Subido por Vicent Serra

T5 El cambio organizacional en la empresa

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Gestión y Organización de Empresas I
TEMA 5: EL CAMBIO ORGANIZACIONAL EN LA EMPRESA
ESQUEMA.
1.- Cambio Organizacional: Concepto y Tipos.
2.- Desencadenantes del Cambio Organizacional.
3.- Agente del Cambio Organizacional.
4.- Proceso de Cambio Organizacional.
5.- Resistencia al Cambio Organizacional.
1. CONCEPTO.
El contexto actual se caracteriza por la sucesión de numerosos cambios tecnológicos, económicos y
sociales. Por lo tanto, parece claro que la gestión del cambio se ha convertido en un reto para cualquier
empresa. La forma de gestionar dicho cambio incidirá en el éxito o fracaso en el nuevo entorno competitivo,
obligando a replantearse todas las funciones directivas para garantizar una mayor flexibilidad,
provisionalidad, adaptación y cambio permanente de la organización.
La experiencia demuestra que son escasas las organizaciones que gestionan y planifican el cambio
de modo racional y eficiente. Indudablemente, acometerlo no es una tarea fácil, pero es necesario dado el
hecho de que hacer las cosas bien ahora no significa una garantía de que sea así en el futuro. De ahí la
importancia de hacer frente también a las perturbaciones que se manifiestan en los mercados, como a los
cambios derivados de necesidades diferentes de los clientes, o debido a avances tecnológicos.
El cambio organizacional es el proceso de adaptación y alteración que sufre la estructura de la
organización, los empleados o la tecnología utilizada, para lograr que la empresa sea capaz de responder,
rápida y eficientemente, a las demandas del entorno donde desarrolla su actividad. Por lo tanto, el cambio
implica hacer algo distinto e, incluso en ocasiones, en un espacio muy corto de tiempo. No es una alteración
meramente formal de las actitudes, comportamientos, sistemas organizativos, equipos,… sino la
implementación de verdaderas innovaciones.
En la actualidad se habla continuamente de cambio organizacional como algo novedoso. Sin
embargo, se comenzó a tratar a principios de los años ochenta y está surgiendo de nuevo en los últimos
años. Además, son muchas las empresas que contratan a asesores externos, especializados en las áreas
en las que se quieren poner en práctica nuevos sistemas y procedimientos formales para que orientes y
supervisen los cambios en:
-
La estructura: cualquier alteración de la relaciones de autoridad, el rediseño de puestos o de
procedimientos administrativos, centralización, etc.
-
La tecnología: modificaciones en la maquinaria y en los métodos utilizados en los procesos
productivos.
-
El personal: cambios en las actitudes, expectativas y comportamientos de los empleados.
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Podemos distinguir dos tipos de cambio: planificado y adaptativo.
1. Cambio Planificado: actitud proactiva de la dirección de la empresa, para anticiparse a los
cambios e introducir las oportunas modificaciones antes de que las alteraciones se materialicen,
bajo la creencia de que hay una situación alcanzable mejor que la actual. Su propósito es
mejorar la efectividad de la empresa y el bienestar de los individuos que la constituyen. Para
ello, se realizan acciones planificadas en las estructuras, procesos tecnológicos y los recursos
humanos. Sus cuatro características son:
a. Implica cambios profundos.
b. Está muy condicionado por valores sociales y psicológicos, dada la orientación al cliente
y a los trabajadores.
c.
Es un ciclo cuya primera fase es la detección de problemas por parte de los asesores. A
continuación se desarrollan procedimientos para solucionarlos y, por último, se realiza
un seguimiento y control para analizar su seguir su evolución.
d. Se orienta a procesos y a la forma de las relaciones administrativas y de
comportamientos más que al contenido en sí.
2. Cambio Adaptativo: de naturaleza reactiva, ya que se espera a que el desencadenante se
produzca para emprender las acciones oportunas. Por lo tanto, nunca se lleva a cabo
anticipadamente, por lo que sitúa a la empresa en una situación delicada.
2. DESENCADENANTES DEL CAMBIO ORGANIZACIONAL.
Un desencadenante es un elemento que indica que se debe realizar una modificación o adaptación
en la forma de hacer las cosas, porque hay otras alternativas mejores que las actuales. Cuando se habla de
los tipos de factores que conducen a un cambio organizacional, se suele hacer la clasificación
atendiendo a su origen:
1. Fuerzas Externas: entre las que podemos destacar las siguientes:
a. Avances tecnológicos.
b. Cambios en las necesidades de los clientes.
c.
Aparición de nuevos materiales.
d. Acciones realizadas por la competencia.
e. Cambios en la legislación y/o políticas gubernamentales.
f.
Nuevas relaciones sociales y culturales.
g. Cambios en la economía nacional e internacional.
2. Fuerzas internas: son más numerosas que las anteriores, siendo las más frecuentes las dos
primeras que se detallan a continuación:
a. Inadecuación de la estructura organizativa a las estrategias de la empresa para conseguir
sus objetivos.
b. Deseo de implantar estándares de calidad más elevados que los que realmente se pueden
alcanzar.
c.
Innovaciones en el diseño de productos y/o servicios.
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d. Cambios en la alta dirección.
e. Baja productividad y motivación de los empleados.
f.
Reducido nivel de formación y capacitación de los trabajadores.
g. Cambios en la localización geográfica de las empresas.
h. Innovaciones en los procesos productivos.
3. AGENTE DEL CAMBIO ORGANIZACIONAL.
Se define como aquel miembro de la empresa, o asesor externo, que persigue estimular, apoyar,
implantar o responsabilizarse del cambio que se desea llevar a cabo. En el caso de que no sean directivos,
el encargado de gestionar el cambio tiene que contar con el respaldo de la alta dirección.
Un agente de cambio debe tener, además de conocimientos técnicos, grandes habilidades de
comunicación y de presentación de ideas, de negociación, y capacidad para las relaciones interpersonales.
Entre las características principales que debe reunir, podemos señalar las siguientes:
-
Capacidad para trabajar de manera independiente, sin la necesidad de estar apoyado
continuamente por la dirección. Al mismo tiempo, tiene que demostrar una gran confianza en sí
mismo.
-
Habilidad de ser un colaborador eficaz, con el objetivo de proponer alternativas, sin anular las ideas
propuestas antes de ser escuchadas.
-
Capacidad para sostener relaciones basadas en la confianza y la ética.
-
Mostrar una fuerte convicción de la necesidad del cambio.
-
Ser polivalente para dialogar con el personal de los diferentes departamentos y unidades
productivas, favoreciendo la implicación y el compromiso de todo el personal afectado por el
cambio.
-
Poseer una gran voluntad de conseguir, con éxito, los objetivos que han motivado el cambio.
4. PROCESO DEL CAMBIO ORGANIZACIONAL.
Los planteamientos para poner en práctica los procedimientos de gestión del cambio organizacional
más destacables son los que se detallan a continuación:
1. El modelo ideado por K. Lewin en 1951, que consiste en la realización de tres etapas: inicio,
administración y estabilización del cambio. Estas fases son:
a. Descongelación: implica que los miembros de la organización sean conscientes de los
problemas y la necesidad del cambio, para que modifiquen sus actuaciones. En esta etapa
se suele utilizar a un asesor externo como agente del cambio, el cual recopila los datos
necesarios mediante entrevistas personales, cuestionarios u observaciones de los
trabajadores. Una vez que son analizadas las informaciones, se determina la gravedad de
los problemas laborales, de manera que los empleados sean conscientes de los efectos de
sus conductas problemáticas. También son utilizadas las técnicas de benchmarking en esta
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etapa. Por otro lado, es necesario eliminar las barreras de resistencia de los empleados al
cambio.
b. Cambio: el agente realiza un plan para capacitar a los ejecutivos y empleados, sobre
nuevas habilidades que desarrollarán en sus puestos de trabajo. Además, deben hacer
hincapié en que se trata de un proceso de aprendizaje continuo.
c.
Recongelación: la empresa recompensa a los individuos cuando se producen cambios
positivos en el desempeño de sus actividades, consecuencia de aplicar las nuevas
conductas o procedimientos, reforzando así estas nuevas destrezas. El agente de cambio
proporciona información actualizada que verifica los cambios positivos. En esta etapa se
institucionaliza el cambio en la cultura organizativa de la empresa, de manera que el
personal es consciente de que es parte integral de las operaciones. Supone realizar un
seguimiento de control que apoye el cambio, por si es necesario aplicar algunas acciones
correctivas.
2. Un modelo alternativo para afrontar el cambio es el modelo ideado por Kotter en 1996, que
distingue ocho etapas sucesivas:
1) Infundir el sentido de urgencia del cambio: es conveniente organizar reuniones dónde quede
clara la necesidad del cambio. Asimismo, se debe examinar el entorno donde interactúa la
empresa, para detectar las oportunidades y amenazas que éste plantea para la misma.
2) Crear un grupo para dirigir el cambio: se requiere un liderazgo eficiente. De ahí la
importancia que los agentes del cambio se involucren en el proceso, manifestando su
influencia entre los trabajadores afectados.
3) Desarrollar los objetivos y las estrategias para alcanzarlos: es imprescindible el
establecimiento de una visión clara del cambio, así como las estrategias necesarias para el
logro de los objetivos que se pretenden.
4) Comunicar esos objetivos y la visión del cambio: una vez llevada a cabo la etapa anterior,
se debe comunicar la estrategia a seguir y los objetivos que se pueden alcanzar con la
implementación de la misma.
5) Posibilitar la aplicación de los procedimientos, eliminando barreras, modificando sistemas y
asumiendo riesgos: es necesario adaptar los sistemas y procedimientos tradicionales
establecidos en la empresa que pueden suponer un problema a los miembros de la
organización, o una resistencia al cambio.
6) Generar triunfos a corto plazo: es precisa la implantación de planes a corto plazo,
premiando las mejoras y ganancias conseguidas, siendo una fuente impulsora de
motivación para los trabajadores.
7) Consolidar los resultados y generar más cambios: en algunos cambios no se obtiene el
resultado esperado, porque se dan por terminados antes de lo previsto. Por ello, se hace
necesaria una revisión de lo que se ha logrado y lo que aún queda por conseguir,
estableciendo nuevos planes si fuera preciso, e incluso, involucrando a nuevos agentes que
reactiven el cambio.
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8) Institucionalizar los nuevos enfoques en la cultura organizativa: para que la nueva situación
sea fructífera y sostenible es imprescindible que la alta dirección, así como la cultura de la
organización, estén alienadas con los compromisos adquiridos como consecuencia del
cambio.
5. RESISTENCIA AL CAMBIO ORGANIZACIONAL.
Los directivos y agentes del cambio deben proporcionar procedimientos para eliminar o minimizar la
resistencia al cambio, ya sea por falta de recursos, por oposición de los mandos intermedios o por la
carencia de habilidades del personal.
La resistencia al cambio es una respuesta emocional frente a las amenazas reales o percibidas en
relación a una rutina ya establecida. Las razones por las que los trabajadores se oponen a los cambios
pueden ser:
a) Predisposición del individuo respecto del cambio.
b) El miedo a lo desconocido.
c) La desconfianza generada si no se informa adecuadamente a todos los trabajadores afectados por
el cambio, y no son consideradas sus aportaciones y observaciones.
d) Si el cambio es muy inminente, los empleados pueden dudar de si serán capaces de acometer los
nuevos procedimientos correctamente.
e) Los cambios pueden suponer reducciones o alteraciones de los puestos intermedios, afectando
también al personal que subordinan estos mandos.
f)
El cambio puede afectar a la cultura, los valores y la dinámica de los grupos y equipos de trabajo.
g) Si se lleva a cabo por agentes externos, los empleados pueden mostrar una mayor resistencia que
si fuesen compañeros conocidos.
h) A veces lo que puede fallar es la forma de implantar el procedimiento, y no el procedimiento en sí.
i)
Una inadecuada planificación, que no vincule el logro de los objetivos con un sistema de incentivos
y retribuciones por conseguir dichos objetivos.
Siguiendo a Kotter y Schlesinger (1979), se pueden destacar los siguientes mecanismos para
minimizar la resistencia al cambio:
1) Adecuada formación y comunicación, que incentivará la implicación del personal.
2) Participación y colaboración para que el personal proporcione toda la información necesaria para el
diseño del proceso de cambio y se sienta parte integral del mismo.
3) Apoyo y facilidades por parte de la dirección, sobre todo si son problemas de adaptación.
4) Negociación y acuerdo para garantizar que los individuos y grupos de poder de la empresa no
pondrán barreras a las nuevas formas de hacer las cosas.
5) El empleo de la manipulación y la coacción, siempre que no hayan funcionado otras tácticas. Sin
embargo, su utilización puede derivar en otros problemas.
6) Por último, imposición explícita e implícita, si los promotores del cambio tienen mucho poder y
necesita ser implantado con gran rapidez.
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