COMO DESINHIBIR INTEGRALMENTE LOS AMBIENTES DE APRENDIZAJE ANIBAL JOSE MADRID PEREIRA ENSAYO PRESENTADO PARA RECIBIR DIPLOMA EN FORMACION PEDAGOGICA PARA LA EDUCACION SUPERIOR UNIVERSIDAD DE CARTAGENA CENTRO DE CAPACITACION DOCENTE 2014 Estoy desinhibido, me siento desinhibido. Alguna vez hemos escuchado o pronunciado estas palabras, queriendo expresar, quien las pronuncia, que se siente sin presiones, relajado, presto para realizar una labor o actividad. En el transcurso de nuestro proceso de aprendizaje hemos podido participar en diferentes ambientes educativos o de enseñanza-aprendizaje, donde hemos identificado variados ambientes que van desde superestresantes hasta ambientes completamente propicios y con el estrés estrictamente necesario para motivar y captar la atención de los estudiantes. El docente o profesor como guía del proceso de aprendizaje es quien genera o promueve el tipo de ambiente de aprendizaje. Sin embargo, los estudiantes o aprendices también colocan una cuota para completar o conjugar dicho ambiente. Entonces podemos identificar dos actores principales en el proceso, los cuales son: 1. El docente. 2. El estudiante o aprendiz. Al confluir en un espacio de aprendizaje estos dos actores colocan cada uno su cuota para “armar” el ambiente educativo. Por lo general el docente es quien más influye en este ambiente y además lidera el proceso de enseñanza, impregnándole un sello personal a la asignatura. Al respecto Castillo & Polanco (2005) afirman: “Es justo dar a un determinado método de enseñanza o de estudio el valor que tiene por experiencias previas ya evaluadas, pero no es suficiente. La personalidad del maestro o del profesor y su propia experiencia juegan, en este sentido, un papel muy importante, y también éstos deben considerar las circunstancias que rodean a su clase para adaptar el método a sus necesidades, si la adaptación fuese necesaria en función de las características de sus alumnos” (p.55). Los factores que influyen en la construcción de un ambiente de aprendizaje son: 1. El temor a equivocarse al opinar o a hacer el ridículo. 2. La actitud altiva o humilde del docente. 3. Falta de preparación del estudiante o del docente. 4. Problemas personales de uno de los actores. 5. Capacidad de escucha del docente ante opiniones diversas. 6. Clasificación de los estudiantes como buenos o malos por parte del docente. 7. Carácter introvertido o tímido del estudiante. Estos factores no están colocados en algún orden específico, por lo cual es de notar que todos son realmente importantes y que su grado de importancia queda a juicio del lector. Analicemos cada uno de estos factores. 1. EL TEMOR A EQUIVOCARSE AL OPINAR O A HACER EL RIDÍCULO: Un factor generalizado es el hecho de sentir temor a expresar algo equivocado, fuera de contexto, o en su defecto, algo que no tenga acogida dentro del grupo. Tal vez esa idea “tonta” en nuestra propia opinión podría ser el inicio de un nuevo paradigma o tesis valida. Tal vez sea la solución o una de las posibles soluciones a un interrogante que ha permanecido incólume por años o siglos. De pronto podría ayudar a resolver o daría luces para encontrar la solución a un problema socioeconómico como el desempleo. El error es parte del aprendizaje en el 60% ó 98% de los casos aproximadamente. ¿Cómo sería el mundo actual si Thomas Alba Edinson hubiera desistido en su intento 900 ó 980 por manufacturar la bombilla eléctrica? ¿Sería igual la historia del Basquetbol si Michael Jordan hubiera desistido de jugar este deporte? La lista es interminable. Ensayo-Error, un dúo que produce resultados extraordinarios si se saben combinar. Nuestras capacidades innatas o aprendidas deben salir a flote, deben socializarse, exponerse. Dentro del mismo proceso de aprendizaje se necesita, dependiendo del sujeto, un grado de Ensayo-Error que le ayude en primera instancia a descubrir sus inteligencias, digo inteligencias porque puede ser una o diez.. Esto varía entre una persona y otra, pueden ser 2, 4, 6, 15, etc. Por lo general, y de acuerdo con la diligencia de cada ser, una inteligencia te ayuda a desarrollar otra. 2. ACTITUD ALTIVA O HUMILDE DEL DOCENTE: Un tema a tratar, un poco desagradable, es la altivez de algunos docentes. La altivez se concibe como el suponerse por encima del semejante. En cierta forma es la actitud arrogante de algunos docentes que hace que un cierto grupo de estudiantes se sientan inseguros y “discapacitados” para participar en las actividades educativas. Esta actitud es como una muralla que bloquea el canal de comunicación entre los dos actores. Sin embargo, cabe anotar, que para otros estudiantes la muralla no es tan alta y la pueden saltar y “asaltar” con los mediadores cognitivos utilizados. Para otros estudiantes la muralla ni siquiera alcanza los cinco centímetros de altura. La pregunta es ¿Cómo puedo yo como docente presentarme en mi ambiente de aprendizaje desmurallado? Ó ¿Cómo la puedo desmontar o desmantelar? 3. FALTA DE PREPARACION DEL ESTUDIANTE O DEL DOCENTE: 3.1 DEL ESTUDIANTE: “El que sabe habla” nos decían los profesores de bachillerato y del SENA entre los años 1991 y 1997 a sus estudiantes. Con el tiempo la frase cobra más vigencia, es innegable. Si el estudiante no lee y escudriña ¿Cómo participará? En otras palabras, como reza el dicho popular: “¿De dónde flores si no hay jardín? O “hasta donde llovió hubo barro”. Hasta donde te prepares será la capacidad que tengas para opinar en tu ambiente de aprendizaje. En los últimos años hemos tenido la fortuna de ser partícipes de muchos avances tecnológicos, entre los cuales se cuenta el internet. Veo el internet como algo neutro. Algo que puede ser benéfico o dañino, de acuerdo al uso que se le dé en el ámbito educativo. El famoso “copia y pega” ha golpeado a un segmento considerable del estudiantado. Los libros saben bastante, nos decían los profesores en el bachillerato hacia los años noventa; queriendo explicar que hay aprender y aprehender el conocimiento que está en los libros. Me imagino que hoy en día hay que decir: “El internet sabe bastante”. 3.2 DEL DOCENTE: El docente debe estar siempre actualizado, a la vanguardia. El docente debe ser capaz de contextualizar la enseñanza, de proponer, de innovar, de crear. 3.2.1 Contextualizar la Enseñanza. La teoría y la práctica deben ir de la mano como hermanas “siamesas”. Por ejemplo, los profesores idóneos para enseñar emprendimiento son aquellos que además del conocimiento certificado, tienen experiencia en el ramo, osea, que han creado empresas o por lo menos han ayudado a algún empresario a hacerlo. 3.2.2 Proponer. El docente debe introducir en el ambiente de aprendizaje actividades, lecturas o cualquier mediador cognitivo que catalice el aprendizaje. El docente debe ser dinámico, proactivo, y capaz de generar inquietud o preguntas en los estudiantes, lo cual llevará a este a consultar y a investigar un tema o problema determinado. 3.3. 3. Innovar. Innovar etimológicamente viene de nuevo. Hacer las cosas de un modo o manera diferente o hacer algo diferente es innovar. Utilizar video beam, analizar una canción que hable de un tema socioeconómico, analizar fenómenos socioeconómicos como el mototaxismo, son algunas de las innovaciones pertinentes en un ambiente de aprendizaje, específicamente en las ciencias económicas. Jiménez et al (2005) afirma: “Así, por ejemplo, si pedimos a unos alumnos de 3° de primaria que trabajen el tema de fracciones mientras que otros terminan el de la división, diferenciamos materia” (p.50). El establecer nuevas formas de actividades en los ambientes de aprendizaje es una innovación necesaria en el marco de la educación actual. 3.2.4 Crear. Crear tiene mucha relación con conectar, unir puntos, combinar recursos y/o elementos dentro de un sistema de enseñanza que posibilite potenciar los encuentros educativos en el ambiente de aprendizaje y viceversa. 4. PROBLEMAS PERSONALES DE UNO DE LOS ACTORES: Toda persona enfrenta situaciones o problemas en el diario vivir. La actitud frente a los mismos es lo que determina nuestra productividad general, es decir, yo no debo permitir que un problema familiar, por ejemplo, afecte otros aspectos de mi vida. En teoría puede parecer algo sencillo, pero al experimentar este hecho, puede que no lo sea. Es en este momento cuando debemos ejercer autocontrol y equilibrio en nuestra vida. Debemos esforzarnos por mirar o analizar la situación desde “afuera”, es decir, no enfrascarnos o embotarnos en la situación, sino que debemos dar un paso hacia atrás del problema y tratar de mirarlo como si no fuera nuestro. Hacer de cuentas que es el problema de un estimado amigo, de un familiar o conocido, y veremos que entre más nos alejemos de él, las respuestas se van desplegando ante nuestra vista. 5. NIVEL DE ESCUCHA DEL DOCENTE ANTE OPINIONES DIVERSAS: No podemos masificar o alienar la enseñanza. En la diversidad nos hacemos ricos. Actualmente se están introduciendo conceptos como interdisciplinariedad y el trabajo colaborativo o en equipo. Si en el campo laboral nos están, prácticamente, exigiendo estas competencias o cosmovisiones, entonces, es consecuente y pertinente transportarlas e implementarlas en los diferentes ambientes de aprendizaje existentes. Es inconcebible encontrar un docente que se autoproclame omnisciente en su asignatura o profesión. La experiencia nos ha demostrado que un paradigma nuevo derroca al anterior y que estamos en una búsqueda constante de la verdad. Con nuestra mente finita no podemos alcanzar la verdad de un solo golpe. En el SENA, cuando estudié Auxiliar de Contabilidad, nos decían los instructores: “Ustedes son seres inconclusos”. Ni siquiera el docente que tiene más de diez años enseñando una materia ha acabado de aprender y formarse. Es por todo lo anteriormente expuesto que el docente no puede “cerrarse a la banda” y limitar la creatividad e innovación de los estudiantes cuando estos presentan una nueva forma de ver o analizar la realidad. Los salones de clases son laboratorios, donde poco a poco se va creando el cuerpo del conocimiento. No podemos ni debemos coartar a los estudiantes con declaraciones o afirmaciones que limiten la expresión y descubrimiento de nuevas ideas o teorías. 6. CLASIFICACION DE LOS ESTUDIANTES COMO BUENOS O MALOS POR PARTE DEL DOCENTE: El hecho de clasificar a uno o varios estudiantes como buenos o malos es un error. Basta con escudriñar un poco la teoría de Howard Gardner sobre las inteligencias múltiples para poder comprender que cada estudiante tiene por lo menos un tipo de inteligencia que puede haber desarrollado más que las otras, en otras palabras, tiene por lo menos un don o una habilidad que supera sus otros dones. Un docente debe edificar, crear y cimentar. Un docente debe ser imparcial y llegar a ser un intermediario persuasivo que ayude al ser humano a encontrar la verdad. El docente debe incentivar y estimular las facultades intelectuales, la capacidad de raciocinio y las facultades de expresión del conocimiento adquirido. Se dice que debemos mirar a una persona como el ser que va a llegar a ser y no como lo que es, y si logramos que los estudiantes se vean a si mismos en esta perspectiva, los resultados no se harán esperar. Casal et al (2003) afirma: “Los seres humanos no experimentan sus conductas como plenamente determinadas sino que las viven dependientes de su propia capacidad de decisión (p.41). Debemos individualizar el trato y la forma de enseñanza a los estudiantes para poder ser docentes eficaces. Las consecuencias serán el aumento de la autoestima, el mejoramiento del autoconcepto y en general el crecimiento personal integral de ambos actores. 7. CARÁCTER INTROVERTIDO O TIMIDO DEL ESTUDIANTE: El estudiante puede tener un carácter introvertido o tímido y ser a la vez muy inteligente. La sagacidad y la visión del docente determinarán si puede ayudar al estudiante a desarrollar sus inteligencias a pesar de su carácter. Si un docente en vez de ayudar a un tipo de estudiante así, lo que hace es hacer énfasis en su carácter introvertido o marginarlo, reprochándole las diferentes actitudes personales, en virtud de su carácter, no está cumpliendo con su rol de educador. Villar et al (2004) afirma: “Democracia en las instituciones universitarias y respeto a la diferencia en las aulas son notas de escritura estatutaria reafirmación de multiplicidad de itinerarios y opciones curriculares” (p.164). El docente debe crear espacios y actividades que estimulen la participación activa del estudiante en forma gradual para que este pueda alcanzar su potencial. El docente debe ser innovador y analítico al diseñar estos espacios y actividades, debe adaptar las clases a las necesidades generales y particulares de los actores del ambiente de aprendizaje, inclusive, los estudiantes con un carácter como el anteriormente descrito. Macionis & Plummer (2007) afirman: “Los teóricos de conflicto piensan que desde las escuelas se tiende a ajustar los requisitos académicos al origen social de los estudiantes, contribuyendo así a perpetuar la desigualdad social” (p.528). Debe haber igualdad, no se puede favorecer a un grupo social determinado y se debe propender porque los menos afortunados, los que cuentan con menos recursos, los que tienen desventajas por su carácter o por cualquier otro motivo, tengan igual posibilidad de acceder al conocimiento y desarrollarse. Morín (2001) afirma: “Ningún dispositivo cerebral permite distinguir la alucinación de la percepción, el sueño de la vigilia, lo imaginario de lo real, lo subjetivo de lo objetivo” (p.23). Esta afirmación nos enseña que cada individuo es un ente único, que que percibe la realidad de una forma particular, además, la información llega al cerebro y la decodificamos en base a las características internas que son insondables a simple vista. Debemos como docentes ayudar a los estudiantes a organizar sus ideas, sus pensamientos, para que ellos tengan más confianza en sí mismos y así puedan participar activamente en las clases sin temores. REFERENCIAS Castillo & Polanco (2005). Enseñar a estudiar…..aprende a aprender. Madrid: Editorial Pearson educación, S.A. Jiménez et al (2005). Pedagogía diferencial, diversidad y equidad. Madrid: Editorial Pearson educación, S.A. Casal et al (2003).Sociología de la educación. Madrid: Editorial Pearson educación, S.A. Villar et al (2004). Programa para la mejora de la docencia universitaria. Madrid: Editorial Pearson educación, S.A. Macionis & Plummer (2007). Sociología. Madrid: Editorial Pearson educación, S.A. Morín (2001). Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. Bogotá: CARGRAPHICS impresiones.