Subido por Adolfo Gama Couso

UNIDAD DIDACTICA EL TEXTO NARRATIVO

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ELEMENTOS DE UN RELATO
En todo relato
elementos:
encontramos
una
historia
con
los
siguientes
Unos PERSONAJES: el personaje principal, o protagonista, los
personajes que ayudan al protagonista y los que le ponen
obstáculos o se oponen a él.
Una ACCIÓN e se estructura en las siguientes partes:
PRESENTACIÓN:
De los personajes
Del lugar y tiempo
Un CONFLICTO que se
puede consistir en:
plantea
al
protagonista. Este conflicto
Un problema que hay que resolver
Un asunto que hay que aclarar
Un infortunio (desgracia) que hay que superar
Un deseo que satisfacer
Un objetivo que hay que lograr
Una serie de ACCIONES en las que el protagonista toma parte para
llegar a un resultado.
Un DESENLACE, de las acciones emprendidas por el protagonista.
El relato está contado por un NARRADOR. Veamos los distintos
tipos de narradores:
NARRADOR INTERNO
Protagonista: narra en 1ª persona los sucesos que le ocurren a
él.
Testigo: comienza el relato en 1ª persona para pasar a narrar en
3ª persona los sucesos que le ocurren a otro personaje, y de los
que él es testigo.
NARRADOR EXTERNO
Es una voz que no coincide con ningún personaje.
Puede tener
conoce los
personajes.
un CONOCIMIENTO ILIMITADO (OMNISCIENTE),
pensamientos y sentimientos de uno o
cuando
varios
Puede tener un CONOCIMIENTO LIMITADO, es decir, sólo sabe lo que
ve y oye.
EL TIEMPO
Las acciones tienen lugar
TIEMPO, podemos distinguir:
en
un
tiempo
determinado.
En
el
TIEMPO EXTERNO: la época en la que se ambienta el relato, que la
podemos conocer a través de datos explícitos, que el narrador
nos proporciona.
O que podemos deducir a partir de los objetos que aparecen, las
costumbres que se describen, el vestuario, los medios de
transporte, etc.
EL TIEMPO INTERNO
Por otra parte, tenemos el tiempo interno del relato está
compuesto por el tiempo de la historia y el tiempo del relato.
EL TIEMPO DE LA HISTORIA
Es el tiempo que dura la historia que se nos está contando.
Por ejemplo:
La señora Dalloway, de Virginia Woolf, cuenta un día en
la vida de una mujer.
El hombre de tiza, de C.J. Tudor, cuenta los sucesos de
un verano en la vida de un grupo de chavales.
EL TIEMPO DEL RELATO
Es el ORDEN en que la autora presenta esos hechos en un relato
determinado, y que, si los cambiamos, obtenemos un relato
diferente, pero la misma historia.
EJEMPLOS QUE ALTERAN LA ESTRUCTURA NARRATIVA
RELATO IN MEDIAS RES
Consiste en comenzar una narración por la mitad de la historia
en lugar de por su inicio, esto es, comenzar el relato de los
hechos mostrando a los personajes ya metidos en el conflicto que
vertebra la historia. El relato comenzará con el protagonista ya
metido en problemas, y con ello captaremos el interés del lector
desde el primer momento.
Un ejemplo lo constituiría Cien años de soledad, novela de
Gabriel García Márquez, en cuyo inicio se encuentran condensadas
el inicio in media res y la retrospección a los orígenes de la
historia:
“Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el
coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota
en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era
entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava
construidas a la orilla de un río de aguas claras y diáfanas que
se precipitaba por un lecho de piedras pulidas, blancas y
enormes como huevos prehistóricos”.
Así, esta novela, que empieza en mitad de los sucesos, cuando
Aureliano Buendía ya ostenta la el grado de coronel y está a
punto de ser fusilado, salta inmediatamente a una imagen del
pasado, a partir de cual se empieza a relatar el origen del
pueblo y de la familia Buendía.
RELATO IN EXTREMA RES
Un ejemplo de uso de esta técnica lo tenemos en el relato La
sombra sobre Innsmouth, de H. P. Lovecraft, que comienza
explicando cómo el protagonista alertó de qué había descubierto
en el pueblo de Innsmouth, y cómo las autoridades federales
procedieron a tomar el lugar y a bombardear con cargas de
profundidad los arrecifes cercanos.
Durante el invierno de 1927-28, los
realizaron una extraña y secreta
instalaciones del antiguo puerto
Massachusetts. El público se enteró
agentes del Gobierno Federal
investigación sobre ciertas
marítimo de Innsmouth, en
de ello...
Tras esta introducción, el relato de los hechos retrocede al
inicio de la historia para explicar cómo el protagonista llegó a
Innsmouth y lo que, para su horror, descubrió allí.
Nunca había oído hablar de Innsmouth hasta la víspera del día en
que lo vi por primera y —hasta ahora— última vez. Celebraba mi
mayoría de edad dando la vuelta a Nueva Inglaterra —turismo,
antigüedades,
interés
genealógico—
y
había
planeado
ir
directamente desde el antiguo pueblo de Newburyport a Arkham, de
donde provenía la familia de mi padre.
El uso de la técnica in extrema res nos servirá para dejar
intrigado al lector: una vez le hayamos mostrado en qué
situación han acabado los personajes, querrá saber cómo llegaron
a ella y conocer la respuesta a cualquier pregunta que este
atisbo del final de la historia haya planteado. Esto le obligará
a seguir leyendo.
El texto que aparece a continuación sirve de EJEMPLO para que
veamos que no siempre los relatos siguen el ORDEN cronológico de
acontecimientos.
TEXTO
El Cacique Huantepeque asesinó a su hermano en la selva, lo
quemó y guardó sus cenizas calientes en una vasija. Los dioses
mayas le presagiaron que su hermano saldría de la tumba a
vengarse, y el fraticida, temeroso, abrió dos años después el
recipiente para asegurarse que los restos estaban allí.
fuerte viento levantó las cenizas, cegándolo para siempre.
Un
La sucesión de acontecimientos en la historia es la siguiente:
SUCESIÓN DE ACONTECIMIENTOS
Presagio de
Huantepec
Quema el
los dioses
asesina a
cadáver y
su hermano
guarda las
cenizas
HISTORIA
Abre el
Queda ciego
recipiente
(dos años
después)
El narrador, en cambio, ha organizado el relato de una manera
diferente:
SUCESIÓN DE EPISODIOS
Huantepec
Quema el
asesina a
cadáver y
su hermano
guarda las
cenizas
ACCIÓN NARRATIVA –RELATOPresagio de
Abre el
Queda ciego
los dioses
recipiente
(dos años
después)
EXPLICACIÓN
SITUACIÓN INICIAL
SITUACIÓN FINAL:
VENGANZA (fracaso de las
precauciones y
cumplimiento del
presagio)
LOS PERSONAJES
Actividad
Busca en el Cómic los personajes que AYUDAN al protagonista y los personajes que se
OPONEN al protagonista.
EL RELATO Y LA NOTICIA
RELATO
S.E. era un ladrón de poca monta del que se burlaban todos sus compañeros, ya que nunca había conseguido pasar
de robar naderías y además siempre le habían cogido.
CONF
L.
SIT. INICIAL
Hay noticias que son relatos muy breves, sin embargo, la forma de
organizar lo que se cuenta es distinta en una noticia y en un relato.
Así, en un relato, la estructura habitual es la que ya conocemos
(situación inicial, conflicto, acciones y desenlace) y el narrador debe
mantener el interés del lector hasta el final. En cambio, en la noticia, ocurre
a la inversa: lo fundamental es informar de qué ha pasado, que sería el
desenlace del relato, lo antes posible.
Veamos un ejemplo con un relato y una noticia basados en la misma
historia.
ACCIONES
Y a esa finca fue una primera noche para inspeccionar y preparar el golpe. Saltó la tapia, dio una vuelta alrededor de
la casa, comprobó que no había perros y que los dueños parecían estar de viaje, y volvió a su casa a preparar el
golpe, como había oído que hacen los ladrones de verdad.
Volvió la segunda noche con todas las herramientas necesarias y estuvo trabajando hasta el amanecer para
poder abrir todas las puertas y ventanas. Dejó en casa las herramientas y unos sacos que había llevado para cargar el
botín y se fue a descansar, seguro de que su plan iba viento en popa y no podía fallar.
La tercera noche volvió dispuesto a terminar su obra y, después de pensar durante un rato por dónde entrar,
decidió lanzar el gancho de hierro con una cuerda y encaramarse al primer piso.
DESENLACE
Harto de esta situación, S. E. decidió dar un gran golpe en la finca de la familia más rica de la ciudad, donde sabía que
se guardaban objetos muy valiosos.
Puso la rodilla sobre el alféizar de la ventana y, cuando alargó la mano para agarrarse al marco y notó que una mano
salía de la oscuridad para ayudarle a entrar, pensó que, definitivamente, le estaban saliendo bien las cosas. Cuando
puso los pies en el suelo del salón, se encontró cara cara con los guardias, que lo esposaron y detuvieron.
S. E. no paraba de darle vueltas a la cabeza, dónde habría estado el fallo de su plan. Y, por supuesto, fue una
vez más el hazmerreír de sus colegas.
ENTRADA
NOTICIA
TITULAR
ROBO FRUSTRADO
CUERPO DE LA NOTICIA
S. E. fue detenido la pasada madrugada cuando pretendía robar en la residencia particular de la familia R.
La policía había sido alertada por los propietarios que, al volver de un viaje, habían encontrado todas las puertas y
ventanas abiertas, así como herramientas y sacos vacíos en una de las habitaciones.
A la vista de la situación, la policía decidió esperar en la casa por si alguien aparecía por la noche.
Al parecer, S. E. había dejado en la casa las herramientas y los sacos vacíos la noche anterior, con objeto de
utilizarlos en el robo que pretendía realizar ayer por la noche.
“No comprendo cuál ha sido el fallo del plan esta vez”, repetía S. E. mientras lo conducían a comisaría.
Se da la circunstancia de que el frustrado ladrón había realizado con anterioridad sólo pequeños robos y pretendía
iniciarse definitivamente en el “oficio” con este golpe.
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EJEMPLOS DE RELATOS EN QUE SE CAMBIA
EL TIPO DE NARRADOR Y EL ORDEN DE LOS ACONTECIMIENTOS
GASTRONÓMICO
Tras cocerme de tanto esperar bajo un sol como para fundir mantequilla, acabé subiendo en un autobús de color
pistacho en el que los pasajeros bullían como gusanos en un queso pasado. En este plato de merluzas observé un
fideo con un cuello largo como un día sin pan y una galleta en la cabeza rodeada por un hilo de cortar
mantequilla. Este macarrón rompió a hervir porque una especie de besugo al horno le traía frito exprimiéndole, y
le dejaba los pies hechos puré. Pero cesó rápidamente de charrar mandándole a freír espárragos, y se metió en un
molde que había quedado vacío. Iba en el autobús de vuelta haciendo la digestión, cuando, delante del
restaurante de la estación de Saint-Lazare, volví a ver al mismo pollo asado con un cochinillo que le daba una
receta sobre cómo debía aderezarse mejor. Y él se quedaba hecho un flan.
AMPULOSO
A la hora en que comienzan a agrietarse los rosados dedos de la aurora, cabalgaba yo, cual veloz saeta, en un
autobús, de imponente alzada y bovinos ojos, de la línea S de sinuoso periplo. Advertí, con la precisión y agudeza
del indio presto al combate, la presencia de un joven cuyo cuello era más largo que el de la jirafa de pies ligeros, y
cuyo sombrero de fieltro hendido estaba ornado con una trenza, cual héroe de un ejercicio de estilo. La funesta
Discordia de senos de hollín vino con su boca hedionda por desdén del dentífrico; la Discordia, digo, vino a
inocular su maléfico virus entre este joven del cuello de jirafa y trenza alrededor del sombrero, y un viajero de
borroso y farináceo semblante. Aquél dirigióse a éste en los siguientes términos: «¡Oígame, malvado ser, diríase
que usted me está pisoteando adrede!» Así exclamó el joven del cuello de jirafa y trenza alrededor del sombrero y
fue, presto, a sentarse.
Más tarde, en la plaza de Roma, de majestuosas proporciones, reparé de nuevo en el joven del cuello de
jirafa y trenza alrededor del sombrero, acompañado de un camarada, árbitro de la elegancia, el cual profería esta
crítica que me fue dado percibir con mi ágil oído, crítica dirigida a la indumentaria más externa del joven del cuello
de jirafa y trenza alrededor del sombrero: «Deberías disminuirle el escote mediante la adición o elevación de un
botón en la periferia circular. »
CARTA OFICIAL
Tengo el honor de informar a usted acerca de los hechos siguientes de los cuales he podido ser testigo tan
imparcial como horrorizado.
Esta misma mañana, hacia el mediodía, me encontraba en la plataforma de un autobús que subía por la
calle de Courcelles en dirección a la plaza de Champerret. Dicho autobús iba completo; incluso más que completo,
me atrevería a decir, porque el cobrador lo había sobrecargado con varios solicitantes, sin razón admisible y
movido por una benevolencia exagerada que le llevaba más allá de los límites marcados por los reglamentos y
que, por consiguiente, rozaba la indulgencia. A cada parada, las idas y venidas de los viajeros que bajaban y subían
no dejaban de provocar cierto atropellamiento que incitó a uno de los viajeros a protestar, mas no sin timidez.
Debo decir que éste fue a sentarse en cuanto surgió la posibilidad de ello.
Añadiré a mi breve relación esta addenda: tuve la oportunidad de observar a dicho viajero algún tiempo
después en compañía de un personaje que no he podido identificar. La conversación entablada animadamente
entre ambos parecía referirse a cuestiones de naturaleza estética. Dadas las mencionadas condiciones) le ruego a
Vd. tenga a bien indicarme las consecuencias que debo extraer de estos hechos) así como la actitud que, a la vista
de ello, considere usted correcto que adopte en cuanto al comportamiento de mi vida subsecuente. En espera de
su respuesta, le reitero a Vd. el testimonio de mi mayor y siempre atentísima consideración.
12
VACILACIONES
No sé muy bien dónde ocurría aquello... ¿en una iglesia, en un cubo de la basura, en un osario? ¿Quizás en
un autobús? Había allí... pero, ¿qué había allí? ¿Huevos, alfombras, rábanos? ¿Esqueletos? Sí, pero con su carne aún
alrededor, y vivos. Sí, me parece que era eso. Gente en un autobús. Pero había uno (¿o dos?) que se hacía notar, no
sé muy bien por qué. ¿Por su megalomanía? ¿Por su adiposidad? ¿Por su melancolía? No, mejor... más
exactamente... por su juventud, adornada con un largo... ¿narigón? ¿mentón? ¿pulgar? No: cuello; y por un
sombrero extraño, extraño, extraño. Se puso a pelear —sí, eso es—, sin duda con otro viajero (¿hombre o mujer?,
¿niño o viejo?) Luego eso se acabó, concluyó acabándose de alguna forma, probablemente con la huida de uno de
los dos adversarios.
Estoy casi seguro de que es ese mismo personaje el que me volví a encontrar, pero ¿dónde? ¿Delante de
una iglesia? ¿delante de un osario? ¿delante de un cubo de la basura? Con un compañero que debía de estar
hablándole de alguna cosa, pero ¿de qué? ¿de qué? ¿de qué?
PUNTO DE VISTA SUBJETIVO
No estaba descontento con mi vestimenta, precisamente hoy. Estrenaba un sombrero nuevo, bastante
chulo, y un abrigo que me parecía pero que muy bien. Me encuentro a X delante de la estación de Saint-Lazare, el
cual intenta aguarme la fiesta tratando de demostrarme que el abrigo es muy escotado y que debería añadirle un
botón más. Aunque, menos mal que no se ha atrevido a meterse con mi gorro.
Poco antes, había reñido de lo lindo a una especie de patán que me empujaba adrede como un bruto cada
vez que el personal pasaba, al bajar o al subir. Eso ocurría en uno de esos inmundos autobuses que se llenan de
populacho precisamente a las horas en que debo dignarme a utilizados.
13
TEXTO 1 LOS DOS REYES Y LOS DOS LABERINTOS
Cuentan los hombres dignos de fe
(pero Alá sabe más) que en los primeros días
hubo un rey de las islas de Babilonia que
congregó a sus arquitectos y magos y les
mandó a construir un laberinto tan perplejo y
sutil que los varones más prudentes no se
aventuraban a entrar, y los que entraban se
perdían. Esa obra era un escándalo, porque la
confusión y la maravilla son operaciones
propias de Dios y no de los hombres.
Con el andar del tiempo vino a su corte
un rey de los árabes, y el rey de Babilonia (para
hacer burla de la simplicidad de su huésped) lo
hizo penetrar en el laberinto, donde vagó
afrentado y confundido hasta la declinación de
la tarde. Entonces imploró socorro divino y dio
con la puerta. Sus labios no profirieron queja
ninguna, pero le dijo al rey de Babilonia que él
en Arabia tenía otro laberinto y que, si Dios era
servido, se lo daría a conocer algún día.
Luego regresó a Arabia, juntó sus
capitanes y sus alcaides y estragó los reinos de
Babilonia con tan venturosa fortuna que
derribo sus castillos, rompió sus gentes e hizo
cautivo al mismo rey. Lo amarró encima de un
camello veloz y lo llevó al desierto. Cabalgaron
tres días, y le dijo: “Oh, rey del tiempo y
substancia y cifra del siglo!, en Babilonia me
quisiste perder en un laberinto de bronce con
muchas escaleras, puertas y muros. Ahora el
Poderoso ha tenido a bien que te muestre el
mío, donde no hay escaleras que subir, ni
puertas que forzar, ni fatigosas galerías que
recorrer, ni muros que veden el paso.” Luego le
desató las ligaduras y lo abandonó en la mitad
del desierto, donde murió de hambre y de sed.
La gloria sea con aquel que no muere.
JORGE LUIS BORGES, El Aleph
TEXTO 2 LA LEYENDA DEL CHINGOLO [Paraguay]
¿Oyes ese trino? Es el Chingolo que
anuncia el cambio de viento, que previene
contra el tiempo malo y frío. Ese pájaro se
llama Che sy asy en idioma guaraní, palabras
que, en castellano, significan: “Mi madre se
halla enferma”. ¿Por qué se le habrá dado ese
nombre?
El porqué es una linda historia. Entre
los indígenas que pueblan la región del Guaira
se conserva el recuerdo de Chingolo, un niño
guaraní que amó entrañablemente a su madre.
Un día enfermó ella gravemente y, sintiéndose
a punto de morir, le pidió al hijo que fuera en
busca de una planta que se consideraba como
único remedio de su mal.
Crecía la planta en lo más intrincado
de la selva; con todo, el niño se mostró valiente
y fue a buscarla. Entonces, oyó los rugidos del
jaguar, pero siguió adelante. Anduvo de un lado
a otro hasta que halló la planta y quiso regresar
a su casa. En tanto, sobrevino la noche, una
noche oscura que no le permitió distinguir el
camino. Desorientado, vagó por la selva
exclamando: “¡Che sy asy! ¡Che sy asy!”, como
si la evocación de la madre enferma pudiera
inspirar piedad a algún ser compasivo que le
ayudara a salir del trance.
Amanecía y el niño vagaba aún
desorientado en el bosque. Ignorante de que la
madre había muerto.
En
ese
instante,
los
dioses
comprendieron que el Chingolo no se
conformaría jamás con la pérdida del ser que
más amaba en el mundo y, en el deseo de
evitarle el dolor de la orfandad, lo convirtieron
en ave para que volara por el mundo en busca
de la madre, animado por la eterna esperanza
de reunirse con ella alguna vez.
Desde entonces el Chingolo aletea en
el bosque, anida en los aleros y, como si
buscara el amparo de los buenos o la
protección de los piadosos, les advierte de la
proximidad de los malos vientos y les recuerda
su gran pena repitiendo en sus trinos: "Che sy
asy! ¡Che sy asy!”
(Anónimo)
ACTIVIDADES de los textos 1 y 2

Estructura de la ACCIÓN

Localiza los CONECTORES TEMPORALES

CAMBIA LA ESTRUCTURA DE LA ACCIÓN Y EL MODO DE CONTAR la historia, a la manera de la anécdota del autobús de
RAYMOND QUENEAU de uno del TEXTO 1

Transforma en una noticia el TEXTO 2, para ello deberás seguir un orden de mayor a menor importancia

Justifica el PORQUÉ DE CADA PÁRRAFO

Tipo de NARRADOR
14
TEXTO 3 COMO LA SAL Y EL PAN
Había una vez un Rey que tenía tres hijas. Las dos
mayores sentían celos de la menor, a quien el Rey amaba
con todo su cariño, y se pasaban el tiempo tratando de
destruir el amor que el monarca sentía por ella. Siempre
esperaban conseguir favores y privilegios especiales de su
padre, sin perder jamás la oportunidad de sugerirle que la
menor no correspondía a su afecto. Sus perversos celos no
las dejaban ni a sol ni a sombra. Por último el Rey comenzó
a preocuparse de los rumores que esparcían las hijas
mayores e incluso llegó a sospechar de la menor. Un día
que lo acompañaban las tres, no pudo resistir el deseo de
ponerlas a prueba.
De modo que le preguntó a la mayor cuánto lo
amaba, y ésta le replicó:
—¡Te valoro, padre mío, como al Dios del Cielo!
Su contestación lisonjeó al Rey. Entonces hizo a la
segunda la misma pregunta, la que replicó:
—¡Oh, padre mío, te valoro como a mi propia vida!
Esta respuesta también satisfizo al Rey. Entonces le
pidió a la tercera que describiera sus sentimientos, a lo que
ella contestó:
—Te aprecio como a la sal y al pan.
El Rey se sorprendió Por su respuesta. Luego se
enojó al pensar que su persona no le importaba más a su
hija que las cosas más humildes que tiene todo pobre en su
mesa. Su enojo se convirtió en furia al recordar que era su
hija menor, a la que él había querido tanto, la que le
pagaba con tan poco cariño. Entonces ordenó a sus
servidores que la echaran del palacio. Éstos cumplieron su
orden llevándola a un bosque y abandonándola allí. Y por
fin las otras dos hijas se sintieron felices.
En el bosque, la menor se sintió muy desgraciada y
la invadió el temor. Lloraba al pensar en su casa y en su
padre al que amaba, y no podía entender su enojo ni por
qué la había desterrado. Anduvo caminando por el bosque
sin rumbo y, al final, temerosa de los animales salvajes,
trepó a un árbol muy alto.
Sucedió que en esos momentos un Rey de otro
país andaba de caza por el bosque. Al pasar en su caballo,
oyó que sus perros ladraban a una presa. Se apresuró
entonces a darles alcance y los encontró en torno al árbol
donde se escondía la Princesa. Miró hacia arriba, esperando
encontrar un oso. En su lugar, vio la hermosa cara de la
desgraciada niña, a la que habló con palabras cariñosas
pidiéndole que bajara.
La niña bajó y montó sobre el caballo del Rey, y así
llegaron los dos al castillo de éste. Allí el monarca le dio de
comer e hizo encender el fuego para que se recuperara.
Agradecida la Princesa le contó toda su historia. El Rey
quedó tan impresionado por su bondad como por su
belleza, de modo que la alojó en su castillo y, por último, le
pidió que se casara con él.
La Princesa, que también se había enamorado del
Rey, aceptó su mano.
Entonces fijaron la fecha para la boda y enviaron
las invitaciones a la realeza de los siete reinos vecinos.
Cuando amaneció el día fijado, comenzaron a llegar los
invitados, entre los que estaba el padre y las hermanas de
la Princesa, los que no la reconocieron, pues creían que
había desaparecido para siempre en el bosque.
Cuando se sentaron a la mesa del banquete, los
huéspedes fueron regalados con exquisitos platos,
Pero ninguno de ellos tenía sal ni tampoco había
pan en le mesa.
Por fin el padre de la Princesa no pudo menos que
comentar el hecho, diciendo:
—No comprendo, pero me parece que faltan dos
cosas preciosas en esta fiesta.
—¿A qué os referís? —dijo su hija, que ya era
Reina.
—Á la sal y al pan -replicó su padre
—Sí -dijo la Princesa- Son dos de las cosas más
preciosas que se conocen. Pero una vez, como yo dijera a
mi padre que lo apreciaba tanto como a ellas, me expulsó
de su casa y me envió a morir al bosque.
Cuando su padre oyó esas palabras se emocionó.
Inmediatamente reconoció a su hija y la abrazó llorando de
alegría, feliz de encontrarla viva y tan bien. Le rogó en
seguida que lo perdonara por su falta de comprensión y por
haberla tratado tan mal.
En cuanto a las hermanas, se descubrió así el plan
que habían urdido para perderla, de modo que les tocó el
tumo de abandonar la casa paterna. Desde ese día nadie
supo nada más de ellas. Si alguna vez las rescató algún Rey
que iba de caza por el bosque, nadie se enteró de ello.
(Cuento popular sueco)
15
TEXTO 4 EL FAROL ROJO
Había una vez un pobre vendedor de dulces en la
ciudad de Marraquesh que cada día se hacía más pobre. El
porqué no lo sé, pero el caso es que llegó un momento en
el que ya no pudo comprar más miel para fabricar sus
dulces. Y como le daba vergüenza ponerse a mendigar, se
dijo a sí mismo: «Dejaré Marraquesh, cruzaré las montañas,
y tal vez halle mejor fortuna en algún lugar.»
Pero a ningún hombre le gusta viajar a otras tierras
sin dinero ni bienes de ninguna especie; así que Ahmed, el
pobre vendedor de dulces, emprendió su viaje llevándose
todo lo que tenía en el mundo. De cualquier manera su
carga no era muy pesada, porque sólo consistía en un
farolillo de hojalata con cristales rojos,
Durante días y días Ahmed cruzó una montaña tras
otra, subsistiendo gracias a la hospitalidad de los lugareños,
que no era mucha. Y al final llegó hasta un ancho y
próspero valle, donde se asentaba una ciudad de la que
ningún viajero le había hablado nunca. De modo que
Ahmed se acercó a las puertas de la ciudad, y se puso a
hablar con algunos hombres que encontró por allí. Su
asombro fue mayúsculo cuando se dieron cuenta de que
era extranjero, porque al parecer jamás un extranjero había
visitado aquella ciudad. Luego lo condujeron ante el pachá,
quien lo hospedó en su propia casa, que era la más rica de
todas las que Ahmed había visto o había oído hablar en su
vida; más rica aún que cualquier lugar de Marrquesh. Había
montones de joyas por todas partes, y se empleaba el oro
para todo uso doméstico. Durante los tres días exigidos por
la Ley del Profeta, el pachá le prodigó a Ahmed todo género
de atenciones. Pero llegó la hora de que el huésped
partiese, y a Ahmed le entró una gran preocupación,
porque le parecía que no podía abandonar a un anfitrión
tan amable sin hacerle un regalo; y la única cosa que podía
ofrecerle era aquel insignificante farolillo de hojalata con
cristales rojos. Aun así, esperaba que el pachá se daría
cuenta de que eso era toda lo que tenía, y que aceptaría el
obsequio con el mismo espíritu con el que le sería
entregado. Por consiguiente, ofreció el farol al pachá antes
de partir.
El pachá tomó el farol, y lo examinó con asombro y
regocijo; porque resultará curioso, pero en aquella ciudad
no había cristal. De hecho, ni siquiera se había oído hablar
de él, y aquello de ver la luz de una vela brillando a través
de un cristal rojo resultaba un espectáculo maravilloso y
prodigioso para el pachá. Sin embargo, y a pesar de que
estaba encantado con el farol, el recibirlo le hizo sentirse
molesto. Uno no podía recibir un obsequio tan valioso
como aquél, sin desprenderse a cambio de algo de gran
valía; y no sabía cómo se las iba a arreglar para hacer un
regalo del mismo valor, ya que en sus tesorerías no tenía
nada más que un montón de oro corriente y moliente, una
tonelada o dos de simples rubíes, una estancia llena de las
más vulgares esmeraldas, y algunas arcas de diamantes a
las que nadie echaría más de un vistazo. ¿Qué posibilidad le
quedaba, pues, de corresponder adecuadamente al
extranjero?
Al final, llegó a la conclusión de que lo único que
podía hacer era darle lo que tenía: ofrecer a Ahmed doce
camellos cargados de oro y joyas, y confiar en que, dada la
insignificancia del regalo, Ahmed lo aceptaría con el mismo
espíritu con el que le sería entregado. Así lo hizo, y Ahmed
trajo a sus doce camellos a salvo hasta Marraquesh, a
través de las montañas.
Una vez llegó a Marraquesh, Ahmed compró un
hermoso jardín repleto de palmeras y naranjos, de jazmines
y limones aromáticos; un jardín que nunca estaba en
silencio, gracias al murmullo del agua y a los trinos de los
ruiseñores. Se construyó allí un palacio del mármol más
puro, y vivía en él como un hombre rico y feliz.
(RICHARD HUGUES, En el regazo del Atlas)
ACTIVIDADES DE LOS TEXTO 3 y 4
 Estructura de la ACCIÓN
 Localiza los CONECTORES TEMPORALES
 Tipo de NARRADOR
 Justifica el PORQUÉ DE CADA PÁRRAFO
 Transforma el orden de uno de los dos relatos
16
TEXTO 5 TENDIDA
Érase una vez una niña a la que le gustaba, lo que
más, ponerse a la ventana cuando su madre salía a tender.
Allí se pasaba todo el rato, oliendo la ropa mientras su
madre tendía. Un día, acababa su madre de abrir la
ventana, dejando el barreño junto a sus piernas, cuando el
olor a limpio de la ropa le pareció más delicioso que nunca
y metió las narices entre los pliegues de una camiseta de su
padre, húmeda y blanca. De pronto, sintió que la cogían en
volandas, la sacaban fuera de la ventana y la colgaban en la
cuerda del tendedor, con una pinza apretándole las narices.
Su madre movió la cuerda para dejar sitio libre para seguir
tendiendo, y la niña se quedó colgada junto a una camisa y
unas bragas, al lado de la barra del tendedor. Al poco, oyó
cómo cerraban la ventana.
Hubiera podido gritar, o levantar los brazos y
cogerse a la cuerda, pero le daba un miedo horrible
moverse, no fuera a ser que se soltara la pinza y cayera a la
luna desde tan alto. Así que se quedó muy quietecita,
mirando fijamente a la ventana de enfrente del piso de
arriba, que reflejaba las nubes conforme iban pasando.
Al rato salió una vecina a su ventana, con una pinza
en la boca y un delantal verde en las manos, chorreando,
para tenderlo. Se le abrieron unos ajos muy grandes y
también se le abrió la boca diciendo un “¡ah!” La pinza se
cayó haciendo un ¡clic! contra el alféizar y luego otro ¡clic!
contra las baldosas de la luna. El delantal también se le
cayó de las manos y enseguida se oyó un ¡plof! abajo. La
vecina gritó entonces: “¡María, María! ¡Que tienes la hija
colgada en el tendedor! ¡María, María!” Se oyó el ruido de
la ventana al abrirse y la niña, por el rabillo del ojo, pudo
ver a su madre sacar la cabeza. “¿Qué?”, le oyó decir muy
asustada. “¿Qué dices?” “¡Que tienes la hija colgada en el
tendedor! ¡De las narices!”, le respondió nerviosísima la
vecina, señalando a la niña, con medio cuerpo tan fuera de
la ventana que parecía que se fuera a caer.
Muy despacio movió la cuerda del tendedor la
madre, quitando con cuidado la ropa que había tendida,
hasta que la niña estuvo al alcance de sus manos. Entonces
la cogió por los sobacos y la metió dentro de casa,
apretándola fuerte contra su pecho. “¡Hija mía!”, decía
llorando toda. “¡Hija mía!” La niña también se echó a llorar,
abrazándose al cuello suavecito de su madre. ¡Había
pasado tanto miedo, y le dolía tanto la nariz!
A la hora de comer, su padre le preguntó que qué
marca era esa tan rara que tenía en las narices. Ella no
contestó nada, como si no supiera de qué iba la cosa. Su
madre le había prometido que bajarían a la calle y que le
compraría lo que más quisiera en la tienda de la esquina.
Estuvo toda la comida repasando el escaparate de la tienda,
y no sabía qué elegir.
(En Javier DELGADO, Erase una vez una niña)
ACTIVIDADES DEL TEXTO 5
 En el siguiente texto aparece un acontecimiento inesperado en el proceso de “tender la ropa”, cuál.
 Enumera las acciones que se derivan de dicho acontecimiento.
 Subraya los conectores temporales
17
ACTIVIDADES TEXTO 6,7 y 8
 Divide los textos 6 a 8 en PÁRRAFOS y justifica la respuesta
TEXTO 6 EL OTRO YO
Se trataba de un muchacho corriente: en los pantalones se
le formaban rodilleras, leía historietas, hacía ruido cuando
comía, se metía los dedos a la nariz, roncaba en la siesta, se
llamaba Armando Corriente en todo menos en una cosa:
tenía Otro Yo. El Otro Yo usaba cierta poesía en la mirada,
se enamoraba de las actrices, mentía cautelosamente, se
emocionaba en los atardeceres. Al muchacho le
preocupaba mucho su Otro Yo y le hacía sentirse incómodo
frente a sus amigos. Por otra parte, el Otro Yo era
melancólico, y debido a ello, Armando no podía ser tan
vulgar como era su deseo. Una tarde Armando llegó
cansado del trabajo, se quitó los zapatos, movió
lentamente los dedos de los pies y encendió la radio. En la
radio estaba Mozart, pero el muchacho se durmió. Cuando
despertó el Otro Yo lloraba con desconsuelo. En el primer
momento, el muchacho no supo qué hacer, pero después
se rehizo e insultó concienzudamente al Otro Yo. Este no
dijo nada, pero a la mañana siguiente se había suicidado. Al
principio la muerte del Otro Yo fue un rudo golpe para el
pobre Armando, pero enseguida pensó que ahora sí podría
ser enteramente vulgar. Ese pensamiento lo reconfortó.
Sólo llevaba cinco días de luto, cuando salió a la calle con el
propósito de lucir su nueva y completa vulgaridad. Desde
lejos vio que se acercaban sus amigos. Eso le lleno de
felicidad e inmediatamente estalló en risotadas. Sin
embargo, cuando pasaron junto a él, ellos no notaron su
presencia. Para peor de males, el muchacho alcanzó a
escuchar que comentaban: «Pobre Armando. Y pensar que
parecía tan fuerte y saludable». El muchacho no tuvo más
remedio que dejar de reír y, al mismo tiempo, sintió a la
altura del esternón un ahogo que se parecía bastante a la
nostalgia. Pero no pudo sentir auténtica melancolía, porque
toda la melancolía se la había llevado el Otro Yo.
MARIO BENEDETTI, El otro yo
TEXTO 7 LOS SEIS SABIOS CIEGOS Y EL ELEFANTE
“En una ocasión había seis ancianos sabios que no gozaban
del don de la vista, siendo ciegos y empleando el sentido
del tacto para experimentar y conocer las diferentes
realidades, seres y objetos del mundo. Ninguno de estos
sabios había visto jamás un elefante, y tras conocer que su
rey disponía de uno le solicitaron con humildad poder
conocerlo. El monarca decidió concederles su petición y los
llevó ante el paquidermo, permitiendo que los ancianos se
acercaran y lo tocaran. Los sabios se aproximaron al animal
y, uno por uno, tocaron al elefante con el fin de saber cómo
era dicho ser. El primero le tocó un colmillo, y consideró
que el elefante era liso y agudo cual lanza. El segundo sabio
se aproximó y tocó la cola del elefante, respondiendo que
en realidad era más bien como una cuerda. El tercero
entraría en contacto con la trompa, refiriendo que el animal
se parecía más a una serpiente. El cuarto indicaría que los
demás debían estar errando, ya que tras tocar la rodilla del
elefante llegó a la conclusión de que se trataba de algo
semejante a un árbol. El quinto lo desmintió al tocar la
oreja del ser, valorando que se parecía a un abanico. Por
último el sexto sabio llegó a la conclusión de que en
realidad el elefante era como una fuerte pared rugosa, al
haber tocar su lomo. Tras haber llegado a distintas
conclusiones, los sabios empezaron a discutir respecto a
quién poseía la verdad. Dado que todos defendían sus
posiciones con ahínco, recurrieron a la ayuda de un séptimo
sabio el cual podía ver. Este les hizo ver que en realidad
todos ellos tenían parte de la razón, dado que habían
estado describiendo una única parte del conjunto del
animal, a la vez que aún sin equivocarse ninguno de ellos
había podido conocerlo en su totalidad.“
TEXTO 8 EL SABIO Y EL ESCORPIÓN
“Había una vez un sabio monje que paseaba junto a su
discípulo en las orilla de un río. Durante su caminar, vio
cómo un escorpión había caído al agua y se estaba
ahogando, y tomó la decisión de salvarlo sacándolo del
agua. Pero una vez en su mano, el animal le picó. El dolor
hizo que el monje soltara al escorpión, que volvió a caer al
agua. El sabio volvió a intentar sacarlo, pero de nuevo el
animal le picó provocando que le dejara caer. Ello ocurrió
una tercera vez. El discípulo del monje, preocupado, le
preguntó por qué continuaba haciéndolo si el animal
siempre le picaba. El monje, sonriendo, le respondió que la
naturaleza del escorpión es la de picar, mientras que la de
él no era otra que la de ayudar. Dicho esto el monje tomó
una hoja y, con su ayuda, consiguió sacar al escorpión del
agua y salvarlo sin sufrir su picadura. “
18
ACTIVIDAD
 ORDENA LOS PÁRRAFOS y justifica la respuesta
19
TEXTO 9
ACTIVIDADES
 Lee este artículo Transfórmalo en un relato literario, usando el narrador que consideres oportuno,
alterando el orden como desees y transformando el estilo.
 No olvides dividirlo en PÁRRAFOS y usar CONECTORES TEMPORALES.
UN TESORO DE PESADILLAS
Los marineros que rescataron un barco fantasma culpan a la Administración de su hundimiento
No saben aún si fue un sueño o una pesadilla.
Después de hacerse a la idea de que su vida
podía cambiar radicalmente, algunos de los 29
marineros gallegos que remolcaron durante 18
días la popa del petrolero chipriota Athenian
Venture tendrán que permanecer varias
semanas en el paro. Atrás queda "una
sensación de impotencia imposible de definir
con palabras" y la espeluznante imagen de siete
cadáveres calcinados sobre la cubierta de un
barco fantasma hallado a la deriva en alta mar.
si a nosotros nos pasara algo parecido, nos
gustaría que alguien hiciera lo mismo".
El remolque se decidió de común acuerdo con
el armador de los pesqueros, Francisco Gude
González, tras una comunicación por radio. La
poca potencia de los dos barcos convirtió el
arrastre en una penosa tarea. Las estachas que
los unían al petrolero se rompieron a los dos
días y los marineros llegaron a temer por su
vida. Pero poco a poco se dieron cuenta
también que aquello, además de un amasijo de
hierros, era un pequeño tesoro.
Los 29 marineros del Cosmos y el Keny, con
base en el puerto coruñés de Santa Eugenia de
Riveira, faenaban el 30 de mayo en las
proximidades de Canadá, a la pesca del pez
espada. Sus radios captaron un mensaje de
otro barco que decía avistar un extraño objeto
flotante. Movidos por la curiosidad, decidieron
ir al lugar señalado en el mensaje y allí
avistaron la inmensa popa del petrolero
chipriota Athenian Venture, partido en dos
unos días antes por causas todavía
desconocidas. Cuatro marineros del Keny
echaron una balsa al mar y con la ayuda de los
capotazos de las olas lograron engancharse a
una barandilla y subir a cubierta. "Olía mal,
muy mal, y por todas partes no había más que
hierros retorcidos", relata uno de los testigos.
Entre aquel amasijo encontraron también siete
cadáveres completamente calcinados y en
avanzado estado de descomposición. De lo que
se supone que era el telegrafista tan sólo
quedaban los huesos. Los marineros aseguran
que el afán de lucro no fue el motivo principal
por el que decidieron remolcar la popa. "Aquel
objeto flotante, sin ningún tipo de luces, era un
peligro para la navegación. Además, queríamos
entregar los cadáveres a sus familiares, porque
Una popa de 2.000 millones
La maquinaria del petrolero estaba intacta, y su
capacidad era de 18.000 toneladas. A través de
Radio Exterior de España escucharon una cifra
que les puso los pelos de punta. Según las
estimaciones, el valor de la popa del petrolero
podía alcanzar los 2.000 millones de pesetas, a
repartir, de acuerdo con la costumbre
marinera, entre el armador y la tripulación.
"Nosotros nunca nos creímos esas cifras,
pensábamos que a lo sumo nos tocarían unas
600.000 pesetas a cada uno", manifestaba a su
llegada a Vigo el pasado martes Andrés Pérez,
uno de los marineros del Keny. Sus familias, sin
embargo, actuaban ya como si les hubiese
tocado la lotería. La esposa de uno de los
marineros apalabró la compra de varios
electrodomésticos en un establecimiento de
Riveira, y otra ojeaba pisos donde establecerse
nada más llegar su marido.
Pero las cosas se torcieron en el mar. La
potencia de los barcos se revelaba cada vez
más insuficiente para remolcar el Athenían
20
Venture, y el armador Francisco Gude no
conseguía la ayuda de las autoridades
españolas. Finalmente, tras un acuerdo con la
empresa propietaria, se decidió enviar el
Remolcanosa IV en ayuda de los pesqueros.
una potente bomba de agua para liberar peso
del petrolero. El Remolcanosa IV apenas pudo
mejorar el penoso arrastre del Athenian
Venture, y a las 2.30 del 17 de junio el tesoro se
hundió definitivamente a 300 millas de las
Azores. "Casi se nos saltaron las lágrimas",
confiesa un marinero, "porque de repente
sentimos una sensación de impotencia que es
imposible explicar".
Para entonces, el Cosmos y el Keny se habían
desviado ya de su rumbo por la acción del
viento y el oleaje. Este hecho y la falta de
colaboración de la marina mercante obligó a
variar el rumbo hacia las islas Azores.
Los marineros llegaron a Vigo el día 21
decepcionados, con la sensación de haber
vivido una pesadilla y echando pestes contra las
autoridades de la marina mercante. "Ellos se
iban a llevar el 40% del valor total del petrolero
y no nos ayudaron en nada a pesar de que la
popa era un peligro para la navegación".
Todos los marineros coinciden en que la llegada
del Remolcanosa IV fue más una decepción que
un alivio. Esperaban un barco más grande y con
El País
21
ACTIVIDAD PARA MEJORAR LA REDACCIÓN

Identifica los conectores temporales del siguiente texto. Guiándote por ellos, corrige la
puntuación teniendo en cuenta que los conectores se encuentran siempre al principio de una
oración o de un párrafo
TEXTO 1
Un banquero con mala reputación decide una noche tomar la decisión que le haría ganar una mejor
reputación y más dinero, entonces fue por los barrios bajos y comenzó a contratar a unos cuantos
ladrones, al día siguiente los reunió a todos en una casa secreta y les ordenó que por la noche atracasen
todos los bancos de la competencia y que se quedase ellos con el botín, cada noche atracaban un banco,
cuando no quedaba ya ningún banco, la gente empezó a meter dinero en el suyo creyendo que era el
único seguro, una noche reunió a todos sus ladrones diciéndoles que tenía una treta y que atracasen su
banco, después, se dirigió a la policía para pedirles más protección, aquella noche, cuando los ladrones
entraban confiados en el banco de su amo, fueron detenidos por la policía.
ACTIVIDAD PARA MEJORAR LA REDACCIÓN

Usa MECANISMOS que te permita EVITAR LAS REPETICIONES (pronombres, sinónimos,
hiperónimos)
TEXTO 2
En este momento, Carlos, que estaba muy nervioso, llamó por teléfono a Luisa, hermana de su
alumno Luis, porque quería ver a Luisa. Luisa le dijo a Carlos que en este momento no podía. Entonces
Carlos llamó por teléfono a su alumno Luis para que convenciera a Luisa; pero Luis no estaba en casa.
Desesperado, llamó por teléfono a Pedro, compañero de la infancia; por suerte, Pedro estaba
en casa. Carlos le pidió a Pedro que necesitaba hablar con él. Carlos y Pedro quedaron en verse al lado
de la estación. La estación estaba a las afueras de la ciudad y deberían tomar un autobús; pero a Carlos
no le gustaba el autobús y decidió ir en su propio coche.
22
UN PLAN PARA NARRAR: escribe un cuento siguiendo los pasos que se indican a continuación
a.
Traza un plan para la historia completando las fichas siguientes
ELEMENTOS DEL RELATO
 AYUDANTES
 OPONENTES
PERSONAJES
LUGAR DE LA ACCIÓN
EL TIEMPO
NARRADOR INTERNO
NARRADOR EXTERNO
TIEMPO EXTERNO
TIEMPO DE LA Hª: DURACIÓN
EL NARRADOR
 PROTAGONISTA
 TESTIGO
 CONOCIMIENTO ILIMITADO
ESTRUCTURA DEL RELATO
SITUACIÓN INICIAL
CONFLICTO
ACCIONES






….
….
….
….
….
….
DESENLACE
ORDEN DEL RELATO
1.
2.
3.
4.
LA DESCRIPCIÓN SUBJETIVA (entregar ficha de la subjetividad)
DE PERSONAJES
DE LUGARES
b.
c.
d.
Redacta el argumento a partir de las ideas que hayas recogido en las fichas anteriores
Redacta el cuento a partir de ese argumento
Revisa el texto de un compañero y evalúalo teniendo en cuenta los aspectos recogidos en la
ficha siguiente.

FICHA DE REVISIÓN
¿Se ajusta el texto a la planificación inicial?

¿Está justificada la división en párrafos?

¿Se han utilizados conectores temporales de manera correcta?

¿Son variadas las expresiones que se utilizan para referirse a los
personajes, es decir, para evitar las repeticiones del nombre?

¿Queda claro a quien se refieren los pronombres utilizados?

¿Se han eliminado otras repeticiones innecesarias?



Es correcta la colocación de tildes?
¿Es correcta la ortografía?
23
SÍ
NO
Descargar