6.4 DIFERENCIAR ENTRE PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO Aunque parece evidente la diferencia entre prevención y tratamiento, son necesarias unas líneas para clarificar más adecuadamente a qué nos referimos con uno y otro término. Ello es relevante en la actualidad dado que la clasificación de Caplan (1980) de tres tipos de prevención: primaria, secundaria y terciaria en ocasiones es una fuente de confusión más que de ayuda cuando nos referimos al tema de la prevención de las drogodependencias. Solemos entender por prevención concepto aquellas medidas que ponemos en marcha para que un problema no aparezca o para que podamos retrasar el inicio del mismo. Por tanto, sabemos que ciertos problemas existen, que es probable que surjan en ciertas personas y, por ello, ponemos medidas en marcha para evitarlas, porque en muchos casos el ponerlas o no en – 92 – ELISARDO BECOÑA IGLESIAS marcha va a depender el que la persona padezca o no graves problemas o incluso le lleve a la muerte a corto, medio o a largo plazo, dependiendo de a qué problema, trastorno o enfermedad nos estemos refiriendo. Quizás esto se entienda más ejemploclaramente cuando hablamos de las vacunas. La persona es vacunada no porque padezca una enfermedad en el momento en que se la inocula, sino para evitar el que pueda padecer un tipo concreto de enfermedad que puede serle molesta (ej., gripe), causarle lesiones irreversibles (ej., poliomelitis) o incluso causarle la muerte (ej., meningitis). De poco o nada sirve una intervención preventiva en el momento en que la persona sufre el estado de enfermedad, especialmente cuando no es posible revertirla o tiene un curso crónico que llevará a un empeoramiento y a la posterior muerte. Sí es cierto que una vez que la persona ha pasado ese estado de enfermedad (ej., después de una gripe) pueden volver a realizarse medidas preventivas (esto es, una nueva inmunización) para que no surja de nuevo la enfermedad. Lo bueno de las intervenciones preventivas está en que en la mayoría de los casos con una intervención profiláctica preventiva ya es suficiente, como ocurre con la mayoría de las vacunas. Lo malo Pero esto no siempre es así y con el paso del tiempo ciertos tipos de inmunización pierden efectividad y es preciso inmunizarse de nuevo (ej., el tétanos). Lo anterior se refiere fundamentalmente a aspectos biológicos de la persona, referidos a la prevención de enfermedades físicas, donde la conducta tiene una parte en el problema (ej., si se llevan a cabo o no prácticas de higiene), pero no es lo más importante. En los anteriores casos la causa es eminentemente biológica o la causa esencial es de tipo biológico (ej., un virus), aunque también es cierto que esas causas biológicas pueden estar moduladas por factores sociales (ej., pobreza, falta de agua corriente e higiene adecuada, etc.) y factores psicológicos (ej., estrés, conductas de riesgo, características de personalidad, etc.). El caso de la prevención de las drogodependencias es claramente distinto al anterior. Aunque tiene algunas similitudes, lo cierto es que depende en grado acusado de la persona consumir o no drogas. En cambio, nos es más difícil evitar la exposición al virus de la gripe. Podemos tomar medidas (ej., llevar una mascarilla), pero éstas no nos inmunizan totalmente (ej., tenemos que comer y quitar la mascarilla), ni aislarnos en función del virus (ej., no acostar a nuestros hijos cuando ellos tienen el virus de la gripe). Además, cuando una enfermedad es endémica (ej., la malaria en ciertos países), u otros virus que pueden aparecer ocasionalmente y para los que nuestro organismo no está preparado. De ahí que en los casos anteriores (ej., el virus de la gripe) el modelo explicativo central y más importante es el biológico o de salud pública, mientras que en el que nos ocupa, las drogodependencias, el primer modelo explicativo tiene que CONCEPTOS BÁSICOS EN LA PREVENCIÓN DE LAS DROGODEPENDENCIAS – 93 – ser psicológico y/o social y, en segundo término, con menor relevancia, el biológico. De ahí que mientras que la salud pública se ha desarrollado enormemente para la inoculación con el objetivo de prevenir enfermedades mediante vacunas y medidas preventivas para evitar enfermedades, ha tenido menos relevancia, o ésta es escasa o apenas existente, en la prevención de conductas como la del consumo de drogas, porque entre otras cosas no disponemos de una vacuna que haga que el consumo de las mismas sea inefectivo, al tiempo que la persona ante las mismas puede o no consumirlas, a diferencia de cuando hay un virus en el ambiente y la persona no lo sabe y puede afectarle en mayor o menor grado dependiendo de su inmunización ante el mismo (externa, mediante las vacunas), su sistema inmunológico (interno, de su organismo) y de otras circunstancias relacionadas (tiempo de exposición, reexposición, etc.). Partiendo de lo anterior se hace más fácil distinguir la prevención del tratamiento, aplicado específicamente al campo de las drogodependencias. Un tratamiento tiene como objetivo tratar, reparar o curar una alteración concreta que tiene la persona, sea ésta una herida, un trastorno o una enfermedad, a la cual le causa un claro malestar objetivable que le impide funcionar adecuadamente y que puede representar un riesgo para su supervivencia. El ejemplo de la enfermedad física, y del dolor, lo entendemos claramente. Cuando una persona padece una enfermedad su objetivo es curarla, especialmente porque suele ir acompañada de dolor, malestar, debilidad, fiebre, incomodidad, etc. En muchos casos la persona consigue curar su enfermedad con los distintos procedimientos desarrrollados para su curación (descanso, estar en cama, fármacos, operaciones quirúrgicas, etc.). Pero no siempre es posible curar la enfermedad, bien porque es una enfermedad crónica, enfermedad para la que no hay una cura o enfermedad que responde mal al tratamiento por la edad de la persona o por su debilidad física. específico ,3 1 El tratamiento, a diferencia de la prevención, 2 es más se centra en la persona y 4 exige una intervención rápida o inmediata en muchas ocasiones (ej., en el caso de un infarto agudo de miocardio). En caso contrario corre peligro la vida del individuo. Como un ejemplo, en el tratamiento de las drogodependencias, si una persona tiene una dependencia de la heroína y acude a tratamiento lo primero que desea es dejar de consumir, o controlar el síndrome de abstinencia de la heroína, de modo que le sea tolerable pasar la abstinencia, pasar de consumir a no consumir heroína sin tener que sufrir de modo acusado y no padecer dolor ni malestar. Y, si acude a tratamiento, es por las consecuencias que le produce el consumo de heroína, sean éstas de tipo físico, económico, familiar, policial, legal, o de otro tipo (Becoña y Vázquez, 2001). – 94 – ELISARDO BECOÑA IGLESIAS Volviendo a Caplan (1980) y a su clasificación de la prevención en tres niveles: primaria, secundaria y terciaria, en nuestra opinión creemos que la misma aplicada al campo de la prevención de las drogodependencias es hoy poco útil y es frecuente motivo de confusión, especialmente porque lo que hacemos en la prevención de las drogodependencias creemos que la drogodependencias es mas de los que expresa caplanhoy es muy específico, con un campo de trabajo bien delimitado y con una metodología clara. Mientras que la clasificación de Caplan (1980) puede ser útil para otras enfermedades (ej., la gripe), no lo es para las drogodependencias. Por ello, se ha propuesto por parte de Gordon (1987) la distinción dentro de la prevención de tres tipos de ella: 1 la universal, 2 a selectiva y3 la indicada. Estas no son del todo equivalentes a las que ha propuesto Caplan (1980) y se orientan a abordar los problemas que puede tener un individuo o grupo de individuos antes de tener un trastorno concreto. En ese caso ya hablaríamos de la necesidad de tratamiento, la prevención sobraría o no sería útil en ellos. En la práctica, en el campo de las drogodependencias en pocos años se ha impuesto la clasificación de Gordon (1987) y se ha aparcado la de Caplan (1980). Como un resumen de todo lo expuesto, en la tabla 15, exponemos las diferencias entre prevención y tratamiento aplicado al campo de las drogodependencias