Versión preliminar 20/04/04 5. MODELOS NUCLEARES 5.1 Introducción En los capítulos anteriores se ha descrito en cierto detalle las propiedades de las partículas que forman el núcleo y las interacciones entre ellas. Desafortunadamente dicho conocimiento no alcanza para determinar directamente el comportamiento de un sistema nuclear de muchos cuerpos. Esto se debe a la gran complejidad matemática del problema. Por supuesto este tipo de inconveniente no es exclusivo del problema nuclear. Algo similar ocurre al considerar una gota líquida, un volumen de gas, el sistema planetario, un átomo pesado, etc. Sin embargo, en casos tales como los dos primeros el número de partículas es tan grande que uno puede aplicar métodos estadísticos. En otros, como por ejemplo en los dos últimos, existe un centro de fuerzas de manera que la interacción de las partículas con dicho centro es mucho más fuerte que las fuerzas entre ellas y, por lo tanto, estas últimas pueden entonces ser tratadas como una perturbación de la fuerza de interacción con el centro. En el caso nuclear (y esto es lo que hace el problema particularmente difícil) hay muy pocas partículas como para tratar al sistema en forma estadística y no existe un centro de fuerzas que permita tratar la interacción entre las partículas como una perturbación. Si bien en los últimos 50 años ha habido grandes progresos en el desarrollo de métodos matemáticos para tratar el problema nuclear desde un punto de vista de “primeros principios”, ha sido principalmente a través de la propuesta de distintos modelos que se llegó a comprender buena parte de la física nuclear. La idea de un modelo es buscar una situación física que sea conocida y cuyas propiedades se asemejen a las del sistema de interés (un núcleo en nuestro caso). Entonces se estudia el modelo en detalle esperando que las nuevas propiedades que se puedan descubrir también sean propiedades del sistema. Este proceso de extrapolación tiene, por supuesto, que fallar en algún punto, pero es sorprendente hasta cuan lejos se puede llegar mediante él. Es importante destacar que aún cuando el modelo comience a fallar, el entender porqué esto sucede puede ser de gran interés permitiendo la modificación y mejora del modelo. Por supuesto, ningún modelo puede explicar todas las características conocidas de los núcleos y por lo tanto es necesario recurrir a distintos tipos de modelos según lo que nos interese describir. Los modelos desarrollados a lo largo del tiempo cubren una gran gama de posibilidades: desde modelos donde los nucleones interactúan débilmente (modelos de partícula independiente), hasta modelos con nucleones fuertemente correlacionados (modelos colectivos). Claramente, la situación real está en algún punto intermedio entre estas aproximaciones extremas y contradictorias entre sí. Modelos que intentan conciliar ambas situaciones extremas han sido desarrollados (modelos unificados). Los modelos de partícula independiente que trataremos en este capítulo son el modelo de gas de Fermi y el modelo de capas. Entre los modelos colectivos describiremos el modelo de la gota líquida y el modelo rotacional-vibracional. Al final del capítulo daremos una breve descripción del así llamado modelo unificado. 5.2 Modelo del gas de Fermi 1 Versión preliminar 20/04/04 Tal vez uno de los primeros modelos nucleares fue el propuesto por H. Bethe en 1935. En este modelo se considera que si se desprecian las fuerzas entre pares de nucleones y se toma en cuenta una fuerza promedio sobre cada nucleón representada por el hecho de que todos estos están contenidos en una esfera de volumen Ω y radio R = r0 A1/3, entonces el núcleo puede tratarse como un gas cuántico. Hay que notar que un gas cuántico de fermiones tiene propiedades muy distintas a las de un gas clásico. En un gas clásico real las interacciones entre partículas crecen en importancia a medida que se baja la temperatura a presión constante. Por lo tanto el comportamiento del sistema se aparta cada vez más del comportamiento de un gas ideal. En el caso del gas de Fermi, en cambio, todos los niveles más bajos están ocupados. De esta manera, la transferencia de energía y momento entre partículas, que son una consecuencia normal de las fuertes fuerzas de interacción existentes entre partículas, están prohibidas por el principio de exclusión de Pauli. Consecuentemente, a bajas temperaturas el sistema tiende a comportarse como un gas cuántico ideal. Este hecho da una justificación para despreciar la interacción entre partículas en este tipo de modelo. Para calcular la distribución de partículas vamos a suponer que las mismas se encuentran encerradas en un cubo de lado a, y por lo tanto, de volumen Ω = a3. Las soluciones de la ecuación de Schoedinger correspondiente son ψ ( x, y,z ) = N sin ( k x x ) sin ( k y y ) sin ( k z y ) (5.1) donde N es una constante de normalización y k x a = mx π ; k y a = m y π ; k z a = mz π (5.2) con mx, my, mz enteros positivos. Cada conjunto de enteros define una energía 2 Emx my mz = 2 2 2M ⎡kx ⎣ + k y2 + k z2 ⎤⎦ = k2 2M (5.3) Si representamos cada conjunto de enteros como un punto en un espacio tridimensional, para un dado k, estos puntos se ubican dentro de un octante de esfera de radio m = ka/π. Si k es suficientemente grande el total de puntos puede aproximarse muy bien por el volumen de dicho octante. Por lo tanto el número de estados posibles es (aproximadamente) dos veces (debido al spin) por el volumen del octante n=2 14 Ω π m3 = 2 k 3 83 3π (5.4) Si se tiene un gas de Fermi con np partículas, los np estados de energía más baja estarán llenos. Es decir, estarán ocupados aquellos estados con k ≤ kmax , donde kmax está dado por ( ) k max = 3π 2 1/ 3 ⎛ ⎜ ⎜ ⎝ np Ω 1/ 3 ⎞ ⎟ ⎟ ⎠ o equivalentemente los estados con energía E ≤ E F , donde 2 (5.5) Versión preliminar 20/04/04 2 EF = 2M k 2 max = ( 3π ) 2 2 2 /3 2M ⎛ np ⎞ ⎜ ⎟ ⎝Ω⎠ 2/ 3 (5.6) Esta energía EF. recibe usualmente el nombre de energía de Fermi. La densidad de estados en función de la energía es ρ (E ) = dn 3 n p 1/ 2 E = dE 2 E F3 / 2 (5.7) por lo que la energía promedio es ε= EF ∫ 0 3 dE E ρ ( E ) = n p E F 5 (5.8) Aplicaremos ahora el formalismo recién desarrollado al caso nuclear. En este caso el volumen esta dado por Ω = 4/3 π R3 con R = r0 A1/3. Por otro lado, np es el número de protones Z o de neutrones N. Por lo tanto, 1 ⎛ 9π Z ⎞ = ⎜ ⎟ r0 ⎝ 4 A ⎠ 1/ 3 k prot max 1 ⎛ 9π N ⎞ = ⎜ ⎟ r0 ⎝ 4 A ⎠ 1/ 3 y k neut max (5.9) Si definimos C= 2 2 M p r02 ⎛ 9π ⎞ ⎜ ⎟ ⎝ 4 ⎠ 2/ 3 (5.10) obtenemos Z⎞ ⎟ ⎝ A⎠ ⎛ EFprot = C ⎜ 2/3 y N⎞ ⎟ ⎝ A⎠ ⎛ 2/ 3 EFneut = C ⎜ (5.11) Para r0 =1.2 la constante C toma el valor C = 53.09 MeV . Por lo tanto, si consideramos un núcleo liviano standard, es decir con Z = N = A/2, resulta E F ≅ 33.44 MeV . Usando este valor junto con el hecho de que la energía de ligadura por nucleón es ≈ 8 MeV, podemos pensar que las partículas (n y p) se están moviendo en un pozo de aproximadamente 41 MeV de profundidad. Por otro lado la energía cinética media por nucleón es ε A = 3 3 prot neut −2 / 3 ⎡ Z EF + N EF ⎤ = C 2 ≈ 20 MeV ⎣ ⎦ 5A 5 3 (5.12) Versión preliminar 20/04/04 Finalmente, veremos que el núcleo standard Z = N = A/2 es en verdad el más estable para un dado A. Si definimos ∆ε = ε ( Z , N ) − ε ( A / 2, A / 2 ) y reemplazamos por las expresiones anteriormente obtenidas resulta ∆ε = 3 C ⎡ Z 5 A2/ 3 ⎢⎣ 5 /3 +(A− Z) 5 /3 − A5/ 3 ⎤ 22 / 3 ⎥⎦ (5.13) Definiendo δ = ( N − Z ) / A , reemplazando en la Ec.(5.13) y expandiendo a segundo orden en δ (asumiendo en este último paso que δ << 1) se obtiene 1 C 1 (Z − N ) ∆ε = Aδ 2 = EFδ =0 2/3 32 3 A 2 (5.14) Por lo que se deduce que energéticamente la situación más favorable es aquella con N = Z . Este efecto es un efecto netamente cuántico ya que es una consecuencia del carácter fermiónico de los nucleones. 5.3 Modelo de la gota líquida Vamos a considerar ahora un modelo del tipo de nucleones fuertemente correlacionados. Se trata del llamado modelo de la gota líquida propuesto por N. Bohr en 1935. Como ya hemos visto en el Cap. 3 una de las características más notables de los núcleos es que la energía de ligadura por nucleón es aproximadamente constante (B ∝ A). Si cada partícula del núcleo interactuara con todas las demás la energía de interacción, y por lo tanto la de ligadura, debería ser aproximadamente proporcional al números de pares interactuantes. Como cada una de las A partículas puede, en principio, interactuar con las A – 1 restantes, entonces el numero de pares es A(A-1)/2. Por consiguiente en núcleos pesados se debería encontrar que B ∝ A2, lo que está en desacuerdo con lo que se encuentra experimentalmente. Es decir que para entender la relación B ∝ A hay que considerar que cada partícula interactúa con un número limitado de las restantes. La situación es semejante a lo que ocurre con una gota de líquido, donde la energía para separar una molécula es N EB. Aquí N es el número de ligaduras a la que está sujeta cada molécula y EB la energía necesaria para romper cada ligadura. Si cada molécula interactúa con unas pocas vecinas se dice que la fuerza está saturada. Es claro que en el caso nuclear este efecto de saturación se debe al corto alcance de la interacción fuerte. El modelo que surge de considerar que el núcleo se comporta como una gota líquida permite obtener una fórmula que resulta muy importante para entender la sistemática de las masa nucleares . La masa de un núcleo (A,Z) está dada por M ( A, Z ) = m p Z + mn ( A − Z ) − B( A, Z ) (5.15) donde B(A,Z) es la energía de ligadura. Tal como hemos discutido al principio de esta sección, si suponemos que el núcleo se comporta como una gota líquida, la energía de ligadura debe contener un término de la forma 4 Versión preliminar 20/04/04 BV = aV A . (5.16) Este es un término de volumen ya que R = r0 A1/3 y, por lo tanto, el volumen es 4/3 π R3 ∝ A. Por otro lado, en una gota líquida también aparece una contribución a la energía debida al término de superficie. Esta se debe a que, en realidad, las moléculas de la superficie tienen menos vecinos con los cuales interactuar (tensión superficial). Dicha contribución es proporcional al tamaño de la superficie. Como la superficie de una gota esférica es 4 π R2 en el presente caso ésta resulta ser proporcional a A2/3. Luego la contribución a la energía de ligadura es BS = −aS A2 / 3 (5.17) Ahora bien, como el núcleo tiene una carga eléctrica debe existir un término que tome en cuenta la energía coulombiana. Para una esfera de carga Z y radio R dicha energía esta dada por 3 Z 2e 2 ∝ Z ( Z − 1) A−1/ 3 5 R (5.18) BC = − aC Z ( Z − 1) A−1/3 (5.19) EC = Luego Finalmente, para describir las características observadas de las masas nucleares es necesario agregar otros dos términos más. Uno toma en cuenta el efecto cuántico debido al carácter fermiónico de los nucleones y, como hemos visto en la sección anterior, hace que haya una tendencia a que Z = N. Este término se denomina de asimetría protón-neutrón y se expresa como Ba = −a a (N − Z )2 A (5.20) El otro término toma en cuenta el efecto mencionado en el Cap. 3 de que los núcleos pueden dividirse en tres grupos: impar-impar, par-impar y par-par siendo los primeros los menos abundantes. Este término se llama término de apareamiento y se expresa como ⎧ −a p f ( A) ⎪ ∆ ( A) = ⎨ 0 ⎪ a f ( A) ⎩ p impar − impar par − impar (5.21) par − par Existen en la literatura diversas formas funcionales para f(A), siendo f ( A) = A−1/ 2 una de las más utilizadas. La forma completa para la fórmula de masas, llamada fórmula semiempírica de masas o formula de Weizsaeker, es 5 Versión preliminar 20/04/04 Z ( Z − 1) ( N − Z ) + ∆( A) − aC − aa 1/ 3 A A 2 B ( A, Z ) = aV A − aS A 2/3 (5.22) Para fijar los valores de las constantes que aparecen esta formula se realiza un ajuste a las masas determinadas experimentalmente. Un buen ajuste se obtiene con el siguiente juego de constantes av = 15.56 MeV aS = 17.23 MeV aC = 0.7 MeV (5.23) aa = 23.29 MeV a p = 12 MeV para f ( A) = A-1/ 2 La Ec. (5.22) permite entender, entre otras cosas, la formación del llamado valle de estabilidad como consecuencia de la competencia entre el término coulombiano y el de asimetría. Es interesante observar las parábolas de masas que resultan de graficar M vs Z para A fijo. Algunos ejemplos aparecen en la Fig. 5.1. El número de parábolas depende de si A es par o impar. Si A es impar ∆(A) = 0 y por lo tanto hay una sola parábola. Si A es par, entonces hay dos parábolas. Como los decaimientos β sólo conectan estados que difieren en una unidad de carga, resulta evidente que en el primer caso sólo puede existir un nucleido β estable por A, mientras que en el segundo puede haber dos o más nucleidos β estables por A. Fig. 5.1: Energías de ligadura en función de Z para valores fijos de A obtenidas utilizando la formula semi-empírica de masas. 6 Versión preliminar 20/04/04 5.4 Modelo de capas El modelo de la gota líquida resultó ser extremadamente exitoso. Permitió entender diversos procesos tales como el de fisión, el de fusión, numerosos decaimientos nucleares, etc. Esto hizo que por un tiempo los modelos de partícula independiente (p.ej modelo del gas de Fermi) quedaran relegados. Además, para muchos investigadores resultaba difícil aceptar que los nucleones, que como hemos visto sufren fuertes potenciales de interacción, pudieran comportarse como partículas independientes. Sin embargo, hacia fines de la década de 1940 se había acumulado una importante cantidad de datos experimentales (masas, momentos magnéticos, etc.) que indicaban que diversas propiedades nucleares presentaban discontinuidades para ciertos valores de N o Z. Un ejemplo claro son las energías de ligadura que aparecen en la Fig.5.2. En dicha figura se comparan los resultados del modelo de la gota líquida con los valores experimentales. Fig. 5.2: Energías de ligadura por nucleón determinadas experimentalmente comparadas con las predichas por la fórmula semi-empírica de masas. Similares discontinuidades aparecen en otras propiedades nucleares, como por ejemplo, las energías de separación de un neutrón definida por S ( N , Z ) = B( N , Z ) − B(N − 1, Z ) y que se muestran en la Fig. 5.3. Algo similar ocurre con la de protones. 7 (5.24) Versión preliminar 20/04/04 Fig.5.3: Energía de separación de neutrones en función del número de neutrones. Los números de protones o neutrones que dan al núcleo particular estabilidad, y que son los valores para los cuales se producen estas discontinuidades se conocen con el nombre de números mágicos. Experimentalmente se encuentra que dichos números son 2, 8, 20, 28, 50, 82 y 126 La aparición de estos números mágicos hizo que se volviera sobre los modelos de partícula independiente. En verdad estos números parecen indicar que los nucleones se mueven en un potencial promedio de manera muy semejante a la que los electrones lo hacen alrededor del núcleo. Como es bien sabido existen átomos que son particularmente estables: los de los gases inertes. El número de electrones de dichos átomos es tal que justo alcanza para llenar una capa de los niveles de energía del potencial Coulombiano. Dado que la separación en energía entre los niveles que forman una capa es mucho menor que la existente entre dos niveles de capas diferentes, agregar un electrón a un átomo de un gas inerte implica un costo de energía mucho mayor que el relacionado con agregar un electrón a un átomo cuya última capa no este llena. Este el motivo por el cuál los átomos de un gas inerte son particularmente estables. Se comenzaron a hacer entonces diversos intentos para predecir los números mágicos en forma teórica utilizando potenciales promedios adecuados. Resulta ser que el orden de los niveles no depende demasiado de la forma del pozo. Algunos potenciales que fueron utilizados debido a su simplicidad matemática son el pozo esférico y el oscilador armónico. Para el pozo se obtienen los valores 2, 8, 18 , 20, 34, 40, 58, etc., mientras que para el oscilador armónico tridimensional definido por el potencial 1 V ( r ) = − V0 + m ω 2 r 2 2 (5.25) se obtienen los números 1, 8, 20 , 40, 70 , 112 , etc. Esto se ilustra en la Fig.5.4. Como se ve ninguno de ellos reproduce los números mágicos experimentales. Se probó también sin éxito con potenciales intermedios, tales como el llamado “potencial de Wood-Saxon” cuyo espectro aparece también en la Fig. 5.4. Dicho potencial sigue la distribución de nucleones, es decir 8 Versión preliminar 20/04/04 V0 ( r ) = − V0 f ( r ) (5.26) donde f (r ) = 1 1 + exp[(r − R ) / a ] (5.27) aunque las constantes que aparecen en Ec. (5.27) no necesariamente deben coincidir con las utilizadas para definir la densidad nuclear. Fig.5.4: Niveles de energía de algunos potenciales sencillos. Fue en esta situación que Mayer y Jensen y colaboradores propusieron, en forma independiente, incluir además del potencial central un término del tipo spin-órbita, de manera que → → V ( r ) = V0 ( r ) + Vso ( r ) l ⋅ s (5.28) En el caso atómico este tipo de término aparece como una corrección relativista (término de Thomas). Sin embargo, una aplicación directa de dicha corrección al caso nuclear da una contribución muy pequeña y de signo contrario al que se necesita para reproducir los números mágicos nucleares. En el caso nuclear el término spin-órbita proviene, en su mayor parte, de la componente spin-órbita del potencial nucleónnucleón. Normalmente se utiliza para Vso ( r ) la misma relación funcional con V0 que aparece en el término de Thomas, es decir 9 Versión preliminar 20/04/04 Vso ( r ) = V0( so) 1 d f (r ) r dr (5.29) pero con valor a determinar para la constante V0( ) . El espectro que se obtiene se muestra en la Fig.5.5. so Fig.5.5: Esquema de niveles sin y con interacción espín-orbita. Dado que el operador espín-órbita l ⋅ s tiene autovalores ⎧ l / 2 ; si l ⋅s = ⎨ ⎩− ( l + 1) / 2; si j = l + 1/ 2 j = l − 1/ 2 (5.30) es fácil ver que la interacción espín-órbita separa en dos todos los estados con l > 0. Por ejemplo el estado 1p se separa en 1p1/2 y 1p3/2. La separación entre los estados depende de V0( so ) que se ajusta para obtener los valores experimentales. Es de notar que dado que d f (r) <0 dr resulta que, para un dado valor de l, los estados con j = l − 1/ 2 tienen menor energía que aquellos con j = l + 1/ 2 . 10 Versión preliminar 20/04/04 Debido al principio de exclusión resulta que, al igual que en los átomos, los núcleos de capa cerrada tienen J = 0 y simetría esférica. Por otra parte, para aquellos de capa cerrada + 1 partícula(agujero) el J es el de la partícula o agujero en exceso. Por ejemplo, el espín total J de los nucleidos O16, Ca40 y Pb208 (núcleos de doble capa cerrada) es cero. Para el caso del N15 se tiene J=1/2, para O17 J=5/2, para K 39 J=3/2, Pb207 J=1/2 y Bi 209 .J=9/2. Es de notar que el valor para el Pb207 difiere de la predicción de la Fig.5.5. Volveremos sobre esto mas abajo. El espín j de la última partícula puede obtenerse a partir de j = l + 1/2 o de j = l -1/ 2 . Por lo tanto, para j fijo, ambas posibilidades difieren en ∆l = 1 y, como consecuencia, defieren en su paridad. Es decir, que para un núcleo con una partícula (agujero) fuera de capa cerrada la paridad de todo núcleo depende del l de la última partícula. El modelo de capas también da información acerca de los niveles más bajos de los núcleos con una partícula (agujero) fuera de capa cerrada tal como se puede verificar comparando los datos experimentales que aparecen en la Fig.5.6 con las predicciones que se pueden obtener a partir de la Fig.5.5. Fig.5.6: Interpretación de acuerdo al modelo de capas de los primeros niveles del O17 y del F17. Se muestran todos lo niveles por debajo de, aproximadamente, 5 MeV. Notar que los niveles de paridad positiva se pueden explicar en forma simple en términos de excitaciones del nucleón fuera de capa, mientras que los niveles de paridad negativa tiene estructura más complicada. Para estos últimos se muestra una sólo una configuración posible. Un punto a tener en cuenta es que, en general y tal como se muestra en la Fig.5.7, la energía de los niveles depende del número de masa A. Esto hace también que, a medida que A crece, se produzcan algunas inversiones respecto del orden de los estados indicados en la Fig.5.5. Esto explica la diferencia antes mencionada para el caso del Pb207 . 11 Versión preliminar 20/04/04 Fig.5.7: Energías de los niveles de partícula independiente en función del numero de masa A Otra observación importante es que hay una fuerte tendencia de los nucleones de un mismo tipo a acoplarse en pares del mismo (j, l) y m iguales en módulo pero de signo opuesto (la interacción responsable de este comportamiento se denomina interacción de apareamiento). Esto hace que la mayoría de los nucleidos par-par tengan un estado con J π = 0+ como estado fundamental. En muchos casos se encuentra que los nucleidos vecinos con N o Z impar tienen el espín total y paridad de la partícula desapareada. Hay, sin embargo, excepciones a esta regla. 5.4.1 Momentos magnéticos y momentos cuadrupolares eléctricos En los núcleos par-par todos los momentos magnéticos de los nucleones están acoplados a cero, por lo tanto µ = 0. De acuerdo al modelo de capas, por lo tanto, el momento magnético de los núcleos de A impar está dado por el nucleón desapareado. El → operador momento magnético µ es → → → µ = gl l + g s s (5.31) De la definición µ = (l ) 1 j 2 m= j µ3 ( l 12 ) 1 j 2 m= j (5.32) Versión preliminar 20/04/04 y de la expresión para la funciones de onda (l ) j 1 2 m= j = ∑ l ,l ; ,m − l 1 3 2 3 l3 j , m Yl ,l3 (θ , φ ) 12 , m−l 3 (5.33) se puede probar que el momento magnético µ de una partícula de espín 1/2 en un estado (l,j,m) puede expresarse como → → µ = j m µ⋅ j j m ( j + 1) (5.34) lo cual da lugar a ⎧ 1 ⎞ gs ⎛ ⎪ gl ⎜ j − 2 ⎟ + 2 ⎪ ⎝ ⎠ µ=⎨ ⎪g j − 1 ( g − g ) j l s l ⎪ 2 j +1 ⎩ j = l + 1/ 2 (5.35) j = l − 1/ 2 donde los valores de g s y gl para protones y neutrones son ⎧ g = 5.586µ N protón ⎨ s ⎩gl = µ N ⎧ g = −3.826µ N neutrón ⎨ s ⎩gl = 0 (5.36) Los valores de momento magnético obtenidos con las Ecs.(5.35) y (5.36) reciben el nombre de valores de Schmidt y las curvas que representan µ vs j reciben el nombre de líneas de Schmidt. Estas se muestran en la Fig.5.8. Fig.5.8: Momentos magnéticos experimentales comparados con la predicción del modelo de capas A pesar de que casi todos los valores de µ caen entre los límites dados por estas líneas sólo unos pocos (los que están cerca de capa cerrada) caen sobre las líneas o muy cerca 13 Versión preliminar 20/04/04 de ellas. Esto implica que en general los estados correspondientes no son estados de partícula independiente puros. También es posible evaluar los momentos cuadrupolares eléctricos que resultan de la existencia de un nucleón desapareado. Se obtiene Q=− y 2 j −1 2 r 2j+2 donde j = l ± 1/ 2 (5.37) r 2 es el radio cuadrático medio del último nucleón. Si Q < 0 se trata de un estado de agujero y si Q > 0 se trata de estado de partícula. Los valores experimentales de los momentos cuadrupolares de los núcleos con un número impar de protón o neutrón aparecen en la Fig. 5.9. Fig.5.9: Momentos cuadrupolares experimentales comparados con la predicción del modelo de capas Las líneas llenas indican los valores que surgen de emplear la Ec. (5.37). Los datos están dentro de los límites indicados por estas líneas excepto en las regiones 60 < Z < 80, Z > 90, 90 < N < 120 y N > 140 donde los valores experimentales resultan ser más de un orden de magnitud mayores que los predichos por el modelo de capas. Volveremos sobre esta discrepancia en la Sec. 5.5. 5.4.2 Fundamentación del modelo de capas 14 Versión preliminar 20/04/04 En esta sección daremos una breve fundamentación para el modelo de capas. Suponiendo que solo tenemos interacciones de dos cuerpos, el hamiltoniano H del sistema esta dado por H= ∑ ⎛ ⎜− ⎜ i =1 ⎝ 2 A ∑V ( r ) ⎞ 2m A ∇ i2 ⎟⎟ + (5.38) ij ⎠ i> j donde V(rij) es el potencial entre el nucleón i y el nucleón j. Una manera de obtener el hamiltoniano del modelo de capas es introducir el correspondiente potencial promedio de un cuerpo V(ri) de la siguiente manera H= ∑ − 2m ∇ + V ( r ) A i =1 2 ⎛ ⎜ ⎝ 2 i i ⎞ ⎟+ ⎠ H' (5.39) donde H'= ∑ A V ( rij ) − i> j ∑V (r ) A (5.40) i i =1 El hecho de que el modelo de capas describa correctamente ciertas propiedades nucleares implica que, en esos casos, H' es pequeño y puede usarse como una perturbación. 5.5 Modelos colectivos Hemos visto que el modelo de capas nos permite predecir propiedades del espectro de núcleos con una partícula fuera de capa cerrada. Sin embargo, si uno mira los estados excitados de núcleos par-par es evidente que resulta muy costoso desde el punto de vista energético crear una excitación por medio de un par partícula-agujero. Es más eficiente realizar movimientos colectivos, que como veremos en esta sección pueden ser de vibración o de rotación. Consideremos primero núcleos cercanos a capa cerrada. Estos tienen una configuración esférica por lo que no pueden rotar. En consecuencia, sólo podrán tener modos de excitación vibracionales. Utilizando el modelo de la gota líquida es posible modelar estas excitaciones pensando que ésta puede oscilar alrededor de su posición de equilibrio. En general, la superficie de la gota puede expresarse en términos de armónicos esféricos. Es decir, ⎡ R(θ , φ ) = R0 ⎢1 + ⎣ ∑ ∑α ∞ λ λ =0 µ =− λ ⎤ λµ (t )Yλµ (θ , φ )⎥ (5.41) ⎦ El modo con λ = 0 corresponde a oscilaciones radiales, lo cual es imposible en si se supone que la materia nuclear es incompresible. El modo con λ = 1 corresponde a una traslación del núcleo como un todo, es decir al movimiento del centro de masa. Por lo tanto este modo tampoco corresponde a una excitación intrínseca del núcleo. La 15 Versión preliminar 20/04/04 siguientes vibraciones son la cuadrupolar (λ = 2), la octupolar (λ = 3) y la hexadepolar (λ = 4). Estos modos corresponden a las vibraciones que se indican en la Fig.5.10. Fig.5.10: Momentos multipolares con λ < 5. Como se explica en el texto sólo aquellos con λ > 1 corresponden a posibles modos de vibración nucleares Para el caso cuadrupolar ⎡ R (θ , φ ) = R0 ⎢1 + ⎣ ∑α ⎤ 2 µ =−2 2µ ( t ) Y2 µ (θ , φ ) ⎥ (5.42) ⎦ es decir que las vibraciones del núcleo se pueden describir en términos de los cinco parámetros α 2 µ ( t ) . Suponiendo que ellos dependen del tiempo es posible obtener un hamiltoniano del tipo 1 H = T +V ≈ 2 ∑B α µ • 2µ 2 + 1 2 ∑C α µ 2 2µ (5.43) Utilizando la fórmula semiempírica de masas en la aproximación en que se supone al “fluido” nuclear como incompresible e irrotacional es posible obtener las siguientes expresiones para los parámetros B y C, B= 3 A m p R02 8π C = 4 R0 as − 3 Z 2e2 10π R0 (5.44) Es posible verificar que mientras que la expresión para C conduce a resultados que están en buen acuerdo con los valores que se extraen del análisis de los datos experimentales, la expresión para B no lo hace. Por dicho motivo para obtener en forma teórica valores razonables de B es necesario, en general, ir más allá de la aproximación de “fluido” nuclear incompresible e irrotacional. El tipo de espectro que se obtiene a partir de este modelo de vibraciones cuadrupolares está en buen acuerdo con el espectro de estados mas bajos observado en 16 Versión preliminar 20/04/04 ciertos núcleos par-par, como por ejemplo el Te120 cuyo espectro se muestra en la Fig.5.11. Allí aparecen claramente los estados correspondientes a una sola excitación cuadrupolar (primer 2+), el triplete de estados correspondientes a dos fonones (excitaciones vibracionales) y el quintuplete de tres fonones. El estado 3- se debe presumiblemente a una excitación octupolar. Fig.5.11: Espectro de bajas energías del Te120 En los núcleos con A > 100, a medida que nos alejamos de capa cerrada el tipo de espectro cambia tal como se puede observar en la Fig.5.12 Fig.5.12: Espectros de bajas energías de núcleos par-par representativos con A > 120 17 Versión preliminar 20/04/04 Simultáneamente se encuentra que los momentos cuadrupolares son consistentemente más grandes que los predichos por el modelo de capas (ver Fig. 5.9). La explicación de este comportamiento es que estos núcleos tienen una deformación permanente y, por lo tanto, pueden rotan. La deformación del equilibrio es el resultado de dos tendencias opuestas. Por un lado los nucleones fuera de capa cerrada tratan de deformar el carozo y por lo tanto se tienden a mover en un potencial deformado. Por otro lado las fuerzas de apareamiento tienden a acoplar dos nucleones del mismo tipo a espín cero, es decir tiende a forzar una simetría esférica. A medida que nos alejamos de capa cerrada la tendencia a la deformación aumenta. Primero no afecta la simetría pero al ser más deformable, la excitación del carozo a través de vibraciones resulta más fácil. Finalmente la forma esférica se torna inestable aún en el estado fundamental y entonces el núcleo se deforma. El Hamiltoniano de un rotor está dado por J ∑ ℑ 2 2 H= k 2 k 2 k (5.45) donde Jk son las componentes de J en el sistema rotante y ℑk las componentes diagonales del tensor de inercia en un sistema de ejes principales. Las constantes de movimiento son el módulo del impulso angular J y su proyección sobre el eje z del sistema del laboratorio M. Sin embargo es posible mostrar que la proyección sobre el eje z del sistema rotante K también lo es. Para el caso más habitual en que el núcleo es axialmente simétrico (deformación cuadrupolar) tenemos que ℑ1 = ℑ2 = ℑ ≠ ℑ3 por lo que 2 H= 2 ⎛ ⎜ ⎝ J 2 − J 32 J 32 ⎞ + ⎟ ℑ ℑ3 ⎠ (5.46) y entonces EJ , K = 2 2 ⎛ ⎜ ⎝ J ( J + 1) − K 2 K 2 ⎞ + ⎟ ℑ ℑ3 ⎠ (5.47) Para el estado fundamental de núcleos par-par resulta K = 0, ya que en este caso no hay excitaciones intrínsecas. Por lo tanto, 2 EJgs = 2ℑ J ( J + 1) (5.48) Además, si el núcleo tiene simetría cuadrupolar existe una simetría de reflexión en el plano 1-2, por lo que sólo los J pares están permitidos. Ahora bien, además de rotar un núcleo deformado puede vibrar. Para el caso cuadrupolar hay dos tipos de vibraciones colectivas β y γ que corresponden a los distintos modos que se indican en la Fig.5.13. 18 Versión preliminar 20/04/04 Fig.5.13: Posibles modos de vibración de un núcleo con deformación cudrupolar Cada una tiene su banda rotacional asociada y da lugar al tipo de espectro que aparece en la Fig.5.14. Fig.5.13: Estados de energía más bajos del Er164 . Se observa claramente las bandas rotacionales del estado fundamental y de las vibraciones β y γ. 5.6 Modelos unificados La discusión anterior de modelos colectivos se aplica a núcleos par-par. Para núcleos con A impar se debe tener en cuenta además que existe una partícula que puede 19 Versión preliminar 20/04/04 considerarse como fuera del carozo deformado. Para describir esta situaciones se aplican los modelos unificados donde además del movimiento colectivo se considera una partícula moviendose en un potencial promedio deformado. Para el caso de deformaciones axialmente simétricas esto da origen a los llamados niveles de Nilsson indicados en la Fig.5.14. Fig.5.14: Niveles de partícula independiente en función de la deformación. Sobre cada uno de los niveles de Nilsson puede aparecer una banda rotacional. Un ejemplo del tipo de núcleo al cual se aplica este descripción es el Pu239 cuyo espectro se muestra en la Fig.5.15. Fig.5.15: Niveles de energía del Pu239 20