Información al paciente tras haberle realizado una prueba con contraste Una vez realizada la prueba con contraste, le comunicamos al paciente que debe quedarse unos 20 minutos en el servicio de radiodiagnóstico, porque durante la realización de la prueba y los siguientes 20 minutos es cuando sueles darse la mayoría de las reacciones adversas. Le tranquilizamos explicándole que estas reacciones adversas son poco frecuentes y que, además se caracterizan por su levedad. Debemos de fijarnos por si hay alteraciones en el estado físico o mental del paciente, examinar sus facultades psíquicas, estar atentos por si puede presentar alguna molestia o posibles cambios en el color de la piel, por si sufriera alguna reacción alérgica al contraste, por ello es muy importante la comunicación verbal con el paciente para saber cómo se encuentra o los cambios que pudiera estar experimentando. Al haber pasado los 20 minutos, y si no se ha observado ninguna reacción alérgica, le retiramos la vía venosa y le indicamos que ejerza presión sobre la zona durante unos minutos. Lo que debe hacer el paciente una vez que haya abandonado el servicio de radiodiagnóstico es no cargar peso con ese brazo durante unas horas, observar si puede presentar un hematoma y, sobre todo, que beba mucha agua, para eliminar el contraste cuanto antes para no causarle daños renales. Si el paciente está tomando algún medicamento que pudiera aumentar el poder tóxico del contraste, se le debe consultar al médico por si se tiene que cambiar la dosis o la cantidad a consumir, o si es debido, cambiarlo por otro que no suponga ninguna reacción adversa. Si se sufre una nefropatía antes de someterse a la prueba con contraste, hay que vigilar la función renal los días siguientes mediante un estudio de la creatinina. Debemos comunicarle al paciente que puede sentir algunos síntomas comunes de una reacción adversa tardía como cefalea, sarpullido en la piel y picor, fiebre, somnolencia, náuseas, vómitos, dolores articulares, musculares y óseos. También podría experimentar, si el contraste se ha administrado por vía digestiva (oral o rectal), evacuación de heces con mayor frecuencia y menos resistentes. Si se da la aparición de ampollas, si aumenta el volumen de la extremidad donde se administró el contraste, o sufre pérdida de sensibilidad o dolor agudo que no desaparece con analgésico, indicarle al paciente que debe acudir al servicio de urgencias y exponer el caso.