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184

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ISSN 1405-1915
INSTITUTO NACIONAL DE INVESTIGACIONES
FORESTALES, AGRICOLAS Y PECUARIAS
CENTRO DE INVESTIGACION REGIONAL DEL NORESTE
CAMPO EXPERIMENTAL SALTILLO
CALIDAD DE PLANTA EN
VIVERO Y PRACTICAS QUE
INFLUYEN EN SU PRODUCCION
RECONOCIMIENTO
El Instituto Nacional de Investigaciones Forestales,
Agrícolas y Pecuarias agradece al Sistema de
Investigación Regional “Alfonso Reyes” (CONACYT) el
financiamiento del Proyecto No. 980606001 “Estudio del
comportamiento en campo para algunas coníferas
destinadas a reforestación en el noreste de México”, así
como el apoyo y las aportaciones complementarias a la
Fundación Produce Coahuila, A. C.
Folleto Técnico Núm. 12
Mayo 2004
México
SECRETARIA DE AGRICULTURA, GANADERIA,
DESARROLLO RURAL, PESCA Y ALIMENTACIÓN
C. JAVIER BERNARDO USABIAGA ARROYO
Secretario
Ph. D. ING. FRANCISCO LOPEZ TOSTADO
Subsecretario de Agricultura y Ganadería
ING. ANTONIO RUIZ GARCIA
Subsecretario de Desarrollo Rural
GOBIERNO DEL ESTADO DE COAHUILA
LIC. ENRIQUE MARTINEZ Y MARTINEZ
Gobernador Constitucional del Estado
M. V. Z. ENRIQUE SALINAS AGUILERA
Secretario de Fomento Agropecuario
ING. JOSE LUIS NAVA MEJIA
Director del Servicio Estatal Forestal
LIC. JUAN CARLOS CORTES GARCIA
Subsecretario de Planeación
DELEGACION ESTATAL DE LA SAGARPA
C. JERONIMO RAMOS SAENZ
Subsecretario de Pesca
M. V. Z. JOSE JUAN CANTU GARCIA
Delegado en Coahuila
INSTITUTO NACIONAL DE INVESTIGACIONES FORESTALES,
AGRICOLAS Y PECUARIAS
Ph. D. JESUS MONCADA DE LA FUENTE
Director General
Ph. D. RAMON A. MARTINEZ PARRA
Coordinador General de Investigación y Desarrollo
Ph. D. SEBASTIAN ACOSTA NUÑEZ
Director General de Investigación Agrícola
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Director General de Investigación Pecuaria
Ph. D. HUGO RAMIREZ MALDONADO
Director General de Investigación Forestal
Ph. D. EDGAR RENDON POBLETE
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Director General de Administración
CENTRO DE INVESTIGACION REGIONAL DEL NORESTE
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Director de Investigación
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Director de Administración
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Director de Coordinación y Vinculación en Coahuila
Dr. SERGIO J. GARCIA GARZA
Jefe del Campo Experimental Saltillo
FUNDACION PRODUCE COAHUILA, A. C.
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En el proceso editorial de esta publicación colaboraron:
Supervisión Técnica y Editorial:
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Ph. D. Valdemar González Reyna
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M. C. Antonio Cano Pineda
Ph. D. Enrique Rodríguez Campos
Ph. D. Jorge Elizondo Barrón
Captura Computacional:
M. C. Antonio Cano Pineda
CALIDAD DE PLANTA EN
VIVERO Y PRACTICAS
QUE INFLUYEN EN
SU PRODUCCION
Edición :
M. C. Carlos Ríos Quiroz
M. C. Humberto Gámez Torres
MAYOR INFORMACION
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Campo Experimental Saltillo
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M. C. Antonio Cano Pineda
Investigador de Recursos Forestales Maderables
del Campo Experimental Saltillo
Dr. Víctor M. Cetina Alcalá
Profesor-Investigador del IRENATColegio de Postgraduados
Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias
Centro de Investigación Regional del Noreste
Campo Experimental Saltillo
México
Mayo 2004
CALIDAD DE PLANTA EN VIVERO Y
PRACTICAS QUE INFLUYEN EN SU
PRODUCCION
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ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea
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ISSN 1405-1915
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en Mayo de 2004 en los talleres de:
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Thompson, B. E. 1985. Seedling morphological evaluation- What you can tell by looking. In: Evaluating
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Folleto Técnico Núm. 12, Mayo 2004
CAMPO EXPERIMENTAL SALTILLO
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La cita correcta de este folleto es:
Cano P., A. y Cetina A., V. M. 2004. Calidad de planta en vivero
y prácticas que influyen en su producción. INIFAP-CIRNE.
Campo Experimental Saltillo. Folleto Técnico Núm. 12. Coahuila,
México. 24 p.
24
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survival more than severe black root rot. Tree
Planters’ Notes 34: 18-20.
CONTENIDO
1
4
MANEJO EN VIVERO Y SU IMPACTO EN LA
CALIDAD DE PLANTA
2.1
Ubicación del vivero
2.2
Envases (contenedores)
2.3
Sustratos de crecimiento
2.4
Siembra
2.5
Riego
2.6
Fertilización
2.7
Podas
2.8
Micorrización
2.9
Factores ambientales
CRITERIOS DE CALIDAD DE PLANTA
3.1
Atributos materiales
Criterios morfológicos
Altura
Diámetro
Arquitectura de la raíz
Arquitectura del tallo
Peso o biomasa total
Indices morfológicos
Relación parte aérea / raíz
Indice de esbeltez
Indice de calidad de Dixon
3.1.1 Relaciones hídricas
3.1.2 Carbohidratos
3.1.3 Estado de la yema terminal
3.2
Atributos de respuesta
Prueba de potencial de crecimiento de
3.2.1
la raíz
Prueba de resistencia a estrés
3.2.2
(tolerancia a la deshidratación)
CONCLUSIONES
5
LITERATURA CITADA
2
Rowan, S, J. 1986. Seedbed density affects performance
of slash and loblolly pine in Georgia. In: South, D.B.
(ed.).
International
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of
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3
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seedling growth. In: Duryea M. L. and T. D. Landis
(eds.). Forest nursery manual: Production of
Bareroot Seedlings. Martinus Nihof/Dr. W. Junk
Publishers. pp: 41-49.
23
INTRODUCCIÓN
Pág.
1
2
3
3
4
5
6
7
7
8
9
10
11
11
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13
13
13
14
14
15
16
16
16
17
18
19
CALIDAD DE PLANTA EN VIVERO Y
PRACTICAS QUE INFLUYEN
EN SU PRODUCCION
Antonio Cano Pineda1
Víctor M. Cetina Alcalá2
INTRODUCCION
La reforestación es un importante componente del
manejo silvícola. En algunas ocasiones, la repoblación
natural puede ser suficiente para el mantenimiento y
conservación de los recursos forestales originales. Otras
veces, sin embargo, es necesario el uso de la repoblación
artificial para lograr tales propósitos. Esta última puede
realizarse mediante siembra directa de semillas, o
mediante el establecimiento en campo de plántulas o
propágulos vegetativos producidos en vivero.
El deterioro ambiental en los recursos del país durante
los últimos años ha promovido el interés en el
establecimiento de plantaciones forestales con fines de
protección o restauración ecológica, o con fines de
producción comercial. Por tal motivo, en la última década
se ha aumentado considerablemente en nuestro país la
producción de planta con diferentes propósitos, a fin de
cumplir con programas de restauración y reforestación
urbana.
Los errores cometidos en el pasado en los programas
de reforestación, han ocasionado que muchos de los
recursos técnicos y económicos invertidos en ellos no
generen los resultados esperados, ya sea porque los
materiales vegetales utilizados no fueron los adecuados,
porque las condiciones del sitio fueron desfavorables, o
porque el manejo de las plantas durante el proceso de su
preparación en vivero, así como el proceso de transporte
1
2
M. C. Investigador del C. E. Saltillo CIRNE-INIFAP.
Dr. Profesor - Investigador IRENAT-CP.
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Landis T.D.; R.W. Tinus; S. E. McDonald & J.P.
Barnet. 1985. The biological component: Nursery
pests and micorrhizae, Vol. 5, The container tree
nursery manual. Agric. Handbook. 674. Washington,
D.C. U.S. Department of Agriculture, Forest Service.
171 p.
al sitio de plantación y los procedimientos de plantación no
fueron los apropiados; finalmente, la condición fisiológica
de la planta puede ser mala debido a que las prácticas
durante la etapa de vivero no fueron las correctas.
En México, el control de la calidad de planta durante la
etapa de vivero, es una práctica que no se realiza; ello
denota una falta de atención de los sistemas de
producción, en este aspecto tan importante. Resultado de
lo anterior es el uso de plantas para reforestación en un
estado físico y morfológico heterogéneo, que se traduce
en una alta mortalidad de plantas en el campo.
Dada la importancia de la producción de planta en el
país y, tomando en cuenta que en la mayoría de los
viveros no se consideran algunos aspectos técnicos
importantes para la producción de planta de calidad, el
presente documento pretende dar a conocer algunos
aspectos importantes del manejo en vivero y su impacto
en la calidad de la planta, así como los criterios utilizados
para su evaluación.
2.- MANEJO EN VIVERO Y SU IMPACTO EN LA
CALIDAD DE PLANTA
En términos generales, la calidad de planta
incluye los rasgos morfológicos y fisiológicos que pueden
ser cuantitativamente eslabonados al éxito de la
reforestación (Duryea y Landis, 1984). Así, el concepto de
calidad involucra varias características que actúan en
forma conjunta para lograr una respuesta esperada en
campo.
Mexal, J. P., and J.T. Fisher. 1984. Pruning Loblolly pine
seedlings. In: Lantz, C. W. (ed.). Proc. Southern
Nursery Conference. U.S.D.A Forest Service. Tech.
Publ. SA-TP 17. pp 75-83.
En los viveros la apariencia física de las plantas
(fenotipo), depende del genotipo y el ambiente del vivero
en el cual éstas fueron producidas. Así, se tiene que un
mismo lote de semilla, producido en diferentes viveros,
puede ser visiblemente diferente, tanto morfológica como
fisiológicamente.
21
2
Esta respuesta es llamada efecto de vivero (Landis, et
al., 1994), y es un ejemplo de la huella ambiental por la
cual las plantas son influenciadas, tanto por las
condiciones del sitio en que se ubica el vivero, como por
las prácticas culturales que se aplican en éste.
Duryea, M. L. and T. D. Landis. 1984. Forest nursery
manual. Production of Bareroot Seedlings. Martinus
Nijhoff/Dr W. Junk Publishers. Forest Research
Laboratory, Oregon State University, Corvallis.
Oregon USA. 385 p.
2.1 Ubicación del vivero
Haase, D. L. and R. Rose. 1993. Soil moisture stress
induces transplant shock in stored and unstored 2+0
Douglas-fir seedlings of varying root volumes. For.
Sci. 39:275-294.
Una vez que se ha decidido construir un vivero, uno de
los aspectos más importantes a considerar es el sitio en
que éste se deberá de ubicar.
Viveros que producirán plantas en envases
(contenedores), serán menos restrictivos que aquellos en
que se decida producir plantas a raíz desnuda; no
obstante, la potencial modificación del ambiente en los
primeros, incrementará los costos de desarrollo y
operación, dependiendo del grado de modificación. Los
criterios biológicos de selección del sitio son muy
importantes, pero el desarrollo potencial del vivero deberá
de considerar la realidad económica.
Debe de considerarse que el objetivo de cualquier
vivero es modificar el ambiente natural (control de
humedad, temperatura y luz, principalmente) para que las
plantas puedan producirse en forma rápida, eficiente y
económica.
Hatchell, G. E. 1986. Nursery cultural practices, seedling
morphology, and field performance of longleaf pine:
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Joly, R. J. 1985. Techniques for determining seedling
water status and their efectiveness in assesing
M. L. (eds).
Evaluating
stress. In: Duryea,
seedling
quality: Principles, procedures and
predictive abilities of mayor tests. For. Res. Lab.
Oregon State University, Corvallis, Oregon, USA.
pp:17-28.
2.2 Envases (contenedores)
La principal función del envase es proveer, en una
pequeña cavidad, un medio de crecimiento, el cual, a su
vez, provee a la raíz de las plántulas, aire, agua,
nutrientes minerales y un soporte físico mientras las
plantas se encuentran en el vivero; la mayoría de los
envases están diseñados para fomentar una buena forma
del sistema radical, ya que la supervivencia en campo
depende de la habilidad de la raíz para regenerar nuevas
raíces rápidamente. El mejor envase a utilizar dependerá
del sistema de producción (tecnificado o tradicional), así
3
Kramer, P.J. and T. Kozlowski.1979. Physiology of Woody
Plants. Academic Press. New York, U.S.A. 811 p.
Krasowski, M. J. and J. N. Owens. 1994. The use of mitotic
index in seedlings assessments. Can. J. For. Res.
24:2222-2234.
Landis, T. D.; R. W. Tinus; S. E. McDonald and J. P.
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management. Vol. 1, The container tree nursery
manual. Agric. Handbook 674. Washington, D.C.
U.S.D.A. Forest Service. 188 p.
20
5. LITERATURA CITADA
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greggii Engelm. en dos sistemas de producción en
vivero. Tesis de Maestría en Ciencias. Colegio de
Postgraduados, Montecillos, México. 83 p.
Cetina A., V. M. 1997. Tres tipos de manejo en vivero de
Pinus greggii Engelm. y su efecto en la calidad de
planta. Tesis Doctoral. Colegio de Postgraduados,
Montecillos, México. 73 p.
Dixon, A.; A. L. Leaf and J. F. Hosner. 1960. Quality
appraisal of white spruce and red and white pine in
nurseries. For. Chron. 36 (3):237-241.
como de consideraciones de tipo biológico (tamaño de la
semilla, tamaño de la planta al transplante, condiciones del
sitio de plantación) y de tipo económico (costo inicial,
disponibilidad en tipo y cantidad y espacio de crecimiento
en el vivero).
En México se puede producir planta en bolsa negra de
polietileno (sistema tradicional) calibre 400 de tamaño
variable (4.5 a 7 cm de diámetro y de 15 a 25 cm de largo)
con capacidad de 230 a 800 cm3 de sustrato. En el
sistema tecnificado de producción, se pueden usar
contenedores rígidos de plástico de alta o baja densidad,
de poliestireno y de celulosa, con capacidades que varían
desde 65 hasta 350 cm3.
Por ahora no puede abandonarse el uso de uno u otro
sistema de producción, por lo que las mencionadas
consideraciones, y el uso de prácticas culturales
apropiadas para ellos, contribuirán a la producción de
plantas con un nivel de calidad aceptable.
2.3 Sustratos de crecimiento
Muchos materiales, tales como arena, composta, turba,
vermiculita, suelo de monte y algunos materiales
sintéticos, pueden ser usados como medio o sustrato de
crecimiento. Un buen sustrato debe tener las siguientes
características (Richards, et al., 1964 y Landis, et al.,
1994):
- Debe ser suficientemente firme para mantener a la
semilla dentro de la cavidad durante la germinación y
enraizamiento. El volumen debe ser constante, tanto
húmedo como seco.
- Debe tener suficiente retención de humedad (25 a 55%)
para evitar riegos muy frecuentes.
Duryea, M. L. and D. P. Lavender. 1982. Water relations,
growth and survival of root wrenched Douglas-fir
seedlings. Can. J. For Res. 12:545-555.
19
4
- Debe ser suficientemente poroso, para que el exceso de
agua drene, permitiendo una adecuada aireación (60 a
80% de porosidad total y 25 a 35% de porosidad de
aireación son recomendables).
- Deberá de estar libre de plagas y enfermedades y de
semillas de maleza.
- Es necesario un bajo nivel de salinidad (pH entre 5.0 y
7.0).
- Debe de poseer una adecuada capacidad
intercambio catiónico (120 a 170 meq/100 g).
de
Los sistemas tecnificados de producción de planta
utilizan comúnmente como sustratos mezclas de
materiales orgánicos (turba) e inorgánicos (vermiculita y
agrolita) en proporciones de 2:1 y 3:1 (turba y vermiculita,
respectivamente) o 55% turba, 24% vermiculita y 21%
agrolita.
En el sistema tradicional, la mezcla del sustrato
depende de la disponibilidad de materiales, como tierra de
monte, que regularmente se agrega en mayor proporción
(entre 80 y 90%), arena, limo o, incluso, corteza molida.
2.4 Siembra
CONCLUSIONES
• Para cada sitio particular de plantación, el viverista
deberá de considerar, además de la especie, las
características morfológicas y fisiológicas que le
permitan a las plántulas una alta probabilidad de
establecimiento en campo.
• Se sugiere el seguimiento y monitoreo de la plantación,
a fin de determinar las características de las plantas
“tipo” que deben producirse para cada condición de
plantación.
• Es importante monitorear el desarrollo de los lotes de
plantación durante todo el proceso de producción para
detectar y, en su caso, corregir las prácticas culturales
que conduzcan a la producción de lotes de plantación
física y morfológicamente homogéneos.
• Debe de regionalizarse la producción de planta, en
función de las necesidades de cada región y de las
condiciones particulares de producción en cada vivero.
• Antes de su traslado a campo, es conveniente la
clasificación de los lotes de plantación por niveles de
calidad, para disminuir el riesgo de mortalidad al
asignarse a sitios de plantación más favorables.
Debe de evaluarse la pureza de la semilla, peso,
porcentaje de germinación y vigor para calcular
correctamente la proporción de siembra. La tasa de
germinación puede verse afectada por la profundidad de
siembra (Show, 1930) y, a su vez, ésta puede variar entre
especies y viveros (Van den Driessche, 1963).
Para algunos viveros de México con sistema
tecnificado de producción, la profundidad de siembra varía
entre 1.5 y 2 cm (Cano, 1998), y puede recomendarse
para su uso.
5
18
los lotes de planta antes de la plantación; esta prueba es
sencilla y económica en su implementación y,
generalmente, proporciona resultados consistentes.
La prueba se basa en el uso del crecimiento de la raíz
como una medida del grado fisiológico, ya que una baja
supervivencia en campo después de la plantación
corresponde a una débil respuesta en las pruebas de PCR
(Stone, 1955). En la mayoría de los casos en que se ha
utilizado la PCR como criterio de calidad de planta, se ha
encontrado una buena correlación con la supervivencia y
desempeño posterior en campo (Burdett,1979; Ritchie y
Dunlap, 1980; Sutton, 1980 y Cano, 1998)
3.2.2 Prueba de resistencia a estrés (tolerancia a la
deshidratación)
El término de tolerancia a la tensión o al estrés es
utilizado para indicar la capacidad de una planta para
sobrevivir a uno o varios factores desfavorables y
continuar creciendo y desarrollándose en ese medio
(Levitt, 1980). Los principales tipos de estrés a que se
someten las plantas en vivero son: a) la deshidratación por
un inadecuado suministro de agua o por exceso de calor;
b) desecamiento de la raíz en el momento del
levantamiento o del transplante; c) daño mecánico aéreo
(tallo, hojas) por mal manejo, y d) competencia
interespecífica por mal manejo de densidad (Levitt, 1980).
La prueba se basa en el supuesto de que es posible la
simulación de los diferentes factores de estrés a que se
enfrenta la planta durante el período de su establecimiento
en el terreno. A pesar de su sencillez, no existe suficiente
información sobre su capacidad para predecir el
desempeño de la planta en condiciones de campo. Cano
(1998), menciona la posibilidad de su aplicación en P.
greggii, después del ajuste de la prueba a la especie.
17
Debe de considerarse la época de siembra para evitar
problemas, tales como precipitaciones fuertes, heladas,
presencia de hongos, ataque de pájaros o roedores, altas
temperaturas y sequía.
2.5 Riego
El agua es el principal factor limitante del crecimiento
en los ecosistemas terrestres, y es uno de los más
importantes promotores del crecimiento en viveros e
invernaderos; los procesos fisiológicos de las plantas se
encuentran directa o indirectamente afectados por el agua,
por lo que la cantidad y, especialmente, la calidad de este
elemento es muy importante en la operación del vivero.
La cantidad de agua necesaria para producir árboles en
envases varía dependiendo de varios factores, como el
clima, tipo de contenedor, tipo de sistema de riego,
características del sustrato y de las plántulas; como estos
factores varían de un sitio a otro, el mejor régimen de riego
en un vivero puede no serlo para otro.
El riego frecuente durante el período activo de
crecimiento aumenta la altura y peso seco de la planta
(Duryea y Lavender, 1982); sin embargo, demasiada agua
durante el verano, provoca un crecimiento continuo que
expone a la planta a condiciones desfavorables en
presencia de heladas. Por otro lado, niveles severos de
estrés hídrico producen plantas pequeñas con tallo corto y
bajo peso seco de tallo y raíz, así como un reducido vigor
y alta mortalidad (Morby, 1982).
Niveles altos o bajos de riego han probado ser
negativos en el crecimiento y supervivencia de las plantas,
por lo que el problema estriba en determinar niveles
“moderados” para cada vivero (Duryea y Landis, 1984).
Dependiendo de las condiciones de producción, 1000
plántulas de coníferas (en contenedores de 80 cm3)
pueden ser producidas con 70-80 litros de agua por
semana.
6
Niveles mínimos del peso total húmedo del contenedor
o potenciales hídricos, son criterios usados para
establecer la frecuencia de riego.
2.6 Fertilización
Más que ninguna otra práctica cultural, con excepción
del riego, la fertilización controla tanto la tasa como el tipo
de crecimiento en plantas producidas en envases. Una
deficiencia nutrimental moderada puede ocasionar un
estrés fisiológico de la planta, reduciendo el crecimiento y
ocasionando alteraciones en la morfología. Las plántulas
con una adecuada nutrición permiten lograr mejor las
tallas especificadas para cada especie por los estándares
establecidos en cada vivero. El efecto de la fertilización en
las plántulas dependerá del tipo, dosis, forma y época de
aplicación (Radwan, et al., 1971). Aplicaciones de potasio,
por ejemplo, favorecen la resistencia a sequía y a bajas
temperaturas, mientras que la aplicación de nitrógeno al
final de la estación de crecimiento reduce la tolerancia a
heladas (Van den Driessche, 1963).
Cualquier factor o práctica cultural puede modificar el
impacto de la fertilización sobre la calidad de la planta;
esta compleja relación entre condiciones del sitio y otras
prácticas culturales hacen de la fertilización una de las
decisiones más difíciles de tomar para el manejo de un
vivero.
El uso de formulaciones comerciales de arranque,
crecimiento y finalización, especialmente diseñadas para
coníferas, así como fertilizante de lenta liberación
(Osmocote 18.6:12, en proporción 5 kg/m3) en el sustrato
proporcionan, en general, buenos resultados.
2.7 Podas
3.1.3 Estado de la yema terminal
La suspensión en la actividad de los meristemos
apicales es un mecanismo que han desarrollado las
especies adaptadas a cambios climáticos estacionales,
para tolerar condiciones ambientales desfavorables.
La latencia de la yema es de gran importancia para la
calidad de planta, ya que para producir una planta
vigorosa en vivero es necesario que su ciclo estacional de
crecimiento esté acoplado a las condiciones ambientales
naturales; por otro lado, el proceso de reducción de la
actividad meristemática se asocia con un aumento en la
tolerancia de la planta al estrés ocasionado por diversos
factores, alcanzando la máxima tolerancia durante la etapa
de latencia profunda (Lavender, 1985 y Krasowski y
Owens, 1994).
El viverista deberá de considerar, en la producción de
planta para reforestación, el uso de prácticas que
favorezcan la formación de yemas terminales para lograr
un mejor comportamiento en campo del material
producido.
3.2 Atributos de respuesta
Existen pruebas utilizadas para la evaluación en forma
operativa del desempeño o respuesta funcional de las
plantas producidas en vivero. Entre las más importantes
se destacan la Prueba de Potencial de Crecimiento de
Raíz, y la Prueba de Resistencia a Estrés o Tolerancia a la
Deshidratación.
3.2.1 Prueba de potencial de crecimiento de la raíz
La realización de podas en tallo o raíz como práctica de
vivero, puede también ayudar a mejorar la calidad de
planta. Los efectos de la poda pueden variar debido a las
El potencial de crecimiento de raíz (PCR) se define
como la capacidad de las plántulas para hacer crecer sus
raíces cuando se colocan en un ambiente favorable.
Actualmente, muchas organizaciones públicas y privadas
en el mundo usan la prueba rutinariamente para evaluar
7
16
transpiración; cuando ésta última supera a la primera,
entonces la planta se encuentra en estrés hídrico. El
grado de hidratación de la planta puede expresarse en
términos de potencial hídrico, o contenido relativo de agua
(CRA) (Joly, 1985), por lo que su determinación periódica
es útil para programar los períodos de riego o para
establecer el efecto de otras prácticas culturales sobre el
estado hídrico de la planta. En general, plantas con CRA
igual o menor a 80% se consideran en estrés hídrico.
Haase y Rose (1993) consideran que plantas con
potenciales hídricos cercanos o menores a 2 Mpa (-20
barias) pueden sufrir serios daños fisiológicos, mientras
que Peñuelas y Ocaña (1996) y Lopushinsky (1990)
consideran conveniente mantener en las plantas un
potencial hídrico superior a 1 Mpa (-10 barias).
prácticas culturales aplicadas en el vivero, a la edad o al
tamaño de la plántula al momento de la aplicación de la
práctica, o a la especie u origen del germoplasma; por tal
motivo, se recomienda la previa calibración de la práctica
de poda. Ritchie (1984) considera a la poda de raíz como
una excelente práctica para elevar la calidad de la planta
en todas las coníferas.
Por otro lado, la poda aérea controla la altura del tallo y
da uniformidad en tamaño, y se recomienda efectuarla
durante el crecimiento activo de la plántulas (Duryea y
Landis, 1984). Mexal y Fisher (1984) recomiendan la poda
del brote terminal durante junio a agosto para inducir
brotes con altas tasas de crecimiento. Cetina (1997)
recomienda poda aérea en forma mecánica al 50% como
la mejor opción para mejorar la calidad de planta en Pinus
greggii.
3.1.2 Carbohidratos
2.8 Micorrización
Los carbohidratos son los productos directos de la
fotosíntesis y constituyen más del 75% de la biomasa total
de la planta. Evidencias recientes sugieren que el
crecimiento de las raíces, en especies de coníferas,
depende de los fotoasimilados producidos en ese
momento y no de las reservas almacenadas en la raíz
(Omi, et al., 1994), lo cual permite postular que la función
principal de las reservas de carbohidratos en la planta es
permitir el funcionamiento de los tejidos en condiciones de
estrés; en otras palabras, dichas reservas proporcionan la
energía necesaria para las actividades metabólicas de las
plantas cuando no existe suficiente producción de
carbohidratos en las hojas. La determinación de almidón y
los azúcares solubles totales pueden dar una idea
aproximada del “status“ dentro de la planta; con estas
rápidas y sencillas pruebas es posible reducir la excesiva
mortalidad en campo, destinando aquellas con mayor
contenido de reservas a sitios con condiciones más
desfavorables.
15
Las micorrizas (patógenos antagonistas) son hongos
que ayudan a la asimilación de minerales y de agua a
través del incremento en la superficie de absorción de las
raíces. Las plántulas dentro de condiciones de vivero
pueden crecer perfectamente bien, ya
que
las
condiciones controladas minimizan los efectos de estrés;
no
obstante,
las
plántulas
micorrizadas
son
frecuentemente más sanas y robustas que las no
micorrizadas, y padecen menos problemas de pudrición de
raíz.
La forma más común de inoculación consiste en la
agregación de tierra de monte al sustrato usado en el
envase (sistema tradicional), o sobre las camas de
siembra, en el caso de plantas a raíz desnuda.
En el caso de contenedores rígidos, la inoculación
puede hacerse a partir de la preparación de inóculos,
usando cuerpos fructíferos de hongos micorrícicos
macerados en agua.
8
La aplicación de esporas de tipo comercial puede
realizarse a través del sistema de riego o con regaderas
entre 6 y 12 semanas después de la siembra;
alternativamente, las esporas pueden aplicarse también a
la semilla antes de la siembra (Marx y Bell, 1985 y Marx
and Cordell, 1984).
capacidad de la planta para tolerar daños físicos; ofrece
una buena medida de la calidad, tanto en plantas a raíz
desnuda como en contenedores. Valores de este índice
menores a seis son recomendables (Vargas, 1996). Cano
(1998) reporta índices de esbeltez de 6.3 con
supervivencias de 70% en campo para P. greggii
producido bajo el sistema tradicional.
2.9 Factores ambientales
Indice de calidad de Dixon
Los factores atmosféricos que controlan el crecimiento
de las plantas son: la temperatura, la humedad, la luz y el
bióxido de carbono. Todos estos factores (que pueden ser
controlados en invernadero) son necesarios para un buen
desarrollo de las plántulas, y tienen una interrelación
extremadamente compleja reflejada en la fisiología de las
plantas.
Este índice, propuesto por Dixon, et al., (1960) se
genera basándose en mediciones morfológicas que
involucran biomasa, relación parte aérea/raíz, altura y
diámetro y se calcula de la siguiente manera:
Peso seco total ( g )
Indice de calidad =
Temperatura
Altura (cm)
Peso seco tallo (g)
+
La respuesta a la temperatura varía de acuerdo con la
especie; el crecimiento es lento cerca de los 15 °C y se
incrementa a través de un rango óptimo (entre los 18 y 30
°C). Las tasas de crecimiento decrecen abajo o arriba de
los valores mínimos o máximos, respectivamente, aunque
pueden existir excepciones.
Diámetro (mm)
Peso seco raíz (g)
Valores altos se relacionan con una mejor calidad de
planta. Thompson (1985) refiere que en ensayos
realizados con coníferas, este índice diferencia
satisfactoriamente la potencial supervivencia de plantas de
diferentes tamaños y edades.
Humedad relativa
El mantener una humedad relativa apropiada dentro de
un vivero o invernadero es biológicamente importante, ya
que una baja humedad provoca estrés hídrico debido a la
excesiva transpiración; humedad ambiental adecuada
promueve un rápido crecimiento, mientras que una
excesiva humedad puede llegar a causar el crecimiento de
hongos y bacterias. Un 80% de humedad ambiental
durante la germinación y de 60 a 70% durante la etapa de
crecimiento se consideran buenos (Vera-Castillo, 1995).
9
Cano (1998), sin embargo, menciona que este índice
como tal no se ajusta como un buen indicador de la
supervivencia en campo, al menos para P. greggii, por lo
que debe de tomarse con reserva cuando quiera utilizarse
con tal objetivo.
3.1.1 Relaciones hídricas
El agua es uno de los factores de mayor importancia en
la fisiología vegetal; además de ser un solvente de gases y
nutrientes, es un reactivo de muchos procesos
bioquímicos. El balance hídrico refleja el equilibrio entre la
velocidad de absorción de agua y la velocidad de
14
supervivencia ante la falta de agua o una alta demanda
transpiratoria, debido a la menor área foliar y consumo de
agua asociados con ellas; la biomasa total no tiene sentido
si la planta no mantiene un balance adecuado entre sus
componentes de la parte aérea y del sistema radical
(Vargas, 1996).
Luminosidad
La evaluación de la supervivencia a través de variables
morfológicas, como algunas de las mencionadas en
párrafos anteriores, no ofrecen por sí solas la confiabilidad
suficiente para predecir el comportamiento en campo de
un lote de plantación. Por ello, la utilización de índices que
involucran una combinación de varias características
morfológicas, genera un indicador conveniente del
comportamiento en campo a largo plazo. Los índices
morfológicos más utilizados como indicadores de
calidad de la planta son la relación parte aérea / raíz, el
índice de esbeltez y el índice de calidad de Dixon
(Ritchie,1984 y Thompson, 1985).
Las tres propiedades más importantes de la luz que
afectan el crecimiento de las plántulas son la intensidad, la
duración y la calidad (Kramer y Kozlowski, 1979). La
intensidad tiene relación con la aceleración de la tasa de
crecimiento, siempre que ésta sea adecuada para aportar
energía suficiente para llevar a cabo la fotosíntesis y
puede ser también un factor que prevenga la dormancia.
La duración, por otro lado, se relaciona con la duración del
día, que es necesaria para prolongar el crecimiento
vegetativo y, finalmente, la calidad está relacionada con
las diferentes longitudes de onda que disparan diferentes
funciones en las plantas. La luz roja (640-740
nanómetros), es más eficiente para la fotosíntesis
(Nobel,1991). En los viveros, el control de la luz se realiza
con medias sombras o mallas media sombra con
penetración de 40 a 60% de luz solar (Vera, 1986),
considerando su uso sólo en las etapas iniciales del
crecimiento para no interferir con el proceso de
lignificación (Prieto, et al. 1999.)
Relación parte aérea / raíz
3. CRITERIOS DE CALIDAD DE PLANTA
Se expresa con base en el peso seco de ambas partes,
y establece el balance entre el consumo de agua por el
follaje y la capacidad de absorción por parte de la raíz; se
recomienda que el cociente no sea mayor a 2.5, sobre
todo para plantaciones en sitios con problemas de
disponibilidad de agua (Thompson, 1985). Cano (1998)
reporta un cociente de 3.5 con valores de supervivencia en
campo mayores a 70 % para Pinus greggii producido bajo
el sistema tradicional.
La calidad de planta incluye una serie de
características morfológicas y fisiológicas que dificultan su
evaluación en conjunto; sin embargo, existen algunos
procedimientos empíricos para determinar dicha calidad
con base en sólo algunas características. Ritchie (1984)
agrupa los procedimientos o criterios existentes para
evaluar la calidad de la planta en dos categorías:
1) atributos materiales y 2) atributos de respuesta.
3.2 Índices morfológicos
Indice de esbeltez
Este índice, también conocido como de robustez,
(Vargas, 1996), mide la relación existente entre la altura
de la planta, expresada en cm, y el diámetro del tallo,
expresado en mm, lo cual refleja, en cierta medida, la
13
Los primeros incluyen características morfológicas y
fisiológicas medibles directamente en las plantas, como
altura, arquitectura y diámetro del tallo, estado nutrimental,
reserva de carbohidratos, índice mitótico y balance hídrico,
entre otros; mientras que los segundos someten a la
planta a condiciones particulares de prueba y mide su
desempeño en términos de las características de interés,
como crecimiento de raíces o tolerancia al estrés.
10
3.1 Atributos materiales
Criterios morfológicos
Según Thompson (1984), la morfología es la forma o
estructura de un organismo o cualquiera de sus partes,
cuya evaluación podría incluir un número cuantioso de
mediciones potenciales, desde altura hasta el número de
estomas.
Altura
Es la característica morfológica más fácil de evaluar en
una plántula y tiene poco valor como indicador único de la
calidad de planta, hasta que se combina con el diámetro o
la arquitectura del tallo; se desconoce la relación directa
entre la altura del tallo y la supervivencia en campo
(Anstey, 1971). La altura de la planta deberá de considerar
al sitio a plantar en función de la vegetación herbácea o
arbustiva con la que deberá de competir, pero se
considera aceptable para coníferas un rango entre 15 y 25
cm.
Diámetro
Es la medición morfológica más usada para evaluar
calidad de planta. Este refleja la resistencia de las plantas
y el tamaño del sistema radical y se ha encontrado que
está positivamente relacionado con la cantidad de
sustancias de reserva (Mullin y Swaton, 1972). South y
Mexal (1984) encontraron que plantas con diámetros de
tallo mayores a 4 cm lograron supervivencias de hasta
80%, pero la relación supervivencia / diámetro se vio
afectada por la masa radical (Blake, et al.,1989). En Pinus
taeda, Zobel, et al., (1957) por su parte, detectaron una
mayor supervivencia de plantas con diámetros mayores
que con diámetros menores, sobre todo cuando fueron
expuestas a condiciones de sequía.
11
Según Rowan (1986), a mayor diámetro, mayor
presencia de raíces laterales primarias y, por tanto,
aumento en la supervivencia (Hatchell, 1986). En cada
caso, el diámetro de plántula más adecuado para cada
especie
deberá
considerar
sus
características
morfológicas de crecimiento.
Arquitectura de la raíz
Se refiere a la orientación espacial del sistema radical
(extensión y configuración de varios componentes).
Plántulas con sistemas radicales grandes favorecen la
absorción de agua y nutrientes, manteniendo un adecuado
balance hídrico.
Rowan (1983) indica que, en general, un buen sistema
radical deberá ser abundante y bien ramificado y con
raíces laterales en crecimiento. Las plantas con un mayor
volumen de raíz logran tolerar adecuadamente el estrés
hídrico al momento del transplante al campo.
Arquitectura del tallo
Es la manera en la cual el tallo y sus ramas se
desarrollan y el rumbo en el cual se distribuye el follaje. La
arquitectura del tallo en una planta de calidad deberá ser
apropiada al tamaño del sistema radical, y el número de
hojas deberá maximizar la absorción de luz solar, pero
minimizar el gasto transpiratorio (Johnson y Cline, 1991).
Peso o biomasa total
Se utiliza como una medida del tamaño global de la
planta. Se ha demostrado que plantas de mayor tamaño
(biomasa), tienen un mejor desempeño que las plantas
pequeñas, independientemente de la especie y tipo de
planta, especialmente cuando no se realizan prácticas de
preparación del terreno de plantación (Barnett, 1990). Las
plantas de menor tamaño pueden tener ventajas en
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