ELEMENTOS DE UN RELATO En todo relato elementos: encontramos una historia con los siguientes Unos PERSONAJES: el personaje principal, o protagonista, los personajes que ayudan al protagonista y los que le ponen obstáculos o se oponen a él. Una ACCIÓN e se estructura en las siguientes partes: PRESENTACIÓN: De los personajes Del lugar y tiempo Un CONFLICTO que se puede consistir en: plantea al protagonista. Este conflicto Un problema que hay que resolver Un asunto que hay que aclarar Un infortunio (desgracia) que hay que superar Un deseo que satisfacer Un objetivo que hay que lograr Una serie de ACCIONES en las que el protagonista toma parte para llegar a un resultado. Un DESENLACE, de las acciones emprendidas por el protagonista. El relato está contado por un NARRADOR. Veamos los distintos tipos de narradores: NARRADOR INTERNO Protagonista: narra en 1ª persona los sucesos que le ocurren a él. Testigo: comienza el relato en 1ª persona para pasar a narrar en 3ª persona los sucesos que le ocurren a otro personaje, y de los que él es testigo. NARRADOR EXTERNO Es una voz que no coincide con ningún personaje. Puede tener conoce los personajes. un CONOCIMIENTO ILIMITADO (OMNISCIENTE), pensamientos y sentimientos de uno o cuando varios Puede tener un CONOCIMIENTO LIMITADO, es decir, sólo sabe lo que ve y oye. EL TIEMPO Las acciones tienen lugar TIEMPO, podemos distinguir: en un tiempo determinado. En el TIEMPO EXTERNO: la época en la que se ambienta el relato, que la podemos conocer a través de datos explícitos, que el narrador nos proporciona. O que podemos deducir a partir de los objetos que aparecen, las costumbres que se describen, el vestuario, los medios de transporte, etc. EL TIEMPO INTERNO Por otra parte, tenemos el tiempo interno del relato está compuesto por el tiempo de la historia y el tiempo del relato. EL TIEMPO DE LA HISTORIA Es el tiempo que dura la historia que se nos está contando. Por ejemplo: La señora Dalloway, de Virginia Woolf, cuenta un día en la vida de una mujer. El hombre de tiza, de C.J. Tudor, cuenta los sucesos de un verano en la vida de un grupo de chavales. EL TIEMPO DEL RELATO Es el ORDEN en que la autora presenta esos hechos en un relato determinado, y que, si los cambiamos, obtenemos un relato diferente, pero la misma historia. EJEMPLOS QUE ALTERAN LA ESTRUCTURA NARRATIVA RELATO IN MEDIAS RES Consiste en comenzar una narración por la mitad de la historia en lugar de por su inicio, esto es, comenzar el relato de los hechos mostrando a los personajes ya metidos en el conflicto que vertebra la historia. El relato comenzará con el protagonista ya metido en problemas, y con ello captaremos el interés del lector desde el primer momento. Un ejemplo lo constituiría Cien años de soledad, novela de Gabriel García Márquez, en cuyo inicio se encuentran condensadas el inicio in media res y la retrospección a los orígenes de la historia: “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas claras y diáfanas que se precipitaba por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos”. Así, esta novela, que empieza en mitad de los sucesos, cuando Aureliano Buendía ya ostenta la el grado de coronel y está a punto de ser fusilado, salta inmediatamente a una imagen del pasado, a partir de cual se empieza a relatar el origen del pueblo y de la familia Buendía. RELATO IN EXTREMA RES Un ejemplo de uso de esta técnica lo tenemos en el relato La sombra sobre Innsmouth, de H. P. Lovecraft, que comienza explicando cómo el protagonista alertó de qué había descubierto en el pueblo de Innsmouth, y cómo las autoridades federales procedieron a tomar el lugar y a bombardear con cargas de profundidad los arrecifes cercanos. Durante el invierno de 1927-28, los realizaron una extraña y secreta instalaciones del antiguo puerto Massachusetts. El público se enteró agentes del Gobierno Federal investigación sobre ciertas marítimo de Innsmouth, en de ello... Tras esta introducción, el relato de los hechos retrocede al inicio de la historia para explicar cómo el protagonista llegó a Innsmouth y lo que, para su horror, descubrió allí. Nunca había oído hablar de Innsmouth hasta la víspera del día en que lo vi por primera y —hasta ahora— última vez. Celebraba mi mayoría de edad dando la vuelta a Nueva Inglaterra —turismo, antigüedades, interés genealógico— y había planeado ir directamente desde el antiguo pueblo de Newburyport a Arkham, de donde provenía la familia de mi padre. El uso de la técnica in extrema res nos servirá para dejar intrigado al lector: una vez le hayamos mostrado en qué situación han acabado los personajes, querrá saber cómo llegaron a ella y conocer la respuesta a cualquier pregunta que este atisbo del final de la historia haya planteado. Esto le obligará a seguir leyendo. El texto que aparece a continuación sirve de EJEMPLO para que veamos que no siempre los relatos siguen el ORDEN cronológico de acontecimientos. TEXTO El Cacique Huantepeque asesinó a su hermano en la selva, lo quemó y guardó sus cenizas calientes en una vasija. Los dioses mayas le presagiaron que su hermano saldría de la tumba a vengarse, y el fraticida, temeroso, abrió dos años después el recipiente para asegurarse que los restos estaban allí. fuerte viento levantó las cenizas, cegándolo para siempre. Un La sucesión de acontecimientos en la historia es la siguiente: SUCESIÓN DE ACONTECIMIENTOS Presagio de Huantepec Quema el los dioses asesina a cadáver y su hermano guarda las cenizas HISTORIA Abre el Queda ciego recipiente (dos años después) El narrador, en cambio, ha organizado el relato de una manera diferente: SUCESIÓN DE EPISODIOS Huantepec Quema el asesina a cadáver y su hermano guarda las cenizas ACCIÓN NARRATIVA –RELATOPresagio de Abre el Queda ciego los dioses recipiente (dos años después) EXPLICACIÓN SITUACIÓN INICIAL SITUACIÓN FINAL: VENGANZA (fracaso de las precauciones y cumplimiento del presagio) LOS PERSONAJES Actividad Busca en el Cómic los personajes que AYUDAN al protagonista y los personajes que se OPONEN al protagonista. EL RELATO Y LA NOTICIA RELATO S.E. era un ladrón de poca monta del que se burlaban todos sus compañeros, ya que nunca había conseguido pasar de robar naderías y además siempre le habían cogido. CONF L. SIT. INICIAL Hay noticias que son relatos muy breves, sin embargo, la forma de organizar lo que se cuenta es distinta en una noticia y en un relato. Así, en un relato, la estructura habitual es la que ya conocemos (situación inicial, conflicto, acciones y desenlace) y el narrador debe mantener el interés del lector hasta el final. En cambio, en la noticia, ocurre a la inversa: lo fundamental es informar de qué ha pasado, que sería el desenlace del relato, lo antes posible. Veamos un ejemplo con un relato y una noticia basados en la misma historia. ACCIONES Y a esa finca fue una primera noche para inspeccionar y preparar el golpe. Saltó la tapia, dio una vuelta alrededor de la casa, comprobó que no había perros y que los dueños parecían estar de viaje, y volvió a su casa a preparar el golpe, como había oído que hacen los ladrones de verdad. Volvió la segunda noche con todas las herramientas necesarias y estuvo trabajando hasta el amanecer para poder abrir todas las puertas y ventanas. Dejó en casa las herramientas y unos sacos que había llevado para cargar el botín y se fue a descansar, seguro de que su plan iba viento en popa y no podía fallar. La tercera noche volvió dispuesto a terminar su obra y, después de pensar durante un rato por dónde entrar, decidió lanzar el gancho de hierro con una cuerda y encaramarse al primer piso. DESENLACE Harto de esta situación, S. E. decidió dar un gran golpe en la finca de la familia más rica de la ciudad, donde sabía que se guardaban objetos muy valiosos. Puso la rodilla sobre el alféizar de la ventana y, cuando alargó la mano para agarrarse al marco y notó que una mano salía de la oscuridad para ayudarle a entrar, pensó que, definitivamente, le estaban saliendo bien las cosas. Cuando puso los pies en el suelo del salón, se encontró cara cara con los guardias, que lo esposaron y detuvieron. S. E. no paraba de darle vueltas a la cabeza, dónde habría estado el fallo de su plan. Y, por supuesto, fue una vez más el hazmerreír de sus colegas. ENTRADA NOTICIA TITULAR ROBO FRUSTRADO CUERPO DE LA NOTICIA S. E. fue detenido la pasada madrugada cuando pretendía robar en la residencia particular de la familia R. La policía había sido alertada por los propietarios que, al volver de un viaje, habían encontrado todas las puertas y ventanas abiertas, así como herramientas y sacos vacíos en una de las habitaciones. A la vista de la situación, la policía decidió esperar en la casa por si alguien aparecía por la noche. Al parecer, S. E. había dejado en la casa las herramientas y los sacos vacíos la noche anterior, con objeto de utilizarlos en el robo que pretendía realizar ayer por la noche. “No comprendo cuál ha sido el fallo del plan esta vez”, repetía S. E. mientras lo conducían a comisaría. Se da la circunstancia de que el frustrado ladrón había realizado con anterioridad sólo pequeños robos y pretendía iniciarse definitivamente en el “oficio” con este golpe. 11 EJEMPLOS DE RELATOS EN QUE SE CAMBIA EL TIPO DE NARRADOR Y EL ORDEN DE LOS ACONTECIMIENTOS GASTRONÓMICO Tras cocerme de tanto esperar bajo un sol como para fundir mantequilla, acabé subiendo en un autobús de color pistacho en el que los pasajeros bullían como gusanos en un queso pasado. En este plato de merluzas observé un fideo con un cuello largo como un día sin pan y una galleta en la cabeza rodeada por un hilo de cortar mantequilla. Este macarrón rompió a hervir porque una especie de besugo al horno le traía frito exprimiéndole, y le dejaba los pies hechos puré. Pero cesó rápidamente de charrar mandándole a freír espárragos, y se metió en un molde que había quedado vacío. Iba en el autobús de vuelta haciendo la digestión, cuando, delante del restaurante de la estación de Saint-Lazare, volví a ver al mismo pollo asado con un cochinillo que le daba una receta sobre cómo debía aderezarse mejor. Y él se quedaba hecho un flan. AMPULOSO A la hora en que comienzan a agrietarse los rosados dedos de la aurora, cabalgaba yo, cual veloz saeta, en un autobús, de imponente alzada y bovinos ojos, de la línea S de sinuoso periplo. Advertí, con la precisión y agudeza del indio presto al combate, la presencia de un joven cuyo cuello era más largo que el de la jirafa de pies ligeros, y cuyo sombrero de fieltro hendido estaba ornado con una trenza, cual héroe de un ejercicio de estilo. La funesta Discordia de senos de hollín vino con su boca hedionda por desdén del dentífrico; la Discordia, digo, vino a inocular su maléfico virus entre este joven del cuello de jirafa y trenza alrededor del sombrero, y un viajero de borroso y farináceo semblante. Aquél dirigióse a éste en los siguientes términos: «¡Oígame, malvado ser, diríase que usted me está pisoteando adrede!» Así exclamó el joven del cuello de jirafa y trenza alrededor del sombrero y fue, presto, a sentarse. Más tarde, en la plaza de Roma, de majestuosas proporciones, reparé de nuevo en el joven del cuello de jirafa y trenza alrededor del sombrero, acompañado de un camarada, árbitro de la elegancia, el cual profería esta crítica que me fue dado percibir con mi ágil oído, crítica dirigida a la indumentaria más externa del joven del cuello de jirafa y trenza alrededor del sombrero: «Deberías disminuirle el escote mediante la adición o elevación de un botón en la periferia circular. » CARTA OFICIAL Tengo el honor de informar a usted acerca de los hechos siguientes de los cuales he podido ser testigo tan imparcial como horrorizado. Esta misma mañana, hacia el mediodía, me encontraba en la plataforma de un autobús que subía por la calle de Courcelles en dirección a la plaza de Champerret. Dicho autobús iba completo; incluso más que completo, me atrevería a decir, porque el cobrador lo había sobrecargado con varios solicitantes, sin razón admisible y movido por una benevolencia exagerada que le llevaba más allá de los límites marcados por los reglamentos y que, por consiguiente, rozaba la indulgencia. A cada parada, las idas y venidas de los viajeros que bajaban y subían no dejaban de provocar cierto atropellamiento que incitó a uno de los viajeros a protestar, mas no sin timidez. Debo decir que éste fue a sentarse en cuanto surgió la posibilidad de ello. Añadiré a mi breve relación esta addenda: tuve la oportunidad de observar a dicho viajero algún tiempo después en compañía de un personaje que no he podido identificar. La conversación entablada animadamente entre ambos parecía referirse a cuestiones de naturaleza estética. Dadas las mencionadas condiciones) le ruego a Vd. tenga a bien indicarme las consecuencias que debo extraer de estos hechos) así como la actitud que, a la vista de ello, considere usted correcto que adopte en cuanto al comportamiento de mi vida subsecuente. En espera de su respuesta, le reitero a Vd. el testimonio de mi mayor y siempre atentísima consideración. 12 VACILACIONES No sé muy bien dónde ocurría aquello... ¿en una iglesia, en un cubo de la basura, en un osario? ¿Quizás en un autobús? Había allí... pero, ¿qué había allí? ¿Huevos, alfombras, rábanos? ¿Esqueletos? Sí, pero con su carne aún alrededor, y vivos. Sí, me parece que era eso. Gente en un autobús. Pero había uno (¿o dos?) que se hacía notar, no sé muy bien por qué. ¿Por su megalomanía? ¿Por su adiposidad? ¿Por su melancolía? No, mejor... más exactamente... por su juventud, adornada con un largo... ¿narigón? ¿mentón? ¿pulgar? No: cuello; y por un sombrero extraño, extraño, extraño. Se puso a pelear —sí, eso es—, sin duda con otro viajero (¿hombre o mujer?, ¿niño o viejo?) Luego eso se acabó, concluyó acabándose de alguna forma, probablemente con la huida de uno de los dos adversarios. Estoy casi seguro de que es ese mismo personaje el que me volví a encontrar, pero ¿dónde? ¿Delante de una iglesia? ¿delante de un osario? ¿delante de un cubo de la basura? Con un compañero que debía de estar hablándole de alguna cosa, pero ¿de qué? ¿de qué? ¿de qué? PUNTO DE VISTA SUBJETIVO No estaba descontento con mi vestimenta, precisamente hoy. Estrenaba un sombrero nuevo, bastante chulo, y un abrigo que me parecía pero que muy bien. Me encuentro a X delante de la estación de Saint-Lazare, el cual intenta aguarme la fiesta tratando de demostrarme que el abrigo es muy escotado y que debería añadirle un botón más. Aunque, menos mal que no se ha atrevido a meterse con mi gorro. Poco antes, había reñido de lo lindo a una especie de patán que me empujaba adrede como un bruto cada vez que el personal pasaba, al bajar o al subir. Eso ocurría en uno de esos inmundos autobuses que se llenan de populacho precisamente a las horas en que debo dignarme a utilizados. 13 TEXTO 1 LOS DOS REYES Y LOS DOS LABERINTOS Cuentan los hombres dignos de fe (pero Alá sabe más) que en los primeros días hubo un rey de las islas de Babilonia que congregó a sus arquitectos y magos y les mandó a construir un laberinto tan perplejo y sutil que los varones más prudentes no se aventuraban a entrar, y los que entraban se perdían. Esa obra era un escándalo, porque la confusión y la maravilla son operaciones propias de Dios y no de los hombres. Con el andar del tiempo vino a su corte un rey de los árabes, y el rey de Babilonia (para hacer burla de la simplicidad de su huésped) lo hizo penetrar en el laberinto, donde vagó afrentado y confundido hasta la declinación de la tarde. Entonces imploró socorro divino y dio con la puerta. Sus labios no profirieron queja ninguna, pero le dijo al rey de Babilonia que él en Arabia tenía otro laberinto y que, si Dios era servido, se lo daría a conocer algún día. Luego regresó a Arabia, juntó sus capitanes y sus alcaides y estragó los reinos de Babilonia con tan venturosa fortuna que derribo sus castillos, rompió sus gentes e hizo cautivo al mismo rey. Lo amarró encima de un camello veloz y lo llevó al desierto. Cabalgaron tres días, y le dijo: “Oh, rey del tiempo y substancia y cifra del siglo!, en Babilonia me quisiste perder en un laberinto de bronce con muchas escaleras, puertas y muros. Ahora el Poderoso ha tenido a bien que te muestre el mío, donde no hay escaleras que subir, ni puertas que forzar, ni fatigosas galerías que recorrer, ni muros que veden el paso.” Luego le desató las ligaduras y lo abandonó en la mitad del desierto, donde murió de hambre y de sed. La gloria sea con aquel que no muere. JORGE LUIS BORGES, El Aleph TEXTO 2 LA LEYENDA DEL CHINGOLO [Paraguay] ¿Oyes ese trino? Es el Chingolo que anuncia el cambio de viento, que previene contra el tiempo malo y frío. Ese pájaro se llama Che sy asy en idioma guaraní, palabras que, en castellano, significan: “Mi madre se halla enferma”. ¿Por qué se le habrá dado ese nombre? El porqué es una linda historia. Entre los indígenas que pueblan la región del Guaira se conserva el recuerdo de Chingolo, un niño guaraní que amó entrañablemente a su madre. Un día enfermó ella gravemente y, sintiéndose a punto de morir, le pidió al hijo que fuera en busca de una planta que se consideraba como único remedio de su mal. Crecía la planta en lo más intrincado de la selva; con todo, el niño se mostró valiente y fue a buscarla. Entonces, oyó los rugidos del jaguar, pero siguió adelante. Anduvo de un lado a otro hasta que halló la planta y quiso regresar a su casa. En tanto, sobrevino la noche, una noche oscura que no le permitió distinguir el camino. Desorientado, vagó por la selva exclamando: “¡Che sy asy! ¡Che sy asy!”, como si la evocación de la madre enferma pudiera inspirar piedad a algún ser compasivo que le ayudara a salir del trance. Amanecía y el niño vagaba aún desorientado en el bosque. Ignorante de que la madre había muerto. En ese instante, los dioses comprendieron que el Chingolo no se conformaría jamás con la pérdida del ser que más amaba en el mundo y, en el deseo de evitarle el dolor de la orfandad, lo convirtieron en ave para que volara por el mundo en busca de la madre, animado por la eterna esperanza de reunirse con ella alguna vez. Desde entonces el Chingolo aletea en el bosque, anida en los aleros y, como si buscara el amparo de los buenos o la protección de los piadosos, les advierte de la proximidad de los malos vientos y les recuerda su gran pena repitiendo en sus trinos: "Che sy asy! ¡Che sy asy!” (Anónimo) ACTIVIDADES de los textos 1 y 2 Estructura de la ACCIÓN Localiza los CONECTORES TEMPORALES CAMBIA LA ESTRUCTURA DE LA ACCIÓN Y EL MODO DE CONTAR la historia, a la manera de la anécdota del autobús de RAYMOND QUENEAU de uno del TEXTO 1 Transforma en una noticia el TEXTO 2, para ello deberás seguir un orden de mayor a menor importancia Justifica el PORQUÉ DE CADA PÁRRAFO Tipo de NARRADOR 14 TEXTO 3 COMO LA SAL Y EL PAN Había una vez un Rey que tenía tres hijas. Las dos mayores sentían celos de la menor, a quien el Rey amaba con todo su cariño, y se pasaban el tiempo tratando de destruir el amor que el monarca sentía por ella. Siempre esperaban conseguir favores y privilegios especiales de su padre, sin perder jamás la oportunidad de sugerirle que la menor no correspondía a su afecto. Sus perversos celos no las dejaban ni a sol ni a sombra. Por último el Rey comenzó a preocuparse de los rumores que esparcían las hijas mayores e incluso llegó a sospechar de la menor. Un día que lo acompañaban las tres, no pudo resistir el deseo de ponerlas a prueba. De modo que le preguntó a la mayor cuánto lo amaba, y ésta le replicó: —¡Te valoro, padre mío, como al Dios del Cielo! Su contestación lisonjeó al Rey. Entonces hizo a la segunda la misma pregunta, la que replicó: —¡Oh, padre mío, te valoro como a mi propia vida! Esta respuesta también satisfizo al Rey. Entonces le pidió a la tercera que describiera sus sentimientos, a lo que ella contestó: —Te aprecio como a la sal y al pan. El Rey se sorprendió Por su respuesta. Luego se enojó al pensar que su persona no le importaba más a su hija que las cosas más humildes que tiene todo pobre en su mesa. Su enojo se convirtió en furia al recordar que era su hija menor, a la que él había querido tanto, la que le pagaba con tan poco cariño. Entonces ordenó a sus servidores que la echaran del palacio. Éstos cumplieron su orden llevándola a un bosque y abandonándola allí. Y por fin las otras dos hijas se sintieron felices. En el bosque, la menor se sintió muy desgraciada y la invadió el temor. Lloraba al pensar en su casa y en su padre al que amaba, y no podía entender su enojo ni por qué la había desterrado. Anduvo caminando por el bosque sin rumbo y, al final, temerosa de los animales salvajes, trepó a un árbol muy alto. Sucedió que en esos momentos un Rey de otro país andaba de caza por el bosque. Al pasar en su caballo, oyó que sus perros ladraban a una presa. Se apresuró entonces a darles alcance y los encontró en torno al árbol donde se escondía la Princesa. Miró hacia arriba, esperando encontrar un oso. En su lugar, vio la hermosa cara de la desgraciada niña, a la que habló con palabras cariñosas pidiéndole que bajara. La niña bajó y montó sobre el caballo del Rey, y así llegaron los dos al castillo de éste. Allí el monarca le dio de comer e hizo encender el fuego para que se recuperara. Agradecida la Princesa le contó toda su historia. El Rey quedó tan impresionado por su bondad como por su belleza, de modo que la alojó en su castillo y, por último, le pidió que se casara con él. La Princesa, que también se había enamorado del Rey, aceptó su mano. Entonces fijaron la fecha para la boda y enviaron las invitaciones a la realeza de los siete reinos vecinos. Cuando amaneció el día fijado, comenzaron a llegar los invitados, entre los que estaba el padre y las hermanas de la Princesa, los que no la reconocieron, pues creían que había desaparecido para siempre en el bosque. Cuando se sentaron a la mesa del banquete, los huéspedes fueron regalados con exquisitos platos, Pero ninguno de ellos tenía sal ni tampoco había pan en le mesa. Por fin el padre de la Princesa no pudo menos que comentar el hecho, diciendo: —No comprendo, pero me parece que faltan dos cosas preciosas en esta fiesta. —¿A qué os referís? —dijo su hija, que ya era Reina. —Á la sal y al pan -replicó su padre —Sí -dijo la Princesa- Son dos de las cosas más preciosas que se conocen. Pero una vez, como yo dijera a mi padre que lo apreciaba tanto como a ellas, me expulsó de su casa y me envió a morir al bosque. Cuando su padre oyó esas palabras se emocionó. Inmediatamente reconoció a su hija y la abrazó llorando de alegría, feliz de encontrarla viva y tan bien. Le rogó en seguida que lo perdonara por su falta de comprensión y por haberla tratado tan mal. En cuanto a las hermanas, se descubrió así el plan que habían urdido para perderla, de modo que les tocó el tumo de abandonar la casa paterna. Desde ese día nadie supo nada más de ellas. Si alguna vez las rescató algún Rey que iba de caza por el bosque, nadie se enteró de ello. (Cuento popular sueco) 15 TEXTO 4 EL FAROL ROJO Había una vez un pobre vendedor de dulces en la ciudad de Marraquesh que cada día se hacía más pobre. El porqué no lo sé, pero el caso es que llegó un momento en el que ya no pudo comprar más miel para fabricar sus dulces. Y como le daba vergüenza ponerse a mendigar, se dijo a sí mismo: «Dejaré Marraquesh, cruzaré las montañas, y tal vez halle mejor fortuna en algún lugar.» Pero a ningún hombre le gusta viajar a otras tierras sin dinero ni bienes de ninguna especie; así que Ahmed, el pobre vendedor de dulces, emprendió su viaje llevándose todo lo que tenía en el mundo. De cualquier manera su carga no era muy pesada, porque sólo consistía en un farolillo de hojalata con cristales rojos, Durante días y días Ahmed cruzó una montaña tras otra, subsistiendo gracias a la hospitalidad de los lugareños, que no era mucha. Y al final llegó hasta un ancho y próspero valle, donde se asentaba una ciudad de la que ningún viajero le había hablado nunca. De modo que Ahmed se acercó a las puertas de la ciudad, y se puso a hablar con algunos hombres que encontró por allí. Su asombro fue mayúsculo cuando se dieron cuenta de que era extranjero, porque al parecer jamás un extranjero había visitado aquella ciudad. Luego lo condujeron ante el pachá, quien lo hospedó en su propia casa, que era la más rica de todas las que Ahmed había visto o había oído hablar en su vida; más rica aún que cualquier lugar de Marrquesh. Había montones de joyas por todas partes, y se empleaba el oro para todo uso doméstico. Durante los tres días exigidos por la Ley del Profeta, el pachá le prodigó a Ahmed todo género de atenciones. Pero llegó la hora de que el huésped partiese, y a Ahmed le entró una gran preocupación, porque le parecía que no podía abandonar a un anfitrión tan amable sin hacerle un regalo; y la única cosa que podía ofrecerle era aquel insignificante farolillo de hojalata con cristales rojos. Aun así, esperaba que el pachá se daría cuenta de que eso era toda lo que tenía, y que aceptaría el obsequio con el mismo espíritu con el que le sería entregado. Por consiguiente, ofreció el farol al pachá antes de partir. El pachá tomó el farol, y lo examinó con asombro y regocijo; porque resultará curioso, pero en aquella ciudad no había cristal. De hecho, ni siquiera se había oído hablar de él, y aquello de ver la luz de una vela brillando a través de un cristal rojo resultaba un espectáculo maravilloso y prodigioso para el pachá. Sin embargo, y a pesar de que estaba encantado con el farol, el recibirlo le hizo sentirse molesto. Uno no podía recibir un obsequio tan valioso como aquél, sin desprenderse a cambio de algo de gran valía; y no sabía cómo se las iba a arreglar para hacer un regalo del mismo valor, ya que en sus tesorerías no tenía nada más que un montón de oro corriente y moliente, una tonelada o dos de simples rubíes, una estancia llena de las más vulgares esmeraldas, y algunas arcas de diamantes a las que nadie echaría más de un vistazo. ¿Qué posibilidad le quedaba, pues, de corresponder adecuadamente al extranjero? Al final, llegó a la conclusión de que lo único que podía hacer era darle lo que tenía: ofrecer a Ahmed doce camellos cargados de oro y joyas, y confiar en que, dada la insignificancia del regalo, Ahmed lo aceptaría con el mismo espíritu con el que le sería entregado. Así lo hizo, y Ahmed trajo a sus doce camellos a salvo hasta Marraquesh, a través de las montañas. Una vez llegó a Marraquesh, Ahmed compró un hermoso jardín repleto de palmeras y naranjos, de jazmines y limones aromáticos; un jardín que nunca estaba en silencio, gracias al murmullo del agua y a los trinos de los ruiseñores. Se construyó allí un palacio del mármol más puro, y vivía en él como un hombre rico y feliz. (RICHARD HUGUES, En el regazo del Atlas) ACTIVIDADES DE LOS TEXTO 3 y 4 Estructura de la ACCIÓN Localiza los CONECTORES TEMPORALES Tipo de NARRADOR Justifica el PORQUÉ DE CADA PÁRRAFO Transforma el orden de uno de los dos relatos 16 TEXTO 5 TENDIDA Érase una vez una niña a la que le gustaba, lo que más, ponerse a la ventana cuando su madre salía a tender. Allí se pasaba todo el rato, oliendo la ropa mientras su madre tendía. Un día, acababa su madre de abrir la ventana, dejando el barreño junto a sus piernas, cuando el olor a limpio de la ropa le pareció más delicioso que nunca y metió las narices entre los pliegues de una camiseta de su padre, húmeda y blanca. De pronto, sintió que la cogían en volandas, la sacaban fuera de la ventana y la colgaban en la cuerda del tendedor, con una pinza apretándole las narices. Su madre movió la cuerda para dejar sitio libre para seguir tendiendo, y la niña se quedó colgada junto a una camisa y unas bragas, al lado de la barra del tendedor. Al poco, oyó cómo cerraban la ventana. Hubiera podido gritar, o levantar los brazos y cogerse a la cuerda, pero le daba un miedo horrible moverse, no fuera a ser que se soltara la pinza y cayera a la luna desde tan alto. Así que se quedó muy quietecita, mirando fijamente a la ventana de enfrente del piso de arriba, que reflejaba las nubes conforme iban pasando. Al rato salió una vecina a su ventana, con una pinza en la boca y un delantal verde en las manos, chorreando, para tenderlo. Se le abrieron unos ajos muy grandes y también se le abrió la boca diciendo un “¡ah!” La pinza se cayó haciendo un ¡clic! contra el alféizar y luego otro ¡clic! contra las baldosas de la luna. El delantal también se le cayó de las manos y enseguida se oyó un ¡plof! abajo. La vecina gritó entonces: “¡María, María! ¡Que tienes la hija colgada en el tendedor! ¡María, María!” Se oyó el ruido de la ventana al abrirse y la niña, por el rabillo del ojo, pudo ver a su madre sacar la cabeza. “¿Qué?”, le oyó decir muy asustada. “¿Qué dices?” “¡Que tienes la hija colgada en el tendedor! ¡De las narices!”, le respondió nerviosísima la vecina, señalando a la niña, con medio cuerpo tan fuera de la ventana que parecía que se fuera a caer. Muy despacio movió la cuerda del tendedor la madre, quitando con cuidado la ropa que había tendida, hasta que la niña estuvo al alcance de sus manos. Entonces la cogió por los sobacos y la metió dentro de casa, apretándola fuerte contra su pecho. “¡Hija mía!”, decía llorando toda. “¡Hija mía!” La niña también se echó a llorar, abrazándose al cuello suavecito de su madre. ¡Había pasado tanto miedo, y le dolía tanto la nariz! A la hora de comer, su padre le preguntó que qué marca era esa tan rara que tenía en las narices. Ella no contestó nada, como si no supiera de qué iba la cosa. Su madre le había prometido que bajarían a la calle y que le compraría lo que más quisiera en la tienda de la esquina. Estuvo toda la comida repasando el escaparate de la tienda, y no sabía qué elegir. (En Javier DELGADO, Erase una vez una niña) ACTIVIDADES DEL TEXTO 5 En el siguiente texto aparece un acontecimiento inesperado en el proceso de “tender la ropa”, cuál. Enumera las acciones que se derivan de dicho acontecimiento. Subraya los conectores temporales 17 ACTIVIDADES TEXTO 6,7 y 8 Divide los textos 6 a 8 en PÁRRAFOS y justifica la respuesta TEXTO 6 EL OTRO YO Se trataba de un muchacho corriente: en los pantalones se le formaban rodilleras, leía historietas, hacía ruido cuando comía, se metía los dedos a la nariz, roncaba en la siesta, se llamaba Armando Corriente en todo menos en una cosa: tenía Otro Yo. El Otro Yo usaba cierta poesía en la mirada, se enamoraba de las actrices, mentía cautelosamente, se emocionaba en los atardeceres. Al muchacho le preocupaba mucho su Otro Yo y le hacía sentirse incómodo frente a sus amigos. Por otra parte, el Otro Yo era melancólico, y debido a ello, Armando no podía ser tan vulgar como era su deseo. Una tarde Armando llegó cansado del trabajo, se quitó los zapatos, movió lentamente los dedos de los pies y encendió la radio. En la radio estaba Mozart, pero el muchacho se durmió. Cuando despertó el Otro Yo lloraba con desconsuelo. En el primer momento, el muchacho no supo qué hacer, pero después se rehizo e insultó concienzudamente al Otro Yo. Este no dijo nada, pero a la mañana siguiente se había suicidado. Al principio la muerte del Otro Yo fue un rudo golpe para el pobre Armando, pero enseguida pensó que ahora sí podría ser enteramente vulgar. Ese pensamiento lo reconfortó. Sólo llevaba cinco días de luto, cuando salió a la calle con el propósito de lucir su nueva y completa vulgaridad. Desde lejos vio que se acercaban sus amigos. Eso le lleno de felicidad e inmediatamente estalló en risotadas. Sin embargo, cuando pasaron junto a él, ellos no notaron su presencia. Para peor de males, el muchacho alcanzó a escuchar que comentaban: «Pobre Armando. Y pensar que parecía tan fuerte y saludable». El muchacho no tuvo más remedio que dejar de reír y, al mismo tiempo, sintió a la altura del esternón un ahogo que se parecía bastante a la nostalgia. Pero no pudo sentir auténtica melancolía, porque toda la melancolía se la había llevado el Otro Yo. MARIO BENEDETTI, El otro yo TEXTO 7 LOS SEIS SABIOS CIEGOS Y EL ELEFANTE “En una ocasión había seis ancianos sabios que no gozaban del don de la vista, siendo ciegos y empleando el sentido del tacto para experimentar y conocer las diferentes realidades, seres y objetos del mundo. Ninguno de estos sabios había visto jamás un elefante, y tras conocer que su rey disponía de uno le solicitaron con humildad poder conocerlo. El monarca decidió concederles su petición y los llevó ante el paquidermo, permitiendo que los ancianos se acercaran y lo tocaran. Los sabios se aproximaron al animal y, uno por uno, tocaron al elefante con el fin de saber cómo era dicho ser. El primero le tocó un colmillo, y consideró que el elefante era liso y agudo cual lanza. El segundo sabio se aproximó y tocó la cola del elefante, respondiendo que en realidad era más bien como una cuerda. El tercero entraría en contacto con la trompa, refiriendo que el animal se parecía más a una serpiente. El cuarto indicaría que los demás debían estar errando, ya que tras tocar la rodilla del elefante llegó a la conclusión de que se trataba de algo semejante a un árbol. El quinto lo desmintió al tocar la oreja del ser, valorando que se parecía a un abanico. Por último el sexto sabio llegó a la conclusión de que en realidad el elefante era como una fuerte pared rugosa, al haber tocar su lomo. Tras haber llegado a distintas conclusiones, los sabios empezaron a discutir respecto a quién poseía la verdad. Dado que todos defendían sus posiciones con ahínco, recurrieron a la ayuda de un séptimo sabio el cual podía ver. Este les hizo ver que en realidad todos ellos tenían parte de la razón, dado que habían estado describiendo una única parte del conjunto del animal, a la vez que aún sin equivocarse ninguno de ellos había podido conocerlo en su totalidad.“ TEXTO 8 EL SABIO Y EL ESCORPIÓN “Había una vez un sabio monje que paseaba junto a su discípulo en las orilla de un río. Durante su caminar, vio cómo un escorpión había caído al agua y se estaba ahogando, y tomó la decisión de salvarlo sacándolo del agua. Pero una vez en su mano, el animal le picó. El dolor hizo que el monje soltara al escorpión, que volvió a caer al agua. El sabio volvió a intentar sacarlo, pero de nuevo el animal le picó provocando que le dejara caer. Ello ocurrió una tercera vez. El discípulo del monje, preocupado, le preguntó por qué continuaba haciéndolo si el animal siempre le picaba. El monje, sonriendo, le respondió que la naturaleza del escorpión es la de picar, mientras que la de él no era otra que la de ayudar. Dicho esto el monje tomó una hoja y, con su ayuda, consiguió sacar al escorpión del agua y salvarlo sin sufrir su picadura. “ 18 ACTIVIDAD ORDENA LOS PÁRRAFOS y justifica la respuesta 19 TEXTO 9 ACTIVIDADES Lee este artículo Transfórmalo en un relato literario, usando el narrador que consideres oportuno, alterando el orden como desees y transformando el estilo. No olvides dividirlo en PÁRRAFOS y usar CONECTORES TEMPORALES. UN TESORO DE PESADILLAS Los marineros que rescataron un barco fantasma culpan a la Administración de su hundimiento No saben aún si fue un sueño o una pesadilla. Después de hacerse a la idea de que su vida podía cambiar radicalmente, algunos de los 29 marineros gallegos que remolcaron durante 18 días la popa del petrolero chipriota Athenian Venture tendrán que permanecer varias semanas en el paro. Atrás queda "una sensación de impotencia imposible de definir con palabras" y la espeluznante imagen de siete cadáveres calcinados sobre la cubierta de un barco fantasma hallado a la deriva en alta mar. si a nosotros nos pasara algo parecido, nos gustaría que alguien hiciera lo mismo". El remolque se decidió de común acuerdo con el armador de los pesqueros, Francisco Gude González, tras una comunicación por radio. La poca potencia de los dos barcos convirtió el arrastre en una penosa tarea. Las estachas que los unían al petrolero se rompieron a los dos días y los marineros llegaron a temer por su vida. Pero poco a poco se dieron cuenta también que aquello, además de un amasijo de hierros, era un pequeño tesoro. Los 29 marineros del Cosmos y el Keny, con base en el puerto coruñés de Santa Eugenia de Riveira, faenaban el 30 de mayo en las proximidades de Canadá, a la pesca del pez espada. Sus radios captaron un mensaje de otro barco que decía avistar un extraño objeto flotante. Movidos por la curiosidad, decidieron ir al lugar señalado en el mensaje y allí avistaron la inmensa popa del petrolero chipriota Athenian Venture, partido en dos unos días antes por causas todavía desconocidas. Cuatro marineros del Keny echaron una balsa al mar y con la ayuda de los capotazos de las olas lograron engancharse a una barandilla y subir a cubierta. "Olía mal, muy mal, y por todas partes no había más que hierros retorcidos", relata uno de los testigos. Entre aquel amasijo encontraron también siete cadáveres completamente calcinados y en avanzado estado de descomposición. De lo que se supone que era el telegrafista tan sólo quedaban los huesos. Los marineros aseguran que el afán de lucro no fue el motivo principal por el que decidieron remolcar la popa. "Aquel objeto flotante, sin ningún tipo de luces, era un peligro para la navegación. Además, queríamos entregar los cadáveres a sus familiares, porque Una popa de 2.000 millones La maquinaria del petrolero estaba intacta, y su capacidad era de 18.000 toneladas. A través de Radio Exterior de España escucharon una cifra que les puso los pelos de punta. Según las estimaciones, el valor de la popa del petrolero podía alcanzar los 2.000 millones de pesetas, a repartir, de acuerdo con la costumbre marinera, entre el armador y la tripulación. "Nosotros nunca nos creímos esas cifras, pensábamos que a lo sumo nos tocarían unas 600.000 pesetas a cada uno", manifestaba a su llegada a Vigo el pasado martes Andrés Pérez, uno de los marineros del Keny. Sus familias, sin embargo, actuaban ya como si les hubiese tocado la lotería. La esposa de uno de los marineros apalabró la compra de varios electrodomésticos en un establecimiento de Riveira, y otra ojeaba pisos donde establecerse nada más llegar su marido. Pero las cosas se torcieron en el mar. La potencia de los barcos se revelaba cada vez más insuficiente para remolcar el Athenían 20 Venture, y el armador Francisco Gude no conseguía la ayuda de las autoridades españolas. Finalmente, tras un acuerdo con la empresa propietaria, se decidió enviar el Remolcanosa IV en ayuda de los pesqueros. una potente bomba de agua para liberar peso del petrolero. El Remolcanosa IV apenas pudo mejorar el penoso arrastre del Athenian Venture, y a las 2.30 del 17 de junio el tesoro se hundió definitivamente a 300 millas de las Azores. "Casi se nos saltaron las lágrimas", confiesa un marinero, "porque de repente sentimos una sensación de impotencia que es imposible explicar". Para entonces, el Cosmos y el Keny se habían desviado ya de su rumbo por la acción del viento y el oleaje. Este hecho y la falta de colaboración de la marina mercante obligó a variar el rumbo hacia las islas Azores. Los marineros llegaron a Vigo el día 21 decepcionados, con la sensación de haber vivido una pesadilla y echando pestes contra las autoridades de la marina mercante. "Ellos se iban a llevar el 40% del valor total del petrolero y no nos ayudaron en nada a pesar de que la popa era un peligro para la navegación". Todos los marineros coinciden en que la llegada del Remolcanosa IV fue más una decepción que un alivio. Esperaban un barco más grande y con El País 21 ACTIVIDAD PARA MEJORAR LA REDACCIÓN Identifica los conectores temporales del siguiente texto. Guiándote por ellos, corrige la puntuación teniendo en cuenta que los conectores se encuentran siempre al principio de una oración o de un párrafo TEXTO 1 Un banquero con mala reputación decide una noche tomar la decisión que le haría ganar una mejor reputación y más dinero, entonces fue por los barrios bajos y comenzó a contratar a unos cuantos ladrones, al día siguiente los reunió a todos en una casa secreta y les ordenó que por la noche atracasen todos los bancos de la competencia y que se quedase ellos con el botín, cada noche atracaban un banco, cuando no quedaba ya ningún banco, la gente empezó a meter dinero en el suyo creyendo que era el único seguro, una noche reunió a todos sus ladrones diciéndoles que tenía una treta y que atracasen su banco, después, se dirigió a la policía para pedirles más protección, aquella noche, cuando los ladrones entraban confiados en el banco de su amo, fueron detenidos por la policía. ACTIVIDAD PARA MEJORAR LA REDACCIÓN Usa MECANISMOS que te permita EVITAR LAS REPETICIONES (pronombres, sinónimos, hiperónimos) TEXTO 2 En este momento, Carlos, que estaba muy nervioso, llamó por teléfono a Luisa, hermana de su alumno Luis, porque quería ver a Luisa. Luisa le dijo a Carlos que en este momento no podía. Entonces Carlos llamó por teléfono a su alumno Luis para que convenciera a Luisa; pero Luis no estaba en casa. Desesperado, llamó por teléfono a Pedro, compañero de la infancia; por suerte, Pedro estaba en casa. Carlos le pidió a Pedro que necesitaba hablar con él. Carlos y Pedro quedaron en verse al lado de la estación. La estación estaba a las afueras de la ciudad y deberían tomar un autobús; pero a Carlos no le gustaba el autobús y decidió ir en su propio coche. 22 UN PLAN PARA NARRAR: escribe un cuento siguiendo los pasos que se indican a continuación a. Traza un plan para la historia completando las fichas siguientes ELEMENTOS DEL RELATO AYUDANTES OPONENTES PERSONAJES LUGAR DE LA ACCIÓN EL TIEMPO NARRADOR INTERNO NARRADOR EXTERNO TIEMPO EXTERNO TIEMPO DE LA Hª: DURACIÓN EL NARRADOR PROTAGONISTA TESTIGO CONOCIMIENTO ILIMITADO ESTRUCTURA DEL RELATO SITUACIÓN INICIAL CONFLICTO ACCIONES …. …. …. …. …. …. DESENLACE ORDEN DEL RELATO 1. 2. 3. 4. LA DESCRIPCIÓN SUBJETIVA (entregar ficha de la subjetividad) DE PERSONAJES DE LUGARES b. c. d. Redacta el argumento a partir de las ideas que hayas recogido en las fichas anteriores Redacta el cuento a partir de ese argumento Revisa el texto de un compañero y evalúalo teniendo en cuenta los aspectos recogidos en la ficha siguiente. FICHA DE REVISIÓN ¿Se ajusta el texto a la planificación inicial? ¿Está justificada la división en párrafos? ¿Se han utilizados conectores temporales de manera correcta? ¿Son variadas las expresiones que se utilizan para referirse a los personajes, es decir, para evitar las repeticiones del nombre? ¿Queda claro a quien se refieren los pronombres utilizados? ¿Se han eliminado otras repeticiones innecesarias? Es correcta la colocación de tildes? ¿Es correcta la ortografía? 23 SÍ NO