ESTUDIO CARTA ENCICLICA Laudato Si’ Plan de Formación Virtual Instituto Setenta Siete INTRODUCCIÓN La encíclica se centra en el planeta Tierra como lugar en el que viven los hombres, defendiendo la naturaleza, la vida animal y las reformas energéticas en los seis capítulos compuestos; presenta el subtítulo: Sobre el cuidado de la casa común. Francisco realiza una crítica fuerte del consumismo y el desarrollo irresponsable con un alegato en favor de una acción mundial rápida y unificada “para combatir la degradación ambiental y el cambio climático”. Es la segunda encíclica publicada por Francisco, después de Lumen fidei, de 2013, sin embargo, ésta fue escrita en gran parte por Benedicto XVI, por lo que Laudato si' es la primera encíclica escrita completamente por Francisco. Días antes de su publicación el Papa explicó que aun cuando el carácter de las encíclicas tiene como fin los obispos del mundo, en esta ocasión estaba destinada a todas las personas del mundo, incluidas las no católicas: "Invito a acompañar la publicación con una renovada atención a las situaciones de degrado ambiental, pero también de mejoría, en sus propios territorios. Esta encíclica está dirigida a todos: recemos para que todos podamos recibir su mensaje y crecer en la responsabilidad hacia la casa común que Dios nos ha confiado." Francisco Dia 1: Encíclica LAUDATO SI’ Numerales 1 al 16 Por Florencia Silva, Servidora de Renova + Para empezar, destaquemos el origen del nombre de esta encíclica “Laudato si´, mi´signore” que significa “Alabado seas, mi Señor”, se trata de un fragmento del Cántico de las Criaturas, oración de San Francisco de Asís, en la cual alaba a Dios por todo lo creado. Al leer este primer párrafo, que nos sitúa en el pensamiento de San Francisco quien consideraba a la tierra como una hermana, no puedo dejar de pensar en ella también como un regalo, un don, de parte de nuestro Dios. Uno de nuestros mayores tesoros, LA CASA COMÚN. Es evidente que la mayoría de las veces nos olvidamos de darle la importancia de “gran tesoro”, pues está a la vista lo que el hombre ha hecho a nuestra tierra. Acaso, ¿no se cuida y valora de manera especial un regalo que nos hacen? Nuestro deseo es que ninguno de nosotros luego de leer esta encíclica y estudiarla juntos salgamos igual, que no solo sea un adquirir formación y conocimiento, que tanto vos como yo podamos redescubrir el valor de este gran regalo que Dios nos ha dado, que tomemos conciencia que no podemos seguir tratando a la tierra como propietarios, que al igual que San Francisco podamos verla como una hermana. Al leer los numerales del 3 al 6, descubrimos que la preocupación por nuestra tierra de parte de la iglesia no es una cuestión del presente solamente (de hecho, estamos en el 5to aniversario de esta encíclica que estudiamos), ya hace más de 50 años los antecesores de Su Santidad Francisco lo planteaban como una problemática, manifestando la urgencia y la necesidad de un cambio radical en el comportamiento de la humanidad. Vemos que S.S. Francisco se alinea a este sentir de sus predecesores al decidir escribir Laudato Si´. San Juan Pablo II advirtió que el ser humano parece no percibir otros significados de su ambiente natural, sino solamente aquellos que sirven a los fines de su uso inmediato y consumo. Me resonaron fuerte estas palabras de Benedicto XVI “El derroche de la creación comienza donde no reconocemos ya ninguna instancia por encima de nosotros, sino que sólo nos vemos a nosotros mismos.” ¡Cuánto cosas que pensar y replantearnos acerca de nuestros comportamientos! Y, por cierto, poder ser agentes multiplicadores de esto que primero va resonando en nuestro interior. Dios quiera que de este estudio el Señor inspire a muchos Discípulos Misioneros con llamado al Cuidado de la Casa Común. En los numerales del 7 al 9, se nos plantea que la preocupación por la madre tierra va más allá de la iglesia católica, nos excede, es un punto común que tenemos con otras religiones y personas seculares. El llamado a una conversión ecológica es universal, está dirigido a todos los hombres de buena voluntad que habitan la tierra. Los numerales siguientes nos dicen que, así como el Papa Francisco, tomemos como modelo ejemplar al Santo de Asís. Y si a veces nos tentamos a pensar que el cambio de mentalidad necesario es imposible, que revertir el daño a la tierra es una causa perdida pidamos hacer vida las palabras del propio San Francisco “Comienza haciendo lo necesario; luego haz lo posible y de repente estarás haciendo lo imposible” ¡Desde nuestro pequeño lugar pongámonos en acción! En los numerales 13 a 16 encontramos algo muy profundo. Como dice San Francisco “El Creador NO nos abandona…”, pues no abandonemos nosotros la creación que nos fue dada. El desafío ambiental nos implica e impacta a todos. Hoy todos somos instrumentos para reparar las heridas que la tierra sufre por nuestro comportamiento irresponsable. Dia 2: Encíclica LAUDATO SI’ Numerales 17 al 31 Por Vilma Sánchez, Servidora de Renova + La Carta Encíclica Laudato Si´, al ser un documento social está escrito en clave VER-JUZGAR-ACTUAR. Recuerda tener paciencia. Primero vamos aprendiendo la “teoría”, la vemos juntos (por eso necesitas mínimo media hora por día para leer nuestro humilde estudio y luego leer la Carta, una, dos, tres veces). Sacamos nuestras propias conclusiones, juzgamos, debatimos (de aquí la importancia que lleves tu propio cuadernito de estudio, de apuntes propios). Para luego pasar al Actuar, por eso es importante que armes tu propio grupo de referencia local Laudato Si´, invita a otros a sumarse al estudio con vos. Anímalos, motívalos, sueñen juntos. Para luego poder tener acción concreta en lo aprendido, siempre animados por el Espíritu de Dios… ¡Comenzamos este día! LO QUE LE ESTA PASANDO A NUESTRA CASA Las reflexiones sobre la situación de la humanidad y del medio pueden sonar a mensaje repetido. Es fundamental saber qué le pasa a nuestra Casa Común. A la aceleración de los cambios en la humanidad y del planeta se une el acelerado ritmo de vida y de trabajo. No vamos acorde a la lentitud de la evolución biológica. El cambio es veloz y constante. No se orienta al bien común, a un desarrollo humano sostenible e integral. El objetivo no es recoger información, debemos tomar conciencia de la situación y qué aportes concretos hacemos cada uno. Es de verdad tomar dolorosa conciencia, atrevernos a convertir el sufrimiento personal lo que le pasa a nuestro mundo, y así reconocer cuál es la contribución concreta que puedas aportar. Al llegar al numeral 20 encontramos unas líneas certeras de lo que tenemos que saber. La contaminación produce efectos sobre la salud especialmente a los más pobres, por inhalación de humo que produce los combustibles que utilizan para comer y calentarse. Hay problemas que nos afectan a todos. La tecnología resuelve un problema creando otro. La tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería. Muchas veces se toman medidas solo cuando se han producido efectos irreversibles para la salud de las personas. Estos problemas están ligados íntimamente a la cultura del descarte afectan tanto a los seres humanos como a las cosas que rápidamente se convierten en basura. Cuidado con la tecnología, que, ligada a las finanzas, pretende ser la única solución de los problemas, y por eso a veces resuelve un problema creando otros nuevos. El clima como bien común, de todos y para todos. Numerales 23-26. La humanidad está llamada a tomar conciencia de la necesidad de realizar cambios de estilos de vida producción y de consumo. El calentamiento global (no es solamente un concepto que escuchamos o leemos en los medios de comunicación, ¿eh?) afecta a todo el planeta selva, océanos, polos, el problema es mundial. Los peores impactos recaerán en las próximas décadas sobre los países en desarrollo, esto afecta los recursos de los más pobres, se ven obligados a migrar con incertidumbre para el futuro de sus vidas e hijos. La falta de reacciones ante el drama de nuestros hermanos es un signo de pérdida de sentido de responsabilidad por nuestros semejantes sobre el cual se funda toda sociedad civil. Los que tienen más recursos, poder económico o político se concentran en enmascarar los problemas tratando de reducir los impactos negativos del cambio climático. Finalizando este día, un tema fundamental: La cuestión del agua, lo leemos en los números 27-31 El hábito de gastar y tirar alcanza niveles inauditos. El agua potable y limpia representa una cuestión de primera importancia. Es indispensable para la vida humana. Negar el agua es negar el derecho a la vida. La pobreza del agua potable se da especialmente en África. Un problema serio es la calidad de agua disponible para los pobres El acceso al agua potable y segura es un derecho humano básico La escasez de agua provocará el aumento del costo de los alimentos y de distintos productos. Será fuente de conflicto porque el control del agua caerá en empresas mundiales. Es importante que tomemos conciencia, y la compartamos. Como verdaderos Discípulos de Cristo, en clave Laudato Si´. Dia 3: Encíclica LAUDATO SI’ Numerales 32 al 47 Por Sergio Robles, Servidor Renova + Pérdida de la Biodiversidad Los recursos de la tierra están siendo utilizados de una manera tan improductiva para el futuro, que generan un lamentable resultado en el mundo entero, ya que especies desaparecerán y no podrán ser visibles para admirarlas y tampoco para el buen uso futuro. De esta manera el pensamiento no tiene que ser con un enfoque solo en lo económico, debería ser de una reflexión constante en que si seguimos utilizándolos de esa forma se perderán plantas y anímales que no podrán cumplir el rol que Dios le dio en el ecosistema. Suele pasar que generamos mayor conciencia por las cosas que vemos y que tocamos, de esta manera al desaparecer seremos menos conscientes de la gran pérdida que esto causa a la tierra en sí, puntualmente a los ecosistemas de cada lugar. Esto implica que nos interesemos no solo en el cuidado de los mismos, sino que también cuidemos las formas en las que son intervenidas por los humanos, ya que muchas veces generamos más daño del que ya se hizo con cada nueva intervención. El numeral 35 nos da un ejemplo claro: cuando se va a realizar algún proyecto nuevo de desarrollo que implica algún estudio del tipo ambiental, no siempre se tiene en cuenta a la flora y la fauna, quedando desprotegidas muchísimas especies que cumplen roles específicos en los ecosistemas. En los siguientes numerales vamos a encontrar temas específicos del cuidado particular de algunos espacios que son de vital importancia para todo el mundo (no olvidemos el último sínodo de la Amazonía, por ejemplo) y que, por cierto, muchas veces solo sirven a los intereses económicos de algunas corporaciones transnacionales. (Ver numeral N.º 86 del Documento de Aparecida V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano) El 39 nos invita a reflexionar en algo muy importante, la atención que se le debe prestar a la acción de cultivar nuevamente una determinada área, con especies únicas o que no correspondan al ecosistema real del lugar, porque de igual manera afectan negativamente la vida de las especies predominantes de una determinada área. Otro lugar no menos importante es el océano, el cual en su conjunto forma la mayor parte del planeta y donde muchísimas especies viven, conocidas y desconocidas, la explotación desmedidas de los recursos de los océanos y la contaminación que le generamos a los mismos son incalculables, de esta manera adoptar mecanismos no solo de control, sino también de una explotación más efectiva son realmente necesarias, para preservar las vidas marinas y una futura utilización. Cuántas ideas vienen a mi mente para poder cuidar el océano, que para muchos de nosotros es lugar de descanso. Y que, por cierto, tan descuidado está. Si se te ocurren ideas en concreto, anótalas para poder pensar un plan de ayuda concreta en este punto. Deterioro de la Calidad de la Vida Humana y la degradación social Nos metemos de lleno en la parte IV del Capítulo 1. Fundamental entender la relación cercana entre el cuidado del ser humano y la casa común. Es fundamental generar nuevos estudios y formas de proteger la biodiversidad de un lugar, de procurar darle la importancia a cada ser vivo y valorarlo como tal, recordando que todos somos necesarios en una cadena de vida. Nosotros los humanos también formamos parte de esta cadena, y tenemos derecho a vivir y ser felices. De tal manera nos tenemos que invitar todos a cuidar nuestro entorno para tener una vida más saludable. En las nuevas urbanizaciones que se generan, a veces se vive peor que en lugares construidos anteriormente, en los que las tecnologías no habían llegado y los controles no eran los que ahora conocemos, de igual manera no se tienen en cuenta muchos de los factores que venimos nombrando y se vive tan privados de la naturaleza. Los numerales 46 y 47 nos cuentan que en estos tiempos con el deterioro humano o de sus factores de vida, nos encontraremos con una creciente degradación social de un sector determinado, los cuales, a causa de las nuevas formas de vida, tecnologías o de la intervención del mismo ser humano, son descartados. También las nuevas tecnologías o formas de comunicación muchas veces contaminan a las personas, con información carente de valores y de un verdadero sentido para la comunión y desarrollo integral humano, por eso nos vemos obligados a cuidar la forma y el tiempo que ocupamos en las pantallas, para no generar más contaminación a los valores humano, a los sentimientos y a las formas de vida en las relaciones sociales. Lo mismo que antes te propongo: ¿qué ideas me surgen para poder llevar adelante un plan de acción concreta que ayuda rechazar la “cultura del descarte” y promover los valores de verdad, justicia, amor, equidad, esperanza propuestos por la Buena Noticia de Jesús? Dia 4: Encíclica LAUDATO SI’ Numerales 48 al 61 Por Lis Besada, Servidora Renova + En el día de hoy finalizaremos el Capítulo 1 de la Carta. Yo diría que estamos ante unos conceptos fundamentales, toma nota en particular de lo que leas en esta jornada de estudio. Inequidad planetaria Encontramos a Su Santidad Francisco denunciando varias cuestiones que de verdad nos están haciendo mal. Te enumero alguna, hay muchas más para que tomes en consideración en estos 14 numerales del día 4 de estudio. En lugar de generar empatía, e intentar comprender las necesidades de los pobres y pensar en un mundo diferente, algunos consideran que la única solución está en reducir la natalidad. La inequidad no afecta solo a individuos, sino a países enteros. La deuda externa de los países pobres se ha convertido en un instrumento de control. Sin embargo, durante siglos, el Norte ha estado depredando recursos naturales en el Sur y esa “deuda ecológica” no es reconocida. El gemido de la hermana tierra se une al gemido de los abandonados del mundo. Un clamor que nos reclama otro rumbo. Hay, sin embargo, demasiados intereses particulares. El fracaso de las Cumbres mundiales sobre medio ambiente se debe al sometimiento de la política ante la tecnología y las finanzas. Consideremos que si bien es verdad que hay más sensibilidad ecológica en las poblaciones (incluso muchos de nosotros estamos siendo parte de esta misión recién con este tiempo de crecimiento y aprendizaje en el contexto de la Semana Laudato Si´2020), no alcanza para modificar los hábitos dañinos de consumo. El número 49 tiene, a nuestro entender, una de las claves de la Carta: Pero hoy no podemos dejar de reconocer que un verdadero planteo ecológico se convierte siempre en un planteo social, que debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres Perspectivas de futuro Es previsible que, ante el agotamiento de algunos recursos, se vaya creando un escenario favorable para nuevas guerras. Los políticos, sin embargo, carecen de amplitud de miras. Están cediendo ante el poder financiero que no está dispuesto a perder ocasión de lucro. Hay, no obstante, ejemplos positivos en algunos países. Al mismo tiempo, crece una ecología superficial o aparente que consolida un cierto adormecimiento y una alegre irresponsabilidad. Ante esta situación, están quienes esperan que la solución venga de los avances tecnológicos. En el otro extremo, otros piensan que el ser humano es en todo caso destructor de la naturaleza. Entre ambos extremos, la reflexión debería identificar posibles escenarios futuros con objeto de encontrar respuestas integrales. No es misión de la Iglesia proponer soluciones concretas. Pero sí hay que decir que el actual sistema mundial es insostenible porque hemos perdido de vista la finalidad de la acción humana. El ambiente humano y el ambiente natural se degradan juntos, y no podremos afrontar adecuadamente la degradación ambiental si no prestamos atención a causas que tienen que ver con la degradación humana y social. Muchos profesionales, formadores de opinión, medios de comunicación y centros de poder están ubicados lejos de ellos, en áreas urbanas aisladas, sin tomar contacto directo con sus problemas. Viven y reflexionan desde la comodidad de un desarrollo y de una calidad de vida que no están al alcance de la mayoría de la población mundial La debilidad de las reacciones Metidos en la lectura del 53 y los siguientes nos encontramos con que nunca hemos maltratado y lastimado tanto nuestra casa común como en los últimos dos siglos. ¿Esto nos desanima? Creo que estamos llamados a ser los instrumentos del Padre Dios para que nuestro planeta sea lo que él soñó al crearlo y responda a su proyecto de paz, belleza y plenitud. Crear un sistema normativo que incluya límites que aseguren la protección de los ecosistemas, antes que las nuevas formas de poder derivadas del paradigma tecno económico terminen arrasando no sólo con la política sino también con la libertad y la justicia. El Documento de Aparecida (V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, junio de 2007) en su numeral 471 reclama que “en las intervenciones sobre los recursos naturales no predominen los intereses de grupos económicos que arrasan irracionalmente las fuentes de vida”. Para finalizar este capítulo primero una breve mención sobre la diversidad de opiniones. Algunos sostienen a toda costa el mito del progreso y afirman que los problemas ecológicos se resolverán simplemente con nuevas aplicaciones técnicas, sin consideraciones éticas ni cambios de fondo. En el otro extremo, otros entienden que el ser humano, con cualquiera de sus intervenciones, sólo puede ser una amenaza y perjudicar al ecosistema mundial. Nosotros como Iglesia no tenemos qué proponer una palabra definitiva y debemos escuchar y promover el debate honesto entre los científicos, respetando la diversidad de opiniones. Aunque sabemos del deterioro de nuestra casa común, tenemos la esperanza y sería muy bueno ponerla en acción para construir una “Casa común digna” como Dios la soñó para nosotros. Aquí está tu verdadera misión: ser un discípulo de Jesús con una Misión concreta, en clave Laudato Si´. Pidamos en este día la intercesión de San Francisco de Asís, para que nos ayude a abrazar este llamado, confiando de verdad en el Señor, que es fuente de toda gracia y bendición. Dia 5: Encíclica LAUDATO SI’ Numerales 62 al 83 Por Pablo Ibarra, Servidor Renova + Es muy interesante la introducción que plantea Su Santidad del 62 al 64. A partir de este punto comenzamos con el cuestionamiento a nuestras convicciones sobre el Evangelio de la Creación. En la actualidad, la política y la sociedad rechazan la idea de un Creador, pero es de suma importancia que la Iglesia genere una ecología integral y una ecología espiritual, que nos deje abierta la posibilidad de descubrir la relación entre la ciencia y la religión. A través de la Fe, la Iglesia nos invita a discernir entre las fuerzas, capacidades, ciencias, filosofía y religión, con el objetivo de realizar una síntesis entre la Fe y la Razón, transformando la Doctrina Social de la Iglesia y enriqueciendo a la Sociedad. Es de suma importancia resaltar las acciones que promueve la Fe en el cuidado de la Naturaleza y de nuestros hermanos más frágiles, reconociendo los compromisos que brotan de nuestras convicciones. Desde el 65 nos metemos en la sabiduría de los relatos bíblicos, que nos revelan la voluntad creadora en el plan de Dios, y el amor del Creador nos otorga la capacidad de darnos libremente, para entrar en comunión con otras personas marcando nuestro compromiso más profundo entre Dios y la Vida. Me parece fundamental que vayas meditando cada texto bíblico que se nos propone en estos numerales, son muchos y muy ricos. Incluso podrías tomar nota en tu cuadernito de estudio de los que más te lleguen. Dentro del lenguaje simbólico del Génesis, se establecen 3 relaciones, meditemos al respecto yendo a buscar los textos bíblicos que la Carta nos propone: -nosotros con Dios. -nosotros con el Prójimo. -nosotros con la Tierra. Estas relaciones han sido quebrantadas, desnaturalizando el mandato del creador, para lo cual es necesaria una reconciliación universal. Por eso es significativo que la armonía que vivía San Francisco de Asís con todas las criaturas haya sido interpretada como una sanación de aquella ruptura. El 67 reza No somos Dios. La tierra nos precede y nos ha sido dada. Es inapropiado dominar la Tierra en una explotación salvaje, con un ser humano dominante y destructivo. No hay lugar para un antropocentrismo despótico y es nuestra responsabilidad volver a encontrar ese equilibrio. Esta rehabilitación implica el redescubrimiento y respeto por los ritmos inscriptos en la Naturaleza por la mano de Dios. Los escritos proféticos nos muestran el camino a una sana espiritualidad, tomando el amor divino y la confianza en el poder de nuestro Padre. Luego de la lectura de estos numerales el 75 nos regala un hermoso resumen final: La mejor manera de poner en su lugar al ser humano, y acabar con sus pretensiones de ser un dominador absoluto de la tierra, es volver a poner la figura de una Padre creador y único dueño del mundo. El punto III abre con una declaración hermosa. Para nosotros, la Creación es más que decir Naturaleza. Es reconocer la realidad iluminada del amor del Padre, quedando expresamente claro, que la Creación es una decisión inteligente y sabia, que no responde a una mera acción caótica. El amor de Dios es el móvil fundamental de todo lo creado: Amas a todos los seres y no aborreces nada de lo que hiciste, porque si algo odiaras, no lo habrías creado. Sabiduría 11, 24 Debemos terminar con el mito moderno del progreso material sin límites. Dios interpela nuestra inteligencia y nos compromete responsablemente en el cuidado de la Creación. La Fe nos permite interpretar el sentido y la belleza de lo que sucede en el Universo. La libertad de la interacción humana hacia una evolución positiva, puede dar dos tendencias: una buena y una mala. No obstante, Dios quiere actuar con nosotros, pasándole el mando al Espíritu Santo para que con su mente divina pueda sacar lo bueno de lo malo. Aquí nos convertimos en verdaderos Discípulos y Servidores del Señor, también predicando el cuidado de la Casa Común. El 79 dice que la acción de la Iglesia no sólo intenta recordar el deber de cuidar la naturaleza, sino que al mismo tiempo debe proteger sobre todo al hombre contra la destrucción de sí mismo. El ser humano está sujeto a una evolución constante, donde cada novedad cualitativa implica una acción directa de Dios conformando su identidad personal. Nosotros tomamos como camino el modelo social de la Iglesia, expresado en la armonía, justicia, fraternidad y paz que proponía Jesús. El fin último es trascender y hacer trascender a todos los seres vivos, y en esa plenitud Dios nos abraza e ilumina. El 83 nos da un cierre con acento en la fe kerigmática, centrada en el Protagonismo de Jesús en la historia: El fin de la marcha del universo está en la plenitud de Dios, que ya ha sido alcanzada por Cristo resucitado, eje de la maduración universal. Pidamos a Dios, por intercesión de San Juan Crisóstomo patrono de todos los predicadores católicos del mundo, mayor amor y pasión por las Escrituras, para que sean nuestra alegría y esperanza al compartir la Buena Noticia de Dios en clave de amar y cuidar nuestro Planeta. Dia 6: Encíclica LAUDATO SI’ Numerales 84 al 100 Por Jonatan Rabinovich, Servidor Renova + Continuamos este hermoso camino de estudiar los Documentos de nuestra amada Iglesia. La encíclica nos invita en esta instancia a reflexionar sobre el mensaje que cada creatura nos trae como reflejo de nuestro Padre, la comunión que existe entre los seres vivos con su entorno, el servicio social de los bienes y la mirada de Jesús. El primer aspecto que se nos presenta es que cada creatura tiene su propósito y es reflejo de la amplitud de Dios. Como tales, son componentes de la Creación y fueron pensados de esta manera, por ello no debemos subestimarlos, maltratarlos, ni utilizarlos de maneras que no sean consistentes con el obrar de nuestro Padre. Él puso a nuestra disposición los elementos de este mundo para que “señoreemos”, sin embargo, el Papa nos recuerda que la creación nos fue dada para “cuidarla y labrarla”, incluso con esta jerarquización con la que se nos da un lugar preferencial, no debemos caer en el mal obrar desvirtuando el propósito original de las cosas. Es así que, si nos detenemos a contemplar la Casa Común, entonces estaremos escuchando el mensaje que Dios tiene para nosotros. En segundo lugar, se nos invita a revisar la compleja interdependencia de la Creación. Aquí es fundamental que vayamos a la fuente, el Catecismo de la Iglesia Católica en su numeral 340, nos invita a reflexionar el 86 de Laudato Si´. Del mismo modo que cada ser vivo y elemento fue concebido para servir de un modo concreto en los planes de Dios, también es importante visualizar que ninguno es autosuficiente, sino que existe una interdependencia fundamental que nos empuja a comprender que somos parte de un todo. Esta apreciación nos permite entender que no podemos subsistir de manera aislada, sino solo estando en comunión con el resto del Reino. En el 87 encontramos el Himno de San Francisco de Asís, con él rezamos juntos en este día para profundizar y confirmar nuestro llamado personal –e intransferible, por cierto- de ser un Discípulo de Jesús, en permanente Misión. En los numerales 90 y 91 se nos advierte una obsesión, en algunos casos, por negar toda preeminencia a la persona humana, y se lleva una lucha por otras especies que no desarrollamos para defender la igual dignidad entre los seres humanos. Hay una evidente incoherencia de quien lucha contra el tráfico de animales en riesgo de extinción, pero permanece completamente indiferente ante la trata de personas, se desentiende de los pobres o se empeña en destruir a otro ser humano. Así comenzamos a comprender el valor que tiene cada pieza en la Creación y como el retirar una de ellas (extinción de especies, derretimiento de glaciares, desforestación, etc.) puede tener consecuencias irreversibles. No debemos caer, nos recuerda el Papa, en creer que los daños que provoquemos pueden ser revertidos por el paradigma tecnocrático, caso contrario estaríamos pretendiendo ser Dios, haciendo y deshaciendo a voluntad propia. Es imperativo que interioricemos esta noción para que nos guíe en el día a día respecto al estilo de vida que adoptamos. Vivimos una Era en la que todo sucede a gran velocidad, somos continuamente incitados a consumir toda clase de productos, servicios y recursos que no necesitamos, y que tienen un efecto ensordecedor y nos inhibe de escuchar la voz de Dios Padre en el eco de la Creación. Fundamental es la reflexión que se nos hace acerca del Destino de los Bienes, del 93 al 95. Esta aceleración del ritmo de vida y consumo genera grandes desigualdades, que al no ser repudiadas y corregidas se normalizan y se vuelven “socialmente aceptables”, como la pobreza extrema, que disrumpe con la posibilidad de alcanzar una ecología integral. La tolerancia a la pobreza extrema debe ser una señal de alerta para los cristianos, ya que en efecto es una degradación de la dignidad humana. La lectura que hace Francisco en esta sección de Laudato Si’, es que estamos ante un problema con raíces sociales, que nos empuja a buscar en las enseñanzas de amor que Cristo nos dejó, enseñándonos a cuidar del prójimo, amándolo como a uno mismo. Nadie puede, por sí solo, resolver la problemática de la pobreza extrema (como otras grandes injusticias). Sin embargo, esto no debe llevarnos a naturalizarla o permanecer indiferentes. La entrega que Cristo hizo por nosotros debe inspirarnos a actuar contra las desigualdades presente en nuestras comunidades. En este sentido, los invitamos a que consideren que acciones pueden tomar desde sus hogares para contribuir a revertir esta crisis. Recordemos que nuestros hogares son una porción del Reino que como tal nos fue regalado a todos. Por lo tanto, deben servir a un propósito social y no a la mera satisfacción de las necesidades individuales. ¿Pueden nuestros hogares ser un espacio de encuentro y reconciliación? ¿O la cocina, para quien no tiene que comer? ¿O un espacio de refugio en noches frías para quien no tiene techo? Esta vorágine de consumo, también tiene un impacto devastador en el medio ambiente, puesto que se exceden los tiempos que nuestra Casa Común tiene para renovar los recursos que de ella extraemos. Los animamos a indagar sobre un concepto que les puede permitir dimensionar la crisis que estamos viviendo: Día de Sobre Capacidad de la Tierra (Earth Overshoot Day, en inglés). De la misma manera que entendemos que la Tierra nos fue dada a todos, el medioambiente es un bien común a toda la humanidad, por ello su uso y cuidado debe ser igualitario y sostenible para garantizar que todos (incluso las generaciones futuras) puedan acceder a los recursos que necesitan. La encíclica cita en el 95 la Declaración Sobre Asuntos Ambientales realizada por los obispos de Nueva Zelanda, que nos anima a reflexionar sobre el mandamiento “no mataras”, enfocándose en el consumo desmedido de recursos por parte de algunas personas, contra la imposibilidad que tienen millones de personas alrededor del mundo para satisfacer necesidades mínimas para sobrevivir ¿Cuánto daño hacemos cuando consumimos más de lo que necesitamos en un mundo que no logra dar una porción justa a cada persona? En el comienzo de Laudato Si´ Francisco reflexiona con claridad sobre esta problemática social que desemboca en la crisis ecológica y social que vivimos: “Una vez que el ser humano declara su independencia de la realidad y se comporta como si dominara todo lo que existe, las propias bases de la vida comienzan a desmoronarse…” La mirada de Jesús La falta de empatía con que tratamos a nuestros hermanos y al Reino profundizan la problemática por alejarnos de la concepción original de este. Podemos volver a nuestras raíces, encontrando sanación, siempre que volvemos a la mirada que el mismo Jesús tuvo por su paso como mortal en la Tierra. Así en el numeral 97 de Laudato Si’ se nos recuerda que nuestros Señor fue capaz de “invitar a otros a prestar atención a la belleza que hay en el mundo, porque el mismo estaba en constante contacto con la naturaleza, prestando atención con afecto y admiración”. Para cerrar esta lectura –y el Capítulo 2, que termina hoy- y volviendo a la idea de cómo todo está relacionado y debe concurrir a una comunión universal, les extendemos como referencia el numeral 95 de la encíclica que hace una cita de la Conferencia de Cardenales Dominicanos: “Paz, justicia y la preservación de la creación son tres asuntos absolutamente interrelacionados, que no pueden ser separados y tratados individualmente sin caer de nuevo en un reduccionismo”. Dia 7: Encíclica LAUDATO SI’ Numerales 101 a 123 Por Diego A. Solano, Servidor Renova + Continuamos este estudio, comenzamos con el Capítulo 3. Tenemos por delante 23 numerales increíbles. Apenas iniciado el capítulo nos encontramos con el centro del mismo: No nos servirá describir los síntomas, si no reconocemos la raíz humana de la crisis ecológica. Es verdad somos herederos de dos siglos de enormes olas de cambio, pero evidentemente como seres humanos no hemos estado a la altura de semejante bendición. Quizás pensas: esto no me corresponde a mí, sino a los que tienen el poder político, económico, incluso eclesial. Sí, nos corresponde a vos y a mí, somos protagonistas de este presente y, tengamos la edad que tengamos, tenemos que ser portadores de esperanza, de buenas noticias, generadores de cambios a nuestro alrededor. Con todo lo aprendido sobre el Cuidado de la Casa Común es tiempo de multiplicarlo. Francisco hace un análisis concreto del riesgo que todo el poder resida en una pequeña parte de la humanidad. El problema es que el hombre moderno no está preparado para utilizar el poder con acierto, porque el inmenso crecimiento tecnológico no estuvo acompañado de un desarrollo del ser humano en responsabilidad, valores, conciencia nos dice el numeral 105. Del 106 al 114 Francisco continúa profundizando acerca del concepto de la Globalización del Paradigma Tecnocrático. Tenemos que entender este concepto: se refiere al cambio de modelo cultural que ha generado la revolución digital de las últimas décadas. Lo “tecnocrático” se refiere al sistema político que defiende el predominio de los técnicos o de los criterios técnicos en el ejercicio del poder, por sobre cualquier cosa. Te invito a que pongas tu mayor empeño en leer y releer estos numerales, se ponen algo densos en algunos pasajes porque hay mucho de técnica, todo lo que puedas comprender será importante para los siguientes capítulos. ¡Ánimo! Te dejo algunas frases que me dejaron pensando: El ser humano y las cosas han dejado de tenderse amigablemente la mano para pasar a estar enfrentados. (106) Existe una mentira de la disponibilidad infinita de los bienes del planeta que lleva a “estrujarlo” hasta el límite y más allá del límite. (106) La economía asume todo desarrollo tecnológico en función de la ganancia, sin prestar atención a eventuales consecuencias negativas para el ser humano. (109) El Papa Benedicto XVI dijo en 2009: Mientras tanto tenemos un “superdesarrollo derrochador y consumista, que contrasta de modo inaceptable con situaciones persistentes de miseria deshumanizadora”. (109) En la realidad concreta que nos interpela, aparecen diversos síntomas que muestran el error, como la degradación del ambiente, la angustia, la pérdida del sentido de la vida. (110) Parece todo gris, pero es posible de verdad volver a ampliar la mirada y la libertad humana es capaz de limitar la técnica, orientándola y colocándola al servicio nuevamente. Incluso hay miles de ejemplos en el mundo de que ya se comenzó, pero no alcanza. El 114 nos convoca, a vos y a mí: lo que está ocurriendo nos pone ante la urgencia de avanzar en una valientes revolución cultural. Por nuestros hijos, por nuestros nietos. Por nosotros, en este llamado que el Señor no hace a diario como Discípulos Misioneros suyos. Recordalo, hay dos conceptos fundamentales en la relación con Jesús: seguirlo primero, servirlo inmediatamente después. Del 115 en adelante nos encontramos con un interesante análisis de cómo el ser humano se ha puesto en el centro del mundo. Por eso Francisco dice que no se redescubre su verdadero lugar, se entiende mal a sí mismo y termina contradiciendo su propia realidad. En el 116 te recomiendo una autocrítica que hace de la inadecuada presentación de la antropología cristiana. Todo está conectado en este mundo, si no se reconoce el valor de un pobre, el de un embrión humano, de una persona con discapacidad (por poner algunos ejemplos), difícilmente se escucharán los gritos de la misma naturaleza. Como cristianos católicos tenemos la obligación de reflexionar, de aprender, de guardarlas en nuestro corazón, de compartirlo anunciando proféticamente estas verdades y de ponernos en acción concreta. San Juan Pablo II en mayo de 1991 “en vez de desempeñar su papel de colaborador de Dios en la obra de la creación, el hombre suplanta a Dios y con ello provoca la rebelión de la naturaleza. El resumen está en el 118, No habrá nueva relación con la naturaleza sin un nuevo ser humano. No hay ecología sin una adecuada antropología. Mi última reflexión del día se sustenta en el 120. Tenemos que repensar nuestro llamado a defender la vida, desde la concepción hasta la muerte natural. No puede ser posible que el Dios de la Vida esté a favor del aborto. Ayer, hoy y siempre la vida tiene que ser el único camino para el cristiano. Dado que todo está relacionado, tampoco es compatible la defensa de la naturaleza con la justificación del aborto. Creo que nada más para agregar. Día 8: Encíclica LAUDATO SI’ Numerales 124 a 142 Por Florencia Silva, Servidora Renova + ¡Continuamos viendo el capítulo 3, el cual terminaremos hoy! Necesidad de preservar el trabajo Entendiendo y tomando conciencia que una Ecología Integral, no se trata sólo de cuidar a la naturaleza sino también a los más pobres y marginados de la sociedad, los numerales 124 al 129 nos recalcan la importancia fundamental del trabajo en la vida del hombre. El trabajo es una de las características que distinguen al hombre del resto de las criaturas. Es un mandato de Dios a Adán en el Genesis “Ve, haz crecer la tierra, trabaja la tierra, domínala”. Aquí se expresa la voluntad del Creador, dándole al hombre una vocación que le permita alcanzar el dominio. Tenemos a Cristo como ejemplo, el mismo hijo de Dios pasó casi la totalidad de su vida terrenal trabajando como un artesano, trabajo que Él abrazó como condición de vida, cultivó y santificó. El numeral 127 señala que el trabajo es un medio imprescindible para el progreso del hombre, siendo el ser humano el responsable de su desarrollo material, moral y espiritual. Por lo tanto, el trabajo es un bien, mediante el cual el hombre puede plasmar toda su creatividad, sus valores, sus proyecciones a futuro. Por medio del trabajo el ser humano se realiza a sí mismo como hombre, el trabajo dignifica al hombre. Por esto, las palabras de Benedicto XVI en la carta encíclica Caritas in Veritate, deben ser un compromiso universal, es necesario que “se siga buscando como prioridad el objetivo del acceso al trabajo por parte de todos”. Y de aquí se desprende lo que en el numeral 128 nos pide S.S. Francisco, que ayudar con dinero a los pobres sea siempre una solución provisoria, pues el gran objetivo siempre debe ser permitirles una vida digna a través del trabajo. Parte del numeral 128 y el 129 nos ponen en alerta acerca de una situación que todos podemos advertir, como la tecnología y las economías de escala van arrasando con los puestos de trabajo. Aquí resalta el compromiso de las autoridades por asegurar los derechos de los más desprotegidos de forma de que todos se beneficien, poniendo límites a quienes tienen mayores recursos y poder financiero. Al término del numeral 129 S.S. señala la importancia de la actividad empresarial, en lo personal, me conmueve como la destaca como una vocación noble. En un encuentro con trabajadores y representantes de un fabrica en su visita a la ciudad de Génova en 2017, Francisco pronuncio al respecto, “El empresario es una figura fundamental de toda buena economía: no hay buena economía sin buen empresario. No hay buena economía sin buenos empresarios, sin vuestra capacidad de crear, crear trabajo, crear productos” Pidamos hoy por más vocaciones empresariales nobles. Te imagino tomando nota en tus apuntes de estos temas tan importantes para nuestro presente, dónde es fundamental que tu vocación de discípulo misionero se haga vida, se haga acción concreta en todos los ámbitos dónde nos movemos a diario. Innovación biológica a partir de la investigación El numeral 130 hace referencia al Catecismo de la Iglesia Católica, donde como cristianos se nos exige un respeto religioso de la integridad de la creación. Se aceptan experimentos médicos con animales, pero siempre dentro de límites moral y éticamente aceptables. Pues los animales son criaturas de Dios. Por su simple existencia, lo bendicen y le dan gloria, por lo tanto, también los hombres les deben aprecio. En los numerales 131 al 134 se destaca la importancia de los aportes de la ciencia y la biotecnología en las modificaciones genéticas, tanto en vegetales como en animales, siempre poniendo énfasis en que sean destinados al bien del ser humano y dentro de límites éticos. Considerando responsablemente las consecuencias de una intervención en otras áreas del ecosistema, de manera de asegurar que estas intervenciones estén en línea con la acción creadora de Dios. Con respecto a los organismos genéticamente modificados, la encíclica plantea la dificultad de emitir juicios, sí destaca que el riesgo se atribuye a una aplicación inadecuada o excesiva y no a la técnica d obtención en sí. En el Vaticano existe la Pontificia Academia de las Ciencias, organismo de la Iglesia confirmado por científicos y destinado a tratar sobre diversos temas de la ciencia. Desde este organismo, La Iglesia Católica da importancia a la existencia de los alimentos transgénicos para combatir el hambre en el mundo, valoran de forma positiva la ingeniería genética. Benedicto XVI en su tercera encíclica titulada “Caritas in Veritate”, numeral 27, explicó que “podría ser útil tener en cuenta las nuevas fronteras que se han abierto en el empleo correcto de las técnicas de producción agrícola tradicional, así como las más innovadoras, en el caso de que estas hayan sido reconocidas, tras una adecuada verificación, convenientes, respetuosas del ambiente y atentas a las poblaciones más desfavorecidas”. Aunque en la encíclica Laudato si´, S.S. Francisco advierte que en ocasiones la introducción de estos cultivos arrasa con los pequeños productores llevándolos a su desaparición. Por lo tanto, en el numeral 135, llama a un serio y comprometido debate, que lleve a considerar todos los aspectos éticos implicados. El numeral 136 deja en evidencia la total incoherencia que presentan algunos movimientos ecologistas que defienden la integridad del medio ambiente pero no reclaman los mismos derechos al tratarse de una vida humana (nuevamente Francisco nos advierte al respecto). Y para dar luz recurrimos a palabras textuales de la instrucción Dignitas personae, “El ser humano debe ser respetado y tratado como persona desde el instante de su concepción y, por eso, a partir de ese mismo momento se le deben reconocer los derechos de la persona, principalmente el derecho inviolable de todo ser humano inocente a la vida”, dice la instrucción. Para finalizar este capítulo destaquemos que, si bien la Iglesia ve a la ciencia como un precioso servicio al bien integral de la vida y dignidad de cada ser humano, la misma separada de la ética difícilmente podrá autolimitar su poder. ¡Llegamos al Capítulo Cuarto! UNA ECOLOGIA INTEGRAL En este nuevo capítulo, S.S. Francisco nos propone detenernos a meditar acerca de todos los aspectos de una ecología integral, entendiendo como tal que la misma no implica cuidar no sólo la creación, sino a los más pobres y desprotegidos. Adentrémonos pues en este nuevo capítulo… Del 138 al 142 Ecología ambiental, económica y social En los numerales 138 y 139 el Papa Francisco afirma que es necesario entender el concepto de medio ambiente como un todo, no es posible separar la naturaleza de la sociedad que la habita. Y ante esta afirmación, es necesario buscar soluciones integrales. Pues no hay crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una única y compleja crisis. Todo está conectado. En el numeral 141, se nos presenta el concepto de ecología económica, como parte de un desarrollo auténticamente humano y ambiental, que deberá basarse y reflejar la interacción “entre los ecosistemas y los diversos mundos de referencia social”. Es por esto que la ecología económica va necesariamente unida a la ecología social, nombrada en el numeral 142. Según el Papa Francisco, es la ecología de las relaciones humanas “y alcanza progresivamente las distintas dimensiones que van desde el grupo social primario, la familia, pasando por la comunidad local y la nación, hasta la vida internacional”. Dia 9: Encíclica LAUDATO SI’ Numerales 143 a 162 Por Vilma Sánchez, Servidora Renova + Continuamos profundizando acerca de la Ecología en el capítulo 4 de la Carta. Del 143 al 146 Francisco nos llama a reflexionar acerca de cuestiones culturales. El consumismo amenaza el patrimonio, en el sentido amplio de la palabra, porque tiende hacernos a todos iguales. Misma ropa, mismos gustos, etc. Las culturas, lo que hemos heredado de nuestros mayores corren el riesgo de desaparecer. La desaparición de una cultura puede ser tanto o más grave que la desaparición de una especie animal o vegetal. En este sentido es imprescindible prestar atención a los aborígenes que cuidan mejor la tierra y el medio ambiente que los gobiernos y las empresas que se los quitan. Para ellos (los aborígenes), la tierra no es un bien económico, sino don de Dios. Del 146 al 155 vamos a encontrar consideraciones muy importantes para nuestra vida cotidiana. Sigamos con atención cada detalle leído, estudiado en estos numerales. Nuestro día a día tiene que estar orientado a mejorar la calidad de vida humana. Francisco nos deja ejemplos de cómo en un ambiente los habitantes pueden ser solidarios entre ellos. Por cierto, una de los principales mandamientos para los cristianos, reconocer a Jesús en el prójimo. Los pobres tienen mucho que enseñarnos, cualquier lugar deja de ser un infierno y se convierte en el contexto de una vida digna. Ahora bien, en situaciones difíciles también pueden aparecer mafias y organizaciones criminales. Sin embargo, nuestro Papa insiste que el Amor es más fuerte, que puede más y que al final de cuentas es el que prevalece. A quienes diseñen barrios y ciudades nuestro Papa los anima a buscar la belleza de la solidarias y el encuentro. No solamente la estética sino creando espacios especiales que fomenten la cultura del encuentro. Así, se tendría una visión en conjunto en lugar de encerrarse en un barrio y el yo se convertiría en nosotros. En el mundo faltan viviendas y los pobres y excluidos se amontonan en las periferias de las grandes ciudades. Francisco nos dice que la respuesta no tiene que ser erradicar y expulsar sino urbanizar esas zonas para que la ciudad sea integradora. Además, es importante potenciar el uso del transporte público que tiene que ser de calidad y las zonas rurales no se deben dejar abandonadas. El Papa Emérito Benedicto XVI decía que existe una Ecología del Hombre, porque también el hombre posee una naturaleza que él mismo debe respetar y que no puede manipular a su antojo. En el final del 155 encontramos un pensamiento que resume todo: De este modo es posible aceptar gozosamente el don específico del otro o de la otra, obra del Dios creador, y enriquecerse recíprocamente. Del 156 al 162 finalizamos el capítulo cuarto. La ecología integral es inseparable de la noción de bien común. Fundamental este concepto del bien común. El conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones (en el sentido amplio de la palabra) y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil de la propia perfección, reza el numeral 156. Llama la atención, motivo de constante denuncia del Papa Francisco, que cada vez son más las personas descartables, privadas de derechos humanos básicos. Es fundamental que hagamos de nuestra vida y servicio una opción preferencial por los pobres. Francisco en la Alegría del Evangelio exige contemplar ante todo la inmensa dignidad del pobre a la luz de las más hondas convicciones creyentes. Aquí nuevamente tenemos una medida de nuestra cercanía a Jesús como verdaderos discípulos servidores de Él. Nuestra fe se manifestará en obras concretas, y en este tiempo que nos toca vivir es necesario compartir nuestros bienes con los que menos tienen: materiales, sentimentales y espirituales. Finalmente, una referencia acerca de la Justica entre las generaciones. Acá el Papa nos habla de las generaciones futuras. No podemos hablar sobre desarrollo sostenibles sino potenciamos la solidaridad entre las generaciones. El medio ambiente es un préstamo que recibimos de los que vinieron antes y que tenemos que entregar en las mejores condiciones posibles, a los que vendrán después. ¿Qué tipo de mundo les dejamos a nuestros hijos, nietos, bisnietos…? No podemos tomar a la ligera las predicciones que nos avisan sobre la destrucción de la naturaleza. A las próximas generaciones podremos dejarles demasiado escombro, desiertos, suciedades. La dificultad para tomar en serio tiene que ver con un deterioro ético y cultural. Corremos el riesgo de volvernos profundamente individualistas. No lo permitamos. El Señor viene en esta ayuda, sin dudas. Pidamos hoy la ayuda intercesora de San Francisco de Asís para poder ser parte, ayuda del Señor de por medio, de este cambio presente, con gran impacto en las generaciones futuras. Día 10: Encíclica LAUDATO SI’ Numerales 163 a 181 Por Sergio Robles, Servidor Renova + Llegamos al esperado Capítulo Quinto: algunas líneas de orientación y acción. Manos a la obra entonces. En los numerales 163 a 168 consideramos algunas cuestiones de política internacional. Al leer, estudiar, meditar este capítulo veremos reflejadas distintas acciones que podrían generar cambios reales y significativos en el desarrollo de políticas internacionales , las cuales tienen que tomarse de una manera urgente para poder cambiar el rumbo de un mundo, cada vez más contaminado y frágil, que necesita que todos los países, en especial desde el ámbito político, estén unidos para desarrollar acciones concretas que tiendan a mejorar en lo que respecta al cambio cultural ecológico que venimos profundizando. Esto, como sabemos, no es tan sencillo. Los intereses están, muy a menudo, contrapuestos entre naciones y cada uno tira para su lado. Intentando salvarse, cuidarse a sí mismos. En la misma línea global, del 169 al 175 vemos reflejado otro inconveniente que atenta contra las políticas en conjunto: las diferencias económicas entre países desarrollados (países ricos) y los subdesarrollados (países pobres). Muchas veces este tipo de unidad se ve truncada por la falta de criterios entre unos y otros, claramente las diferencias sociales que se generan en esto pueden atentar contra dichas políticas, el desarrollo trae una mejora para su población económica y social, pero esta debe ser generada a través del uso responsable de los recursos, y de la distribución de las riquezas de nuestra casa común (planeta tierra), acá tenemos unos de los temas más difíciles de conciliar. Nuestro rol individual es de permanente oración por los que gobiernan nuestro país y las otras naciones del mundo también. Son muy ricos en contenidos los numerales 176 al 181 que profundizan lo local o nacional específicamente. Apuntan a lo que cada país puede generar a través de políticas de uso responsable no solo de los recursos que tiene a su disposición, sino también considera necesario evaluar cómo generan estos recursos. Aquí también es importante la unidad entre las fuerzas políticas gobernantes y sus oposiciones en pos de buscar un equilibrio sostenible en el desarrollo para su población, cuidando el medio ambiente, utilizando los recursos de manera responsable, buscando beneficios económicos que sean tanto para los más ricos como para los más pobres. Aquí cabe resaltar que no se puede dejar afuera a los más necesitados –es más, deberían ser los primeros en ser mirados para acompañar procesos de ayuda concreta-, porque son muchas veces los que llevan la parte más pesada en estas situaciones, siendo marginados económicamente, también por la falta de cuidado en los lugares donde viven, en los cuáles la contaminación no es controlada ni saneada, donde no se desarrolla su entorno para que puedan vivir con las condiciones necesarias para un ser humano, donde no tienen acceso a la educación, a la seguridad o a la salud . Otro de los puntos muy importantes es sostener las políticas de cuidado y desarrollo en el tiempo y no tirar abajo todos los avances que logró el gobierno anterior –qué difícil esto, ¿no? - solo por ser de otro partido político, nuestra responsabilidad como parte de la sociedad es fundamental. Como cierre un mensaje especial acerca del poder animarnos a ser verdaderos transformadores de la realidad que nos rodea. Es necesario que vos y yo nos involucremos como verdaderos seguidores del Señor en el servicio concreto para con los demás. Esto es ponernos al servicio de la Iglesia local, puede ser iniciar un llamado a servir desde la política, desde la educación, desde la vida consagrada. En fin, desde donde Jesús nos convoque. Pero es una premisa necesaria que vos y yo tomemos nuestro lugar (el que el Padre nos regaló, por cierto), y con la ayuda de Dios nos pongamos a trabajar multiplicando la Buena Noticia de Dios, y ahora también hacerlo desde el cuidado de la casa común. Dia 11: Encíclica LAUDATO SI’ Numerales 182 a 201 Por Lis Besada, Servidora Renova + En este penúltimo capítulo de la encíclica de Laudato Si del Papa Francisco, se nos sugieren algunas ideas que podrían poner freno a la actual crisis socio- ambiental que estamos atravesando. Es fundamental que lo sepamos, para poder ser parte del cambio ecológico que nuestro mundo necesita. Diálogo y transparencia en los procesos decisionales En los numerales 182 al 188 vislumbramos que, para tomar decisiones de manera definitiva, hace falta transparencia. La corrupción esconde el verdadero impacto a cambio de favores de unos pocos. Francisco nos dice que tiene que existir un cambio y debate honesto y transparente para que las necesidades particulares o las ideológicas no afecten el bien común. Política y economía en diálogo para la plenitud humana. Del 189 al 198 el Papa hace un análisis profundo para entender estos dos aspectos fundamentales para que el cambio sea una realidad. La política no debe someterse a la economía, esta última debe estar al servicio de la vida, especialmente de la vida humana. La gran crisis financiera del 2007- 2008 era la ocasión para desarrollar una nueva economía, pero no hubo reacción. ¿Será que esta gran crisis producida por la pandemia hace que las naciones abran los ojos? Estemos atentos, vos y yo somos protagonistas también. Al preguntarse por la política se llega a la conclusión que no parece tener sentido invertir para que los lentos débiles o menos dotados puedan abrirse camino en la vida, además la política es responsable de su propio descrédito por la corrupción y la falta de políticas públicas. Mucho por aprender en estos numerales. En el final del quinto capítulo se referencia al respecto de las religiones en diálogo con las ciencias. En este último apartado dice que la mayoría de las personas del planeta se declaran creyentes, hace falta entrar en diálogo con las diferentes religiones acerca del cuidado de la naturaleza y la defensa de los pobres creando redes de respeto y fraternidad. Resumiendo, el papa Francisco pide un diálogo en el que los marginalizados están especialmente habilitados para participar. Subraya especialmente el “principio precautorio” que “permite la protección de los más débiles, que disponen de pocos medios para defenderse y para aportar pruebas irrefutables. Si la información objetiva lleva a prever un daño grave e irreversible, aunque no haya una comprobación indiscutible, cualquier proyecto debería detenerse o modificarse” (186). Día 12: Encíclica LAUDATO SI’ Numerales 202 a 221 Por Diego Solano, Servidor Renova + Último Capítulo: Educación y Espiritualidad Ecológica. Solo por el título da ganas de leerlo ¿no? El Papa Francisco hace un llamado para conversaciones “personales o en comunidad” que sean de temas lejanos del consumismo y el “egoísmo común” e invita a las personas a vivir estilos de vida animados por virtudes ecológicas, es decir, buenos hábitos que deben ser desarrollados en todas las personas, secular y de fe. Llama la atención a que los movimientos de consumidores logran que dejen de adquirirse ciertos productos y así se vuelven efectivos para modificar el comportamiento de las empresas, forzándolas a considerar el impacto ambiental y los patrones de producción, nos dice el 206. Te recomiendo el Numeral 207, hace referencia a la Carta de la Tierra, que data en junio de 2000. Impresionante lo que se acordó en aquella época. ¡20 años pasaron! Del 209 al 215 creo que nos encontramos con algo de lo más concreto para nosotros. Herramientas, ejemplos para poder crear un nuevo desafío educativo. Muchísimos jóvenes tienen una nueva sensibilidad ecológica y en espíritu generoso, dice Francisco. De aquí nace una nueva educación ambiental. Hay que tener una atención particular en que esta educación no se limite solo a informar, sino que logre desarrollar hábitos. El 211 da ejemplos concretos, ¡comencemos hoy mismo! En nuestros hogares, con nuestras familias, en el trabajo. Generemos espacios de diálogo que nos lleven a nuevos hábitos. No hay que pensar que estos esfuerzos no van a cambiar el mundo. ¡Sí lo harán! El 213 es fundamental, para no olvidar: Los ámbitos educativos son diversos: la escuela, la familia, los medios de comunicación, la catequesis. Te pido que lo leas con atención, aquí está la clave. También la Iglesia es quien tiene que hacer este esfuerzo reza el 214. Evidentemente tenemos que repensar nuestros espacios pastorales en clave Laudato si´. Finalmente, del 216 al 221 el Papa Francisco nos referencia acerca de una Conversión Ecológica. No voy a explayarme mucho. Considero que estos seis numerales ameritan un pequeño “retiro espiritual” para rezar, meditar, atesorar en nuestro corazón tanta sabiduría, que brota de nuestra fe en Dios, descrita en estas líneas. Toma un tiempo particular en este día (o mañana, o cuando puedas) para leer estos numerales. Día 13: Encíclica LAUDATO SI’ Numerales 222 a 237 Por Jonathan Rabinovich, Servidor Renova + Continuamos con el capítulo 6, que nos invita a entrar más en la educación ecológica y la espiritualidad. En esta oportunidad revisaremos los numerales 202 al 237 que tratan sobre el disfrute y la paz, el amor social, los signos sacramentales y el descanso. Es muy muy importante lo que propone Francisco. Para comenzar quiero primero que pensemos en que significa educarse sobre algo. La educación está definida como el proceso mediante el que las personas se instruyen, incorporan o perfeccionan saberes, conocimientos y habilidades. Es decir, que estamos hablando de realizar una profundización sobre un asunto determinado, que en definitiva debería permitirnos tener una comprensión más amplia, como por ejemplo, comprende las causas, efectos y consecuencias del asunto que se estudia, o tal vez poder adoptar miradas desde perspectivas que no teníamos en cuenta. Es fundamental para el proceso de estudio poder disponer tiempo de calidad, que nos permita hacer pausas y reflexionar y contemplar lo que estamos estudiando. Sobre esto mismo desarrollaremos la lectura de hoy, la propuesta que nos hace Su Santidad a través de Laudato Si´ sobre la necesidad del poder detenernos, dedicar tiempo a apreciar lo que Dios nos ha regalado en la Creación, llevando una vida balanceada. En título que comienza en el numeral 222, encontramos como aspectos clave la necesidad de reconectar con la creación alejándonos de las propuestas de consumo que recibimos constantemente y que en definitiva nos impide poder apreciar en profundidad las experiencias que tenemos. Como ya reflexionamos anteriormente, es una característica distintiva de estos tiempos la aceleración del ritmo de vida, como resultado del modelo global de desarrollo que se nos propone y que tiene como únicos objetivos lograr una acumulación de bienes o alcanzar posiciones de privilegio. Como contraposición de ello, el Papa Francisco nos invita a volver a aquella vieja convicción de que “menos es más”, a la sencillez de saber que podemos vivir una vida plena con poco. Profundiza recordándonos que los que realmente disfrutan esta vida, son aquellos que han renunciado a intentar probar un poco de todo y que no están apegados a sus pertenencias, sino que saben disfrutar plenamente las pequeñas cosas que viven. Cuando leo estas palabras de pienso no solo en que continuamente recibimos propuestas para consumir bienes y experiencias, sino también en la invasión que la tecnología puede tener en nuestras vidas cuando es utilizada desmedidamente. Pienso particularmente en el uso de celulares y televisores. Cuantas veces nos encontramos en compañía física de personas que nos son importantes y no terminamos de prestarles atención por estar tironeados por el “llamado” que nos hacen estos aparatos. En definitiva, nos sentiremos verdaderamente libres cuando renunciemos a querer completar esa infinita lista de consumo y podamos disfrutar plenamente los momentos que vivimos. En el numeral 223 encontramos la siguiente reflexión: “La felicidad significa saber cómo limitar algunas necesidades que solo nos disminuyen, y estar abierto a las diferentes posibilidades que la vida nos ofrece”. Así, si podemos volver a los dogmas de la espiritualidad cristiana, podremos dejar de lado el “culto de las apariencias” y enfocarnos en el disfrute de la Casa Común que nos fue regalada y que en definitiva nos permitirá conectarnos con el amor que Dios ha desparramado en todo el esplendor de la naturaleza. Hoy mientras estamos en cuarentena, meditaba cuán feliz te hacen todos los bienes que tenes acopiados en tu casa y cuanto más disfrutarías la sencilla posibilidad de reunirte con aquellas personas que te importan y amas. Entonces, si incorporamos la noción de que, a nivel individual los bienes materiales no son lo que nos confieren un sentido de felicidad o de realización, deberíamos preguntarnos qué es lo que está faltando en el modelo de desarrollo global. ¿Por qué esperamos que un supuesto desarrollo económico venga a resolver la profunda crisis que experimentamos? En el numeral 231, Francisco, nos lo plantea con claridad: “El amor social es la clave para un desarrollo auténtico”. ¿Cuánto más digna sería nuestra Casa Común si en vez de correr detrás de la acumulación de riquezas procuráramos fomentar una cultura del cuidado que abarcara a todas las personas? Recordemos que como cristianos renunciamos a la búsqueda de placer como un objetivo primordial de nuestras vidas. Renovemos esta renuncia al placer para conectar con el cuidado del prójimo. Por último, el titulo VI numerales 233 a 237, nos trae una vez más a la idea de comunión universal entre todos los seres de la Creación y la Casa Común, y nos recuerda como todo es reflejo del amor y amplitud de Dios. En esta oportunidad, la encíclica nos resalta la importancia de poder apartar tiempo y detenernos a contemplar la naturaleza de manera que podamos conectar más profundamente con nuestro Padre. El 235 reza. Los sacramentos son un modo privilegiado de cómo la naturaleza es asumida por Dios y se convierte en mediación de la vida sobrenatural. No escapamos del mundo ni negamos la naturaleza cuando queremos encontrarnos con Dios. Y el 236 dice que en la Eucarística lo creado encuentra su mayor elevación. De la misma manera, recordemos apartar tiempo para nuestro Señor los domingos, participando en la Eucaristía -Día del Señor-, concurriendo con una mente aquietada y que nos permita trabajar desde el corazón en la sanación de nuestra relación con Él. En definitiva, el descanso y la contemplación deben ser nuestros medios de alabanza a Dios, mientras que nos permiten abrirnos a una sensibilidad por las necesidades de otros. Para finalizar, les dejo una sencilla cita anónima que leí hace muchos años, pero que me dejó una marca: “El mundo está perdido porque se aman las cosas y se usan las personas”. La sociedad en la que vivimos nos ofrece incesantemente propuestas de consumo. Eduquémonos continuamente y profundicemos nuestra apreciación de la vida mediante el descanso para no caer en esta paradoja de amar las cosas y usar a las personas. Día 14: Encíclica LAUDATO SI’ Numerales 238 a 246 Por Pablo Ibarra, Servidor Renova + Para finalizar el capítulo sexto de Laudato Si´: La Trinidad y la relación entre las criaturas. El mundo fue creado por un único principio divino, el de la Santísima Trinidad, la cual nos invita a contemplar la relación humana con todas las criaturas existentes, y nos alientan a tratar de leer la vida en clave trinitaria. Es importante considerar la divinidad de la persona, ya que cuando crece, más madura, más se santifica y entra en una relación de comunión con el Universo. Y es aquí donde la existencia humana asume la dinámica trinitaria con que Dios nos selló eternamente. El papel de María es fundamental, ya que no solo es Madre de Jesús, sino también de los pobres sufrientes del mundo. Ella nos cuida y nos llena de amor junto a su esposo José, figura que también emerge con una gran ternura. Este mensaje nos convoca a encontrar nuestro lugar para hacer nuestro aporte a los pobres definitivamente liberados. Mientras tanto, nos hacemos cargo de la Casa Común, sabiendo que Dios está con nosotros dándonos fuerza y luz para salir adelante, manteniéndose unido a nosotros por el amor a la Tierra.