ESCENA Comedor del apartamento de Andrea. Una mesa de madera robusta con tres sillas de estilo. Andrea está sentada, fumando nerviosa. se escucha la voz de Rebeca desde el baño del apartamento. Rebeca. Ay, Andrea, Andrea…yo la verdad que no sé como hacés para bañarte acá… Andrea. ¿Qué decís, mamá? Rebeca. Nada, nada… Andrea se para, apaga el cigarro a medio terminar, resopla y se pone frente a la puerta del baño. Andrea. No, qué decís mamá. No te escuché, estaba trabajando. Ordenando los tuppers, que mañana tengo que entregar 40 a Ruth. Rebeca. Nada, que cómo te las arreglás vos para bañarte con este chorrito…. Andrea. Y me baño, mamá, me baño. Con paciencia. Rebeca. Pero es una vergüenza la presión del agua….esto en Israel no pasa Andrea. Pero estamos en Montevideo, hay que aguantar, y no seas mala, no es un chorrito, para mí, sale bien. Rebeca. Sale bien, sale bien…me agarro una congestión y te quiero ver, me internan, ahí seguro me agarro COVID, que andá a saber si con estas variantes estoy inmunizada y te liberás de mí…quedate tranquilia… Andrea. Pero porqué decis esas cosas… Rebeca. Si es lo que querés…parece que vengo a molestar acá yo, a mi casa Andrea. Por favor cortala. Se enciende otro cigarrillo. Ya te dije que podías quedarte acá todas las veces que quisieras…si vas a un hotel, es porque querés. Rebeca. Claro, claro…seguro que sí…y para que querés que venga acá, si ni siquiera puede uno bañarse con este chorrito… Andrea. Mierda…¿Y para qué venís a bañarte acá entonces, carajo? Rebeca. Ahí está, ahí está…empezá a insultar, lo que falta…que querés que haga. ¿Yo tengo la culpa del coronavirus, de la pandemia y de la mar en coche? De camino acá con cuanta gente me cruzo, ¿eh? ¿A vos te parece que solamente con un poquito de alcohol ya está? Andrea. Lo que digo es que sos una exagerada, como toda la vida. No te tenés que bañar si… Rebeca. El colmo. El colmo. El colmo. No puede una bañarse en su propia casa. Andrea. Que sí, veni y báñate y hacé lo que quieras, lo que quieras hacé… lo que quieras, si es tu casa. Rebeca. Con este chorrito…sabías vos que la presión del agua es fundamental para un apartamento, es lo que te digo, tenemos que venderlo ya, es lo mejor que podemos hacer Andrea. ¿Cómo dijiste? Rebeca. Eso... Andrea. ¿Eso qué? Repetilo, por favor. Rebeca. ¿Lo qué? ¿Lo de vender el apartamento? Andrea. Ah…era eso, era eso. Apaga el cigarro a medio terminar Rebeca. ¿Qué decís? Andrea. Eso era. ¿Te pensás que soy boba, o qué? Rebeca. Hablá más fuerte, no te escucho. Andrea. ¿Porqué das mil vueltas para decir lo que querés decir? Rebeca. ¿Eh? Andrea. Viniste a vender el apartamento, a eso viniste. Rebeca. Vine a hacer las cosas bien. A ayudarte. A razonar juntas. Andrea. Ya me parecía que era eso. En medio de la pandemia te viniste igual. Rebeca. Pero Chanita. ¿Qué decís? No entiendo por… Andrea. Nunca te importé nada, decilo de una vez, mamá. Me querés dejar sin casa, decilo… Rebeca. Pero Chani…¿ves que no se puede hablar contigo? Andrea. No hay problema, no hay problema, ahora cuando salgas hablamos, nada de cenar ni nada, si vamos a hablar, que sea ya, que también… Rebeca. Pero qué apuro, qué loca que sos. Cenamos y hablamos si querés. Andrea. Una mierda vamos a cenar. Aprontate porque vamos a hablar. Rebeca. Qué carácter por dios… y bueno, tenés a quién salir… Silencio. Andrea se enciende otro cigarro. Se va hacia la puerta de entrada, Toma su celular, Hace una llamada. Andrea. Chani, ¿estás ahí?...¿me escuchás? Andrea hablando en voz baja, deja un mensaje en el celular. Andrea. Lucho…escuchame…tenías razón…venite, porque no respondo de mí, venite, porque de acá no sale, te aseguro. ¿Porqué no se habrá quedado para Lag Baomer y se moría en la avalancha? Dale. Venite, ya. Rebeca. Chani…sabés que al final algo mejoró el chorrito. Taaaaann mal no estuvo. Rebeca abre la puerta del baño, está con una toalla en la cabeza. Se miran con Andrea desde la otra punta de la casa. Rebeca. Ay…como estás fumando, nena, ¿eh? Andrea apaga el cigarro a medio terminar. Andrea. ¿Cenamos, entonces? FRAGMENTO 1 Barrio Pocitos. 21 horas. Maicol, un niño de 12 años, está con medio cuerpo dentro de un contenedor de basura. Lo sostiene desde los pies, Pipe, otro niño de la misma edad. Pipe. ¿Y, Maicol? Apurá la jugada. Maicol. Pará, Ñery. Aguantá que me parece que hay premio. Pipe. Dale, puto, que me estás matando. Maicol. Que aguantés. En este barrio, estos giles te tiran comida pa tres días, vas a ver. Pipe. Dejá, donde no saqués nada te quemo. Maicol. Soltá. Soltá. Acá hay algo. Pipe. Dale, que viene una vieja a romper los huevos. Maicol sale del contenedor con una caja de cartón de pizza y una bolsa de plástico negra. Maicol. Tomá, chupapija. No te dije. Encima acá está lleno de pizzerías, te las tiran con muza y todo, estos giles. Abre la caja de cartón y encuentran dos pedazos de pizza. Pipe. Riéndose. Fua. Traé pa acá. Que hijo de puta. Se sientan a comer, recostados en el contenedor. Maicol. Bo. Aceituna tiene esta. La cancha de la madre. Pipe. ¿Y la bolsa esa? Maicol. No sé. Te pesado. No la pude abrir. Una mujer con tapabocas se acerca. Andrea. Ey. ¿Qué hacen ustedes? No se puede revolver la basura. Pipe. Rescatate, vieja. Lo qué, no se puede, qué no se va a poder. Andrea. Dénme esa bolsa, a ver. Que dejan todo hecho una mugre, y después somos los vecinos que tenemos que andar limpiando. Maicol. La pija te voy a dar, vieja puta. Dale, pelate. Andrea. Denme esa bolsa o llamo a la policía, pendejos. Maicol. ¿Qué amenazás con la yuta, vieja careta? Andrea. Vamos. Denme esa bolsa que es mía, la tiré sin querer. Pipe. Te acercás y te escupo, vieja. Mirá que tengo el coronabicho ese del orto. Andrea se acerca, quiere manotear la bolsa. Pipe la escupe. Andrea grita, pero sigue intentando manotear la bolsa. Maicol la empuja al piso. Andrea cae, y los dos niños salen corriendo. Corren dos cuadras y se esconden detrás de un árbol. Maicol. Abrí, abrí la bolsa esa de mierda, Pipe, que si la vieja la quería debe tener algo salado. Pipe abre rápidamente la bolsa, se fija dentro de ella y salta sorprendido. Maicol. ¿Qué pasó, ñery? ¿Qué mierda, hay? Pipe lo mira un instante y se ríe. Pipe. Un hueso, ñery. ¡Un hueso de cabeza! Ríe FRAGMENTO 2 Rebeca y Sarit esperan en el corredor de salidas internacionales del aeropuerto Ben Gurión, de Israel. Sarit. Ay, Rebeca, Rebeca. Como te vamos a extrañar. Por favor, cuidate. Rebeca. Quedate tranquila, Sarit, que va a estar todo bien. En un mes estamos jugando al bridge de vuelta con todas las chichis. Sarit. Y seguro que nos ganás como siempre. No sé como hacés, bandida. Rebeca. Callate, que vos también tenés lo tuyo. Soy una mujer con fortuna, que se le va a hacer. Sarit. Que te acompañe esa fortuna, adorada, que me fijé en los números de Uruguay y es un desastre, se les fue de las manos la pandemia. Rebeca. Y bueno, pero se tendrán que cuidar ellos, yo voy bien vacunadita. Sarit. Mirá, Rebeca, que yo no quiero ponerte nerviosa ni nada. Solo quiero que por favor te cuides, viste que ahora parece que el virus tiene no sé cuántas variantes. Rebeca. Sarit, amiga. No me hagas esto, media hora antes de embarcar. ¿Sí? No seas mala. Sarit. Pero nada, por favor. No te hago nada. Si vine a acompañarte es porque sabés que sos como una hermana, y si te tengo que aconsejar, te aconsejo, me preocupo por vos. Rebeca. ¿Y qué vas a lograr, ahora diciéndome todo esto? Si sabés que tengo la decisión tomada de este viaje, desde hace un año. Ahora que se puede, no voy a dejar pasar la oportunidad ni un día. No me para nadie. Sarit. Ya lo sé, ya lo sé. Es que yo viste como soy. Se me da por creer en que las cosas se dan por algo, siempre. Te ibas a ir y explotó todo, y ahora que podés viajar, en Uruguay se descontroló todo. Yo que sé. Rebeca. Sarit, Sarit….Te lo voy a decir una sola vez. Yo me voy, y vuelvo con el apartamento vendido. Esta vuelta no hay quién me frene. Sarit. Ojalá tengas razón….es tan porfiada tu hija. Disculpá que te diga. Rebeca. Yo sé…yo sé…. Pero esta vez no se sale con la suya. Sarit. Lo que te digo, Rebeca….es que te cuides del estrés también. Si ves que está embromada la cosa, esperá un año más. ¿En qué te va a cambiar? Rebeca. Pero vos estás loca, mujer. Que la vida es una sola y pasa rapidísimo. No, no, ni pensar. Sarit. Testaruda…¿eh? Riendo. Tiene a quien salir, Andrea. Rebeca. Riendo. Mirá. Te digo que, o vengo con el apartamento vendido, o vengo en un cajón. Una de dos. Sarit. Ay, la boca se te haga a un lado. Ríe y la abraza. Ay, cómo te voy a extrañar. ¿Porqué no esperaste una semana más, así ibas a Lag Baomer con nosotras. Lo que te vas a perder. Con todo este tiempo que estuvimos encerrados….la fiesta que va a ser eso. Imaginate. Rebeca. Andá vos y disfrutá, querida. Bailá por mí, y mandame fotos. ¿Sí? Se miran, tomadas de las manos. Voz en off: Su atención, por favor. Pasajeros del vuelo 764 de LATAM, con destino a Montevideo, con escalas en Bucarest y Madrid. Se comunica que la salida del mismo, será postergada dos horas por razones climáticas. Repetimos… Sarit. Es el tuyo… Rebeca. No puedo creer. Sarit. ¿No será una señal? Se miran. Pausa. Rebeca. No embromes más con tus señales. Dale. Pago yo el café.