Para profundizar y exponer el concreto real del proceso actual, donde la identidad de género trans, entra en una negociación con el medio social, bajo lógicas simultáneas y contradictorias de inclusión-exclusión, se propone a continuación un análisis de prensa, acompañado de los resultados de dos informes que tratan el tema de la violencia contra personas LGBTI. El primero, fue elaborado en el 2015 por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y el segundo publicado también en 2015 por tres organizaciones no gubernamentales que trabajan por los derechos humanos de personas LGBT en Colombia. Además, es preciso resaltar que la prensa sintetizada a continuación, fue seleccionada de los principales diarios colombinos, como El Espectador y El Tiempo, mediante una simple metodología. Esta trató de insertar en los criterios de búsqueda de noticias de las plataformas, las palaras “mujeres trans” o “trans”. Preguntarse por medios de comunicación masiva como la prensa y los videos de YouTube, ayuda sin lugar a dudas, a desentramar y dilucidar el embrollo de las ideologías dominantes, anteriormente mencionadas. Permite encontrar sus discursos, pero además su praxis, a manera de consecuencias, en la vida cotidiana de mujeres transgénero. Se trata de analizar por un lado las narrativas y las representaciones dominantes que se plasman en los medios de comunicación, pero además de analizar lo que se encuentra tras esa apariencia. Una materialidad derivada, por un lado, de prácticas fehacientes en las cuales las mujeres trans encuentran su desarrollo diario; pero por el otro, de prácticas específicas adoptadas por los diferentes sujetos e instituciones del contexto social, frente a la identidad trans. Efectos no menos claros que pueden brindarnos los diferentes reportes de derechos humanos de la población LGBTI, en donde, en concreto el tema rector es la denuncia a la situación de vulnerabilidad de esta población, frente a prácticas violentas en Latinoamérica y Colombia. El 10 de Junio de 2015, El diario El Espectador, con un encabezado que decía: “Victoria por la identidad trans”1, anunciaba la creación del decreto 1227 de 2015, por medio del cual, se aprueba que la cédula de ciudadanía colombiana, refleje la identidad sexual. Como enuncia Herrera, el decreto “Pone al país a la vanguardia jurídica del mundo en cuanto a la protección de los derechos de las personas trans a cambiar jurídicamente su sexo.” 2 Colombia, indica la periodista, se suma a la lista de países inaugurada por Suecia en abril de 1972. 1 2 Bogotá, 10 Jun 2015 - 6:16 AM, Natalia Herrera Durán, El Espectador Sin embargo, como aseguró para el reportaje Andrew Aguacía, hombre transgénero, miembro de la organización Hombres en Desorden, “Este decreto es apenas el comienzo en la lucha por la inclusión social de las personas trans por parte del Estado, ya que temas como el trato diferencial en el Sistema de Salud, la definición de la situación militar, y el acceso a nivel laboral y educativo aún siguen siendo sólo un sueño para muchas personas trans en Colombia”3. En efecto, fue en 2015, cuando el Estado Colombiano se permitió el reconocimiento de la necesidad de una población diferencial para aparecer frente a las instituciones de acuerdo con su identidad sexual. Una medida que, a primera vista, parece la afirmación de unos sujetos en tanto seres genéricos, como expresión de su libertad o emancipación. Sin embargo, aquí Marx tal como lo hizo a mediados del siglo XIX, sobre la construcción del Estado Alemán, podría plantear la pregunta, sobre ¿De que tipo de emancipación se trata la lograda en el decreto?, pero además, ¿Esa institucionalidad, va a la par y corresponde al grupo social del cual emerge, a sus dinámicas sociales y a las relaciones que dentro de ella se producen?, o al contrario, ¿Se establece como una ley ajena, que busca ordenar desde una posición de externalidad? Preguntas difíciles acerca de las relaciones entre sociedad civil y Estado, pero que se van aclarando a medida que se va profundizando en medio de las representaciones visibles en las noticias. Días antes a la aprobación del decreto 1227, el 3 de junio de 2015, El Espectador publicaba un reportaje desarrollado en Sopetrán Antioquia denominado: “La mujer trans que quiere ser alcaldesa”4. En unos párrafos, contaba la historia de Metaute, una mujer transgénero de 38 años, quien se ha desempeñado como coordinadora de juventud de la administración local y docente de danza. Ella en el 2015, decidió lanzar su candidatura de alcaldesa para el municipio, en medio de la lucha por la discriminación y la igualdad. Sobre el proceso, enunciaba que la campaña ha constituido el principal escenario en donde se ha enfrentado a la discriminación. Pues, “los políticos tradicionales le dicen a la gente que cómo van a votar por un marica. Y yo les mando a decir que este marica tiene las pelotas mejor puestas que ellos, porque yo sí respetaré los recursos que pertenecen a la gente”. También, cuenta sobre el rechazo en su pueblo, principalmente de parte “del público masculino”, quienes “querían tocarme en público, pero desde el principio me hice respetar. Más de uno se ganó una cachetada y una vez me agarré a los puños con un hombre porque me 3 , 3 Jun 2015 - 9:36 PM, Róbinson Úsuga Henao / Sopetrán, Antioquia, El Espectador 4 tiró orines”5. En realidad, señala, el principal apoyo encontrado ha sido en la familia, con su padre quien la aceptó, tal cual ella quería ser. Y los relatos en los periódicos sobre esta población siguen con el transcurrir del tiempo, aunque por diversos rumbos. Para el 16 de febrero de 2016, una nota del Espectador llamada “Ocho mujeres trans denuncian agresión en el Carmen de Bolívar”, giraba hacia la cotidianidad de la exclusión. Como se resaltó en la nota, un grupo de ocho mujeres trans, fueron víctimas de agresiones físicas y verbales, pues como señaló Michelle Bolaños, “a los dueños del lugar no les gustó que yo y un par de amigas entráramos al baño de mujeres”6. Frente a ello, defensores de derechos humanos resaltan que ese tipo de agresiones a la comunidad LGBTI, genera que esta población, “se reprima o se cohíba de desarrollar su libre personalidad”7. En el mismo año, en el 5 de mayo, se escribe un reportaje en el diario Espectador, llamado “Mujer trans denuncia que fue agredida en un CAI de la Policía en Cartagena”8 . Nuevamente El tema central es la exclusión, pero en este caso sobre mujeres trans en ejercicio de sus actividades laborales como trabajadoras sexuales. En la noche de las Calles de Cartagena, dos uniformados acusaron a la mujer como ladrona, razón suficiente en su juicio, para golpearla y amenazarla con un arma de fuego. Al respecto, en el reportaje, el director de la organización Caribe Afirmativo, Wilson Castañeda señala que “en 2015, tres mujeres trans denunciaron que fueron víctimas de agresiones por parte de miembros de la Policía de Cartagena. Y en Barranquilla hace más de un mes se conoció que en la carrera 38 con calle 44 un agente, conocido como “El ojón”, maltrata desde el año pasado a las trabajadoras sexuales (trans y biológicas) que se ubican en esta zona”9. Y acontinuación completa con algunos elementos que van aclarando algunos de los planteamientos que, desde Marx, se enunciaron al inicio de la presente exposición. Así sostiene: “Resulta increíble que después de los pasos tan agigantados que ha dado el país, como el matrimonio igualitario, la adopción entre parejas del mismo sexo y la corrección del componente sexo en el registro civil, aún la policía esté involucrada 5 6 Bolívar 16 Feb 2016 - 8:26 PM Redacción Nacional, El espectador 7 8 Bolívar 5 May 2016 - 5:31 PM Redacción Nacional El espectador 9 en casos de agresión a personas trans”10. (Diria que más que por ser trans la policía esta en un contexto de exclusión dentro del capitalismo) También en el 2016, más específicamente, el 28 de junio, la prensa digital sirvió de escenario para la denuncia de una mujer trans, pero ahora en relación con sistema de salud colombiano. Alejandra Villa, denunciaba la negativa por parte de la EPS Capital Salud, para prestar un servicio médico que permita retirar el aceite vegetal que se inyectó en los pechos décadas atrás, en su proceso de transición. Sustancia que, en la actualidad, compromete la vida de la mujer, gracias al riesgo de filtración de la sustancia a los pulmones. No obstante, aun cuando Alejandra impuso una tutela para la garantía de su derecho fundamental a la vida, “el juzgado 40 penal con función de control de garantías de Bogotá que, el 27 de abril de 2015, negó las pretensiones de la tutela(…) pues consideró que se trataba sencillamente de un procedimiento estético y que no podía ordenarle a una EPS a presentarlo. Lo que sí incluyó dentro del fallo(…) es una advertencia a Capital Salud para que brinde, de manera oportuna y sin dilaciones, los servicios médicos y administrativos a Alejandra Villa.”11 Sin embargo, “abogados cercanos al caso le explicaron (…)que si bien no hay una obligación legal de autorizarle la cirugía a Villa, lo que necesitan con urgencia es que se avale otro procedimiento que sirva para proteger su vida.” Una sociedad, que no procura la conservación de la vida de una población, teniendo en cuenta sus condiciones diferenciales, pero además un lugar donde el asesinato indiscriminado de esta población es de igual forma posible. El 18 de agosto de 2016, se publica en El Espectador la nota: “Mujer trans, víctima del conflicto, es asesinada en Riohacha”12. Se trató de Oriana Martínez, una mujer trans de 32 años, activista por los derechos de su comunidad y víctima de la violencia en Colombia. Ella “en el pasado había sido desplazada por un grupo paramilitar en Sincelejo (Sucre), que se dedicó a intimidar a un grupo de mujeres trans trabajadoras sexuales que se ubicaban en la vía El Maizal, donde varias de ellas eran golpeadas y amenazadas”. Además, previo al desplazamiento, había sido víctima de una agresión policíal, cuando un uniformado le disparó a ella y a otras compañeras, lo cual fue denunciado ante la Fiscalía. 10 La mujer trans que se inyectó aceite vegetal y está entre la vida y la muerte Nacional 28 Jun 2016 - 2:24 PM María José Medellín Cano 11 12 Nacional 18 Ago 2016 - 4:52 PM Redacción Nacional Frente al hecho, el director de Caribe Afirmativo, Wilson Castañeda, en dicha nota, destacó que, “diez personas LGBTI han sido asesinadas este año [2016] en la región Caribe, seis de ellas son hombres y mujeres transgénero, y dos de los casos han tenido lugar en La Guajira”13. Un fenómeno, que aparte de encarnar los procesos de revictimización y falta de garantías para la vida de las mujeres trans, muestra sin lugar a dudas la constante de los hechos y su carácter direccionado y sistemático. Ahora bien, en el tema laboral, el 17 de agosto de 2017, se publicó una noticia sobre el fallo de la Corte constitucional a favor de Charlotte Schneider Callejas, sobre la tutela que había impuesto contra el Distrito como su empleador. Charlotte, es una mujer trans que se vinculó a la Secretaría de Salud para formular los lineamientos de la política pública en salud para LGBTI y se convirtió en la primera transgénero en un cargo público. Sin embargo, “su contrato de prestación de servicios, que por naturaleza es para una labor esporádica, se prorrogó nueve años llenos de renovaciones. Hasta que en agosto de 2016 le avisaron que no iba más.” Ante tal despido injusto, en su condición de debilidad manifiesta por su enfermedad de VIH, La Corte Constitucional falló a su favor reconociendo que durante los nueve años que estuvo en la Secretaría de Salud por prestación de servicios, debido a su labor, debía ser contratada de planta. Por ende, se obliga al empleador a “debe contratar de planta a la mujer, después de tenerla nueve años con prestación de servicios, y debe otorgarle una indemnización de 180 días de salario”. (Daniel tiene una cita que puede servir aca de un colectivo feminista) Aquel 2017, también trajo una historia acerca de la falta de garantías para la vida de las mujeres trans. También en el 16 de Noviembre de 2017, una “ Mujer trans fue asesinada en Caucasia” 14. Angela Miranda, una activista de derechos humanas (Puede también relacionarse a los asesinatos a lideres sociales)en la zona del bajo cauca antioqueño, fue asesinada, como continuación de una persecución sistemática de esta población diferencial en el territorio. Como indica el reportaje, según Caribe Afirmativo, “Miranda estaba participando en procesos de formación y empoderamiento que desarrolla la organización en la región, y no había manifestado ser blanco de amenazas o intimidaciones.” 15 13 14 15 16 Nov 2017 - 6:38 PM, Redacción Nacional, El espectador No obstante, su caso, se suma a las “decenas de miembros de la comunidad [LGBT] fueron desplazados forzosamente por culpa de la violencia” 16 en 2014. “Entre los días 6 y 9 de octubre de ese año, fueron asesinadas en hechos aislados tres mujeres trans del municipio: Brayinela, Luna y Sucy, muertes que en su momento fueron atribuidas al Clan de los Úsuga y que siguen en la impunidad; en ese mismo día un líder gay de la Mesa Municipal de Víctimas fue asesinado, de acuerdo con Caribe Afirmativo”17. (¿En la misma región?) En 2018, para el 18 de marzo, El Tiempo publicó una nota con un encabezado que dice: “Cada día una persona cambia de sexo en su cédula”18. En el trabajo periodístico de Sebastián Londoño Vélez, se rememora la creación del Decreto 1227 del Ministerio de Justicia. Gracias al cuál, desde el 2015, “han sido más de 1.100 personas quienes han solicitado el cambio en las notarías, que han recibido casi 50 millones de pesos por este concepto, ya que el costo actual del trámite es de 41.300 pesos”19. Sin embargo, el reportaje, señala dos cuestiones que el decreto deja por fuera y que terminan por constituirse como vacíos en contra de las personas trans. Por un lado, indica que, para el ciudadano o ciudadana que efectúa el cambio en la cédula, “no significa que pueda recibir beneficios en materia pensional. Por ejemplo, si un hombre cambia en su cédula el género de masculino a femenino debe seguir cotizando como masculino”20. Pues en realidad, no se trata de conceder derechos diferentes con el cambio de sexo en la cédula, sino posibilitar el libre desarrollo de la personalidad, derecho a la identidad, libertad sexual y de género. Y el segundo aspecto es con relación a la necesidad de establecer las categorías de femenino o masculino en el documento. Pues se hace imposible plasmar otras identidades de género como transgénero o intersexual, por ejemplo. Una mujer trans que, tras la expedición del decreto, fue a efectuar su cambio de sexo en la cedula en 2015 y decidió visibilizar su identidad el mismo año, fue la víctima de discriminación y revictimización en su espacio de trabajo en Tuluá Valle del Cauca. En una entrevista de Claudia Palacios, denominada “Andrea Gómez, la profesora trans que ha generado controversia en Tuluá”, La exprofesora Andrea, expone la situación que tuvo que experimentar gracias a una carta elaborada por padres de familia en donde establecían su negativa a enviar sus hijos al colegio mientras ella permaneciera dentro de la planta docente del colegio oficial. 16 17 18 19 20 de Sebastián Londoño Vélez, 18 de marzo 2018 , 01:43 a.m. EL TIEMPO La dinámica sucedió luego que ella llegara reubicada a la zona urbana de Tuluá, debido a una salida forzada y necesaria del colegio del área rural, donde se desempeñaba como profesora de literatura desde hacía 9 años. Allí, había sido víctima de agresiones físicas y verbales, que atacaban su condición de diversidad sexual y de género, a tal punto, que su vida se vio amenazada por el ataque con arma de fuego de un anónimo de la comunidad. Sin embargo, como resalta Andrea Gómez, el proceso de reubicación a la nueva institución educativa, se hace sin ningún tipo de sencivilización acerca de su condición diferencial, con la comunidad educativa. Es decir, sus compañeros de trabajo, los padres de familia o los mismos estudiantes. Y es de ahí que, luego del primer día, en el cual se presenta a sus nuevos alumnos con el nombre que aparece en su cédula y con una apariencia “masculina”, se desata toda la dinámica de estigmatización. Entonces, Andrea decide retirarse de las aulas luego de la violación de sus derechos fundamentales, la discriminación y la violación de otros derechos conexos relacionados con el debido proceso, el conducto regular y la confidencialidad. Fue en un acuerdo entre las directivas municipales, la personería municipal y representantes de la comunidad LGBTI, que se decide, Andrea no continuará siendo docente en la ciudad de Tuluá, a riesgo de un nuevo ataque que atente contra su vida. Como la misma Andrea indicó, la denuncia más allá de buscar la protección de sus derechos, se trata de la intención de marcar un precedente para el establecimiento de protocolos de carácter pedagógico, científicos y profesional, enfocados a la sensibilización de la situación diferencial de nuevos colegas. Como dijo, en Cali y Neiva hay docentes que sufrieron las mismas discriminaciones, y con ellas se hizo proceso pedagógico por seis meses, que les permitieron desempeñarse profesionalmente. En último lugar, resalta que “El transgenerismo no es una enfermedad, por tanto, no se contagia, no es ideología de género, por tanto no se puede enseñar”21. El último recurso a exponer en este documento, es el reportaje publicado el pasado 1 de abril de 2018, denominado “La colombiana trans que hoy triunfa en 21 Andrea Gómez, la profesora trans que ha generado controversia en Tuluá, 06 E MARZO DE 2018 , 06:05 P.M. EL TIEMPO Chile”22. En este caso, se trata de un recurso para visibilizar la trayectoria de Helénia Melán, una joven que hace parte del equipo de modelos de la agencia New Models, la cual “ha desfilado en pasarelas de diseñadores chilenos como Lupe Gajardo, Claudio Paredes y Matías Hernán, y en octubre protagonizó una sesión de fotos para la revista ‘Vogue Latinoamérica’ “. Sobre su trabajo en Chile, donde se mudó con su madre desde Cali buscando mejores oportunidades, afirma que: “Me ha dado valor, seguridad, confianza y autoestima. Y tanto el modelaje como el diseño de vestuario me han permitido expresar lo que escondí por 19 años. En una sesión de fotos, yo me empodero, yo me meto en el papel, a mí me gusta ser profesional y mostrar lo que soy. Ha sido un medio para poder fluir en lo que siempre he tenido adentro”. Una senciación que va en una vía contraria a lo experimento años atrás en medio de situaciones de discriminación, donde experimentaba la necesidad de siempre esconderse, de sentir que podrían descubrirla y de saber que, si eso pasaba, su “vida peligraba”. Termina recordando que, en el campo laboral tanto en Colombia como en Chile, las mujeres trans son rechazadas por igual. “No cualquiera quiere cargar con el peso de tener a una trans en su empresa o en su agencia. Por medio de mi trabajo en una agencia quiero visibilizar que somos personas normales, que somos buenas para muchas cosas, que somos diversas como todas las personas”. Las noticias recuperadas anteriormente, no hacen mas que aclarar las relaciones dobles y contradictorias de inclusión- exclusión, en la cual se ven inmersas las mujeres trans a la hora de insertarse como miembros de la sociedad civil y enfrentarse de igual forma a la institucionalidad del Estado. Normas como el decreto 1227 de 2015, podrían indicar de manera superficial, que Colombia se anda moviendo en dirección hacia la inclusión de la población trans, en correspondencia con la garantía de sus derechos de libre identidad de sexo y género. Pero los asesinatos sistemáticos, las amenazas, las discriminaciones y segregaciones laborales muestran también los matices del escenario social en donde viven aquellas mujeres. Marx, invitaría entonces, desde su planteamiento metodológico del materialismo dialéctico, a tener en cuenta las contradicciones y los contrarios, a la hora de enriquecer la percepción sobre lo estudiado. Pues, solo reconociendo las múltiples y diversas manifestaciones de los procesos históricos actuales que nos 22 El tiempo, La colombiana trans que hoy triunfa en Chile, Sergio Alfonso López - El Mercurio (Chile) – GDA, 1 de abril 2018 , 01:05 a.m. competen, solo partiendo de las diferentes categorías concretas, se logra construir categorías abstractas, necesarias para concretizar la totalidad de interés. Solo asi puede entenderse como un sistema, de partes y relaciones, el contexto en el que viven y mueren las mujeres trans. Las mujeres trans en Colombia, no son todas famosas modelos en Chile, o han tenido la posibilidad de participar políticamente como candidatas a la alcaldía en sus respectivos municipios. Las mujeres trans, son también aquellas que, estadísticas buscan visibilizar, reconocer y rememorar, en informes de organizaciones nacionales e internacionales para la protección de los derechos humanos de la comunidad LGBTI. Tras los relatos y narraciones de los medios de comunicación, se encuentran procesos sociales que promueven la inclusión, a la par de lógicas de estructural exclusión. Eso, en síntesis, es el contenido de las exposiciones de los informes “Cuerpos excluidos, rostros de impunidad” y “Violencia contra personas LGBTI”. El primero, enfocado a la situación de Colombia en 2015, muestra cifras específicas sobre los homicidios cometidos en ese año diferenciado por orientación e identidad sexual. De donde se evidenciaba que 33 personas trans habían sido víctimas de homicidio. Así mismo, respecto a la razón del asesinato, se muestra que 15 de ellos, fueron efectuados debido a prejuicios sobre su identidad sexual. Adicionalmente, sobre los hechos más resaltados se encuentran 22 asesinatos a mujeres trans en espacios públicos y zonas de trabajo sexual. A continuación, las infografías: “Ojala se muera de cáncer por maricon” “tengo la oportunidad de ser lo que quiero ser asi la gente diga lo que quiera” “ voy a tener enemigos por querer ser lo que quiero ser, por existir”