Autoestima Introducción El estudio de la autoestima fue originalmente un proceso clínico por la relación que se tiene con los cuadros patológico en los que coincidía, igualmente con cuadros de depresión y diferentes trastornos, por lo que ha sido un elemento de la personalidad muy estudiado y con muchas propuestas para analizar el tema. El término de autoestima nace en la psicología a finales del siglo XIX, siendo definido por varios autores, todos concluyendo en que implica la aceptación de sí mismo. Durante esta segunda unidad revisaremos el término de Autoestima, cómo es que la persona desarrolla su autoconcepto y su impacto en la personalidad. ¿Qué es la Autoestima? Wilber (1995), señala que la autoestima está vinculada con las características propias del individuo, el cual hace una valoración de sus atributos y configura una autoestima positiva o negativa, dependiendo de los niveles de consciencia que exprese sobre sí mismo. Coopersmith y Rosenberg consideran que la autoestima es la evaluación que el individuo hace y generalmente mantiene con respecto a sí mismo. Carl Rogers (1967), le define como un conjunto organizado y cambiante de percepciones que se refieren al sujeto. Alcántara (1993), actitud hacia uno mismo, la forma habitual de pensar, amar, sentir y comportarse con uno mismo. Asegura que es una estructura coherente, estable, difícil de modificar. Diagrama 1. Componentes de la autoestima. El ser humano tiene la capacidad natural de autodefinirse, como vimos en la unidad I, todas las concepciones se van adquiriendo en base a las experiencias, de ahí, una persona que se ha desarrollado en ambiente en el que se le ha permitido desarrollarse de manera armónica, debiera tener una excelente autoestima. Por lo anterior, si es por naturaleza de la persona que puede pensar y que su objetivo es ser feliz, el tema de tener una autoestima alta sería un resultado inevitable, sin embargo no siempre es así. El tema también tiene que ver con la propia cultura, ante un halago, es común que se tienda a disminuir con frases como “no es cierto”, “no para nada”, “no es para tanto”. muy probablemente por que desde casa se dejó en claro que no se debe presumir. Las Dimensiones de la Autoestima. Durante el desarrollo de una persona, hay diferentes aspectos que se van sembrando, los más comunes, y con el objetivo de ejemplificar, son los apodos: “el gordo”, “la nena”, “la flaca”, entre muchos otros, la persona termina adoptándolos y no tan fácilmente puede superarlos. Tabla 2. Las Dimensiones de la autoestima. Para el Neva Milicic, con el objetivo de estudiarla, la autoestima se divide en dimensiones Fisco – Corporal, Afectiva – Emocional y Académica – Escolar, se describen a continuación: El concepto de sí mismo Estas dimensiones se van consolidando en base a la interacción con los individuos que están en el entorno, de tal manera que las concepciones que llegan a la persona de los otros, son valoradas y aceptadas o rechazadas por el individuo, es inevitable que unas impactan más que otras, por ejemplo mamá, papá, maestros o figuras de autoridad. Es en este ir y venir que se va consolidando la autopercepción y por ende la autoestima. La autoestima es base para el desarrollo humano, permite una percepción más amplia del mundo y a enfrentar los retos de la vida. Uno de los principales factores que diferencian al ser humano de los demás animales es la consciencia de sí mismo; esa capacidad de establecer una identidad y darle un valor. En ese sentido, el individuo tiene la capacidad de definir quién es y luego decidir si le gusta o no. El problema de la autoestima está en la capacidad humana de generar un juicio sobre si mismo. El juzgarse y rechazarse a sí mismo produce un enorme dolor, dañando considerablemente las estructuras psicológicas que le dan estabilidad. McKay y Fanning (1999), exponen que el autoconcepto y la autoestima juegan un importante papel en la vida de las personas. Tener un autoconcepto y una autoestima positivos es muy relevante para la vida personal, profesional y social. Las carencias afectivas y su impacto en la personalidad La autoestima es la clave del éxito o del fracaso para comprendernos y comprender a los demás y es requisito fundamental para una vida plena. Tiene dos componentes: sentimientos de capacidad personal y sentimientos de valía personal. Una de las influencias más poderosas para el desarrollo de la autoestima es la educación proveniente de los padres y profesores. De los múltiples mensajes enviados ejercen un efecto sumamente nocivo para los jóvenes cuando se mandan mensajes como: “No eres lo suficientemente bueno”, en donde se les deja ver que tienen posibilidades pero que éstas son inaceptables, como por ejemplo: “¿Qué le pasa?”, “¡Cállese!”, “Sonría”. El mensaje que reciben es: “llegarás a ser lo bastante bueno, siempre y cuando trates de cumplir mis expectativas”. En otros casos, el mensaje de “no eres lo bastante bueno” no se transmite a través de la crítica, sino más bien cuando los padres sobreestiman lo que deben lograr, lo que les produce una sensación de que no basta con ser quienes realmente son y, al aceptar ese veredicto de no ser lo bastante buenos, se pasan años buscando obtener el máximo nivel de suficiencia. McKay y Fanning (1999), agregan que la conformación de la autoestima se inicia con estos primeros esbozos que el niño recibe, principalmente, de las figuras de apego, las más significativas a su temprana edad. La opinión “niño maleducado” si es dicha por los padres en forma recurrente, indiscriminada y se acompaña de gestos que enfatizan la descalificación, tendrá una profunda resonancia en la identidad del pequeño. Conclusiones La autoestima es esa capacidad de sentirse apto para la vida y para las necesidades de la vida, es experimentarse como competente para afrontar desafíos y ser merecedor de la felicidad. Un elemento necesario para iniciar en una mejora de la autoestima es reconocer la historia de vida, y qué experiencias marcaron tu autoconcepto.