Subido por JORGE ALBERTO SOLIS DE LA TORRE

ENSAYO EL DERRAME DE ILUMINACION JILL BOLTE 11.09.21

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MAESTRANTE: DR. JORGE ALBERTO SOLIS DE LA TORRE
FECHA: 11/09/2021
ENSAYO SOBRE EL VIDEO: JILL BOLTE TAYLOR "EL DERRAME
DE ILUMINACIÓN" TED 2008
La neurocientífica estadounidense Jill Boyle Taylor supo que su vocación estaba
destinada a las neurociencias desde muy temprana edad, esto debido a la
esquizofrenia que padece su hermano, esto la motivo tempranamente a investigar
los fenómenos que entraña la mente humana. Durante su preparación tuvo que
mudarse de casa, de Indiana su hogar, a Boston, en donde de la mano de la
neurocientífica Francine Benes se dedicaba a mapear las distintas neuro
conexiones neuronales y las diferencias que existían en ellas tanto en cerebros
sanos como enfermos.
Todo cambio una mañana de diciembre de 1996 un vaso cerebral exploto en la
mitad izquierda de su cerebro, en unas horas todas sus funciones cerebrales
comenzaron a verse disminuidas. Durante el video antes de continuar con la
narración de lo ocurrido esa mañana. nos explica la complejidad de los hemisferios
cerebrales en un cerebro humano real; cada hemisferio procesa la información
recibida de diferente manera, casi como dos personalidades completamente
distintas pero interconectadas por medio del cuerpo calloso una zona central del
encéfalo formada por sustancia blanca predominantemente. El hemisferio derecho
se ocupa solo del momento presente, solamente trata con el aquí y el ahora,
también es el hemisferio que se encarga de percibir sensaciones espirituales y
místicas, mientras que el hemisferio izquierdo solo se ocupa del pasado y del futuro,
categoriza y organiza la información del presente en “detalles” que podrán ser
utilizados en el futuro, también el hemisferio izquierdo es nuestra voz interna, la voz
con la que pensamos, la voz de la conciencia y la voz que nos dice que somos una
personalidad en el espacio el ‘’yo soy’’.
Exactamente el hemisferio izquierdo fue la zona afectada en el cerebro de Jill Boyle
en la mañana de diciembre de 1996, comenta que todo inicio al despertar con un
dolor intenso detrás de su ojo izquierdo, el cual trato de ignorar y empezó a
ejercitarse, sin embargo mientras utilizaba su máquina ejercitadora noto que sus
manos tomaban la maquina de manera tosca, torpe y primitiva, mientras que el dolor
de cabeza iba incrementándose, de inmediato baja de la maquina ejercitadora,
detecta afectación en su marcha, volviéndose lenta y descoordinada, aun en este
estado decide meterse a la ducha. Bañándose detecta como su cerebro se vuelve
incapaz de reconocer sus límites corporales, la imagen de su brazo se pierde en el
fondo del color de la pared del baño, posteriormente su voz interna queda en silencio
profundo.
Pero de inmediato queda cautivada por lo que percibe como la magnificencia de la
energía a su alrededor y al no sentir en ese momento los limites de su cuerpo se
siente enorme y expansiva y conectada con la energía mística de su alrededor,
pierde por completo las preocupaciones de 37 años de vida, ya que el hemisferio
izquierdo que le recordaba esas preocupaciones queda parcialmente
desconectado, sin embargo rápidamente este hemisferio logra comunicarse un
poco, su voz interna comunica que tiene un grave problema y que debe de buscar
ayuda de inmediato porque probablemente estaba sufriendo un evento
cerebrovascular, al mismo tiempo siente un poco de emoción al pensar que es uno
de los pocos neurocientíficos que pueden vivir la experiencia de un fenómeno así
en su propio cuerpo y de alguna manera estudiarlo en carne propia.
Continuando con el relato, Jill comenta que se dispuso a pedir ayuda, sin embargo,
le fue muy difícil marcar cualquier número telefónico ya que no lo recordaba y
cuando pudo encontrar una nota donde tenía anotado el número telefónico de su
trabajo solo identificaba el primer digito, pero le era imposible continuar la secuencia
numérica ya que no recordaba si había marcado o no el digito anterior. No obstante,
utilizando el dedo de su mano derecha paralizada va cubriendo digito tras digito,
hasta que por fin consigue comunicarse para pedir ayuda y aunque en ese momento
se da cuenta que tanto su lenguaje como la compresión del lenguaje de su
interlocutor le es imposible de entender, su interlocutor interpreta que necesita
ayuda y acude una ambulancia a su domicilio.
Ya en la ambulancia Jill comenta que pierde por completo las fuerzas, como si
hubiera perdido por completo su energía interna. Cuando despertó después de esa
tarde y descubrió que seguía viva su mente en ese momento estaba suspendida
entre dos planos de realidad muy opuestos, los estimulas sensoriales eran dolor
puro, su cuerpo se sentía enorme y expansivo, sin embargo su espíritu se
encontraba en un mar de euforia silenciosa el ‘’nirvana’’ debido a la desconexión del
hemisferio izquierdo racional y pensó que realmente este estado de placer profundo
siempre se había encontrado dentro de ella y por lo tanto también existía dentro de
cualquier ser humano. Imagino un mundo lleno de personas hermosas, apacibles,
compasivas y amorosas, esto secundario a que podían acudir a esta ‘’sección’’ de
su cerebro y encontrar el nirvana en cualquier momento, eligiendo el hemisferio
cerebral que quisieran activar en este caso el derecho.
Jill se dio cuenta del enorme regalo que estaba recibiendo con esta experiencia este
‘’derrame de iluminación’’ y como esto podría mejorar la vida de las personas, esto
motivo a la neurocientífica a recuperarse para poder compartir la experiencia vivida.
Dos semanas después de la hemorragia fue sometida a craneotomía y los cirujanos
retiraron un coagulo del tamaño de una pelota de golf, relata Jill, que era el que
presionaba sus zonas de lenguaje. Su madre fue un gran apoyo durante toda su
rehabilitación que duro 8 años, se refiere a ella como un ángel en su vida.
Jill culmina su relato dejándonos como conclusión y enseñanza que podemos elegir
como queremos vivir la vida, exagerando el trabajo del hemisferios izquierdo siendo
personalistas, llenos de prejuicios e ideas sobre nuestro futuro y pasado, o utilizando
mas el hemisferio derecho conectándonos más con esa energía mística que nos
une y que nos hace sentirnos parte de un todo y vivir en armonía.
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