UNIVERSIDAD PRIVADA DEL NORTE FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS “Regímenes Parlamentarios” TRABAJO T2 INTEGRANTES: Cuyan Villegas, Edison Alindor Longobardi Salgado, Roxani Paola Narvaez Mejia, Pamela Kathiusca Rodríguez Alvarado, Carlos Milder Vega Ulloa, Mayeli Lucero (DELEGADA) Zavaleta Zumaran, Ximena Alexandra DOCENTE: DRA. SILVIA CIRENE ORDOÑEZ GANOZA TRUJILLO, LA LIBERTAD 3 DE NOVIEMBRE, 2020 1 DEDICATORIA En esta ocasión silenciamos nuestras voces; no para callar lo que deseamos expresar, sino para elevar nuestros corazones en agradecimiento a Dios, por otorgarnos la ocasión predilecta de ser alumnos de la Dra. SILVIA CIRENE ORDOÑEZ GANOZA, a la cual dedicamos el presente Trabajo; y de un modo muy particular agradecemos la paciencia y comprensión que tiene con cada uno de nosotros, durante el desarrollo del curso “Derecho Constitucional y teoría del Estado” 2 AGRADECIMIENTOS Nuestros más sinceros agradecimientos sean, en primer lugar, para quien un día nos concedió la vida; y hoy nos brinda la oportunidad de realizar nuestros estudios superiores, sin tener mérito alguno talvez, pero con total humildad, agradecemos a Dios. A los que vivieron y viven junto a nosotros las diversas etapas de nuestras vidas, nuestros padres, nuestros demás familiares y nuestros amigos, los cuales siempre nos impulsaron a forjar un futuro con éxito, para de esa manera poder lograr, positivamente, todas nuestras metas trazadas. A nuestra Universidad Privada del Norte, por haber depositado en nosotros la confianza y credibilidad; de que, en un futuro muy próximo, seremos capaces de culminar nuestros estudios superiores. Asimismo, es preciso agradecer a todos los preceptores que nos instruyeron e instruyen en los diversos niveles educativos que atravesamos, para de esa manera sembrar en cada uno de nosotros la mentalidad de los líderes que dirigirán el mundo mañana. 3 ÍNDICE CAPÍTULO I Regímenes Parlamentarios INTRODUCCIÓN I. REALIDAD PROBLEMÁTICA II. DEFINICIÓN CAPÍTULO II El Parlamentarismo III. EVOLUCION DEL PARLAMENTARISMO 3.1 Parlamentarismo Salvaje 3.2 Parlamentarismo Racionalizado 3.3 Parlamentarismo Estructurado IV. PRINCIPIOS DE PARLAMENTARISMO 4.1 La Discusión Pública 4.2 La Publicidad 4.3 Gobierno mediante Discusión V. DEL PARLAMENTO IDEAL AL PARLAMENTO REAL 5.1 Parlamento Idea 5.2 Parlamento Real VI. PÉRDIDA DE LA CENTRALIDAD DEL PÁRLAMENTO 6.1 Parlamentarismo Limitado y Predominio del Ejecutivo 6.2 El Papel de los Partidos Mayoría y Minorías VII. CONTROL PARLAMENTARIO 7.1 Origen del Control Parlamentario 7.2 Conceptualización del Control Parlamentario 7.3 El Antejuicio como mecanismo de Control Parlamentario 7.4 Clases de Control Parlamentario, opinión de autores peruanos, perspectiva internacional 7.4.1 Clasificación de Víctor García Toma Control Parlamentario Concurrente Control Parlamentario Posterior Control Parlamentario Punitivo 4 7.4.4.2 Clasificación de César Landa Arroyo Control Preventivo Control Funcional Control Represivo VIII. CONCLUSIONES IX. REFERENCIAS 5 INTRODUCIÓN Resulta ser que, el régimen parlamentario tiene los orígenes de su proceso en la época de “Inglaterra Medieval”, partiendo de una monarquía absoluta de conformación temprana; siendo así que, el régimen parlamentario comenzó a consolidarse a base de una combinación de acontecimientos históricos y peticiones que obligaron al cambio. Con el pasar de los años el parlamentarismo se extendió hacia toda Europa y hacia los nuevos Estados; que en esa época eran colonias, originándose sistemas parlamentarios como lo son, hoy en día, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Claro está que ninguna conserva este sistema es su estado más “salvaje”. Si bien es cierto, para una definición simple de los regímenes parlamentaristas se puede decir que; son sistemas políticos que tienen como eje al parlamento, después de lo mencionado anteriormente, lo cual es tan profundo como la cantidad de años que ha estado en constante proceso de evolución. Es por esto que, para entender de verdad su funcionamiento, sus implicancias en la actualidad y todo aquello que deriva de él, debemos hacer un estudio más profundo; abarcando no solo una definición, sino también el proceso evolutivo, hasta tocar temas relevantes que derivan del parlamentarismo, como el control parlamentario. A continuación, presentaremos tanto la realidad problemática, como su definición; tomando en cuenta la opinión de más de un autor peruano. Además, haremos un repaso del proceso evolutivo, del parlamentarismo y sus principios fundamentales. En tal sentido, se abordarán temas polémicos relacionados; como el parlamento ideal, el parlamento real, la perdida de centralidad del parlamento, y concluiremos presentando un tema muy interesante que deriva de los regímenes parlamentaristas; el control parlamentario. 6 CAPÍTULO I Regímenes Parlamentarios I. REALIDAD PROBLEMÁTICA Inglaterra fue la primera monarquía parlamentaria en toda Europa durante la época moderna. Actualmente Inglaterra sigue siendo una monarquía parlamentaria, teniendo como jefa de Estado a la reina Isabel II, el poder que ella posee es más simbólico que real, puesto que el verdadero poder es ejercido por el gobierno y ministros, sujetos siempre a las leyes impuestas por el parlamento. Siendo la reina Isabel II la monarca de Inglaterra, tiene papeles representativos y ceremoniales. El lugar donde se ejerce el verdadero poder del estado es en el parlamento bicameral, en la cámara alta están situados los Lores y en la cámara baja están situada los comunes. Por un lado, los miembros de la cámara de los Lores no son escogidos mediante elección democrática, sino que son elegidos por el monarca, siempre siguiendo las recomendaciones del Primer Ministro. Esta cámara no tiene un número fijo de miembros. Existen los lores espirituales que están formados por 26 obispos; y también, los lores temporales que pueden ocupar su asiento en el parlamento de forma vitalicia. Por otro lado, en cuanto a la cámara de los comunes está conformada por 650 miembros del parlamento que son escogidos por sufragio universal. Ambas cámaras no tienen el mismo peso al momento de tomar decisiones políticas para el país. Anteriormente se necesitaba que la mayoría de cada cámara estuviera de acuerdo para que sea aprobada una ley, actualmente la cámara de los lores solo tiene papel como un órgano consultivo. Como cualquier otro sistema político el parlamentarismo no es perfecto, suceden situaciones poco éticas como la excesiva vinculación del poder ejecutivo con el partido político mayoritario en el Parlamento. 7 II. DEFINICIÓN Es un sistema político que tiene como centro al Parlamento, a cargo del poder legislativo. El Parlamento es el organismo responsable de elegir al gobierno que administra el poder ejecutivo. En esta forma de gobierno, el Poder Legislativo (el parlamento) elige a quienes representaran al Poder Ejecutivo (el gobierno). En esta clase de sistema, el jefe de Gobierno o Primer Ministro no es el mismo que el jefe de Estado: el primero preside el Poder Ejecutivo, mientras que el segundo puede ser un monarca que accedió a su condición de manera hereditaria o un representante seleccionado por el Parlamento. La población elige a través de su voto a los integrantes del Parlamento y luego los parlamentarios votan al jefe de Gobierno. Algunos autores que definen al régimen parlamentario: Arizmendi (2002) “El régimen parlamentario es aquel en el cual se distingue entre jefe de Estado y jefe de Gobierno y este suele ser elegido por la fracción mayoritaria del Parlamento, o por una coalición de fuerzas parlamentarias.” Giménez (2005) “El parlamentarismo es un régimen político en el cual el Parlamento es el poder supremo y nombra a los miembros del gobierno,” 8 CAPÍTULO II El Parlamentarismo III. EVOLUCION DEL PAPEL DEL PARLAMENTARISMO La transformación del régimen parlamentario a lo largo de los años ha sido notoria e importante, debido a esto, a continuación, desarrollaremos esa evolución basados en la mencionada por García Morillo (1991): 3.1 Parlamentarismo Salvaje a. Características: Supremacía del parlamento. El Ejecutivo se encontraba subordinado por el Legislativo. Carencia de organizaciones políticas que obtengan el respaldo de una mayoría estable. Desorden en la estructura interna de la mayoría de organizaciones políticas. b. Efectos: Inestabilidad gubernamental. Polarización de la población. Aumento de conflictos sociales. c. Ejemplos: III República francesa República de Weimar 3.2 Parlamentarismo Racionalizado a. Origen: Se consagro debido a la oleada constitucionalista que se dio posterior a la II Guerra Mundial. b. Objetivo: Asegurar la estabilidad gubernamental. Impedir que se desarrollen los llamados “vacíos de poder”. 9 c. Reformas: Regular a detalle los instrumentos que se usaron para el control parlamentario del Gobierno. Implementar mecanismo de exigencia de la responsabilidad política del Ejecutivo. d. Ejemplo: La Ley Fundamental de Bonn, siendo este el ejemplo más famoso del proceso de racionalización, la moción la «moción de censura constructiva» de la Ley 120 Mitos y realidades del parlamentarismo Fundamental de Bonn. 3.3 Parlamentarismo Estructurado a. Objetivo: Organizar y racionalizar la vida parlamentaria. b. Características: Tiene un alcance global debido no se satisface con establecer las funciones de control parlamentario y dar énfasis en la exigencia de la responsabilidad política, sino que también se extiende a regular la función legislativa, la presupuestaria y los debates de cualquier tipo. 10 IV. PRINCIPIOS DE PARLAMENTARISMO Actualmente el parlamento reposa en un fundamento totalmente distinto lo que hace algunas, generaciones significaba, hoy sabemos que se considera la base intelectual del parlamentarismo más allá de las antiguas ideas. Los Parlamentos son instituciones de la democracia perfilados en el siglo XIX en la Constitución británica y transferidos al continente europeo por la adaptación de Guizot en Francia, que se basa en dos grandes principios: la publicidad y el gobierno mediante discusión. Publicidad y discusión significaban la victoria del derecho sobre la fuerza. 4.1 La Discusión Pública Mediante esta discusión se espera que el Parlamento resuelva las diferencias, y hasta los conflictos de ideas e intereses, latentes en una sociedad. Por eso, una de las más afortunadas definiciones de la política es la que considera su raíz en estos conflictos y en su posible superación en un acuerdo o consenso. Estas formas devienen incomprensibles si no se cree en el principio de la discusión pública. En una institución no pueden introducirse a posteriori otros principios a voluntad y, si ya no existe su anterior fundamento o añadir cualquier argumento sustituto. Naturalmente, la misma institución puede servir a distintos fines prácticos y recibir, por ello, distintas justificaciones prácticas. Existe una heterogeneidad de los fines, un cambio en el significado de los puntos de vista prácticos y un cambio en las funciones de los métodos prácticos, pero no existe ninguna heterogeneidad de los principios. Por ejemplo, suponemos, como Montesquieu, que el principio de la monarquía es el «honor», no es posible introducir este principio en una república democrática, al igual que no es posible basar una monarquía en el principio de la discusión pública. 11 4.2 La Publicidad Las negociaciones, cuyo objetivo no es encontrar lo racionalmente verdadero, sino el cálculo de intereses y las oportunidades de obtener una ganancia haciendo valer los propios intereses según las posibilidades, van acompañadas, por supuesto, también de discursos y discusiones, pero no se trata de una discusión en el correcto sentido. Por ejemplo, dos mercaderes que llegan a un acuerdo tras una lucha competitiva hablarán de las mutuas posibilidades económicas, intentando utilizar cada uno su ventaja y llegando al fin a un compromiso comercial. La publicidad es, en este tipo de negociaciones, tan procedente como resulta razonable en una discusión auténtica. A lo largo de toda la historia mundial siempre han existido, como ya dijimos, negociaciones y compromisos. Es por esto que las personas saben que suele resultar ventajoso llevarse bien en lugar de pelear. 4.3 Gobierno mediante Discusión Todos los órganos y normas específicamente parlamentarios cobran su sentido sólo por la discusión y la publicidad. Esto vale especialmente para el aún hoy oficial y constitucionalmente reconocido axioma que el diputado sea independiente de sus votantes y de su partido; es válido también para la reglamentación de la libertad de expresión y las inmunidades de los diputados, para la publicidad de los debates parlamentarios, etc. Estas formas devienen incomprensibles si no se cree en el principio de discusión pública. En una institución no pueden introducirse a posteriori otros principios a voluntad y si ya no existe su anterior fundamento, añadir cualquier argumento sustituto. Naturalmente, la misma institución puede servir a distintos fines prácticos y recibir, por ello, distintas justificaciones prácticas. Existe una «heterogeneidad de los fines», un cambio en el significado de los puntos de vista prácticos y un cambio en las funciones de los métodos prácticos, pero no existe ninguna heterogeneidad de los principios. Por ejemplo, suponemos, como Montesquieu, que el principio de la monarquía es el «honor», no es posible introducir este principio en una república democrática, al igual que no es posible basar una monarquía en el principio de la discusión pública. 12 V. DEL PARLAMENTO IDEAL AL PARLAMENTO REAL Inicialmente, nos preguntamos si la idea que se tiene generalmente con el parlamento corresponde a la realidad, esa «idea general» se podría traducir en que el Parlamento debe ser el elemento central del sistema, aquel en el que se centrípeta toda la vida política, en el que se recogen los intereses sociales de la ciudadanía y se busquen y encuentren soluciones a los problemas que plantea la satisfacción de dichos intereses. En tal sentido; el Parlamento debería ser, además de lo anterior, eficaz, es decir, un órgano susceptible de actuar con rapidez, precisión técnica e imaginación política. En síntesis, el Parlamento debería ser capaz de modificar la actuación del Gobierno y de los demás poderes públicos y de remover al Gobierno cuando no considere satisfactoria su actividad. 5.1 Parlamento Ideal La imagen ideal que algunos difunden del Parlamento no ha existido ni hoy ni ayer. En ningún sistema ha existido ese Parlamento mítico formado por ciudadanos que representarían a toda la Nación, y no exclusivamente a un sector de ellos, y libres para adoptar cada decisión política de acuerdo con su conciencia y con los dictados de un debate racional. En realidad, ese supuesto «modelo ideal» que con tanta frecuencia se predica como favorablemente comparable a las instituciones parlamentarias de la Europa de actual por dar un ejemplo no encuentra más que una ligera aproximación en los tiempos iniciales del parlamentarismo británico. Aun así, esa comparación, al margen de otras notorias diferencias económicas y sociales que vienen dadas por la historia, no puede realizarse sin eludir que aquel modelo parlamentario se caracterizaba por basarse en un sistema estrictamente censario que solo otorgaba representación a una ínfima parte de la población, y se fundaba sobre un orden político y social que mantenía todas las formas de discriminación que hoy son expresamente proscritas por las Constituciones de los sistemas democráticos. 13 5.2 Parlamento Real Acontece con el mito de la imprevisibilidad, de acuerdo con el cual el Parlamento es un foco de discusión política, de deliberación y de adopción de decisiones que no están fijadas de antemano y que se adoptan de acuerdo con los principios del debate racional y la contradicción. Es propio, sin embargo, que las decisiones políticas no se adoptan de esta guisa, sino de acuerdo con la lógica de mayorías y minorías y de conformidad con los distintos compromisos programáticos y las diferentes elaboraciones estratégicas. Un análisis científico del modelo de régimen parlamentario ha de partir, pues, de la base de que, tanto desde el punto de vista teórico como desde la perspectiva jurídica, la arquitectura mítica del modelo parlamentario resulta, sencillamente, insostenible. Pretender que ésta se ajuste a un determinado modelo de parlamentarismo cuya más que dudosa existencia se hubiera producido más de un siglo atrás es pretender lo imposible. La construcción de una cultura política, en este caso concreto, una cultura parlamentaria, válida para la sociedad actual exige, como primer presupuesto, que esa cultura se acomode a las necesidades de la sociedad en que se funda y que responda a sus demandas y sus fenómenos reales, no imaginarios. En conclusión, se trata de elaborar una nueva línea de pensamiento democrático en relación con el parlamentarismo, una línea que acoja los grandes procesos de transformación que el Parlamento, como la 119 Joaquín García Morillo, ha experimentado, y que otorgue una formulación teórica e institucional a esas transformaciones. 14 VI. PÉRDIDA DE LA CENTRALIDAD DEL PÁRLAMENTO El parlamentarismo estructurado no hace otra cosa, en realidad, que intentar dar respuesta a la auténtica función del Parlamento, y a su papel real en los sistemas parlamentarios, que se ha ido decantando a través de un largo proceso evolutivo que, conduce de un sistema donde el Parlamento es el eje central a otro que podríamos denominar de «parlamentarismo limitado». Esta evolución es consecuencia de la transformación de varios factores como. Principio de soberanía Que residía en un Parlamento, la cual, según la frase clásica, podía hacerlo «todo menos convertir a un hombre en mujer», y que ahora reside en el pueblo. A ello hay que añadir la progresiva asunción, por los textos constitucionales, de fuerza normativa propia. Por ende, el Parlamento está sujeto a la Constitución, y existe un órgano, el Tribunal Constitucional, que tiene atribuida la función de verificar la adecuación a la Constitución del ejercicio que el Parlamento haga de su potestad legislativa. El papel y la estructura de los partidos políticos Son agrupaciones estables, que actúan con dirección y coordinación interna y están dotados de una notable disciplina. Los grupos parlamentarios, por su parte, son lisa y llanamente, con excepción del grupo Mixto, la expresión parlamentaria de los partidos políticos, donde si el grupo consigue formar gobierno, con el Ejecutivo se produce que la mayoría parlamentaria llamada a controlar al Gobierno esté, en la práctica, subordinada a éste, con todas las matizaciones que sean del caso. Las características de la sociedad moderna, y de la función del Estado en ella La complejidad política, económica y social de las sociedades actuales obliga a que la adopción de las decisiones políticas y su instrumentación se realicen tras complejos estudios en los que han de ponderarse complicados factores técnicos. Además, dichas decisiones han de adoptarse, con frecuencia, con rapidez. Todos estos elementos operan en contra de un órgano, como el Parlamento, compuesto por numerosos miembros, de carácter deliberante y no especializado, y actúan a favor del Ejecutivo, que combina el principio de jerarquía con la posibilidad de contar 15 con los elementos técnicos y humanos adecuados para la mejor valoración de los factores técnicos que concurren en cada caso. El Parlamento se encuentra, así, debilitado para afrontar las tareas a las que el Estado hace frente y se encuentra, incluso, insuficiente para afrontar la inflación de la producción normativa. Este factor, junto con la repetidamente citada urgencia de no pocas actuaciones, provoca la atribución al Gobierno de potestades normativas mediante figuras como los decretos leyes y la legislación delegada y, sobre todo, sitúa al Parlamento en una posición que SARTORI ha denominado de «surménage» crónico. Todos estos factores soberanía popular, fuerza normativa de la Constitución, órganos jurisdiccionales constitucionales, modificación del sistema de partidos y de la estructura interna de los mismos, incremento de la intervención estatal y predominio del principio de eficacia convergen en un resultado final: la pérdida por el Parlamento del papel central que se ocupaba en los sistemas parlamentarios; parece haber pocas dudas de que, en las sociedades industriales avanzadas que se rigen por un sistema parlamentario, la centralidad del sistema recae, precisamente, en el Ejecutivo. El Parlamento ocupa, sin duda, un lugar de gran importancia en el conjunto del sistema, pero ese lugar no es el central. 6.1 Parlamentarismo Limitado y Predominio del Ejecutivo Tanto por el propio ordenamiento constitucional como, sobre todo, por la fuerza de las cosas y por la incapacidad del Parlamento actual, tal y como hoy está concebido, para hacer frente con la debida eficacia a las demandas crecientes de una sociedad cada vez más compleja. Con todo, los Parlamentos siguen siendo una pieza fundamental del régimen democrático. Ello se debe a la publicidad. Es en los Parlamentos donde se debaten públicamente los proyectos de ley, debates en que los grupos parlamentarios exponen públicamente su posición y los criterios que la fundamentan. Es también en los Parlamentos donde el Gobierno debe explicar su actuación y las razones que la guían, y es allí donde dicha actuación es sometida a crítica y contrasta con otras alternativas. Los Parlamentos son, en suma, el foro político por excelencia, 16 y los medios de comunicación trasladan al gran público los debates que allí tienen lugar contribuyendo a formar la opinión del electorado sobre la actuación del Gobierno y las alternativas que a ella se ofrecen. Donde la importancia de los Parlamentos proviene de las propias características del régimen democrático; la negociación, la conciliación y la búsqueda de fórmulas de transacción es una de ellas. 6.2 El Papel de los Partidos Mayoría y Minorías Cabe recalcar que la hegemonía que la mayoría ostenta en la Cámara no es otra cosa que el resultado del sistema democrático. La mayoría es la encarnación de la expresión de la voluntad popular y soberana precipitada en el sufragio, una voluntad que se ha delegado a través de una libre elección entre una pluralidad de ofertas. Como consecuencia de ello, a la mayoría le toca jugar un papel singular en el funcionamiento del Parlamento. Está claro que la lógica del sistema parlamentario atribuye a la mayoría las funciones de gobierno y a la minoría el derecho a disentir y a exigir al gobierno el más estricto entendimiento a los principios que le dotan de legitimidad. La comprensión del funcionamiento de los Parlamentos en las sociedades industriales avanzadas no puede hacer abstracción del hecho de que mayoría y minoría cumplen funciones distintas en la animación real del régimen parlamentario y en los diferentes cometidos que corresponden al Parlamento: representar, legislar, formar gobierno y controlarlo. Es algo más que demostrado que, en los sistemas parlamentarios, el elector no solamente elige un representante, sino que se pronuncia por una opción de gobierno habitualmente asociada a un equipo dirigente y a un candidato a Primer Ministro. Por lo tanto, es una exigencia sistémica, dada la naturaleza de la relación fiduciaria entre Parlamento y Gobierno. De hecho, la única forma de asegurar un Gobierno estable y operativo es garantizar un apoyo sostenido e institucionalizado de la mayoría parlamentaria al Gobierno. Ello conduce a asumir como funcional, legítimo y, por lo tanto, deseable que los Parlamentos actúen en congruencia con unas reglas de disciplina política cuya raíz no solo es democrática, sino que es, la base del sistema democrático. 17 Igualmente, es preciso circunscribir a sus límites auténticos la significación del papel que en un sistema democrático corresponde a la minoría. La lógica parlamentaria que con tanta frecuencia se critica no es, ni una desviación del sistema ni un accidente del mismo: es consecuencia directa e inevitable de las exigencias del sistema, que sólo puede funcionar, precisamente, en tanto se den las circunstancias que algunos califican de perniciosas desviaciones. A despecho de quienes conciben el sistema parlamentario como el permanente enfrentamiento entre el Parlamento y el Gobierno, vale decir, entre la mayoría parlamentaria y el Gobierno emanado de ella, es necesario resaltar que el parlamentarismo sólo puede funcionar sobre la base de unos sólidos ligámenes de colaboración y confianza entre Legislativo y Ejecutivo. 18 VII. CONTROL PARLAMENTARIO 7.1 Origen del Control Parlamentario Cuando buscamos hablar del origen del Control Parlamentario, tenemos necesariamente que realizar una división de los dos términos: control y parlamento, porque si analizamos la fusión de ambas palabras tendremos una respuesta y si solo nos limitamos al término control tendremos que retroceder más en el tiempo. Recordemos que en la estructura de organización del poder de las civilizaciones tenemos a los imperios del mundo antiguo, en los cuales el poder era absoluto, pero surge en los griegos y en especial en el senado romano la concepción de poner límites al poder absoluto (primeros esbozos del control a la autoridad). En esta línea de idea es menester comentar que la Carta Magna, en Inglaterra, es el primer documento que pone límites al poder del monarca. Este documento fue aceptado por el rey Juan I de Inglaterra, más conocido como Juan sin Tierra, en Londres el 15 de junio de 1215, en el cual se estableció por primera vez el hábeas corpus, el principio de legalidad y que el poder del rey puede ser limitado por una concesión escrita. Como ya hemos señalado, el control parlamentario está ligado íntimamente al surgimiento del parlamentarismo, aunque formalmente con texto constitucional e instituciones propias se vaya a desarrollar posteriormente, conforme pasaremos a describir. Podemos decir que, terminada la Primera Guerra Mundial (1914-1918), la idea del control parlamentario no se encontraba en los textos constitucionales, aunque por la casuística, tradiciones y doctrinariamente se concebía ya como existente. Así, fiel a su práctica, los ingleses son los primeros en plasmar al control parlamentario a comienzos del siglo XVIII y en Francia, a la caída de Napoleón, en la Tercera República. De esta manera, en los regímenes parlamentarios, tanto monárquicos como republicanos, el control de las Cámaras sobre el Gobierno es una práctica 19 desarrollada, recogida en los reglamentos y teorizada doctrinariamente en el periodo que va de 1875 a 1918. Con el fin de la guerra los países surgidos de los viejos imperios austro húngaro y alemán, en las Constituciones de Alemania, Austria, Checoslovaquia y Polonia, participarán del parlamentarismo racional y asumirán en sus constituciones mecanismos de control y responsabilidad política, como son la moción de censura y la cuestión de confianza. Como dice Cecilia Mora-Donatto, “la constitucionalización o racionalización de la responsabilidad gubernamental es una visión más amplia del control parlamentario y de sus instrumentos”, pues se aleja considerablemente de la idea de que el control es un instrumento cuyas finalidades principales son sancionar, ratificar o destituir un Gobierno, para concebirlo como el instrumento que fija con precisión las relaciones entre este y el Parlamento. Con la caída de los regímenes totalitarios y el fin del Segunda Guerra Mundial se viene una nueva etapa, queda demostrada la necesidad imprescindible del control parlamentario y la necesidad de instrumentos que sirvan para el control de poderes, sin perjuicio de los mecanismos de control recíproco (checks and balances, propio de los EE.UU) que garantizarán que no se produzca el predominio de un poder sobre otros, bajo la influencia de Estados Unidos. Finalmente, podemos decir que el control parlamentario en el actual Estado constitucional y democrático no es uniforme, debido a que en las democracias actuales es posible encontrar diversos sistemas de gobierno, de ahí que pueda hablarse de presidencialismo, parlamentarismo, semiparlamentarismo y semipresidencialismo. Es evidente que la fuerza del control parlamentario variará dependiendo del sistema de gobierno en que nos encontremos, el uso de la responsabilidad política difusa y al rol que se le permita a la minoría parlamentaria. 20 7.2 Conceptualización del Control Parlamentario Uno de los grandes problemas para conceptualizar el control parlamentario es la perspectiva desde la cual se realiza el análisis. Si estudiamos por separado el término control, tendremos las siguientes opciones. Desde una perspectiva semántica, entendemos el término Control como: comprobación, inspección, fiscalización, intervención, autoridad, dominio, dirección o mando. Doctrinariamente se confunden dos significados distintos para el control: de un lado, en la lengua francesa, contrôle equivale a verificación o comprobación; de otro, el procedente del inglés, idioma en que to control significa dirigir. Y si bien tradicionalmente el control parlamentario se ha identificado más con el primero de esos sentidos (que en el inglés se expresaría más bien por el verbo to check), lo cierto es que también engloba al segundo. Para García Morillo, el concepto francés es el gramaticalmente correcto y jurídicamente pertinente, por lo que «la actividad de control queda circunscrita al examen o verificación de la actividad del sujeto pasivo del control». Pero el tema que nos ocupa es el Control Parlamentario, el cual, como ya hemos venido analizando, es concurrente al control de poderes y a la moderna teoría del Estado constitucional y democrático. Desde esta perspectiva, tenemos una serie de opiniones doctrinarias. Al respecto, Karl Loewenstein, señala que el control asume dos modalidades básicas: El control por distribución de poder: Es decir, cuando se requiere la voluntad de dos o más sujetos para producir un acto jurídico estatal, como en el nombramiento de un juez federal en la Constitución de los Estados Unidos de América, producto de una proposición del presidente y un acuerdo del Senado. El control por negación de poder: Que acaece cuando un poder del Estado puede disolver un acto de otro poder o a este último poder: por ejemplo, tenemos el veto presidencial a las leyes que sancione el Congreso o la disolución del 21 Parlamento por el Poder Ejecutivo o el Gobierno en los regímenes parlamentarios. 7.3 El Antejuicio como mecanismo de Control Parlamentario El parlamento es la expresión popular de una nación, y como tal se constituyen el primer poder del Estado; le toca la alta función de legislar y fiscalizar. En ese horizonte, ejerce diversos mecanismos de actuación para cumplir con sus funciones constitucionales. Así, podemos advertir que el Congreso aprueba las leyes, autoriza al poder ejecutivo legislar vía decretos legislativos, verifica la constitucionalidad de los decretos de urgencia, controla a los ministros mediante la censura, y autoriza el procesamiento de los más altos funcionarios del estado, entre otras formas de actuación. Es decir, no solamente dicta las normas más importantes del país, sino además controla a los estamentos del poder. Ese control, es el denominado, control político, el cual es verdad, ha adquirido pleno relieve en el Estado democrático contemporáneo y, tal vez, la función más importante de los parlamentos actuales. Precisamente dentro de esa gama de mecanismos que forman parte del llamado “control parlamentario>>, ubicamos al “Antejuicio”, que, por un lado, protege al funcionario público de las denuncias sin fundamento jurídico ni político, y de otro viabiliza la persecución penal cuando haya mérito para tales propósitos. Es decir, por un lado, establece los mecanismos para la fiscalización de los que detentan el poder; y, de otro, impide que los cuestionamientos terminen por destruir la credibilidad de los altos funcionarios y sopesen en la organización del Estado. Se trata en otras expresiones, de la superación del Estado totalitario para transitar hacia el Estado democrático constitucional. Es decir, hacia las relaciones entre el poder y la ciudadanía sobre los dispositivos prescritos por las normas legales emitidas por el parlamento como expresión de la soberanía popular. En ese sentido, queda claro que los gobernantes no solamente reciben un mandato para dirigir a los pueblos, sino además un deber de actuar en defensa de los intereses de la comunidad. 22 Ahora bien, es cierto que dicho ejercicio genera adversidades. El poder político, económico, social y otros encubiertos, podrían, como que pueden, objetar la conducta de un alto funcionario por móviles nada justificables. Ahí debe guardarse reserva de los derechos de los altos funcionarios tanto como las exigencias de la ciudadanía de poder acceder a los recursos adecuados para controlar a sus gobernantes. Ello implica que el Estado, a la par de garantizar la fiscalización del poder, deba prever mecanismos que, sin menoscabar o tornarse privilegios, constituyan solamente medios de protección legítima de sus gobernantes. Es ese el fundamento del antejuicio político hoy en día. 7.4 Clases de Control Parlamentario, opinión de autores peruanos, perspectiva internacional 7.4.1 Clasificación de Víctor García Toma Al Parlamento le cabe la potestad de comprobar, revisar, examinar, autorizar, vigilar y hasta censurar las políticas, acciones y conductas reñidas con la Constitución y el orden social constituido. Teniendo en cuenta estas atribuciones del control parlamentario, Víctor García Toma, en su obra Legislativo y Ejecutivo en el Perú, clasifica al control parlamentario como concurrente, posterior y punitivo. Control Parlamentario Concurrente: Esta modalidad conlleva a examinar las acciones gubernamentales de manera paralela al proceso mismo de realización. Pertenecen a este tipo de control las instituciones de solicitud de información y estación de preguntas. Constituyen una actividad de verificación confluyente al desarrollo de la actividad político-administrativa. Control Parlamentario Posterior: Esta modalidad conlleva a examinar las acciones gubernamentales de manera ulterior, consecutiva o subsiguiente al proceso mismo de realización. Tenemos la institución de la dación de cuenta. Alude a una actividad de confirmación o veto de determinadas actividades político-administrativas. 23 Control Parlamentario Punitivo: Esta modalidad conlleva a examinar la responsabilidad política derivada del ejercicio de una alta función pública. Tal es el caso de las instituciones de interpelación y censura. La responsabilidad política aparece como una ineludible contrapartida a la actividad de Gobierno. 7.4.2 Clasificación de César Landa Arroyo Control Preventivo: Está basado en los mecanismos de coordinación y control en la formación del Gobierno. Se ejecuta en la Investidura. Control Funcional: Su característica es desarrollar las actividades de fiscalización parlamentaria, orientadas a verificar o proteger los principios políticos y constitucionales, a través de los pedidos de informes, invitación a los ministros, la estación de preguntas y la dación de cuenta. Control Represivo: Es el que organiza y pone en funcionamiento su tarea de función contralora, de investigación y de sanción. Se realiza mediante las comisiones investigadoras, el antejuicio político, la interpelación y la censura. 24 VIII. CONCLUSIONES En pocas palabras podemos considerar al régimen parlamentarista como un sistema político que tiene como centro a un parlamento regulado por poder legislativo, encargándose este de la elección del gobierno (El poder ejecutivo). A través de lo mencionado en cuanto a la evolución del parlamentarismo, podemos apreciar que el objetivo en la evolución ha sido el control parlamentario y la responsabilidad política, mediante la implementación de límites y la correcta delimitación de las funciones para mantener un régimen organizado. Debemos tener siempre en cuenta los principios básicos del parlamentarismo como: la discusión pública, la publicidad y el gobierno mediante discusión, ya que nos permitirá entender cómo se desarrolla el parlamentarismo; asimismo, estos principios nos ayudaran a comprender todo lo cual deriva de él. En cuanto al parlamento ideal y el parlamento real, después de exponerlo se busca elaborar un nuevo pensamiento en relación con el parlamentarismo donde se acojan procesos de transformación antes explicados, otorgando una formulación teoría e institucional. La pérdida de la centralidad del parlamento se debió a diversos factores como: soberanía popular, fuerza normativa de la Constitución, órganos jurisdiccionales constitucionales, modificación del sistema de partidos y de la estructura interna de los mismos, incremento de la intervención estatal y predominio del principio de eficacia. Parlamentarismo limitado y predominio del ejecutivo, donde los Parlamentos son, en suma, el foro político por excelencia, y los medios de comunicación trasladan al gran público los debates que allí tienen lugar contribuyendo a formar la opinión del electorado sobre la actuación del Gobierno y las alternativas que a ella se ofrecen. El papel de los partidos mayoría y minorías, en el cual, el sistema parlamentario atribuye a la mayoría las funciones de gobierno y a la minoría el derecho a disentir y a exigir al gobierno el más estricto entendimiento a los principios que le dotan de legitimidad. El control parlamentario tiene su más antiguo precedente en Inglaterra, concretamente por la lucha contra el poder absoluto, pero fue incorporado formalmente en el siglo XVIII en el parlamentarismo. 25 El Control Parlamentario, básicamente, se dedica a el control de poderes y a la moderna teoría del Estado constitucional, y democrático; regulando los roles de los funcionarios públicos. El Antejuicio del Controlo Parlamentario protege al funcionario público de las denuncias sin fundamento jurídico ni político. Sobre las clases de Control Parlamentario: Doctor Víctor García Toma: control concurrente, control posterior, control punitivo. Doctor César Landa Arroyo: control preventivo, control funcional, control represivo 26 IX. REFERENCIAS Arizmendi, O. (2002). RÉGIMEN PARLAMENTARIO. El Tiempo. Recuperado de https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1381340 García Morillo, J. (1991): “Mitos y realidades del parlamentarismo”, Revista del Centro de Estudios Constitucionales, núm.9, p.115-144. Recuperado de http://www.cepc.gob.es/Publicaciones/Revistas/fondohistorico?IDR=15&IDN=1239 &IDA=35406 Giménez, F. (2005). El Parlamentarismo. http://nodulo.org/ec/2005/n046p19.htm 27 Nodulo. Recuperado de