(Casa en Pocitos. Jabones por doquier, en túperes, en baldes, saliéndose de jaboneras. Suena el timbre.) HIJA. MADRE. HIJA. MADRE. HIJA. ¡No vayas! (Más tranquila.) No vayas, mamá, yo abro, vienen a buscar un pedido. (Metiendo jabones en una bolsa.) ¿Por qué no vas a ducharte? Te pegás un bañito, bajas las revoluciones… Te dejé una toalla y un jaboncito rico en la bañera. Ay con el tiempo te volviste tan amable vos… (Yéndose a abrir la puerta.) Andá a bañarte mamá, no peleés que no nos vemos hace veinte años, no seas mala. Te duchás y yo de mientras preparo algo de comer. Algo rico. Algo rico sí. Me tenés a jugolín desde que llegué. ¿Qué vas a cocinar?, ¿fideos con mucho queso, mucha manteca? Vos te pensarás que una no tiene memoria, pero vos no tenés memoria ninguna, se te fue del todo, ¿vos te pensás que yo no me acuerdo que nunca fuiste de cocinar? Esas cosas no cambian, ni siquiera cuando pasan veinte años. (Que vuelve.) ¿Podés callarte, mamá? Voy a abrir la puerta. (Silencio. MADRE revisa la casa.) HIJA. MADRE. HIJA. MADRE. HIJA. MADRE. HIJA. MADRE. HIJA. MADRE. HIJA. MADRE. HIJA. MADRE. HIJA. MADRE. HIJA. MADRE. HIJA. MADRE. HIJA. MADRE. HIJA. MADRE. (Que vuelve.) ¿Qué hacés mamá que todavía no te fuiste a bañar? No me pienso bañar, ¿vos te volviste loca? ¿Me invitás a tu casa y me preparás un baño? Yo no sé si esto es una nueva modalidad de recibimiento o qué, pero a mi me parece un poquito… ¿Qué hacés ahí? (Que mira el celular.) ¿Eh? ¿Estás pidiendo la comida? ¿Cómo es que se llama esta que tienen ustedes?, ¿la Pedidos Ya? Estoy hablando con Luis, un amigo mamá, te dije que iba a cocinarte y tengo la comida ya pronta, la estaba aguantando tapándola con un plato, ¿querés comer? ¿Si tenés la comida pronta para qué me decís que me vas a cocinar? (Yendo a buscar la comida.) Me confundí, mamá, me distraje con los pedidos. ¿Y quién es tu amigo? (Desde la cocina.) Luis, te dije que se llama Luis. Sí… bueno, pero ¿quién es Luis?, ¿qué hace? ¿Es tu pareja, tu compañero? (Que vuelve con los platos y los deja en la mesa.) Es director de teatro y da clases. ¡Monitas con manteca y queso! ¿Te lo dije o no te lo dije? El tiempo pasa, pero te conozco como si te hubiese parido en el Círculo Católico hace cuarenta y siete años. (Que cruzada de brazos no aún no se sienta.) Nací en el Clínicas, mamá. Era una broma… bueno y este hombre, ¿es goy? ¡Ay! ¡Está helado esto que me diste! ¿Lo sacaste de la heladera? (Parándose.) Te uso el microondas y de paso te agarro un poco de queso rallado, ¿tenés? Para, ¿querés que te caliente el tuyo? No se puede comer eso así. Te envenené. ¿Cómo? (Cruzada de brazos.) Lo que escuchaste, mamá, te envenené y te estás por morir. Ah. (Pausa.) Es en serio. Te puse en el jugolín. Ya sé, ya sé. Había pensado que el gusto era por el agua de la canilla, pero claro. (Pausa.) ¿La casa? (Deteniéndole el paso.) E, e, e, ni se te ocurra. ¿Te pensás que te voy a dejar llamar por teléfono, mamá?, ¿vos sos estúpida? Quiero llamar a Yusef, es lo único que te pido. ¿Vos te pensás que yo soy estúpida mamá? Ni un pelo de estúpida tuviste nunca. Pero antes no eras así, y yo tengo la culpa, claro, pero ya está ¿no? Se te nota que lo pensaste mucho y que yo no puedo hacer nada, así que HIJA. MADRE. HIJA. MADRE. HIJA. MADRE. HIJA. MADRE. HIJA. MADRE. HIJA. MADRE. HIJA. MADRE. HIJA. MADRE. HIJA. MADRE. HIJA. MADRE. HIJA. MADRE. HIJA. MADRE. HIJA. MADRE. HIJA. MADRE. HIJA. MADRE. HIJA. MADRE. HIJA. MADRE. te lo digo en serio y te lo pido por favor si hace falta: quiero llamar a Yusef, lo quiero mucho y aunque creo que es injusto lo que me estás haciendo ¿Injusto? ¿Injusto por qué mamá?, injusta vos que venís desde Asía en avión para venderme la casa, ¿no te parece egoísta mamá?, ¡soy tu hija! Está bien si seguís enojada conmigo, pero te veo en Facebook, mamá, vos estás mucho mejor que yo, no necesitás venderme la casa, no te hace falta nada. ¿Por qué viniste mamá? ¿Para qué venís desde Asia en avión? Estás nerviosa. No, no estoy nerviosa. Parecés nerviosa. ¡Ay! No estoy nerviosa mamá, ¿me vas a decir por qué viniste? Tanto querés cagarme la vida que te venís desde Asia en avión? Quería verte. ¿Cómo que querías verme? Sí, quería verte. Querías verme. Quería verte. Me están entrando los años y quería verte, porque vos no ibas a ir y ¿cómo te iba a ver? ¿Cómo querías que fuera? Claro, claro, si yo sé, no es lo mismo. Y yo de verdad, de verdad, te entiendo, yo no tenía idea ni que vivías acá ni que vendías estos jabones, no sé de vos desde que me pasó aquella vez el teléfono tu tío. No me inventes, mamá, ¿y la tía? ¿La tía no te dijo nada? Sí hace más de diez años que no me hablo con tu tía. Ella te tiene en Facebook, me muestra las fotos. Me tiene sí. ¿Me vas a dejar llamar a Yusef? ¿Tenés un novio que se llama Yusef? Yusef no es el nombre de israelí. Es sirio. ¿Te casaste con un sirio? Yo no dije nada de casarme, ¡estoy de novia! (Pausa.) Estoy mareada. ¡Ay mamá! ¿qué hice? Disculpame, disculpame, ¿me perdonás? Ya pensaste lo que vas a hacer conmigo? Lo que nos faltaba es que termines doce años en la cárcel. ¿Doce? ¡Más!, ¡muchos más! ¿Especialmente agravado es que le dicen? Voy a llamar a la policía, digo que fue sin querer, que te comiste un jabón. ¡Ni se te ocurra llamar a la policía! Llamá a tu marido ese, el artista, decile que te ayude. Luis me dijo que no quería ser testigo. Así son. Entonces lo tenemos que pensar nosotras. Yo pensaba quemarte en la bañera, la iba a llevar a la azotea y te iba a quemar ahí. Después los restos los pongo en bolsas de basura y los voy tirando a los contenedores de Punta Carretas, más lejos no porque no creo que pueda pasar los nervios de ir en un ómnibus contigo. ¿Te acordás? ¡Las veces que me hiciste bajar de un ómnibus! ¿Como es que decías que te venía? Me hiperventilaba. Te hiperventilabas. Mamá, sentate. Mariela, decime, ¿cómo pensabas subir la bañera a la azotea conmigo adentro? ¿Qué? Las monitas eran de ayer, ¿no? Ni me las calentaste, no pensabas comer conmigo. ¡Mi amor! Disculpame. (Cae.)
