Mateo 11, 25-30 El evangelio está tomado San Mateo y se puede dividir en tres partes: la exclamación gozosa de Jesús, su declaración relativa al conocimiento del Padre y su invitación a los afligidos y agobiados. La primera (versículos 25-26) es la alegría de Jesús manifestada en la alabanza dirigida a su Padre Celeste por la revelación que Dios a hecho por puro amor y misericordia a los más pequeños, esta palabra (del griego nepioi) hace referencia a niños pequeños, una mezcla de inocencia e ignorancia; los judíos pensaban que sólo los sabios y entendidos eran digno de la revelación de Dios, para Jesús no es así. La segunda parte (versículo 27) muestra la declaración con la cual Jesús revela su identidad: Él es el Hijo de Dios y por ese motivo sólo Él puede revelar y dar a conocer al Padre a quien Él quiera. La tercera parte (versículos28-30) presenta a Jesús dirigiéndose a los afligidos y agobiados con la imagen del yugo; el yugo era una representación de la Ley (oral y escrita) y tomar sobre sí el yugo significa tomar y aceptar la doctrina de un maestro. Lo que hace el Señor, con esta imagen, es decir a sus seguidores que se dejen instruir por Él y se hagan sus discípulos, descubriendo que el gozo del discípulo es encontrar a Jesús, imitarlo y seguir sus pasos. PUNTOS PARA MEDITAR ¿Cómo es mi relación personal con Jesús? ¿En qué se parece mi corazón al Corazón de Jesús? ¿he descubierto el gozo que significa encontrar y seguir a Jesús? ¿De qué manera se alivianó mi carga? ¿Conozco el corazón de Jesús como cariñoso y lleno de compasión? La gente que estaba escuchando a Jesús parecía cansada. La voz de Jesús les sonaba como una cascada de agua viva. Esas personas no son poderosas, no son educadas y, sin embargo, son capaces de entender el mensaje de Jesús. Me detengo y pienso sobre el hecho de que se me ha confiado su mensaje. Doy gracias por eso. La incitación de Jesús es a seguirlo, pero de una manera que libera y da mucha alegría, incluso cuando la vida trae sus propias cargas. ¿Qué cargas llevo en este momento? Se las puedo pasar a Jesús en este tiempo de oración. Jesús agradece al Padre por revelar sus misterios a los pequeños y esconderlos de los sabios y los inteligentes. Al unirme a Jesús en agradecer al Padre por revelarse Él mismo a nosotros, pido la gracia de estar entre los pequeños, capaz de agradecer a Dios y de maravillarme por su grandeza, especialmente la grandeza de su amor y compasión por nosotros Respondo a la invitación de hoy, trayendo a Jesús todas mis preocupaciones y mis agobios. Permanezco en su presencia, mientras él me refresca con su amabilidad y humildad, dejo mi alma en paz.