Subido por lucero guerra flores

4 LOS SISTEMAS

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RESUMEN N 04
U.E.C. Teoría de Sistemas
N° DE SESION:
04 (Cuarta Semana: 23/09/2013 al 29/09/2013)
Más allá de lo obvio con el pensamiento…
“Con una sola llama es posible encender un millón de velas”.
INTRODUCCION
La preocupación de los biólogos era legítima: examinar las partes individualmente, por separado, no proporciona información s obre
las interacciones entre las variables: por ejemplo, estudiar la evolución de una especie animal sin tener en cuenta su interacción
con otras especies y con el medio ambiente es un enfoque absurdo... de la misma forma, en otro contexto, que la física clásic a es
inadecuada para estudiar los fenómenos cuánticos, o para explicar la complejidad de los fenómenos turbulentos que estudia la
moderna teoría del caos: "... y es que cuanto más complejo sea un sistema, más alejados estarán la causa y el efecto entre sí,
tanto en el espacio como en el tiempo."
(Peter M. Senge, "La Quinta Disciplina").
¿QUE ES UN SISTEMA?
CONCEPTO
Etimológicamente hablando y por razones de concreción, la noción de “sistema” proviene de dos palabras griegas: syn e istemi que
quiere decir “reunir en un todo organizado”. El sistema no existe per se, sino que es definido (co construido), el analista de sistemas
es quien decide que es lo que quiere definir como sistema, en relación a lo que observa y se co – construye de la realidad exterior. Sin
embargo podemos tener un concepto:
“Sistema es un conjunto de entidades caracterizadas por ciertos atributos que tienen relaciones entre si y están localizadas
en cierto ambiente, de acuerdo con un cierto objetivo”.
(Puleo)
Un sistema es una entidad algo que fundamenta su existencia y sus funciones se mantienen como un todo mediante (por
la interacción) de sus panes.
(Joseph O’. Connor. 2007)
Un sistema es un conjunto de partes interrelacionadas que experimentamos como un todo. A pesar de que puede ser capaz de
observar y toparse con estas piezas, su sistematicidad de sus relaciones emergen, son abstractos. Como tal, un sistema es diferente
a una cosa "ahí fuera". En este capítulo se discuten los diferentes tipos de sistemas .Las opiniones de que, si bien todos ellos son
observados dependientemente, algunos están bien fundamentados en realidades compartidas que permitan describir algo, mientras
que otros son intelectuales (epistemológicas) los dispositivos que nos permiten explorar situaciones existentes y, posiblemente, crear
algo nuevo. Experimentamos y hablar acerca de los sistemas, pero no chocar con los sistemas de "ahí fuera". Tenemos sus nombres
y al hacer esto los traemos a la existencia. Sistemas de enlace de eventos en el tiempo, lo que ayuda a ver el panorama en términos
espaciales y temporales y ayudar a ver patrones de relaciones y procesos. En resumen, los sistemas nos ayudan para evitar la
fragmentación innecesaria.
Desde una perspectiva ética del pensamiento sistémico nos ayuda a conectar los acontecimientos lejanos y resolver las
consecuencias ocultas de nuestras acciones.
Etimológicamente SYSTEM es una palabra que tiene una raíz griega que significa "conjunto organizado" (griego: su'st=ma, América:
syst_ema). Esta raíz implica que, originalmente, la palabra se usa para indicar un proceso de integración o suma de cosas que
producen una especie de síntesis. Su uso actual, sin embargo, es mucho más amplio. Se ha convertido en una palabra muy de moda
utilizar como un atajo para referirse a un conjunto de cosas relacionadas con un propósito. De hecho, el sistema OED1 define como
"complejo; conjunto de cosas o partes relacionadas; cuerpo organizado de cosas materiales o inmateriales”. Esa es la forma en que
comúnmente hablan del "sistema inmunológico", un "sistema de gestión de documentos", el "sistema de frenado de un coche", el
"sistema carcelario" o el "sistema nacional de salud" de un país, etc.
Todos estos ejemplos se refieren a cosas o partes que están trabajando juntos como un todo. Pero es de notar que en la forma en que
normalmente hablamos de un sistema que implica una especie de "objetividad" a la misma. Estamos acostumbrados a hablar de un
sistema penitenciario en la misma forma que hablamos de un coche, es decir, como un "objeto" que todo el mundo puede observar,
tocar o "retroceso". Pensamos, sin embargo, que esta forma común para referirse a un sistema merece una nueva revisión.
Vamos a empezar esta revisión al afirmar que un sistema es un conjunto de partes interrelacionadas que experimentamos como un
todo. A pesar de que puede ser capaz de observar y toparse con estas piezas su sistematicidad emerge de sus relaciones, que son
abstractos.
Como tal, un sistema es diferente a una cosa "ahí fuera". Más adelante en este capítulo se discuten los diferentes tipos de sistemas,
sin embargo, somos de la opinión de que todas ellas son construcciones mentales, algunos están bien fundamentadas en realidades
compartidas que permitan describir algo, otros son intelectuales (epistemológicas) los dispositivos que nos permiten explorar las
situaciones existentes y, posiblemente, crear algo nuevo. Experimentamos y hablar acerca de los sistemas, pero no chocar con los
sistemas de "ahí fuera". Tenemos sus nombres y al hacer esto estamos trayendo a la existencia.
Una serie de partes que no están conectadas no es un sistema, es sencillamente un montón.
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UN SISTEMA
Partes interconectadas que funcionan como un todo.
Cambia si se quitan o añaden piezas. Si se divide un sistema
en dos, no se consiguen dos sistemas más pequeños, sino un
sistema defectuoso que probablemente no funcionará.
La disposición de las piezas es fundamental.
Las partes están conectadas y funcionan todas juntas.
Su comportamiento depende de la estructura global. Si se
cambia la estructura, se modifica el comportamiento del
sistema.
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
UN MONTON
Serie de partes
Las propiedades esenciales no se alteran al quitar o añadir
piezas. Cuando se divide, se consiguen dos montones más
pequeños.
La disposición de las piezas no es importante.
Las partes no están conectadas y funcionan por separado.
Su comportamiento (si es que tiene alguno) depende de su
tamaño o del número de piezas que haya en el montón.
Así pues, un sistema es un conjunto de partes que funcionan como una sola entidad. Puede estar compuesto de muchas partes más
pequeñas o ser él mismo parte de un sistema mayor. El tamaño de los sistemas construidos por e] hombre tiene un crecimiento
limitado. Si algo empieza a crecer de forma desmesurada sin experimentar ningún otro cambio, llega un momento en que resulta poca
manejable, y es probable que se estropee. En relación con los sistemas, el mayor tamaño no implica un mejor funcionamiento,
suele ser al revés. Cada sistema tiene un tamaño óptimo, y si aumenta o disminuye de forma notable sin experimentar ningún ot ro
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cambio, es muy probable que deje de funcionar. El propio cuerpo es un ejemplo perfecto. Consta de muchos órganos y partes
diferentes que, si bien actúan cada uno por separado, también lo hacen en conjunto e influyéndose mutuamente. Los ojos no verían ni
las piernas se moverían sin el flujo sanguíneo. El movimiento de las piernas favorece el retorno de la sangre al corazón. Los latidos
del corazón y la digestión experimentan la influencia de los pensamientos; a su vez, el tipo de digestión influye en los pensamientos,
sobre todo después de una comida copiosa. El cuerpo es un sistema complejo, al igual que lo es la familia, una empresa o cualquier
tipo de doctrina. El medio ambiente es también un sistema muy complejo, cuyo funcionamiento deberíamos comprender mejor. La
contaminación, en el mejor de los casos, afea muchas regiones del medio ambiente y, en el peor, las hace inhabitables. Los expertos
discuten sobre las consecuencias globales del desarrollo industrial.
Vivimos como un sistema en un mundo de sistemas y, para comprenderlo, necesitamos técnicas de pensamiento sistémico, La razón
por la que el pensamiento habitual resulta insuficiente para manejar sistemas es que tiende a ver secuencias simples de causa y
efecto, limitadas en espacio y tiempo, en lugar de una combinación de factores que se influyen mutuamente. En un sistema, la causa
y el efecto pueden estar muy distanciados en el tiempo y en el espacio. Es posible que el efecto no se aprecie hasta pasados unos
días, semanas o incluso años. Los efectos a largo plazo pueden ser positivos: si somos buenos padres, tendremos unos hijos cariñosos
y amables que, de mayores, serán también buenos padres; o bien pueden ser negativos: los pesticidas y algunos productos químicos
de uso industrial, por ejemplo, tienen unos efectos sobre el medio ambiente que sólo se descubren tras decenios de utilización. Todavía
hoy desconocemos los efectos a largo plazo de muchos de los productos químicos que se vierten a la tierra, a los recursos hídricos y
al aire que respiramos. Tan sólo tenemos la esperanza de que si son efectos muy graves, no sea demasiado tarde para poner
remedio. Por ejemplo, ante un incendio forestal lo razonable sería apagarlo directamente. Sin embargo, si el fuego se ha extendido, quizá
no sea posible conseguir el agua suficiente y echarla en el sitio apropiado para detenerlo. El viento puede cambiar y tan pronto como
echemos el agua en un sitio, el fuego puede extenderse por otro. ¿Qué hacer en esta situación? Provocar uno mismo varios incendios.
Con pequeños incendios controlados se queman determinadas zonas; después, cuando el gran incendio llegue a esas zonas, al no
encontrar nada que quemar, se extinguirá traicionado por su propia voracidad.
ELEMENTOS DE UN SISTEMA
Los elementos son los componentes de cada sistema. Los elementos de sistema pueden a su vez ser sistemas por derecho propio, es
decir, subsistemas. Los elementos de sistemas pueden ser inanimados (no vivientes), o dotados de vida (vivientes). La mayoría de los
sistemas con los cuales tratamos, son agregados de ambos. Los elementos que entran al sistema se llaman entradas, y los que lo
dejan son llamados salidas o resultados.
ENTIDAD: Constituye la esencia de algo. Es un concepto básico que puede tener una existencia concreta y/o abstracta (conceptos,
sujetos, objetos).
Las entidades son los llamados sub sistemas, es decir son sistemas a la vez,
ATRIBUTOS: Determinan las propiedades de una entidad; pueden estar presentes en una forma cualitativa o cuantitativa.
Los sistemas, subsistemas, y sus elementos, están dotados de atributos. Los atributos/pueden ser "cuantitativos" o
"cualitativos". Esta diferenciación determina el enfoque a utilizarse para medirlos. Los atributos "cualitativos" ofrecen mayor
dificultad de definición y medición que su contraparte los atributos "cuantitativos".
RELACIONES: Determinan la asociación natural entre dos o mas entidades o entre sus atributos. Las relaciones pueden ser pueden
ser estructurales y funcionales.
* Estructurales: Si se tratan con la organización, configuración, estado, partes o constituyentes de una entidad.
* Funcionales: Si se le asigna a una entidad en base a un objetivo.
AMBIENTE: Conjunto de Entidades, que al determinarse un cambio en sus atributos o relaciones pueden modificar el sistema.
OBJETIVO: Es aquella actividad proyectada o planeada que se ha seleccionado antes de su ejecución. Y está basada tanto en
apreciaciones subjetivas como en razonamientos técnicas de acuerdo con las características que posee el sistema.
LAS CORRIENTES DE ENTRADA
Hemos indicado ya que, para que los sistemas (abiertos) puedan funcionar, deben importar ciertos recursos del medio. Así por
ejemplo, el ser humano, para sobrevivir y funcionar, está importando constantemente un número de elementos de su medio: el aire le
entrega el oxigeno necesario para el funcionamiento de su organismo; los alimentos (líquidos y sólidos) que son indispensables para
mantenerse; el abrigo para protegerse, etc. etc. Las plantas “importan” la energía solar que llega a sus hojas y así sobreviven.
Con el fin de utilizar un término que comprenda todos estos insumos, podemos emplear el concepto de “energía”. Por lo tanto, los
sistemas, a través de su corriente de entrada, reciben la energía necesaria para su funcionamiento y su mantención.
La diferencia entre entradas y recursos es mínima, y depende sólo del punto de vista y circunstancial. En el proceso de conversión, las
entradas son generalmente los elementos sobre los cuales se aplican los recursos. Por ejemplo, los estudiantes que ingresan al
sistema de educación son entradas, en tanto que los maestros son uno de los recursos utilizados en el proceso. Desde un contexto
más amplio, los estudiantes con una educación se tornan en recursos, cuando se convierten en el elemento activo de la comunidad o
sociedad. En general, el potencial humano (maestros, personal no académico, personal no académico, personal administrativo), el
capital (que proporciona tierra, equipo e implementos), el talento, el saber cómo y la información, pueden considerarse todos
intercambiables como entradas o recursos empleados en el sistema de educación. Cuando se identifican las entradas y recursos de un
sistema, es importante especificar si están o no bajo control del diseñador de sistema es decir, si pueden ser considerados como parte
del sistema o parte del medio. Si observamos por ejemplo, un bosque de pinos, podremos comprender la dramática lucha que sostiene
por alcanzar los rayos solares, lucha que los lleva a sacrificar su grosor para obtener mayor altura y así evitar ser tapados por los
árboles vecinos. El quedar bajo de ellos significa lisa y llanamente su muerte.
PROCESO DE CONVERSIÓN
La pregunta que forzosamente debemos hacernos una vez concluido el punto anterior es: ¿hacia dónde va esa energía? Recordemos
que cuando definíamos un sistema, hablábamos de la presencia en ellos de un propósito o un objetivo. Los sistemas organizados
están dotados de un proceso de conversión por el cual los elementos del sistema pueden cambiar de estado. El proceso de
conversión cambia elementos de entrada en elementos de salida. En un sistema con organización, los procesos de conversión
generalmente agregan valor y utilidad a las entradas, al convertirse en salidas.
En efecto, todo sistema realiza alguna función. El hombre debe reproducirse y debe también conducirse de alguna forma de modo de
satisfacer sus necesidades; las plantas tienen como misión transformar la energía solar a través de la fotosíntesis. Los sistemas
sociales (creados por el hombre) tienen por objeto proveer al hombre de bienes y servicios que los ayuden en su vida a satisfacer sus
necesidades. Así, la energía que importan los sistemas para mover y hacer actuar sus mecanismos particulares con el fin de alcanzar
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los objetivos para los cuales fueron diseñados (ya sea por el hombre o la naturaleza). En otras palabras, los sistemas convierten o
transforman la energía (en sus diferentes formas) que importan en otro tipo de energía, que representa la “producción” característica
del sistema particular. Por ejemplo, en el caso de las plantas, ellas “importan” energía solar y mediante un proceso de conversión
(fotosíntesis) trasforman la energía que recibe
CORRIENTE DE SALIDA
La corriente de salida equivale a la “exportación” que el sistema hace al medio. Este es el caso del oxigeno en las plantas.
Generalmente no existe un sino varias corrientes de salida. Por ejemplo, hemos señalado que la corriente de salida, o el producto que
exporta una planta al medio, es el oxígeno que ella fabrica a partir de la energía solar. Sin embargo, ésta es una de sus corriente de
salida (aunque quizás la principal) ya que también exporta alimentos, frutos y belleza a través de sus flores.
En general podemos dividir estas corrientes de salida como positivas y negativas para el medio y entorno, entendiéndose aquí por
medio todos aquellos otros sistemas (o supersistemas) que utilizan de una forma u otra de energía que exporta el sistema.
En el caso de la planta podríamos señalar que sus corrientes de salida son todas positivas. Sin embargo puede existir corriente de
salida negativas (aunque indudablemente los conceptos de positivo y negativo son relativos, ya que se encuentra en función de la
escala de valores de observador o analista). Una planta, como la amapola, parece el opio que por sus efectos en el hombre podría ser
considerada una corriente de salida negativa (aunque no para aquellos que comercian con él) para la comunidad en general (excepto
cuando es utilizado como medicamento). En general, podríamos decir que la corriente de salida es positiva cuando es “útil” a la
comunidad y negativa en el caso contrario.
Existen algunos sistemas sociales que llevan a cabo las transacciones con su medio (es decir, exportaciones de sus corrientes de
salida y adquisición de sus corriente de entrada) en forma completamente autónoma.
En cambio, existen otros sistemas cuyo producto de la “comercialización” de su corriente de salida no alcanza o, simplemente, es
incapaz de producir alguna parte considerable de sus corrientes de entrada. Por ejemplo, nuestro jardín. Su corriente de salida es la
belleza y el bienestar que nos proporciona. Lo mismo sucede con ciertos sistemas sociales útiles para la comunidad. Por ejemplo un
hospital público. Evidentemente, lo que los pacientes pagan por los cuidados recibidos es insuficiente para proveer a ese hospital con
todos los recursos necesarios (equipos, medicamentos, cirujanos, doctores, enfermeras, etc.). Es entonces el medio, la comunidad, el
que, a través de los impuestos que entrega al gobierno, permite a la comunidad de retroalimentación éste subvenciona el hospital,
porque su corriente de salida, salud, es importante para esa comunidad (utilidad social y costo social).
EL MEDIO
En breve presentaremos un estudio de cómo los límites de un sistema y su medio se establecen. Baste ahora explicar aquí que es
imperativo decidir sobre los límites de los sistemas cuando se estudian sistemas abiertos (vivientes) -sistemas que interactúan con
otros sistemas. La definición de los límites de sistemas determina cuáles sistemas se consideran bajo control de quienes toman las
decisiones, y cuáles deben dejarse fuera de su jurisdicción (considerados como "conocidos" o "dados"). A pesar de dónde se
implantan los límites del sistema, no pueden ignorarse las interacciones con el medio, a menos que carezcan de significado las
soluciones adoptadas.
LOS SISTEMAS: NOMBRAMIENTO
Para empezar, cuando el nombre de un sistema que escoger arbitrariamente sus partes y relaciones, de acuerdo con un propósito que
atribuirle. Un coche, por ejemplo, tiene muchas partes necesario para que pueda ser accionado. Al hablar de un "sistema de frenado"
estamos seleccionando algunas partes que consideramos la más estrechamente relacionada con realizar el acto de detener el coche.
Por supuesto, estamos dejando fuera de este sistema en muchas otras partes del coche. Un razonamiento similar se puede aplicar a
los ejemplos anteriormente mencionados. Por lo tanto, la selección de las partes y de sus relaciones de acuerdo con un propósito es
inherente a un sistema de nomenclatura. Estas piezas pueden ser imaginarias, físicas, biológicas, o lo que sea. En un sentido,
volviendo a la raíz etimológica, este es un proceso de síntesis.
Pero el nombramiento de un sistema implica que la distingue de su fondo o, en otras palabras, la separación de sus partes y
relaciones de su entorno por medio de especificar una frontera (Spencer-Brown 1969). Por lo tanto, antes de seguir adelante en
nuestra discusión sobre los sistemas, parece importante analizar con más detalle el proceso de hacer distinciones.
El dibujo de una distinción es, en un sentido general, una operación cognitiva básica por la cual llegamos a conocer o distinguir el
mundo que nos rodea. Las distinciones se componen de tres elementos diferentes que vienen a ser todo al mismo tiempo: el 'interior',
el 'exterior' y la 'frontera'. Si dibujamos un círculo en un pedazo de papel, por ejemplo, estamos haciendo una distinción, si apuntamos
a un coche que también están haciendo una distinción. En cualquier caso, se hace una distinción en cuanto especificar
completamente su frontera: el círculo se distingue tan pronto como cerramos su circunferencia, no antes, un coche se distingue tan
pronto como reconocer y hacer evidente el montón de metales y otros materiales que definen su frontera, y una empresa que se
distingue por sus personas y sus relaciones, que definen una frontera más abstracta pero igualmente que separa el interior, lo que
indica que se incluyen en las relaciones, desde el exterior, los excluidos.
Una vez que se hace una distinción, son libres para hacer referencia a cualquiera de sus aspectos. Por lo general, hacer esto
mediante la asignación de un nombre a cada aspecto de la distinción. Por ejemplo, podemos llamar el "exterior" de una distinción de
su "entorno". Sin embargo, es muy importante diferenciar entre una distinción y el nombre de la atribuimos a él. Esta diferencia es
similar a la que existe entre la etiqueta se pone a una variable y su contenido, mientras que las primera corresponde a el nombre, la
última correspondiente a la distinción misma. El nombre es atribuir a propósito de la distinción.
Hacer distinciones es una operación cognitiva básica, sino que tiene sentido preguntar qué clase de distinciones que realmente puede
hacer. Para abordar esta cuestión, es importante tener en cuenta que el espacio de posibles distinciones que podemos hacer es
limitado por la estructura biológica que compartimos todos los seres humanos.
Esta estructura es determinada por el tipo de interacciones que se pueden mantener en cualquier campo específico de acción. Por
ejemplo, en el dominio de nuestra audición, la estructura de nuestro oído interno y medio determina qué tipo de estímulos pueden
desencadenar una reacción de las partes relacionadas de nuestro sistema nervioso.
________________
1Oxford English Dictionary. R. Espejo and A. Reyes, Organizational Systems, DOI 10.1007/978-3-642-19109-1_1, # Springer-Verlag Berlin Heidelberg
2011
El martillo y el tímpano sólo reaccionan a las ondas sonoras que oscilan entre 20 y 20.000 Hz. Fuera de estos límites nuestro nervio
auditivo no será eficaz para este tipo de estímulos.
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Por otra parte, un perro puede escuchar el sonido producido por la formación silbato del propietario (que está fuera de estos límites),
mientras que el propietario no puede oír (es decir, distinguir) este sonido. Este punto es válido para todas las distinciones que se
hacen a través de los otros sentidos. Por lo tanto, es evidente que nuestra constitución biológica como seres vivos está directamente
conectada a nuestra capacidad de hacer distinciones.
Curiosamente, la discusión anterior sugiere que podemos aumentar el número de distinciones que podemos hacer en un dominio
particular de acción mediante el uso de diferentes herramientas de observación para aumentar el alcance de nuestras interacciones
posibles en ese dominio. Mediante el uso de un telescopio de radio, por ejemplo, se pueden distinguir algunos cuerpos astronómicos
que será incapaz de distinguir a simple vista. Del mismo modo, mediante el uso de un escáner médico pueden distinguir algunas
partes de un cuerpo que de otro modo serían incapaces de observar. Volveremos a este punto más adelante en el libro.
En términos generales, podemos afirmar que los estímulos externos pueden desencadenar pero no determinar una diferencia en un
momento particular en el tiempo. En cambio, las distinciones que hacen en realidad están determinadas por nuestra estructura
biológica en ese momento en particular. Esto es una consecuencia de la determinación estructural que caracteriza a nuestro sistema
nervioso (Maturana y Varela 1992). Pero debido a que nuestro sistema nervioso tiene la plasticidad, su estructura puede pasar por
cambios como resultado de cada interacción con su entorno.
En otras palabras, un estímulo externo no sólo puede desencadenar una distinción pero también puede provocar un cambio en la
estructura de nuestro sistema nervioso de tal manera que la capacidad de establecer nuevas distinciones puede cambiar también.
Consideremos, por ejemplo, el caso extremo en el que oímos (es decir, distinguir) un sonido muy alta frecuencia que produce algún
daño en nuestro tímpano. Este estímulo particular no solamente provocó una distinción sino que también produjo un cambio en la
estructura biológica de tal manera que nuestra capacidad de distinguir sonidos adicionales puede ser afectada. La investigación en
biología ha demostrado que los cambios que son menos extremas en nuestro sistema nervioso ocurren todo el tiempo, como
resultado de nuestra interacción con el entorno (Maturana y Varela, 1992).
La historia de todos estos cambios estructurales es lo que se conoce como la ontogenia.
Este hecho tiene una consecuencia muy importante para el proceso de hacer distinciones porque como todos pasamos por
ontogenias diferentes, nunca hacemos exactamente las mismas distinciones que hacen los demás. De hecho, incluso si asumimos
que dos personas reciban el mismo tipo de estímulos en un momento dado en el tiempo, ya que sin duda han pasado por ontogenias
diferentes, la estructura de su sistema nervioso puede ser diferente y por lo tanto puede reaccionar a cada estímulo en un poco
manera diferente. Uno puede preguntarse entonces cómo es posible que, aunque biológicamente no podemos hacer exactamente las
mismas distinciones que aún son capaces de comunicarse entre sí de una manera coordinada? Además, ¿cómo es que nos parece
observar un mundo lleno de regularidades que todos estamos de acuerdo sobre?
Las respuestas a estas preguntas se encuentran en el núcleo de la tierra epistemológico de las ideas y conceptos desarrollados en
este libro. Primero debemos notar que sin embargo puede ser diferente de persona a persona, el proceso de hacer distinciones radica
en nuestra biología y todos compartimos una estructura biológica similar, ya que todos pertenecen a la misma clase de los mamíferos.
En segundo lugar, y sobre todo en relación con las personas que nos encontramos (y el medio ambiente) en nuestra vida cotidiana,
nos hemos criado en las tradiciones (por ejemplo, cultivos) que han establecido predominantes (es decir, común) los criterios para
hacer distinciones que solemos seguir. Por lo tanto, vivimos en un mundo de regularidades comunes que no podemos alterar a su
antojo. Sin embargo, es importante reconocer que este "mundo común" es el resultado de un proceso en curso de acuerdos culturales
y no de una realidad ontológica "ahí fuera". Volveremos a este punto más adelante, pero ahora vamos a seguir explorando las
consecuencias de tener ontogenias diferentes en el proceso de hacer distinciones.
Es en este sentido que decimos que las distinciones que hacemos están profundamente arraigadas en lo que somos en un momento
particular en el tiempo (es decir, el estado actual de nuestra ontogenia).
Ellos se basan en nuestra biología particular y en nuestra historia personal. Cualquier distinción por lo tanto, es intrínsecamente
relacionada con un observador particular que experimenta la distinción. De hecho, observe que cuando hacemos una distinción, no
sólo somos lo que produzca, pero también estamos haciendo aparentes nuestras propias capacidades cognitivas, nuestras emociones
y nuestras intenciones. Me parece un poco paradójico que nosotros, como seres humanos, nos distinguimos por distinguir con
precisión lo que no somos, es decir, el "mundo" que nos rodea (Varela 1975, p. 22). Cuando decimos, por ejemplo, que una prisión es
un lugar en el que los reclusos se mantienen cerradas con el fin de protegernos (personas en una comunidad) de sus malas acciones,
estamos no sólo distinguir un sistema penitenciario pero que son al mismo tiempo exponer nuestros puntos de vista sobre el castigo
penal.
Los experimentos han demostrado la estrecha relación entre nuestras emociones y las distinciones que hacemos (Clore y Storbeck
2006). En uno de estos experimentos, diferentes personas que estaban caminando por un parque se les pidió decir, mediante el uso
de sus manos, cómo era una colina empinada que estaba a punto de subir. Antes de hacer la pregunta, algunos de ellos fueron
invitados a escuchar una pieza de Mozart, mientras que otros escucharon parte de una sinfonía de Mahler. El resultado del
experimento fue que las personas escuchando a Mahler "vio" la colina mucho mayor que los que escuchaban a Mozart. Aquí, la
música fue usada como un medio para establecer el estado emocional de los sujetos. En otro experimento, se les pidió a describir con
sus propias manos lo empinado era un camino cuesta abajo en frente de ellos. Algunos de ellos, sin embargo, fueron invitados a
acercarse a la orilla de la carretera con el uso de un par de patines. Estos temas "vio" un camino mucho más pronunciada que las que
usaban zapatos regulares de tenis. En este caso, el miedo era el estado emocional que influyó en las distinciones que han hecho.
Experimentos similares con niños, mucho más sensibles que los adultos, también han demostrado cómo las emociones juegan un
papel importante en las distinciones que hacen en la escuela (Maturana y Verden-Zoeller 1993).
"Todo lo que se dice es dicho por un observador que podría ser él o ella misma" (Maturana, 1988, p. 27). Esta es una afirmación que
sintetiza nuestra discusión acerca de hacer distinciones. Hace hincapié en el papel del observador en el proceso, pero evita entrar en
el solipsismo. Es decir, debe quedar claro que, en la realización de una distinción que el "objeto" y el "observador" constituye uno al
otro al mismo tiempo.
No hay prevalencia ya sea del objeto de distinguir o del observador al hacer una distinción. Los objetivistas viejos afirman que "las
propiedades del observador no podrá entrar en la descripción de sus observaciones", se sustituye por una bastante diferente.
En efecto, "la descripción de las observaciones se revelan las propiedades del observador '(Von Foerster 1984). De esta manera, nos
estamos alejando tanto de las epistemologías subjetivistas y objetivistas comunes hacia un enfoque más constructivista; una
objetividad entre paréntesis (Maturana, 1988).
Volvamos ahora al proceso de acuerdos culturales. Cuando una comunidad de observadores comparten un conjunto de distinciones
en un dominio particular de la acción y los conecta a tierra en sus prácticas recurrentes como una forma de coordinar sus acciones en
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ese dominio, estas distinciones parecen como objetivo, como si tuvieran una realidad ontológica. Sin embargo, esto es tan sólo en que
dominio de acción particular de esa comunidad en particular de los observadores; esos son los límites que implica la objetividad entre
paréntesis.
Al moverse fuera de estos límites esta realidad ontológica aparente puede comenzar a desvanecerse. Esto podría ser muy bien
ejemplificado por recordar la famosa película de Hollywood Los dioses deben estar locos en el que una botella de coca-cola se cae
accidentalmente desde un avión y cae en las manos de una tribu aislada en Botswana: Para la mayoría de nosotros es obvio que una
botella de coque es y (en consecuencia) que se utiliza, aunque no hemos probado todavía. Esta certeza apunta a su estatus
ontológico como "objetiva" objeto en nuestra cultura. Sin embargo, para esta comunidad africana que objeto (es decir, una distinción
sin nombre) pasó de ser un martillo sirve para ser un arma mortal. Por lo tanto, el estatus ontológico de la "botella de coca-cola
'(nótese el uso de las comillas aquí) no es intrínseco a este objeto, sino que esta comunidad está construyendo. Al final del día lo que
este objeto será para esa comunidad depende de las prácticas comunes que se desarrollan (si los hay) para coordinar sus acciones
con la misma.
Estas distinciones fundadas por conversaciones recurrentes y la coordinación de las acciones de producir significados compartidos
por una comunidad. Ellos están profundamente arraigados en la historia particular y la cultura de esa comunidad y, por lo tanto,
apoyar sus puntos de vista tácitas sobre su mundo. Tenga en cuenta que estas distinciones tienen un estatuto ontológico distinto de
los que se sienten atraídos por los observadores como ideas interesantes nuevas sobre el mundo, pero carecen de esta tierra. Los
primeros son útiles para apoyar la coordinación de las acciones de las personas en un dominio de acción particular, este último son
útiles para la apertura de nuevas posibilidades y por lo tanto para la creación de nuevos dominios de acciones. Volveremos a este
punto más adelante.
Por ahora, vamos a volver a revisar la definición de un sistema mediante el uso de todos los elementos que hemos discutido hasta
ahora. Somos de la opinión que un sistema es una distinción que da a luz un conjunto de partes no relacionadas linealmente
exhibiendo cierres. De esta manera, los sistemas son una clase especial de distinciones y, por lo tanto, todo lo que hemos dicho antes
de hacer distinciones también se aplica al proceso de nombramiento de los sistemas. Seamos claros en esto, se dice que un sistema
es una distinción, pero no todas las distinciones son sistemas.
Estamos atribuir dos condiciones para esta clase particular de distinciones o, en otras palabras, dos condiciones que nos permitan
reconocer una distinción como pertenecientes a esta clase especial de clase de sistemas. Estas condiciones son: la observación de
interacciones no lineales entre sus partes y observando el cierre. Veamos brevemente ampliando más información acerca de estas
condiciones.
En cuanto a la primera condición, lo que hace que el mundo impredecible es que las interacciones entre las partes no se suman de
una manera sencilla. Sus interacciones son no lineales, y no están determinados por las relaciones de causa-efecto. La no linealidad
de las interacciones entre las partes del sistema es responsable de sus propiedades emergentes.
Es decir, se observa propiedades que no son observables en cualquiera de las partes del sistema tomadas de forma aislada. Esto es
precisamente lo que hace de un sistema de un "todo" que es diferente de un conjunto de partes. Una manera popular de describir esto
es diciendo que el todo es más que la suma de sus partes, o que se observa una sinergia en el sistema. Esto se corresponde con la
definición del DEO1 de un sistema como un conjunto de partes "trabajando juntos como un todo". Por lo tanto, las propiedades
emergentes son intrínsecas a los sistemas que observamos.
La evolución reciente de las teorías de la complejidad y el caos reconocen esta no linealidad de las interacciones en la constitución de
un sistema observable: la conjunción de una serie de eventos algunos pequeños puede producir un gran efecto si sus efectos se
multiplican más que añadir. El efecto global de eventos puede ser imprevisible si sus consecuencias difundir de forma desigual a
través de los patrones de interacción dentro del sistema. En estos mundos, los acontecimientos actuales pueden cambiar
dramáticamente las probabilidades de muchos eventos futuros. (Axelrod y Cohen, 1999, p. 14)
Estas teorías refieren principalmente a estudiar el comportamiento de sistemas dinámicos lejos del equilibrio. Se acordó que en la
actualidad la mayoría de los sistemas físicos observables y sociales comparten esta característica de no-linealidad (Beinhocker 2006;
Sawyer 2005). Se afirma que esto es exactamente lo que hace evidente su complejidad. Volveremos a esto en el capítulo 3, cuando
se desarrolla el concepto de complejidad.
En cuanto a la otra condición, decimos que exhibe cierre, es necesario para distinguir un sistema. Por supuesto, hemos dicho que
cuando los observadores hacen una distinción que ya están trazando una frontera, pero cuando esta distinción es un sistema, sus
partes se mostrarán el cierre operacional. El observador observará que las relaciones de las partes 'son suficientes para sostener la
frontera del sistema, no hay relaciones abiertas terminados que requieren acciones exteriores para el cierre. La red de relaciones
especifica en su totalidad a la distinción que se está realizando y es auto-referencial. Esta es la condición de cierre para un sistema.
La frontera se refiere a un significado que está conectado a tierra por las partes y sus relaciones en el dominio consensual de un
grupo de observadores. Por ejemplo, esta es la distinción que los observadores hacen cuando tácitamente de acuerdo en que un
Servicio Nacional de Salud es un sistema para mejorar la salud de una comunidad. Sin embargo, algunos observadores pueden
cuestionar esta distinción a tierra al ofrecer otros significados para el sistema emergente; están reconociendo propósito diferente al
sistema. Esto está en consonancia con nuestra afirmación de que el sistema determine una distinción nombrado no tiene valor de
verdad, es más o menos basada en una comunidad de observadores.
De hecho, esta especificación frontera, se refiere a los fines y los valores de las piezas que producen el sistema a través de sus
relaciones. En efecto, la elaboración de las fronteras requiere considerar en detalle quiénes son los actores del sistema. Por otro lado,
teniendo en cuenta que deben ser los actores y sus relaciones se dibujó una frontera para los sistemas sociales más allá de su actual
conexión a tierra, sino que está haciendo juicios de contorno (Ulrich, 2000). Tendremos en cuenta los sistemas sociales a lo largo de
este libro con este punto de vista crítico.
Pero aquí nuestro punto es evitar un uso bastante vaga del sistema y plazo para diferenciarlo de su uso como un comodín. De hecho,
nuestra definición dice que un sistema, en un dominio particular, surge de la acción de las distinciones que, como hemos mencionado
antes, están profundamente enraizados en la coordinación recurrente de acciones de las personas que actúan en ese dominio. Por lo
tanto, los sistemas sociales se cierran las redes de interacciones recurrentes que producen, y producida por la coordinación de las
acciones de la gente.
Sistemas como los definidos anteriormente son diferentes de los holones (Checkland y Scholes, 1990). Los holones son
construcciones mentales, ideas, hipótesis de totalidades provocados por las observaciones en el mundo, independientemente de si
tienen como referente redes cerradas de interactuar personas. En este sentido, los holones se ofrecen sólo como intelectuales
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(epistemológica) dispositivos para pensar el mundo. Son importantes para apoyar las conversaciones de la gente de posibilidades
(Espejo, 1994).
Hemos explicado hasta el momento lo que quería decir cuando decíamos al principio de este capítulo que un sistema es una
construcción colectiva culturalmente compartida de un conjunto producida en el mundo por un conjunto de partes interrelacionadas.
Ampliemos ahora cómo un sistema puede ser utilizado para dar cuenta de determinadas cuestiones de interés. Con el fin de hacer
esto, se mostrará que considerar un sistema como un tipo particular de distinción permite a la aparición de dos vías complementarias
de las descripciones del sistema. Veremos que, de hecho, cada uno de estos caminos genera epistemologías diferentes (es decir,
diferentes maneras de conocer y tratar con sistemas con nombre).
Recuerde que dijimos que una distinción divide el mundo en dos partes, "esto" y "aquello". De esta manera, la "cosa" que se distingue
es separada de su «base».
Pero, después de distinguir un sistema, tenemos la libertad de elegir a centrar nuestra atención en cualquiera de las dos partes se
separaron por el acto de distinción. Si optamos por ver el sistema de su entorno (es decir, nosotros, como observadores, se
encuentran en el "exterior"), tratamos al sistema como una entidad simple, atribuirle algunos atributos y estudiar sus interacciones con
su entorno. El sistema se considera como que tiene entradas y salidas y como está limitado por el medio ambiente. Por otro lado, si
optamos por ver el sistema desde dentro (es decir, nosotros, como observadores, se encuentran en el "interior") de las propiedades
del sistema surgen de las interacciones de sus componentes y el medio ambiente es visto como una fuente de perturbaciones. El
sistema no tiene entradas o salidas (Varela 1979, p. 85).
El primer tipo de descripción constituye un sistema como una caja negra. En este caso, los observadores se encuentran en una
posición privilegiada, ya que se observa tanto en el sistema y su entorno y al mismo tiempo establecer correlaciones entre los dos a
través del tiempo. En otras palabras, se puede describir el comportamiento del sistema en términos de la historia de estas
correlaciones. Sería evidente para los que el medio ambiente está afectando al sistema a través de ciertos insumos que producen
ciertas salidas.
Aunque el interior del sistema no es accesible (es decir, es una caja negra) se puede establecer una correlación entre las entradas y
salidas y observar que el medio ambiente es, en cierto sentido, limitar el comportamiento del sistema.
Observe que este ha sido el modo estándar de descripción de sistemas en general. Llamaremos a esto un tipo de caja negra de la
descripción. Se ha asociado un modo de inferencia en el que la información que afecta a las entradas del sistema determina su
comportamiento futuro. Se puede pensar en este modo de inferencia en términos de una flecha que va desde el exterior hacia el
interior del sistema. Es un modo de inferencia que tiene asociado con él un discurso sobre el control de comportamiento de un sistema
por la elección de las entradas controlables apropiados. En este tipo de control descripción se entiende como la restricción del
comportamiento del sistema para alcanzar los resultados deseados o metas (Rosenblueth et al. 1943).
Como veremos, este tipo de descripción es a veces necesario para hacer frente a la complejidad del mundo. Se reconoce que a
menudo 'no es necesario entrar en el cuadro negro para comprender la naturaleza de la función que realiza. Se trata del primer
aforismo regulatoria de Beer (Beer 1979, p. 59). Este aforismo implica que la transformación de entradas en salidas se rige por las
regularidades y que estas regularidades se puede establecer a través de la observación. Esta observación nos permite trabajar en los
insumos (variables controlables y no controlables) y salidas (variables controladas) pertinentes a propósito del observador en la
situación. La frontera del sistema se define así por las variables el observador elige estudiar. Este tipo de descripción se conoce como
funcionalista y con frecuencia se descarta como mecánico. Lo tomamos como algo valioso, aunque de forma restringida descripción
de un sistema uno.
En el segundo tipo de descripciones, el observador se representa de pie el comportamiento del sistema en su "interior". La atención se
centra en la naturaleza de la coherencia interna del sistema que surge de la interrelación de sus componentes constitutivos (o partes).
Nos concentramos en la coherencia interna y desde este punto de vista lo que solía ser determinados elementos ambientales en el
tipo anterior de las descripciones son vistos ahora como perturbaciones no especificados o simplemente ruido (Varela 1984). En otras
palabras, ya que el observador no está en una posición privilegiada más (es decir, 'fuera del sistema') no hay ni un entorno ni un
conjunto de entradas, salidas o un proceso de transformación (es decir, una función que relaciona las salidas con las entradas) para
explicar el comportamiento del sistema. Todo lo que tenemos a la mano son las relaciones de las partes que constituyen el sistema
como un todo.
Llamaremos a este tipo de descripciones “descripciones operativas”. Una vez más, se han asociado con ellos un modo de inferencia,
pero en el que la coherencia interna del sistema determina sus comportamientos posibles. Aquí la flecha que representa este modo de
puntos de inferencia para la dirección opuesta: desde el interior hacia el exterior. Perturbaciones externas pueden provocar cambios
en la estructura interna del sistema, pero no determinan su comportamiento futuro. Un león, por ejemplo, mirando a una joven gacela
pueden comportarse de diferentes maneras dependiendo de sus estados internos biológicos (es hambre? Está cansado? Qué se
siente en peligro?, Etc.) Por ello, este modo de descripción es más apropiado con un discurso sobre la autonomía y, por lo tanto, para
describir el comportamiento de los sistemas autónomos. En este tipo de control descripción se entiende en términos de autoregulación.
Por ahora, debe quedar claro la diferencia entre estos dos tipos de descripciones de sistemas. Pero recuerde que estos dos tipos de
descripciones son complementarias, sino que surgen de una indicación elegido por un observador después de que él o ella distingue a
un sistema.
En un sentido, estos dos tipos de descripciones de sistemas se relacionan entre sí y a un observador en la misma forma que el interior
y el exterior de un círculo se relacionan entre sí y con la mano el dibujo de la circunferencia que los separa.
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3 O, más precisamente: el todo es diferente a la suma de las partes, ya que por desgracia, puede ser el caso de que una propiedad emergente es
negativa, o en otras palabras, que la sinergia es negativo (por ejemplo, miembros de una familia cancelación de las otras capacidades o un equipo de
fútbol donde las habilidades individuales no están coordinados).
Se corresponden con diferentes usos de un sistema como un dispositivo cognitivo. ¿Qué hay que subrayar, sin embargo, es que las
consecuencias de una elección o el otro tipo de descripción son muy diferentes. Analicemos esta afirmación con más detalle por
abordar temas diferentes con dos tipos de descripciones.
Por ejemplo, cuando el sistema llamado es el fenómeno de la cognición, por lo general ha sido estudiada mediante la descripción de
los seres humanos como cajas negras. Aquí el cerebro normalmente se representa como una máquina computadora que recoge la
información de su entorno ("ahí fuera") en todo el sistema sensorial, la procesa y almacena el resultado en algún lugar en su interior.
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Bajo este tipo de descripción se suele decir que el cerebro funciona con una representación de la información contenida en el medio
ambiente (Pickering 2010).
Si ahora cambia a una descripción operativa, la cognición se entiende como una propiedad emergente de la coherencia interna del
sistema nervioso que surge como resultado de su interconectividad relativa. Bajo estas circunstancias, es la estructura del sistema
nervioso que selecciona los patrones de alteraciones en su entorno van a ser 'visto', 'oído', o en general "percibido". Es la estructura
interna del sistema nervioso que da sentido al mundo "allá afuera". Es en este sentido que decimos que el sistema nervioso es la
estructura determinada. Estamos pasando de la psicología de la cognición a la biología de la cognición (Maturana 1988, 2002).
En el ejemplo anterior el concepto de información cambia dramáticamente en virtud de estos dos tipos de descripciones sistema. La
información como referencia, de instrucción y de representación es un concepto que se refiere al tipo de recuadro negro de
descripciones (Simon 1996). Por otra parte, en el tipo de funcionamiento de las descripciones, se utiliza la palabra información en el
sentido original etimológico de informare (América 'para dar forma o forma ") para caracterizar la calidad de un sistema autónomo de
dotar a su entorno con significado (Varela 1986 , p. 119). Con esta distinción, estamos pasando de preguntas acerca de la
correspondencia semántica a las preguntas acerca de los patrones estructurales.
Color, por ejemplo, pasa de ser considerado como una propiedad de los objetos (es decir, fuera de nosotros) para ser el resultado de
una interna (estructural) mecanismo de nuestro sistema nervioso para la que no tenemos acceso directo experiencial (Maturana,
1983).
Del mismo modo, otros fenómenos como la evolución, el lenguaje y el aprendizaje puede ser explicado usando uno u otro tipo de
descripción. Nuestra tradición occidental, basado en un paradigma newtoniano-cartesiano, ha apoyado y generalizado el uso del tipo
de una caja negra de descripciones de los sistemas y la manera funcionalista de inferencia (es decir, el comportamiento del sistema
se puede establecer con la presentación de la función de transformación en relación sus salidas a las entradas). Durante mucho
tiempo, esta forma de descripción ha sido el mejor que hemos tenido en la mano para caracterizar y hacer frente a fenómenos
complejos. Pero las consecuencias de este tipo de entrada / salida de la intervención puede ser, en efecto indeseable si se aplica a los
aspectos de la autonomía de un sistema, por ejemplo cuando se utiliza electro-shock para tratar las enfermedades mentales o
quimioterapia para tratar el cáncer (Pert 1997). Sin embargo, a medida que desarrollamos herramientas más complejas y sofisticadas,
como el Modelo de Sistema Viable para estudiar las organizaciones, el tipo operacional de las descripciones y las formas conexas de
intervención son cada vez más relevantes y están sustituyendo el tipo de recuadro negro de descripciones. Sin embargo, a pesar de
los avances recientes en la teoría de la complejidad, el estudio de los fenómenos económicos y sociales siguen dependiendo en gran
medida de esta última forma de descripciones.
El estudio de los sistemas autónomos se necesita utilizar descripciones operativas donde se sustituye predicción lineal por las
capacidades dinámicas estructurales del sistema para hacer frente a la inesperada (es decir, el comportamiento del sistema está
determinado por las capacidades internas y coherencias del sistema como un todo). En efecto, estos dos tipos de descripciones no
son contradictorios sino complementarios.
Sin embargo, como hemos tratado de demostrar con los ejemplos presentados, conducen a consecuencias radicalmente diferentes.
Podemos optar por utilizar uno u otro en el estudio de un fenómeno particular, pero tenemos que ser plenamente conscientes de
cuándo y por qué se utiliza cada tipo de descripción, y cuando se cambia de una a la otra. Esto no es un reclamo de exclusividad pero
para una "contabilidad limpia epistemológica" (Varela 1984). Hay muchos casos en los que estos dos tipos de descripciones de
sistemas se confunden en una sola explicación de un fenómeno particular. Sabemos, por ejemplo, que los ojos de una rana reacciona
sólo a las sombras en movimiento, lo que significa que un sapo no reacciona en absoluto si está de pie delante de una mosca
constante, incluso si se está muriendo de hambre (Lettvin et al. 1968) . Si decimos que, de esta observación, si la explicación de este
"extraño" comportamiento se debe a que la rana no ve la mosca, estamos confundiendo dos dominios diferentes de explicación, el
dominio de las observaciones realizadas por los científicos en los que al mismo tiempo puede observar la rana y la mosca y establecer
una correlación entre los dos, y el dominio de la rana de las interacciones (por ejemplo, la rana "mundo"). En este último dominio, la
mosca no existe en absoluto. El dominio de motivos primero proviene de la utilización de un tipo de recuadro negro de descripciones,
y el otro procede de la utilización de un tipo de funcionamiento de la descripción. Para el resto del libro, vamos a explicitar cuál es el
camino de la descripción que seguimos abordando cada uno de los temas que se discuten.
El propósito de este capítulo es desarrollar un relato de la concepción de un sistema, una cuenta que hace hincapié en la importancia
del observador en llevar adelante los sistemas. Su puesta a tierra sea de segundo orden - la cibernética (Von Foerster 1984) y la
biología del conocimiento (Maturana, 1988).
¿CÓMO DEFINIR UN SISTEMA?
El proceso para definir un sistema es identificar y describir: Transformación, ¿qué hace?; Actores, agentes, ¿quién hace?; ¿quién se
beneficia o perjudica?; Dueño, ¿de quién es la potestad?; Metasistema, ¿es un subsistema?; Entorno o medio ambiente, ¿cuál es y
cómo interactúa? y Su punto de vista, ¿descripción particular?.
Los pasos para definir el sistema quedaría de la siguiente forma: Identificar el propósito del sistema; Describir el medio en el que vive
el sistema (entorno); Los recursos del sistema; Los componentes del sistema y La dirección del sistema. Para evidenciar la
descripción de la realidad en términos de sistemas se utilizará el siguiente ejemplo: La municipalidad (como sistema). Propósito ¿qué
hace?: El propósito de la municipalidad es promover la adecuada prestación de los servicios públicos locales y el desarrollo integral,
sostenible y armónico. Transformación ¿cómo lo hace?: Los elementos que interactúan para el logro del propósito de la municipalidad
son: Gerencia de servicios sociales, Gerencia de desarrollo urbano – rural, Gerencia de seguridad ciudadana, participación vecinal y
desarrollo económico, Comité técnico de coordinación, Oficina de control institucional, Concejo municipal, Gerencia municipal,
Gerencia de administración de recursos, Gerencia de administración y fiscalización tributaria.
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4 Libro electrónico disponible en www.syncho.com
Gerencia de planificación, presupuesto y racionalización, Gerencia de asesoría jurídica. Alcaldía, Junta de delegados vecinales
comunales, Consejo de coordinación local distrital, Comités distritales, Agentes municipales. Actores, agentes, ¿quién hace?: Los
actores, agentes para el funcionamiento de la municipalidad son: Alcalde y su concejo municipal, personal de administración pública,
ciudadanos (urbano y rural). ¿Quién se beneficia o perjudica?: Los beneficiarios de los servicios proporcionados por la municipalidad
son los ciudadanos (urbano y rural). ¿De quién es la potestad?: La dirección de la municipalidad está a cargo del Alcalde y su concejo
municipal, administración pública, representantes ciudadanos (urbano rural). Entorno o medio ambiente, ¿cuál es y cómo interactúa?:
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El entorno de la municipalidad está compuesto por: desarrollo humano, producción agropecuaria, desarrollo económico, desarrollo
urbano y ambiente-ecología…
CARACTERIZACIÓN DE UN SISTEMA
La entrada, para que los sistemas puedan funcionar, deben importar ciertos recursos del medio. Así, por ejemplo, el ser humano, para
sobrevivir y funcionar, está importando constantemente un número de elementos de su medio: el aire le entrega el oxígeno necesario
para el funcionamiento de su organismo; los alimentos (líquidos y sólidos) que son indispensables para mantenerse; etc. Los
sistemas, a través de su corriente de entrada, reciben la energía necesaria para su funcionamiento y mantención. En general,
la energía que importa el sistema del medio tiende a comportarse de acuerdo con la ley de la conservación, que dice que la
cantidad de energía que permanece en un sistema es igual a la suma de la energía importada, menos la suma de la energía
exportada. Sin embargo, existe la corriente de entrada de una energía particular que no responde a esta ley de la conservación. Nos
referimos a la información. Efectivamente, el sistema importa información desde su medio a través de sus centros receptores y
canales de comunicaciones. Esta forma particular de la corriente de entrada tiene un comportamiento diferente a los recursos
anteriormente señalados y por eso merece ser considerada aparte. En realidad no podemos decir que la cantidad de información que
se mantiene dentro de un sistema es igual a la suma de las informaciones que entran menos la suma de las informaciones que
salen o son "exportadas" por el sistema, como señala la ley de la conservación. En este caso, la información se comporta de acuerdo
a lo que se denomina "la ley de los incrementos”, que dice que la cantidad de información que permanece en el sistema no es igual a
la diferencia entre lo que entra y lo que sale, sino que es igual a la información que existe más la que entra, es decir, hay una
agregación neta en la entrada, y la salida no elimina información del sistema.
La transformación, todo sistema realiza alguna función. Por ejemplo, el hombre debe reproducirse y debe también conducirse de
alguna forma de modo de satisfacer sus necesidades; las plantas tienen como misión transformar la energía solar a través de la
fotosíntesis. Así, la energía que importan los sistemas sirve para mover y hacer actuar sus mecanismos particulares con el fin de
alcanzar los objetivos para los cuales fueron diseñados (ya sea por el hombre o la naturaleza). En otras palabras, los sistemas
convierten o transforman la energía (en sus diferentes formas) que importan en otro tipo de energía, que representa la "producción"
característica del sistema particular. Por ejemplo, en el caso de las plantas, ellas "importan" energía solar y mediante un proceso de
conversión (fotosíntesis) transforman la energía solar en oxígeno.
Cada uno de los subsistemas de un sistema posee un proceso de conversión mediante ese subsistema. Así por ejemplo, el ser
humano se encuentra formado por varios subsistemas cada uno con una función de conversión característica: el sistema circulatorio,
produce y hace circular la sangre dentro del cuerpo para así alimentar diversos organismos; el aparato digestivo transforma la
energía, que en forma de alimento entra en el cuerpo, en otras formas de energías aptas para el consumo de otros subsistemas; el
aparato nervioso produce el movimiento, que permite accionar al cuerpo y, entre otras cosas, buscar su alimento. Desde este punto de
vista, y al considerar el sistema total, existen diferentes procesos o funciones de conversión siendo algunas principales, en relación al
producto final y otras accesorias o de "servicio" para que puedan operar esos subsistemas principales (aunque no por eso menos
importantes y, en algunos casos, vitales). La diferencia quizá resida en que mientras las unidades de conversión del producto
característico transforman la energía recibida en el producto final, los otros subsistemas la transforman en otro tipo de energía que es,
a su vez, una corriente de entrada para la función de transformación principal, es decir, son procesos intermediarios.
La salida, la corriente de salida equivale a la "exportación" que el sistema hace al medio. Este es el caso del oxígeno en las plantas;
del transporte en un taxi; etc. Generalmente no existe una sino varias corrientes de salida. Por ejemplo, hemos señalado que la
corriente de salida, o el producto que exporta una planta al medio, es el oxígeno que ella fabrica a partir de la energía solar. Sin
embargo, ésta es una de sus corrientes de salida (aunque quizás la principal) ya que también exporta alimentos, frutos y belleza a
través de sus flores. En general podemos dividir estas corrientes de salida como positivas y negativas para el medio y entorno,
entendiéndose aquí por medio todos aquellos otros sistemas (o supersistemas) que utilizan de una forma u otra la energía que exporta
ese sistema (Contexto). En el caso de la planta podríamos señalar que sus corrientes de salida son todas positivas. Sin embargo
pueden existir corrientes de salida negativas (aunque indudablemente los conceptos de positivo y negativo son relativos, ya que se
encuentran en función de la escala de valores del observador o analista). En general, podríamos decir que la corriente de salida es
positiva cuando es "útil" a la comunidad y negativa en el caso contrario.
La comunicación de retroalimentación, todo sistema tiene algún propósito y la conducta que desarrolla, una vez que dispone de la
energía suficiente, prevista por sus corrientes de entrada, tiende a alcanzar ese propósito u objetivo. Ahora, ¿cómo sabe el sistema
cuándo ha alcanzado su objetivo? o ¿cuándo existe diferencia entre la conducta que desarrolla para lograr el objetivo y el objetivo
mismo?. Así, la comunicación de retroalimentación es la información que indica cómo lo está haciendo el sistema en la búsqueda de
su objetivo, y que es introducido nuevamente al sistema con el fin de que se lleven a cabo las correcciones necesarias para lograr su
objetivo (retroalimentación). Desde este punto de vista, es un mecanismo de control que posee el sistema para asegurar el logro de su
meta. Para representar en forma más completa el proceso de retroalimentación debemos agregar una función de conversión que
recibe la información de retroalimentación como corriente de entrada que la transforme o convierta en nueva información, la que es
transmitida al proceso de conversión principal que está actuando para alcanzar el objetivo del sistema. Distíngase que la
comunicación de retroalimentación no sólo puede provenir de la corriente de salida principal del sistema, sino de cualquier otra
corriente de salida que se estime necesario controlar. En otros casos la función de conversión de la comunicación de
retroalimentación significará informaciones que de alguna forma modifican las corrientes de entrada que importa el sistema.
¿CÓMO PUEDE PRESENTARSE LA REALIDAD VINCULADA AL OBSERVADOR, SIN QUE ELLO IMPLIQUE QUE LA
PERSPECTIVA DE CADA OBSERVADOR DISTORSIONE DICHA REALIDAD?
La cibernética tiene interés por diseñar máquinas, donde alguien organiza el sistema. Esta concepción se expandió para incluir un
nuevo objetivo: entender “máquinas” (sistemas) que se encuentran hechas, que no han sido organizadas por nosotros, los
organismos vivientes, o que nosotros formamos como integrantes o participantes, por ejemplo, sistemas sociales, los cuales tampoco
organizamos nosotros, aúnque participemos de su organización; es decir, sistemas autoorganizadores que no son necesariamente
vivientes –por ejemplo: estrellas, remolinos, etcétera-. Este interés por los sistemas autoorganizadores llevó a una atención cada vez
mayor sobre dos nociones: la de autonomía, el hecho de estar estos sistemas regidos por sus propias leyes; y la de autorreferencia,
una operación lógica por la cual una operación se toma a sí misma como objeto, como sucede cuando, por ejemplo, hablamos del
lenguaje, pensamos el pensamiento, o somos conscientes de nuestra conciencia.
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Las nociones centrales de la cibernética (circularidad, información, retroalimentación, meta, regulación, etcétera) así como nociones
conexas que habían sido incorporadas a la red conceptual de la disciplina: orden, organización, azar, ruido, etcétera, comenzaron
a usarse para la comprensión de sistemas autoorganizadores, biológicos y sociales, con especial atención a su autonomía y a los
fenómenos de autorreferencia implicados.
El escenario estuvo entonces preparado para dar un paso que resultaría fundamental para encontrarse de lleno en el campo de la
epistemología: cuestionar el principio de la objetividad, para asumir que todas las nociones antes dichas no eran independientes de
nosotros los observadores de los fenómenos observados. No sólo podíamos describir enlaces circulares autorreferenciales, que
generaban o delimitaban un sistema autónomo, allí en el sistema observado; también nosotros, los observadores, podíamos ser
entendidos en los mismos términos y, más aún, el proceso de observación delimitaba en sí mismo otro sistema autónomo, en el cual,
observadores y sistema observado interactúan a través de procesos autorreferenciales, a través de los cuales todo lo dicho sobre un
sistema resultaba relacionado con nuestras propias propiedades para hacer tal observación. Así, nuestra propia cultura se volvía
importante para poder hacer ciertas observaciones, generaba restricciones para el tipo de observaciones que éramos capaces de
hacer. Y en esa estructura se incluye, desde las restricciones impuestas por la corporalidad (por ejemplo la sensibilidad a los rayos de
luz, y no a los infrarrojos o rayos x, o a un sonar, como un murciélago), hasta restricciones impuestas por el lenguaje, su
estructura gramatical, las limitaciones del proceso representativo, los intereses culturales específicos, etc.
La inclusión del observador, el efecto de la inclusión del sujeto observador y el desvío de la atención de las observaciones a los
usuarios de las observaciones (lo cual enriqueció a las observaciones mismas) transformó a la cibernética en una epistemología, una
disciplina que tenía algo que decir no solamente sobre la estructura ontológica de la realidad sino sobre el conocimiento de esa
realidad, sus limites y posibilidades, sus dificultades y condicionamientos. Heinz Von Foerster y Margaret Mead señalaron que se
inició el periodo de la cibernética de segundo orden, siendo sistemas de segundo orden aquellos que, como mencionamos
anteriormente, tienen capacidad autorreferencial y autológica. La cibernética se volvía sobre sí misma y usaba sus conceptos para ver
a los usuarios de dichos conceptos y la relación que a través de esos conceptos establecían con su entorno. En pocas palabras, la
cibernética estudiaba ya no solo al sistema o concepto cibernético, sino al cibernetista como parte del sistema mismo. En otras
palabras, se pasó del observador que estipula el propósito del sistema a el observador que estipula su propio propósito. El cibernetista
no se preguntaba ya: ¿dónde están los enlaces circulares en este sistema? Sino que se empezaba a preguntar: ¿cómo generamos
nosotros este sistema, a través de la noción de circularidad?.
La teoría del observador según Guy Jumarie: 1) un sistema S no puede definirse sino relativamente a un observador dado R; este
axioma considera la interacción observador-sistema como un hecho fundamental, inherente a la noción misma de sistema. Un
mismo objeto, físicamente definido sin ambigüedad, será percibido de maneras distintas por observadores distintos. 2) un sistema S
recibe información desde su entorno y usa dicha información para modificar su estructura interna… y actuar sobre su entorno para
alcanzar una meta propia. Al dirigirse hacia el sistema, el observador lo hace, en cada oportunidad de una manera bien precisa.
Puede observarlo a escala microscópica, macroscópica, o megascópica. Puede usar sus distintos sentidos, separadamente o en
conjunto. Puede interponer instrumentos de observación, cada uno con sus características propias y las exigencias interpretativas
correspondientes. Con respecto a la teoría del observador, Heinz Von Foerter ha expuesto una teoría del observador, cuyos
conceptos básicos son: El entorno se percibe como el lugar de ubicación de objetos estacionarios, en movimiento o en transformación.
El cambio presupone la invariancia, y la invariancia el cambio. Las propiedades lógicas de la invariancia y del cambio son las que
corresponden a la representación. Si no se tiene eso en cuenta aparecen paradojas.
APRENDER A PENSAR PENSAMIENTO SISTÉMICO
El rasgo dominante, el punto fuerte del pensamiento sistémico y su mayor utilidad es que interpreta situaciones o procesos globales.
Las características más destacadas del pensamiento sistémico son: No va de hecho en hecho, sino que analiza las situaciones en su
globalidad. Se aleja para tomar perspectiva y trata de ver el cuadro en su conjunto. La visión global permite establecer nexos entre los
elementos individuales. Controla indicadores de tendencia, trata de ver si hay algún patrón indicativo, alguna pauta que se repite
debajo de los hechos puntuales y de manera casi inconsciente. Antes de tomar decisiones estudia las repercusiones de las mismas en
el sistema, en el todo. Considera el corto plazo, pero también el medio y largo plazo. Sabe que las acciones agresivas pueden tener
un efecto rebote en el sistema, que pueden volverse en su contra. Todos los elementos de un sistema se influyen entre sí y a su vez
son influidos por el sistema. Por lo tanto como elemento de un sistema, sus actos no son separables de su posición en el mismo, pero
tiene responsabilidades y un margen de actuación.
Los errores fundamentales de pensamiento provienen de lo que algunos autores especialistas en el tema llaman la “trampa de la
inteligencia” consiste en:
 Las personas inteligentes pueden justificar prácticamente cualquier punto de vista. Cuanto mejor elaborado esté el razonamiento,
menos necesidad hay de explorar la situación y contrastarla con otras opiniones o datos. Una persona así puede quedar
prisionera en sus propios puntos de vista.
 Sienten la necesidad de tener siempre la razón. La autoimagen y el estatus de una persona dependen, en muchos entornos
sociales, de su grado de inteligencia. Es difícil, profundizar en la búsqueda de la verdad, aceptar errores, o encontrar soluciones
que pueden ser consideradas “incómodas”.
 El uso crítico suele producir una satisfacción más inmediata que el uso constructivo. Al demostrar que estoy de acuerdo con otro,
mi papel parece superfluo y subordinado. Si propongo una idea “estoy en manos” de los que la tengan que juzgar. Si crítico, sin
embargo, parece que yo controlo la situación.
 Prefieren la seguridad del pensamiento reactivo a la del pensamiento creativo. En el pensamiento reactivo se reacciona ante los
datos que a uno le entregan (de la misma forma que se reacciona ante un crucigrama). Mientras que en el pensamiento
creativo, hay que crear el contexto, los conceptos, los objetivos.
 La rapidez de pensamiento. Muy útil para muchas cosas de la vida, pero también supone un riesgo: saltar a conclusiones a partir
de muy pocos datos. Una mente más lenta puede, paso a paso, llegar a conclusiones más apropiadas.
 Aprender a pensar en la solución de problemas y en la toma de decisiones
 Los errores del pensamiento Sistémico, el contrapunto del pensamiento sistémico es el pensamiento reduccionista. El
pensamiento reduccionista presenta una visión simplista y sesgada de los hechos que han intervenido en los problemas por lo
que es frecuentemente causa de error. De la misma manera que el pensamiento sistémico tiende a ver un todo orgánico y global,
su contratipo tiende a fijarse en las partes, en los hechos concretos en una sucesión lineal, sin conexión con otros. Si ve las
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piezas en su totalidad, las ve como un mecanismo, en el que las piezas son intercambiables. El sistémico sabe que los
trasplantes son delicados y peligrosos porque puede haber rechazo del organismo.

BIBLIOGRAFIA
Joseph O`Connor, Ian Mc Dermott. (2007). “Introducción al Pensamiento Sistémico” (“The Art of Systems Thinking”). Edit. URANO S.A.
1ra Edición. 302 pp. España

Johansen Bertoglio, Oscar. (1992). “Introducción a la Teoría General de Sistemas”. Edit. Limusa S.A. 1ra. Edición. México. 180 pp.
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