1 “EPISTEMICIDIO: así es como la Modernidad suprime formas marginales de conocimiento” El Epistemicidio se trata de “la destrucción de saberes propios de los pueblos causada por el colonialismo europeo y norteamericano”, con ‘el método científico’ como el único validador por parte de ‘las clases dominantes’, convirtiéndose éste en una suerte de garante de la objetividad que nos protege de la subjetividad, de lo irracional. Así es como ‘la modernidad’ suprime otras formas de conocimiento marginal y esto es algo que nos debe preocupar. Para explicar en qué consiste y qué consecuencias tiene el ‘epistemicidio’ tal vez deberíamos empezar por intentar explicar qué significa ‘episteme’. Según la RAE, ‘episteme’ tiene 3 acepciones: 1. En la filosofía platónica, el saber construido metodológicamente en oposición a las opiniones individuales. 2. El conocimiento exacto. 3. El conjunto de conocimientos que condicionan las formas de entender e interpretar el mundo en determinadas épocas. En resumen, y partiendo de la primera y tercera acepción, se puede decir que ‘episteme’ es el conjunto de conocimientos construidos bajo un paradigma metodológico que condicionan las formas de entender e interpretar el mundo en un determinado espaciotiempo. Además, con este ‘episteme’ se intenta distinguir de las creencias y opiniones. Ahora tal vez, el concepto “epistemicidio” puede tornarse un poco más fácil de entender. Se trata de la liquidación de algunas formas de ‘apre (he) nder’, crear y transmitir conocimientos-saberes comunitarios, ancestrales o los propios de ciertas culturas de naturaleza genuina, especialmente ‘tras el nacimiento y uso del método científico’ como el único validador por parte de ‘las clases dominantes’, convirtiéndose éste en una suerte de ‘garante de la objetividad’ que nos protege de ‘la subjetividad’, de ‘lo irracional’. Para Boaventura de Sousa Santos, se trata de simplemente de “la destrucción de ‘saberes propios de los pueblos’ causada por ‘el colonialismo europeo y norteamericano’ (europeos desplazados). 2 Esta ‘liquidación’ puede materializarse de muchas formas: la más obvia quizá es 1) ‘la aniquilación física de seres humanos’ de cierta comunidad o cultura, luego está 2) ‘la asimilación cultural’, la imposición-chantaje por la cual el estado ofrecerá ciertos servicios si éstas comunidades abandonan ciertas prácticas por otras (“si asiste a un colegio donde se hable la lengua oficial del Estado te daremos comida a cambio”). A esta práctica se la relaciona también con 3) las políticas de “blanqueamiento” que se practicaron especialmente en los países sudamericanos. Otra, es 4) el desplazamiento de estos pueblos y su consecuente “desarraigo”. Es por esto que algunos académicos como de Sousa Santos afirman que ‘no es posible una ‘justicia social global’ sin una ‘justicia cognitiva global’, y que ‘el conocimiento científico de la modernidad’, por eurocéntrico e individualista, invalida los conocimientos ‘no científicos’: un epistemicidio. Él mismo diferencia 5 modos de producción de deslegitimación racional en y desde las ciencias sociales: 1. La monocultura del saber y del rigor que desacredita los conocimientos alternativos. 2. La monocultura del tiempo lineal y la idea de que la historia tiene un sentido de progreso, de desarrollo al que deben de aspirar los otros pueblos no europeos. 3. La monocultura de ‘la naturalización de las diferencias’ que ocultan las jerarquías. 4. La monocultura de ‘la escala dominante’ donde lo global es hegemónico y lo particular-local no cuenta, y 5. La monocultura del ‘productivismo capitalista’ que se aplica tanto ‘al trabajo’ como a ‘la naturaleza’ y desecha toda otra lógica productiva. Cabe recordar en este punto que no se debe confundir “episteme”, ni “epistemicidio” con “epistemología”, la cual se define comúnmente como ‘la rama de la filosofía que estudia ‘el método científico’. “El epistemicidio andino”: “La esclavización, la tortura, el robo y despojo de riquezas y territorios fue una constante de la colonización española en América Latina.” En una entrevista a la filósofa boliviana Silvia Rivera Cusicanqui se dice que para los estudiantes universitarios que vienen de zonas rurales, la forma de aprendizaje y evaluación más eficaz sucede ‘cuando se realizan las dinámicas de clase y los exámenes oralmente’. Los estudiantes ‘tienen mejores resultados’, en general, en ‘los exámenes orales’ que los ‘escritos’. Esto tiene que ver no sólo con ‘la forma en que se ha transmitido conocimientos’ (historias, mitos, relatos, anécdotas, etc.) generación tras generación, sino con una cultura “de lo verbal” que puede materializarse en ‘cantos’ y ‘música’ y que, asegura Cusicanqui, “guarda un fuerte vínculo con la figura materna”. 3 Un buen ejemplo puede observarse en la película “La Teta asustada” en donde la protagonista conoce la (terrible) historia de su madre a través de armoniosos y calmados cantos que entonaba ella en quechua. Así que una vez llegados a este punto, resulta harto complicado no advertir que ‘la manera occidental de crear conocimiento’ (la ciencia/el método científico), ‘aunque dominante’, es una más entre el mar de posibilidades y maneras que existen de conocer, de observar y transmitir conocimiento, conocimiento no-occidental. Junto con “el genocidio” acontecido de forma tanto ‘directa’ (asesinatos y torturas sistemáticas), como ‘indirecta’ (contagio de enfermedades infecciosas) tras la “conquista de América”, la evangelización forzosa o la prohibición de ritos/prácticas “paganas” (como la prohibición de hablar “lenguas no romances”), entre otros, en “Indio-latino América” se ha cometido y se sigue cometiendo por parte de “los estados-nación” heredados de la última etapa de reordenamiento de ‘las élites del virreinato’, uno de ‘los mayores Epistemicidios’ de todos los tiempos. Esto, por ejemplo, ha quedado bien ilustrado con “el mestizaje” o “blanqueamiento”, una política oficial en algunos países de América “Latina” basada en “el olvido”, haciendo que la idea de la memoria “atente contra la paz mental del mestizo”, el cual, “no quiere ser indio nunca más”. Estas heridas no están cerradas en la memoria de los pueblos indígenas e incluso un neoconservador como S. Huntington reconoce que “Occidente no ganó la guerra por ‘la superioridad de sus ideas’ o ‘valores’ o ‘religión’, sino por la superioridad en capacidad de aplicar mayor violencia organizada”. La reducida variedad de ‘epistemes’ también “es consecuencia de cierta falta de respuestas, tanto en una ‘dimensión filosófica’ como ‘técnica’. Hoy, nadie puede negar el profundo y sorprendente conocimiento que ‘los Mayas’ poseían de los astros y su medición (un ejemplo es ‘su significante influencia’ en la modificación del calendario juliano al gregoriano) o el que tenían ‘los Incas’’ de arquitectura y agricultura. Asimismo, actualmente, en un tiempo donde se buscan ‘formas alternativas de coexistencia entre los seres humanos y el planeta tierra’, no son nada desdeñables algunas de las lecciones que pueblos indígenas han compartido, y todavía comparten, sobre las distintas formas de convivencia sostenible con nuestro entorno haciéndonos ver y saber al resto del mundo que la vida humana es compatible (e incluso armonizable) con la “pacha mama”. “Y es que precisamente el éxito del ‘Sistema Mundo Moderno/Colonial’, como sostiene Ramón Grosfoguel en su obra “La descolonización de la economía política y los estudios poscoloniales”, consiste en “hacer que sujetos socialmente ubicados en ‘el lado oprimido’ de la diferencia colonial, piensen sistemáticamente como los que se encuentran en ‘las posiciones dominantes”. Ya que ‘las perspectivas epistémicas subalternas’ son un conocimiento, que ‘al venir desde abajo’, producen una perspectiva crítica del conocimiento hegemónico en ‘las relaciones de poder involucradas.” Ojalá no sea demasiado tarde: 4 No somos los primeros que se lamentan de este trágico suceso, la pérdida de la riqueza intelectual, cultural y epistémica. En la literatura esta idea de ‘desaparición de la alteridad’, la imposición del pensamiento único y la hegemonía cultural de occidente en los 5 continentes acongojaba al propio Levi-Strauss, quien escribía durante su viaje a las selvas occidentales del Brasil: “cuanto menores eran las posibilidades de las culturas humanas para comunicarse entre sí y, por lo tanto, corromperse por mutuo contacto, menos capaces eran sus respectivos emisarios de percibir la riqueza y la significación de esta diversidad.” (Tristes Trópicos, 1955). Aunque tal vez, donde mejor quede capturada esta sensación de vacío y desidia es en la siguiente escena de “Cien Años de Soledad”, cuando uno de los hijos ilegítimos del Coronel Buendía pregunta a su bisabuela Úrsula “si la historia que cuentan los mayores sobre los ‘exóticos’ objetos que traían los gitanos (especialmente Melquíades) a Macondo era verdad o no: “Asombrado, le preguntó a Úrsula si todo aquello era verdad, y ella le contestó que sí, que mucho antes los gitanos llevaban a Macondo las lámparas maravillosas y las esteras voladoras. -Lo que pasa -suspiró- es que el mundo se va acabando poco a poco y ya no vienen esas cosas.” https://www.unitedexplanations.org/2015/12/03/31787/?fbclid=IwAR0aiNP0jmXJGShPcko1DfPx8 ufwWCEo8a-8CehYsdj061IuyytJULnt8W0