Subido por Carmen Huari

HIMNO SEPARATA

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MISIÓN BÍBLICA BAUTISTA JICAMARCA
1. HIMNO - SALMOS 2
¿Por qué las gentes se amotinan?
¿Y vanidades, sí, pensarán?
Se levantaron todos los reyes,
Y consultaron contra Jehová.
Tú eres mi hijo, mi Dios ha dicho,
Yo te he engendrado en la eternidad,
Lo que me pidas yo te lo entrego,
Toda la tierra de ti será.
Su amor infinito, ¿qué lengua dirá?
Y ¿quién sus bondades jamás sondeará?
Su misericordia no puede faltar,
Mil himnos alaben su nombre sin par.
Los gobernantes se levantaron,
Contra el ungido de jehová,
“Sus ligaduras hoy, pues, rompamos,
Sus cuerdas rotas por fin serán”
El Dios que mora allá en los cielos,
De todos ellos se burlará,
Con ira santa les habla a ellos,
Con su furor Él los turbará.
Velad, fieles todos, velad con fervor,
Que viene muy pronto Jesús, el Señor.
Con notas alegres vendrá a reinar;
A su eterna gloria os ha de llevar.
Yo el decreto he publicado,
Tú eres mi Hijo, yo te engendré,
Si las naciones a mí me pides,
Toda la tierra te entregará,
Tú has quebrantado con fuerte hierro,
Al hombre malo destrozarás,
Cual alfarero, dueño del barro,
Como vasijas triturarás.
Ahora, oh reyes, pues, sed prudentes,
Todos los jueces pronto entended,
Servid a Dios así reverentes,
Y con temor a Él alabad.
Honrad al Hijo, es un mandato,
Si no lo haces, me enojaré,
Pereceréis, pues, en el camino,
Toda mi ira se inflamará.
¡Oh, cuán dichosos! Los que confían,
En su Hijo eterno, el salvador,
Los que le entregan toda su vida,
Y en él se alegran con gran honor.
¡Oh, cuán dichosos! Los que confían,
En su Hijo eterno, el salvador,
Los que le entregan toda su vida,
Y en él se alegran con gran honor.
2. ALABEN AL REY
Solemnes resuenen las voces de amor,
Con gran regocijo tributen loor
Al rey soberano, al buen Salvador;
Dignísimo es él del más alto honor.
¡Alabad, alabad, alabad al gran Rey!
¡Adorad, adorad, adoradle su grey!
Es nuestro escudo, baluarte y sostén
El Omnipotente por siglos. Amén.
Inmensa la obra de Cristo en la cruz,
Enorme la culpa se ve por su luz.
Al mundo él vino, nos iluminó,
Y por nuestras culpas el Justo murió.
3. ¡CRISTO LA TUMBA VENCIÓ!
La tumba le encerró, Cristo mi Cris-to,
El alba allí esperó, Cris-to el Señor.
¡Cristo la tumba venció!
Y con gran poder resucitó,
De sepulcro y muerte Cristo es vencedor,
Vive para siempre nuestro Sal-va-dor,
¡Gloria a Dios! ¡Gloria a Dios!
El Señor resucitó.
De guardas escapó, Cristo mi Cristo,
El sello destruyó Cristo el Señor.
La muerte dominó, Cristo mi Cristo,
Y su poder venció, Cristo el Señor.
4. YO SE A QUIEN HE CREIDO
No sé por qué la gracia del Señor,
A mí un día me alcanzó,
Ni sé porque obró la salvación
En un indigno como yo.
MÁS YO SÉ A QUIÉN HE CREÍDO,
Y ES PODEROSO PARA GUARDARME,
SEGURO HASTA EL DÍA
EN QUE VENGA EL POR MÍ.
No sé por qué la gracia del Señor,
En mí Él quiso demostrar,
Ni sé por qué cuando era pecador,
Por mí su vida vino a dar.
No sé cómo es que su Espíritu,
Convence al hombre de su error,
Ni como obra en el corazón
Creando fe en el Señor.
No sé cuándo el Señor regresará,
De noche o al amanecer,
Ni sé si por la muerte he de pasar,
O vivo subiré con Él.
MISIÓN BÍBLICA BAUTISTA JICAMARCA
5. GLORIA CANTEMOS AL REDENTOR
En Jesucristo, el Rey de Paz,
En horas negras de tempestad,
Hallan las almas dulce solaz,
Grato consuelo, felicidad.
Gloria cantemos al Redentor,
Que por nosotros quiso morir;
Y que la gracia del Salvador
Siempre dirija nuestro vivir.
En nuestras luchas, o en el dolor,
En tristes horas de tentación,
Calma le infunde, santo vigor,
Nuevos alientos al corazón.
7. DILO A CRISTO
Cuando estés cansado y abatido,
Dilo a Cristo, dilo a Cristo,
Si te sientes débil, confundido,
Dilo a Cristo el Señor.
Dilo a Cristo, dilo a Cristo,
Él es tu amigo más fiel;
No hay otro amigo como Cristo,
Dilo tan sólo a Él.
Cuando estés de tentación cercado,
Mira a Cristo, mira a Cristo,
Cuando rujan huestes de pecado,
Mira a Cristo el Señor.
CORO: Mira a Cristo, etc.
Cuando en la lucha falta la fe,
Y el alma sienta desfallecer,
Cristo nos dice: «Siempre os daré
Gracia divina, santo poder».
6. AÑOS MI ALMA EN VANIDAD VIVIÓ
Años mi alma en vanidad vivió,
Ignorando a quien por mí sufrió,
Oh que en el Calvario sucumbió
El Salvador.
Mi alma allí divina gracia halló,
Dios allí perdón y paz me dio.
Del pecado allí me liberto,
El Salvador.
Por la Biblia miro que pequé,
Y su ley divina quebranté,
Mi alma entonces contempló con fe
Al Salvador.
Toda mi alma a Cristo ya entregué,
Hoy le quiero y sirvo como a rey,
Por los siglos siempre cantaré
Al Salvador.
En la cruz su amor Dios demostró
Y de gracia al hombre revistió,
Cuando por nosotros se entregó
El Salvador.
Si se apartan otros de la senda,
Sigue a Cristo, sigue a Cristo,
Si acrecienta en torno la contienda,
Sigue a Cristo el Señor.
CORO: Sigue a Cristo, etc.
Cuando llegue la final jornada,
Fía en Cristo, fía en Cristo.
Fe dará en el reino franca entrada,
Fía en Cristo el Señor.
CORO: Fía en Cristo, etc.
8. SEÑOR TÚ ME LLAMAS POR MI
NOMBRE
Señor, tú me llamas por mi nombre, desde lejos,
Por mi nombre cada día tú me llamas.
Señor, tú me ofreces una vida santa y limpia;
Una vida sin pecado, sin maldad.
Señor, nada tengo para darte;
Solamente te ofrezco
Mi vida para que la uses tú.
Señor, hazme hoy un siervo útil
Que anuncie el mensaje,
el mensaje de la cruz.
Señor, tú me llamas por mi nombre, desde lejos
Por mi nombre cada día tú me llamas.
Señor, yo acudo a tu llamado a cada instante,
Pues mi gozo es servirte más y más.
MISIÓN BÍBLICA BAUTISTA JICAMARCA
9. QUIERES SER SALVO DE TODA
MALDAD
¿Quieres ser Salvo de Toda maldad?
Tan solo hay poder en mi Jesús.
¿Quieres vivir y gozar santidad?
Tan solo hay poder en Jesús.
Hay poder si; sin igual poder
en Jesús quien murió;
Hay poder si, sin igual poder
en la sangre que el vertió.
¿Quieres ser libre de orgullo y pasión?
Tan solo hay poder en mi Jesús.
¿Quieres vencer toda cruel tentación?
Tan solo hay poder en Jesús.
¿Quieres ser servir a tu Rey y Señor?
Tan solo hay poder en mi Jesús.
Ven, y ser salvo podrás en su amor,
Tan solo hay poder en Jesús.
10. A JESUCRISTO VEN SIN TARDAR
A Jesucristo ven sin tardar,
que entre nosotros hoy Él está;
y te convida con dulce afán,
tierno diciendo: «Ven».
¡Oh cuán grata nuestra reunión!
cuando al fin en celestial mansión
con Él estemos en comunión,
gozando eterno bien.
Piensa que Él sólo puede colmar
tu triste pecho de gozo y paz;
y porque anhela tu bienestar,
vuelve a decirte: «Ven».
Su voz escucha sin vacilar,
y grato acepta lo que hoy te da.
Tal vez mañana no habrá lugar;
no te detengas, ven.
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