Los Funcionarios Incas De igual manera menciona a los curacas señores étnicos de los pueblos que tuvieron una participación del poder. Los curacas, relata Rostworowski, eran grandes señores que se desplazaban vistiendo finísimas prendas y portando chipanas de oro y plata, y que en los ritos participaban. Rostworowski afirma que cuando los incas impusieron su dominio, los curacas dejaron de actuar libremente, pero conservaron su prestigio y sus facultades. El inca Garcilaso de la Vega, anota en sus comentarios reales, por ejemplo, cómo Inca Cápac Yupanqui sometió a dos curacas, Cari y Chipana, en las cercanías de la laguna de Paria, en el Collasuyo recogiendo el hábito hallado en las tierras acabadas de conquistar, impusieron y se incorporaron a la nobleza local, mientras que otros fueron curacas yana; entre estos se hallaban quienes vigilaban las fronteras por el gobernante inca, en uso de su poder ilimitado, y que podían sustituir a un señor. Estos se elegían entre los propios yanaconas del gobernante inca, es decir entre sus criados de servicio, que eran fieles a su señor y de toda su confianza. Esta era una forma que tenía el mandatario inca de recompensar a sus más fieles criados que tradicionalmente eran jefes de los ayllus y los responsables directos de estos ante él. Las crónicas escritas durante la Colonia, señalan que un curaca de cada localidad era enviado al Cusco, como una forma de prevenir. Los quipucamayocs eran los encargados de llevar la contabilidad de los ingresos y egresos. Guamán Poma menciona que el inca solía enviar a su segundo, el inca rantin tenía mando sobre una serie de funcionarios menores. caso del inca Urco, quien actuaba como reemplazante del inca Huiracocha, y de Túpac Inca Yupanqui, que guió algunas embajadas en representación del inca Pachacútec.