar a quienes tuvieran mayores posibilidades de establecer un gobierno capaz de garantizar el pago de las reclamaciones francesas; de modo que a su llegada a México debía lanzar una proclama que en su momento le sería entregada; de acoger el apoyo de Almonte y de todos los mexicanos que quisieran unirse a los franceses; de no chocar con ninguno de los partidos; de resaltar que toda medida que se tomara tendría un carácter provisional hasta que decidiera la Nación Mexicana su futuro; de apoyar tanto al clero como a los adquirentes de los bienes eclesiásticos nacionalizados; de armar un ejército de mexicanos que participara en los siguientes combates; y de no expresarse mal del país y de sus habitantes para no herir el orgullo de los mexicanos. El siguiente 21 de junio, la Junta Superior de Gobierno nombrará un triunvirato para ejercer el poder ejecutivo provisional integrado por: Pelagio Antonio Labastida y Dávalos, arzobispo de México que por estar en el exilio será sustituido por el obispo Juan Bautista Ormachea hasta su inminente regreso; Mariano Salas, anciano general veterano de la guerra de independencia y que había peleado al lado de los conservadores durante la Guerra de Reforma; y Juan Nepomuceno Almonte, hijo de José María Morelos, republicano y liberal hasta antes de la citada guerra. Las relaciones del triunvirato con el general Forey, que ejercía el poder real de las armas, serán sumamente difíciles, al grado de que el arzobispo Labastida renunciará aparatosamente, en tanto que Salas y Almonte se someterán dócilmente a los mandatos del general francés. Por su parte, Forey comenzará a establecer una administración al estilo francés, principalmente financiera, para lo cual recibirá personal especializado de su país. En realidad, lo que Napoleón III intenta con su intervención en México, es instituir una gobierno estable apoyado en las armas francesas que sea un dique infranqueable a las ambiciones de los Estados Unidos, y evitar que esta pujante nación “se apodere de todo el Golfo de México, domine desde ahí a las Antillas y a América del Sur y sea la sola dispensadora de los productos del Nuevo Mundo. Dueña de México y por consiguiente de América Central y del paso entre los dos mares, no habría en adelante otro poder en América que el de los Estados Unidos.” Referencias documentales Documento 1. “Programa de los principios políticos que en México ha profesado el partido del progreso, y de la manera con que una sección de este partido pretendió hacerlos valer en la administración de 1833 a 1834”, en José María Luis Mora, Obras sueltas, t. I, primera parte, París, Librería de Rosa, 1837. Documento 2. “Justificación de las Leyes de Reforma”, en Jorge L. Tamayo,Benito Juárez. Documentos, Discursos y Correspondencia, tomo 2, capítulo XIII, documento 1. Documento 3. “Proclama de Maximiliano de Habsburgo”, en José A. Castillón, Informes y manifiestos de los Poderes Ejecutivo y Legislativo de 1821 a 1904, México, Imprenta del Gobierno Federal, 1905. Documento 4. “Carta de Lucas Alamán a Antonio López de Santa Anna”, en Raúl Figueroa Esquer, “Las espadas en alto”, en Patricia Galeana (coord.), El Imperio napoleónico y la monarquía en México, México, Senado de la República/Gobierno del Estado de Puebla-Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Puebla/Siglo XXI Editores, 2012. Documento 5. “Plan de Tacubaya”, en Román Iglesias González (recop.), Planes políticos, proclamas, manifiestos y otros documentos de la Independencia al México moderno, 1812-1940, México, unam-iij (Serie C. Estudios Históricos, 74), 1998, pp. 32832 Doralicia Carmona. MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO