Subido por Andrea Stella

ORTEGA Y GASSET

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José Ortega y Gasset
(Madrid, 1883-Madrid, 1955)
Introducción
a. Unamuno y Ortega: España, Europa y el exilio
b. Importancia y repercusión
- Antecedente del existencialismo
- Dos anécdotas: Heidegger y Einstein
- Revista de Occidente y La generación del 27
- La Escuela de Madrid: Zubiri, García Morente, Gaos, Julián Marías,
Aranguren, Zambrano…
c. Importancia de la Filosofía
- ¿Filosofía en español?
- La Filosofía, como la propia vida es algo vivo, abierto y flexible. Algo tan
necesario al hombre como al ave volar.
- La Filosofía nada tiene que ver con la utilidad: su inutilidad se muestra en
que no puede ser utilizada.
- Su método:
A. Principio de claridad: traer a la superficie lo oculto o velado (verdad
como desvelamiento).
B. El asedio filosófico: rodeando y profundizando lentamente el tema que
queremos tratar una y otra vez. Este “asedio” se realiza en virtud de los
siguientes imperativos:
1. Imperativo de autonomía: evitar suposiciones y creencias previas.
2. Imperativo de pantonomía: se pretende abarcar la totalidad, no sólo lo
que existe, también “lo que hay”.
3. Imperativo de esencialidad: la Filosofía tiene que ser radical, es decir,
debe buscar la raíz de todo, lo esencial. De ahí que frente al subjetivismo y
al relativismo, no deje de buscar la objetividad.
Periodos en el pensamiento de Ortega (según José Ferrater Mora)
Primer periodo (1919-1923): Perspectivismo
(Crítica al idealismo y al realismo)
Meditaciones del Quijote (1914) y España Invertebrada (1921)
Segundo periodo (1923-1955): Raciovitalismo
(Crítica al racionalismo, al vitalismo y al relativismo)
El tema de nuestro tiempo (1923), La rebelión de las masas (1929)
e Historia como sistema (1941)
Teoría de la realidad y del conocimiento
Para el filósofo madrileño la realidad se descompone en innumerables
perspectivas. El mejor conocimiento de la realidad es aquel que puede contar con
la suma de todas ellas y reconstruir “el torrente de lo real”. “Solo entre todos los
hombres –dice Goethe– llega a ser vivido lo Humano”. Sabiendo que no hay una
perspectiva absoluta que sirva de referencia y que tenga una visión total de la
realidad, toda perspectiva es única e insustituible. La perspectiva no es tan solo
una parte de la realidad: es también aquello que organiza la realidad. En este
sentido, la verdad no es algo independiente de cada uno, pero tampoco es
subjetiva. La verdad se construye en el proyecto de cada uno en cuanto atiende a
su propia vocación.
Ortega propondrá su teoría del “raciovitalismo” frente al idealismo y al
realismo. Si el primero cree que el mundo parte y depende del sujeto (el
racionalismo cartesiano por ejemplo); el segundo, considera que el mundo es
independiente del sujeto (realismo aristotélico). Para Ortega, la auténtica
realidad no son las cosas ni la conciencia, sino “el yo-con-las-cosas”. Sujeto y
mundo son para estos sistemas, respectivamente, la realidad radical. No obstante,
para Ortega, la auténtica “realidad radical” exige la interdependencia y la
coexistencia del yo y el mundo: “Yo vivo, luego pienso”. Con ciertas
reminiscencias kantianas –y desde la perspectiva de una razón vital más que de
una razón pura–, Ortega bien podría decir que “no hay objeto sin sujeto ni sujeto
sin objeto”. La vida, así pues, no es la vida biológica o abstracta, sino que exige
la implicación intima entre el individuo concreto y la concreción de la
circunstancia.
La razón, frente al vitalismo de Nietzsche recobra todo su sentido en Ortega.
La razón y la vida dejan de verse como algo enfrentado: la vida es racional y la
razón es vital. ¿Acaso la razón no surge de la propia vida? El conocimiento y una
razón no racionalista están, eso sí, al servicio de la vida. Pero la “razón vital” es
también “razón histórica” ya que la vida es temporal y las interpretaciones que
la razón realiza cambian a lo largo del tiempo.
Esa perspectiva histórica que recibimos se compone de creencias e ideas;
las primeras son pensamientos que hemos heredado y que no cuestionamos, son
los presupuestos de nuestro momento histórico sobre los que se asienta nuestra
vida; las ideas, sin embargo, pueden cuestionarse y cambiarse, ya que son
aquellos pensamientos que nos permiten comprender las cosas que nos circundan;
con el tiempo, sustituyen a las creencias y pueden anticipar el devenir histórico.
Cuando las nuevas ideas son aceptadas por la comunidad se convierten en las
nuevas ideas. En las creencias “estamos”, con las ideas “nos encontramos”.
Ortega entiende asocia la vida a los siguientes atributos y categorías:
- Vivir es encontrarse: darse cuenta que “se está ahí”, sentir que se vive,
descubrirnos a nosotros mismos y a la circunstancia que nos rodea.
- Vivir es ocuparse y pre-ocuparse: la vida es un quehacer, pero también un
anticiparse a lo que puede suceder; en cualquier caso, todo lo contrario a
“despreocuparse”, dejarse llevar por la tradición o costumbres.
- Vivir es acción y proyecto: La vida consiste en convivir con lo que me rodea
en un intercambio entre lo que me pasa y lo que hago con las cosas. De este
modo, la vida no es una cosa, sino lo que me relaciona con las cosas para
interpretarlas, actuar y definir los proyectos que van a construirla.
- La vida es problemática: la vida, nuestra vida, está por hacer. Sus
posibilidades exigen de nosotros nuestra intervención.
- La vida es libertad: La vida es decidir entre diversas opciones lo que vamos
a ser en este mundo. Esta es la paradoja: no hemos elegido vivir ni hemos
escogido el mundo en que vivimos, pero sí que debemos elegir qué hacer
con la vida y en esta tarea estanos completamente solos.
- La vida es lucha y esfuerzo: nada nos es dado en la vida, salvo la propia
vida.
- La vida es “futurición”: la vida es “lo que aún no es”, está volcada al
futuro. La vida humana es principalmente biografía, naturaleza histórica.
- La vida es intransferible y personal: no puedo delegar mi propia vida.
- La vida es lo que somos y hacemos: más que de la biología, la vida es
biografía.
La ética
La ética en Ortega se asocia a una moral de vocación. La moral, al igual
que el proyecto humano, está por hacer, no es algo ya dado y cerrado. Frente al
dogmatismo, al utilitarismo calculador que enjuicia la acción por su eficacia, o
frente al imperativo moral abstracto que ingenuamente cree que puedo tratar a
los demás como a mí mismo, una conciencia dispuesta tanto a comprender como
a rectificar permite al yo juzgar por sí mismo lo que la circunstancia demanda. La
moral, así pues, es una moral “heroica”: el individuo debe ser fiel a sí mismo
frente a la tradición o a cualquier norma heterónoma. Esta moral exige del
individuo una entrega total. La reafirmación de su personalidad y de la misión
que propone puede conllevar incluso la muerte.
Es preciso asumir el imperativo vital “llegar a ser el que eres” (PíndaroNietzsche), es decir, frente a un “deber ser” abstracto e irreal se propone el
perfeccionamiento de lo que se es. En esto consiste precisamente la moral como
vocación. Frente al conformismo, el proyecto del yo exige salvar también la
circunstancia en la que habita; lo que supone una tarea ética y una entrega de
por vida.
El hombre
Ortega considera que la vida humana es la “realidad radical”. Cada
hombre deberá decidir qué hacer en función de las posibilidades que la
circunstancia personal exige. Esta circunstancia es histórica, al igual que la
condición humana. Así pues, el ser humano “no es su cuerpo”, no se define por
su naturaleza o por ser un ser espiritual (“no es su alma”), sino por ser un ser
histórico condicionado por su pasado. El hombre, lejos de ser una “cosa”, aunque
ésta sea espiritual, es una acontecer, un ser dinámico que no se deja atrapar por
las categorías cosificadoras tradicionales. “El hombre –dice Ortega– no tiene
naturaleza sino historia”. La temporalidad se constituye así como el componente
fundamental de la vida humana, siendo ésta una constante tensión hacia el futuro.
El hombre es un ser libre que tiene que hacerse a sí mismo constantemente.
En este sentido la vida de cada uno es un drama, pues está obligado a hacer uso
de su libertad en todo momento. La circunstancia, el país, su época, su cuerpo, su
mente o su familia, facilitan o dificultan sus elecciones.
Desde la circunstancia y sus posibilidades, cada hombre debe determinar un
proyecto de vida, y este sólo será auténtico en la medida en que responda a su
verdadera vocación. No obstante, el proyecto vital no es exclusivamente
individual. El proyecto es también un proyecto colectivo que debe contar con los
demás. Es aquí donde cada uno debe elegir si desea formar parte de la “masa” o
de una “minoría selecta”, es decir, si prefiere el conformismo a liderar con
aquellas ideas y proyectos capaces de perfeccionar tanto a las generaciones
presentes como a las futuras.
Sociedad y política
“Existir –dice Ortega– es primordialmente coexistir”. Esa realidad radical
del hombre que se llama vida, se compone de dos dimensiones: el yo y la
circunstancia. Una parte de la circunstancia de cada uno está dada: no elegimos
la familia, la época que nos toca vivir ni el contexto; no obstante la vida que
vivimos no está dada de antemano; del hombre depende –gracias a su libertadproyectarla y llevarla a cabo. Evidentemente, la libertad humana no es absoluta,
la circunstancia en la que cada uno se encuentra limita su actuación.
“Yo consisto en un ocuparme en lo que hay en el mundo y el mundo consiste
en todo aquello de que me ocupo y en nada más” (¿Qué es filosofía?, Madrid,
Alianza, 1988, p. 201). El ser humano nunca está solo; está inmerso en una
sociedad que le trasmite una determinada perspectiva y en un determinado
momento histórico. Esa perspectiva histórica que recibimos se compone de
creencias e ideas (ver más arriba).
Dentro de la sociedad Ortega distingue la masa de la minoría intelectual
selecta. La primera está compuesta por aquellos individuos que aceptan las
creencias tradicionalmente admitidas, los segundos, la élite, es capaz de crear
nuevas ideas y de confeccionar una mejor comprensión de la realidad para el resto
de la sociedad. La sociedad puede entrar en crisis cuando la “masa” se revela, es
decir, cuando no acepta el liderazgo de esa minoría ni sus nuevas ideas. La
actuación dentro de la sociedad es inexcusable: “yo soy yo y mi circunstancia, y
si no la salvo a ella no me salvo yo”.
Ortega propondrá un “método fundamental para la investigación
histórica”; el método generacional: todo hombre pertenece a una generación, lo
que hace que cada uno de nosotros tenga un vínculo social con aquellos que han
compartido circunstancias históricas y que han participado de unos determinados
usos sociales, creencias e ideas. Los jóvenes tienden a aceptar durante los
primeros 30 años de su vida una interpretación dada que les viene impuesta por
la generación precedente. Una vez alcanzada la madurez, es decir, 15 años
después, son ellos los que elaboran nuevas ideas, perspectivas e interpretaciones
de la realidad, y que intentan defender hasta el final de sus días frente al empuje
de la nueva generación. No obstante, no todas las generaciones tienen el mismo
comportamiento. Ortega diferencia entre generaciones “ascendentes” y
“descendentes”; si las primeras son capaces de proponer nuevas ideas y
perspectivas, las segundas tienden a aceptar la visión tradicional heredada del
mundo.
La debilidad cultural que percibe en su época Ortega le hace decir –frente
a Unamuno– que “España era el problema y Europa la solución”; y Europa es,
antes que nada ciencia e investigación. La España oficial y su vieja política
adoptada en la Restauración ha hecho que la España vital esté agotada. Es
necesario una nueva política, un proyecto vertebrador a nivel nacional que
asuma su labor histórica y que, con la ayuda de una generación en la que
individuos egregios y ejemplares sepan dirigir a la “masa”, realicen tres cambios
fundamentales asociados a:
1. Una reforma constitucional que posibilite la libertad de conciencia, que
garantice las libertades políticas y un estado laico.
2. Una descentralización que sea capaz de vertebrar España reconociendo
las diferencias regionales y estableciendo autonomías.
3. Una política social que mejore las condiciones de trabajo de la clase
obrera a través de la mejora educativa y de prestaciones sociales como el
retiro.
Datos biográficos:
Ni qué decir tiene que las propuestas de Ortega no se llevaron a cabo. En 1923 se produjo la dictadura
del General Primo de Rivera. Con la República, fue diputado por León dentro de la “Agrupación al servicio
de la República”, movimiento político creado por Ortega junto a Gregorio Marañón y Ramón Pérez de Ayala.
Con la Guerra Civil comenzó un exilio por Francia, Holanda, Argentina y Portugal. En 1945 vuelve
a España con obligado silencio. Tras su muerte, 10 años después, se prohíbe su lectura en las escuelas
católicas. Sus escritos políticos vieron la luz no antes de 1969, con una censura franquista menos férrea.
Apéndices:
EL HOMBRE MASA Y EL HOMBRE SELECTO
- Hombre masa: (SNOB = sine nobilitate). Es aquel que carece de proyecto vital, no
se exige, no piensa en mejorar, cree que solo tiene derechos y no obligaciones. Vive
una vida mediocre.
- Hombre selecto: (NOBLE). Es aquel que destaca, es exigente constantemente, es
noble, tiene un proyecto vital y asume responsabilidades. Tiene capacidad para exigir
y guiar a los demás, por lo que es quien debe mandar en todos los ámbitos sociales.
a. Estos dos tipos de hombres se pueden dar en cualquier clase social.
b. Según Ortega, los hombres selectos son los que deben dirigir la
sociedad. La rebelión de la masa se produce precisamente cuando
ésta no se deja guiar, algo íntimamente asociado al problema de
España.
c. Una nación debe superar los particularismos individuales, sociales
y regionales para establecer un proyecto de vida común. Ortega
también reivindicó un proyecto común asociado a la gran nación
europea.
España invertebrada (1921)
(frente a…)
Masa
Minoría directora, individuos
selectos
Democracia (beata): idea romana
(los derechos se tienen
[1º la persona])
Aristocracia: idea germana
(los derechos se ganan
[1º el derecho])
SNOB
NOBLE
Docilidad
Ejemplaridad
Etica del guerrero (entusiasmo)
Ética del industrial (utilidad)
Particularismos
No particularismos
Acción directa
Acción indirecta
(parlamentarismo)
Democracia liberal
Hiperdemocracia
Masas que se revelan
Minorias que aceptan su destino
(Llega a ser el que eres)
incultura, fanatismo
políticas nefastas
-
particularismo
acción directa
ARISTOFOBIA
+
La rebelión de las masas (1929)
(frente a…)
Vida como esfuerzo
Libertad negativa: noluntad
Vida confortable
Libertinaje de la voluntad
(hacer lo que cada uno tiene que hacer o ser)
(hacer lo que cada uno quiera)
Autenticidad
Discusión
Filosofía
Sociedad
Independencia del individuo
Inautenticidad
Retórica
Especialismo
Estado
Burocracia
Perspectivismo
(según C. Morón en El sistema de Ortega)
1) Como hipótesis (Kant)
2) Como punto de vista (Scheller)
3) Formas de vida (Dilthey)
4) Morada vital (Heidegger)
Historia superficial
Historia real
Afán de vivir (voluntad de poder]
MUNDO
VIDA
potencialidad
Metahistoria

Sensibilidad vital

Generación
Épocas acumulativas 
 Épocas polémicas
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