VÍA CRUCIS 2021 1ª ESTACIÓN: JESÚS ES CONDENADO A MUERTE «No todo el que me dice “Señor, Señor” entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos» (Mt 7,21). Si eres una persona contagiada por el virus o si estás cerca de alguien de los tuyos que lo está, recuerda que Jesús fue condenado y tenido por blasfemo, mírale a Él. 2ª ESTACIÓN: JESÚS CARGA CON LA CRUZ «Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga» (Lc 9,23). Si tú has sido hospitalizado, o algunos de los tuyos lo está y sientes el peso insoportable de todo lo que ocurre a tu alrededor, mira a quien cargó con los pecados de todos. 3ª ESTACIÓN: JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ «Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores» (Is 53,4). Si hay momentos en los que la tentación de la desesperanza, de la angustia o incluso de la depresión te atormentan, dirige tu mirada a Jesús, quien caído, se levanta. 4ª ESTACIÓN: JESÚS SE ENCUENTRA CON SU MADRE «Una espada te traspasará el alma, para que se pongan de manifiesto los pensamientos de muchos corazones» (cf. Lc 2,35). Si tienes algún familiar contagiado, y no puedes estar a su lado, o si estás aislado en tu propia casa, contempla el dolor de María ante su Hijo en la Vía Dolorosa, sin poderse acercar a Él. 5ª ESTACIÓN: EL CIRINEO AYUDA A JESÚS A LLEVAR LA CRUZ «Llevad los unos las cargas de los otros y así cumpliréis la ley de Cristo» (Ga 6,2). A ti, sanitario, que tienes el poder para poner tus manos en el dolor y en la enfermedad, en la soledad y el aislamiento, eres como el Cirineo. El Papa Francisco te ha llamado “el santo de la puerta de al lado”. Gracias. 6ª ESTACIÓN: LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS «Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro». Tu rostro buscaré, Señor. No me escondas tu rostro. No rechaces con ira a tu siervo, que tú eres mi auxilio; no me deseches, no me abandones, Dios de mi salvación» (Sl 27, 8-9). A vosotros, voluntarios, que os habéis ofrecido para “secar” el dolor del que sufre, siente el gozo de llevar en tus ojos el rostro que se imprimió en el velo de la Verónica. Gracias. 7ª ESTACIÓN: JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ «Él no devolvía el insulto cuando lo insultaban; sufriendo no profería amenazas; sino que se entregaba al que juzga rectamente» (1 P 2,23). Si te oprimen las noticias de los que especulan, de los que mienten, de los que se aprovechan del dolor ajeno, observa a Jesús, que no cede y se levanta, hazlo tú con gestos sinceros que animen y den esperanza. 8ª ESTACIÓN: JESÚS ENCUENTRA A LAS MUJERES «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad por vosotras y por vuestros hijos» (Lc 23,28). A ti, madre, hermana, esposa, abuela, acoge la mirada de Jesús y convierte tu llanto en gestos solidarios, cercanos, afectuosos, que tanto ayudan. Gracias. 9ª ESTACIÓN: JESÚS CAE POR TERCERA VEZ «Venid a mí todos los que estáis cansados y oprimidos y os aliviaré. Cargad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas» (Mt 11, 28-29). Si ves cómo se derrumba tu negocio, y se quiebra tu economía, si das por perdido todo tu esfuerzo, no deseo decirte palabra de compromiso, pero quizá sientas junto a ti una mano tendida. Contempla a Jesús que vuelve a levantarse. No te hundas, espera, espera en el Señor. 10ª ESTACIÓN: JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS «Los soldados... cogieron su ropa, haciendo cuatro partes, una para cada soldado, y apartaron la túnica. Era una túnica sin costura, tejida toda de una pieza de arriba abajo. Y se dijeron: «No la rasguemos, sino echémosla a suertes, a ver a quién le toca». Así se cumplió la Escritura: «Se repartieron mis ropas y echaron a suerte mi túnica». Esto hicieron los soldados» (Jn 19, 23-24). Si estás desnudo y solo en una habitación, o estás en cuarentena, te invito a que mires a Quien desnudo y solo dio su vida por nosotros. 11ª ESTACIÓN: JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ «Lo crucificaron y con él a otros dos, uno a cada lado, y en medio, Jesús. Y Pilato escribió un letrero y lo puso encima de la cruz; en él estaba escrito: «Jesús, el Nazareno, el rey de los judíos» (Jn 19, 18-22). Si estás en la UCI, aislado y te sientes “clavado”, mira a Cristo crucificado. Él se trasfunde en nuestro dolor y lo transforma en redención. 12ª ESTACIÓN: JESÚS MUERE EN LA CRUZ «Hacia la sexta hora, las tinieblas cubrieron la tierra hasta la hora nona. El sol se eclipsó y el velo del templo se rasgó por medio. Y Jesús, con fuerte voz dijo: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. Y al decir esto, expiró» (Lc 23, 44-46). Tú, que nos has dejado y ya has pasado el umbral de la muerte, descansa en paz. Los que aquí quedamos rezaremos por tu alma. La muerte no es la última palabra. Jesús muere y convierte la muerte en vida. 13ª ESTACIÓN: JESÚS ES BAJADO DE LA CRUZ Y PUESTO EN LOS BRAZOS DE SU MADRE «Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús aunque oculto por miedo a los judíos, pidió a Pilato que le dejara llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato lo autorizó. Él fue entonces y se llevó el cuerpo» (Jn 19, 38). A ti, que no has podido despedirte de un ser querido, mira a María, la Virgen de la Soledad, la Virgen de las Angustias, la Virgen de los Desamparados. Ella tiene el encargo de Jesús de consolarnos. 14ª ESTACIÓN: JESÚS ES COLOCADO EN EL SEPULCRO «Había un huerto en el sitio donde lo crucificaron, y en el huerto, un sepulcro nuevo donde nadie había sido enterrado todavía. Y como para los judíos era el día de la Preparación, y el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús» (Jn 19, 41-42). Si no has podido acompañar el entierro de tu ser querido, si la losa del desgarro ha caído sobre tu corazón, te ofrezco mi silencio y, sobre todo, el silencio de María, la mujer fuerte, que permaneció de pie junto a la cruz y no perdió la esperanza. ¡Ten ánimo! Tanto dolor no puede quedar sin sentido. El amor es más fuerte que la muerte.