Subido por Olivia Marin

Adaptación Vicente Arnés - Proyecto Comunitario Orientaciones prácticas

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EL PROYECTO COMUNITARIO
(Orientaciones prácticas)
Adaptación del Doc de Vicente Arnés
de los SAGRADOS CORAZONES del año 2008
1. El Proyecto comunitario (PC) es “un proceso de discernimiento comunitario para ver
lo que el Señor nos pide en este momento y lo que queremos y podemos hacer juntos,
ayudándonos unos a otros”. Tiene por objeto discernir comunitariamente todos los
aspectos de la vida compartidos con los demás miembros de la comunidad: la vida de
fe, las relaciones humanas, las actividades domésticas y de misión, la formación
permanente, etc.
Mas que ordenar la vida de la comunidad, el PC intenta que la comunidad como tal
esté presente, discierna, programe y organice la vida de la fraternidad en todas sus
dimensiones, buscando siempre el crecimiento de toda la comunidad y de cada
hermana individualmente utilizando, sobre todo, la reflexión y el diálogo.
2. Los documentos congregacionales que hablan del Proyecto comunitario y del
diálogo comunitario en la búsqueda de la voluntad de Dios son:
 Documento XIX CG:
o Calidad de vida evangélica p. 9
o Pastoral vocacional p.11, 12
o Misión compartida p. 14, 16
 Acuerdos – 2010 (XVIII CG) p- 27-28 (Este documento queda recogido en
el documento capitular del XIX CG
 Constituciones, nº 46
 Directorio: nº 8, 89
 Diálogo Comunitario: C. 32, 33, D.9, 14, 86, 89
3. Tanto el proyecto personal como el proyecto comunitario y el discernimiento son
tres medios importantes para la construcción de la comunidad, para la comunicación
entre sus miembros y para el tratamiento en profundidad de los temas que le afectan.
Por eso exigen un gran esfuerzo de acogida, de abertura y de comunicación de uno
mismo. Ahora bien, el que los temas religiosos, humanos y apostólicos puedan ser
abordados con más o menos hondura, franqueza y confianza dependerá del nivel de
madurez y de comunicación alcanzada por los hermanos que componen la comunidad.
Por eso no se puede fijar hasta qué niveles debe llegar la comunicación íntima a los
hermanos y hasta qué niveles conviene reservarse estos temas a la propia intimidad.
Todo depende del nivel de madurez, de confianza y de disponibilidad alcanzada por
cada uno de los hermanos que componen la comunidad.
4. El PC debe tener en cuenta la situación, las inquietudes y las aspiraciones de cada
hermana, sin que a nadie se le impongan desde fuera compromisos que violentan su
intimidad personal. El límite de las exigencias comunitarias sobre el individuo está allí
donde una persona ve lesionada su autonomía, responsablemente asumida desde su
vocación compartida. Y el límite de la autonomía personal está allí donde el proyecto
común quede amenazado. Lo demás es objeto de diálogo, de negociación1 o de
discernimiento comunitario en voluntad de autenticidad ante la propia libertad, ante
el bien de los hermanos y ante los valores del Reino. Por eso el PC se sitúa en el
contexto particular de cada comunidad y de cada situación personal.2
5. Sin embargo, el PC no es la suma, ni siquiera la armonización de los distintos
Proyectos Personales, sino el resultado de dinámicas interactivas para discernir sobre
todos los aspectos de la vida común y para responder a las exigencias de la misión
compartida.
Por eso, todo proyecto presupone:
a) personas autónomas capaces de tomar la propia vida en sus manos y personas
maduras capaces de conocerse, reconocerse y aceptarse a sí mismas y en su
comunidad;
b) una actitud de autenticidad, acogida y disponibilidad;
c) un ejercicio de discernimiento en el Espíritu.
6. En el fondo, se trata de preguntarnos y respondernos, en comunidad y como
comunidad, con humildad, ilusión, disponibilidad y realismo: “¿Qué es lo que Dios
quiere de nosotros ahora? 3
Para responder esta pregunta básica y plasmarla en un Proyecto Comunitario,
seguramente necesitaremos hacernos y responder a estas cinco preguntas:
1ª) ¿Qué tipo de comunidad formamos?, es decir, analizar y aceptar la situación
concreta personal y comunitaria, en este momento. Cualquier PC tiene que partir
de los hermanos reales que van a hacerlo y llevarlo a la práctica y de la situación en
que se encuentran. 4
2ª) ¿Qué deberíamos hacer juntos?, es decir, cuál es la misión de esa comunidad en
el contexto del Proyecto Provincial y del entorno social en que se encuentra.
3ª) ¿Qué podemos hacer juntos?, es decir, dada la realidad de las personas
concretas que forman esa comunidad, qué parte de la misión pueden,
razonablemente, realizar.
4ª) ¿Qué queremos hacer juntos?, es decir, de eso que podemos hacer juntos qué
escogemos, qué objetivos nos marcamos y cómo los priorizamos. ¿Querer es
poder?
“Los proyectos comunitarios que no nacen como negociación de lo que aflora como deseo personal de
cada uno de los hermanos estarán sometidos al mismo fracaso que las normas impuestas” J.M. Ilarduia
(47)
2
“Jesús y su Reino es nuestro proyecto que cada uno lo recorrerá a su manera. Cada comunidad tiene que
ser ella misma, tiene que hacer su propio camino, sus propios descubrimientos, tiene que crear sus
relaciones y dinámicas propias. Por eso, no tiene sentido comparar los proyectos de comunidades
distintas. Cada fraternidad hace su proyecto posible. Y ese es el mejor para ella” El PC, Jn. Mari Ilarduia
(pag, 66)
3
“El proyecto comunitario en discernimiento espiritual busca responder a la pregunta: “Qué es lo que
Dios quiere de nosotros ahora?” PC Jn M. Ilarduia pag 115
4
“Sin ciertos niveles de afectividad y amistad entre los hermanos la comunidad es una ficción” pag,87
1
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5ª) ¿Cómo queremos llevarlo a cabo?, es decir, qué actitudes, acciones o medios
seleccionamos (entre los muchos posibles) y marcamos para que nos ayuden a
poner en práctica lo que queremos hacer juntos en la vida de fe, en la convivencia
fraterna y en el trabajo apostólico.
N.B. Responder a esas preguntas nos exigirá bastante reflexión personal, oración,
escucha y diálogo comunitario durante varias reuniones. ¿Cuántas? No lo sé. El
ritmo, las dinámicas y el número de reuniones que se necesite variará de unas
comunidades a otras, porque cada comunidad es distinta y debe acomodarse a su
realidad concreta.
7. Redacción y Contenido. Concluidas las preguntas anteriores se procede a la
redacción del PC que, pienso, debe incluir:
a) una pequeña descripción de la comunidad y de la misión que se le ha
encomendado;
b) una pequeña exposición de las posibilidades y opciones que toma la
comunidad;
c) un enunciado de los objetivos que escoge y de la priorización que hace de ellos;
d) una selección de actitudes, acciones o medios, donde se explicitan las
reuniones, oraciones, ministerios, tareas, personas encargadas, horarios, etc,
que la comunidad se marca y se corresponsabiliza de llevar a la práctica.s
N.B. Todo PC es provisional, es una etapa; lo más valioso es el proceso de elaboración y
ejercitarse en la aceptación mutua, en la comunicación y en el discernimiento
comunitario. La formulación es secundaria y perfectible. No hay que pretender dar con
el proyecto perfecto
8. Metodología. Teniendo presente que lo más importante es favorecer la actitud
personal de acogida, de disponibilidad y de compartir, lo cual requiere oración,
reflexión y diálogo, pensamos que debe ser el Superior, animador de la comunidad,
quien dirija todo el proceso. Este proceso que debe ser para la comunidad un
auténtico proceso de comunicación, de diálogo y de discernimiento, debe hacerse con
calma. No es bueno decir: “tenemos el del año pasado ¿hay algo que cambiar?” Cada
año es o puede o debe ser distinto.
Creo que estaría bien dedicar la primera reunión a leer y comentar estas orientaciones
sobre los Proyectos Comunitarios, a escuchar las reacciones de los hermanos y a
marcar un poco el ritmo del proceso.
También sería bueno que, siguiendo la costumbre, cada comunidad prepare las
oraciones, eucaristías o adoraciones que le parezcan convenientes.
Propongo en Anexo algunos materiales que pueden ser utilizados en las primeras
reuniones.
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Anexo 1.
Oración para trabajar el Proyecto Comunitario. 5
Señor Jesús, nos hemos reunido en tu nombre / y sabemos por la fe / que estás en
medio de nosotros / para enseñarnos como maestro, / para curarnos como médico, /
para guiarnos como pastor, / para querernos como hermano, / para alegrarnos como
fuente del gozo,/ de la esperanza y de la vida.
Haznos sensibles / a la acción de tu Espíritu / que construye y alienta / nuestra
comunidad.
Que no huyamos de las tensiones / que puedan surgir entre nosotros, / sino que
acertemos a superarlas / desde la transparencia evangélica, / la aceptación en la fe / y
el diálogo humilde, / abierto y confiado.
Danos el coraje necesario para enfrentarnos / a nuestra propia verdad. / Que no
caigamos en la tentación / de confundir / la paz con la evasión, / la fidelidad con la
rigidez, / la franqueza con la agresividad, / el diálogo con la palabrería, / la aceptación
mutua con la complacencia estéril, / la comprensión con la huida de los problemas, / la
benevolencia con la falta de radicalidad.
Haz, Señor, que nuestra reunión sea fecunda / y que al final del encuentro / no nos
quede otra deuda / que la del amor mutuo.
Que nuestra fraternidad siga creciendo / hasta que no tengamos / más que un solo
corazón y una sola alma, / hasta que nos amemos unos a otros / como tú nos has
amado.
Que podamos ser testimonio de tu unión / con el Padre y el Espíritu / para que el
mundo crea / y se cumpla así el supremo anhelo / que te llevó a dar la vida por
nosotros.
5
Jn Mª Ilarduia, El Proyecto Comunitario pag 146
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Anexo 2.
Tres cuestionarios que pueden ayudar en la dinámica de grupo de la comunidad y en
la manifestación de cada hermano sobre su situación personal y comunitaria, sus
actitudes y su disponibilidad para la misión, apostolados y servicios de la comunidad.
1. Cómo me veo a mí mismo.
Mi situación y estado de ánimo actual es… En este momento, Dios para mí es…
En esta comunidad me siento… Mis necesidades básicas son… En mi misión (tarea,
apostolado) me veo… Mis deseos, preocupaciones, miedos son… Para el curso
próximo, le pediría a mi comunidad que… De mi proyecto personal puedo comunicar
que…
2. Cómo veo a mi comunidad.
Las tres cosas que más valoro de mi comunidad son… Lo que menos me gusta
es… Lo que más echo en falta es… Creo que deberíamos afrontar el tema (situación,
problema) de… Necesito apoyo en…
3. Cómo me ve mi comunidad (cada hermano).
Valoro en ti como cualidades… Observo como menos positivo… En tu relación
con la comunidad te veo… En tu dedicación a la tarea o misión me parece que… Mis
relaciones contigo en este momento son…
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Anexo 3.
Documentos congregacionales que hablan del Proyecto comunitario.
Documento XIX CG
Calidad de vida evangélica, p. 9:
“Elaborar el Proyecto personal y comunitario de manera que nos ayude a:
 Descubrir que la vida comunitaria nos implica, enriquece y compromete;
 Integrar vida espiritual, comunitaria y misión, equilibrando trabajo y
descanso;
 Favorecer la comunicación y el diálogo para enriquecer las relaciones
entre nosotras, resolver conflictos, buscar juntas la voluntad de Dios,
etc.
 Ser significativas como comunidad en la misión;
 Comprometernos con las necesidades de nuestro entorno y del mundo;
 Implicarnos todas y cada una de las Esclavas en la Pastoral Vocacional;
 Cuidar los medios ordinarios que sustentan nuestra vida y vocación,
esforzarnos para que podamos compartir en comunidad nuestros
proyectos personales y apostólicos, y revisarnos comunitariamente
sobre lo que nos ayuda y dificulta en el diario vivir.”
Pastoral vocacional: p.11, 12:
 “Presencia significativa y testimonio de la comunidad religiosa en la obra
apostólica colaborando, apoyando, creando unidad; compartiendo
tiempos, encuentros, oración… con colaboradores y jóvenes.
 Acogida y apertura de nuestras comunidades a los jóvenes tanto en
momentos puntuales como en periodos más largos.”
Misión compartida p. 14, 16:
 “Que la comunidad religiosa y cada miembro de ella, desde su identidad
vocacional, asuma su lugar y responsabilidad en la misión compartida
 Animar desde el Gobierno Local y/o Delegación la implicación y
compromiso de toda la comunidad religiosa en la comunidad educativa
de manera que sea una presencia activa, cercana y permanente en los
Centros, valorada y pedida por los laicos como referente importante por
su conocimiento y vivencia del carisma.”
Constituciones, nº 46
“La Conferencia Local, planificada debidamente, es una estructura necesaria de
relación y diálogo, que posibilita la corresponsabilidad y hace que la vida y las
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decisiones comunitarias, sean realmente, obra de todas. Se necesita una
organización flexible que permita un ritmo comunitario vital y apostólico.”
Directorio: nº 8, 89
8.-“Lla organización comunitaria debe partir de la misma comunidad, como
algo vivo que nace de un compromiso del que todas nos sentimos
responsables. Se planificará y revisará periódicamente, conjugando la actividad
apostólica y la vida comunitaria de forma que mutuamente se potencien. Debe
respetarse un tiempo semanal más intenso para el encuentro y la convivencia.
La planificación comunitaria, vivida en actitud de fe, es signo del compromiso
de todas en la construcción de la comunidad. Dicha planificación será aprobada
por el Consejo Provincial, que así podrá acompañar pastoralmente a las
comunidades.”
89.- “Nuestra comunidad debe tener un ambiente que facilite el encuentro
personal y la comunicación.
Las reuniones de comunidad que dan cauce al diálogo interpersonal
encaminado a crear unidad, tienen que ser organizadas y participadas
activamente ara que consigan su fin de comprometer a todos sus miembros. La
cooperación y el diálogo en comunidad solo serán posibles si cada una,
previamente, mantiene un encuentro transformar con Cristo, que le dé la
madurez y plenitud interior que ha de enriquecer al grupo.
La comunidad local debe estar abierta a la comunidad provincial por la
comunicación periódica que hará de la marcha de las conferencias locales y de
la programación de su vida comunitaria y apostólica. También por la
participación en las reuniones intercomunitarias que se organicen y por la
colaboración a las iniciativas que partan del Gobierno Provincial o General.”
Documentos congregacionales que hablan del diálogo comunitario en la
búsqueda de la voluntad de Dios
Constituciones. 32, 33
32.- “Solo dentro de la comunidad son posibles la obediencia verdadera y el servicio de
la autoridad, ya que la vida religiosa, como la iglesia, es ante todo misterio de
comunión.
La corresponsabilidad en la obediencia, pide de nosotras una búsqueda en común de la
voluntad de Dios. De aquí la importancia del diálogo comunitario, hecho en clima de
humildad, oración y respeto a la persona.”
33.- “Toda Superiora –en los distintos niveles- vive también la obediencia como
primera responsable en la búsqueda de la voluntad de Dios. Por el diálogo se pone a la
escucha del Espíritu que actúa en las hermanas. Debe guiar a la comunidad en
fidelidad a los compromisos profesados y le corresponde tomar la decisión según la
voluntad de Dios.”
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Directorio.9, 14, 86, 89
9.- “La comunidad se irá formando progresivamente en las distintas modalidades de
diálogo y comunicación en la fe (oraciones comunitarias, comunicación de vida, etc.).
Las revisiones son particularmente favorables para hacer crecer la comunidad. La
caridad fraterna será objeto de especial interés, a fin de progresar en el amor y
desterrar todo aquello que destruye la comunión. Todas debemos sentirnos
comprometidas en procurar el clima y la preparación necesaria para las revisiones.
14.- cualquier acontecimiento, viajes, relaciones familiares o sociales, etc, lo debemos
vivir siempre según las exigencias de nuestra vida consagrada, comunitaria, apostólica
y profesional.
Para discernir en cada caso, conforme a estos principios, ayuda mucho el diálogo con
la comunidad, aceptando sencillamente la decisión de la Superiora después de este
diálogo.
86.- La Superiora deberá llevar a la comunidad los asuntos de interés comunitario para
que todas puedan aportar sus iniciativas en ambiente de reflexión y diálogo. Los
asuntos que deben presentarse el Gobierno provincial para su aprobación, irán
acompañados del parecer de la comunidad.”
89.- “Nuestra comunidad debe tener un ambiente que facilite el encuentro personal y
la comunicación.
Las reuniones de comunidad que dan cauce al diálogo interpersonal encaminado a
crear unidad, tienen que ser organizadas y participadas activamente ara que consigan
su fin de comprometer a todos sus miembros. La cooperación y el diálogo en
comunidad solo serán posibles si cada una, previamente, mantiene un encuentro
transformar con Cristo, que le dé la madurez y plenitud interior que ha de enriquecer
al grupo.
La comunidad local debe estar abierta a la comunidad provincial por la comunicación
periódica que hará de la marcha de las conferencias locales y de la programación de su
vida comunitaria y apostólica. También por la participación en las reuniones
intercomunitarias que se organicen y por la colaboración a las iniciativas que partan
del Gobierno Provincial o General.”
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