Subido por Francisco Javier Suazo Castillo

teroria del conflicto

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Introducción a las técnicas de conciliación
LECTURA Nº 1
ORTEGA Pinto, Herbert David. La Teoría del Conflicto y la resolución de conflictos:
Universidad para la Paz (San José, Costa Rica), 1996
Ortega Pinto nos brinda una definición del conflicto así como una clasificación del mismo.
Plantea al conflicto como consustancial con la convivencia humana y propone que lejos de
eliminarlo como fenómeno social, deben buscarse mecanismos de solución que brinden
satisfacción a las partes involucradas. Este autor coincide con Lederach en cuanto que el
conflicto es oportunidad para lograr cambios más favorables.
En la lectura de Ortega Pinto, puntualice en el análisis de los siguientes aspectos
x Declaración de Sevilla sobre la violencia.
x Causas de los conflictos según Christopher Moore.
x Beneficios de la mediación.
LA TEORIA DEL CONFLICTO y LA RESOLUCION DE CONFLICTOS
En el desarrollo y devenir histórico de la humanidad, el conflicto ha ocupado y ocupa u un
lugar decisivo en las relaciones sociales y ha sido, en última instancia, el elemento dinamizador
que ha cambiado y marca la historia. Si pensamos en conflictos armados intergrupales, nos
encontramos con miles de ellos a lo largo de toda la historia de la humanidad, lo cual ha
fomentado la concepción negativa de la paz, es decir, paz como ausencia de guerras o
conflictos o como etapa intermedia entre dos guerras.
Pero un conflicto no es identificable únicamente con guerras o enfrentamientos armados,
sino que abarca también una variedad de situaciones que pueden generar diversas
manifestaciones y resultados. Si bien la guerra es la forma más llamativa e importante de los
conflictos sociales, esta no es la única.
La noción de conflicto tampoco se limita a las relaciones sociales intergrupales, sino que
abarca también las situaciones producto de relaciones interpersonales. No obstante, por
muchos años, se ha insistido en separar el estudio y tratamiento de los conflictos intergrupales
de los interpersonales; así, desde un punto de vista socio-político, tal y como lo plantea la
investigación para la paz, la noción de conflicto queda reducida a las relaciones
intergrupales, definiendo el mismo como "una situación social en la cual un mínimo de dos
partes pugnan al mismo tiempo por obtener el mismo conjunto de recursos escasos ".1 Esta
definición nos lleva a considerar el conflicto como un fenómeno social que involucra como
condición necesaria la escasez.
En todo caso, se trate de conflictos interpersonales y/o intergrupales, investigadores para
la paz consideran el conflicto como un proceso natural y necesario en toda sociedad humana,
como una de las fuerzas motivadoras del cambio social y como un elemento creativo esencial
en las relaciones humanas 2. No se trata, por tanto, de eliminarlo, sino más bien de regularlo y
buscar su transformación en aras del cambio y de la superación del status quo, de lo contrario,
un conflicto puede ser destructivo y aniquilador de esperanzas con un costo de elevadas
proporciones. II La clave no está, pues, en su eliminación, como se ha pretendido con
1
I. Wallensteen, Peter: Un Marco Teórico para la Resolución de Conflictos, en Revista Estudios Internacionales N° 2
de IRIPAZ, Guatemala, 1990. p 83.
2
Véase: Celestino del Arenal: La Investigación para la Paz en Revista: Estudios Internacionales de IRIPAZ, N° 2, op
cit. p. 150.
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frecuencia, en cuyo caso la sociedad se haría estática y uniformizada, desapareciendo la
diversidad y riqueza humana, sino en su regulación y resolución, en establecer las vías para su
solución por las partes ya satisfacción de las mismas, sin que el mismo llegue a desembocar en
la violencia.3
LAS CAUSAS Y SURGIMIENTO DE LOS CONFLICTOS
Los resultados de las investigaciones antropológicas nos indican que los conflictos se
producen en todas las culturas que existen en el mundo, cada una con sus particularidades. En
la actualidad, donde quiera que miremos en la sociedad, vemos conflictos latentes, en ebullición
o plenamente manifiestos. A nivel de relaciones interpersonales se aprecian conflictos entre
amigos, compañeros de trabajo, esposos, hermanos, padres e hijos y vecinos.
A nivel intergrupal, también se dan con frecuencia altercados cargados de emociones y
que muchas veces degeneran en violencia. Así, muchas de estas disputas son
extremadamente perjudiciales para la salud mental, acarrean pérdida de recursos, malgastan
tiempo y dinero y dañan o eliminan físicamente a muchas personas.
En el análisis y estudio de las causas y surgimientos de los conflictos se han generado
fuertes y prolongadas discusiones sobre si la frecuencia con que estos han aparecido en la
historia humana obedece a una conducta destructiva -o agresiva- innata en el ser humano, o si
responde más bien a la combinación de factores naturales de la persona humana con su medio
ambiente ecológico y social. Por siglos se ha atribuido la aparición constante de conflictos a la
naturaleza humana. Muchos de los estudios realizados al respecto están marcados por un
pesimismo antropológico que señala las relaciones humanas como inmutables relaciones
competitivas y de lucha por el poder, poder que garantizaría la seguridad y que será posible
controlar sólo por medio de un pacto social en donde todos los individuos se sometan
deliberadamente a normas que regulen sus relaciones sociales interpersonales e intergrupales4.
En la otra posición, se encuentran los que sostienen que la agresividad humana en un
conflicto ni es inevitable, ni es un aspecto incontrolable de su naturaleza. En esa dirección fue
hecha la célebre " Declaración de Sevilla sobre la Violencia ", de 1986, la cual fue producto de
una reunión auspiciada por la UNESCO y que hizo converger a investigadores y académicos de
diversas disciplinas, provenientes de todas partes del mundo y de las ciencias más relacionadas
con el tema.
I.
2.
3.
4.
5.
Dicha declaración recogió cinco proposiciones básicas:
Es científicamente incorrecto decir que hemos heredado de nuestros ancestros
animales la tendencia a hacer la guerra;
Es científicamente incorrecto decir que la guerra o cualesquiera otras formas de
conducta violenta están genéticamente programadas en nuestra naturaleza humana;
Es científicamente incorrecto decir que en el curso de la evolución humana ha habido
una selección a favor de las conductas agresivas sobre otra clase de conductas;
Es científicamente incorrecto decir que los humanos tienen un cerebro violento y;
Es científicamente incorrecto decir que la guerra es causada por instinto o responde a
una motivación singular.
Pese a la polémica sobre la causa y origen de la agresividad humana, lo que es
reconocido por todos es de que el conflicto, propiamente dicho, es natural y necesario para el
crecimiento y la transformación social y de que no estamos condenados a resolver nuestras
diferencias de maneras deshumanizantes. Es posible aprender y practicar métodos, no para
eliminar el conflicto, sino para canalizarlo hacia expresiones y fines productivos y constructivos.
La gente está descubriendo qué medios distintos de discutir y de tratar los conflictos pueden
producir resultados más satisfactorios. Ha aumentado el interés por la negociación, la
mediación y la solución negociada de problemas como medios alternativos de resolución de
disputas.
3
4
Del Arenal, Celestino: La Investigación para la Paz, op cit p 151.
Así lo plantea Hans Morgentau, principal fundador del Realismo Político, agregando que este pacto o acuerdo
aceptado por consenso, es posible sólo al interior de un Estado, pero que es casi imposible en las relaciones
interestatales
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Para que estos procedimientos sean efectivos y promuevan la evolución de la
cooperación, hace falta desarrollar análisis más sofisticados, tanto de la causa de conflictos,
como de nuevos instrumentos para su resolución.
¿Qué es un conflicto?
Ya Peter Wallensteen nos ha definido un conflicto intergrupal como una situación social
en la cual un mínimo de dos partes pugnan al mismo tiempo por obtener el mismo conjunto de
recursos escasos; y en la misma línea, pero con validez para entender los conflictos
interpersonales, Kenneth Boulding nos dice que un conflicto "es una forma de conducta
competitiva entre personas o grupos. Se da cuando dos o más personas compiten por objetivos
o por recursos limitados percibidos como incompatibles o realmente incompatibles "5.
Tanto en la definición dada por Wallensteen como en la expuesta por Boulding, se trata
de una situación social que implica una condición necesaria: la escasez. Yen este sentido,
Wallensteen nos apunta que para que la escasez conduzca a un conflicto manifiesto se
requiere de tres requisitos básicos: "la presencia de actores, la existencia de ciertas salidas o
alternativas de solución y la acción o conducta de los actores ".
Al considerar ambas definiciones nos damos cuenta que las mismas nos presentan una
idea asociativa y abarcadora, fácilmente comprensible y manejable para académicos, pero no
necesariamente lo es para la gente de la calle, sobre todo si nos ubicamos en el contexto
centroamericano en donde a nivel popular el término conflicto lo asocian con enfrentamientos
armados o con confrontaciones institucionales de envergadura. Esto significa que a nivel
popular se ha desarrollado todo un vocabulario para hablar del fenómeno de la conflictividad
humana que no implica necesariamente el uso de la violencia armada y aunque se trata de
terminología sin rigidez científica.
Así, un profesor de una escuela primaria considera como un conflicto el desarrollado
durante doce años entre el Gobierno/Fuerza Armada de El Salvador y la guerrilla del FMLN y
califica como un serio problema (y no como conflicto) el surgido entre los arrendatarios del
mercado central y el Alcalde de la ciudad. Aunque los elementos componentes de ambas
situaciones permiten identificarlas como conflictos, para la percepción del ciudadano común
existe diferencia. Sin embargo, esta diferencia no obsta
para que dicho ciudadano común reconozca la necesidad de resolver alternativamente ambas
situaciones.
Las distintas causas y tipos de conflictos:
De acuerdo con las características y los objetivos perseguidos por las partes en un
conflicto, éste puede tener varias fuentes y puede ser de varios tipos, independientemente del
nivel (interpersonal, intra o interorganizacional, comunal, social, interno, internacional, etc.) y del
marco en el que se desarrolle. Christopher Moore6 identifica cinco causas centrales de
conflictos las cuales describimos sintéticamente a continuación:
x
x
x
x
x
Problemas de relaciones entre las personas
Problemas de información
Intereses realmente incompatibles o percibidos como tales
Fuerzas estructurales
Problemas de valores
Los Conflictos de Relación: se deben a fuertes emociones negativas, percepciones falsas
o estereotipos, a escasa o falsa comunicación o a conductas negativas repetitivas.
5
6
Moore, Christopher: Negociación y Mediación, Documento N° 5 presentado en la 2a. Conferencia Europea de
Construcción de la Paz y Resolución de Conflictos, San Sebastián 8-12 de octubre de 1994, p 4.
Definición citada por Christopher Moore en Negociación y Mediación, Op cit. p. 4. 90
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Los Conflictos de Información: se dan cuando a las personas les falta la información
necesaria para tomar decisiones correctas, están mal informadas, difieren sobre qué
información es importante, interpretan de modo distinto la información, o tienen criterios
discrepantes de estimación. Este tipo de conflictos estriba en que nuestros procesos de
comunicación son sumamente deficientes, llevándonos continuamente a situaciones en las que
mal interpretamos lo que nos es transmitido. Muchas veces, dándonos cuenta o no,
visualizamos mensajes desde diferentes puntos de vista, percibimos o transmitimos solo parte
de la información, conscientemente mal informamos o somos mal informados, entre múltiples
situaciones.
Los Conflictos de Intereses: son causados por la competencia entre necesidades
incompatibles o percibidas como tales. Los conflictos de intereses resultan cuando una o más
partes creen que para satisfacer sus necesidades, deben ser sacrificadas las de un oponente.
Este tipo de conflictos ocurren acerca de cuestiones sustanciales (dinero, recursos físicos,
tiempo, etc.), de procedimiento (la manera cómo la disputa debe ser resuelta), o psicológicos
(percepciones de confianza, juego limpio, deseo de participación, respeto, etc.). Para que se
resuelva una disputa fundamentada en intereses, en cada una de estas tres áreas deben de
haberse tenido en cuenta y/o satisfecho un número significativo de los intereses de cada una de
las partes.
Los Conflictos Estructurales: son causados por estructuras opresivas de relaciones
humanas. Se trata de estructuras sociales que promueven relaciones competitivas en
condiciones desfavorables para una o más partes (individual, social u organizacional). Se
presenta un desbalance de poder que, en muchos casos, nace de condicionamientos
establecidos por una estructura política, económica, religiosa, cultural, etc.
Estas estructuras están configuradas muchas veces por fuerzas externas a la gente en
conflicto. Escasez de recursos, condicionamientos geográficos (distancia o proximidad), tiempo
(demasiado o demasiado poco ), estructura organizativas, etc., promueven con frecuencia
conductas conflictivas.
Los Conflictos de Valores: son causados por sistemas de creencias incompatibles o
percibidos como incompatibles. Los valores son creencias que la gente emplea para dar sentido
a sus vidas. Los valores explican lo que es bueno o malo, verdadero o falso, justo o injusto.
Valores diferentes no tienen por qué causar conflicto. Las personas pueden vivir juntas en
armonía con sistemas de valores muy diferentes. Las disputas de valores surgen solamente
cuando unos intentan imponer por la fuerza a otros un conjunto de valores, o pretenden que
tenga vigencia exclusiva un sistema de valores que no admite creencias divergentes.
Christopher Moore considera que esta tipología de conflictos puede ayudar a analizar y
entender los conflictos pues funcionando como una guía permite descubrir la causa básica de
una conducta conflictiva, identificar qué sector es prioritario, y estimar si la causa es una
incompatibilidad auténtica de intereses o un problema perceptivo de las partes involucradas.
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