Subido por Kevin Portillo

MATERNIDAD RESPONSABLE

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ASIGANATURA: DERECHO CONSTITUCIONAL
ABOGADO: SANDRA YESENIA GARCÍA ALEGRÍA
INTEGRANTES:
KEVIN ALBERTO CERRANO
CESIA LEMUZ MADRID
PEDRO GUILLEN CRUZ
<<INFORME
DE LA MATERNIDAD RESPONSABLE>>
LA ENTRADA DE COPAN
01/02/2020
PATERNIDAD Y MATERNIDAD RESPONSABLE
La maternidad responsable es “el vínculo permanente de sangre o relación, entre el padre
y la madre con sus hijos e hijas, con reconocimiento social, que entraña sentimientos,
derechos y obligaciones, ejercidos con responsabilidad para el desarrollo integral de la
familia”.
La maternidad, ejercidas de una manera responsable, es una experiencia que deberá
estar presente a lo largo de la vida del individuo y que inicia en el momento en que se
toma la decisión de tener un hijo, que implica preparación y madurez. La responsabilidad
en la paternidad y maternidad requiere de la aceptación y cumplimiento del compromiso
de formar una familia saludable, tanto física como socialmente, que le permita tener todas
las posibilidades de desarrollo y bienestar, con todo lo que implica a nivel económico,
social, ético, educativo y en salud.
“La decisión de tener un hijo o hija es un asunto muy serio. Debe tenerse en cuenta que:

La responsabilidad de tenerlo debe ser tomada en pareja y ambos deben asumir
las consecuencias de su decisión.

Concebir un hijo o hija es responsabilidad del padre y la madre, criarlo debe ser
también una experiencia compartida.

Un hijo o hija debe ser deseado. También debe ser concebido cuando la pareja lo
decida.

Los hijos/as tienen el derecho de nacer y desarrollarse en el seno de una familia.

La planificación familiar permite a la pareja regular su fecundidad y asumirla”.
Beneficios del ejercicio de la maternidad responsable
Al ejercer una
maternidad responsable, el individuo identifica este ejercicio como un acto voluntario, por
lo que le es más fácil aceptar las responsabilidades que conlleva, además de reconocer
y respetar los derechos de la niñez y los propios. Todo esto tiene repercusiones en el
bienestar de las familias, se reduce el trabajo infantil, el ausentismo y deserción escolar,
analfabetismo, muertes maternas e infantiles, infecciones de transmisión sexual, abortos,
familias desintegradas, violencia intrafamiliar, niñez en abandono, desnutrición,
drogadicción y padres y madres adolescentes.
Concepciones sociales de la maternidad
Muchas sociedades han promovido la idea que las mujeres se realizan únicamente al
convertirse en madres, comprendiendo el proceso de maternidad únicamente desde el
punto de vista biológico, olvidando que la maternidad no siempre está ligada a la biología
(el caso de adopciones por diferentes motivos), pero que sí tiene mucho que ver con
aspectos afectivos, éticos, económicos y sociales. La maternidad no es, ni puede ser, el
destino único de la mujer ni la única forma de alcanzar su realización personal, existen
muchas mujeres y parejas que voluntariamente deciden no tener hijos y no por eso dejan
de alcanzar su realización personal.
Otra idea socialmente muy difundida, pero no por eso correcta, es que al padre le
corresponde dar sustento económico mientras que la madre se encarga de criar a los
hijos, sin embargo, el ser padre implica mucho más que eso. El rol, también conlleva
llevar equitativamente con su compañera la responsabilidad de brindar al hijo todo lo que
necesita aún antes de nacer, criarle, velar por su desarrollo, salud y educación, así como
brindar cariño, apoyo y seguridad.
Ser madre es, sin duda, una de las experiencias más gratas y enriquecedoras de nuestra
existencia como mujeres. Es dar a luz a un nuevo ser, descubrirte y revelar una nueva
forma de amar, más profunda y diferente. Por eso, la importancia de vivir una maternidad
responsable.
Esta etapa inicia justo en el momento cuando descubrimos que una criatura crece dentro
de nosotras. Cuando comienza un nuevo camino hacia el cuidado propio: de esta manera
es lograremos brindarle a nuestro pequeño el mejor desarrollo posible dentro de nuestro
vientre.
Desde ese instante, tus pensamientos y acciones deben estar orientados a ofrecerte
bienestar en todos los aspectos de tu vida. Bienestar significa ahora elegir lo que te hará
bien, tanto mental, físico y emocionalmente.
“Cuidar de mí, es cuidar de ti”, es un lema perfecto para adoptar durante tu embarazo.
¿Qué bebé quisiera crecer dentro del vientre de una madre estresada, enojada, que se
alimenta mal?
Estar embarazada es asumir una gran responsabilidad. Es ser consciente de que una
nueva vida se está gestando dentro de ti, ese ser se alimenta y nutre de ti. Tú eres ahora
su fuente de salud y amor, por lo que cuidarte es tu principal tarea durante este proceso.
Iniciándonos en la maternidad
Una vez que esa lucecita brillante en tu vientre se encuentra con el mundo exterior,
damos inicio a una nueva fase durante nuestra experiencia como mamás. Ya lo tenemos
en los brazos, y es tan pequeño y delicado que merece todo el cuidado y protección
posible.
Cuidar lo que comes es una de tus responsabilidades principales durante los primeros
meses de tu pequeño. Su alimentación proviene de tu leche, por lo que mientras más
sana estés, mejor nutrido estará él. Ser madre es una responsabilidad que dura para
siempre.
Creciendo con tu bebé
El tiempo pasa rápido y en un abrir y cerrar de ojos, tu pequeño, ya no es tan pequeño y
ya habla, camina, corre y te llevas unos cuantos sustos.
Es aquí donde volvemos al punto inicial… “Cuidar de mí, es cuidar de ti”. En la faena,
podemos perder los estribos -es válido, somos seres humanos-. No obstante, piensa
ahora en lo lindo que es que tu pequeño te vea serena, saludable y feliz durante su
crecimiento. Tú eres su ejemplo.
Desde que iniciaste esta trasformación ya habrás aprendido a atender tus necesidades
básicas, realizar actividades que te gusten, y así evitarás gritarle al niño
innecesariamente después de un largo día de trabajo.
Amor y comunicación para una maternidad responsable
Tu pequeño tiene ante él todo un nuevo mundo por descubrir. Recuerda siempre el valor
de la comunicación durante su crecimiento. Háblale con amor y dale siempre una
explicación de por qué consideras que lo que hizo o está a punto de hacer, está mal o no
debe hacerlo. No se valen los gritos, ni los golpes.
Permite que te tenga confianza y se desenvuelva libremente frente a ti, no le pasará nada
porque juegue en la tierra un rato o quiera agarrar a ese perrito.
La responsabilidad de ser madre dura para siempre. Con el pasar de los años, lo verás
grande, tomando sus decisiones, siempre contando con tu apoyo y confianza. En ese
momento, reconocerás que eras ya una gran madre desde que iniciaste este viaje.
Es durante la infancia que creamos los futuros adultos felices. Haz que tu pequeño sea
uno de ellos al practicar una maternidad responsable.
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