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Abducción de la modernidad I

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LA ABDUCCIÓN DE LA MODERNIDAD
PARTE 2: Esa Antigua Religión
Por Henry C K Liu
PARTE 1: La Carrera hacia el Barbarismo
Desde la caída del Imperio Romano hasta el siglo 15, el Islam fue la civilización dominante fuera de China.
El mundo islámico de este periodo estaba más avanzado, con gran riqueza y un nivel más alto de cultura que
el Occidente Cristiano. Los estudiosos islámicos conservaron los textos de los filósofos y científicos griegos
antiguos traduciéndolos al árabe y al latín, que los estudiosos del Renacimiento que surgen de las Edades
Oscuras confiaron en las fuentes y estudios de la antigüedad. Los árabes hicieron camino con adelantos en
matemática, astronomía, medicina y filosofía, y transmitieron al Oeste mucho de lo que habían aprendido de
China. El Oeste a través de la interpretación de ojos árabes redescubrió mucha de la antigüedad Occidental.
El Profeta Mahoma entró en la Meca en DC 630 y estableció el gobierno islámico. Las fuerzas crecientes de
musulmanes, a 121 años de esa fecha, después de haber conquistado España, África Norte, Egipto, Persia y
mucho de Bizancio, derrotaron decisivamente al ejército chino Tang en 751 en la famosa Batalla de Talas,
hoy día entre Tashkent y el Lago Balkhash. La victoria árabe fue ayudada por una rama musulmana Tujue
(Turkic), tribus conocidas como Karluks, que lanzaron un ataque por sorpresa por la retaguardia a las
fuerzas Tang. La Batalla de Talas detuvo la expansión china en Asia Central.
Los chinos se refieren a los árabes como Dashi, de la palabra siria Tayi o la palabra persa T'cyk. Los árabes
conquistaron Samarkanda en el siglo 8. Durante cinco siglos después de esto Samarcanda floreció bajo los
árabes de Omeya como un centro de comercio entre Bagdad y Changan, la capital de la China dinástica,
hasta que los adelantos en transporte por mar en el siglo 13 finalmente dejaron la Ruta de Seda como
económicamente obsoleta. Los prisioneros Chinos capturados por fuerzas árabes en la Batalla de Talas en
751 con el tiempo introdujeron el arte de la fabricación de papel a las tierras árabes y seguidamente a
Europa, pero sólo después que los fabricantes de papel árabes guardaran celosamente el secreto de los
europeos durante más de cinco siglos y en el interin habían vendido papel a Europa a ganancias atractivas.
El proceso para hacer papel de fibra vegetal había sido inventado primero por Cai-lun en China durante la
Dinastía Han en 105. El primer molino del papel fuera de de China fue establecido por los árabes en
Samarcanda seis siglos y medio después en 751. La invención de papel facilitó grandemente el desarrollo del
idioma, las artes gráficas y cultura, primero en China, luego en el mundo árabe, y después en el Oeste.
Las revoluciones científicas e industriales aumentaron inmensamente la riqueza y poder del Oeste desde la
mitad del siglo 19. Después de la derrota del Imperio Otomano Islámico en la Primera Guerra Mundial, el
Medio Oriente fue tomado por los poderes Europeos y pusieron a desecho a colonias y protectorados.
Hoy, a pesar de la des-colonización, esta región nacionalista y rica en petróleo, permanece pobre y
subdesarrollada, no porque la modernidad la haya evitado, sino porque la modernidad llegó en forma de neocolonialismo. La Occidentalización en estas tierras ha producido resultados miserables, forzando al mundo
islámico a la conclusión que la solución puede ser una renovación de la fe islámica que reinó en los días de
su anterior grandeza. El Oeste se burla esta de esa visión como un rechazo de la modernidad, no obstante la
evidencia histórica que el mundo árabe ha abrazado la ciencia y tecnología en un momento cuando las
mejores mentes del Oeste todavía eran prisioneros de la doctrina de la tierra plana.
El tema del choque de civilizaciones exagera en perspectiva la unidad, valores, ideas y lealtades entre los
pueblos que comparten una historia y cultura común que definen una civilización. Las guerras modernas han
sido peleadas principalmente dentro de la civilización Occidental, mientras las fáciles conquistas
imperialistas han estado al orden del día entre civilizaciones occidentales y no-occidentales.
Samuel P Huntington escribió:
"Las características centrales del Oeste, aquéllas que lo distinguen de otras civilizaciones,
antedatan la modernización del Oeste".
Así la modernización de otras civilizaciones no está en conflicto con rechazo de la occidentalización. El
estudioso Bernard Lewis, viendo al odio a la modernidad como la fuerza principal en el contexto más ancho
del terrorismo islámico, está confundiendo modernidad con cultura occidental.
El rechazo de la modernidad ocurre en cada nación y civilización. La historia del Oeste, dominada por el
crecimiento de la Cristiandad, es esparcida con guerras de resistencia contra la modernidad. La historia de la
Cristiandad, el hilo principal de la historia Occidental, es una saga continua contra la modernidad. La
"guerra al terrorismo" de EEUU en si misma, es una continuación de esta resistencia en su énfasis de fuerza
en lugar de entendimiento. Raptando el concepto de modernidad como un monopolio del Oeste, los
estudiosos occidentales obstruyen la verdadera modernidad en un mundo diverso. La modernidad es definida
por el Oeste como una recolección de valores occidentales arbitrariamente juzgados universales - la cultura
secular de una racionalidad circular, ciencia materialista, alienante individualismo, innovación técnica,
legalismo amoral, democracia selectiva y capitalismo explotador que el imperialismo occidental ha
propagado mundialmente en formas diferentes y en grados variantes. El fundamentalismo religioso está
disfrutando actualmente de una influencia inaudita sobre la política secular dentro de los Estados Unidos,
como ejemplificado por la proclamación del presidente George W Bush que Dios, no la constitución
norteamericana, le dijo que atacara Afganistán y Irak. Mientras la separación de iglesia y estado todavía es
un principio gobernante en los EEUU, la separación de religión y política es inexistente.
La modernidad, una nueva versión de "la carga de hombre blanco" de Rudyard Kipling del imperialismo
pasado de moda, ha sido traída al mundo por el neo-imperialismo, para desarmar la resistencia a la invasión
neo-imperialista occidental. La oposición a las políticas explotadoras y acciones del Oeste imperialista es
rechazada como un odio irracional a la modernidad. Kipling (1865-1936) confundió avance materialista
Occidental con superioridad moral, como medida por una norma basada en la virtud. El retrato romántico de
Kipling del inglés ejemplar como valiente, honorable, de conciencia y auto-confiado, mientras el aceptado
popularmente en el Oeste angloparlante, generalmente se rechazaría en el Este por aquéllos con exposición
directa a la casta como todavía estar sin lavarse de los instintos animales. La imagen idealizada se
reconocería como ser una manifestación deseosa basada en la mentalidad colonial apologética de Kipling
hacia su mejora social en la sociedad. También es una compensación para el propio complejo de inferioridad
de Kipling derivado de su relación de amor-odio con la riqueza de la cultura india, a la que él estaba atraído
pero a la que él fue incapaz de apreciar totalmente debido a su prejuicio racial, profundamente arraigado,
producto de la cultura Occidental.
La "carga del hombre blanco" es una vista mundial para justificar imperialismo. El término es el nombre de
un poema de Kipling de 1899, los sentimientos de que da visión a esta vista del mundo.
En el primer verso del poema de Kipling se lee:
Take up the White Man's burden Send forth the best ye breed Go; bind your sons to exile
To serve your captives' need;
To wait, in heavy harness,
On fluttered folk and wild Your new-caught sullen peoples,
Half devil and half child.
Tomen la carga del Hombre Blanco Envíen los más buenos engendros Vayan, liguen sus hijos al destierro
Para servir la necesidad de sus cautivos;
a esperar, en guarniciones pesadas,
Sobre gente temblorosa y salvaje Sus recién-tomados pueblos malhumorados,
Mitad diablos y mitad niños.
En esta vista, las culturas no-europeas se ven como infantiles y diabólicas, con personas de ascendencia
europea que tienen una sagrada y generosa obligación para dominarlos a perpetuidad para su propio bien y
salvación.
El poema se publicó originalmente en una popular revista norteamericana (McClure). Fue escrito
específicamente para dirigirse a los sentimientos aislacionistas norteamericanos después de la Guerra
Española-Norteamericana en 1898, de la que los Estados Unidos surgirían consecuentemente como un poder
mundial. Kipling escribió este poema específicamente para ayudar a dominar la opinión popular en los
EEUU, para que un poder Occidental "amistoso" tuviera la estratégicamente importante Filipinas después
del derrumbe del imperio español en Asia Sudeste.
La visión y el término ahora se consideran ampliamente como racistas. No obstante, sirvió al propósito de
permitir a la colonización proceder en el contexto de auto-imagen de anti-colonialismo norteamericano y
legitimar el histórico racismo en los Estados Unidos.
Los poderes coloniales se asentaron en la excusa de "civilizar" los pueblos indígenas para racionalizar el
colonialismo. Los hallazgos arqueológicos en el sur de Africa se suprimieron por temor que la existencia de
una cultura urbana sofisticada en el sur de Africa previa a la colonización europea propusiera una amenaza
al argumento de que el gobierno blanco era necesario para "civilizar" la región.
El término "la carga del hombre blanco" es a veces usada en el momento presente para describir normas
dobles hacia aquéllos de ascendencia europea debido a la responsabilidad o culpabilidad percibida por los
males históricos. Este es el principal argumento moral para la acción afirmativa en los Estados Unidos. Cada
vez más se escuchan demandas vocales de la comunidad negra y las naciones de pueblos indígenas en los
EEUU para una disculpa oficial y un programa de restitución para tratar tales males históricos perpetrados
por un pueblo sobre otros.
El imperialismo cultural es la práctica de promover la cultura y el idioma de una civilización nacional en
otra con el propósito de control político y social. Esto puede tomar la forma de una política activa, formal,
como en educación y oportunidades de trabajo o una actitud general de complejo de superioridad.
Los imperios a lo largo de la historia han establecido el uso de la guerra y la compulsión física. En el largo
plazo, la población invasora tiende a ser absorbida en la cultura local dominante, o adquiere indirectamente
sus atributos. El imperialismo cultural invierte esta tendencia imponiendo una cultura extranjera sobre los
conquistados. Uno de los ejemplos tempranos de imperialismo cultural fue la causada extinción de la cultura
y lenguaje de los etruscos por las políticas imperiales de los romanos.
La cultura griega construyó gimnasios, teatros y baños públicos en los lugares que sus partidarios
conquistaron, como la antigua Judea, donde el imperialismo cultural griego prendió la chispa de una revuelta
popular, con el efecto que las poblaciones súbditas se sumergieron en la cultura victoriosa. La propagación
del idioma griego koine (común) fue otro gran factor en esta inmersión.
La rebelión del libro de oraciones de 1549, cuando el estado inglés buscó suprimir los idiomas no-ingleses
con el Libro de Oraciones Comunes en lenguaje inglés, es otro ejemplo. Reemplazando el latín con el inglés,
y bajo la guisa de suprimir al catolicismo, el inglés fue impuesto en efecto como el idioma de la Iglesia
Anglicana como una institución social dominante. Aunque las personas en muchas áreas de Cornwall no
hablaban o entendían inglés en ese momento, como resultado el idioma cornish entró en desuso. El pueblo
de Cornish protestó contra la imposición de un libro de oraciones en inglés, resultando en que gran número
de rebeldes fueron masacrados por el ejército del rey, sus líderes ejecutados y el pueblo sufriendo severas
represalias.
A lo largo de los siglos 18 y 19 el establecimiento dominante inglés intentó eliminar todos los idiomas noingleses dentro de las Islas Británicas (como galés, irlandés y escocés gaélico) proscribiéndolos o por otra
parte marginando a sus portavoces. Muchos otros idiomas fueron casi o totalmente eliminados, incluso el
cornish y manx. El "Imperialismo cultural" es un término aplicado primero al Imperio Británico, con sus
muchas medidas para imponer la cultura victoriosa sobre los conquistados. Éstos fueron desde la hegemonía
de la libra-esterlina, al estado social preferido dado por el juego de cricket y códigos de vestimenta inglés, al
uso y enseñanza obligatoria del inglés, además de establecer el control de Gran Bretaña en las naciones y
territorios dentro del imperio. El imperialismo del idioma es el elemento básico del imperialismo cultural. La
práctica discriminadora de elocución apropiada es un componente de imperialismo cultural en grupo.
Cuando la exploración de América creció, las naciones europeas incluyendo a Gran Bretaña, Francia,
Bélgica, los Países Bajos, España y Portugal todos corrieron para reclamar territorios en la esperanzas de
aumentar la generación de riqueza económica para ellos. En estas nuevas colonias, los conquistadores
europeos impusieron sus idiomas y culturas en tierras donde la población indígena era demasiado grande o
demasiado establecida como para aniquilarla. Lo mismo tuvo lugar en Africa y Asia. El registro de política y
abuso norteamericano sobre los americanos nativos es atroz y va más allá del imperialismo cultural al
genocidio.
Durante la última parte de los siglos 18, 19 y principios del siglo 20, el gobierno sueco reprimió
continuamente la cultura saami. La represión tomó numerosas formas, como prohibir el idioma saami y por
la enérgica remoción de muchos artefactos culturales, como los tambores mágicos del naajds (Saami
shamans). La mayoría de los tambores no tienen fecha de ser devueltos. Así como en los tardíos años sesenta
el pueblo sueco-finlandés del Valle de Torne tenían prohibido el uso de su dialecto finlandés nativo en
escuelas y archivos públicos.
El imperialismo cultural desde la Segunda Guerra Mundial ha estado conectado principalmente con los
EEUU. La mayoría de los países fuera de los Estados Unidos ve la penetrante exportación cultural
norteamericana a través de los negocios y la cultura popular como amenazantes a sus estilos de vida
tradicionales o valores morales. Algunos países, incluyendo Francia y Canadá, han adoptado políticas
oficiales que activamente se oponen a la "Americanización."
Los representantes de al-Qaeda declararon que sus ataques a los intereses norteamericanos fueron motivados
en parte por una reacción al percibido imperialismo cultural norteamericano.
Edward Said de la Universidad de Columbia, uno de los pioneros de estudios post-coloniales, ha escrito
extensivamente sobre el asunto de imperialismo cultural. Su trabajo resalta las asunciones desacertadas
sobre las culturas y sociedades y está influenciado por los conceptos de Michel Foucault de discurso y
poder. Foucault ve el mero papel del intelectual como ponerse el mismo delante y al lado en orden de
expresar la verdad ahogada de la colectividad. Más bien, es esforzarse contra las formas de poder que lo
transforman a él en su objeto e instrumentar en la esfera del conocimiento, verdad, conciencia, y discurso.
En esta teoría del sentido no expresa, traduce, o sirve para aplicar la práctica: es práctica. Pero es local y
regional y no totalizadora. Esta es una lucha contra el poder, un forcejeo apuntado a revelar y minar el poder
donde es muy invisible e insidioso. Esto no es para despertar conciencia que nosotros nos esforzamos sino
para extraer la savia del poder, para tomar el poder; es una actividad dirigida junto a aquéllos que se
esfuerzan por el poder, y no su iluminación. El Colonialismo, la teoría política del imperialismo gobernante,
esta basada en una creencia que la mayoría de los colonizadores son superiores a aquéllos colonizados en la
base del poder. Esta mentalidad colonial explica por qué las colonias anteriores como Hong Kong se aferran
al mito de la superioridad de su cultura colonial.
Según Said, el Oriente significa un sistema de representaciones ideado por fuerzas políticas que llevaron al
Oriente al aprendizaje Occidental, conciencia Occidental e Imperio Occidental. El Oriente existe para el
Oeste, y se construye por y respecto al Oeste. El Orientalismo se refiere al estudio de las sociedades y
culturas Cercanas y Lejanas Orientales, generalmente para los occidentales. Es una imagen de espejo de lo
que es inferior y extranjero (el "Otro") al Oeste. Aunque este término había sido abandonado como arcaico
para finales siglo 20, Said defiende que el término debe redefinirse para aplicar a cualquier estudio actual de
tales sociedades para corregir cuentas actuales del Medio Oriente, India, China, y en otras partes, que
reflejen los largos y sostenidos prejuicios occidentales. El discurso y la imaginería visual del Orientalismo
son encajados con nociones de poder y superioridad, formulados inicialmente para facilitar una misión
colonizadora por parte del Oeste y perpetuarla a través de una amplia variedad de discursos y políticas.
Los teóricos críticos consideran al Orientalismo como parte de un esfuerzo para justificar el colonialismo a
través del concepto de la "carga del hombre blanco", y manejar la espada de la modernidad contra las según
se alega, civilizaciones “atrasadas”. Una teoría crítica es un relato de moralidad que es sensible a la
históricamente contingente naturaleza de la cultura que la engendró: adoptando una posición hipotética hacia
sus propias tradiciones y sobre esta base que abraza su propia relatividad cultural, participantes en la
formación de una teoría crítica toman una posición de cuestionar hacia sus propias prácticas mientras no
obstante evitan la parálisis del relativismo moral. La actual aplicación coercitiva del concepto Occidental de
democracia, gobierno de la ley, libertad individual y fundamentalismo de mercado como verdad universal es
un blanco legítimo de la teoría crítica.
Los promotores de esta versión occidental de modernidad ven su nacimiento en el Oeste a través de una
transformación radical de su pasado. El Oeste de la Edad Media, construido alrededor de una vista mundial
de Escolasticismo Cristiano, era una sociedad de filosofía religiosa, de ley feudal y economía agrícola.
Surgida de este pasado, el Renacimiento y el Iluminismo produjeron una substancialmente nueva mentalidad
de ciencia, individualismo, capitalismo industrial e imperialismo.
El cimiento cultural de esta nueva mentalidad es la razón, no la revelación, es el instrumento de
conocimiento y árbitro de la verdad; esa ciencia, no la religión, lleva a la verdad sobre la naturaleza y la
vida; que la persecución de la felicidad en esta vida, no la demanda para el cumplimiento espiritual, o el
sufriendo en preparación para la próxima, es el propósito cardinal de la existencia; esa razón puede y debe
usarse para aumentar el control humano a través del progreso económico y tecnológico; que la persona
individual es un fin en si mismo/misma con la capacidad de dirigir su propia vida, no un miembro comunal
de la sociedad con un papel social prescrito; que los individuos deben ser animados a complacerse en los
derechos inalienables a la libertad de pensamiento, discurso, y acción; que la creencia religiosa debe ser un
asunto privado en lugar de un conocimiento colectivo, que la intolerancia es una enfermedad social, y que la
iglesia y el estado deben mantenerse separados.
Cuando el Oeste crece más fuerte, la tolerancia de otras culturas y de aquéllos dentro del propio Oeste que se
niegan a participar, son vistas cada vez más como una señal de debilidad. La dominación asume formas
sofisticadas, menos visibles. La soberanía nacional se empuja a un lado en nombre de reemplazar las
economías comandadas por los mercados, la guerra con comercio, y el gobierno de rey o comisario con la
ficha de la democracia. Resistirse al neo-imperialismo es resistirse a la modernidad. Esta visión justifica el
nuevo imperio de la sola superpotencia, heredero auto-proclamado de la civilización Occidental.
Todavía esta vista de modernidad interpreta mal historia.
(Sto.) Tomás de Aquino (1225-71) beneficiado intelectualmente de su exposición a las traducciones de
trabajos de Aristóteles del griego al latín por estudiosos árabes de cuya visión del mundo él se volvió muy
deudor. Él también ganó intelectualmente del crecimiento de las universidades en Europa durante los siglos
12 y 13, notablemente de la Universidad de Bolonia (1088), conocida por sus estudios en leyes, la
Universidad de Padua (fundada por disidentes de Bolonia), la Universidad de París, y la Universidad de
Oxford, todas fundadas como centros de aprendizaje en teología, no en ciencia. En este nuevo entorno
intelectual en Europa, Aquino aplicó el silogismo aristotélico como interpretado por mentes árabes al
misticismo medieval de la revelación.
Su Summa Teológica (1267-73) fue una exposición sistemática de teología en principios filosóficos
racionales trabajados por los griegos antiguos como modificados por la precisión árabe y álgebra, que
abrieron camino el uso de variables para resolución de problemas en lógica.
En ese tiempo, mientras el Escolasticismo, como adelantado por San Agustín (354-430), vindicaría la razón
en teología, diferenciaría cuidadosamente entre teología y filosofía. Lo haría confinando la teología,
procediendo de la fe, a las investigaciones de verdades reveladas, mientras limitaría la filosofía, basada en la
razón, de preocupación con verdades que transcendieran la razón. La verdad revelada sólo se proclamaría
como descubrible a través de la Fe.
El siglo 13 fue un punto crítico en el pensamiento cristiano con respecto a la relación entre la fe y la razón.
La comunidad intelectual en la Cristiandad en ese momento se desgarró entre las demandas de seguidores de
Averroes (1126-98), filósofo árabe de Córdoba en España, y las demandas de los seguidores de San Agustín,
las juventudes con problemas se volvieron convertidas, celosas, fundadores de la teología cristiana y
portavoces del misticismo cristiano.
Los esfuerzos de los seguidores de Averroes en el siglo 13 por separar absolutamente fe de verdad, chocaron
con la demanda tradicional de verdad que es exclusivamente una cuestión de Fe. Semejante demanda se
había constituido en los últimos nueve siglos por los seguidores de San Agustín, cuya la contribución a la
evolución de la Cristiandad fue considerada segunda a la de San Pablo, apóstol de Gentiles y el más grande
apóstol misionero. Pablo extendió el implacable acercamiento de la evangelización a Occidente aplicando a
su celo misionero el mismo vigor e intolerancia que él mostró hacia la persecución de cristianos antes de su
epifanía en el camino a Damasco.
Averroes, nombre latino de Abu-al-Walid Ibn Rushd, cuyos comentarios sobre Aristóteles permanecerían
influyentes durante cuatro siglos hasta el Renacimiento, intentó circunscribir los límites separados de la Fe y
Razón. Él afirmó que los dos podrían procesar verdades y que los dos reinos separados no necesitan ser
reconciliados porque ellos no están en conflicto. Siger de Brabant de la Universidad de París, líder de los
averroístas, dijo en 1260 que debe ser posible, como materia de veracidad y tolerancia, como una licencia en
entereza intelectual, para un concepto ser verdad en razón pero falso en fe o viceversa.
Las doctrinas de los averroístas que incluyen el negar la inmortalidad del alma individual y defender la
eternidad de la materia, terminaron siendo condenadas oficialmente por la Iglesia Católica.
Sto. Tomas de Aquino, apodado el Buey Mudo debido a su manera lenta y deliberada de discurso, brillante
padre del Neo-Escolasticismo, apunta a resolver la disputa entre averroístas y agustinianos y sostendría que
la razón y la fe constituyen dos reinos armoniosos en que la verdad de fe complementa la razón, ambos por
ser regalos de Dios, pero la razón que tiene autonomía propia. La existencia de Dios podría entonces ser
descubierta a través de la razón, con la gracia de Dios.
La importancia teológica de esta demanda trascendental por Tomás de Aquino no puede sobre enfatizarse.
Esto salvaría a la Cristiandad de caer en la impertinencia en la Edad de la Razón, a veces llamada el
Iluminismo, y preservaría la tolerancia de la fe entre los pensadores racionales en el mundo científico.
Las afirmaciones Tomistas permanecieron incontestadas durante cinco siglos hasta David Hume (1711-86)
señalando en su Inquiry into Human Understanding que desde la conclusión de una inferencia válida no
pudiera contener información no encontrada en la premisa, podría haber ninguna conclusión válida de no
observados fenómenos.
Hume dejó ala lógica salir fuera del globo natural teológico Tomista, y en el proceso mostró que incluso las
reglas generales de la ciencia no podrían justificarse lógicamente más allá de sus propios límites, quizás
incluso su propia conclusión aplastante. Hume, el empirista, determinaría lógicamente que esa lógica es
redonda y no va en ninguna parte: una posición clásica de escepticismo taoísta.
Immanuel Kant (1724-1804) emancipó el orden de conocimiento del hombre del escepticismo de Hume. En
su “Crítica de la Razón Pura” (1781), Kant dio énfasis a la contribución del conocedor al conocimiento.
Mientras reconocía que los tres grandes problemas de la metafísica - Dios, libertad e inmortalidad - no
podrían determinarse lógicamente, él afirmó que su esencia es una presuposición necesaria. En sus
publicaciones subsecuentes, “Crítica de la Razón Práctica” (1788) y “Crítica del Juicio” (1790), Kant afirmó
como una ley moral su famoso imperativo categórico que exige a las acciones morales estar ligadas
incondicional y universalmente a la absoluta buena voluntad. La buena voluntad está singularmente ausente
en el imperialismo, clásico o neo.
A pesar de los descubrimientos ilustrados de los empiristas protestantes ingleses como Thomas Hobbes,
John Locke y David Hume, y quizás en reacción a ellos, el Papa León XIII emitió la encíclica Aeterni Patris
en 1879. Declaró al Escolasticismo, como modificado por Tomás de Aquino, ser la filosofía oficial Católica.
Inconscientemente, Escolasticismo legitimó la independencia de la política secular del control de la Iglesia.
Si la Razón y Fe constituyen dos reinos armoniosos en donde la verdad de la Fe se complementa a la de la
Razón, ambas por ser regalos de Dios, pero la Razón que tiene una autonomía propia, entonces la política y
religión también pueden pertenecer a reinos separados, en que la moralidad de la religión complementa la
virtud en política, pero la política tiene una autonomía propia. Esto proveyó la racionalización teológica de
la separación de iglesia y estado.
Así cuando Sayyid Qutb (1906-66), líder de la Hermandad Musulmana en Egipto y autor prolífico de gran
influencia, escribió:
"Una ofensiva extrema, una jihad, debe emprenderse contra modernidad para que... Un rearme
moral pueda tener lugar. El último objetivo es restablecer el Reino de Alá en la tierra",
él no estaba rechazando la modernidad sino la modernidad del Oeste. Qutb no estaba predicando sufrir en
preparación para la próxima vida como alegan los estudiosos occidentales como Bernard Lewis, él quiso su
civilización de vuelta y él la quiso ahora. Qutb no escribió acerca de la ignorancia del Oeste. Su
fundamentalismo se formó durante los dos años que él pasó en los Estados Unidos, que parecieron a él "una
combinación desastrosa de ávido materialismo e individualismo egoísta".
Alexis de Tocqueville (1805-59), mientras admiraba la energía y versatilidad de los americanos, también
pensó que ellos estaban muy intencionados en ganar dinero y serían condenados a ser una cultura comercial.
En la opinión de Tocqueville, la noción de igualdad de los norteamericanos se derivaba de su "igualdad
general de condición" en lugar del compromiso moral y que su igualdad podría ser puesta en peligro en el
futuro por el dominio de una nueva clase industrial.
Mawlana Abu'l-A'la Mawdudi (1903-79), el fundador del fundamentalista Jama'at-i Islami en India y
Pakistán, también se opuso militantemente al individualismo. En un estado Islámico, él escribió,
"nadie puede considerar cualquier campo de sus asuntos como personal y privado".
Asia moderna no puede entenderse totalmente sin un conocimiento completo de Confucianismo, Budismo y
Taoísmo. La influencia occidental, desde la Cristiandad al Liberalismo al Marxismo, ha sido sólo un traje
mal-ajustado sobre una cultura antigua profundamente arraigada en valores confucianos, misericordia del
iluminismo budista y paradoja taoísta.
La cultura feudal en China tiene aspectos qué la ciencia política moderna etiquetaría de fascista, socialista,
democrática y anarquista. Como sistema socio-político, el feudalismo es inherentemente autoritario y
totalitario. Sin embargo, desde que los ideales culturales feudales siempre han sido nutridos
meticulosamente por el confucianismo para ser congruente con el régimen político, el control social,
mientras dominante, raramente se siente conscientemente como opresión por el público general. O, con más
precisión, la opresión social - vertical, como para someterse al soberano, y horizontal, como prejuicio de
género - es considerado natural por la falta de una visión alternativa aceptada. Conceptos como igualdad,
individualidad, privacidad, libertad personal y democracia son juzgados antisociales, y sólo anhelados por
los trastornados mentales, como los taoístas radicales. Esto era verdad en gran medida en los tiempos
modernos cuando los taoístas radicales se transformaron en radicales políticos y culturales disidentes.
El budismo (Fo Jiao) primero apareció oficialmente en China en 65 DC. Alguna evidencia sugiere que
podría haber sido importado a China desde India ya en 2 AC. Desde su introducción, el budismo ha
penetrado la sociedad china y su vida económica, a pesar de la supresión periódica por el Estado. Este había
afectado las costumbres de todos los niveles de la sociedad para el tiempo de la Dinastía Tang unos seis
siglos después de su introducción. Los Templos, Monasterios y Santuarios Budistas fueron establecidos en
cada parte del imperio. Los servicios de los sengs (monjes budistas) se volvieron indispensables para todos
los eventos sociales, realizando ceremonias religiosas para los entierros y bodas, bendiciones para los recién
nacidos, administrando templos para los creyentes y acudiendo a los santuarios familiares para la élite. Los
Sengs funcionaron como predicadores, maestros, escribas, artistas e incluso doctores. A menudo ellos se
harían altos consejeros del huangdi (emperador), y muchos sengs se harían poderosas figuras políticas, en la
corte y a nivel local.
El nombre Buda (Fo) es un palabra en Sánscrito que significa “El Iluminado”. Es la denominación conferida
por los creyentes del Príncipe Indio Siddhartha Gautama (563-483 AC), quién vino desde las colinas del sur
de los Himalayas.
El Budismo se originó al final del siglo 5 AC en el valle del medio Ganges en India. La secta religiosa
primero surgió como una reacción plebeya a las demandas espirituales y la supremacía social de los
sacerdotes hindúes Brahmán que eran la élite gobernante del sistema de castas indio. Desde ese tiempo, el
Budismo se ha extendido a través de los límites políticos, sociales y étnicos como una de las tres grandes
religiones del mundo, las otras dos son la Cristiandad y el Islam.
Curiosamente, la aceptación de Budismo permanecía esporádica en India, su lugar de nacimiento. La
incorporación de Buda por el Hinduismo como la novena encarnación (avatar) de su dios, Vishnu, adulteró
seriamente la singularidad autónoma del Budismo en India. La invasión musulmana de India del siglo 11,
gradual pero efectivamente borró allí las remanentes comunidades budistas. De la misma manera, la
cristiandad sigue siendo una religión minoritaria en el Medio Oriente, su lugar santo de origen.
Kanishka, un ardiente patrocinador del Budismo, fue rey del Imperio de Kushan que dominó la India del
Norte durante el siglo 2 DC. Él también fue conocido en la historia como el patrocinador de un estilo grecobudista de escultura, etiquetado por los historiadores del arte como escuela Gandhara, tipificado por estatuas
de Buda sentado con cabellos rizados que se volvieron la forma de arte budista dominante en Asia Oriental.
Un Buda de bronce dorado de la escuela de Gandhara es mostrado en el Museo de Arte Harvard Fogg en
Cambridge, Massachussets. Más significativo, Kanishka fue el instrumento para introducir el Budismo en
Asia Central, de donde se extendió primero a China, luego a Corea y finalmente en Japón.
La rama del budismo que se difundió en Asia Oriental asumiría características diferentes de las tempranas
sectas del propio tiempo de Buda. Llegaría a ser conocido como Mahayana (Dasheng, significando vehículo
mayor), la escritura del cual se escribe en sánscrito clásico, distinguiéndose del más viejo Hinayana
(Xiaosheng, significando vehículo menor), la escritura del cual se escribe en un dialecto vernáculo (Prakrit)
conocido como Pali. El budismo de Hinayana permanece más cerca al Budismo antiguo y hoy se practica
ampliamente en Asia Sudeste.
El Sermón del “Volverse de la Rueda de la Ley”, entregado por Buda en Sarnath alrededor de 500 DC,
elucida el secreto de una vida feliz por medio de las Cuatro Verdades Exaltadas:
Verdad I: La existencia abarca dolor.
Verdad II: El dolor emana del deseo.
Verdad III: El dolor mengua cuando el deseo mengua.
Verdad IV: El deseo puede ser aliviado siguiendo el bondadoso Camino de los Ocho Espectros.
Este Bondadoso Camino de los Ocho Espectros consiste de:
Espectro 1: Convicción virtuosa.
Espectro 2: Resolución virtuosa: para renunciar al placer sensual, para no dañar ninguna criatura viviente y
finalmente para lograr salvación.
Espectro 3: Discurso virtuoso.
Espectro 4: Conducta virtuosa.
Espectro 5: Envolvimiento virtuoso.
Espectro 6: Esfuerzo virtuoso: para mantener a la mente libre del mal y consagrada al bien.
Espectro 7: Contemplación virtuosa.
Espectro 8: Meditación virtuosa: para lograr un conocimiento de desinterés interior y desprendimiento
externo.
Las preocupaciones budistas son más éticas que metafísicas, enfocando en el sufrimiento humano, que es
considerado como inherente a la vida en si mismo. El sufrimiento sólo puede ser disipado abandonando
deseos como ambición, egoísmo, envidia y codicia. Este enfoque de la vida es el diametralmente opuesto al
concepto Occidental de modernidad.
El desprendimiento es clave. Los budistas hacen votos contra matar, robar, falsedad, lujuria e intoxicación.
Ellos practican auto confesión e intentan vivir vidas austeras, ascéticas con el objetivo de lograr nirvana, un
estado de desprendimiento dichoso que, cuando logrado permanentemente, conocido como pari-nirvana, trae
por otra parte un final al ciclo nunca-acabado de renacimientos con destino a la tierra a través de la
trasmigración del alma. Las Cuatro Verdades Exaltadas del Budismo han ayudado a los devotos a tratar con
las tribulaciones de la vida. La tercer Verdad Exaltada, el dolor mengua cuando el deseo mengua, tiene
aplicación a la economía de mercado moderna.
Un principio budista básico: el secreto de la felicidad no es conseguir lo que usted quiere, sino querer lo que
usted consigue.
Demasiado para el concepto de la persecución de felicidad en la modernidad Occidental. Para la idea budista
de felicidad, si usted tiene que seguirlo, usted lo ha perdido.
Las razones del abrazo popular de China al budismo son complejas y han estado sujetas a reevaluación
constante. Uno normalmente reconoce que la razón es que el budismo, mientras de origen extranjero,
comparte conceptos en común con el Taoismo y Confucianismo que son indígenas a la cultura China. El
lado pasivo del Budismo es Taoísmo, que practica la contemplación y promueve el auto conocimiento. Y el
lado activo del Budismo es Confucianismo, que defiende respeto por la autoridad y sumisión a la corrección.
Además, el budismo ha proporcionado, cuando ha evolucionado en China, para elaborar, ceremonias vívidas
bienvenidas por un aspecto del carácter colectivo chino, hasta aquí suprimidas a través de siglos de
refrenamiento social confuciano y abnegación taoísta.
Lo mayor de todo, el Budismo llena un vació dejado por los antiguos conceptos religiosos tradicionales
chinos, que se centran rígidamente alrededor de la trinidad:
1) El cielo (Tian) - Dios.
2) El hijo de Cielo (Tianzi) - el Emperador (soberano).
3) Los Cien Apellidos (Baixing) – las Personas.
El Cielo (Tian) es el símbolo abstracto de todas las cosas sobrenaturales y autoritarias, mucho de lo cual es
la manera en donde la corte imperial es referida como el cuerpo de toma de decisión autoritario del imperio
secular. Dios, un término que no tiene ningún equivalente exacto en el idioma de cultura China politeísta,
tiene su traducción más íntima como Tiandi (Rey en Cielo), que es el dios más alto. Se cree que el cielo
como un reino que es habitado por un clan de dioses y espíritus (shen-gui), con líneas jerárquicas,
encabezado por Tiandi, similar a la comunidad jerárquica griega de dioses encabezada por Zeus.
El huangdi secular (emperador) es el Hijo de Cielo (Tianzi), y las personas, conocido como los Cien
Apellidos (Baixing), son pupilos de huangdi.
Las personas no disfrutan el privilegio de comunicarse directamente con el Cielo, el dominio de los dioses
encabezado por Tiandi. El deber de las personas es pagarle homenaje al Hijo de Cielo que exclusivamente
posee el privilegio de comunicarse con y acción de gracias al Cielo. El ritual más solemne en la cultura
feudal China es el rito del fengshan. Es un ritual que confiere la abdicación del Cielo de autoridad en asuntos
seculares a favor del huangdi.
Así la religión en China, antes de la llegada del Budismo, había sido meramente un subsistema espiritual del
mundo secular. Era una extensión espiritual de la rígida jerarquía del antiguo reino socio-político chino. El
Budismo proveyó una salida anteriormente no disponible de expresión religiosa directa para las personas
comunes. Este introdujo la experiencia religiosa participativa en la sociedad China. Considerando que, en el
contexto rígido de la estructura social confuciana, el Taoísmo (Dao Jia) le proporciona libertad espiritual
individual introvertida al pueblo chino, el Budismo les proporciona extrovertida liberación espiritual
colectiva, independiente de la jerarquía comunal. El taoísmo le permite al individuo contemplar
privadamente y lo libra de la tiranía mental de una cultura totalmente controlada, mientras el budismo les
permite a las personas rendir culto independientemente y los libra del control penetrante de una rígida
jerarquía socio-política secular.
La religión en China tiene un significado diferente que en Occidente. El término "religión" en el idioma
chino está compuesto de dos caracteres: zong-jiao, significando literalmente "enseñanza hereditaria".
Hasta la propagación del budismo, la experiencia religiosa para el pueblo Chino se había limitado a la
reverencia hacia los espíritus de sus antepasados muertos. El budismo proporcionó al devoto medio con el
acceso directo a Dios sin requerir un rechazo de reverencia a los espíritus hereditarios. Hasta la introducción
del cristianismo, los chinos no fueron requeridos por la religión para negar la espiritualidad de sus
antepasados. Esta demanda para el rechazo del culto de los antepasados fue un obstáculo importante
impidiendo a la cristiandad volverse una religión mayor en China. A propósito, incluso en la teología
cristiana, "Dios" se traduce en chino como Shangdi y significa "El Rey Por Encima." Es un eco celestial del
gobernante supremo en el sistema político secular.
Desde su origen, el budismo asumió una postura anti-establishment, que se moderó cuando se desarrolló en
China pero nunca fue totalmente abandonada. Tradicionalmente, en la parte temprana del reino de un
emperador, tan pronto cuando su gobierno fue establecido firmemente, él realizaría los elaborados y
formales ritos de los fengshan. Estos ritos confucianos de feudalismo teocrático involucran el pagar tributo
para el Tianzi (Hijo de Cielo) como huangdi (emperador), en nombre de su baixing, a saber las personas, a
Tian (Cielo) donde el dios jefe Tiandi (Rey en el Cielo) reina. A través de los ritos del fengshan, los huangdi
recibieron tributo y aceptaron prendas de lealtad de sus señores vasallos en nombre de sus muchos favoritos
y súbditos a lo largo del imperio. Cualquiera además del huangdi que realizara directamente ritos religiosos
al Cielo, estaría cometiendo actos prohibidos equivalentes a la usurpación traidora. El budismo rompió el
sostenimiento monopolizador del huangdi en la celebración religiosa y lo abrió a todos para la toma. El
pequeño milagro del budismo se propagó como flores salvajes.
Quebrando el jerárquico monopolio religioso implicado por ritos confucianos del fengshan, el budismo en su
historia temprana en China contribuyó inconscientemente a desmenuzar la fundación de una jerarquía feudal
en declive. La teología populista de Budismo apoyó la emergencia de una estructura secular en forma de un
imperio manejado centralmente, reemplazando a la autoridad local autónoma. En esta nueva estructura
secular, los individuos podrían participar más libremente en funciones sociales, sin restricción por la
jerarquía local tradicional.
La noción budista del nirvana corre en paralelo al concepto del Mandato de Cielo (Tianming). Irónicamente,
exigiendo que un estado de nirvana pudiera ganarse a través de la devoción religiosa por cualquier miembro
merecedor de la sociedad, implica que el Mandato de Cielo también puede ser ganado por cualquier héroe
merecedor. Así el budismo invitó periódicamente y recurrente supresión de emperadores paranoicos que se
sintieron obligados a adoptar medidas anti-subversivas contra el budismo para defender la demanda imperial
del Mandato de Cielo de los desafíos por miembros ambiciosos de la aristocracia que eran devotos budistas.
Mientras el budismo sirve como fuente principal de la idea de acceso abierto a la salvación espiritual para
todos, el tal acceso universal es dependiente de la gracia del desprendimiento como ejemplificado por Buda.
Esta idea es semejante a la autoridad central aislada en una estructura imperial con la gracia de un
emperador distante que está menos envuelto con los detalles de la vida diaria de sus súbditos. Es menos
semejante al feudalismo jerárquico arcaico de los señores locales autónomos que controlan cada detalle de
las vidas de su feudo. Así el budismo facilitó su propio crecimiento al mismo tiempo que mantuvo la
justificación filosófica del florecimiento de un distante orden político centralizado en una sociedad compleja
multi-dimensional. El desarrollo de tal benigna estructura política centralizada, brotando primero en China
imperial en el siglo 5, adquirió velocidad imparable alrededor del siglo 7.
El concepto budista de acceso universal abierto al nirvana tenía implicancias socio-políticas. Ayudó al
cambio de las políticas de ser una lucha entre señores feudales competidores arbitradas por un huangdi al
principio de una lucha de amplio poder de imperio basado en intereses de clase. Puesto que las personas no
dependían de sus señores feudales para alcanzar el estado de nirvana, ellos ya no se sentían
inseparablemente limitados a sus señores en la vida secular. Gradualmente, comerciantes al servicio de un
señor feudal particular encontraron un fuerte interés común con otros comerciantes al servicio de los señores
que competían que su compromiso tradicional a la lealtad feudal cerrada. Antes que esto vaya lejos, la
mismo se hizo verdadero para granjeros, estudiosos, artesanos y otros mercaderes. Y con el estímulo tácito
de extender el poder central, las personas empezaron a ver al huangdi como una autoridad más alta,
abanderado de la justicia universal y para proteger sus intereses separados de clase. Ellos también miraron al
budismo para reforzar la postura moral de solidaridad de clase contra la demanda confuciana de lealtad
jerárquica absoluta hacia sus señores locales. Así la propagación del budismo introdujo en una edad de
autoridad imperial central fuerte sobre el feudalismo tradicional con autonomía local. A través de la
propagación del Budismo, un amplio imperio habitual ahora eclipsó la fragmentada autoridad local en los
problemas básicos de relación humana apropiada, justicia y orden social.
Simultáneamente, sin embargo, la insistencia budista en una separación clara de la autoridad eclesiástica del
control secular causó conflicto constante entre la autoridad central del trono del dragón y fundamentalistas
budistas independientes. Este conflicto fue explotado por miembros del guizu (la aristocracia) para
propósitos políticos seculares, particularmente aquéllos en el sur, donde la distancia física mayor de la
capital se traducía en mayor autonomía local.
El papel intelectual de las instituciones budistas creció cada vez más significativa y penetrante en la cultura
China. Los Sengs (monjes budistas) de varias sectas, además de sus tareas religiosas, tomaron rutinariamente
el escribir filosofía, dirigir escuelas y mantener bibliotecas. La independencia de la enseñanza budista de
prohibir el escolasticismo confuciano fue un factor importante del florecimiento popular del budismo en
China.
Reconocidamente se sobrecargaron los planes de estudios budistas con consumo de tiempo y estudios
teológicos para mente vacilante, pero la disciplina adquirida de tales métodos de estudio más que compensó
por la pesada inversión en tiempo y esfuerzo.
La excelencia en la exégesis requiere estudio, metodología de investigación, lógica creativa y seglar
comprobación de evidencia, calidades que los sabios sengs cultivaron. Los estudiosos budistas seng pronto
dominaron los campos de las matemática, alquimia, medicina, astronomía e ingeniería. El impacto budista
en la filosofía China fue fundamental, introduciendo nuevos conceptos, términos abstractos y nuevas
palabras para la descripción y manipulación de ideas previamente insondables. La influencia del budismo en
el arte Chino, arquitectura y literatura fue indisputablemente crucial. Tal influencia en Tang ayudó a liberar
la cultura China de la represión del confucianismo, particularmente en nuevas y creativas ideas, mucho
como los métodos científicos Occidentales harían 12 siglos después.
En literatura, budista las sutras (fojing), circularon más ampliamente y fueron leídas más popularmente que
los clásicos confucianos abstrusos y elitistas, Pavimentando el camino para otros nuevos y largos trabajos
literarios seculares, y preparando al público lector para la aceptación de mezclar prosa con verso, para
manejar temas multi-dimensionales y, finalmente, para el nacimiento de nuevos géneros literarios como la
novela y el drama.
El entendimiento budista de la historia y del arte de la habilidad política desafió el serio monopolio de
confucianismo ortodoxo en política. Y los budistas se reconocieron cada vez más por la objetividad relativa
en su juicio de la historia y por la originalidad innovadora en su enfoque a los problemas seculares. En
estrategia militar y teoría política, las contribuciones intelectuales budistas jugaron papeles mayores en una
fragmentada China para la búsqueda de la reunificación. A cambio, el budismo floreció bajo esos
gobernantes, como aquéllos de la Dinastía Sui (581-618), que fueron lo bastante sabios para emplear
universalmente las potentes ideas budistas y aplicarlas para ventaja política, permitiendo explotar el listo y
amplio apoyo del rápido crecimiento de comunidades budistas por el fragmentado paisaje político.
El desarrollo de la cultura china, política y espiritual no puede ser totalmente entendido sin tener en cuenta la
influencia del budismo desde su importación alrededor del siglo 2 AC. Desde el siglo 5 DC en adelante,
budistas contribuyeron a ambos, y a su vez fueron afectados por la polarización histórica en China durante la
era de Dinastías Norte-Sur (Nan-Bei Chao 420-589), un periodo que mide por palmos la fase tardía de Seis
Dinastías (Liu Chao 220-589) que emergieron después de la caída de la previamente gloriosa Dinastía Han
(206 BC-DC 220) cuatro siglos.
El Budismo se adaptó en si mismo durante este periodo en el sur a una sociedad caracterizada por la
independencia de un guizu trasplantado (aristocracia), con grandes estados de grupos cliente. Su estructura
eclesiástica se desarrolló flojamente en una red conectada, pero individualmente autónoma, de monasterios.
No fue sorprendente por consiguiente que el gran seng del sur (monje budista) Huiyun (334-416) escribió un
ensayo anti-confuciano titulado "Tratado en la Exención de Instituciones Religiosas de la Autoridad
Monárquica" (Shamen bujing Wangzhi Lun). Escrito en 404, el tratado afirmó la independencia de la
religión del control secular. Estaba entre los tratados intelectuales más tempranos en el principio de
separación de iglesia y estado.
Durante la era de Dinastías Norte-Sur, la autoridad política central tradicional en el norte obligó al Budismo
buscar apoyo del soberano gobernante, que tendió a ser la sola fuente de favores seculares. Por ejemplo, con
motivo transparente y el propósito sutil, Seng Fakuo (muerto en 420) de la Dinastía Bei Wei (Norteña Wei
386-534), líder del clero budista en el norte, afirmo al Emperador Daowu (reinó 386-409) como la
reencarnación viviente de Buda. Seng Fakuo le fueron concedidos altos títulos seglares durante su vida,
culminando con una línea hereditaria de Señor.
Los budistas del séptimo siglo en China buscaron el favoritismo del estado secular al mismo tiempo que
afirmaban su independencia y separación de las instituciones imperiales tradicionales requiriendo la
exención budista de la imposición de contribuciones, servicio militar y del largo brazo de la ley secular. Esta
postura inherentemente contradictoria todavía no habría traído la ira del trono del dragón sobre los budistas
si ellos no habían estado simultáneamente comprometidos en intrigas partidistas seculares y políticas de
clase.
Además, el abuso creciente de privilegios religiosos y la laxidad en la disciplina monacal inevitablemente
obligaron al trono del dragón a adoptar medidas intrusas de control en teología, y vigilancia secular de los
establecimientos eclesiásticos. También, la proliferación de la ordenación clerical y el fundar de
monasterios, muchos de los cuales que eran menos legítimas si no sinceramente fraudulentos, empezaron a
privar al estado de la mano de obra necesitada y del rédito de impuestos. La remoción de la economía de
grandes tractos tierra importantes que se donarían completamente, o bajo las fórmulas de dar diferido, o a
veces a través de fraudulentos, esquemas de evasión de impuestos, causó serios desequilibrios económicos
en muchas áreas. El santuario proporcionado por los monasterios budistas al sin ley, a los evasores de
impuestos y los conscriptos trampistas, así como a los disidentes políticos, también amenazó la autoridad
totalitaria del trono del dragón e intereses de seguridad del orden secular.
El gran gasto de construcción de templos budistas, el mantenimiento costoso de una población siempre
creciente del clero y sus comunidades laicas asociadas y el agotamiento del escaso suministro de metal
causado por las más y más grandes estatuas budistas y campanillas interfirieron con los propios planes del
estado secular cada vez más ambicioso para la construcción doméstica importante y para producción de
armas necesitadas para la conquista extranjera.
El creciente poder económico de los monasterios budistas, a menudo instituciones socio-económicas
principales en muchas regiones, también tenía desestabilizadoras implicancias políticas. Mientras el
Budismo fue patrocinado repetidamente por las autoridades seculares para propósitos políticos, los oficiales
perseguidores anti-budistas, conocidos como shatai (limpiadores eclesiásticos), sistemáticamente se
repitieron a lo largo de la larga historia de China. Esto continuó hasta la revolución democrática apoyada por
el cristianismo en 1911 que estableció la República Nacionalista, sin mencionar la subsecuente República
Popular marxista-leninista, particularmente durante la Revolución Cultural de 1966-76.
El fenómeno penoso de shatai se volvió más complejo aun cuando otros problemas, como la xenofobia, la
repercusión negativa de la reforma social, y la supresión preventiva de revueltas políticas se mezcló con la
presión socio-política tradicional por refrenar expansión budista en el mundo secular. La persecución estatal
y el patrocinio estatal de la religión siempre demostraron ser dos lados de la misma moneda mala.
Gunnar Myrdal (1898-1984), sociólogo-economista sueco, en su estudio definitivo en 1944 de “El Dilema
Americano” por el cual él recibió el Premio de Nobel de 1979 por Economía, habiendo declarado el
problema de los “Negros” en los Estados Unidos estar indisolublemente entrelazado con el funcionamiento
de la sociedad norteamericana, fue a producir en 1976 un estudio sobre el sudeste Asiático:
El Dilema asiático.
En este él identificó la aceptación budista del sufrimiento como la primera causa para el subdesarrollo
económico en la región. La conclusión de Myrdal parecería válida superficialmente, dada la coincidencia de
una existencia indiscutible de condiciones de pobreza en la región en el momento de su estudio y la
influencia penetrante del budismo en la cultura del Sudeste Asiático, hasta que la pregunta se haga acerca de
por qué, considerando que el budismo ha dominado Sudeste de Asia por más de un milenio, la pobreza
penetrante en la región sólo hizo su aparición después de la llegada del imperialismo occidental en el siglo
19.
Marxistas y nacionalistas, muchos de ambos que no profesan amor por el Budismo, sugirieron que Myrdal
había sido influenciado en su conveniente conclusión por su avidez para desviar responsabilidad por el
estado afligido de los asuntos en la región del legado del imperialismo occidental. Cuando los apologistas
teológicos intentaron racionalizar la miseria social con una teología acomodada para capturar la apreciación
de la política secular, Myrdal, científico social, intentó culpar a la religión indígena de los pecados de la
geopolítica secular.
Eso que los estudiosos Occidentales identifican como el proceso de modernidad parece haber ocurrido más
de una vez en la historia de China.
Luego: Confucianismo y Taoísmo
Henry C K Liu es presidente de de un grupo de inversiones basado en New York.
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