Subido por Mio Ban Ron

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“HERMANAS MISIONERAS DE JESÚS EUCARISTÍA”
RITO DE ENTRADA
Reunidos el pueblo y la comunidad y dispuesto lo necesario, la
procesión avanza por la iglesia hacia el altar, mientras se entona el canto
de entrada de la misa.
LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas:
La liturgia de la palabra se desarrolla según las normas comunes,
teniendo en cuenta lo siguiente:
a) Las lecturas pueden tomarse de la misa del día o del Leccionario para
la celebración de la profesión religiosa (pp. 616-623).
b) No se dice el Credo, aunque lo prescriban las rúbricas de la liturgia
del día.
c) La oración de los fieles está incluida en las letanías.
PROFESIÓN RELIGIOSA
LLAMAMIENTO O PETICIÓN
Después del evangelio, el celebrante y el pueblo se sientan, pero las que
van a profesar permanecen de pie.
El llamamiento o la petición se hacen, teniendo en cuenta la preferencia
o las circunstancias, según una de las siguientes formas:
El diácono o la maestra llama nominalmente a las que van a profesar,
las cuales responden:
Heme aquí, Señor, porque me has llamado.
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“HERMANAS MISIONERAS DE JESÚS EUCARISTÍA”
O bien de otra manera, según la costumbre del lugar o de la familia
religiosa.
A continuación, el Obispo interroga a las que van a profesar:
Queridas hermanas, ¿qué pedís a Dios y a su santa Iglesia?
Las que van a profesar, responden:
Pedimos la gracia de seguir a Cristo, nuestro Esposo, en
esta familia religiosa, todos los días de nuestra vida.
El Obispo y toda la comunidad responden:
Te damos gracias, Señor.
Homilía
PREGUNTAS
Terminada la homilía, las que van a profesar se ponen de pie; el
celebrante les pregunta si están dispuestas a entregarse a Dios y a vivir
en caridad perfecta según la Regla o Constituciones de la familia
religiosa.
El Obispo pregunta:
Amadas hijas (hermanas), por el bautismo, habéis muerto ya
al pecado y estáis consagradas a Dios, ¿queréis consagraros
más íntimamente a él por la profesión perpetua?
Las que van a profesar responden:
Sí, quiero.
El Obispo:
Con ayuda de la gracia de Dios, ¿queréis abrazar y guardar,
para siempre, la misma vida de castidad perfecta, de
Profesión Perpetua
“HERMANAS MISIONERAS DE JESÚS EUCARISTÍA”
obediencia y de pobreza, que Cristo, el Señor, y su Madre, la
Virgen María, eligieron?
Las que van a profesar:
Sí, quiero.
El Obispo:
¿Queréis esforzaros en practicar, con firmeza y constancia,
la caridad perfecta, para con Dios y el prójimo, siguiendo
fielmente el Evangelio y observando la Regla de vuestra
comunidad?
Las que van a profesar:
Sí, quiero.
El Obispo:
¿Queréis entregar generosamente toda vuestra vida al
servicio del pueblo de Dios, con la ayuda del Espíritu Santo?
Las que van a profesar:
Sí, quiero.
Terminadas las preguntas, el celebrante confirma la voluntad de las que
van a profesar con estas u otras palabras:
Dios, que comenzó en vosotras esta obra buena, él mismo la
lleve a término, hasta el día de Cristo Jesús.
Todos: Amén.
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“HERMANAS MISIONERAS DE JESÚS EUCARISTÍA”
LETANÍAS DE LOS SANTOS
Luego, todos se levantan; el Obispo, con las manos juntas dice:
Amados hermanos, dirijamos nuestra súplica a Dios Padre,
fuente de todo bien, para que sostenga y afiance el propósito
que él mismo inspiró a estas hijas suyas.
Las religiosas que van a profesar se arrodillan o bien, donde sea la
costumbre, pueden postrarse.
Los cantores entonan las letanías, a las que todos responden.
Señor, ten piedad,
Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad
Santa María, madre de Dios,
ruega por nosotros
San Miguel,
ruega por nosotros
Santos ángeles de Dios,
rogad por nosotros
San Juan Bautista,
ruega por nosotros
San José,
ruega por nosotros
Santos Pedro y Pablo,
rogad por nosotros
San Juan,
ruega por nosotros
Santa María Magdalena,
ruega por nosotros
Santos Esteban y Lorenzo,
rogad por nosotros.
Santa Inés,
ruega por nosotros.
San Basilio,
ruega por nosotros.
San Agustín,
ruega por nosotros.
San Benito,
ruega por nosotros.
San Bernardo,
ruega por nosotros.
Santos Francisco y Domingo,
rogad por nosotros.
Santa Macrina,
ruega por nosotros.
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“HERMANAS MISIONERAS DE JESÚS EUCARISTÍA”
Santa Escolástica,
Santas Clara y Catalina,
Santa Teresa de Ávila,
Santa Rosa de Lima,
Santa Juana Francisca de Chantal,
Santa Luisa de Marillac,
Todos los santos y santas de Dios,
Muéstrate propicio,
De todo mal,
De todo pecado,
De la muerte eterna,
Por tu encarnación,
Por tu muerte y resurrección,
Por la efusión del Espíritu Santo.
ruega por nosotros.
rogad por nosotros.
ruega por nosotros.
ruega por nosotros.
ruega por nosotros.
ruega por nosotros.
rogad por nosotros.
líbranos, Señor.
líbranos, Señor.
líbranos, Señor.
líbranos, Señor.
líbranos, Señor.
líbranos, Señor.
líbranos, Señor.
Nosotros, que somos pecadores,
te rogamos, óyenos.
Para que la oblación y el apostolado de estas hijas tuyas
enriquezca la vida de tu Iglesia,
te rogamos, óyenos.
Para que aumentes, cada día, los dones del Espíritu Santo
en tu siervo el papa N. y en los demás obispos, te rogamos, óyenos.
Para que dirijas la vida y los trabajos de los religiosos
al progreso de la sociedad humana,
te rogamos óyenos.
Para que conduzcas a todos los hombres a la plenitud de la vida
cristiana,
te rogamos, óyenos
Para que conserves y aumentes en todas las familias religiosas el amor
de Cristo y el espíritu de sus fundadores,
te rogamos, óyenos.
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“HERMANAS MISIONERAS DE JESÚS EUCARISTÍA”
Para que asocies más plenamente a la obra de la redención a cuantos
profesan los consejos evangélicos,
te rogamos, óyenos.
Para que colmes con tus dones a los padres de estas siervas tuyas, por
la ofrenda que de ellas te hicieron,
te rogamos, óyenos
Para que configures, cada día más, a estas hijas tuyas con Cristo, el
primogénito entre muchos hermanos,
te rogamos, óyenos
Para que concedas a estas hijas tuyas el don de
la perseverancia,
te rogamos, óyenos.
Para que bendigas, santifiques y consagres a estas siervas tuyas y
hermanas nuestras,
te rogamos, óyenos.
Jesús, Hijo de Dios vivo,
te rogamos, óyenos.
Cristo, óyenos.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Cristo, escúchanos.
Acabadas las letanías, el celebrante (si está arrodillado, se pone de pie),
con las manos extendidas, dice:
Atiende, Señor, las súplicas de tu pueblo,
y prepara, con tu gracia celestial,
a estas hijas tuyas:
para que el fuego del Espíritu Santo purifique los corazones
que se consagran a ti y los encienda en las llamas del amor.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R/. Amén.
Las religiosas que van a profesar se ponen de pie.
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“HERMANAS MISIONERAS DE JESÚS EUCARISTÍA”
PROFESIÓN
Acabadas las letanías, las que van a profesar se acercan, una a una, al
Obispo y leen la fórmula de profesión siguiente.
FÓRMULA DE CONSAGRACIÓN PERPETUA
En el año del Nacimiento del Señor, 2019, día 19, del mes de junio.
Yo, Hermana.……………………………………………………..
en presencia de Jesucristo Eucaristía, de mi madre la Santa
Iglesia y ante nuestro obispo Antonio; bajo la protección de la
Venerable Virgen Inmaculada, de San José Patrono de la Iglesia
y de nuestro padre espiritual San Manuel Gonzales; Santa Teresa
de Ávila y Santa Teresita del Niño Jesús. Confiando
humildemente y esperando en su Palabra, contra toda
desesperanza; teniendo el deseo apasionado por la salvación de
las almas. Es mi deseo dar a conocer, hacer amar y servir a Jesús
Eucaristía todos los días de mi vida, en esta obra que Él ha
inspirado, como religiosa Eucarística. En manos de vuestra
excelencia, Monseñor Antonio Santarsiero Rosa, Obispo y Padre
de la comunidad; espontánea y libremente ME CONSAGRO Y
PROFESO LOS VOTOS DE CASTIDAD, POBREZA Y
OBEDIENCIA POR TODA LA VIDA Y EN PERPETUIDAD
para mayor gloria de Dios, salvación de los hombres y mi propia
santificación en esta obra y para el servicio y bien de la Iglesia.
Amén.
Profesión Perpetua
“HERMANAS MISIONERAS DE JESÚS EUCARISTÍA”
Terminada la fórmula las hermanas sellan este compromiso con Dios y
con la Iglesia poniendo la mano sobre los santos Evangelios
recordando las palabras de nuestro Padre espiritual “meditar el
Evangelio a la luz del sagrario”.
Aquí lo ofrezco
Así lo juro
Así me pide Dios
Y estos santos Evangelios que toco con mis manos.
BENDICIÓN DE LA PROFESA
Las nuevas profesas se arrodillan; el celebrante, con las manos
extendidas, dice:
Pueden omitirse las palabras entre corchetes.
Padre celestial,
fuente y custodio de todo buen propósito,
es justo que cantemos tus alabanzas,
ya que, por medio de tu Hijo, en el Espíritu Santo,
creaste la familia humana con amor inefable
y la admitiste a participar de tu amistad,
con tal predilección,
que la enriqueciste, como a esposa,
haciéndola semejante a ti
y dándole parte en tu misma vida.
Cuando, por engaño del demonio,
faltó a la fidelidad,
no la excluiste de la alianza nupcial,
sino que, movido por amor eterno,
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“HERMANAS MISIONERAS DE JESÚS EUCARISTÍA”
restauraste la antigua alianza en tu siervo Noé.
[Más adelante, del linaje del fiel Abraham,
elegiste una descendencia,
más numerosa que las estrellas del cielo,
y por Moisés, tu siervo,
confirmaste la alianza en las tablas de la ley.
En este pueblo predilecto
florecieron mujeres santas, a través de los siglos,
insignes por su piedad y fortaleza,
preclaras por su justicia y su fe.]
Y, cuando llegó la plenitud de los tiempos,
suscitaste, del linaje de Jesé,
a la santa Virgen María,
la cual, al recibir al Espíritu Santo,
que la cubrió con su sombra,
dio a luz al Redentor del mundo,
Jesús se hizo pobre, humilde y obediente,
como origen y ejemplar de toda santidad;
fundó la Iglesia, su esposa,
y con tan inmenso afecto la amó
que se entregó por ella y la santificó con su sangre.
Y tú, Padre santo, estableciste,
en el designio de tu providencia,
que innumerables hijas
siguieran el ejemplo de Jesús
y, como discípulas suyas,
fueran consagradas esposas de Cristo.
[Con su admirable variedad,
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“HERMANAS MISIONERAS DE JESÚS EUCARISTÍA”
se adorna la santa Iglesia, como esposa bellísima,
vestida de perlas y brocado,
como reina vestida de majestad,
como madre dichosa con sus hijos.]
Te suplicamos, Padre celestial,
que envíes, sobre estas hijas tuyas,
el fuego del Espíritu Santo,
para que alimente la llama del propósito
que él mismo suscitó en sus corazones.
Que brille en ellas, Señor,
la luz de su bautismo y la santidad de vida;
que se unan a ti con amor ferviente,
fortalecidas con los lazos de la profesión religiosa;
mantengan fielmente la alianza
con su único Esposo, Jesucristo;
amen a la Madre Iglesia con caridad activa
y a todos los hombres con amor sobrenatural,
y que sean para ellos un testimonio
de la feliz esperanza de los bienes celestiales.
Señor, Padre santo y misericordioso,
dirige y protege los pasos de estas hijas tuyas,
para que, cuando al terminar su peregrinación
se presenten ante el Rey supremo,
no teman la sentencia del Juez,
sino que reconozcan la voz del Esposo,
que las llama, con ternura, a las bodas celestiales.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R/. Amén.
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ENTREGA DE LAS INSIGNIAS
DE LA PROFESIÓN
Terminada la bendición de las profesas, el celebrante y el pueblo se
sientan; si se entregan los anillos, las nuevas profesas se levantan y se
acercan al Obispo, quien entrega el anillo a cada una, diciendo:
Recibe este anillo,
como esposa del Rey eterno;
conserva intacta la fidelidad a tu Esposo, para que merezcas
ser admitida a las bodas del gozo eterno.
La profesa responde:
Amén,
Y vuelve a su lugar.
Si según las leyes o costumbres de la familia religiosa se entregan otras
insignias de la profesión, se entregarán en silencio o con una fórmula
apropiada, pero conservando siempre una noble sobriedad.
Las que acaban de profesar regresan entonces a sus puestos.
Luego, continúa la misa.
LITURGIA EUCARÍSTICA
Conviene que algunas de las nuevas profesas lleven al altar el pan,
el vino y el agua para el sacrificio eucarístico.
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RITO DE CONCLUSIÓN
Terminada la oración después de la comunión, las religiosas recién
consagradas a Dios se colocan de pie ante el altar.
El Obispo:
El Señor,
que os ha inspirado y sostiene vuestro santo propósito,
os guarde siempre con su gracia,
para que cumpláis fielmente
los deberes de vuestra vocación.
R/. Amén.
El Obispo:
Que él haga de vosotras, ante los hombres,
señal y testimonio del amor divino.
R/. Amén.
El Obispo:
Que, por su misericordia,
haga eternos en el cielo
los lazos con que os unió a Cristo en la tierra.
R/. Amén.
El Obispo.
Y a todos vosotros,
que estáis aquí presentes,
os bendiga Dios todopoderoso, Padre, Hijo
Santo.
R/. Amén.
Profesión Perpetua
+
y Espíritu
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