Enunciado de la actividad La actividad propuesta se desarrolla en dos partes. La primera presenta un documento que recrea por dichos de vecinos presenciales, lo sucedido durante la sesión del Cabildo Abierto del 22 Mayo de 1810; y, la segunda parte presenta situaciones recreadas referidas a la etapa en la que surge la necesidad de sancionar un nuevo Derecho Público que organice la realidad del antiguo virreinato del Río de la Plata que quiere apartarse y diferenciarse de la española. Ese nuevo orden es el Derecho Patrio. Primera Parte. Contexto: Frente a los hechos acaecidos tanto en Europa como en América, los criollos del Virreinato del Río de la Plata comienzan a cuestionarse sobre la legitimidad del poder monárquico del Rey y del Virrey sobre estas tierras. Así, supieron adaptar las ideologías predominantes en Europa, a la realidad rioplatense para ser utilizadas como fundamento en el cabildo abierto del 22 de mayo de 1810. Relato. El texto recrea por dichos de los vecinos presenciales lo sucedido durante la sesión del Cabildo Abierto del 22 Mayo de 1810 Una vez que el virrey Cisneros dio a conocer a través de un bando la noticia de la disolución de la Junta Central de Sevilla, la caída de Cádiz, y la constitución del controvertido Consejo de Regencia, reconocía internamente la caducidad de su mandato por haber desaparecido la autoridad que lo nombró virrey. Todo esto era algo ya conocido por los criollos quienes liderados por Cornelio Saavedra , Manuel Belgrano, Juan José Castelli, Juan José Paso, le pidieron, al virrey la convocatoria a un Cabildo Abierto. Se llamó a los vecinos y entre todos deliberaban y buscaban la solución. En el Virreinato las clases sociales estaban muy divididas. La clase dominante eran los "vecinos", que eran españoles o hijos de españoles que tenían casa, negocios y propiedades. Le seguían los criollos, que tenían trabajos pero no públicos, y trataban de acceder a la clase superior. Más abajo se encontraba el pueblo formado por criollos sin dinero y gauchos; por debajo estaban los indios y mestizos; y el último escalón, pero muy numeroso, integrado por los esclavos: negros y mulatos. El Virrey viendo que tenía a los oficiales de Patricios comandado por Saavedra y los particulares revolucionarios en su contra, autorizó que se llamara a un Cabildo Abierto, entendiendo que los demás vecinos funcionarios, magistrados, sacerdotes y otros vecinos distinguidos de la sociedad lo apoyarían. Se repartieron 450 invitaciones e invitó a “la principal y más sana parte del vecindario” y se preparó al Cabildo para recibirlos. En las puertas que daban al exterior se colgaron grandes cortinas para detener al frío, que era mucho, ya que esa semana llovía sin interrupción. Asistieron 251 personas, de las 450 que se habían invitado, ya que muchos se excusaron por miedo a lo que podía pasar. El 22 de mayo se reunió el Cabildo Abierto a partir de las 9 de la mañana. Inmediatamente, se oyó la exhortación del escribano del cabildo Justo José Núñez, quien leyó una proclama que aconsejaba a los presentes “evitar toda innovación o mudanza, que generalmente son peligrosas y expuestas a división” y la adopción de posiciones moderadas, en las que se tomarían en consideración el espíritu de la ley, el respeto a los magistrados y especialmente la unión con las provincias interiores. Núñez, pronuncia la fórmula de rigor, “Ya están congregados, hablad con toda libertad”. Entonces comienza un debate que durará cuatro horas. Por momentos, la sesión se torna desordenada y tumultuosa. Se pudo notar, la gran separación que existía entre españoles, que eran seguidores del rey y virrey, y los criollos, algunos muy revolucionarios, como Moreno, Belgrano y Castelli, y otros más moderados, pero todos deseaban que cesara el virrey en el mando. Los discursos principales se reducen a cinco: son los que pronuncian el Obispo Lué y Riega, el doctor Juan José Castelli, el fiscal de la Real Audiencia, doctor Manuel Genaro Villota, y el doctor Juan José Paso. El Obispo Lué y Riega, español, oriundo de Asturias, se mostró contrario a toda innovación y sostuvo: que los españoles habían descubierto, conquistado y poblado el país y que, en consecuencia,” mientras hubiera en España una ciudad o un pueblo libre del yugo francés, en aquella ciudad o pueblo residía la facultad de gobernar las Américas y finalmente sostuvo que, aun en el caso de una pérdida total de la Península, los españoles que se encuentren en las Américas debían continuar mandando en ellas, y que solo los hijos del país podían llegar al poder cuando no quedara ningún español en estas tierras”. En la versión de un cronista anónimo, el obispo sostuvo, "Aunque hubiese quedado un solo vocal de la junta Central y arribase a nuestras playas, lo deberíamos recibir como a la Soberanía”. Es decir, para este orador los vocales actúan en representación del rey Fernando VII. Oponiéndose a esta manera de razonar y en defensa de los ideales de los revolucionarios, habló a continuación el doctor Juan José Castelli, quien alegando “Desde que el señor Infante Don Antonio (un tío de Fernando VII a quien este le confió la presidencia de la Junta Suprema de Gobierno) salió de Madrid (obligado por los franceses), ha caducado el gobierno soberano de España. Ahora con mayor razón que ha expirado con la disolución de la Junta Central, porque además de haber sido acusada de infidencia por el pueblo de Sevilla, no tenía facultades para establecer el Supremo Gobierno de Regencia, ya porque los poderes de sus vocales eran personalísimos para el gobierno y no podían delegarse, y ya por falta de concurrencia de los diputados de América en la elección y establecimiento de aquél gobierno, que es por lo tanto ilegítimo. Los derechos de la soberanía han revertido al pueblo de Buenos Aires que puede ejercerlos libremente en la instalación de un nuevo gobierno, principalmente no existiendo ya como se supone no existir, la España en la dominación del señor Fernando Séptimo. El origen de la postura de Castelli son las doctrinas escolásticas del siglo XVI, sobre la Teoría del poder del rey. Los argumentos de Castelli sobre la reversión de la soberanía al pueblo era indiscutible, salvo cuando ese pueblo es exclusivamente el de Buenos Aires, la que constituía una postura endeble. Y es replicada por el fiscal Manuel Genaro Villota, quien acepta la teoría de la retroversión, pero sostiene que el pueblo no está constituido solamente por la provincia de Buenos Aires sino que era preciso oír a los demás integrantes del virreinato, para tomar un decisión, de lo contrario se rompería la unidad de la Nación. Un alegato decisivo fue el del doctor Juan José Paso quien acepta lo dicho por el fiscal Villota sobre que debe ser consultada la voluntad general de los demás pueblos del virreinato, “pero que en el actual estado de peligro en la que se ve envuelta esta capital, ni es prudente, ni conviene el retardo que usted propone”. “Buenos Aires necesita con mucha urgencia ponerse a cubierto de los peligros que la amenazan por el poder de la Francia y el triste estado de la península”. Para ello, una de las primeras medidas debe ser la formación de la junta provisoria de gobierno a nombre del Sr. Don Fernando VII, y que ella proceda sin demora a invitar a los demás pueblos del virreinato a que concurran por sus representantes a la formación de un gobierno permanente. En un primer momento, los criollos se sintieron desconcertados y cuentan que alguien le dio un empujón a Juan José Paso, quien hizo un paralelismo: "Cuando en una familia falta el padre quien toma las decisiones es el hermano mayor y en este momento de peligro esa función le cabe a Buenos Aires, inmediatamente se consultará a las provincias". (Teoría de la gestión de negocios) Ahora bien, ¿Qué se votaría? Si se sacaba el poder de las manos del Virrey y si se ponía en otro organismo, cuál sería este. La mayoría se inclinó porque el Virrey debía cesar en el mando y recaer en el Excelentísimo Cabildo, hasta la creación de una junta que ha de formar el Excelentísimo Cabildo en la manera que estime conveniente. Votos. Por el partido del virrey 66 votos, por la continuidad de éste en el mandato, pero asociado en el gobierno con otros como oidores, cabildantes, incluso algunos sostienen a Saavedra. Por el partido moderado o del Cabildo, 66 votos, por la finalización del mandato del Virrey y su reemplazo por el cabildo, como representante del pueblo hasta que se conforme un gobierno provisional para el que se convocará a los pueblos del interior. Por el partido revolucionario o del pueblo, 92 votos, por la desaparición del virrey, su reemplazo por el cabildo y la formación de una junta provisional que designaría el mismo cabildo con la salvedad que sostiene Saavedra que es el pueblo el que confiere la autoridad y mando. Y 1 voto indefinido. Lo que totalizaba 225 sufragios. Segunda Parte La segunda parte presenta situaciones referidas a la etapa en la que surge la necesidad de sancionar un nuevo Derecho Público que organice la realidad del antiguo virreinato del Río de la Plata que quiere apartarse y diferenciarse de la española. Ese nuevo orden es el Derecho Patrio. Aquí es importante relacionar los hechos e ideas que motivaron la sanción de los Reglamentos, estatutos y constituciones que conformaron el Derecho Patrio precodificado. Situación recreada en la que una docente necesitará tu ayuda para completar la línea de tiempo: Josefina acabó de sumarse al equipo de docentes del Profesorado de Ciencias jurídicas. La materia que va a dictar es “Derecho Patrio” y el primer tema del programa que debe trabajar es “Primeras reglamentaciones desde la Semana de Mayo de 1810 y El proceso de construcción del Estado Constitucional”. Es decir, el período de 1810 a 1826.