Subido por José Andrés González Antele

Sin título-85

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El Día del Señor
AÑO I, N.o 17 . XXII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO / CICLO A . 30 de agosto de 2020 .
Por nuestro Señor Jesucristo...
Monición
El amor de Dios nos mantiene unidos como comunidad y nos convoca a permanecer siempre adheridos a
Él. Con este deseo del Señor, iniciemos esta celebración,
poniendo toda nuestra disposición de participar dignamente de ella.
LITURGIA DE LA PALABRA
Monición
Jeremías alaba a Dios por haberlo llamado al anuncio
de la Palabra divina, reconoce el poder del Señor para
atraer a los que Él quiere. Escuchemos.
RITOS INICIALES
4. Primera lectura
Del libro del profeta Jeremías
(Jer 20, 7-9)
Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir; fuiste más
fuerte que yo y me venciste. He sido el hazmerreír de
todos; día tras día se burlan de mí. Desde que comencé a hablar, he tenido que anunciar a gritos violencia y destrucción. Por anunciar la palabra del Señor,
me he convertido en objeto de oprobio y de burla
todo el día. He llegado a decirme: “Ya no me acordaré del Señor ni hablaré más en su nombre”. Pero había en mí como un fuego ardiente, encerrado en mis
huesos; yo me esforzaba por contenerlo y no podí.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
1. Antífona de entrada
(Cfr. Sal 85, 3. 5)
Dios mío, ten piedad de mí, pues sin cesar te invoco: Tú eres bueno y clemente, y rico en misericordia con quien te invoca.
2. Acto penitencial
Sacerdote: Hermanos: Para celebrar dignamente
estos sagrados misterios reconozcamos nuestros
pecados (Silencio).
Sacerdote: Tú que eres el camino que conduce al
Padre: Señor ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
Sacerdote: Tú que eres la verdad que ilumina los
pueblos: Cristo, ten piedad.
R. Cristo, ten piedad.
Sacerdote: Tú que eres la vida que renueva el mundo: Señor ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
5. Salmo responsorial (Sal 62, 2. 3-4. 5-6. 8-9)
R. Señor, mi alma tiene sed de ti.
+ Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco; de ti sedienta
está mi alma. Señor, todo mi ser te añora como el
suelo reseco añora el agua. / R.
+ Para admirar tu gloria y tu poder, con este afán te
busco en tu santuario. Pues mejor es tu amor que la
existencia; siempre, Señor, te alabarán mis labios. / R.
+ Podré así bendecirte mientras viva y levantar en
oración mis manos. De lo mejor se saciará mi alma;
te alabaré con jubilosos labios. / R.
+ Porque fuiste mi auxilio y a tu sombra, Señor, canto con gozo. A ti se adhiere mi alma y tu diestra me
da seguro apoyo. / R.
Sacerdote: Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos
lleve a la vida eterna. Amén.
3. Se dice Gloria
Oración colecta
Dios de toda virtud, de quien procede todo lo que
es bueno, infunde en nuestros corazones el amor
de tu nombre, y concede que, haciendo más religiosa nuestra vida, hagas crecer el bien que hay
en nosotros y lo conserves con solicitud amorosa.
1
Monición
mucho de parte de los ancianos, de los sumos sacerdotes y de los escribas; que tenía que ser condenado a muerte y resucitar al tercer día.
Pedro se lo llevó aparte y trató de disuadirlo, diciéndole: “No lo permita Dios, Señor. Eso no te
puede suceder a ti”. Pero Jesús se volvió a Pedro y
le dijo: “¡Apártate de mí, Satanás, y no intentes hacerme tropezar en mi camino, porque tu modo de
pensar no es el de Dios, sino el de los hombres!”.
Luego Jesús dijo a sus discípulos: “El que quiera
venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que tome
su cruz y me siga. Pues el que quiera salvar su vida,
la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la encontrará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo
entero, si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar uno a
cambio para recobrarla?
Porque el Hijo del hombre ha de venir rodeado de la
gloria de su Padre, en compañía de sus ángeles, y entonces le dará a cada uno lo que merecen sus obras”.
Palabra del Señor.
Gloria a Ti, Señor Jesús.
El mejor culto a Dios es llevar una vida santa y agradable a sus ojos, y para lograr dicho objetivo, el Señor
nos pide “no seguir los criterios de este mundo”. Escuchemos.
6. Segunda lectura
De la carta del apóstol
san Pablo a los Romanos
(Rom 12, 1-2)
Hermanos: Por la misericordia que Dios les ha manifestado, los exhorto a que se ofrezcan ustedes
mismos como una ofrenda viva, santa y agradable a
Dios, porque en esto consiste el verdadero culto. No
se dejen transformar por los criterios de este mundo, sino dejen que una nueva manera de pensar los
transforme internamente, para que sepan distinguir cuál es la voluntad de Dios, es decir, lo que es
bueno, lo que le agrada, lo perfecto.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
7. Aclamación antes
del Evangelio
Aleluya, aleluya.
(Cfr. Ef 1, 17-18)
Que el Padre de nuestro Señor Jesucristo ilumine
nuestras mentes para que podamos comprender
cuál es la esperanza que nos da su llamamiento.
Aleluya, aleluya.
Monición
8. Se hace la Profesión de fe
9. Oración universal
Sacerdote: Pidamos, hermanos, al Señor que dé
oídos a las súplicas de su pueblo. Oremos diciendo:
Escúchanos, Señor.
1. Tengamos, presente, hermanos, en nuestras oraciones a la Iglesia santa, católica y apostólica, para
que el Señor la haga crecer en la fe, la esperanza y
la caridad. Oremos al Señor.
2. Oremos también por los pecadores, por los encarcelados, por los enfermos y por los que están lejos de sus hogares, para que el Señor los proteja, les
devuelva la salud y los consuele. Oremos al Señor.
3. Oremos también por las almas de todos los difuntos, para que Dios, en su bondad, quiera admitirlos en el coro de los santos y de los elegidos. Oremos al Señor.
4. Pidamos también por los que nos disponemos a celebrar la Eucaristía, para que el Señor perdone las culpas de los que vamos a participar de sus sacramentos,
Jesús anuncia que tiene que ir a Jerusalén a padecer,
morir y resucitar. Pedro, queriendo disuadirlo, toma el
lugar de Satanás e intenta apartarlo del camino de la
cruz. Escuchemos.
EVANGELIO
Del santo Evangelio
según san Mateo
(Mt 16, 21-27)
Gloria a Ti, Señor.
En aquel tiempo, comenzó Jesús a anunciar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén para padecer allí
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nuestros corazones, para que nos animemos a servirte en nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.
otorgue sus premios a los que ejercerán los diversos
ministerios y dé la salvación a todos aquellos por los
que ofrecemos nuestro sacrificio. Oremos al Señor.
Intenciones de la Iglesia local.
Sacerdote: Escucha, Señor, las oraciones de tu
pueblo y renuévanos con tu Espíritu de verdad, para
que nunca nos dejemos engañar por las seducciones del mundo, y, como verdaderos discípulos de tu
Hijo, sepamos discernir lo bueno, lo que te agrada,
lo perfecto, y carguemos así con la cruz, acompañando a Cristo, nuestra esperanza. Él, que vive y reina
por los siglos de los siglos. Amén.
LITURGIA EUCARÍSTICA
Sacerdote: Oren, hermanos, para que este sacrificio, mío y de ustedes, sea agradable a Dios, Padre
todopoderoso.
Todos: El Señor reciba de tus manos este sacrificio para alabanza y gloria de su nombre,
para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.
Oración sobre las ofrendas
Que esta ofrenda sagrada, Señor, nos traiga siempre
tu bendición salvadora, para que dé fruto en nosotros lo que realiza el misterio. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.
Prefacio I-X para los domingos del tiempo Ordinario,
pp. 512-521 [508-517].
10. Antífona de la comunión
(Sal 30, 20)
Qué grande es tu bondad, Señor, que tienes reservada para tus fieles.
O bien:
(Mt 5, 9-10)
Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán
llamados hijos de Dios. Dichosos los perseguidos
por causa de la justicia, porque de ellos es el reino
de los cielos.
Oración después de la comunión
Saciados con el pan de esta mesa celestial, te suplicamos, Señor, que este alimento de caridad fortalezca
3
“E
MORIR POR LOS DEMÁS
n aquel tiempo, empezó Jesús a explicar a sus discípulos que tenía que
ir a Jerusalén y padecer mucho allí por parte de Ios senadores, sumos sacerdotes y letrados; que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día...”.
Al hombre se le da la existencia para que en ella alcance la realización de
ser personal. ¿Qué es la vida sino la ocasión de esforzarse por conseguir la felicidad,
la realización y la plenitud? Eso es lo que Ios cristianos llamamos santidad. Para eso
vino Jesús a este mundo: a manifestarnos el sentido real de Ia vida, enseñándonos a
conseguir lo anterior. Desgraciadamente, Ia cultura en que nos movemos nos Ileva a
confundir la felicidad con placer, la realización con dominio y la plenitud con dinero,
y lo que es más grave: esta cultura educa con claves de placer, dominio y dinero; en
una palabra: éxito. El precio que pagamos por ello es hacer que unos sean explotadores y otros explotados, o que Ia riqueza de unos sea a costa de Ia pobreza de otros.
Jesús anuncia su Pasión, Muerte y Resurrección
Jesús entiende su Pasión y Muerte: su cruz, como el pago lógico o resultado con el
que hay que acarrear cuando se pretende vivir en autenticidad, cuando se busca la
realización y la plenitud, cuando se sueña y lucha por ser como Dios manda: imagen
y semejanza suya en un medio social, politico y culturalmente adverso.
En Jesús vemos cómo vivir es un vivir por y para Ios demás, en especial por
los más necesitados, hasta el punto de que, sin ellos, no se encuentra explicación a
su propia historia. Los otros no son su cruz, sino que la cruz de los otros la hace suya
y le Ileva hasta la muerte para darles vida en abundancia, en resurrección.
”iNo lo permita Dios, Señor!”
Aquí aparece Pedro, encarnando al hombre que se empeña en manipular Ia historia,
forzándola y podándola el punto de reservarse para sí Ios éxitos, triunfos y aplausos,
evitando y ahorrando los esfuerzos, el trabajo y todo dolor o incomodidad; y, encima, desde una perspectiva religiosa: ‘No lo quiera Dios...”. Pedro representa a todo
aquel que pretende decirle a Dios cómo ha de ser, porque Él sabe mejor que nadie
lo que conviene. Se presenta como el que más ama a Jesús, y lo ve como su Mesías y
Salvador, pero en vez de seguirle intenta que Jesús sea el que Ie obedezca.
Jesús se volvió y dijo a Pedro: ‘Quítate de mi vista, Satanás, que me haces
tropezar; tú piensas como los hombres, no como Dios”.
Entonces dijo a discípulos: “El que quiera venirse conmigo, que se niegue a
sí mismo, que cargue con su cruz y que me siga. Si uno quiere salvar su vida Ia perderá; pero el que Ia pierda por mí, la encontrará. ¿De qué le sirve a un hombre ganar el
mundo entero, si malogra su vida? ¿O qué podrá dar para recobrarla? Porque el Hijo
del Hombre vendrá entre sus ángeles, con la gloria del Padre, y entonces pagará a
cada uno según su conducta”.
Para alcanzar la felicidad y la salvación, que es lo que aquií se trata, hay que
aceptar y respetar Ia historia en toda su complejidad y riqueza. No podemos alcanzar
la felicidad o la salvación dejando de lado, olvidando u obviando alguna de sus facetas, por amargas o desagradables que puedan ser. Tampoco podemos comprender
ya y ahora el futuro que está por venir.
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2a Semana del Salterio
Tiempo Ordinario
CALENDARIO
LITÚRGICO
SEMANAL
SANTORAL
Y LECTURAS DE CADA DÍA
30 A G O S T O
05 SEPTIEMBRE
30. XXII DOMINGO
DEL TIEMPO
ORDINARIO
Jer 20,7-9; Sal 62;
Rom 12,1-2;
Mt 16,21-27
31. S. RAMÓN NONATO
1Cor 2,1-5; Sal 118;
Lc 4,16-30
01. S. GIL
1Cor 2,10-16; Sal 144;
Lc 4,31-37
02. BTO. BARTOLOMÉ
GUTIÉRREZ (ml)
1Cor 3,1-9; Sal 32;
Lc 4,38-44
03. S. GREGORIO
MAGNO
1Cor 3,18-23; Sal 23;
Lc 5,1-11
04. S. MOISÉS
1Cor 4,1-5; Sal 36;
Lc 5,33-39
05. STA. TERESA
DE CALCUTA
1Cor 4,6-15; Sal 144;
Lc 6,1-5
DIRECTOR RESPONSABLE:
José Andrés González Antele
REDACCIÓN:
Pbro. Alberto Ávila / Pbro.
Juan Javier Padilla
1a Privada Calle Aeropuerto, San Andrés Tuxtla, Ver.
Tel.: 2949427051
ADMINISTRACIÓN:
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