5.1 HISTORIA DE LA SEGURIDAD E HIGIENE EN MÉXICO Algunos antecedentes en la época prehispánica La preocupación del hombre por proteger su integridad y vida ha existido desde los principios de la propia humanidad. Guiado primero por su instinto de supervivencia, el hombre empezó a desarrollar diversos medios que se la facilitarán y le brindarán, además, bienestar, tales como vestimentas, vivienda y fogatas. Mucho más adelante, conforme llegó a erigir civilizaciones y a dividir más el trabajo, fue creando una variedad de instrumentos que le permitieran desempeñarlo más eficientemente y con un menor riesgo. Así, en México, por ejemplo, en la época prehispánica, en la que existía un gran respeto por el trabajo y en general por el ser humano, tal como lo describe Miguel León Portilla en diferentes obras1, los instrumentos empleados eran ya muy variados, a pesar de que la mayoría del pueblo se dedicaba a trabajar en el campo y el comercio, ya que, por ejemplo, el campesino fabricaba artesanalmente muy diversos implementos para la labranza, la conservación de las cosechas, la caza y la construcción de su propia vivienda, labores todas por lo general de bajo riesgo. Sin embargo, también existían labores riesgosas. Sin duda una de las actividades más peligrosas realizadas en aquellos días era la de los guerreros, quienes debían contar con vestimentas especiales y otros instrumentos de protección. Jacques Soustelle (2003), en su obra La vida cotidiana de los aztecas en vísperas de la conquista, describe así el atuendo de los caballeros tigres: Se ajustaba completamente a la forma del cuerpo, a la manera de una combinación de mecánico o aviador, el blusón terminaba por un casco que encapuchaba la cabeza en tanto que los pantalones descendían hasta los tobillos. La armadura clásica de un guerrero azteca, ichcahuipilli o “armadura de algodón, era una casaca acolchada que bastaba para detener la flechas. 1 Ver, por ejemplo, Rostro y corazón de Anáhuac (2001) y Los antiguos mexicanos a través de sus crónicas y cantares (1999). En el mismo texto encontramos el ejemplo de instrumentos de protección de los jugadores del tlachtli o juego de pelota, actividad que aunque no era propiamente un trabajo, nos permite confirmar la existencia de accesorios especialmente diseñados para la seguridad física de individuos que no fueran militares. Nos describe el autor que dichos jugadores… […] estaban protegidos, como los modernos jugadores de rugby o de base ball, con petos, rodilleras y mandiles de cuero y aún por mentoneras y medias máscaras que cubrían las mejillas. Sus manos siempre estaban protegidas por guantes de cuero que les preservaban del contacto brusco con el suelo (2003: 162). Inmediatamente después de estas palabras, Soustelle nos dice lo siguiente, que nos ofrece un ejemplo de lo que en términos de nuestra civilización actual consideraríamos parte de la medicina del trabajo: A pesar de esas precauciones, los accidentes no eran raros: golpeados en el estómago o en el bajo vientre, algunos jugadores caían para no levantarse más; la mayor parte de ellos, después de jugar un partido, debían [sic] hacerse practicar incisiones en las caderas para evacuar la sangre derramada (2003: 163). Durante la Colonia Al consumarse la conquista española, las condiciones laborales cambiaron radicalmente en nuestro país, al grado de que el indígena fue esclavizado y tratado inicialmente como un animal de trabajo, llegando incluso a ser marcado con hierro candente en la cara (Soustelle, 2003), es decir, peor que como se marcaba a los animales. Bajo estas condiciones, no podía existir una preocupación por la seguridad del trabajador, ya que ésta, como lo indican Grimaldi y Simonds (2006), se encuentra relacionada con la idea de lo justo o injusto, de la aplicación del principio del “mayor bien” para la comunidad. Sin embargo, gracias a la lucha de algunos religiosos españoles, entre los que sobresale fray Bartolomé de las Casas, se logra que la Corona Española emitiera disposiciones para protegerlos, como en las Leyes Nuevas, de 1542, y en la Recopilación de las Indias, de 1689, en las que se especifica que aun en guerra queda prohibido cautivar indios. Aunque estas disposiciones, como era costumbre en la Nueva España, no se cumplieron porque afectaban intereses económicos de las clases dominantes; sí transformaron la organización social y por ende el trabajo en las “manufacturas” novohispanas, que equivalían a las fábricas de hoy en día. En ellas, convivían: esclavos, “empeñados” (personas que incurrían en deuda y debían pagar con trabajo), reos criminales, gente necesitada de vender su fuerza de trabajo e indios de “repartimiento” (aquellos forzados a trabajar rotativamente en las principales manufacturas, principalmente la minería, a manera de tributo) (Mentz, 1999). Son precisamente las injusticias que se cometían en el repartimiento y las diferentes quejas y manifestaciones de resistencia por los indígenas, lo que en esta época obligó al Virreinato a emitir diferentes “ordenanzas” o disposiciones para salvaguardar la salud de los indios. Además de las quejas por los azotes que eran comunes para lograr el sometimiento al trabajo, los indígenas se negaban a cumplir el repartimiento por padecer situaciones como las siguientes (Mentz 1999): Trabajo tan recio y exorbitante que no cesando de día ni de noche, aún en los domingos, resultó muerto uno de los peones y fue mucho que no muriesen todos, por tenerlos debajo de la cigüeña para el desagüe, contra toda la ley. Realmente era contra la ley, porque existía la prohibición de que los indios trabajaran al interior de las minas, para proteger su vida. Condiciones similares sufrían los indios obligados a trabajar en las haciendas de beneficio, de quienes provienen las siguientes quejas: […] más difícil y doloroso se nos hace que cada semana nos arrancan del corazón tres criaturas muchachitos, nuestros hijos, y nos los llevan a los molinos de metal para que estén cebando; de donde, Sr. Excelentísimo, salen llenos de tierra que tragan, y se nos mueren muy aprisa, y cuando no mueren quedan entecados y ajados de forma que no pueden trabajar con fuerza y siempre andan enfermos (Mentz, 1999: 205). Ante situaciones como éstas, se hizo necesario emitir “ordenanzas” en las que se prohibía que los indios de repartimiento fueran empleados en actividades que pusieran en peligro su vida o dañaran su salud. Así mismo, se emitieron disposiciones como las de pagar mayores sumas a los “faeneros”, que eran los empleados de las minas que trabajaban en las condiciones más insalubres, lo que podemos considerar una de las primeras manifestaciones de la compensación por riesgos de trabajo. Aunque es probable que nadie haya cumplido la orden (Mentz, 1999), ésta fue una medida pionera de protección a los trabajadores. Podríamos agregar a estas disposiciones otras que también tenían por objeto salvaguardar la salud y vida de los indios, como la prohibición, emitida a fines del siglo XVII, de emplearlos al interior de las haciendas productoras de azúcar, ya que el extremo calor y vapores sofocantes provocados por las “hornallas” para producir el melado afectaba su salud. Es importante destacar que lo que verdaderamente obligó a la Corona a buscar la protección de la salud de los indios de la Nueva España fue su interés por los preservar los cuantiosos recursos que ellos generaban. Nueva España proveía dos tercios de los ingresos del imperio español (Rodríguez,1986) y no se podía permitir que estos se vieran afectados por la disminución de la población, originada en primera instancia por las guerras de sometimiento y después por la sobreexplotación y pésimas condiciones de trabajo que imperaban en los centros mineros, las haciendas de azúcar y las manufacturas textiles, mismas que, aunque eran el centro de la economía, habían propiciado el debilitamiento nutricional y de la salud de los indígenas, lo que originó que las epidemias de esta época causaran fuertes estragos, mermando fuertemente el número de habitantes en la Colonia (Mentz,1999). Sin indios que trabajaran para ellos y para las manufacturas, que requerían de una importante fuerza de trabajo, el reino vería afectado su ingreso. En pocas palabras, la monarquía española tenía que proteger la vida de la principal fuente productiva de su riqueza. Durante y después de la Independencia Durante la guerra de Independencia nadie podía ocuparse de la protección de los trabajadores; cómo hacerlo cuando la delicada infraestructura de la nación, su agricultura, el comercio y la industria se encontraba fuertemente dañada. Una vez consumada la independencia, en1821, el país, que se encontraba en un estado de caos, sólo podía pensar en cómo restablecer su vida productiva. Tal como lo indica Rodríguez (1986), la fuerza de trabajo se había reducido severamente; cientos de mineros, trabajadores textiles, artesanos, arrieros, carreteros y otros trabajadores especializados perdieron sus empleos; la maquinaria con la que contaban las manufacturas había sido destruida o seriamente dañada. Por si fuera poco, la nación apenas independizada enfrentó las agresiones o invasiones de España en 1829, de Francia en 1838, Estados Unidos en 1847, e Inglaterra España y Francia en 1861, así como el conflicto político entre federalistas, liberales y conservadores que luchaban por el control del país cuando se dio la invasión francesa de 1862. Durante el Porfiriato Por todo lo antes mencionado, podríamos decir que la verdadera lucha por condiciones higiénicas de trabajo y la seguridad de los trabajadores en el mismo, se da en el Porfiriato, lo cual no es mera casualidad, dado que durante esta época se inicia propiamente la industrialización del país. El presidente Porfirio Díaz otorgó a los inversionistas extranjeros grandes facilidades para venir a invertir y establecer fábricas, industrias extractivas y empresas de servicios en el país, como vía de recuperación económica de un nación cuyo mayor obstáculo era la escasez de capital. Esta preocupación por recuperar el esplendor económico de México, originó también una excesiva protección a los empresarios y grandes hacendados, propiciando que al trabajador mexicano se le tratara prácticamente como esclavo, teniendo que trabajar en condiciones muy difíciles, con jornadas de trabajo de entre 12 y 16 horas diarias. Esto condujo a que hombres preocupados por los problemas sociales de México buscaran el derrocamiento del presidente, desencadenándose un movimiento revolucionario, en el que la participación obrera y campesina jugaron un papel destacado. Es en esta época en la que los hermanos Ricardo y Enrique Flores Magón, a través del Partido Liberal Mexicano y el Gran Círculo de Obreros Libres, influyeron a la clase obrera para luchar por lograr mejores condiciones de trabajo a través de la huelga; los reclamos por la protección del trabajador ante los accidentes laborales ocuparon un papel muy importante. Se buscaba asegurar que los empleados conservaran su trabajo y tuvieran un apoyo económico de sus patrones cuando sufrieran algún accidente laboral, lo cual sólo se lograría cambiando la teoría imperante en aquellos tiempos según la cual los accidentes laborales se debían exclusivamente a la negligencia del trabajador, por la teoría de riesgo profesional, en la que se reconociera de antemano la corresponsabilidad de los empresarios en los riesgos de trabajo. Para ello, los defensores de esta idea se basaron en los estudios que como consecuencia de la lucha obrera se habían generado en Europa, desde finales del siglo XIX, en los que se demostraba que los accidentes y enfermedades de trabajo no eran siempre culpa del trabajador, sino que podrían ser consecuencia de las propias condiciones en las que se desempeñaban las labores. Pero la lucha por proteger al hombre que por causas laborales se incapacitara, no sólo se dio bajo la forma de una exigencia a los empresarios: aquellos artesanos y campesinos que ahora conformaban la nueva clase trabajadora del país contaban con una antigua tradición de solidaridad (las asociaciones gremiales de la Nueva España), que los llevó a formar, a partir de mediados del siglo XIX, las “organizaciones mutualistas”, las cuales brindaban apoyo en casos de incapacidad laboral, tal como señala Rajchenberg (2006): Con base en la aportación de una cuota, los asociados recibían, durante los periodos de incapacidad laboral, ayuda en dinero del fondo de ahorro acumulado. La cantidad era variable. Algunas mutualidades contaban con muchos miembros y ello aumentaba el fondo disponible, el cual podía engrosar gracias a la aportación gubernamental. Asimismo, el monto de la ayuda se modificaba, en algunos casos, de acuerdo con la cuantía de las aportaciones individuales. Finalmente, el movimiento obrero tanto internacional como nacional logró influir para que se dieran cambios en la legislación laboral. Entre los primeros pasos que se dieron para salvaguardar la salud y seguridad de los trabajadores para finales del Porfiriato se encuentra el anteproyecto de ley sobre la minería, en el que se incluyó una disposición acerca de la responsabilidad patronal en caso de accidente, pero del que sólo se aceptó la posibilidad de cerrar las minas si las vidas de los trabajadores peligraban. Otro paso dado fueron dos leyes que contienen normas que regulan cuestiones de seguridad sobre accidentes laborales y que llegaron a ser aprobadas como producto de fuertes protestas obreras en sus respectivas entidades: la ley de 30 de abril de 1904, del Estado de México, conocida como Ley José Vicente Villada en honor al gobernador que la propuso, y la Ley sobre Accidentes de Trabajo, de Nuevo León, promulgada por Bernardo Reyes en 1906. En ambas leyes por vez primera se asumía la responsabilidad del patrón en cuanto a accidentes laborales mientras no se probara lo contrario. De la Revolución a nuestros días Aunque para autores como Rajchenberg la transición de las condiciones de trabajo hubiera podido tener lugar con o sin proceso revolucionario, no podríamos negar que esta lucha fuera librada para obtener mejores condiciones de vida y que las de trabajo fueran una de sus manifestaciones. Por lo tanto, los reclamos por mejores condiciones laborales comenzaron a encauzarse cuando Venustiano Carranza, pretendiendo dar por terminada la lucha armada en el país, como primer jefe del Ejército Constitucionalista encargado del Poder Ejecutivo, convocó en diciembre de 1916 al Congreso para presentar un proyecto de reformas a la Constitución de 1857, conformándose así como Congreso Constituyente. Dentro de las propuestas, Carranza incorporó en el art. 5° la idea de prevención de riesgos de trabajo, la cual, dada la fuerte aceptación que tuvo, se integró en el artículo 123. Finalmente, el 5 de febrero de 1917 se aprueba la Carta Magna que hoy nos rige, en la que, entre otras medidas, se establece la responsabilidad de los patrones en accidentes laborales y enfermedades profesionales, así como una serie de preceptos sobre higiene y seguridad en el trabajo. Este hecho convierte a México en el primer país del mundo que integró en su texto constitucional disposiciones para regular las relaciones obrero-patronales y entre ellas los riesgos de trabajo tanto de accidentes como de enfermedades. Por ello resulta justa la opinión de Emilio Rabasa en el sentido de que México fue “el país con la legislación del trabajo más progresista y completa del mundo” (citado por Lastra, 2001). Este fue el inicio de la reglamentación del trabajo y con ello de la protección de los trabajadores en el desempeño de sus funciones, pero se requería del desarrollo de leyes sobre trabajo para cada una de las entidades federativas, labor que se dio muy lentamente y en condiciones desiguales a lo largo del país. En 1923, seis años después de la promulgación de la Carta Magna, la Sección de Legislación del Departamento del Trabajo del gobierno federal observaba que sólo doce estados poseían alguna legislación laboral (Rajchenberg, 2006). Por tal motivo, en 1929, el presidente de la República en turno, Lic. Emilio Portes Gil, presenta una iniciativa para reformar la Constitución, en la que se plantea la necesidad de expedir una “Ley del Trabajo” de carácter federal, para que, tanto los derechos como las obligaciones de obreros y patrones fueran uniformes y se terminaran los conflictos generados por la disparidad entre legislaciones. Al mismo tiempo, se dispone en la Constitución la expedición de una Ley del Seguro Social, en la que se debería atender, entre otros, los problemas de enfermedad y accidentes de trabajo. En 1931 es aprobada la Ley Federal del Trabajo, con la que se reglamentan los principios constitucionales sobre seguridad e higiene, haciéndose necesaria la creación de una instancia gubernamental encargada de vigilar el cumplimiento de esta ley (el Departamento del Trabajo) y la reglamentación de algunas disposiciones para lograr su observancia. En lo referente a seguridad e higiene se emitieron los siguientes documentos: Reglamento de Medidas Preventivas de Accidentes de Trabajo Reglamento de Higiene del Trabajo Reglamento de Labores Peligrosas e insalubres para Mujeres y Menores. Reglamento para la Inspección de Generadores de Vapor y Recipientes Sujetos a Presión Reglamento de Inspección Federal del Trabajo Reglamento de Seguridad para los Trabajadores de las Minas. Si bien desde 1929 ya se había establecido la necesidad de elaborar una Ley del Seguro Social y después de la aprobación de Ley Federal del Trabajo el debate en torno a la protección de los trabajadores continuó, tuvieron que trascurrir más de doce años para que se expidiera finalmente, en 1943, la Ley del Seguro Social, durante el régimen presidencial del general Ávila Camacho. Con este mismo hecho nació el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), con una composición tripartita para su gobierno, integrado, de manera igualitaria, por representantes de los trabajadores, de los patrones y del gobierno federal, con el cual se buscaba la igualdad de oportunidades en materia de seguridad social en México. Paralelamente a la evolución normativa del trabajo y muchas veces como consecuencia de ella, se crearon oficinas gubernamentales que al paso del tiempo llevarían finalmente a la creación, en 1940, de una secretaría de Estado dedicada a administrar y poner en vigor las Leyes del trabajo, incluyendo los relativos a la seguridad e higiene en el trabajo. El proceso fue el siguiente: En 1911 se crea el Departamento del Trabajo, dependiente de la Secretaría de Fomento, Colonización e Industria, el cual tenía como propósito solucionar los problemas laborales que se gestaban en plena revolución. Para 1928, este departamento ya contaba con una sección de higiene y seguridad especial para atender consultas y reclamaciones por riesgos laborales. En 1932, como consecuencia de la promulgación de la Ley Federal del Trabajo, se le confiere por decreto oficial la autonomía al Departamento del Trabajo, dependiendo a partir de ese momento del Presidente de la República. En 1940, con la reforma de la Ley de Secretarías y Departamentos de Estado, aquel Departamento de Trabajo se convierte en la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS). En 1979, se reforma la Ley Federal del Trabajo y se lleva a cabo la desconcentración territorial de las autoridades del trabajo, creándose de esta forma oficinas locales. En 1992 se publica la Ley Federal de Metrología y Normalización, donde se establece la uniformidad para la elaboración de las normas oficiales mexicanas de seguridad e higiene por las dependencias de la administración pública, lo que obliga a la STPS a su emisión. En materia de seguridad laboral, la STPS inicialmente se limitaba a la supervisión y vigilancia del cumplimiento de las disposiciones legales para sancionar cuando se detectaran violaciones, lo cual complementaba con la información y asesoría a trabajadores y patrones sobre el cómo cumplir de la manera más eficiente dichas disposiciones. Sin embargo, en los últimos años, en los que se ha acrecentado la preocupación por la prevención de los accidentes de trabajo, las funciones de esta Secretaría se han reforzado fuertemente en relación con la información y el asesoramiento, buscando un mayor acercamiento con las empresas, para que uniendo esfuerzos, la búsqueda de la seguridad y salud de la fuerza laboral recorra un camino más corto y rápido. Se ha creado incluso un programa voluntario de certificación en materia de seguridad laboral, en el que se da seguimiento a las empresas que participan en él, de manera que, si sus resultados son favorables, pueden verse beneficiadas con el pago de una prima de seguro de riesgos de trabajo del IMSS menor. Con el objeto de adaptar la reglamentación en materia laboral a nuevas condiciones imperantes, tanto la Ley Federal del Trabajo, como la del Seguro Social han sufrido algunas modificaciones. La primera de estas leyes en 1970 y en 1979, estando además en discusión desde hace un par de años la propuesta de una nueva modificación. La segunda, en 1973 y 1997, siendo esta última muy importante, ya que se modifica el carácter solidario del sistema de pensiones (en el que los recursos para las pensiones de los trabajadores se obtenían de las cuotas pagadas por todos los trabajadores activos), que había imperado desde los orígenes de esta ley, a un régimen individualizado (en el cual los recursos para las pensiones se obtienen de los fondos acumulados por el propio trabajador durante su vida laboral). En relación con la higiene y seguridad en el trabajo, destaca en esta modificación el establecimiento de la obligación de las empresas de informar anualmente al IMSS los resultados que sobre riesgos de trabajo hayan tenido, y la posibilidad de aumentar o disminuir la prima que por riesgos de trabajo les correspondiera aportar en relación con los resultados reportados. Por otra parte, desde 1931 México es miembro de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que tiene por objeto contribuir a mejorar la calidad de vida laboral en todos sus aspectos y en la que se han establecido una serie de convenios relativos a la seguridad y salud de los trabajadores, que han obligado a nuestro país a revisar y emitir diferentes normas de seguridad, las cuales serán abordadas en el inciso sobre el marco legal de la función que nos ocupa. 5.2 LOS PROBLEMAS ECONÓMICOS Y SOCIALES DE LA SEGURIDAD E HIGIENE La existencia de un ambiente de trabajo seguro y saludable debería haber sido la preocupación de las empresas desde que surgieron y se consolidaron como consecuencia de la Revolución Industrial. Sin embargo, como ya lo hemos visto en el inciso previo, históricamente las empresas comienzan a interesarse en el tema a partir de que las disposiciones legales les exigen una reparación monetaria a los empleados que han sufrido un accidente o enfermedad de trabajo, de la misma forma que les exige también cumplir con ciertas normas mínimas de seguridad laboral. Es desde entonces, cuando la posibilidad de ocurrencia de accidentes o de la aparición de enfermedades laborales representa un costo regular en la producción, que resulta de interés para los patrones realizar cálculos económicos al interior de la empresa para analizar y decidir el nivel de seguridad y salud que conviene alcanzar. Sin embargo, esta visión es muy limitada ya que las enfermedades y accidentes de trabajo no sólo se traducen en costos inmediatos para las empresas por las indemnizaciones que deben pagar y por los tiempos de trabajo perdidos, sino que también traen aparejadas otra serie de repercusiones, como las psicológicas –tanto en los trabajadores que sufren un accidente o una enfermedad como en los compañeros de trabajo cercanos, particularmente los que desempeñan las mismas labores de los afectados directamente–, que a la larga pueden traducirse en efectos económicos negativos. Además, si los directivos de una empresa tienen conciencia de responsabilidad social, no pueden dejar de considerar la forma en que se ven afectadas las familias de los trabajadores aquejados y las repercusiones que para la economía del país significan estos problemas. Un accidente o enfermedad de trabajo tiene repercusiones económicas para un país, en primer lugar porque es éste, a través de sus sistemas de seguridad social, quien debe responder ante los trabajadores que requieren de atención médica especializada, que ven disminuidos sus ingresos, generando gastos cuantiosos a las instituciones que las proporcionan (IMSS, ISSSTE u organismos similares). A esto además habrá que añadir los enormes gastos que para estas instituciones representa el tener que pagar indemnizaciones o subsidios a los trabajadores o a sus familiares por incapacidades permanentes totales o parciales debidas, por ejemplo, a la mutilación de miembros u órganos corporales o a la pérdida de la vida misma, así como los gastos que aquéllas deben efectuar por concepto de prestación de servicios médicos necesarios de por vida para atender las discapacidades sufridas a consecuencia de accidentes o enfermedades laborales. Por otra parte, los niveles de competitividad a nivel internacional de las empresas del país se pueden ver afectados, ya sea por aumentos de los costos o por disminuciones de la calidad, ocasionados por las incapacidades laborales, lo que afecta a la economía nacional. Además de esta perspectiva macroeconómica, la sociedad también puede verse afectada por otros aspectos indirectos que afectan la convivencia social, como son los cambios en la salud psicológica de los trabajadores afectados y sus familiares, que pueden reflejarse mediante una simple neurosis, o la adquisición de vicios que pretendan hacer más llevadera la vida posterior a un accidente o a la adquisición de una enfermedad. Desde la perspectiva de empresa, los efectos económicos de los riesgos de trabajo se perciben en primer plano mediante los costos, ya sea que estén directa o indirectamente relacionados. Los costos directos –que pueden ser fijos, porque corresponden a medidas administrativas para disminuir el riesgo, o variables, porque están relacionados con un hecho específico– son de fácil identificación, porque suelen ser contabilizados y generalmente están integrados por gastos como los siguientes: La prima por riesgos de trabajo que se paga al IMSS, que puede verse afectada debido a los niveles de siniestralidad (gravedad y frecuencia de los accidentes). Los gastos médicos y de primeros auxilios no cubiertos por el seguro de riesgos de trabajo. Importe de las multas que por incumplimiento de alguna medida de seguridad pudieran darse y en su caso los recargos correspondientes. Los costos de prestaciones especiales por este concepto, como son el pago de marcha y los seguros de vida. El porcentaje salarial que representan los riesgos de trabajo. Los costos indirectos o costos ocultos, que en muchos casos pueden ser superiores a los directos, son costos variables, que según Asfahl (2000) se pueden estimar mejor a través del estudio y análisis inmediato del accidente, ya que están relacionados con los costos inherentes al tiempo perdido, a la reducción en la productividad y al periodo de aprendizaje al que deberá sujetarse el empleado sustituto. En el siguiente diagrama presentamos los costos ocultos en que suele incurrirse con más frecuencia. Disminución de productividad de supervisores por el tiempo que invierten en actividades extraordinarias causadas por el accidente. Disminución de la producción durante el período de aprendizaje del trabajador substituto. Salarios pagados en tiempo extraordinario necesario debido al accidente. Incremento de costos por la reducción de productividad del trabajador accidentado al reincorporarse a su trabajo. COSTOS OCULTOS DE ACCIDENTES Salarios pagados a compañeros del accidentado que suspenden su trabajo a causa del accidente. Posibles disminuciones de calidad ocasionadas por el accidente Daños a los materiales y/o a los equipos de trabajo. Salarios pagados al trabajador accidentado durante el tiempo perdido. Cuadro 5.1 Los costos ocultos de los accidentes Por otra parte, sería imposible dejar de considerar los efectos que un accidente puede tener en el estado emocional de los miembros de una organización, aunque es claro que éstos son sumamente difíciles de estimar, ya que pueden traer serias repercusiones para la empresa, tal es el caso de la disminución en el ánimo de los trabajadores al sentir que están desempeñando funciones que los ponen en peligro. En virtud de los efectos económicos, psicológicos y sociales que tienen los accidentes o enfermedades laborales, se hace indispensable que las empresas empleen todos los recursos organizacionales, infraestructurales y asistenciales a su alcance para proporcionar a sus trabajadores un ambiente de trabajo sano, en donde la seguridad sea un compromiso compartido entre la organización y su comunidad, tal como se establece en las directrices relativas a los sistemas de gestión de la seguridad y la salud en el trabajo emitidas por la Organización Internacional del Trabajo. En ellas se hace patente la necesidad de que gobierno, empleadores y trabajadores unan esfuerzos en torno a un trabajo “decente”, un trabajo seguro, que represente un factor positivo para la productividad y el desarrollo económico de las naciones. 5.3. MARCO LEGAL DE LA SEGURIDAD E HIGIENE Debemos empezar por recordar que las leyes y normas de nuestro país tienen diferentes jerarquías; dicho nivel jerárquico les otorga un mayor o menor poder normativo y también las hace de carácter general o particular. Esta estructura escalonada de la legislación que rige nuestro ámbito laboral y particularmente la seguridad e higiene en el trabajo puede representarse en la siguiente pirámide (cuadro 5.2), donde se puede apreciar que las leyes menores dependen de las superiores. D e p e n d e n c i a Constitución Política Ley Federal del Trabajo, Ley Del IMSS y Tratados internacionales Reglamento General de Seguridad e Higiene en el trabajo Normas Oficiales Mexicanas P o d e r N o r m a t i v o Cuadro 5.2 Estructura de la normatividad mexicana en materia de seguridad Así pues, la legitimidad de la normatividad sobre seguridad e higiene en el trabajo en México se encuentra en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. En su título sexto, artículo 123, apartado A, fracción XIV, se establece como responsabilidad del empresario los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales. La fracción XV del mismo artículo estipula la obligación de las empresas a cumplir los preceptos legales sobre higiene y seguridad en sus instalaciones y adoptar medidas para prevenir accidentes de trabajo. Estas obligaciones se complementan con la responsabilidad del patrón de impartir capacitación a sus trabajadores, establecida en la fracción XIII. La normatividad citada hasta ahora, y en general la legislación a que nos referiremos en el presente tema, pueden ser consultados la dirección electrónica de la Secretaría de Trabajo: http://www.stps.gob.mx. Todo alumno que estudie el presente curso debe saber que de nuestra Constitución, considerada la Carta Magna porque de ella se derivan y a ella se subordinan todas nuestras leyes, surgen dos legislaciones en relación al trabajo, las cuales regulan la seguridad y salud de los trabajadores: la Ley Federal del Trabajo (LFT), reglamentaria del apartado “A”, y la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, reglamentaria del apartado “B”. En este curso nos referiremos solamente a la primera, que es la que regula a las empresas privadas y de la cual se deriva la Ley del Seguro Social. Ley Federal del Trabajo (LFT) La Ley Federal del Trabajo (LFT) dedica exclusivamente el título noveno a riesgos de trabajo, en el cual, partiendo de las definiciones de los conceptos riesgo (art. 473), accidente (art. 474) y enfermedad de trabajo (art. 475), se hace un análisis integral de las consecuencias que éstos pueden tener; de las obligaciones directas del patrón, el momento en que se producen y, en consecuencia, de los derechos del trabajador; así como de la función que en esta materia deben tener las instancias gubernamentales y las comisiones de higiene y seguridad. Sin embargo, es necesario complementar lo especificado en este capítulo con el examen de otros apartados de la misma ley. Por lo tanto, analizaremos las obligaciones para patrones, para trabajadores y algunos otros temas. Cabe hacer notar que algunos aspectos serán abordados con mayor detalle en otro inciso del temario, como son las comisiones de seguridad, así como los derechos de los trabajadores, tales como las incapacidades y las indemnizaciones correspondientes; la atención de éstos es transferida por el patrón al Instituto Mexicano de Seguridad Social al momento de inscribirlos al mismo. a) Obligaciones de los patrones y de los trabajadores Aunque, como ya mencionamos, la Ley Federal del Trabajo ocupa todo un título (el noveno) en tratar con gran amplitud los riesgos profesionales, también toca el tema en el título cuarto denominado “Derechos y obligaciones de los trabajadores y de los patrones”. Es en el artículo 132 de este último título, fracciones XVI, XVII, XVIII, XIX y XXVIII, en donde la citada Ley impone al patrón las obligaciones siguientes: 1) cuidar que no se afecte la salud de los trabajadores, disponiendo la instalación de las fábricas, los talleres, oficinas y demás lugares en donde se desempeñe el trabajo conforme a los principios de seguridad e higiene, así como adoptando medidas que eviten que los contaminantes excedan los máximos permitidos; 2) cumplir las disposiciones de seguridad e higiene que fijen las leyes y los reglamentos para prevenir los accidentes y enfermedades en los centros de trabajo y, en general, en los lugares en donde deban ejecutarse las labores; 3) fijar y difundir las disposiciones conducentes de los reglamentos de higiene y seguridad en lugares visibles en los centros de trabajo; 4) proporcionar a los trabajadores los medicamentos profilácticos que determine la autoridad sanitaria en los lugares donde existan enfermedades tropicales o endémicas, o cuando exista peligro de epidemia; y 5) participar en la integración y funcionamiento de las comisiones de seguridad e higiene. La misma ley, en su artículo 134, fracción primera, obliga a los trabajadores a cumplir con las normas preventivas de seguridad e higiene que indiquen los patrones y las autoridades competentes. Otras fracciones de este artículo que hacen referencia a cuestiones de seguridad son: la VIII, que obliga a los trabajadores a prestar auxilio a sus compañeros en los casos en que exista algún riesgo que los ponga en peligro; las fracciones X y XI, que están dirigidas al cuidado de la salud del trabajador, obligándolo a someterse a los reconocimientos médicos previstos y a notificar cualquier enfermedad contagiosa que padezca al momento de saberlo; por último, la fracción XII establece la obligación del trabajador de comunicar al patrón o su representante observaciones que puedan evitar perjuicios a los intereses y vida de sus compañeros o del propio patrón. El artículo siguiente, el 135, prohíbe a los trabajadores ejecutar cualquier acto que pueda poner en peligro su seguridad, la de sus compañeros, terceras personas y/o el lugar de trabajo. Por otra parte, el artículo 487 del título noveno, “Riesgos de trabajo”, estipula como otra obligación del empleador la de proporcionar los siguientes servicios al trabajador accidentado: a) asistencia médica y quirúrgica, b) rehabilitación, c) hospitalización, d) medicamentos y material de curación, e) aparatos de prótesis y ortopedia en caso necesario, f) la indemnización que corresponda. Es importante destacar que dichos servicios son transferidos al IMSS cuando el patrón inscribe a este organismo a sus trabajadores. Para proporcionar dichos servicios, el artículo 504 obliga al patrón con más de cien trabajadores a establecer una enfermería, dotada con los medicamentos y materiales de curación necesarios, la cual deberá ser dirigida por un médico cirujano. En el caso de contar con más de trescientos trabajadores a su servicio, deberá instalar un hospital o contratar servicios con sanatorios u hospitales ubicados en el lugar en que se encuentre el establecimiento o a una distancia que permita el traslado rápido y cómodo de los trabajadores. El patrón también está obligado, de acuerdo con el artículo 498, a notificar los accidentes ocurridos a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, a la Junta de Conciliación Permanente o a la de Conciliación y Arbitraje y al Inspector del trabajo, dentro de las 72 horas siguientes, así como a reinstalar en su empleo al trabajador que sufrió el accidente de trabajo al recuperar la salud y solicitar su reingreso. Otra obligación del patrón, de la que hablaremos extensamente en el inciso 5.5, es la conformación de las Comisiones Mixtas de Seguridad e Higiene (artículos 509 y 510). En los siguientes dos cuadros presentamos un resumen tanto de las obligaciones del patrón, en relación con el tema que nos ocupa, como de las del trabajador. OBLIGACIONES 1. Cuidar que no se afecte la salud de los trabajadores ofreciéndole lugares de trabajo conforme a los principios de seguridad e higiene. 2. Fijar y difundir las disposiciones conducentes de los reglamentos de higiene y seguridad en lugares visibles. 3. Proporcionar a los trabajadores medicamentos profilácticos. 4. Proporcionar servicios al trabajador accidentado, como asistencia médica, rehabilitación, hospitalización, medicamentos, aparatos de prótesis e indemnización. 5. Incrementar hasta en un 25% la indemnización correspondiente en caso de que el accidente se deba a una falta inexcusable del patrón. 6. Reponer en su empleo al trabajador que sufrió un riesgo de trabajo al recuperar la salud y solicitar su reingreso. FUNDAMENTO Artículo 132 Artículo 132 Artículo 132 Artículo 487 Artículo 490 Artículo 498 7. Mantener en el lugar de trabajo los medicamentos y material de curación necesarios para primeros auxilios y adiestrar personal para que los preste. Artículo 504, fracción I 8. Establecer una enfermería cuando cuente con más de 100 trabajadores. Artículo 504, fracción II 9. Establecer un hospital o contratar los servicios de alguno que se encuentre cerca del establecimiento, cuando cuente con más de 300 trabajadores. 10. Organizar las comisiones de seguridad e higiene necesarias, Artículo 504, fracción III compuestas por igual número de representantes de los trabajadores y del patrón, para investigar las causas de accidentes y enfermedades, proponer medidas para prevenirlos y vigilar que se cumplan. Artículo 509 Cuadro 5.3 Obligaciones del patrón. Fuente: Ley Federal del Trabajo OBLIGACIONES FUNDAMENTO 1.- Cumplir con las normas preventivas de seguridad e higiene que indiquen los patrones y/o autoridades competentes. Artículo 134 (frac. I) 2.- Prestar auxilio a sus compañeros cuando exista riesgo que los ponga en peligro. Artículo 134 (frac. VIII) 3.- Someterse a los reconocimientos médicos y notificar cualquier enfermedad contagiosa. Artículo 134 (frac. X y XI) 4.Comunicar al patrón las observaciones que puedan evitar perjuicios a los intereses y vida de sus compañeros o del mismo patrón. 5.- No ejecutar cualquier acto que pueda poner en peligro su seguridad, la de sus compañeros y/o del lugar de trabajo. Artículo 134 (frac. XII) Artículo 135 Cuadro 5.4 Obligaciones de los trabajadores Fuente: Ley Federal del Trabajo b) Otras disposiciones Otras cuestiones sobre seguridad normadas en la LFT son la capacitación, sobre la cual se establece que uno de sus objetivos debe ser prevenir riesgos laborales (Artículo 153-F), y los reglamentos internos de trabajo (Artículo 423, fracciones VI, VII, VIII y XI), sobre los que se establece que deberán incluir las normas para prevenir los riesgos de trabajo e instrucciones para prestar los primeros auxilios; la especificación de las labores insalubres y peligrosas que no deben desempeñar los menores y la protección que deben tener las mujeres embarazadas; la especificación del tiempo y la forma en que los trabajadores deben someterse a los exámenes médicos, previos o periódicos, y a las medidas profilácticas que dicten las autoridades; así como cualquier otra norma necesaria y conveniente para conseguir la mayor seguridad y regularidad en el desarrollo del trabajo. Ley del Seguro Social a) Aspectos generales Como ya lo mencionamos anteriormente, los patrones que inscriben a sus trabajadores al Seguro Social quedan relevados de las obligaciones que el artículo 487 de la LFT les impone y el IMSS las toma a su cargo a través de su propia ley. Dado que los accidentes o enfermedades de trabajo tienen una serie de implicaciones legales para el patrón, el Seguro Social requiere tratarlos de forma diferente a las enfermedades o accidentes de otro origen, por lo que se hace necesario que se revise la definición de accidentes y enfermedad de trabajo de la Ley del Seguro Social (LSS), (como son prácticamente iguales a las de la LFT, no se revisaron en ese apartado). El artículo 42 de la LSS define accidente de trabajo como […] toda lesión orgánica o perturbación funcional, inmediata o posterior; o la muerte, producida repentinamente en ejercicio, o con motivo del trabajo, cualquiera que sea el lugar y el tiempo en que dicho trabajo se preste. También se considerará accidente de trabajo el que se produzca al trasladarse el trabajador, directamente de su domicilio al lugar de trabajo, o de este a aquél. La enfermedad de trabajo es definida en el artículo 43 de la LSS como: […] todo estado patológico derivado de la acción continuada de una causa que tenga su origen o motivo en el trabajo, o en el medio en que el trabajador se vea obligado a prestar sus servicios. En todo caso, serán enfermedades de trabajo las consignadas en la Ley Federal del Trabajo. Las enfermedades establecidas en el artículo 513 de la LFT son 161, para cada una de las cuales se menciona qué tipo de trabajador (según sus funciones o industria en la que laboran) está expuesto a contraerla debido a motivos tales como los siguientes: 1) la aspiración de polvos y humos, 2) la inhalación de gases y vapores, 3) el contacto con polvos y otros agentes físicos, químicos y biológicos, 4) radiaciones ionizantes y electromagnéticas, y 5) por factores mecánicos. Cabe hacer mención que la calificación de accidente o enfermedad de trabajo la realiza el Instituto Mexicano del Seguro Social y que en caso de que determine que se deba a una falta inexcusable del patrón, él mismo deberá, además de incrementar la indemnización en los términos de la LFT, restituir al Instituto las erogaciones realizadas. b) Consecuencias de riesgos de trabajo y sus prestaciones Tanto el artículo 55 de la LSS como el 477 de la LFT determinan como posibles consecuencias de un accidente o enfermedad profesional la incapacidad temporal, la incapacidad permanente parcial, la incapacidad permanente total y la muerte, cada una de las cuales es definida en la LFT de la siguiente manera: Artículo 478. Incapacidad temporal es la pérdida de facultades o aptitudes que imposibilita parcial o totalmente a una persona para desempeñar su trabajo por algún tiempo. Artículo 479. Incapacidad permanente parcial es la disminución de las facultades o aptitudes de una persona para trabajar. Artículo 480. Incapacidad permanente total es la pérdida de facultades o aptitudes de una persona que la imposibilita para desempeñar cualquier trabajo por el resto de su vida. Cada una de las posibles consecuencias de un riesgo de trabajo le dará derecho al trabajador o a sus beneficiarios a prestaciones en dinero y en especie. Éstas últimas son las mismas en todos los casos y consisten, de acuerdo con el art. 56 de la LSS, en lo siguiente: I. Asistencia médica, quirúrgica y farmacéutica; II. Servicio de hospitalización; III. Aparatos de prótesis y ortopedia, y IV. Rehabilitación. En cambio, las prestaciones en dinero son diferentes para cada caso. La incapacidad temporal le da derecho al trabajador de recibir un subsidio correspondiente al 100% del salario que estaba percibiendo al momento de incapacitarse, durante un periodo que no podrá exceder a 52 semanas. La incapacidad permanente parcial hace acreedor al empleado a recibir una pensión provisional, determinada en función de los niveles de incapacidad, conforme a lo establecido en el art. 58 de la LSS, pudiendo ser modificada cada dos años en función de la condición del trabajador. La incapacidad permanente total confiere al trabajador una pensión equivalente al 70% de su salario, mediante la adquisición de una renta vitalicia. La muerte de un empleado permite que sus beneficiarios (cónyuge, hijos o padres) reciban una pensión a través de la adquisición de un seguro de sobrevivencia con una compañía aseguradora y reciban una ayuda para gastos funerarios. Cuadro 5.5 Prestaciones económicas por riesgos de trabajo. Fuente Ley del Seguro Social Como se señala en cada uno de los seguros que cubre el IMSS, es necesario cumplir con ciertos requisitos para tener derecho a las prestaciones económicas y de servicios, aunque por este concepto no existen los tiempos de espera, pues basta tan sólo con estar registrado en el Seguro Social como trabajador y el dictamen de accidente de trabajo. Para mayor claridad, presentamos a continuación, en tres cuadros, los requisitos y especificaciones correspondientes a cada una de las consecuencias de un riesgo de trabajo. OBSERVACIONES DE LAS PENSIONES POR INCAPACIDAD PERMANENTE TOTAL O PARCIAL DEBIDO A RIESGOS DE TRABAJO. SUJETO 1.- Asegurado (en caso de incapacidad permanente total o parcial) REQUISITOS MÍNIMOS Que exista relación de trabajo (patrón-trabajador). Afiliación al I.M.S.S. Que el Servicio de Salud en el trabajo califique el accidente o enfermedad como un derivado de un riesgo de trabajo. Declaración de la pensión definitiva. Tener porcentaje de incapacidad funcional, mayor al 25% debida a un riesgo de trabajo (Art. 58 frac. III). BENEFICIOS OTORGADOS Pensión mensual vitalicia por incapacidad permanente total igual al 70% del salario promedio de cotización de las ultimas semanas o las que tenga, en caso de ser enfermedad profesional (Art. 58 frac. II). Aguinaldo igual a 15 días de la pensión por incapacidad sólo si la incapacidad funcional es mayor al 50% (Art. 58 frac. IV). Incremento anual de los beneficios en el mes de febrero de cada año, conforme al incremento del INPC del año anterior. (Art. 68). Prestamos. (Art. 118). LÍMITES, PERIODOS Y EXCLUSIONES De la incapacidad permanente total: La pensión será siempre mayor a la que correspondería por invalidez, comprendiendo en todo caso las asignaciones familiares y las ayudas asistenciales por lo tanto también será mayor o igual a la pensión mínima garantizada. (Art. 59). De la incapacidad permanente parcial: El monto de la pensión se obtiene aplicando el porcentaje de incapacidad parcial a la pensión que correspondería en caso de incapacidad permanente total. (esta ultima sin compararse con la pensión que le hubiera correspondido por invalidez). (Art. 58 frac. III). Cuadro 5.6 Incapacidad permanente total o parcial en relación con riesgos de trabajo. Fuente Ley de Seguro Social OBSERVACIONES DE LAS PENSIONES POR MUERTE DEL ASEGURADO O PENSIONADO DEBIDO A RIESGOS DE TRABAJO. SUJETO 2.- Viuda, viudo, concubina o concubinario. REQUISITOS MÍNIMOS BENEFICIOS OTORGADOS Que el asegurado o pensionado haya fallecido a consecuencia de un riesgo de trabajo (Art.64) y que este sea dictaminado por el Servicio de Salud en el trabajo. Pensión mensual vitalicia igual al 40% de la pensión de incapacidad permanente total o parcial según corresponda. (Art. 64 frac. II). Acta de defunción. Viuda (o): Acta de matrimonio. Concubinario: Haber vivido con el (la) asegurado (a) mínimo 5 años libre de matrimonio o haber tenido hijos con el, siempre que ambos hubieran permanecido libres de matrimonio durante el concubinato. (Art. 65). Viudo o concubinario haber dependido económicamente del asegurado (a). (Art.64 frac III). LÍMITES, PERIODOS Y EXCLUSIONES La cuantía de la pensión de la viuda de un incapacitado permanente total, no podrá ser inferior a la mínima que corresponda a la pensión de viudez del seguro de Aguinaldo invalidez y vida igual a 15 días de la (90% de la pensión pensión por viudez. mínima garantizada) (Art. 64 frac. II). Incremento anual de la pensión Los en el mes de febrero beneficiarios de un de cada año, incapacitado tendrán conforme al derecho a recibir incremento del pensión, siempre y INPC del año cuando la pensión anterior. (Art. 69). que recibía no tuvo una duración mayor a 5 años. El total de las pensiones de viudez y orfandad, no excederá de la que venia disfrutando el pensionado por incapacidad permanente total o parcial o la que le hubiere correspondido por este supuesto; en caso de exceso se reducirán proporcionalmente. Cuadro 5.7 Pensiones por muerte en relación con riesgos de trabajo. Fuente Ley de Seguro Social SUJETO REQUISITOS MÍNIMOS 3.- Huérfanos Que el asegurado o pensionado haya fallecido a consecuencia de un riesgo de trabajo. (Art. 64). Tener menos de 16 años o menos de 25 años en caso de ser estudiante en planteles del Sistema Educativo Nacional (acreditación anual ante el I.M.S.S.), sin ser sujeto del Servicio de Salud en el Trabajo. BENEFICIOS OTORGADOS Si el pensionado muere por causa distinta a un riesgo de trabajo y tenía cotizado al menos 150 semanas los beneficiarios recibirán pensión del ramo de Invalidez y Vida. La muerte tendrá que ser por la misma causa que origino el riesgo de trabajo, si el (la) asegurado En caso de cumplir con el requisito anterior, los beneficiarios de (a) o pensionado (a) cotizo menos un incapacitado tendrán derecho a de 150 semanas. recibir pensión, siempre y cuando la pensión que recibía no tuvo una duración mayor a 5 años. La suma de las pensiones de orfandad mas la de viudez en su caso no podrá exceder del 100% de la pensión por incapacidad permanente total o parcial según sea el caso. En caso de que esto suceda se reducirán proporcionalmente cada una de las pensiones. (Art. 66). La pensión termina cuando el huérfano cumple 16 años y no continua estudiando, cuando abandone los estudios después de esta Que el edad y si continua estudiando hasta huérfano no sea sujeto del régimen una edad limite de 25 años o bien cuando recupere la capacidad para Obligatorio del trabajar. (Art. 64 frac. II, III Y IV). Seguro Social. LÍMITES, PERIODOS Y EXCLUSIONES El pago de la pensión será hasta la muerte del beneficiario o cuando cumplan las edades especificadas en las requisitos mínimos. En este caso no hay devolución de reservas. Cuando se extinga el derecho de alguno de los pensionados (viuda, Una vez suspendida la pensión ascendientes (padres) o por abandono de estudios, esta será restituida al momento de su reingreso huérfanos) se hará una nueva al Sistema Educativo Nacional y bajo distribución de las las mismas condiciones anteriores. pensiones que Cuando extingan el derecho de queden vigentes alguno de los pensionados entre los restantes, (incluyendo viuda) se hará nueva sin que rebasen las distribución de las pensiones que cuotas parciales ni queden vigentes entre los restantes, sin el monto total de que rebasen las cuotas parciales ni el estas pensiones. monto total de dichas pensiones bajo (Art. 66). las mismas condiciones anteriores. (Art.66). Cuadro 5.8 Situación de huérfanos por causa de la muerte del asegurado en relación con riesgos de trabajo. Fuente Ley de Seguro Social c) Primas de riesgos de trabajo Para solventar los gastos en materia de riesgos de trabajo, la LSS obliga a los patrones a cubrir una cuota o prima por cada uno de sus trabajadores, la cual será determinada al inicio de las operaciones de la empresa en función de la media de los niveles de siniestralidad y gravedad que las empresas de su ramo tienen y que se determina en el art. 73 de la misma ley. Cabe mencionar que esta es la única de las cuotas al Seguro Social que el patrón aporta íntegramente, en función de las obligaciones que la LFT le impone. PRIMA MEDIA Clase I Clase II Clase III Clase IV Clase V POR CIENTOS 0.54355 1.13065 2.59840 4.65325 7.58875 Cuadro 5.9 Primas medias del Seguro de Riesgos de Trabajo. Fuente Ley de Seguro Social Posteriormente, pueden aumentar o disminuir su prima de RT con un límite de 1% por año, pudiendo llegar a la prima mínima de 0.25%, o a la máxima de 15%, disminuyendo los riesgos que provocan accidentes de trabajo o enfermedades profesionales. Con ello se pretende incentivar la prevención en materia de seguridad de los trabajadores. Para tal efecto, las empresas deberán presentar, durante el mes de febrero de cada año, la Declaración Anual de la Prima de Riesgos de Trabajo autorizada por el IMSS. En ésta se hará constar los casos de riesgos de trabajo terminados durante el año inmediato anterior identificando a los trabajadores y las consecuencias de cada riesgo, así como el número de trabajadores promedio expuestos al riesgo. Con base en los resultados obtenidos, la prima se calcula basándose en dos componentes que afectan los resultados obtenidos por la empresa: Prima mínima de riesgo: Es aquella que cubre los gastos de administración correspondiente a dicho ramo. Grado de siniestralidad: Se obtiene tomando en cuenta la frecuencia y la gravedad de los accidentes y enfermedades de trabajo. También se incluye un factor prima del seguro de riesgo de trabajo (F), que garantiza el equilibrio financiero del ramo. Fórmula Variables: PRIMA = [ (S/365) + V * (I + D)] * (F/N) + M Fijos: S Total de días subsidiados a causa de 365 Número de días naturales del año. incapacidad temporal. I Suma de porcentajes de incapacidades V 28 Años promedio de vida activa. parciales y totales, divididos entre 100. D Número de defunciones. F 2.3 Factor de prima. (conforme decreto de reforma LSS, 2001) N Número de trabajadores expuestos a M 0.005 Prima mínima de riesgo. riesgo. (conforme decreto de reforma LSS, 2001) Cuadro 5.10 Formula para calcular la prima de riesgos de trabajo con los resultados anuales. Fuente Ley de Seguro Social Cabe señalar que en el mes de diciembre de 2001 se publicaron algunas reformas a la LSS, dentro de las cuales se establece la posibilidad de que las empresas preocupadas por la salud y seguridad de sus trabajadores empleen un factor de prima de seguro de riesgos de trabajo (F) de 2.2 (art. 39 del Reglamento de Afiliación, Clasificación de Empresas, Recaudación y fiscalización) siempre que se apeguen al cumplimiento de los requisitos establecidos por la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, publicados en marzo del 2002 en el Diario Oficial, creando a su vez el Programa Voluntario de Acreditación del Sistema de Administración y Seguridad en el Trabajo (Anexo 1). La finalidad de este programa es que los empleados —al salvar su integridad física o la misma vida—, las empresas — al no ver afectada su productividad y ahorrar costos ocasionados por este tipo de problemas— y el IMSS —al disminuir la carga financiera que implica la seguridad social de los trabajadores afectados por un riesgo de trabajo y la de sus familiares—, como órgano del gobierno, se vean beneficiados con las inversiones que en materia de seguridad realicen los patrones. Reglamento Federal de Seguridad, Higiene y Medio Ambiente de Trabajo Este reglamento está orientado íntegramente a establecer, con la certeza jurídica necesaria, el papel que deberán tener los empleadores, trabajadores e instancias gubernamentales en la higiene y seguridad en las empresas. Está dividido en seis títulos, cada uno de ellos enfocado a atender diferentes facetas en el campo de la seguridad laboral, los cuales establecen condiciones generales que se detallan con mayor precisión en las normas sobre higiene y seguridad emitidas por la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS). En el primer título, se establece de manera general las obligaciones de cada uno de los participantes en este sistema de seguridad y salud en las empresas (trabajador, empresa y gobierno), mismas que a lo largo del reglamento se determinan con mayor especificidad. A la STPS le corresponde la aplicación del Reglamento, la expedición de normas específicas en materia de seguridad e higiene y la asesoría y orientación para su debido cumplimiento. A los patrones les corresponde adoptar las medidas de seguridad e higiene que apliquen a la naturaleza de su empresa; vigilar que en los centros de trabajo no se excedan los niveles máximos permisibles de contaminantes; elaborar y operar programas de prevención de accidentes; realizar los exámenes médicos de ingreso, periódicos y especiales, a los trabajadores expuestos a algún contaminante para vigilar su salud; informar a los trabajadores sobre los riesgos que implique la actividad que desempeñan; establecer señalizaciones de seguridad; capacitar y adiestrar a los trabajadores sobre la prevención de riesgos y atención de emergencias; permitir la inspección y vigilancia de las autoridades correspondientes y presentar, cuando se le requiera, los dictámenes que se le emitan; integrar y promover la participación de las comisiones de seguridad e higiene; así como dar aviso de los accidentes de trabajo. Los trabajadores están obligados a cumplir con las medidas preventivas de seguridad y salud, entre las que destacan la utilización de los equipos de protección, designar a sus representantes y participar cuando sea necesario en las comisiones de seguridad e higiene, notificar las condiciones o actos inseguros que observen, asistir a cursos de capacitación sobre seguridad, así como someterse a los exámenes médicos que se consideren necesarios. En el título segundo se establecen las principales condiciones de seguridad que deberán cumplir los edificios y locales en donde se ubiquen los centros de trabajo. En el tercero se regula las condiciones de higiene de los agentes físicos, químicos y biológicos capaces de alterar el ambiente de trabajo, como lo son el ruido y vibraciones, las radiaciones ionizantes y las electromagnéticas no ionizantes, las sustancias químicas y los contaminantes biológicos, las presiones ambientales anormales, las condiciones térmicas del medio ambiente de trabajo, la iluminación y la ventilación. Asimismo, regula el uso de equipo de protección personal y disposiciones relativas al orden y limpieza en los centros de trabajo. El título cuarto está dedicado, principalmente, al funcionamiento de las comisiones de higiene y seguridad a nivel nacional, estatal y del Distrito Federal, así como las comisiones de los centros de trabajo. Adicionalmente, marca las condiciones en las que deberán integrarse las estadísticas de accidentes y enfermedades de trabajo, los programas de seguridad e higiene, la capacitación en la materia y los servicios preventivos de medicina del trabajo. El título quinto se refiere al trabajo de las mujeres gestantes o en periodo de lactancia y al trabajo de menores; en dicho título se establecen las actividades en las que queda prohibido utilizar sus servicios para proteger su salud. En el título sexto, relativo a la vigencia, inspección y sanciones administrativas, se estipula que la Ley Federal de Procedimiento Administrativo puede ser aplicada en la práctica de inspecciones a los centros de trabajo en forma supletoria a la Ley Federal del Trabajo y sus reglamentos. Acredita también a las unidades de verificación, laboratorio de pruebas y organismos de certificación aprobados por la STPS para que certifiquen a las empresas en relación con el cumplimiento de las Normas Oficiales Mexicanas. Es importante recordar que este reglamento siempre nos remite a las Normas Oficiales Mexicanas correspondientes y establece obligaciones específicas del patrón para cada uno de los temas relativos a los edificios, locales, sistemas de protección, etcétera. Normas Oficiales Mexicanas (NOM) Las empresas en México están obligadas a cumplir las normas de seguridad e higiene expedidas por la Secretaría de Trabajo, en cumplimiento de lo establecido en el artículo 512 de la LFT, que le sean aplicables de acuerdo con sus actividades laborales y procesos industriales, según lo establecido por el Reglamento Federal de Seguridad, Higiene y Medio Ambiente de Trabajo (artículos 4, 5 y 13). Dichas normas tienen por objeto contribuir a la prevención de los accidentes y enfermedades de trabajo, así como el cumplimiento de diversos tratados internacionales ratificados por nuestro país. Presentamos a continuación un listado de las normas (NOM) de seguridad e higiene en el que se indica su referencia (número y última fecha de publicación) y el tipo de actividades a las que están dirigidas. Se puede consultar la que resulte de su interés en la siguiente dirección electrónica: http://www.stps.gob.mx/noms_stps.htm. Norma/ Fecha de publicación Dirigida a: Norma/ Fecha de publicación Dirigida a: NOM-001-STPS1999 F.P. 13/12/99 EDIFICIOS, LOCALES, INSTALACIONES Y ÁREAS DE LOS CENTROS DE TRABAJO - NOM-002-STPS2000 F.P. 08/09/00 PREVENCIÓN, PROTECCIÓN Y COMBATE DE INCENDIOS EN LOS CENTROS DE TRABAJO NOM-004-STPS1999 F.P. 31/05/99 SISTEMAS DE PROTECCIÓN Y DISPOSITIVOS DE SEGURIDAD EN LA MAQUINARIA Y EQUIPO QUE SE UTILICE EN LOS CENTROS DE TRABAJO NOM-005-STPS1998 F.P. 02/02/99 RELATIVA A LAS CONDICIONES DE SEGURIDAD E HIGIENE EN LOS CENTROS DE TRABAJO PARA EL MANEJO, TRANSPORTE Y ALMACENAMIENTO DE SUSTANCIAS QUÍMICAS PELIGROSAS NOM-006-STPS2000 F.P. 09/03/01 CONDICIONES Y PROCEDIMIENTOS EN EL MANEJO Y ALMACENAMIENTO DE MATERIALES NOM-009-STPS1999 F.P. 31/05/00 EQUIPO SUSPENDIDO DE ACCESO INSTALACIÓN, OPERACIÓN Y MANTENIMIENTO NOM-020-STPS2002 F.P. 28/08/02 FUNCIONAMIENTO DE RECIPIENTES SUJETOS A PRESIÓN Y CALDERAS NOM-022-STPS1999 F.P. 28/05/99 ELECTRICIDAD ESTÁTICA EN LOS CENTROS DE TRABAJO NOM-027-STPS2000 F.P. 28/03/01 SOLDADURA Y CORTE - NOM-029-STPS2005 F.P. 31/05/05 MANTENIMIENTO DE LAS INSTALACIONES ELÉCTRICAS EN LOS CENTROS DE TRABAJO Cuadro 5.11 Normas oficiales mexicanas sobre seguridad. Fuente Secretaría del Trabajo y Previsión Social. Norma/ Fecha de publicación Dirigida a: Norma/ Fecha de publicación Dirigida a: NOM-010-STPS1999 CENTROS DE TRABAJO DONDE SE MANEJEN, TRANSPORTEN, PROCESEN O ALMACENEN SUSTANCIAS QUÍMICAS CAPACES DE GENERAR CONTAMINACIÓN EN EL MEDIO AMBIENTE LABORAL NOM-011-STPS2001 F.P. 17/04/02 CENTROS DE TRABAJO DONDE SE GENERE RUIDO NOM-012-STPS1999 F.P. 20/12/99 CENTROS DE TRABAJO DONDE SE PRODUZCAN, USEN, MANEJEN, ALMACENEN O TRANSPORTEN FUENTES DE RADIACIONES IONIZANTES NOM-013-STPS1993 F.P. 06/12/93 CENTROS DE TRABAJO DONDE SE GENEREN RADIACIONES ELECTROMAGNÉTICAS NO IONIZANTES NOM-014-STPS2000 F.P. 10/04/00 EXPOSICIÓN LABORAL A PRESIONES AMBIENTALES ANORMALES NOM-015-STPS1994 F.P. 30/05/94 LA EXPOSICIÓN LABORAL DE LAS CONDICIONES TÉRMICAS ELEVADAS O ABATIDAS EN LOS CENTROS DE TRABAJO NOM-024-STPS2001 F.P. 11/01/02 VIBRACIONES NOM-025-STPS1999 F.P. 23/12/99 CONDICIONES DE ILUMINACIÓN EN LOS CENTROS DE TRABAJO F.P. 13/03/00 Cuadro 5.12 Normas oficiales mexicanas sobre condiciones de higiene que deben observar diferentes centros de trabajo. Fuente Secretaría del Trabajo y Previsión Social. Existe además otra serie de normas sobre especificaciones de seguridad que deben cumplir diferentes productos, tales como los extintores contra fuegos, el calzado de protección, los purificadores y los equipos de protección personal. De igual manera, existe una norma destinada para la creación del sistema para la identificación y comunicación de peligros y riesgos por sustancias químicas y el manejo de sus procesos. Los requerimientos y características de los informes de los riesgos de trabajo que ocurran también son regulados por una norma específica. La estructura de las NOM es prácticamente la misma, aunque podemos encontrar algunos puntos adicionales; su conformación es la siguiente: definición de su objetivo y su campo de aplicación, las NOM con las que existe alguna referencia, la definición de los términos empleados, obligaciones del patrón, obligaciones del trabajador, requisitos de seguridad que deben cumplirse, condiciones de las unidades de verificación, a quien corresponde su vigilancia y la concordancia que tienen con normas internacionales. Como sería imposible revisar cada una de ellas y no todas son aplicables para todo tipo de empresa, abordaremos únicamente, a manera de ejemplo, dada su aplicabilidad, la NOM-001, que corresponde a las condiciones que deben cubrir los edificios, locales, instalaciones y áreas de los centros de trabajo, sobre la cual se ha seleccionado algunos de los puntos que se consideran de fácil comprensión y de aplicación general. SEGURIDAD DE EDIFICIOS E INSTALACIONES EN CENTROS DE TRABAJO NOM-001-STPS-1999, Edificios, locales, instalaciones y áreas en los centros de trabajo - Condiciones de seguridad e higiene Esta norma de seguridad tiene por objetivo establecer las condiciones de seguridad e higiene que deben tener los edificios, locales, instalaciones y áreas en los centros de trabajo para su funcionamiento y conservación, así como para evitar riesgos a los trabajadores. Obligaciones del patrón Entre las obligaciones del patrón, se encuentran las siguientes: Conservar en condiciones de funcionamiento seguro los edificios, locales, instalaciones y áreas del centro de trabajo. Realizar verificaciones oculares periódicas a las instalaciones y elementos estructurales de acuerdo con el programa de la comisión de seguridad e higiene del centro de trabajo, o cuando haya ocurrido un evento que hubiera podido dañarlos. Los resultados de dichas verificaciones deben anotarse en un registro o en la correspondiente acta de la comisión. Contar con un registro del programa de mantenimiento preventivo del sistema de ventilación artificial, que incluya por lo menos las fechas en que se haya realizado el mantenimiento correctivo y el tipo de reparación. Obligaciones de los trabajadores Cooperar en la conservación de las condiciones de funcionamiento seguro de los edificios. Requisitos de seguridad de áreas y elementos estructurales Las áreas deben conservarse limpias y en orden. Las áreas de centro de trabajo, deben delimitarse mediante barandales, o bien con franjas amarillas de por lo menos 5 cm de ancho, de tal manera que se disponga de espacios seguros para la realización de las actividades. Toda instalación que soporte cargas fijas o móviles debe construirse de tal manera que asegure su resistencia a posibles fallas estructurales y probables riesgos de impacto. Requisitos de seguridad de techos, pisos y patios Los techos del centro de trabajo deben de cumplir con lo siguiente: Ser de materiales que protejan de las condiciones ambientales externas e impermeables. Utilizarse para soportar cargas fijas o móviles, sólo si fueron diseñados para estos fines. Contar con un sistema que evite el estancamiento de líquidos. Los pisos del centro de trabajo deben de cumplir con lo siguiente: Mantenerse limpios. Contar con un sistema que evite el estancamiento de líquidos. Ser llanos para que circulen con seguridad los trabajadores y los equipos de trasporte. Los patios del centro de trabajo deben de cumplir con lo siguiente: El ancho de las puertas donde normalmente circulen vehículos y personas debe ser, como mínimo, igual al ancho del vehículo más grande que circule por ellas más 60 cm. y con un pasillo adicional para el tránsito de los trabajadores de por lo menos de 80 cm de ancho, delimitado mediante franjas amarillas. Requisitos de seguridad de escaleras, rampas, escalas, puentes y plataformas elevadas Las escaleras del centro de trabajo deben cumplir con lo siguiente: Tener un ancho constante de por lo menos 56 cm, con variaciones de hasta 3 cm en cada tramo. Cuando tengan descanso, el largo de éste debe ser por lo menos de 90 cm y tener el mismo ancho que las escaleras. En cada tramo de la escalera todas las huellas deben tener el mismo ancho y todos los peraltes la misma altura. Los barandales del centro de trabajo deben cumplir con lo siguiente: En sus lados descubiertos, las escaleras tendrán barandales dispuestos paralelamente a la inclinación de la escalera cumpliendo con: a) Pasamanos de 90 cm + 10 cm. b) Deben de ser continuos, lisos y pulidos. c) Los pasamanos sujetos a la pared deben fijarse por medio de anclas aseguradas en la parte inferior de los pasamanos. d) Las anclas deben estar empotradas en la pared y tener la longitud suficiente para que exista un espacio libre de por lo menos 4 cm entre los pasamanos y la pared o cualquier saliente que interrumpa la continuidad de la cara. Las rampas del centro de trabajo deben cumplir con lo siguiente: Para el tránsito de trabajadores deben tener una pendiente máxima de 10%. No deben tener una altura mayor de 6 m. Cuando estén destinadas al tránsito de vehículos debe ser igual al ancho del vehículo más grande que circule por la rampa más 60cm. Requisitos de seguridad para el tránsito de vehículos Debe de disponerse de espacios libres que permitan la circulación de los vehículos, independientemente de la circulación de los trabajadores. Unidades de Verificación El cumplimiento de esta Norma podrá ser acreditado por las unidades de verificación acreditadas y aprobadas por la STPS. Concordancia con normas internacionales Esta Norma no concuerda con ninguna norma internacional, por no existir referencia alguna al momento de su elaboración. 5.4 ORGANISMOS E INSTITUCIONES CON COMPETENCIA EN PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES A NIVEL INTERNACIONAL Dado que la salud y seguridad de los individuos es un tema de preocupación para todo gobierno y para casi todo individuo, es normal que en un mundo en el que los accidentes y enfermedades de trabajo tienen cifras alarmantes como las presentadas por la Organización Internacional del Trabajo, en las que se estima que 2,256,335 hombres y mujeres tienen accidentes mortales de trabajo, existan diversas organizaciones gubernamentales y no gubernamentales que procuran influir a favor de una cultura de seguridad. Entre ellas encontramos las siguientes: a) Asociación Internacional de Seguridad Social (AISS), cuyo nombre en inglés es International Social Security Association (ISSA). Esta organización fue fundada en 1927, en Bruselas, pero ahora tiene su sede en Ginebra. Su misión, de acuerdo con sus estatutos, es “cooperar, a nivel internacional, en la promoción y el desarrollo de la seguridad social en el mundo […] para mejorar la situación social y económica de la población, basándose en la justicia social”. En la actualidad está conformada por 350 organizaciones e instituciones que administran la seguridad social de 150 países, entre los que se encuentran como afiliados órganos gubernamentales y como asociados organizaciones afines. Las instituciones mexicanas afiliadas a esta organización son el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los trabajadores del Estado (ISSSTE) y el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). El trabajo de la AISS es realizado a través de las siguientes Comisiones Técnicas: prestaciones médicas y del seguro de enfermedades y maternidad; mutualidad; asignaciones familiares; seguro de desempleo y conservación del empleo; prevención de los riesgos profesionales; seguro de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales; seguro de vejez, invalidez y sobrevivientes; cuestiones actuariales y estadísticas; organización y métodos; aspectos jurídicos de la seguridad social; y procesamiento electrónico de datos. Aunque las actividades de prevención siempre han tenido una alta prioridad en la política general de la AISS, esta organización ha creado además de sus comisiones permanentes, una Comisión Especial sobre la Prevención, cuyo objeto es iniciar, coordinar y llevar a cabo actividades internacionales de promoción de la prevención y en particular de promoción de la prevención de los accidentes del trabajo y enfermedades profesionales. La AISS alienta a sus miembros a través de sus conferencias, proyectos, investigaciones y cursos de formación a buscar la seguridad en los centros de trabajo; últimamente, ha desarrollado iniciativas de reflexión acerca de los desafíos y del futuro de la seguridad social. Su dirección electrónica es: http://www.issa.int/esl/Aprop%C3%B3sito-de-la-AISS/Misi%C3%B3n. b) Organización Internacional del Trabajo (OIT), cuyo nombre y siglas en inglés son, respectivamente, International Labour Office (ILO); es un organismo especializado de las Naciones Unidas orientado a fomentar la justicia social y los derechos humanos en el ambiente laboral a nivel internacional en la que trabajan 178 países miembros. Recordemos que en las Naciones Unidas (ONU) se opera mediante la conformación de organizaciones independientes, conocidos como “organismos especializados” que se vinculan mediante acuerdos de cooperación. La OIT fue creada en 1919 como parte del Tratado de Versalles que terminó con la Primera Guerra Mundial y se convirtió en 1946 en el primer organismo especializado de las Naciones Unidas, con sede en Ginebra, Suiza. Es la única agencia de carácter “tripartito” de las Naciones Unidas, pues reúne representantes de gobiernos, empleadores y trabajadores para la elaboración conjunta de políticas y programas, característica que le permite tener una visión integral sobre el trabajo, puesto que incluye sus diferentes perspectivas. Su misión fundadora es la paz laboral, que es esencial para la prosperidad. En la actualidad, la OIT está orientada a favorecer la creación de trabajo “decente” y las condiciones laborales y económicas que permitan a trabajadores y a empleadores su participación en la paz duradera, la prosperidad y el progreso. Para lograrlo, ha considerado esencial desarrollar una “cultura nacional de prevención en materia de seguridad y salud en el trabajo”, mediante la participación activa de los gobiernos, los empleadores y los trabajadores para asegurar un medio ambiente de trabajo seguro y saludable, tal como lo establecen las conclusiones de su Conferencia Internacional del Trabajo de junio de 2003. Esta institución mundial es la responsable de la elaboración y supervisión de las Normas Internacionales del Trabajo, emitidas como convenios o recomendaciones prácticas; por consiguiente, gran parte de su trabajo está orientado a garantizar que éstas sean respetadas, tanto en sus principios como en la práctica, por convencimiento, ya que no son instrumentos obligatorios. Asimismo, presta asistencia técnica, principalmente en los siguientes campos: formación y rehabilitación profesionales; política de empleo; administración del trabajo; legislación del trabajo y relaciones laborales; condiciones de trabajo; desarrollo gerencial; cooperativas; seguridad social; estadísticas laborales; y seguridad y salud en el trabajo. De igual forma, fomenta el desarrollo de organizaciones independientes de empleadores y de trabajadores, además de que les facilita formación y asesoramiento técnico. La información sobre esta organización está disponible en http://www.ilo.org y cuenta además con una página especializada en sus publicaciones o bases de datos, cuya dirección es http://www.ilo.org/public/spanish/index.htm. c) International Commission on Occupational Health (ICOH), nombre que presentamos en inglés primero debido a que este idioma y el francés son los únicos que maneja oficialmente; en español, se puede traducir como Comisión Internacional de Salud Ocupacional. Es una organización internacional, no gubernamental, que tiene como fin contribuir al progreso científico y al conocimiento y desarrollo de la salud y seguridad ocupacional en todos sus aspectos. Fue fundada en Milán en 1906 como la Comisión permanente sobre Salud Ocupacional. Actualmente es una de las sociedades científicas internacionales líderes en el campo de salud ocupacional, la cual tiene como miembros a 2000 profesionales de 93 países. Está reconocida por las Naciones Unidas como una organización no gubernamental (ONG) y mantiene una relación estrecha con la OIT, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y AISS. Su trabajo lo desarrolla a través de 33 comités científicos que atienden diferentes aspectos de la salud laboral, tales como prevención de accidentes, educación y capacitación en salud ocupacional, higiene industrial, desórdenes respiratorios, toxicología ocupacional y visión en el trabajo. Cada uno de ellos propicia el debate en torno a los temas de su especialidad en simposium, elaboran monografías científicas y analizan los trabajos que son presentados en el congreso internacional que esta misma organización convoca cada tres años. Cuenta con una página en Internet, cuya dirección es http://www.icohweb.org. Otras instituciones que a pesar de ser regionales cumplen con una labor importante en la difusión de información relacionada con la seguridad y salud en el trabajo son las siguientes: d) Finnish Institute of Occupational Health (FIOH), en español Instituto Finlandés de Salud Ocupacional, es un instituto internacional de investigación especializado en la seguridad y salud laboral. El instituto funciona en el sector administrativo del Ministerio de Asuntos Sociales y Salud. Fue creado en 1945 y desde entonces lleva a cabo la investigación, difunde información y ofrece los servicios de expertos. La labor de difusión la realiza desde diferentes frentes: la organización de congresos internacionales, que tienen como objeto dar a conocer los resultados de las investigaciones más recientes para que puedan aplicarse en los lugares de trabajo, así como la producción y venta de libros, manuales, material para capacitación, revistas y programas de cómputo, dirigidos tanto a especialistas, como al público en general. El objetivo del instituto es contribuir a que las organizaciones cuenten con un ambiente de trabajo seguro y productivo. Su dirección electrónica es http://www.ttl.fi/internet/english/organization e) Fundación Europea para la mejora de las condiciones de vida y de trabajo (EUROFOUND). Es un organismo de la Unión Europea creado en 1975 para contribuir a la planificación y a la creación de mejores condiciones de vida y de trabajo en Europa. Su sede se encuentra en Dublín, Irlanda, y tiene como funciones, evaluar y analizar las condiciones de vida y de trabajo, emitir dictámenes autorizados y asesorar a los responsables y principales actores de la política social. Su trabajo gira en torno a tres rubros clave: 1. las condiciones de trabajo 2. las condiciones de vida 3. las relaciones laborales La fundación fomenta el intercambio de información y experiencias, facilitando los contactos entre las universidades, las administraciones y las organizaciones encargadas de la vida económica y social de su comunidad. A nivel internacional colabora, lo más estrechamente posible, con los institutos, fundaciones y organismos especializados proveyéndoles, en particular, datos científicos y técnicos que contribuyan a mejorar la calidad de vida laboral. Es importante recordar que en México el organismo encargado de la investigación, asesoramiento técnico y las actividades de colaboración con organismos internacionales en materia de salud y seguridad en el trabajo es el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT), y que la Comisión Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (CNSST) es el órgano colegiado asesor de las Administraciones Públicas en la formulación de las políticas de prevención en esta misma materia. 5.5 LAS COMISIONES DE SEGURIDAD E HIGIENE Las comisiones de higiene y seguridad, de las que ya hemos hablado anteriormente, son grupos o cuerpos de asesoramiento que tienen como misión identificar causas de accidentes, proponer medidas preventivas y vigilar que las que sean aceptadas se cumplan. Estas comisiones bien administradas pueden ser de mucha utilidad para las organizaciones, ya que al estar integradas por trabajadores operativos y ejecutivos, las apreciaciones de cada uno de ellos, al realizarse con perspectivas distintas, se complementan, traduciéndose en propuestas útiles para la prevención y reducción de los riesgos de trabajo. Además, suelen ser una fuente de influencia para que los trabajadores adopten las medidas de seguridad y salud reglamentarias en la empresa, dado que se sienten representados en los niveles de decisión y les motiva que las propuestas de sus compañeros operarios sean aceptadas. También esto, en muchas ocasiones, abre el camino de la comunicación con los empleados, pues es más fácil que cuando se detecte algún desperfecto o se tenga una buena idea que mejore la seguridad, se comente a un compañero para que éste la presente para su análisis. Sin embargo, para que realmente puedan rendir frutos deben ser adecuadamente orientadas, capacitando a sus integrantes para que desarrollen las habilidades necesarias para reconocer riesgos e identificar la viabilidad de las propuestas. En México, la integración y operación de las Comisiones de Seguridad e Higiene está normada legalmente; son tratadas en la Ley Federal del Trabajo, en el Reglamento Federal de Seguridad, Higiene y Medio Ambiente de Trabajo y en la Norma de Seguridad No. 19. Marco legal a) Ley Federal del Trabajo (LFT) Aunque todo lo referente a seguridad en el trabajo se sustenta en el artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, es propiamente la Ley Federal del Trabajo la que trata sobre las comisiones de seguridad e higiene en los siguientes artículos: Artículo132, fracción XXVIII, en el que se estipula que es obligación del patrón participar en la integración y funcionamiento de las Comisiones que deban formarse en cada centro de trabajo. Artículo134, fracción IX, el cual obliga a los trabajadores a integrar los organismos que establece esta Ley. Artículo 509, que a la letra dice: “En cada empresa o establecimiento se organizarán las comisiones de seguridad e higiene que se juzgue necesarias, compuestas por igual número de representantes de los trabajadores y del patrón, para investigar las causas de los accidentes y enfermedades, proponer medidas para prevenirlos y vigilar que se cumplan.” Artículo 510, que establece que las comisiones a que se refiere el artículo anterior serán desempeñadas gratuitamente dentro de las horas de trabajo. b) Reglamento Federal de Seguridad, Higiene y Medio Ambiente de Trabajo (RFSHyMA) Este reglamento define con mayor claridad, en su artículo 126, cuáles son las funciones que tendrán las comisiones, además de remarcar que es obligación de los patrones participar en la integración y funcionamiento de las comisiones de seguridad e higiene en los centros de trabajo, así como dar facilidades para su óptimo funcionamiento (Artículo 17, frac. XIII). Asimismo, se menciona que las Comisiones de Seguridad e Higiene deberán constituirse en un plazo no mayor de treinta días a partir de la fecha de iniciación de las actividades en la empresa o establecimiento y será responsabilidad del patrón registrarlas ante la Secretaría, en los casos que determine la Norma respectiva (Artículo 125). A continuación se transcribe el artículo 126 anteriormente mencionado. ARTÍCULO 126. Las actividades que deben realizar los integrantes de las comisiones de seguridad e higiene, son las siguientes: I. Investigar las causas de los accidentes y enfermedades de trabajo, de acuerdo con los elementos que les proporcione el patrón y otros que estimen necesarios; II. Vigilar el cumplimiento de las disposiciones de este Reglamento, de las Normas aplicables y de las relacionadas con aspectos de seguridad, higiene y medio ambiente de trabajo, que se encuentren establecidas en los reglamentos interiores de trabajo, y hacer constar en las actas de recorrido respectivas las violaciones que en su caso existan; III. Proponer al patrón medidas preventivas de seguridad e higiene en el trabajo, basadas en la normatividad y en experiencias operativas en la materia; y IV. Las demás que establezca la Norma correspondiente La función que deberá tener la STPS respecto a las comisiones de higiene y seguridad se define en los siguientes artículos: Artículo 123. La Secretaría, con el auxilio de las autoridades del trabajo de las entidades federativas y del Distrito Federal, así como con la participación de los patrones, de los trabajadores o sus representantes, promoverá la integración y funcionamiento de las comisiones de seguridad e higiene en los centros de trabajo. Artículo 124. La Secretaría determinará la organización de las comisiones de seguridad e higiene, a través de la Norma correspondiente, de acuerdo a los criterios para determinar el tipo y escala de los centros de trabajo, en los términos de lo dispuesto por el artículo 7º del presente Reglamento. Tal como podemos observar, a la autoridad corresponde promover, supervisar y normar medidas preventivas de seguridad e higiene para las empresas. Para lograrlo, requiere investigar y escuchar opiniones de expertos y de quienes viven día a día esta problemática; por ello, el artículo 512 de LFT prevé la organización de la Comisión Consultiva Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, la cual es presidida por el Secretario del Trabajo y conformada por representantes de la misma Secretaría, la Secretaría de Salud, el IMSS y algunos miembros designados por organizaciones nacionales de trabajadores y patrones. Asimismo, los estados de la República deberán contar con una comisión de igual carácter que analice la situación local, presidida por el gobernador y coordinada por el representante de la STPS, en su carácter de secretario. c) Norma Oficial Mexicana NOM-019-STPS En cumplimiento de lo establecido por el RFSHyMA, la Secretaría del Trabajo emitió, una vez aprobada por el Comité Consultivo Nacional de Normalización de Seguridad y Salud en el Trabajo, la Norma No. 19 que tiene por objeto precisar las características y modalidades de la constitución y funcionamiento de las Comisiones de Seguridad e Higiene. En ella se establecen detalladamente las obligaciones del patrón y de los trabajadores, las condiciones que hay que observar en su constitución, la forma en que deberán estar organizadas y cuál debe ser su funcionamiento. Incluso se presenta la forma en qué será evaluado el cumplimiento de las empresas sobre dicha norma y cómo deben atenderse los asuntos que no estando previstos en esa norma se presenten en alguna empresa. Presentamos a continuación algunos de los puntos importantes de la NOM 19, aunque dada su importancia y claridad recomendamos se consulte la versión completa en http://www.stps.gob.mx/DGSST/normatividad/noms/Nom-019.pdf. Las comisiones de seguridad e higiene deben: Integrarse en un plazo no mayor de treinta días hábiles, a partir de la fecha de iniciación de actividades, considerando el número de centros de trabajo con los que cuente la organización (una comisión de seguridad e higiene por cada centro de trabajo). Contar con su acta de constitución en aquellos centros de trabajo que ya se encuentren laborando y mostrarla a la autoridad laboral cuando se los requiera. Ser formalizadas por el patrón, mediante acta de integración en sesión con los miembros que hayan sido seleccionados, con la representación del sindicato, si lo hubiera. Integrarse de la siguiente manera: centros de trabajo con menos de 15 trabajadores, por un representante de los trabajadores y uno por el patrón. Centros de trabajo con 15 trabajadores o más, debe estar integrada, invariablemente, por un coordinador y un secretario, así como por los vocales que acuerden el patrón o sus representantes, y el sindicato o el representante de los trabajadores cuando no exista la figura sindical. El coordinador será responsable de: a) Presidir las reuniones de trabajo de la comisión; b) Dirigir y coordinar el funcionamiento de la comisión; c) Integrar en el acta de verificación de la comisión, la propuesta de medidas para la prevención de accidentes y enfermedades de trabajo emitidas por los miembros; d) Promover la participación responsable de los integrantes de la comisión y constatar que cada uno de ellos cumpla con las tareas asignadas; e) Presentar al patrón la programación anual de las verificaciones, a fin de integrarlas en el programa de seguridad e higiene de la empresa o en la relación de actividades a cumplir; f) Vigilar que se realicen las investigaciones de las causas de accidentes de trabajo para su análisis e integrar las conclusiones en el acta de verificación, la cual será turnada al secretario; g) Elaborar al término de la verificación, conjuntamente con el secretario, el acta de verificación de la comisión, misma que será validada mediante la firma de todos los que hayan participado en la misma y entregarla al patrón de inmediato; h) Participar conjuntamente con el secretario en las inspecciones de seguridad, higiene y medio ambiente de trabajo que practique la autoridad laboral en el centro de trabajo; i) Coadyuvar con el patrón en asesorar a los vocales y al personal de los centros de trabajo, para la detección de condiciones peligrosas presentes en su medio ambiente laboral; j) Solicitar, previo acuerdo de la comisión, la sustitución de sus integrantes; k) Proponer al patrón, los temas de capacitación necesarios para mejorar el desempeño de la comisión de seguridad e higiene en el trabajo. El secretario será responsable de: a) Mantener bajo custodia copia del acta de constitución, y de la evidencia documental que se genere por la sustitución o cambio de algún integrante, así como de la capacitación de los integrantes de la propia comisión; b) Convocar a los integrantes de la comisión para efectuar las verificaciones programadas; c) Organizar y apoyar el desarrollo de las reuniones de trabajo de la comisión, de acuerdo con el coordinador; d) Integrar al acta de verificación de la comisión, la relación de las violaciones a la normatividad y condiciones peligrosas encontradas en la verificación; e) Integrar al acta de verificación las recomendaciones para la prevención, eliminación o reducción de condiciones peligrosas o actos inseguros que aseguren la integridad de los trabajadores y la protección del medio ambiente de trabajo e instalaciones, con fundamento en la normatividad aplicable y en experiencias operativas en materia de seguridad, higiene y medio ambiente de trabajo; f) Integrar al acta de verificación, los resultados de las investigaciones de incidentes, accidentes y enfermedades de trabajo, así como las recomendaciones que se apliquen para evitar su recurrencia; g) Participar conjuntamente con el coordinador en las inspecciones de seguridad, salud y medio ambiente de trabajo que practique la autoridad laboral en los centros de trabajo; h) Asesorar a los vocales y al personal de los centros de trabajo en la verificación y en la detección de condiciones peligrosas presentes en el mismo; i) Mantener bajo custodia una copia de las actas de verificación por lo menos doce meses más a partir de la terminación del programa anual de verificación, para revisar el seguimiento de las propuestas de medidas para la prevención de incidentes, accidentes y enfermedades de trabajo, así como cualquier documentación que se relacione con la integración, funcionamiento y organización de la comisión; j) Vigilar que los integrantes de la comisión que participaron en la verificación firmen el acta respectiva; k) Conjuntamente con el coordinador, presentar y entregar el acta de verificación al patrón; l) Integrar el programa anual de capacitación para los integrantes de la comisión con los temas en materia de seguridad, higiene y medio ambiente de trabajo que hayan sido aprobados por la comisión de seguridad e higiene, para optimizar el desempeño del grupo. Los vocales serán responsables de: a) Participar en la verificación; b) Detectar y recabar información sobre condiciones peligrosas y necesidades de capacitación y actualización en temas de seguridad, higiene y medio ambiente de trabajo en el área que le designe verificar la comisión a cada uno de ellos; c) Participar en la elaboración del acta correspondiente aportando sus observaciones y las violaciones a las normas que se detectaron durante la verificación; d) Apoyar las actividades de promoción y de orientación a los trabajadores, que se indiquen en el seno de la comisión. Es importante destacar que la representación de los trabajadores debe estar conformada por aquellos que desempeñen sus labores directamente en el centro de trabajo y que, preferentemente, tengan conocimientos o experiencia en materia de seguridad, higiene y medio ambiente de trabajo. Para hacer más comprensible a las comisiones de seguridad e higiene las funciones que deben desarrollar en las verificaciones de seguridad, la STPS ha elaborado un tríptico guía, consúltalo aquí.(o en el Anexo B) Como podemos observar, las Comisiones de Seguridad e Higiene en el Trabajo constituyen uno de los ejemplos más claros de lo importante que es compartir responsabilidad y esfuerzos en la búsqueda del bienestar físico, psíquico y social de los trabajadores, ya que todos los actores no sólo son corresponsables de la seguridad e higiene en el trabajo, sino que también se ven beneficiados, tal como lo menciona el Boletín electrónico “Trabajo seguro” de la STPS, Vol. 3, que a la letra dice: a) Los trabajadores se benefician ya que: Pueden denunciar las desviaciones a la normatividad en seguridad e higiene. Proponen mejorías a los procesos de trabajo. Participan en las actividades de seguridad e higiene. b) El empleador porque: Ayuda al cumplimiento de la normatividad en seguridad e higiene. Vigila el mantenimiento de las instalaciones y maquinaria. Permite la aplicación de políticas de seguridad e higiene. Mayor participación de mandos medios. Mayor participación de los trabajadores en la implantación de programas preventivos de seguridad. Fomenta la información al trabajador. Manejo adecuado del equipo de protección personal. c) El Sindicato: Puede vigilar el cumplimiento de los derechos de los trabajadores en el campo de la seguridad e higiene. d) Las autoridades laborales: A través de sus informes se percatan de los riesgos mayores que están presentes en las empresas y les permite adecuar las acciones correspondientes con mayor efectividad. 5.6 ADMINISTRACIÓN DE LOS RIESGOS DEL TRABAJO: IDENTIFICACIÓN Y MÉTODOS PARA ADMINISTRAR RIESGOS El riesgo de un accidente de trabajo es imposible de eliminar, ya que la combinación de las variables o condiciones que en él interviene puede ser infinita y, por lo tanto, en ocasiones desconocidas para el responsable de la seguridad de una organización, lo que lo imposibilita a garantizar la seguridad en un 100%. Sin embargo, existen diferentes métodos y herramientas, que con el enfoque que la organización quiera imprimirle, permiten reducir la posibilidad de un accidente de trabajo al máximo posible. Para Adolfo Rodella (2002) los métodos para administrar el riesgo son: 1) Su eliminación, situación prácticamente imposible porque toda acción implica un riesgo, aunque a ésta se le reduzcan las condiciones peligrosas. 2) La tolerancia consciente del mismo en función de sus posibles consecuencias o nivel de gravedad. 3) Su transferencia a un tercero, que generalmente suele ser alguna organización aseguradora, pero que también puede tratarse de otra empresa a la cual se traslada por medio de subcontratación (outsourcing) algún proceso o actividad propia de la empresa que implica ciertos riesgos. 4) La prevención, considerado el camino más productivo y eficaz, que consiste en adoptar las medidas que permitan tener un adecuado control de los riesgos para minimizarlos. Tomando en cuenta que la prevención es un camino que siempre conviene tomar, es necesario analizar los diferentes cursos de acción que una organización podrá seguir para establecer los controles que le permitirán encarar el riesgo desde esta perspectiva. Para tal efecto, es necesario tener presente que los accidentes de trabajo pueden tener su origen en tres tipos de factores: los incontrolables, los personales y los de trabajo, pero que sólo en estos dos últimos podrá tener ingerencia el área responsable de la seguridad. Los factores incontrolables son situaciones fortuitas, no manipulables por el hombre, que originan que una persona se vea en riesgo de ser afectada físicamente, como pueden ser un fenómeno natural —un terremoto o un huracán—, ser golpeado por un objeto que viene del exterior de la empresa o un accidente automovilístico causado por personas ajenas a la misma (otro automovilista, por ejemplo). Los factores personales son los que dependen totalmente de la actuación del trabajador, quien puede no actuar de conformidad con las normas de seguridad debido a: 1) condiciones de actitud, originada por elementos tales como rutina, fatiga, presiones, monotonía, alcoholismo o drogadicción, y 2) condiciones de aptitud, debido a deficiencias físicas, fisiológicas o de conocimientos. Ambas propician los actos inseguros, considerados la principal causa de los accidentes. Como ejemplos de estos actos tenemos no usar los equipos de seguridad, no realizar los procesos de conformidad con las normas de protección, colocarse en lugares peligrosos, levantar los objetos de forma incorrecta, etcétera. Los factores del trabajo son las condiciones inadecuadas o inseguras que no están bajo el control total del trabajador y que pueden propiciar un accidente, tales como fallas en la supervisión o en los equipos, condiciones adversas del medio ambiente (por ejemplo, ventilación e iluminación deficiente), empleo de materiales o herramientas defectuosos, falta de orden y limpieza, normas de seguridad inadecuadas, etcétera. Cada uno de estos factores, los personales y los de trabajo, requiere ser atendido de diferente forma para disminuir los riesgos de accidentes. Los factores personales de riesgo pueden reducirse con adecuados sistemas de selección, colocación y capacitación de personal, complementados con campañas de sensibilización y, en última instancia, con medidas disciplinarias. Por lo que respecta a la selección, ahora incluso es posible identificar, a través de pruebas psicológicas, a individuos que pudieran tener cierta propensión a los accidentes de trabajo. Los programas de capacitación pueden incluir, además del entrenamiento convencional sobre las funciones, un énfasis sobre prácticas y procedimientos seguros de las tareas. Los efectos positivos de la adecuada selección, colocación y capacitación pueden ser reforzados por campañas de convencimiento en las que se estimulen los comportamientos seguros mediante la difusión de los avances logrados en materia de seguridad y de los nombres de los empleados que han desarrollado hábitos seguros y que por ello se han hecho acreedores a premios. Finalmente, aunque no debe considerarse nunca entre los principales elementos motivadores de prácticas seguras, no puede soslayarse el establecimiento de medidas o políticas disciplinarias en materia de seguridad, estipuladas generalmente en el reglamento interior de trabajo, las cuales definen el tipo de conductas que se espera, así como las sanciones a que se harán acreedores quienes no las cumplan. La disminución de los riesgos de trabajo por condiciones inseguras requiere de un análisis acucioso de los equipos, maquinaria y procesos empleados, con el objeto de identificar qué fallas pueden originar una situación de riesgo al emplearlos o realizarlos, cuáles son las soluciones alternas y las consecuencias de cada una de ellas, y qué síntomas o indicios pueden alertarnos sobre su ocurrencia; todo ello con el fin de establecer políticas de actuación preventivas. Los métodos para llevar a cabo este análisis se presentan en el inciso siguiente, por el momento sólo hablaremos de qué podemos hacer con esa información. Una vez identificados los orígenes o causas del riesgo, será necesario preguntarse ¿pueden eliminarse o sustituirse?, ¿existen medidas de protección adecuadas?, o ¿solamente podremos advertir de su existencia? Los procedimientos equipos o herramientas riesgosos deben ser analizados permanentemente con objetividad para determinar si es posible eliminarlos o sustituirlos, rompiendo las barreras de la costumbre o el temor hacia lo desconocido, sin detenerse por el costo que esto pudiera representar, recordando que cualquier inversión en la seguridad del personal siempre será redituable y que el nivel de riesgo que en un tiempo fue aceptable para una organización, puede no serlo con el paso del tiempo debido a que las exigencias en este sentido son mayores. Es muy común que los procesos o las máquinas empleados en una empresa son los mismos que hace muchos años atrás sólo por costumbre, pudiendo ser modificados o sustituidos por tecnologías modernas que integran principios de ingeniería que ofrecen mayor seguridad. Cuando un proceso o equipo riesgoso es absolutamente necesario y no puede ser sustituido para aumentar la seguridad, será entones necesario determinar de qué forma puede protegerse al trabajador. Los instrumentos de protección son muy variados, pero en general podríamos hablar de la función que cumplen. Existen equipos para proteger al trabajador del contacto con las máquinas, como son las barreras para mantenerlo fuera de las áreas peligrosas y las cubiertas para elementos de la máquina en movimiento; equipos para protegerlos contra contaminantes del ambiente (polvos, líquidos o gases), como son los purificadores de aire y los suministradores de aire; equipos para protegerlos de lesiones físicas en diferentes partes del cuerpo, como los guantes, las botas, los lentes y los cascos; equipos para disminuir los niveles de elementos del medio ambiente (ruido, luz, frío o calor), como son los tapones para los oídos u orejeras, lentes y trajes térmicos. Es importante tener presente que en la elección de los equipos de protección puede ser orientadora la información de las Normas de Seguridad emitidas por la Secretaría de Trabajo, de las que ya hablamos anteriormente. A manera de ejemplo presentamos sólo algunas de las NOM y su relación con los equipos de protección. NOM Equipos de seguridad (ANEXO 2). Cuando no queda otro remedio más que recurrir a la advertencia, porque no se cuenta con alguna otra condición protectora de los equipos o procesos, se puede recurrir a instrumentos tan simples, como el uso de etiquetas o letreros que recuerden al trabajador los riesgos no controlados por la máquina o proceso, o un poco más sofisticados como el empleo de alarmas audibles o visibles. 5.7. TÉCNICAS ANALÍTICAS PREVIAS Y POSTERIORES AL ACCIDENTE DE TRABAJO Para salvaguardar la salud y vida de los trabajadores, las empresas deben establecer una serie de medidas preventivas y de control que eviten o reduzcan la exposición del trabajador a los agentes físicos, químicos o biológicos, y otras condiciones que son factores de riesgo en el centro de trabajo. La definición de dichas medidas debe ser producto del conocimiento de los procesos, productos, equipos y condiciones ambientales que interactúan en la operación de la empresa y de cómo alguna modificación o alteración de las condiciones puede afectar la salud de los trabajadores. Este conocimiento sólo puede obtenerse a través de la investigación y el análisis, procesos que pueden llevarse a cabo mediante dos caminos que pueden complementarse entre sí. El primero de ellos es la identificación de aquellas condiciones o circunstancias que en la operación diaria podrían desencadenar un accidente aprovechando el conocimiento existente, es decir, relacionando las condiciones que se presentan en la empresa con estudios realizados por otros para identificar situaciones de riesgo de manera anticipada. El segundo consiste en hacer un análisis detallado del accidente para aprender de él. Cualquiera de los dos caminos requiere la aplicación de técnicas analíticas sistemáticas adecuadas que permitan obtener información objetiva y clara. Técnicas analíticas para la reducción del riesgo de trabajo previas al accidente Las técnicas analíticas del riesgo previas al accidente están basadas en el conocimiento detallado del trabajo, de sus procedimientos y de los equipos o instrumentos que requiere. Las técnicas empleadas para obtener información sobre ellos son tres: la observación y análisis del trabajo, el análisis de los procesos y las inspecciones de seguridad. Observación y análisis del trabajo. El paso inicial que debe darse es conocer el trabajo en acción; para ello es necesario realizar una observación comprensiva del mismo, lo que suele facilitarse si se sigue un procedimiento previamente establecido, que generalmente consista en lo siguiente: 1) La determinación de los puestos a analizar: Deben elegirse aquellos puestos que de alguna manera se consideran riesgosos, ya sea porque se han presentado repetidos accidentes en su operación, ya sea porque se considera que la probabilidad de que ocurran es alta. 2) Definir qué trabajadores serán observados. Para este caso específico, dado que es muy importante identificar los problemas, deben elegirse aquellos trabajadores que hayan tenido algún accidente, que suelan tener resultados deficientes o que tengan poco tiempo en el puesto. 3) Preparar instrumentos que permitan registrar ordenadamente y con mayor facilidad las observaciones. 4) Observar el trabajo y registrar cada detalle, por pequeño que éste sea, que pudiera desencadenar un riesgo. Es importante que esta actividad se realice con discreción, procurando no intervenir en el desempeño de las funciones del trabajador, al mismo tiempo de tratar de pasar inadvertido para no influir en el desempeño del trabajador. El número de observaciones requeridas dependerá de la diversidad de tareas que tenga el trabajo y del tiempo requerido para completarlo. 5) Revisar los resultados de la observación con los trabajadores para que puedan emitir su opinión y complementar la información. Dado que en los registros aparecerán situaciones difíciles, será recomendable que se establezca un reforzamiento positivo en esta entrevista. 6) Analizar la información con el objeto de identificar condiciones riesgosas y el origen de las mismas. Análisis de procesos. Esta técnica inicia también con la selección de los trabajos por estudiar, en la que se deben seguir los mismos criterios que en el punto uno del método anterior. El siguiente paso es la identificación de las tareas críticas o definitorias que lo componen y las actividades que deben realizarse en cada una de ellas. Una vez definidas las tareas, cada una de ellas requiere ser analizada exhaustivamente para identificar qué posibles fallas podrán presentarse en su realización y sus posibles consecuencias, considerando desde luego cada uno de los factores que intervienen en el proceso: las personas, el equipo, los instrumentos y el ambiente en que se desarrolla. Es decir, cada factor debe analizarse integralmente, por ejemplo, para el equipo que se emplea debe identificarse cuáles pueden ser sus posibles fallas, la probabilidad de que ocurran, sus causas, sus consecuencias y qué podría alertar su ocurrencia; lo mismo debe hacerse con las personas, los instrumentos y el ambiente. El paso final consiste en definir de qué manera pueden ser resueltas estas fallas. Para mayor claridad presentamos un ejemplo de la estructura de un reporte de este tipo de estudios. Cuadro 5.13 Documento de trabajo para analizar las tareas Los procesos analíticos y predictivos que se realizan en las dos últimas etapas del análisis de procesos son determinantes para el estudio, por lo que suelen realizarse mediante distintos modelos causales de fallas inductivos, como son el análisis preliminar del riesgo (PHA- Preliminary Hazard Analysis), las listas de verificación (Check List), el estudio de los riesgos y operabilidad (HAZOP Hazard and Operability Studies) y el análisis de riesgos de errores (FHA Fault Hazard Analysis). Dadas las características de este tipo de métodos, su aplicación requiere de sólidos conocimientos de ingeniería y ergonomía, de la disposición de información detallada sobre los productos, de las propiedades de las sustancias y las condiciones ambientales, así como de la realización de pruebas prácticas para poder identificar la forma y efecto de las posibles fallas, por lo que deben ser encargados a especialistas. Unas herramientas muy útiles para estos trabajos de análisis es el informe de las pruebas realizadas por el fabricante, que puede solicitarse al adquirir el producto, y la información de las normas de seguridad emitidas por la Secretaría de Trabajo y por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Aunque no es objeto del curso que los alumnos aprendan a aplicar o desarrollar modelos causales, conviene tener una idea de en qué consisten y cómo se llevan a cabo, lo cual puede hacerse consultando el artículo del Boletín del Instituto de Investigaciones Eléctricas en la siguiente dirección: http://www.iie.org.mx/boletin012007/act.pdf Inspecciones de seguridad. De conformidad con la normatividad legal, esta técnica analítica debe invariablemente incluirse como una de las actividades que deben desempeñar las Comisiones Mixtas de Seguridad. Además de estas inspecciones de carácter colectivo, conviene realizar inspecciones individuales a diferentes niveles organizacionales. En el nivel operativo se deben establecer rutinas de inspección adecuadas a las características de los diversos procesos, de manera que dependiendo de las características de éstos se determinará qué es lo que se revisará (por ejemplo, qué máquinas, herramientas, instalaciones, materias primas y materiales, equipos de seguridad, etc.) y con qué periodicidad. Así, por ejemplo, habrá ciertas máquinas o herramientas que el operador de las mismas deba inspeccionar diariamente, mientras que existirán otras, por ejemplo, extinguidores y demás implementos contra incendio que quizás deban revisarse cada mes. Los supervisores también deben llevar a cabo inspecciones que les permitan identificar si los equipos, los instrumentos de seguridad y los trabajadores operan de conformidad con las normas establecidas. Asimismo, en nivel asesor, son necesarias las inspecciones de los especialistas de seguridad para que realicen chequeos con mayor rigurosidad para detectar irregularidades. Una de las ventajas de las inspecciones es que al observar las rutinas normales de trabajo permiten advertir peligros, pero es importante tener presente que para que realmente puedan generar información útil y confiable, que en realidad ayude a disminuir los riesgos de trabajo, será necesario que cumplan una serie de condiciones y lineamientos, que se listan a continuación: La determinación de los factores o aspectos a verificar deben ser producto del análisis de los trabajos y procesos. Contar con estándares de seguridad previamente establecidos y con los instrumentos apropiados para comprobarlos. Definir la periodicidad con la que deban llevarse a cabo dichas inspecciones de acuerdo con las características de los procesos, de los equipos e instrumentos y la normatividad legal y de la empresa. Que cubran todas las áreas de la empresa. Que se lleve un registro de las prácticas o condiciones inseguras que se observen y se le dé seguimiento a su atención. Que se clasifiquen e identifiquen los niveles de riesgo de cada una de las observaciones para establecer prioridades de atención. Las inspecciones son instrumentos de control de una gran utilidad en la reducción de accidentes y enfermedades de trabajo, las cuales requieren de una fuerte inversión de tiempo y esfuerzo; por lo tanto, corresponde a los administradores de la seguridad e higiene hacer que este proceso se realice de la forma más ágil posible para que no resulte un proceso fastidioso que los empleados realicen con apatía. Para ello resulta conveniente preparar documentos que faciliten el trabajo de revisión y de reporte, con lo cual no sólo se reducen los tiempos, sino que se asegura que no se omitan detalles en el proceso. Técnicas analíticas para la reducción de riesgos de trabajo posteriores al accidente Estas técnicas se emplean para identificar las causas de los accidentes con el objeto de aprender de ellos y definir medidas de seguridad que permitan evitar que se repitan. Así, se busca definir qué fallas mecánicas, de supervisión o de capacitación de los trabajadores provocaron el accidente, considerando que las causas pueden ser alguno de estos tipos de fallas o la combinación de dos o más de ellas. El análisis integral de los accidentes comprende cuatro aspectos: 1) la identificación de sus posibles causas, 2) la determinación de sus consecuencias o lesiones causadas, 3) la determinación del tipo de accidente, y 4) la determinación de la frecuencia con la que ocurre. Las técnicas que suelen emplearse para su análisis son Reconstrucción de los hechos, Registro y clasificación del accidente y Análisis estadístico. Reconstrucción de los hechos. El punto de partida lógico del análisis del accidente es situarse en el lugar en el que éste sucedió para tratar de reconstruir los hechos que lo precedieron y los que se dieron en el momento mismo en el que sucedió. Para ello, será importante que no se mueva nada, que todo se deje tal y como estaba en el momento en que el accidente sucedió. En el sitio será necesario inspeccionar el área y recrear la situación vivida, lo cual requiere de la colaboración del accidentado y de los compañeros que lo presenciaron, razón por la cual es necesario que este acto se realice de manera cordial, sin tratar de incriminar a nadie, porque si los trabajadores sienten algún temor de que se les identifique como culpables tratarán de ocultar o falsear aquella información que los ponga en riesgo, lo que podría impedir la identificación de las causas y, por ende, la definición de medidas preventivas. Siempre se deberá tener presente que no hay nada más valioso que la salud y que prevenir accidentes siempre será más importante que encontrar culpables. Para lograr la mayor colaboración de los implicados en el accidente es conveniente hacerles comprender la importancia que tiene para ellos mismos y para sus compañeros la identificación de las causas. Asimismo habrá que ayudarles a rememorar lo sucedido, para lo cual se puede recurrir a un análisis cronológico hacia delante, partiendo del momento mismo en el que se hayan iniciado las actividades, sin importar que esto haya sido mucho tiempo antes, pues con el simple hecho de no detenerse en los sucesos no relevantes será suficiente, pues el trabajador recordará con mayor facilidad. Esto puede hacerse de una manera más sencilla si se ayuda con preguntas concretas, definidas con anticipación sobre los posibles puntos clave que pudieran haberse presentado. Es importante que en el proceso de reconstrucción se incluya todo aquello que se haya oído o visto. Una vez que el relato se haya concretado, deberá revisarse la información anotada, junto con el relator, para corroborar que todo se haya interpretado correctamente, ya que esta información será la base del análisis del accidente. La reconstrucción del accidente puede ser complementada con un examen minucioso, en ocasiones hasta con pruebas de laboratorio, de las maquinarias y herramientas empleadas, ya que como se ha mencionado anteriormente, los accidentes pueden surgir como consecuencia de condiciones peligrosos que no se identifiquen a simple vista, como puede ser piezas defectuosas o desgastadas. Registro y clasificación del accidente. Esta técnica es sencilla y no debe requerir mucho tiempo si se cuenta con instrumentos que la faciliten, ya que simplemente consiste en ordenar y anotar en un formato guía lo sucedido; dicho formato contiene los aspectos más importantes a observar de un accidente. Lo importante de este ejercicio es que obliga a quien llena el formato o informe a desglosar y entender los hechos, proceso que suele auxiliarse de la técnica de clasificación o elección de alternativas, como en el ejemplo siguiente. Cabeza Ojos Cara m. Peligros inevitables o de carácter incontrolable. l. Violación a las reglas de seguridad. k. Descuido atribuible al trabajador. j. Ropa impropia. i. Falla en el uso de protectores. h. Falta de adaptabilidad mental o física al trabajo. g. Mala Supervisión f. Condiciones de trabajo inseguras. e. Equipo inseguro o defectuoso. d. Herramienta insegura o defectuosa. c. Maquinaria sin guardas o defectuosas. b. Mala protección contra incendio. TIPO DE ACCIDENTE a. Construcciones Peligrosas. PARTES DEL CUERPO LESIONADAS CAUSAS DE LOS ACCIDENTES REPORTE MENSUAL CON TIEMPO PERDIDO Fecha: Octubre 2007 Original: DIRECCIÓN GENERAL c. c. COMITÉ DE SEGURIDAD INDUSTRIAL 1. Golpe contuso en contra de Algún Objeto. 2. Golpe contuso recibido por el trabajador. 3. Prensado en, entre o por. 4. Caída al mismo nivel. 5. Caída de un nivel a otro. Brazos Tronco 6. Esfuerzo excesivo o torceduras. 7. Personas expuestas a temperaturas extremas. 8. Inhalación, absorción o ingestión. Manos Dedos Piernas 9. Choque eléctrico. 10. Quemaduras por sustancia Química. 11. Explosión. 12. Otras causas no especificadas. Pies TOTAL . Cuadro 5.14 Ejemplo de un formato de reporte de accidentes de trabajo Los aspectos mínimos que deberá contener el informe sobre el accidente son los siguientes: a) Datos situacionales, como son el lugar y el momento en que sucedió, los datos del lesionado y de quién estuviera a su mando. b) Descripción de los hechos. c) Identificación de sus posibles causas (los agentes físicos, químicos o biológicos que intervinieron, los actos o condiciones que lo generaron y el factor personal de inseguridad). d) Las consecuencias y su gravedad. e) La forma en que se dio. f) Medidas preventivas sugeridas. Con el objeto de facilitar la identificación de las causas de los accidentes laborales, la Organización Internacional del Trabajo ha emitido una clasificación de accidentes de trabajo que puede servir de guía y que se muestra a continuación. 1.- Caída de personas. 2.- Caída de objetos. 3.- Pisada de objetos, golpes contra objetos y golpes dados por un objeto (excepto la caída de objetos). 4.- Aprisionamiento en un objeto o entre objetos. 5.- Esfuerzos excesivos o falsos movimientos. 6.- Exposición a la temperatura extrema o contacto con tales temperaturas. 7.- Exposición a la corriente eléctrica o contacto con la misma. 8.- Exposición a sustancias nocivas o a radiaciones, o contacto con unas u otras. 9.- Otras formas de accidentes no clasificadas bajo otros epígrafes, incluidos los accidentes por falta de datos suficientes. Cuadro 5.15 Clasificación de los accidentes del trabajo según la forma del accidente. Fuente Organización Internacional del Trabajo. 1.- Máquinas a) Generadores de energía, excepto motores eléctricos. b) Sistemas de transmisión. c) Máquinas para el trabajo de metales. d) Máquinas para el trabajo de la madera y de otras materias similares. e) Maquinaria agrícola. f) Máquinas para el trabajo en las minas. g) Otras máquinas no clasificadas bajo otros epígrafes. 2.- Medios de trasporte y de elevación. a) Aparatos elevadores. b) Medios de trasporte por vía férrea. c) Medios de trasporte rodantes, excepto los trasportes por vía férrea. d) Medios de transporte por aire. e) Medios de transporte por agua. f) Otros medios de transporte. 3.- Otros aparatos y equipos. a) Recipientes de presión. b) Hornos, fogones, estufas. c) Plantas refrigeradoras. d) Instalaciones eléctricas, incluidos los motores eléctricos, pero con exclusión de las herramientas eléctricas manuales. e) Herramientas eléctricas manuales. f) Herramientas, instrumentos y utensilios, excepto las herramientas eléctricas manuales. g) Escaleras de mano y rampas móviles. h) Andamios. i) Otros aparatos y equipo no clasificados bajo otros epígrafes. 4.- Materiales, substancias y radiaciones. a) Explosivos. b) Polvos, gases, humos, líquidos y productos químicos, excepto los explosivos. c) Fragmentos volantes. d) Radiaciones. e) Otros materiales y substancias no clasificados bajo otros epígrafes. 5.- Ambiente de trabajo. a) Exterior. b) Interior. c) Subterráneo. 6.- Otros agentes no clasificados bajo otros epígrafes. a) Animales. b) Otros agentes no clasificados bajo otros epígrafes. Cuadro 5.16 Clasificación de los accidentes del trabajo según el agente material. (Causas). Fuente. Organización Internacional del trabajo 1.- Fracturas. 2.- Luxaciones. 3.- Torceduras y esguinces. 4.- Conmociones y traumatismos internos. 5.- Amputaciones y enucleaciones. 6- Otras heridas. 7.- Traumatismos superficiales. 8.- Contusiones y aplastamientos. 9.- Quemaduras. 10.- Envenenamientos agudos e intoxicaciones agudas. 11.- Efectos de las inclemencias del tiempo y de otras causas externas. 12.- Asfixias. 13.- Efectos nocivos de la electricidad. 14.- Efectos nocivos de las radiaciones. 15.- Lesiones múltiples de naturalezas diferentes. 16.- Otros traumatismos y traumatismos mal definidos. Cuadro 5.17 Clasificación de los accidentes del trabajo según la naturaleza de la lesión. (Consecuencias). Fuente. Organización Internacional del trabajo. 1.- Cabeza. 2.- Cuello. 3.- Tronco. 4.- Miembro superior. 5.- Miembro inferior. 6- Ubicaciones múltiples. 7.- Lesiones generales. 8.- Ubicación no precisada. Cuadro 5.18 Clasificación de los accidentes del trabajo según la ubicación de la lesión. Fuente. Organización Internacional del trabajo. Esta técnica de análisis de un accidente, además de ser la base para el análisis estadístico que revisaremos a continuación, es un proceso al que obliga la normatividad legal del país (artículo 498 de la LFT y la NOM-021-STPS), tal como lo vimos en el punto 5.3, Marco legal. Existe incluso un machote o formato para su presentación en la norma correspondiente, el cual puede consultarse en la siguiente dirección electrónica: http://www.stps.gob.mx/DGSST/normatividad/noms/Nom- 021.pdf. Análisis estadístico. Esta técnica consiste en compilar y organizar de manera sistemática la información sobre accidentes de trabajo para analizarla cuantitativamente, identificar condiciones generales, así como establecer la relación entre las diferentes variables que intervienen en la seguridad laboral, determinando indicadores que orienten hacia dónde deban dirigirse los esfuerzos de las empresas para mejorar la seguridad. Al realizar este análisis de manera constante, la empresa puede hacer comparaciones e identificar variaciones positivas o negativas que le permita observar el éxito o fracaso de las medidas de seguridad. Además, si el seguimiento de los accidentes se lleva a cabo conforme a un perfil general o de condiciones análogas en este tipo de estudios, como el establecido por el IMSS, se pueden realizar comparaciones entre los resultados de una empresa y las de su misma rama económica para determinar la posición que se guarda en materia de seguridad en el mercado laboral. Esta información puede ser un buen parámetro para que los responsables de la seguridad y salud puedan valorar el trabajo realizado y definir medidas de acción; sin embargo, si se emplean estadísticas oficiales, es importante tener presente que la fuente de información son los dictámenes de incapacidad y que algunos casos son ocultados por los patrones con el fin de no afectar su grado de siniestralidad. Por lo tanto, de ser posible, deberán emplearse como punto de comparación estadísticas elaboradas con el único fin de identificar las condiciones de seguridad existentes, como pueden ser las elaboradas por las asociaciones de empresarios o profesionales. Para que las estadísticas sean comparables deben ser consistentes, por lo que es importante establecer algunos principios: Clasificar los accidentes de manera uniforme, para lo cual puede emplearse la clasificación de la OIT. Unificar los métodos para calcular los índices empleados (gravedad, frecuencia, días perdidos, etc.). Unificar criterios en los reportes. Emplear variables comunes a las de las estadísticas nacionales e internacionales que faciliten las comparaciones entre las que se encuentran: causas, consecuencias, tipo y frecuencia de ocurrencia de los accidentes, su distribución a lo largo de la jornada de trabajo o de los días de la semana, así como su comportamiento según las características del trabajador (edad, antigüedad y capacitación). Dentro de las normas de seguridad y salud recomendadas por la OIT se encuentran el establecimiento de indicadores de seguridad que como mínimo deben tener las empresas. Siguiendo las recomendaciones de la OIT a nivel internacional y los requerimientos del Seguro Social, los indicadores de seguridad que mínimamente deben manejarse en las empresas son el índice de frecuencia y el índice de gravedad de los accidentes trabajo. Aunque las dos instituciones coinciden en los indicadores, las fórmulas empleadas para calcularlos son diferentes debido a que tienen finalidades diferentes. De acuerdo con las normas internacionales el índice de frecuencia (F) se calcula multiplicando el número de casos de accidentes por un millón de horas de trabajo con exposición al riesgo (el millón es una constante previamente establecida) y dividiendo entre el total de horas-hombre de exposición riesgo de la empresa. número de accidentes * 1 000 000 F= Total de horas- hombre de exposición al riesgo Ejemplo. Una empresa con 500 trabajadores que en promedio laboran 50 semanas al año, 40 horas diarias y que tuvo 50 accidentes en el año, tendría el siguiente índice de frecuencia. Total de horas- hombre de exposición al riesgo = 500 trabajadores * 50 semanas * 40 horas diarias F= 50 * 1 000 000 1 000 000 = 50 000 000 1 000 000 = 50 Lo que significa que en esta empresa ocurrieron 50 accidentes de trabajo por cada 1,000,000 de horas trabajadas. Para el Seguro Social, el índice de frecuencia es la probabilidad de que ocurra un accidente en un día de trabajo y se calcula dividiendo el número de casos en el año, entre el número de trabajadores que en promedio están expuestos al riesgo en el año por el número de días laborables por año. F= Número de casos de accidentes Número de trabajadores promedio expuestos al riesgo * 300 Tomando el mismo ejemplo los resultados son los siguientes. F= 50 500*300 = 50 150 000 = 0.00033 Lo cual indica que la probabilidad de que ocurra un accidente en esta empresa en un día es de 0.033%. El índice de gravedad, conforme a las normas internacionales, se estima de la misma forma que el índice de frecuencia, sólo que se toma como base los días que necesitan los accidentados para recuperarse, es decir los días de incapacidad. La fórmula es la siguiente: número de días de incapacidad * 1 000 000 G Total de horas- hombre de exposición al riesgo Retomando el ejemplo anterior, considerando que los días de incapacidad requeridos fueron 300, tendríamos un índice de gravedad como el que sigue. F= 300 * 1 000 000 1 000 000 = 300 000 000 1 000 000 = 300 Con lo que se concluye que en un año se perdieron 300 días de trabajo por cada 1000 000 de horas laboradas; es decir, 0.3 días por cada 1000 horas de trabajo. Es importante tener presente que el índice de gravedad se ve fuertemente afectado cuando, como consecuencia del accidente, se pierde algún miembro o fallece algún trabajador, ya que en este caso el número de días de incapacidad se incrementa conforme a una tabla internacional en la que se convierte el porcentaje de incapacidad permanentes parciales a días de incapacidad. Empleando la tabla de incapacidades laborales de la American Standards Association, retomaremos el ejercicio con el que hemos estado trabajando, considerando que a los accidentes ocurridos se agrega uno más (51 en lugar de los 50) y que este último accidente tuvo como consecuencia el deceso de un trabajador, por lo que de acuerdo a la tabla de la American Standars correspondería agregar 6000 días de incapacidad; con esta información los resultados serían los siguientes: F= 6 300 * 1 000 000 1 000 000 = 6 300 000 000 1 000 000 = 6 300 Lo que indica que en este caso se considerarían perdidos 6300 días de trabajo por cada 1000000 de horas laboradas, es decir 6.3 días por cada 1000 horas de trabajo. El índice de frecuencia sería F= 51 * 1 000 000 1 000 000 = 51 000 000 1 000 000 = 51 Como puede observarse, un accidente más no afecta en gran medida el índice de frecuencia, pero la tasa de gravedad si se eleva considerablemente, dada la magnitud de la consecuencia. Determinar el índice de gravedad conforme a los lineamientos del Seguro Social es más complicado, pero tiene la gran ventaja de no requerir ninguna tabla de conversión. La fórmula empleada es la que sigue: 300 * [(S/365) + V * (I+D)] G= N En donde: 300= el número estimado de días laborables por año S = Total de días de incapacidad temporal 365 = días naturales del año V = 28 (años de vida laboral de un individuo) I = suma de los % de las incapacidades permanentes parciales y totales, divididas entre 100 D = número de defunciones F = 2.3 (que es el factor de prima de riesgos de trabajo) N = Número de trabajadores expuestos al riesgo M = 005 (prima mínima de riesgo) Volviendo al ejemplo tendríamos los siguientes resultados: G 300*[ (300/365)+ 28*(0+1)] 500 = 8 646.58 500 = 17.29 Lo que indica que el tiempo promedio perdido por riesgos de trabajo es de 17.29 días Hemos visto una serie de técnicas que permiten analizar las condiciones de seguridad de las empresas, ofreciendo información muy valiosa para salvaguardar la salud de los trabajadores. Por lo tanto, esta información no debe quedar guardada en un cajón, se debe hacer del conocimiento de los trabajadores para concientizarlos de la importancia que tiene el cumplimiento de las medidas de seguridad, la vigilancia de sus máquinas y herramientas, y su actitud. La seguridad requiere de un trabajo conjunto entre autoridades y trabajadores, por lo que la mejor forma de obtener la participación de estos últimos es manteniéndolos informados. Las condiciones y prácticas inseguras no podrán corregirse por simple obligatoriedad, requieren del convencimiento de los involucrados. 5.8 MEDICINA DE TRABAJO, PREVENCIÓN DE ENFERMEDADES PROFESIONALES Aunque desde el siglo XVI, derivados de la actividad minera que se encontraba en auge en aquellos tiempos, surgieron algunos estudios aislados sobre las enfermedades respiratorias relacionadas con esta actividad, y algunos otros con la orfebrería. La medicina del trabajo tiene su origen en los albores del siglo XVIII, cuando Bernardino Ramazzini, médico italiano, considerado el padre de esta disciplina por la aportación de su trabajo, publicó su obra titulada “The Diseases of Workers” (Las enfermedades de los trabajadores), en la que presenta los resultados de sus investigaciones sobre 43 diferentes empleos, a los que relaciona con algunas enfermedades. En su trabajo Ramazzini establece que son dos las causas de las enfermedades del trabajo. La primera es el manejo de materiales que pueden causar daño; la segunda es los movimientos violentos o irregulares y las posturas no naturales. Estos estudios, que este mismo investigador incrementó a 55, han seguido creciendo y evolucionado, a lo largo de más de 300 años, en los que han surgido nuevas sustancias químicas, más riesgos psicosociales, mecánicos y biológicos, así como nuevas formas de organización del trabajo. Se estima que para 1955 existían estudios sobre 2000 enfermedades nuevas de vinculación directa con el trabajo y que en la actualidad existen estudios de más de 5000 enfermedades derivadas del trabajo. La evolución de la ciencia médica aplicada al trabajo también ha sido impulsada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), organismo que, a raíz de los acuerdos de paz de Versalles, creó la sección de higiene en el trabajo, que ha llevado a discusión y análisis el tema de las enfermedades laborales en diversas reuniones de trabajo de la organización, en las que se han generado aportaciones valiosas para mejorar la salud de los trabajadores. Tal como lo expresan Gomero R, et al (2006), en sus inicios, la Medicina del Trabajo tuvo una visión asistencial dirigida a la prestación de primeros auxilios y hospitalización especializada en la evaluación de los daños biológicos sufridos, con una perspectiva puramente clínica o quirúrgica, enfocada al tratamiento y rehabilitación de los casos de invalidez, es decir encargada de vigilar la salud de los trabajadores, dejando a un lado el aspecto de la prevención de las enfermedades laborales. A partir de la segunda mitad del siglo pasado, las cosas cambiaron, el número de casos de enfermedades ocupacionales derivadas de la ampliación en las actividades productivas y el impulso de organizaciones sociales, como la OIT, llevaron a la medicina del trabajo a reorientar sus esfuerzos hacia la prevención como eje central, sin que por esto se descuidara la atención médica. En el año 1950, el Comité de Higiene y Seguridad de la OIT y la Organización Mundial de la Salud (OMS) definen a la medicina del trabajo como la actividad médica encargada promocionar y mantener el mayor grado de bienestar físico, mental y social de los trabajadores en todas las profesiones, frente a todo tipo de riesgo. Se dice que es entonces cuando la medicina del trabajo se convierte en una disciplina científica, a la que incluso se le comienza a conocer con el nombre de Medicina Ocupacional y del Medio Ambiente. La Medicina del Trabajo o Medicina Ocupacional y del Medio Ambiente se complementa con otra disciplina con la que suele confundirse, la Salud Ocupacional, ya que tienen el mismo origen y forma de construcción del conocimiento, pero que la única línea que las diferencia es el fin que persiguen. La Medicina del trabajo es una rama de la medicina que tiene como objeto de estudio la enfermedad, cómo atenderla y prevenirla, para lo cual requiere del análisis de su relación con las condiciones de trabajo. La Salud Ocupacional tiene como objeto de estudio la salud y los factores que pueden alterarla, dentro y fuera del ambiente laboral, busca identificar las causas que hacen que prevalezcan las enfermedades ocupacionales, como un problema de salud pública, para definir las estrategias de control y prevención requeridas para contar con una población más sana. Sean una sola o dos disciplinas diferentes, lo importante es que sus investigaciones están orientadas a la prevención y disminución de enfermedades y accidentes de trabajo, como podemos observarlo en sus definiciones. Para el Colegio Americano de Medicina Ocupacional y Ambiental, (American College of Occupational and Environmental Medicine COEM), la medicina ocupacional es “La especialidad médica dedicada a la prevención y manejo de las lesiones, enfermedades e incapacidades ocupacionales y ambientales, de la promoción de la salud y de la productividad de los trabajadores, sus familias y comunidades”.2 De acuerdo con la Comisión Internacional de Salud Ocupacional, el objetivo de la salud ocupacional es promover y proteger la salud de los trabajadores, mantener y mejorar su capacidad y habilidad para el trabajo, contribuir al establecimiento y mantenimiento de un ambiente seguro y saludable para todos, así como promover la adaptación del trabajo a las capacidades de los trabajadores, teniendo en cuenta su estado de salud.3 La evolución de la medicina del trabajo en el mundo y especialmente en nuestro país, a lo largo de la historia ha permitido mejorar la calidad de vida de muchos trabajadores y salvar la vida de muchos otros, no solamente porque se han creado tratamientos alternativos y se han implementado programas de prevención, sino porque al demostrar la relación existente entre enfermedad y trabajo, ha contribuido a la creación de leyes protectoras de los trabajadores. Leyes que además de asegurar atención médica especializada y de calidad para los trabajadores, han 2 Definición establecida en la misión del Colegio. Definición tomada del Código internacional de ética para los profesionales de la salud ocupacional, 2002. 3 contribuido a la protección de sus familiares y han obligado al patrón ha proteger la salud de sus trabajadores. Como respuesta a la normatividad legal laboral, desde hace años se han formado instituciones de salud para los trabajadores como son el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). El Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores al Servicio del Estado (ISSSTE) y en algunos estados, instituciones locales estatales, que cumplen dos funciones importantísimas en el país, por un lado prestar todos los servicio en materia de salud a la clase trabajadora del país, y por otro, han contribuido a la generación de conocimiento preventivo de salud ocupacional. En la actualidad, la medicina del trabajo tiene una cobertura integral que comprende: la evaluación médica pre-empleo, la evaluación periódica de la salud del trabajador, la vigilancia médica, el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades derivadas del trabajo, los accidentes laborales y extralaborales, la rehabilitación, la educación de los trabajadores hacia la identificación y control de los riesgos potenciales para la salud, la implementación de programas para el uso apropiado de equipos de protección personal, evaluaciones toxicológicas, evaluación e inspección de los lugares de trabajo, programas de inmunización contra enfermedades prevenibles, evaluación bioestadística y epidemiológica, interpretación médica y participación en regulaciones en salud y seguridad, preparación para desastres y asistencia en la rehabilitación de los trabajadores con problemas de adicción. 5.9 LA IMPORTANCIA DE LOS SEÑALAMIENTOS DENTRO DE UNA EMPRESA Como ya hemos mencionado anteriormente, el principal objeto de identificar los riesgos de trabajo existentes en una empresa es la prevención de los mismos. La utilización de señalamientos, tales como letreros, signos, colores y rótulos son medidas que nos ayudan a identificar y por ende a reducir de manera importante los riesgos de trabajo. Es muy importante elaborar estos señalamientos conforme a normas aceptadas mundialmente y capacitar a los trabajadores para entender el lenguaje de la señalización. De hecho, en la NOM-026-STPS-1998, Colores y señales de seguridad e higiene, e identificación de riesgos por fluidos conducidos en tuberías, se señala como obligaciones para el patrón seguir los códigos que en ésta se establecen en el empleo de los colores y la elaboración de las señalizaciones, así como también capacitar a los trabajadores para su adecuada interpretación. Las señales de seguridad tienen el objeto de atraer la atención de los trabajadores para que cumplan lo que en ellas se especifica o advierte, por lo que deben ser claras y de fácil interpretación. Es precisamente para facilitar su interpretación que deben elaborarse apegándose a las normas oficiales preestablecidas, en las cuales se estipulan los colores, las formas y los símbolos que pueden emplearse. a) Tipos de señales Señal de prohibición. Aquella que veda un comportamiento susceptible de provocar un peligro. De acuerdo con la Nom. 26, estas señales deben tener forma geométrica circular, fondo en color blanco, bandas circular y diagonal en color rojo y símbolo en color negro. Señal de advertencia. La que avisa de un riesgo o peligro. De acuerdo con la Nom. 26, estas señales deben tener forma geométrica triangular, fondo en color amarillo, banda de contorno y símbolo en color negro. Señal de obligación. La que impone un comportamiento determinado. De acuerdo con la Nom. 26, esta debe tener forma circular, fondo en color azul y símbolo en color blanco. Señal de salvamento o de socorro. Es aquella que proporciona indicaciones relativas a las salidas de emergencia, a los primeros auxilios o a los dispositivos de salvamento. Conforme a la Nom. 26, deben tener forma geométrica rectangular o cuadrada, fondo en color verde y símbolo y flecha direccional en color blanco. La flecha direccional podrá omitirse en el caso en que el señalamiento se encuentre en la proximidad del elemento señalizado. Señal en forma de panel. Señal que, mediante la combinación de una forma geométrica, de colores y de un símbolo o pictograma, proporciona una determinada información, cuya visibilidad está asegurada por una iluminación de suficiente intensidad. Señal adicional. La utilizada junto a otra señal para facilitar informaciones complementarias. Color de seguridad. Color al que se atribuye una significación determinada en relación con la seguridad y salud en el trabajo. Símbolo o pictograma. Imagen que describe una situación u obliga a un comportamiento determinado, utilizada sobre una señal en forma de panel o sobre una superficie luminosa. Señal luminosa. Es una señal emitida por medio de un dispositivo formado por materiales transparentes o translúcidos, iluminados desde atrás o desde el interior, de tal manera que aparezca por sí misma como una superficie luminosa. Señal acústica. Señal sonora codificada, emitida y difundida por medio de un dispositivo apropiado, sin intervención de voz humana o sintética. Comunicación verbal. Mensaje verbal predeterminado, en el que se utiliza voz humana o sintética. Señal gestual. Movimiento o disposición de los brazos o de las manos en forma codificada para guiar a las personas que estén realizando maniobras que constituyan un riesgo o peligro para los trabajadores. b) Colores Los colores son empleados para distinguir lugares o zonas de peligro, identificar el contenido de cableado y tuberías, indicar rutas de evacuación, etc. Debido a la globalización de las empresas, la Organización Internacional de Unificación de Normas elaboró en colaboración con la OIT un código internacional de colores de seguridad para estandarizar su significado y evitar errores de interpretación. Los colores básicos en este código y su significado son los siguientes: Verde. Se utiliza para indicar a los vehículos que avancen, la presencia de salas de primeros auxilios, salidas de escape e instalaciones de seguridad. Amarillo. Nos indica peligro latente. Es una advertencia para no seguir adelante, no abrir puertas o no quitar cubiertas. También se utiliza el color anaranjado o el ámbar. Rojo. El rojo nos indica peligro inminente, señal de alto, frenos de emergencia. En México, tomando como base el código internacional de colores, la Norma Oficial Mexicana No. 26 de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social establece el significado y uso de los colores en materia de seguridad de la siguiente manera: Color de Seguridad Rojo Significado Indicaciones y precisiones Paro Alto y dispositivos de desconexión para emergencias Señalamientos para prohibir Prohibición acciones específicas. Material, equipo y sistemas para el combate de incendios Identificación y localización Atención, precaución, Advertencia de peligro verificación. Identificación de fluidos peligrosos. Amarillo Delimitación de áreas Advertencia de peligro por radiaciones ionizantes Límites de áreas restringidas o de usos específicos. Señalamiento para indicar la presencia de material radioactivo. Identificación de tuberías que conducen fluidos de bajo riesgo. Señalamientos para Verde Condición Segura indicar salidas de emergencia, rutas de evacuación, zonas de seguridad y primeros auxilios, lugares de reunión, regaderas de emergencia, lavaojos, etc. Azul Señalamientos para realizar Obligación acciones específicas. Cuadro 5.19. Colores de Seguridad. Fuente: Norma Oficial Mexicana No. 26 de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social Los siguientes cuadros ejemplifican gráficamente comúnmente empleados, que atiende la norma existente: algunos señalamientos Indicación Prohibido fumar Contenido de imagen del símbolo Ejemplo Cigarrillo encendido Prohibido generar llama abierta e introducir Cerillo encendido objetos incandescentes Prohibido el paso Silueta humana caminando Cuadro 5.20. Señales de prohibición. Fuente: Norma Oficial Mexicana de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social Indicación Indicación general de obligación Uso obligatorio de casco Uso obligatorio de protección auditiva Uso obligatorio de protección ocular Uso obligatorio de calzado de seguridad Uso obligatorio de guantes de seguridad Contenido de imagen del símbolo Ejemplo Signo de admiración Contorno de cabeza humana portando casco Contorno de cabeza humana portando protección auditiva Contorno de cabeza humana portando anteojos Un zapato de seguridad Un par de guantes Cuadro 5.21. Señales de obligación. Fuente: Norma Oficial Mexicana de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social Indicación Indicación general de precaución Contenido de imagen del símbolo Signo de admiración Cráneo humano de Precaución, sustancia frente con dos huesos tóxica largos cruzados por detrás Una mano incompleta Precaución, sustancias sobre la que una corrosivas probeta derrama un líquido Precaución, materiales inflamables y Imagen de flama combustibles Precaución, materiales oxidantes y comburentes Precaución, materiales con riesgo de explosión Corona circular con una flama Una bomba explotando Ejemplo Advertencia de riesgo eléctrico Riesgo por radiación láser Flecha quebrada en posición vertical hacia abajo Línea convergiendo hacia una imagen de resplandor Advertencia de riesgo Circunferencia y tres biológico medias lunas Cuadro 5.22. Señales de precaución. Fuente: Norma Oficial Mexicana de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social Indicación Ubicación de un extintor Ubicación de un hidrante Contenido de imagen del símbolo Ejemplo Silueta de un extintor con flecha direccional Silueta de un hidrante con flecha direccional Cuadro 5.23 Señales para equipo a utilizar en caso de incendio. Fuente: Norma Oficial Mexicana de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social Indicación Contenido de imagen del símbolo Ejemplo Silueta humana Ubicación de una salida de emergencia avanzando hacia una salida de emergencia indicando con flecha el sentido requerido Ubicación de una regadera de emergencia Ubicación de estaciones y botiquín de primeros auxilios Silueta humana bajo una regadera y flecha direccional Cruz griega y flecha direccional Contorno de cabeza Ubicación de un lavaojos humana inclinada sobre un chorro de agua de un lavaojos y flecha direccional Cuadro 5.24. Señales que indican ubicación de salidas de emergencia y de instalaciones de primeros auxilios. Fuente: Norma Oficial Mexicana de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social c) Rótulos y etiquetas Los rótulos y etiquetas son señales de advertencia que deben adherirse a las substancias peligrosas para advertir el riesgo que implican y la forma en que deben ser tratados para prevenir accidentes. Muchos accidentes se originan al almacenar substancias tóxicas o peligrosas en recipientes que no indican su contenido, o peor aún, cuando se almacenan sustancias peligrosas en recipientes de bebidas comunes como refrescos, jugos, cervezas, etc. Al elaborarlos es importante tener presente que, de acuerdo a la norma, deben ser breves y concretos, estar integrados por una señal de seguridad y un texto que refuerce la información que proporciona esta señal, el cual debe ubicarse abajo de la misma. Por último, es importante destacar que se debe poner cuidado en no abusar del empleo de señales como técnica de prevención contra accidentes y enfermedades de trabajo, pues ello suele provocar que la gente no les preste atención o pueden causar confusión. 5.10 APLICACIÓN DE LA ERGONOMÍA EN EL DISEÑO DE ESPACIOS DE TRABAJO SEGUROS ¿Qué es la ergonomía? La ergonomía es una técnica desarrollada por equipos multidisciplinarios, entre los que se encuentran, médicos, ingenieros y psicólogos, mediante la cual se analizan las condiciones de trabajo, con el objeto de identificar elementos que puedan ser modificados en orden de lograr condiciones óptimas para el cuerpo humano en su ambiente laboral. Recibe este nombre debido a los vocablos griegos "ergos" (trabajo) y "nomos" (ley). La finalidad de esta técnica es la protección del trabajador, por lo que se orienta principalmente a la prevención y disminución de las enfermedades de trabajo que puedan ser consecuencia del empleo de equipos o instrumentos de trabajo. Aunque el término ergonomía aparece por primera vez en 1857 –en el libro Compendio de ergonomía o de la ciencia del trabajo basada en verdades tomadas de la naturaleza, del polaco Wojciech Jastrzebowki–, no es sino hasta la cuarta década del siglo XX, que nace propiamente esta disciplina, con el trabajo del psicólogo inglés Hywel Murrel, quien reúne a un grupo interdisciplinario de expertos británicos con el objeto realizar estudios e investigaciones sobre los problemas del trabajo humano (Falagán Rojo et al, 2000). La ergonomía, al igual que otras disciplinas, estudia la interrelación entre capacidades humanas y el entorno de trabajo, lo que la hace diferente es que, no sólo busca una mayor productividad, sino que se preocupa por determinar mecanismos o condiciones que permitan que las actividades se lleven a cabo de forma más placentera y menos riesgosa. Para lograrlo, analiza las condiciones y características de los esfuerzos requeridos en las tareas, tratando de dar respuesta a preguntas como las siguientes, qué intensidad es necesaria, qué tipo de esfuerzos requiere, qué grupos musculares están implicados en la ejecución de la tarea, qué posturas han de adoptarse, etc.; estudia también cuáles son las condiciones ambientales necesarias (ruido, calor, vibraciones, etc.); la forma en que se organizan o distribuyen las tareas (ritmos de trabajo, pausas, etc.), y las características individuales que pueden tener algún tipo de incidencia en la ejecución del trabajo, tales como el sexo, la edad, la condición física, el grado de adiestramiento, el estilo de vida o la alimentación. Para la ergonomía un espacio de trabajo diseñado adecuadamente, indiscutiblemente trae como consecuencia una mayor productividad, ya que si el confort en el trabajo disminuye la fatiga, la productividad será mayor. ¿Cómo diseñar espacios de trabajo ergonómicos? Gracias al trabajo de los estudiosos de la ergonomía, ahora se pueden diseñar espacios de trabajo más confortables que faciliten las labores y las hagan más seguras. Para ello se requiere del análisis de las tareas que se realizan, del área o espacio en que se llevan a cabo y de las características del trabajador; igualmente se necesita comparar los resultados contra los principios que los ergonomistas han establecido y tratar de ajustarlos al máximo a ellos, buscando garantizar una correcta disposición del espacio de trabajo, evitar los esfuerzos innecesarios, los movimientos que fuercen los sistemas articulares y los trabajos excesivamente repetitivos, así como cualquier otro estímulo que pudiera perjudicar al trabajador . Al estudiar las tareas es necesario considerar su tipo y número, la forma y el orden en que se realizan, así como el equipo requerido. El tipo de tarea determina la postura humana más adecuada y cómoda; por ejemplo, las labores de inspeccionar materiales requieren una altura mayor de la superficie de trabajo que la requerida para labores de fuerza. La forma y el orden de las tareas permiten determinar qué tan variadas o repetitivas son las actividades, si son interesantes o estimulantes, o bien monótonas y aburridas. En relación con las tareas la OIT (1997) ha emitido una serie de consideraciones o principios que deben observarse: Permitir al trabajador modificar la posición del cuerpo Incluir distintas tareas que estimulen mentalmente Dejar cierta libertad de actuación al trabajador para que adopte decisiones, a fin de que pueda variar las actividades laborales según sus necesidades personales, hábitos de trabajo y entorno laboral Dar al trabajador la sensación de que realiza algo útil Facilitar capacitación adecuada para que el trabajador aprenda qué tareas debe realizar y cómo hacerlas Facilitar horarios de trabajo y descanso adecuados gracias a los cuales el trabajador tenga tiempo bastante para efectuar las tareas y descansar Dejar un periodo de ajuste a las nuevas tareas, sobre todo si requieren gran esfuerzo físico, a fin de que el trabajador se acostumbre gradualmente a su labor. Al analizar el área o espacio en que se realizan las tareas, con el objeto de definir su correcta disposición para evitar los esfuerzos innecesarios, se debe relacionar la zona de trabajo con las posturas y los movimientos que el trabajador adopta en sus tareas, determinar los esfuerzos (físicos, mentales o visuales) requeridos y los elementos distractores. Desde esta perspectiva, es importante tener presente que un espacio de trabajo bien diseñado será aquel que no obligue al trabajador a adoptar posiciones forzadas y que disminuya su esfuerzo, siguiendo el principio de que ninguna tarea debe exigir que los trabajadores adopten posturas forzadas que afecten su sistemas articulares, ni que sobrepasen su capacidad física. Aunque existen directrices ergonómicas para diferentes tipos de trabajos y las posturas en que se realizan (sentado o de pie), la OIT señala de manera general que: Toda tarea bien diseñada debe minimizar cuánto y cuán a menudo deben levantar pesos los trabajadores. Se debe disminuir al mínimo posible el trabajo en pie, pues a menudo es menos cansado hacer una tarea estando sentado que de pie. Si un trabajo no necesita mucho vigor físico y se puede efectuar en un espacio limitado, el trabajador debe realizarlo sentado. Hay que colocar a los trabajadores y el equipo de manera tal que los trabajadores puedan desempeñar sus tareas teniendo los antebrazos pegados al cuerpo y con las muñecas rectas. El puesto de trabajo debe ser diseñado de manera tal que el trabajador no tenga que levantar los brazos y pueda mantener los codos próximos al cuerpo. Siempre que sea posible se debe evitar permanecer en pie trabajando durante largos períodos de tiempo. El análisis de las características del trabajador debe hacerse en función de las generalidades de la población, para que los espacios puedan adaptarse al trabajador en turno y las herramientas de trabajo sean más apropiadas. En este caso la OIT marca que en relación a la: Altura de la cabeza Debe haber espacio suficiente para que quepan los trabajadores más altos. Los objetos que haya que contemplar deben estar a la altura de los ojos o un poco más abajo porque la gente tiende a mirar algo hacia abajo. Altura de los hombros Los paneles de control deben estar situados entre los hombros y la cintura. Hay que evitar colocar por encima de los hombros objetos o controles que se utilicen a menudo. Alcance de los brazos Los objetos deben estar situados lo más cerca posible al alcance del brazo para evitar tener que extender demasiado los brazos para alcanzarlos o sacarlos. Hay que colocar los objetos necesarios para trabajar de manera que el trabajador más alto no tenga que encorvarse para alcanzarlos. Hay que mantener los materiales y herramientas de uso frecuente cerca del cuerpo y frente a él. Altura del codo Hay que ajustar la superficie de trabajo para que esté a la altura del codo o algo inferior para la mayoría de las tareas generales. Altura de la mano Hay que cuidar de que los objetos que haya que levantar estén a una altura situada entre la mano y los hombros. Longitud de las piernas Hay que ajustar la altura del asiento a la longitud de las piernas y a la altura de la superficie de trabajo. Hay que dejar espacio para poder estirar las piernas, con sitio suficiente para unas piernas largas. Hay que facilitar un escabel ajustable para los pies, para que las piernas no cuelguen y el trabajador pueda cambiar de posición el cuerpo. Tamaño de las manos Las asas, las agarraderas y los mangos deben ajustarse a las manos. Hacen falta asas pequeñas para manos pequeñas y mayores para manos mayores. Hay que dejar espacio de trabajo bastante para las manos más grandes. Tamaño del cuerpo Hay que dejar espacio suficiente en el puesto de trabajo para los trabajadores de mayor tamaño. Cuando se interrelacionan todas las variables de las que hemos hablado (las tareas, el espacio en que se realizan, sus condiciones y las características físicas y de operación del trabajador) en el diseño del espacio de trabajo y la determinación de los equipos a emplear, se pueden evitar diversas enfermedades laborales y aumentará la satisfacción y productividad del trabajador, sin embargo, esta tarea no es fácil ya que requiere de estudios multidisciplinarios, como se mencionó anteriormente, por lo cual es recomendable dejar esta tarea a los especialistas. 5.11 FORMULACIÓN DEL PROGRAMA ESTRATÉGICO DE SEGURIDAD E HIGIENE Tal como lo establecen las directrices dictadas por la OIT en materia de seguridad y salud del 2001, los empleadores tienen la responsabilidad de ofrecer un entorno de trabajo saludable y sin riesgo, mediante el establecimiento de sistemas administrativos de seguridad y salud en el trabajo, acordes con los requerimientos de las leyes y reglamentaciones nacionales. El programa de seguridad e higiene en las empresas, además de ser un instrumento que permite prevenir accidentes y enfermedades de trabajo, es un requisito de operación de las empresas establecido en el Reglamento Federal de Seguridad, Higiene y Medio Ambiente de Trabajo y en la NOM-030-STPS-2006, “Servicios preventivos de seguridad y salud en el trabajo, organización y funciones”. En esta última se define el programa de seguridad y salud en el trabajo así: Documento en el que se describen cronológicamente las actividades, métodos, técnicas y condiciones de seguridad y salud que deberán observarse en el centro de trabajo y los responsables de su operación y seguimiento de la prevención y protección de accidentes y enfermedades de trabajo, mismo que contará en su caso, con manuales de procedimientos específicos para operación, mantenimiento y desmantelamiento de la maquinaria, equipo e instalaciones en condiciones de seguridad. En la misma norma se establece que el programa deberá contener al menos: a. Los factores de peligro en el centro de trabajo por materias primas, sustancias químicas, productos, herramientas, equipo, maquinaria, medios de transporte, instalaciones y tipos de energía del centro de trabajo. b. La exposición del personal ocupacionalmente expuesto del centro de trabajo que impliquen tiempo, frecuencia concentraciones o niveles. c. Las políticas, objetivos y metas de seguridad e higiene, en cuanto a prevención, protección y control que se deben instrumentar en el centro de trabajo. d. Los recursos administrativos y técnicos que permiten dar cumplimiento al programa de seguridad e higiene, y e. Procedimientos para la operación, mantenimiento de la maquinaria, equipo e instalaciones, así como para la investigación de accidentes. Como puede observarse, el programa de seguridad e higiene debe basarse en un análisis detallado de todas las condiciones que pudieran causar algún accidente o enfermedad de trabajo (puntos a y b) y debe ser integral, incluir los objetivos que persigue, la secuencia de actividades a realizar para prevenir y reducir los riesgos de trabajo y el tiempo requerido para realizar cada una de éstas. Generalmente el programa se elabora para un año y puede descomponerse en planes mensuales. Revisemos a continuación las condiciones y elementos que conviene considerar al formular un programa de seguridad e higiene que, a la vez que cumpla con la normatividad nacional e internacional aplicable, siente las bases que permitan reducir lo más posible los riesgo de accidentes y enfermedades laborales en nuestros centros de trabajo en beneficio de los trabajadores, las organizaciones y el país. Requisitos generales que debe cumplir un programa de seguridad e higiene a) Partir de un diagnóstico general de las condiciones de higiene y seguridad en la empresa, en el que se analicen los casos de accidentes o enfermedades que se hayan presentado, sus consecuencias, los peligros y los riesgos existentes o posibles, las medidas de seguridad del ejercicio anterior y los datos generales que sobre la salud de los trabajadores se tengan. b) Considerar las disposiciones legales vigentes en materia de seguridad. c) Establecer los objetivos que pretende alcanzar, mismos que deberán reflejar la postura general de la dirección en esta materia. Normalmente, los objetivos se referirán a: Disminuir el índice de siniestralidad de los accidentes y enfermedades de trabajo (frecuencia y gravedad). De hecho, este debe ser el objetivo central, al cual se subordinarán los siguientes que así, se convertirán en objetivos intermedios o medios para alcanza el primero. Detectar en forma oportuna los riesgos de accidentes o enfermedades de trabajo, para prevenirlos y reducirlos al mínimo posible. Vigilar que se cumplan las medidas de prevención de riesgos. Despertar y mantener en los trabajadores la conciencia de los riesgos y de la posibilidad de reducirlos siguiendo las medidas de seguridad e higiene. d) Incluir un plan para cada uno de los aspectos que contempla, en el que se definan responsabilidades y criterios claros de funcionamiento, indicándose lo que debe hacerse, quién debe hacerlo y cuándo. Para que el programa de seguridad e higiene tenga una cobertura integral deberá contemplar por lo menos los siguientes subprogramas. Subprograma de capacitación Este subprograma, además de ofrecer la posibilidad de contribuir substancialmente a decrecer los niveles riesgos de trabajo, es un medio para dar cumplimiento a la normatividad legal. Recordemos que la LFT establece en su artículo 153-F, la obligación del patrón de proporcionar capacitación en materia de seguridad. El subprograma debe contemplar tanto la capacitación sobre medidas de higiene y seguridad en general, como para la atención de accidentes y el control de siniestros. En él se deben incluir temas, objetivos, fechas programadas y responsables. Además de los cursos que suelen conformar los programas de capacitación, se pueden incluir campañas temporales o permanentes de promoción de las medidas de seguridad e higiene tanto específicos para determinados departamentos como a nivel de toda la organización. Subprograma de inspección Es uno de los aspectos más importantes del programa de seguridad e higiene, ya que las inspecciones son un instrumento valiosísimo para descubrir situaciones riesgosas y tomar medidas pertinentes para evitar que ocurran accidentes o enfermedades de trabajo. El subprograma debe indicar quiénes son los responsables de llevar a cabo las inspecciones, los periodos en los que se realizarán y las áreas que deberá abarcar. Recordemos que las inspecciones pueden ser realizadas por la Comisión Mixta de Seguridad e Higiene, los supervisores, los especialistas de seguridad y/ o el mismo trabajador (ver punto 5.7). Es necesario que las inspecciones cubran todos los aspectos que pueden afectar la seguridad, como son: la revisión de las instalaciones, las máquinas y herramientas de trabajo, las medidas de seguridad y los equipos de protección personales y de seguridad en la empresa, tales como los relativos al combate de incendios. Subprograma de medidas preventivas de salud Este subprograma comprende todas las actividades a realizar para mantener un medio ambiente laboral libre de condiciones de riesgo para la salud, para lo cual debe atender dos aspectos: 1) la evaluación de los diversos factores del medio ambiente para mantenerlos dentro de los niveles permitidos, como son los niveles de ruido, humedad y temperatura, y 2) las condiciones de salud de los trabajadores, las cuales pueden atenderse mediante la realización de exámenes médicos periódicos y campañas de orientación higiénicas y nutricionales. Subprograma de información Este subprograma es la base para identificar variaciones positivas o negativas que permitan observar el éxito o fracaso de las medidas de seguridad. En él se establecen los procedimientos que se seguirán para recopilar y medir periódicamente datos relativos a los resultados de seguridad, así como las diferentes variables que pueden intervenir en la seguridad a las que se les dará seguimiento, tales como: las causas y el tipo de accidentes, antigüedad de los trabajadores en el puesto o en la empresa, su edad, el horario y las variaciones períodos de las labores. Basándose en la información generada, se determinarán cuáles serán los indicadores que permitirán evaluar los resultados de los esfuerzos de la empresa para mejorar la seguridad y hacer comparaciones con otras del mismo ramo. El programa de seguridad e higiene se conforma con la programación anual de la aplicación de diferentes técnicas analíticas para la reducción de riesgos de accidentes que fueron tratadas en el punto 5.7. Para asegurar su éxito, se deben dar a conocer puntos esenciales del programa a todo el personal con el fin de que los empleados de todos los niveles de la organización, jefes y subordinados, se sensibilicen respecto a los beneficios que traerá y se comprometan a su operación y/o apoyo en el ámbito de sus respectivas responsabilidades. La información que se les proporcione podrá variar para adecuarse a las circunstancias de grandes grupos de personal. Así, por ejemplo, la información tenderá a ser más amplia para el personal de producción, que suele estar sujeto a mayores riesgos, y mucho más general para el personal administrativo. Además, será necesario que el programa sea sujeto a evaluación continua para ir realizando las medidas correctivas que sean necesarias.