Es una de las grandes novelas sudamericanas de este siglo, cuyos ecos recogieron pronto en Europa Graham Greene y Camus. El relato, montado con los recursos de la novela policial, desarrolla un personaje que revela su psicología introspectiva e impone al lector un análisis de la desesperanza. El protagonista, juan Pablo Castel, persigue inútilmente lo inalcanzable, que no es sino el regreso a la infancia, simbolizada en la ventana de un cuadro, motivo reiterado largamente en la narración. Las enigmáticas desapariciones de niñas del colegio de las madres lazaristas de San Gervasio son el punto de inicio de la aventura indagatoria que tiene como protagonista a un cliente del manicomio, quien, obligado a convertirse en investigador, se verá envuelto en toda clase de percances de los que logrará salir llevando a cabo su cometido y descubriendo una intrincada farsa de gente pudiente. Aparentemente nivelada y lisa, la escritura de Mendoza constituye un espléndido ejemplo de investigación literaria personal, ajena a todo mimetismo, que ahonda en las posibilidades de volver del revés, sin infringirlas a primera vista, las posibilidades del relato tradicional, e indagar así -como un buen detective, o como un personaje de Henry James- en el dibujo que se nos muestra al dorso del tapiz de la trama. Una farsa burlesca y una sátira moral y social que tiene sus raíces últimas en la picaresca y en el modelo cervantino. Tras la muerte de su mejor amiga, Carlos Alberto sufre una depresión. Sus padres deciden llevarlo al más prestigioso psiquiatra de la ciudad. Y la madre comprueba indignada que su hijo, un joven de elevado coeficiente intelectual no va a ser tratado por el famoso psiquiatra, sino por un ayudante suyo, que es paralítico cerebral. Carlos alberto, en cambio, se interesa por él y pide que le cuente cómo ha podido llegar a graduarse. Situada en el Madrid de los años 80, Bajarse al moro es una comedia de jóvenes que buscan su sitio en el mundo. Con humor e ironía, no exentos a veces de amargura, José luis Alonso de Santos nos muestra a unos personajes que se debaten entre la marginalidad y la integración, así como el lenguaje vivo de la calle, el habla coloquial y la jerga marginal de una parte de la juventud, reflejo de la realidad social de una época.