Al principio, la península Ibérica no existía, la primera tierra que emerge del mar fue el Noroeste, formado por el Macizo Gallego mientas que el resto del espacio estaba cubierto de aguas. Durante millones de años, en el fondo se fueron depositando sedimentos que formaron grandes capas o estratos. La formación del relieve terrestre se llevó a cabo mediante una serie de eras geológicas. Las tres eras geológicas fueron: paleozoica (primaria), mesozoica (secundaria) y la cenozoica (terciaria). Durante las mismas el relieve peninsular se fue transformando. Era Paleozoica o primaria Orogenia herciniana, esto provocaría que los estratos acumulados en el fondo del mar sufrieran grandes presiones, se plegaran y emergieran dando lugar al relieve herciniano, entre ellos destaca la Meseta. Los terrenos de este periodo son formados por roca granítica y silícea. Era secundaria o mesozoica Era de los dinosaurios y pangea La erosión desgasta los relieves hercinianos, hasta arrasarlos y convertirlos en macizos rígidos y duros. Los materiales erosionados se fueron depositando en el fondo de los mares. Los terrenos de éste periodo están formados por roca caliza y areniscas. Era terciaria o cenozoica Los sedimentos depositados en el borde de la Meseta emergida, se plegaron como consecuencia de la orogenia alpina, formando las cordilleras como: la Cordillera Cantábrica, los Montes Vascos y el Sistema Ibérico. También consecuencia de esta orogenia alpina surgieron nuevas cordilleras muy elevadas como: los Pirineos y la Cordilleras Béticas. Los terrenos de este periodo son formados por arcillas y margas. Era cuaternaria Se produce la erosión de las montañas por el efecto de los ríos y los glaciares. Se rellenan las cuencas sedimentarias, algunos lagos interiores y se forman las depresiones del Ebro y del Guadalquivir, con el depósito de estos materiales. También se forman las llanuras litorales en las costas poco profundas como en el golfo de Valencia, de Cádiz y se formaron deltas como el del Ebro.