religion 10 BIZANTINA Y EDAD MEDIA

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RELIGION
DECIMO
LA IGLESIA IMPERIAL BIZANTINA
El período comprendido entre los siglos V y VI es muy importante para la formación del modelo bizantino de relación
Iglesia-Estado. Para entenderlo necesitamos estudiar la figura de algunos emperadores. Comenzamos con Justiniano I, el
último gran emperador romano (527-565) donde marca el papel del emperador en el concepto católico de sacerdocio. El
sacerdocio debe estar al servicio de las cosas divinas; el emperador debe estarlo al servicio de las humanas. Ambos
proceden del mismo principio. El sacerdote ha de vivir santamente, porque esto influye positivamente en el emperador.
Y es el inicio de la problemática Iglesia-Estado en Bizancio.
Justiniano comienza, inmediatamente de su subida al trono, con una reforma del Derecho, confiada a una comisión de
diez expertos presidida por Triboniano. La finalidad del Codex Iuris Civilis es simplificar el Derecho y su administración. Al
principio se piensa en tres partes: Institutiones, colección de leyes imperiales, pues se trata de actualizar las leyes
antiguas.; Regesta o Pandetas extractos de la literatura jurídica anterior, todo lo esencial de la tradición jurídica romana;
cerca de 2.000 sentencias antiguas y, finalmente, las Instituciones de Gallo manual jurídico para la enseñanza del
Derecho.
Eran nuevas letras sobre el Códice, escritas en griego. Por tanto, el Codex Iuris Civilis se compone de cuatro partes:
Institutiones, Pandetas, 50 libros con extractos de derecho privado., Codex .recopilación de leyes imperiales entre el 528
y el 534.
El sistema que se propone Justiniano de realizar una unidad ordenada, una armonía entre Iglesia y Estado, no podía
fundarse desde un punto de vista teológico. De hecho, hay una diferencia esencial entre el ministerio eclesiástico y el
cargo imperial. No coinciden. La armonía es expresión de una peculiar ideología helenístico-cristiana, la cual procede de
la ideología romano-pagana .que se remonta a la realidad política y social de aquel mundo pagano. El resultado debía
ser el ideal del emperador, que, como tal ideal, en la realidad frecuentemente no funcionaba.
Resultado de grandes concilios era el Derecho eclesiástico. Las decisiones sinodales, una vez confirmadas por el
emperador, llegaban a tener rango de leyes imperiales, siendo integradas en el Derecho estatal y generando amenazas a
los infractores es decir, a los herejes.
Esta doble cara de las leyes es significativa. Hasta Justiniano la legislación imperial se ocupaba de la política religiosa de
una manera muy concreta: aquellas leyes que se fijaban en los privilegios hacia el clero. Ahora Justiniano da un
fundamento teórico al poder estatal y al clero, introduciendo una idea helenística: Dios es la única fuente de la ley, y ha
delegado este poder legislativo en la tierra en el emperador. Con el tiempo, los obispos acabarían siendo funcionarios
estatales, en cuanto ocupaban funciones de administración. El alto clero venía integrado en la aristocracia bizantina.
En el 451, con Anastasio I, el arzobispo de Constantinopla recibe un papel principal en el rito de la coronación imperial.
Así se da un creciente influjo de la Iglesia. La coronación se hace, en el 602, en la iglesia de San Juan Bautista; después,
en el 610 y en el 638, en San Esteban de Palacio; a partir del 641 se realizará en Santa Sofía. La jerarquía será integrada
de modo creciente en el ceremonial imperial.
Esto favoreció la identificación entre la concepción eclesiástica y la imperial. Esta identificación se estableció, sobre
todo, con el alto clero. Las diferencias entre el alto y el bajo clero son muy superiores a las de Occidente. El clero, en la
sociedad bizantina, era bastante despreciado; esta sociedad vacilaba entre respeto y desprecio; no tenía gran reputación
el clero.
Las tensiones y los problemas entre el clero tienen raíces más prácticas que teológicas. Hasta finales del siglo VI no se
desarrolla una concepción política-religiosa de contraste. La oposición dentro de la Iglesia contra este sistema de
relación con el Estado empezaba a emerger. La oposición teórica mejor fundada parte de Máximo Confesor (580-662),
siendo profundamente diversa de la propaganda imperial. Aparte de ser un autor teológico de enorme relieve, es la
cabeza de la oposición ortodoxa contra la política de integración de la Iglesia en el Estado bizantino, así como de los
derechos de la sede apostólica de Roma. Se pone enfrente de la teoría .promovida por el emperador y la corte, así como
de los teólogos aduladores que defendía el significado teológico del emperador y su papel dentro de la Iglesia. Ante el
tribunal imperial, en el 655, se defiende: la polémica contra Constante II es muy fuerte. Máximo rechaza no toda la
teoría imperial, sino la tentativa de dar a esta ideología una base teológica cristiana. Pone al emperador entre los laicos,
después del clero.
Esto, en el siglo VII, se entendía como una provocación. Cuando en el 656 llega a la Galia, le dice a Teodosio de Cesarea
en una disputa: «Ningún canon dice que sea sólo el emperador quien deba convocar un sínodo... La aprobación de las
decisiones de un concilio sólo pueden reconocerse si son ortodoxas, no simplemente porque las apruebe el
emperador». Sus posiciones no son de índole política, sino teológica.
La gama de interpretación entre la relación de emperador e Iglesia es muy amplia. En esta época no es correcto hablar
de cesaropapismo, término que aparece en la historiografía occidental del siglo XVIII para referirse al pleno Medievo. El
prólogo de Justiniano I en su Novela VI es significativo. En ámbito occidental, Gelasio I, en el 494, formula la teoría de los
dos poderes, texto muy importante para el Medievo occidental y que entra en las Decretales de Graciano: «Imperator
intra Ecclesiam, no supra Ecclesiam» .tomado de Ambrosio de Milán.
EL MONACATO BIZANTINO
La vida ascética se difundió a partir del siglo IV en Egipto, Palestina y Siria, es decir, en las diócesis imperiales del Asia y
del Ponto. En los siglos V y VI la cifra de monjes y monasterios aumenta. En Constantinopla llega a haber 92 monasterios
en el siglo VI. No obstante, en el siglo VII se produce una crisis, la cual, sin embargo, no extinguió el desarrollo
monástico. Constantinopla y la zona occidental del Asia Menor estaban poblados de monasterios. Los sínodos
demuestran un aumento notable. Calcedonia I fue el primer concilio que empezó a regular este movimiento, hasta
entonces espontáneo. El canon 23 es muy interesante: refiriéndose a la situación de Constantinopla, ordena la expulsión
de clérigos y monjes que se acerquen a la capital sin el permiso de su obispo. Justiniano I también dictó algún decreto a
este respecto.
Fundamental es el monasterio autónomo. En Bizancio no se formó nunca una centralización a lo occidental con
formación de federaciones y órdenes monásticas. Un monje oriental que tomaba en serio su vocación era un hombre
carismático. En el culmen de la estima general se encontraban los estilitas, expresión ascética muy extrema para
nosotros, pero que en aquella época se presentaba como la cumbre de la aspiración espiritual. Simeón el Viejo (412-459)
vivió sobre una columna en Mesopotamia. Su discípulo, el sirio Daniel, llevó esta forma de vida a Constantinopla. Su
influjo sobre la política religiosa de la capital era muy importante. El impacto de la Iglesia sobre la sociedad bizantina es
enorme, siendo obra, sobre todo, del monacato. Gracias a él se va produciendo una transformación de una sociedad
pagana en cristiana. En el siglo VIII Ciro, monje, llega a ser patriarca de Constantinopla (705-711).
RELACIONES DE LA IGLESIA CON LA SOCIEDAD BIZANTINA
No se puede entender la sociedad bizantina si se le quitan cualquiera de estos tres elementos: Estado romano, cultura
griega e Iglesia. Hasta el siglo IV la propiedad de la tierra y la riqueza de la Iglesia iba creciendo mediante donaciones
también por parte del emperador la reducción de tasas para el clero favoreció este aumento de riqueza.
La legislación imperial, sin embargo, tentó un compromiso de medidas contra el abuso de una parte del clero. Así, por
ejemplo, ser frenaba la entrada en el estado clerical. Valentiniano III insistió en el 439 en que los municipios debían
frenar el aumento sin límites del clero que no pagaba tasas. En el siglo VII Heraclio habla de unos 600 clérigos vinculados
a la iglesia de Santa Sofía.
San Basilio Magno, san Gregorio de Nacianzo y san Juan Crisóstomo trabajan y escriben de una manera importante
acerca de la labor social de la Iglesia. Sobre todo serán los monjes quienes atiendan estas ocupaciones sociales:
hospitales, manicomios, comedores, asistencia al pueblo en momentos de particular carestía... Antes no existía la
asistencia social. Los hospitales aparecen por primera vez en el mundo cristiano bizantino.
Todo esto se refleja en la legislación imperial de Justiniano I, poniendo esta asistencia bajo la custodia de los obispos. Así
también se justificaba la exención de tasas.
Hemos hablado de la participación de la Iglesia en el ceremonial de la coronación imperial. Bajo Tiberio II Constantinos
(578-582) y Justiniano II (685-695/704-711) los símbolos cristianos en el ritual de la corte llegaron a ser muy
importantes. La batalla de Heraclio contra los persas fue precedida por una ceremonia religiosa en Constantinopla (5 de
abril del 622). Era muy importante la defensa de Constantinopla contra los ávaros y contra los persas; los símbolos
cristianos habrían salvado la ciudad. En el 630 se recupera la Santa Cruz de Jerusalén, introduciendo la fiesta de la
Exaltación de la Santa Cruz. Se vive en un clima de entusiasmo cristiano. El influjo del cristianismo sobre la población
entre los siglos V y VI es creciente, de tal manera que asistimos a un proceso de eliminación del paganismo.
TALLER
1. ¿De qué manera inicia la problemática estado- iglesia en la época bizantina?
2. ¿Qué reforma comenzó Justiniano? ¿Qué nombre tenia esta reforma?
3. ¿De cuantas partes se compone el Codex Iuris Civilis?
4. ¿De qué se trataba el sistema que propone Justiniano?
5. ¿Las decisiones sinodales a que se integraban?
6. ¿De qué manera se ve cara de las leyes por Justiniano?
7. ¿Con quién se da el creciente influjo de la Iglesia?
8. ¿Por qué el clero era despreciado en la sociedad bizantina?
9. ¿De qué manera se desarrolla la concepción política-religiosa de contraste?
10.
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20.
21.
22.
23.
¿Quién fundo la oposición teórica? ¿En qué consistía? Descríbala
¿Cuál fue la disputa del siglo VII? ¿En qué consistió? Descríbala
¿Qué es el monacato bizantino?
¿Qué ordenaba el canon 23?
¿Qué características tenía el monje oriental?
¿Cómo eran las relaciones de la iglesia con la sociedad bizantina?
¿En el siglo VII cuantos clérigos habían vinculados a la iglesia de Santa Sofía?
¿Qué ocupaciones tenían los monjes?
¿San Basilio Magno, san Gregorio de Nacianzo y san Juan Crisóstomo sobre que escriben?
¿Qué batalla fue precedida por una ceremonia religiosa?
¿Qué habría salvado la ciudad de Constantinopla?
¿Qué se recupera en el 630 y que fiesta se celebra?
¿Qué propicio el influjo del cristianismo sobre la población?
¿Qué se eliminó con el cristianismo?
RELIGION
DECIMO
LA IGLESIA EN LA EDAD MEDIA
La Iglesia en la Edad Media fue una institución muy poderosa ya que fue una época profundamente religiosa. Por eso, la
Iglesia católica tuvo mucha influencia sobre la sociedad y, aunque existían otros credos, en el siglo XI Europa era en gran
parte cristiana.
Más allá de las fronteras que separaban los reinos europeos nació un nuevo concepto de unión: la cristiandad.
A pesar de estos logros, la cristiandad se vio profundamente afectada cuando el año 1054, los obispos bizantinos
negaron la autoridad del Papa provocando el llamado cisma de Oriente.
Desde entonces, el mundo cristiano europeo se dividió en dos: Oriente optó por la Iglesia griega ortodoxa, mientras que
Occidente se mantuvo fiel a la Iglesia católica romana.
En Occidente, la Iglesia se vinculó estrechamente a la sociedad feudal; la misma Iglesia era un gran poder feudal, pues
poseía la tercera parte de la propiedad territorial del mundo católico y entre otras cosas, tenía derecho al diezmo, que
era le décima parte de las cosechas de toda la gente.
Además, muchos miembros de la nobleza llegaron a ser obispos. Ellos recibían su diócesis como concesiones de los reyes
o de otros nobles y al igual que cualquier otro señor feudal, disponían de feudos y de numerosos vasallos. Como
consecuencia de esto, la Iglesia se secularizó y sus costumbres se relajaron.
CRISTIANDAD E IGLESIA
Hace unos mil años casi toda Europa Occidental empezó a llamarse la cristiandad, porque todos sus reinos acataban la
autoridad del Papa y todos sus habitantes profesaban el cristianismo. Todos los territorios cristianos se consideraban un
único imperio y sus figuras más importantes eran el Papa y el emperador. La Iglesia era entonces muy poderosa; los
obispos y los abades poseían grandes extensiones de tierra; los clérigos, que eran casi las únicas personas cultas, se
encargaban de educar a los jóvenes, socorrían a los pobres y era los principales consejeros de los reyes.
LOS OTROS CREDOS
A pesar de que en el siglo XI Europa Occidental era en su mayoría cristiana, existía una minoría que lo no era: judíos y
musulmanes.
Los judíos vivían dispersos en muchas ciudades europeas dedicados, sobre todo, al comercio. Este grupo religioso no era
muy querido. Los cristianos lo toleraban aunque, en muchas ocasiones, los persiguieron por sus ideas.
Desde el siglo VIII, los musulmanes ocupaban casi toda España. Allí formaban un grupo muy poderoso cuya capital se
hallaba en la ciudad de Córdoba.
LA ORGANIZACIÓN DE LA IGLESIA EN LA EDAD MEDIA
La Iglesia en la Edad Media tenía mucho poder. Esto se debía a su enorme riqueza, a su clara organización y a us
importancia cultural, que se contraponía al desorden, la ignorancia y la violencia de la sociedad feudal. Todos los
miembros de la Iglesia conformaban el clero, que se dividía en dos: el clero secular y el clero regular. El jefe espiritual de
todos era el Papa.
EL CLERO SECULAR
Con el nombre de clero secular se designaban a aquellos miembros de la Iglesia que vivían en el mundo, mezclados con
los laicos: el Papa, los arzobispos, los obispos y los párrocos.
Los párrocos se hallaban al mando de pequeños distritos llamados parroquias. Varias parroquias formaban una diócesis,
cuyo jefe era un obispo, y varias diócesis formaban una arquidiócesis, dirigida por un arzobispo.
EL CLERO REGULAR
A partir del siglo VI se organizó en Occidente el clero regular. A diferencia del clero secular, sus miembros optaron por
aislarse del mundo y vivir en monasterios regidos por un abad. Seguían, además unas reglas específicas.
En Occidente, el monacato lo inició San Benito de Nursia, quien fundó la orden benedictina. Su regla se basaba en el
lema ora et labora, es decir, reza y trabaja. Al mismo tiempo, la orden benedictina obligó a sus miembros a cumplir
votos de obediencia, castidad y pobreza. La regla de San Benito fue respaldada por el Papado.
LOS PROBLEMAS DEL CLERO
En los inicios de la Edad Media, el clero era elegido por la comunidad religiosa. A partir del siglo X, en cambio, los
monarcas decidieron reservarse ese derecho llamado investidura.
De esta forma el clero, privado de toda independencia, se hallaba sometido a los príncipes y a los señores, y a su
elección podía recaer en personajes que carecían de toda riqueza espiritual.
Esto provocó el relajamiento de las costumbres y los dos principales vicios de la época: la simonía, que consistía en la
compra de los cargos eclesiásticos por medio de la influencia o del dinero, y el nicolaísmo, es decir, el rechazo al celibato
religioso, transgrediendo la pureza de las costumbres eclesiásticas.
A pesar de esta corrupción, el clero procuró humanizar las rudas costumbres de la época y evitar las constantes guerras.
Por el llamado derecho de asilo, prohibía realizar cualquier acto violento contra el que se encontraba dentro de una
iglesia o convento. Mediante la paz de Dios, prohibía a los señores feudales atacar en las batallas a los que no
combatían. Por último, la tregua de Dios consistía en la prohibición de combatir de viernes a domingo y en el transcurso
de las festividades religiosas, bajo pena de excomunión.
PROBLEMAS BENEDICTINOS
La regla benedictina, transplantada del monasterio de Monte Cassino, en Italia, a otros países, demostró tener algunos
puntos débiles. Puesto que cada monasterio era autónomo, cada uno de ellos se desenvolvía en una gran aislamiento.
Además, uno de los requisitos de la regla era la obligación de cada monje de permanecer toda su vida e un monasterio
en que había ingresado. Esta norma produjo una falta de contacto entre los monasterios y motivó que los monjes fueran
fácilmente influenciados por personas que se aprovechaban de su falta de información. Según la regla, los monjes
elegían a su abad sin que el obispo pudiera entrometerse en estas elecciones. Sin embargo, esta norma fue
desobedecida: no solo los obispos se entrometían en las elecciones, sino también los laicos, que ofrecían dinero a
cambio de que los monjes eligiesen a su candidato preferido. De esta manera, la orden benedictina se corrompió.
CENTROS CULTURALES
La vida en los monasterios estaba perfectamente regulada: se rezaba y se trabajaba. Sin embargo, no todos los monjes
se dedicaban a la misma labor. Unos trabajaban en los huertos, otros se dedicaban al trabajo artesanal, y había algunos
que se dedicaban a una empresa eminentemente cultural: copiaban, decoraban y encuadernaban los manuscritos que
contenían las grandes obras del saber clásico. Estos manuscritos o códices, escritos con plumas de oca, se adornaban
con miniaturas policromadas (flores, paisajes y personajes) y eran celosamente guardados en las bibliotecas de los
monasterios. En los monasterios también funcionaban las únicas escuelas de la época. En ellas los futuros monjes y
muchos laicos, estudiaban las primeras letras.
LA RENOVACIÓN ECLESIÁSTICA
En el siglo XI, el clero regular reaccionó en contra de la relajación de las costumbres de la Iglesia y del poder de los laicos
sobre ella. El movimiento monacal fue reformado por dos conventos bendictinos.
CLUNY, EL ESPÍRITU DE REFORMA
La primera reforma partió de la abadía de Cluny, fundada el año 910. Los monjes de Cluny optaron por la protección
exclusiva del Papa (y no la del obispo o la del señor feudal) y reforzaron la autoridad del abad.
Bajo estas reformas nació la orden cluniacense, que se extendió con rapidez en Europa. En su momento de máxima
popularidad, a comienzos del siglo XII, poseía cerca de 1500 monasterios, todos ellos bajo la autoridad del abad de
Cluny.
LA ORDEN CLUNIACENSE
La orden cluniacense fue esencialmente una orden aristocrática, pues la mayoría de sus monjes eran miembros de la
nobleza. Quizas por ello, el trabajo manual ya no se consideró una ocupación adecuada y fue sustituido por una
elaborada liturgia, que ocupaba la mayor parte del tiempo de los monjes. La organización de Cluny se basó en la idea
feudal de jerarquía: de la misma manera que en la sociedad feudal había un rey en la cima, con condes, duques,
caballeros y el resto en una escala de mayor a menor importancia, el abad de Cluny fue la cabeza de toda una jerarquía
de miembros subordinados. Todos los monasterios cluniacenses estaban bajo su autoridad.
CITEAUX, EL RETORNO A LA SIMPLICIDAD
Sin embargo, a mediados del siglo XII, los cluniacenses se alejaron del ideal de vida benedictino enriqueciéndose en
extremo. Esto dio origen a una segunda reforma que partió del monasterio de Citeaux, también en Francia; su promotor
fue San Bernardo de Claraval.
En busca de una vida más recluida y estricta, los cisternienses fundaron su propia orden. La orden cisterniense se
propagó por Europa en el siglo XIII, y su expansión también fue espectacular.
SAN BERNANDO DE CLARAVAL
La expansión e influencia de la orden cisteriense se debió, en gran parte, a la actividad de San Bernardo. Este personaje
entró a la abadía de Citeaux en el año 1112 y tres años más tarde, escogió un lugar para fundar un nuevo monasterio del
cual fue el primer abad: la abadía de Claraval. San Bernardo, apoyado por el Papado, ejerció una enorme influencia
combatiendo las herejías. Fue también, un profundo pensador y escritor: dejó más de 350 sermones y alrededor de 500
cartas. Mientras hacía esto, gobernaba su abadía de 700 monjes. Al morir, la abadía de Claraval tenía al menos 68
monasterios que dependían de ella.
LA QUERELLA DE LAS INVESTIDURAS
Gracias a las reformas benedictinas, el clero regular se independizó, en gran parte, de la influencia de los laicos.
Sin embargo, quedaba un problema por resolver; la elección o investidura del Papa y de los obispos que, desde el siglo X,
era nombrado por el emperador del Sacro Imperio Germánico.
Desde el siglo XI, los Papas buscaron poner fin a esta situación. Por eso, el año 1075 el Papa Gregorio VII, que soñaba
con una Iglesia libre de la influencia de los emperadores alemanes, publicó un decreto que prohibía a todos los laicos
investir a cualquier miembro de la Iglesia incluyendo al Sumo Pontífice.
Este decreto originó una serie de violentos conflictos entre el Papa y el emperador alemán Enrique IV llamado la
Querella de las Investiduras. Por negarse a cumplirlo, Enrique IV fue excomulgado. Como la excomunión era el peor
castigo que había, Enrique IV tuvo que humillarse ante el Papa, pidiendo perdón de rodillas en el castillo italiano de
Canossa, en Italia.
Este conflicto concluyó en 1122 con la firma del Concordato de Worms, que se pactó entre el Papa Calixto II y el
emperador Enrique V. A través del Concordato, el emperador renunció para siempre a la designación de obispos y
Papas.
A partir de entonces, los poderes de la Iglesia y del imperio se definieron y la Iglesia católica se fortaleció.
LA FE EN LA EDAD MEDIA
Con las reformas eclesiásticas, la Iglesia católica alcanzó un poder supremo en el siglo XII. Su triunfo se debió, también, a
la ola de fervor cristiano que envolvió a las clases más humildes.
La fe se fundaba en la esperanza de una vida mejor. La veneración a la Virgen, a los santos y a las reliquias que, según se
creía, podían obrar milagros, e difundió por toda la cristiandad.
Por otro lado, la Iglesia orientaba a sus feligreses, evitando que cayeran en herejías o falsas creencias. Para conseguirlo
contaba con dos poderosas armas: la excomunión y la Inquisición.
A través de la excomunión se expulsaba de la Iglesia a todo aquél que no obedecía sus ordenes. El excomulgado no
podía recibir sacramentos, y quedaba fuera de la ley divina. La excomunión fue el peor castigo de la Edad Media.
Por otro lado, en el siglo XII se fundó la Inquisición: un tribunal eclesiástico que investigaba a la gente de fe dudosa. Para
lograr información los inquisidores torturaban a los acusados.
Los castigos variaban según el pecado: desde pasear a lomo de un burro con una soga en el cuello y un gorro puntiagudo
llamado sambenito hasta ser quemado en la hoguera.
LAS PEREGRINACIONES
Una de las manifestaciones del apego de la sociedad feudal a las creencias religiosas fueron las peregrinaciones: viajes
que los fieles, tanto ricos como pobres, realizaban a pie a diferentes santuarios religiosos y que duraban meses o años.
Los centros más importantes de peregrinación fueron Roma, capital espiritual de la cristiandad; Jerusalén, donde se
hallaba el Santo Sepulcro, y Santiago de Compostela, donde se creía que estaba enterrado el apóstol Santiago.
Los cristianos peregrinaban por causas muy diversas. Algunos cumplían penitencias o una promesa, otros buscaban la
purificación, y otros lo hacían por curiosidad o por el deseo de comerciar en los lugares a los que llegaban los peregrinos.
LA GUÍA DE SANTIAGO
En el siglo XI, Santiago de Compostela, en el norte de España, pasó a ser un lugar de peregrinaje tan importante como
Roma y Jerusalén. Las peregrinaciones quedaron relatadas en un extenso códice del siglo XII. Este manuscrito contenía
una auténtica guía de peregrinos en la que se advertía a los fieles de los peligros del camino y a la vez, se estimulaba la
peregrinación a Santiago.
Cualquier peregrino estaba sometido a las penalidades del recorrido y a los problemas de alimentación y seguridad. La
guía señalaba las fuentes de agua, los tipos de comidas de las distintas regiones y hasta los posibles riesgos de asaltos,
así como las posadas, los hospitales y las iglesias que merecían visitarse.
EL MILENARISMO
Otra expresión espiritual de la época fue el milenarismo, es decir, la creencia de que a los mil años de su muerte, Cristo
volvería y reinaría en la Tierra durante mil años antes del Juicio Final. El milenarismo influyó mucho en la sociedad.
Algunos renunciaron a sus riquezas para hacerse más dignos de la llegada de Cristo.
Los más pobres, en cambio, formaron frecuentemente sectas que se enfrentaron con la violencia de los judíos, a los
ricos o al clero, pensando que eran indignos de la llegada de Cristo.
Estas sectas, dirigidas por presuntos profetas y mesías, fueron el origen de muchas cosasías medievales como, por
ejemplo, la de los albingenses.
RELIQUIAS Y HEREJÍAS
Una de las manifestaciones de la piedad medieval fue el culto a las reliquias; la devoción a los restos de un santo, sus
huesos o algún objeto relacionado con él. El cáliz del cual bebió Jesús en la última cena, El Santo Grial, fue una de las
reliquias más buscadas pero nunca fue hallado. Según el evangelio de San Juan, el judío Jose de Arimatea reclamó el
cuerpo de Cristo para enterrarlo, y se llevó, también, el Santo Grial que con el tiempo, se perdió. El Santo Grial fue el
origen de muchos relatos medievales, y también, de algunas herejías.
A fines del siglo XII, por ejemplo, una secta de monjes franceses, los albigensesm afirmaron poseer el Santo Grial.
Entonces, el rey de Francia, Felipe II, logró el consentimiento papal para declararles la guerra por herejía
TALLER
1. ¿Cuál era el papel de la Iglesia en la Edad Media?
2. ¿Qué concepto unió los reinos europeos?
3. ¿Qué es el cisma de Oriente?
4. ¿En cuántas partes se dividió el mundo cristiano?
5. ¿De qué manera en occidente la Iglesia se vinculó estrechamente a la sociedad feudal?
6. ¿la misma Iglesia cuanto poder tenía?
7. ¿A que tenía derecho la iglesia? ¿Qué pasaba con las cosechas de toda la gente?
8. ¿Qué paso con miembros de la nobleza en la edad media? ¿Qué recibían los obispos?
9. ¿Cuál fue la consecuencia en la Iglesia?
10. ¿A qué se refiere la cristiandad e iglesia? Descríbala
11. ¿Cuáles eran los otros credos? Descríbalos
12. ¿Cómo era la organización de la iglesia en la edad media?
13. ¿Qué es el clero secular y el clero regular?
14. Establezca las diferencias entre el clero secular y el clero regular
15. Enumere los problemas del clero
16. Describa la vida en los monasterios
17. ¿Cuál fue la renovación eclesiástica?
18. establezca las semejanzas y las diferencias entre Cluny, la orden cluniacense, citeaux, y san Bernando de claraval
19. ¿Qué es la querella de las investiduras? Descríbala
20. ¿Cómo era la fe en la edad media? Descríbala
21. ¿En que consistían las peregrinaciones y hacia qué lugares debían realizarse?
22. ¿Qué era la guía de Santiago?
23. ¿Qué es el milenarismo y en qué consiste?
24. ¿Cuáles eran las reliquias y herejías? Descríbalas
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