Subido por Carlos Milder Rodríguez

RÉGIMENES PARLAMENTARIOS

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UNIVERSIDAD PRIVADA DEL NORTE
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS
POLÍTICAS
“Regímenes Parlamentarios”
TRABAJO T2
INTEGRANTES:






Cuyan Villegas, Edison Alindor
Longobardi Salgado, Roxani Paola
Narvaez Mejia, Pamela Kathiusca
Rodríguez Alvarado, Carlos Milder
Vega Ulloa, Mayeli Lucero (DELEGADA)
Zavaleta Zumaran, Ximena Alexandra
DOCENTE:
DRA. SILVIA CIRENE ORDOÑEZ GANOZA
TRUJILLO, LA LIBERTAD
3 DE NOVIEMBRE, 2020
1
DEDICATORIA
En esta ocasión silenciamos nuestras voces;
no para callar lo que deseamos expresar,
sino para elevar nuestros corazones en
agradecimiento a Dios, por otorgarnos la
ocasión predilecta de ser alumnos de la
Dra. SILVIA CIRENE ORDOÑEZ
GANOZA, a la cual dedicamos el
presente Trabajo; y de un modo muy
particular agradecemos la paciencia y
comprensión que tiene con cada uno de
nosotros, durante el desarrollo del curso
“Derecho Constitucional y teoría del
Estado”
2
AGRADECIMIENTOS
Nuestros más sinceros agradecimientos sean, en primer lugar,
para quien un día nos concedió la vida; y hoy nos brinda la
oportunidad de realizar nuestros estudios superiores, sin tener
mérito alguno talvez, pero con total humildad, agradecemos a
Dios.
A los que vivieron y viven junto a nosotros las diversas etapas
de nuestras vidas, nuestros padres, nuestros demás familiares y
nuestros amigos, los cuales siempre nos impulsaron a forjar un
futuro con éxito, para de esa manera poder lograr,
positivamente, todas nuestras metas trazadas.
A nuestra Universidad Privada del Norte, por haber depositado
en nosotros la confianza y credibilidad; de que, en un futuro
muy próximo, seremos capaces de culminar nuestros estudios
superiores. Asimismo, es preciso agradecer a todos los
preceptores que nos instruyeron e instruyen en los diversos
niveles educativos que atravesamos, para de esa manera
sembrar en cada uno de nosotros la mentalidad de los líderes
que dirigirán el mundo mañana.
3
ÍNDICE
CAPÍTULO I
Regímenes Parlamentarios
INTRODUCCIÓN
I. REALIDAD PROBLEMÁTICA
II. DEFINICIÓN
CAPÍTULO II
El Parlamentarismo
III. EVOLUCION DEL PARLAMENTARISMO
3.1 Parlamentarismo Salvaje
3.2 Parlamentarismo Racionalizado
3.3 Parlamentarismo Estructurado
IV. PRINCIPIOS DE PARLAMENTARISMO
4.1 La Discusión Pública
4.2 La Publicidad
4.3 Gobierno mediante Discusión
V. DEL PARLAMENTO IDEAL AL PARLAMENTO REAL
5.1 Parlamento Idea
5.2 Parlamento Real
VI. PÉRDIDA DE LA CENTRALIDAD DEL PÁRLAMENTO
6.1 Parlamentarismo Limitado y Predominio del Ejecutivo
6.2 El Papel de los Partidos Mayoría y Minorías
VII. CONTROL PARLAMENTARIO
7.1 Origen del Control Parlamentario
7.2 Conceptualización del Control Parlamentario
7.3 El Antejuicio como mecanismo de Control Parlamentario
7.4 Clases de Control Parlamentario, opinión de autores peruanos, perspectiva
internacional
7.4.1 Clasificación de Víctor García Toma
 Control Parlamentario Concurrente
 Control Parlamentario Posterior
 Control Parlamentario Punitivo
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7.4.4.2 Clasificación de César Landa Arroyo
 Control Preventivo
 Control Funcional
 Control Represivo
VIII. CONCLUSIONES
IX. REFERENCIAS
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INTRODUCIÓN
Resulta ser que, el régimen parlamentario tiene los orígenes de su proceso en la época de
“Inglaterra Medieval”, partiendo de una monarquía absoluta de conformación temprana;
siendo así que, el régimen parlamentario comenzó a consolidarse a base de una
combinación de acontecimientos históricos y peticiones que obligaron al cambio. Con el
pasar de los años el parlamentarismo se extendió hacia toda Europa y hacia los nuevos
Estados; que en esa época eran colonias, originándose sistemas parlamentarios como lo
son, hoy en día, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Claro está que ninguna conserva
este sistema es su estado más “salvaje”.
Si bien es cierto, para una definición simple de los regímenes parlamentaristas se puede
decir que; son sistemas políticos que tienen como eje al parlamento, después de lo
mencionado anteriormente, lo cual es tan profundo como la cantidad de años que ha
estado en constante proceso de evolución. Es por esto que, para entender de verdad su
funcionamiento, sus implicancias en la actualidad y todo aquello que deriva de él,
debemos hacer un estudio más profundo; abarcando no solo una definición, sino también
el proceso evolutivo, hasta tocar temas relevantes que derivan del parlamentarismo, como
el control parlamentario.
A continuación, presentaremos tanto la realidad problemática, como su definición;
tomando en cuenta la opinión de más de un autor peruano. Además, haremos un repaso
del proceso evolutivo, del parlamentarismo y sus principios fundamentales. En tal
sentido, se abordarán temas polémicos relacionados; como el parlamento ideal, el
parlamento real, la perdida de centralidad del parlamento, y concluiremos presentando un
tema muy interesante que deriva de los regímenes parlamentaristas; el control
parlamentario.
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CAPÍTULO I
Regímenes Parlamentarios
I. REALIDAD PROBLEMÁTICA
Inglaterra fue la primera monarquía parlamentaria en toda Europa durante la época
moderna.
Actualmente Inglaterra sigue siendo una monarquía parlamentaria, teniendo como jefa
de Estado a la reina Isabel II, el poder que ella posee es más simbólico que real, puesto
que el verdadero poder es ejercido por el gobierno y ministros, sujetos siempre a las
leyes impuestas por el parlamento. Siendo la reina Isabel II la monarca de Inglaterra,
tiene papeles representativos y ceremoniales.
El lugar donde se ejerce el verdadero poder del estado es en el parlamento bicameral, en
la cámara alta están situados los Lores y en la cámara baja están situada los comunes.
Por un lado, los miembros de la cámara de los Lores no son escogidos mediante elección
democrática, sino que son elegidos por el monarca, siempre siguiendo las
recomendaciones del Primer Ministro. Esta cámara no tiene un número fijo de
miembros. Existen los lores espirituales que están formados por 26 obispos; y también,
los lores temporales que pueden ocupar su asiento en el parlamento de forma vitalicia.
Por otro lado, en cuanto a la cámara de los comunes está conformada por 650 miembros
del parlamento que son escogidos por sufragio universal. Ambas cámaras no tienen el
mismo peso al momento de tomar decisiones políticas para el país. Anteriormente se
necesitaba que la mayoría de cada cámara estuviera de acuerdo para que sea aprobada
una ley, actualmente la cámara de los lores solo tiene papel como un órgano consultivo.
Como cualquier otro sistema político el parlamentarismo no es perfecto, suceden
situaciones poco éticas como la excesiva vinculación del poder ejecutivo con el partido
político mayoritario en el Parlamento.
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II. DEFINICIÓN
Es un sistema político que tiene como centro al Parlamento, a cargo del poder
legislativo. El Parlamento es el organismo responsable de elegir al gobierno que
administra el poder ejecutivo.
En esta forma de gobierno, el Poder Legislativo (el parlamento) elige a quienes
representaran al Poder Ejecutivo (el gobierno). En esta clase de sistema, el jefe de
Gobierno o Primer Ministro no es el mismo que el jefe de Estado: el primero preside
el Poder Ejecutivo, mientras que el segundo puede ser un monarca que accedió a su
condición de manera hereditaria o un representante seleccionado por el Parlamento. La
población elige a través de su voto a los integrantes del Parlamento y luego los
parlamentarios votan al jefe de Gobierno.
Algunos autores que definen al régimen parlamentario:
 Arizmendi (2002)
“El régimen parlamentario es aquel en el cual se distingue entre jefe de Estado y jefe
de Gobierno y este suele ser elegido por la fracción mayoritaria del Parlamento, o por
una coalición de fuerzas parlamentarias.”
 Giménez (2005)
“El parlamentarismo es un régimen político en el cual el Parlamento es el poder
supremo y nombra a los miembros del gobierno,”
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CAPÍTULO II
El Parlamentarismo
III. EVOLUCION DEL PAPEL DEL PARLAMENTARISMO
La transformación del régimen parlamentario a lo largo de los años ha sido notoria e
importante, debido a esto, a continuación, desarrollaremos esa evolución basados en
la mencionada por García Morillo (1991):
3.1 Parlamentarismo Salvaje
a. Características:
 Supremacía del parlamento.
 El Ejecutivo se encontraba subordinado por el Legislativo.
 Carencia de organizaciones políticas que obtengan el respaldo de una mayoría
estable.
 Desorden en la estructura interna de la mayoría de organizaciones políticas.
b. Efectos:
 Inestabilidad gubernamental.
 Polarización de la población.
 Aumento de conflictos sociales.
c. Ejemplos:
 III República francesa
 República de Weimar
3.2 Parlamentarismo Racionalizado
a. Origen:
 Se consagro debido a la oleada constitucionalista que se dio posterior a la II
Guerra Mundial.
b. Objetivo:
 Asegurar la estabilidad gubernamental.
 Impedir que se desarrollen los llamados “vacíos de poder”.
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c. Reformas:
 Regular a detalle los instrumentos que se usaron para el control parlamentario
del Gobierno.
 Implementar mecanismo de exigencia de la responsabilidad política del
Ejecutivo.
d. Ejemplo:
 La Ley Fundamental de Bonn, siendo este el ejemplo más famoso del proceso
de racionalización, la moción la «moción de censura constructiva» de la Ley 120
Mitos y realidades del parlamentarismo Fundamental de Bonn.
3.3 Parlamentarismo Estructurado
a. Objetivo:
Organizar y racionalizar la vida parlamentaria.
b. Características:
Tiene un alcance global debido no se satisface con establecer las funciones de
control parlamentario y dar énfasis en la exigencia de la responsabilidad política,
sino que también se extiende a regular la función legislativa, la presupuestaria y
los debates de cualquier tipo.
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IV. PRINCIPIOS DE PARLAMENTARISMO
Actualmente el parlamento reposa en un fundamento totalmente distinto lo que hace
algunas, generaciones significaba, hoy sabemos que se considera la base intelectual
del parlamentarismo más allá de las antiguas ideas.
Los Parlamentos son instituciones de la democracia perfilados en el siglo XIX en la
Constitución británica y transferidos al continente europeo por la adaptación de Guizot
en Francia, que se basa en dos grandes principios: la publicidad y el gobierno
mediante discusión. Publicidad y discusión significaban la victoria del derecho sobre
la fuerza.
4.1 La Discusión Pública
Mediante esta discusión se espera que el Parlamento resuelva las diferencias, y
hasta los conflictos de ideas e intereses, latentes en una sociedad. Por eso, una de
las más afortunadas definiciones de la política es la que considera su raíz en estos
conflictos y en su posible superación en un acuerdo o consenso.
Estas formas devienen incomprensibles si no se cree en el principio de la discusión
pública. En una institución no pueden introducirse a posteriori otros principios a
voluntad y, si ya no existe su anterior fundamento o añadir cualquier argumento
sustituto. Naturalmente, la misma institución puede servir a distintos fines
prácticos y recibir, por ello, distintas justificaciones prácticas. Existe una
heterogeneidad de los fines, un cambio en el significado de los puntos de vista
prácticos y un cambio en las funciones de los métodos prácticos, pero no existe
ninguna heterogeneidad de los principios.
Por ejemplo, suponemos, como Montesquieu, que el principio de la monarquía es
el «honor», no es posible introducir este principio en una república democrática,
al igual que no es posible basar una monarquía en el principio de la discusión
pública.
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4.2 La Publicidad
Las negociaciones, cuyo objetivo no es encontrar lo racionalmente verdadero, sino
el cálculo de intereses y las oportunidades de obtener una ganancia haciendo valer
los propios intereses según las posibilidades, van acompañadas, por supuesto,
también de discursos y discusiones, pero no se trata de una discusión en el correcto
sentido. Por ejemplo, dos mercaderes que llegan a un acuerdo tras una lucha
competitiva hablarán de las mutuas posibilidades económicas, intentando utilizar
cada uno su ventaja y llegando al fin a un compromiso comercial. La publicidad
es, en este tipo de negociaciones, tan procedente como resulta razonable en una
discusión auténtica. A lo largo de toda la historia mundial siempre han existido,
como ya dijimos, negociaciones y compromisos. Es por esto que las personas saben
que suele resultar ventajoso llevarse bien en lugar de pelear.
4.3 Gobierno mediante Discusión
Todos los órganos y normas específicamente parlamentarios cobran su sentido sólo
por la discusión y la publicidad. Esto vale especialmente para el aún hoy oficial y
constitucionalmente reconocido axioma que el diputado sea independiente de sus
votantes y de su partido; es válido también para la reglamentación de la libertad de
expresión y las inmunidades de los diputados, para la publicidad de los debates
parlamentarios, etc. Estas formas devienen incomprensibles si no se cree en el
principio de discusión pública. En una institución no pueden introducirse a
posteriori otros principios a voluntad y si ya no existe su anterior fundamento,
añadir cualquier argumento sustituto. Naturalmente, la misma institución puede
servir a distintos fines prácticos y recibir, por ello, distintas justificaciones
prácticas. Existe una «heterogeneidad de los fines», un cambio en el significado de
los puntos de vista prácticos y un cambio en las funciones de los métodos prácticos,
pero no existe ninguna heterogeneidad de los principios.
Por ejemplo, suponemos, como Montesquieu, que el principio de la monarquía es
el «honor», no es posible introducir este principio en una república democrática,
al igual que no es posible basar una monarquía en el principio de la discusión
pública.
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V. DEL PARLAMENTO IDEAL AL PARLAMENTO REAL
Inicialmente, nos preguntamos si la idea que se tiene generalmente con el parlamento
corresponde a la realidad, esa «idea general» se podría traducir en que el Parlamento
debe ser el elemento central del sistema, aquel en el que se centrípeta toda la vida
política, en el que se recogen los intereses sociales de la ciudadanía y se busquen y
encuentren soluciones a los problemas que plantea la satisfacción de dichos intereses.
En tal sentido; el Parlamento debería ser, además de lo anterior, eficaz, es decir, un
órgano susceptible de actuar con rapidez, precisión técnica e imaginación política.
En síntesis, el Parlamento debería ser capaz de modificar la actuación del Gobierno y
de los demás poderes públicos y de remover al Gobierno cuando no considere
satisfactoria su actividad.
5.1 Parlamento Ideal
La imagen ideal que algunos difunden del Parlamento no ha existido ni hoy ni ayer.
En ningún sistema ha existido ese Parlamento mítico formado por ciudadanos que
representarían a toda la Nación, y no exclusivamente a un sector de ellos, y libres
para adoptar cada decisión política de acuerdo con su conciencia y con los dictados
de un debate racional.
En realidad, ese supuesto «modelo ideal» que con tanta frecuencia se predica como
favorablemente comparable a las instituciones parlamentarias de la Europa de
actual por dar un ejemplo no encuentra más que una ligera aproximación en los
tiempos iniciales del parlamentarismo británico. Aun así, esa comparación, al
margen de otras notorias diferencias económicas y sociales que vienen dadas por
la historia, no puede realizarse sin eludir que aquel modelo parlamentario se
caracterizaba por basarse en un sistema estrictamente censario que solo otorgaba
representación a una ínfima parte de la población, y se fundaba sobre un orden
político y social que mantenía todas las formas de discriminación que hoy son
expresamente proscritas por las Constituciones de los sistemas democráticos.
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5.2 Parlamento Real
Acontece con el mito de la imprevisibilidad, de acuerdo con el cual el Parlamento
es un foco de discusión política, de deliberación y de adopción de decisiones que
no están fijadas de antemano y que se adoptan de acuerdo con los principios del
debate racional y la contradicción. Es propio, sin embargo, que las decisiones
políticas no se adoptan de esta guisa, sino de acuerdo con la lógica de mayorías y
minorías y de conformidad con los distintos compromisos programáticos y las
diferentes elaboraciones estratégicas.
Un análisis científico del modelo de régimen parlamentario ha de partir, pues, de
la base de que, tanto desde el punto de vista teórico como desde la perspectiva
jurídica, la arquitectura mítica del modelo parlamentario resulta, sencillamente,
insostenible.
Pretender que ésta se ajuste a un determinado modelo de parlamentarismo cuya
más que dudosa existencia se hubiera producido más de un siglo atrás es pretender
lo imposible. La construcción de una cultura política, en este caso concreto, una
cultura parlamentaria, válida para la sociedad actual exige, como primer
presupuesto, que esa cultura se acomode a las necesidades de la sociedad en que
se funda y que responda a sus demandas y sus fenómenos reales, no imaginarios.
En conclusión, se trata de elaborar una nueva línea de pensamiento democrático en
relación con el parlamentarismo, una línea que acoja los grandes procesos de
transformación que el Parlamento, como la 119 Joaquín García Morillo, ha
experimentado, y que otorgue una formulación teórica e institucional a esas
transformaciones.
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VI. PÉRDIDA DE LA CENTRALIDAD DEL PÁRLAMENTO
El parlamentarismo estructurado no hace otra cosa, en realidad, que intentar dar
respuesta a la auténtica función del Parlamento, y a su papel real en los sistemas
parlamentarios, que se ha ido decantando a través de un largo proceso evolutivo que,
conduce de un sistema donde el Parlamento es el eje central a otro que podríamos
denominar de «parlamentarismo limitado».
Esta evolución es consecuencia de la transformación de varios factores como.
 Principio de soberanía
Que residía en un Parlamento, la cual, según la frase clásica, podía hacerlo «todo
menos convertir a un hombre en mujer», y que ahora reside en el pueblo. A ello hay
que añadir la progresiva asunción, por los textos constitucionales, de fuerza
normativa propia. Por ende, el Parlamento está sujeto a la Constitución, y existe un
órgano, el Tribunal Constitucional, que tiene atribuida la función de verificar la
adecuación a la Constitución del ejercicio que el Parlamento haga de su potestad
legislativa.
 El papel y la estructura de los partidos políticos
Son agrupaciones estables, que actúan con dirección y coordinación interna y están
dotados de una notable disciplina. Los grupos parlamentarios, por su parte, son lisa
y llanamente, con excepción del grupo Mixto, la expresión parlamentaria de los
partidos políticos, donde si el grupo consigue formar gobierno, con el Ejecutivo se
produce que la mayoría parlamentaria llamada a controlar al Gobierno esté, en la
práctica, subordinada a éste, con todas las matizaciones que sean del caso.
 Las características de la sociedad moderna, y de la función del Estado en ella
La complejidad política, económica y social de las sociedades actuales obliga a que
la adopción de las decisiones políticas y su instrumentación se realicen tras
complejos estudios en los que han de ponderarse complicados factores técnicos.
Además, dichas decisiones han de adoptarse, con frecuencia, con rapidez. Todos
estos elementos operan en contra de un órgano, como el Parlamento, compuesto por
numerosos miembros, de carácter deliberante y no especializado, y actúan a favor
del Ejecutivo, que combina el principio de jerarquía con la posibilidad de contar
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con los elementos técnicos y humanos adecuados para la mejor valoración de los
factores técnicos que concurren en cada caso.
El Parlamento se encuentra, así, debilitado para afrontar las tareas a las que el
Estado hace frente y se encuentra, incluso, insuficiente para afrontar la inflación de
la producción normativa. Este factor, junto con la repetidamente citada urgencia de
no pocas actuaciones, provoca la atribución al Gobierno de potestades normativas
mediante figuras como los decretos leyes y la legislación delegada y, sobre todo,
sitúa al Parlamento en una posición que SARTORI ha denominado de «surménage»
crónico.
Todos estos factores soberanía popular, fuerza normativa de la Constitución, órganos
jurisdiccionales constitucionales, modificación del sistema de partidos y de la estructura
interna de los mismos, incremento de la intervención estatal y predominio del principio
de eficacia convergen en un resultado final: la pérdida por el Parlamento del papel central
que se ocupaba en los sistemas parlamentarios; parece haber pocas dudas de que, en las
sociedades industriales avanzadas que se rigen por un sistema parlamentario, la
centralidad del sistema recae, precisamente, en el Ejecutivo. El Parlamento ocupa, sin
duda, un lugar de gran importancia en el conjunto del sistema, pero ese lugar no es el
central.
6.1 Parlamentarismo Limitado y Predominio del Ejecutivo
Tanto por el propio ordenamiento constitucional como, sobre todo, por la fuerza
de las cosas y por la incapacidad del Parlamento actual, tal y como hoy está
concebido, para hacer frente con la debida eficacia a las demandas crecientes de
una sociedad cada vez más compleja.
Con todo, los Parlamentos siguen siendo una pieza fundamental del régimen
democrático. Ello se debe a la publicidad. Es en los Parlamentos donde se debaten
públicamente los proyectos de ley, debates en que los grupos parlamentarios
exponen públicamente su posición y los criterios que la fundamentan. Es también
en los Parlamentos donde el Gobierno debe explicar su actuación y las razones
que la guían, y es allí donde dicha actuación es sometida a crítica y contrasta con
otras alternativas. Los Parlamentos son, en suma, el foro político por excelencia,
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y los medios de comunicación trasladan al gran público los debates que allí tienen
lugar contribuyendo a formar la opinión del electorado sobre la actuación del
Gobierno y las alternativas que a ella se ofrecen. Donde la importancia de los
Parlamentos proviene de las propias características del régimen democrático; la
negociación, la conciliación y la búsqueda de fórmulas de transacción es una de
ellas.
6.2 El Papel de los Partidos Mayoría y Minorías
Cabe recalcar que la hegemonía que la mayoría ostenta en la Cámara no es otra
cosa que el resultado del sistema democrático. La mayoría es la encarnación de la
expresión de la voluntad popular y soberana precipitada en el sufragio, una
voluntad que se ha delegado a través de una libre elección entre una pluralidad de
ofertas. Como consecuencia de ello, a la mayoría le toca jugar un papel singular
en el funcionamiento del Parlamento.
Está claro que la lógica del sistema parlamentario atribuye a la mayoría las
funciones de gobierno y a la minoría el derecho a disentir y a exigir al gobierno el
más estricto entendimiento a los principios que le dotan de legitimidad. La
comprensión del funcionamiento de los Parlamentos en las sociedades industriales
avanzadas no puede hacer abstracción del hecho de que mayoría y minoría
cumplen funciones distintas en la animación real del régimen parlamentario y en
los diferentes cometidos que corresponden al Parlamento: representar, legislar,
formar gobierno y controlarlo. Es algo más que demostrado que, en los sistemas
parlamentarios, el elector no solamente elige un representante, sino que se
pronuncia por una opción de gobierno habitualmente asociada a un equipo
dirigente y a un candidato a Primer Ministro. Por lo tanto, es una exigencia
sistémica, dada la naturaleza de la relación fiduciaria entre Parlamento y
Gobierno. De hecho, la única forma de asegurar un Gobierno estable y operativo
es garantizar un apoyo sostenido e institucionalizado de la mayoría parlamentaria
al Gobierno. Ello conduce a asumir como funcional, legítimo y, por lo tanto,
deseable que los Parlamentos actúen en congruencia con unas reglas de disciplina
política cuya raíz no solo es democrática, sino que es, la base del sistema
democrático.
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Igualmente, es preciso circunscribir a sus límites auténticos la significación del
papel que en un sistema democrático corresponde a la minoría. La lógica
parlamentaria que con tanta frecuencia se critica no es, ni una desviación del
sistema ni un accidente del mismo: es consecuencia directa e inevitable de las
exigencias del sistema, que sólo puede funcionar, precisamente, en tanto se den
las circunstancias que algunos califican de perniciosas desviaciones. A despecho
de quienes conciben el sistema parlamentario como el permanente enfrentamiento
entre el Parlamento y el Gobierno, vale decir, entre la mayoría parlamentaria y el
Gobierno emanado de ella, es necesario resaltar que el parlamentarismo sólo
puede funcionar sobre la base de unos sólidos ligámenes de colaboración y
confianza entre Legislativo y Ejecutivo.
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VII. CONTROL PARLAMENTARIO
7.1 Origen del Control Parlamentario
Cuando buscamos hablar del origen del Control Parlamentario, tenemos
necesariamente que realizar una división de los dos términos: control y
parlamento, porque si analizamos la fusión de ambas palabras tendremos una
respuesta y si solo nos limitamos al término control tendremos que retroceder más
en el tiempo. Recordemos que en la estructura de organización del poder de las
civilizaciones tenemos a los imperios del mundo antiguo, en los cuales el poder
era absoluto, pero surge en los griegos y en especial en el senado romano la
concepción de poner límites al poder absoluto (primeros esbozos del control a la
autoridad).
En esta línea de idea es menester comentar que la Carta Magna, en Inglaterra, es
el primer documento que pone límites al poder del monarca. Este documento fue
aceptado por el rey Juan I de Inglaterra, más conocido como Juan sin Tierra, en
Londres el 15 de junio de 1215, en el cual se estableció por primera vez el hábeas
corpus, el principio de legalidad y que el poder del rey puede ser limitado por una
concesión escrita.
Como ya hemos señalado, el control parlamentario está ligado íntimamente al
surgimiento del parlamentarismo, aunque formalmente con texto constitucional e
instituciones propias se vaya a desarrollar posteriormente, conforme pasaremos a
describir.
Podemos decir que, terminada la Primera Guerra Mundial (1914-1918), la idea del
control parlamentario no se encontraba en los textos constitucionales, aunque por
la casuística, tradiciones y doctrinariamente se concebía ya como existente. Así,
fiel a su práctica, los ingleses son los primeros en plasmar al control parlamentario
a comienzos del siglo XVIII y en Francia, a la caída de Napoleón, en la Tercera
República. De esta manera, en los regímenes parlamentarios, tanto monárquicos
como republicanos, el control de las Cámaras sobre el Gobierno es una práctica
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desarrollada, recogida en los reglamentos y teorizada doctrinariamente en el
periodo que va de 1875 a 1918.
Con el fin de la guerra los países surgidos de los viejos imperios austro húngaro y
alemán, en las Constituciones de Alemania, Austria, Checoslovaquia y Polonia,
participarán del parlamentarismo racional y asumirán en sus constituciones
mecanismos de control y responsabilidad política, como son la moción de censura
y
la
cuestión de
confianza.
Como
dice
Cecilia
Mora-Donatto,
“la
constitucionalización o racionalización de la responsabilidad gubernamental es
una visión más amplia del control parlamentario y de sus instrumentos”, pues se
aleja considerablemente de la idea de que el control es un instrumento cuyas
finalidades principales son sancionar, ratificar o destituir un Gobierno, para
concebirlo como el instrumento que fija con precisión las relaciones entre este y el
Parlamento.
Con la caída de los regímenes totalitarios y el fin del Segunda Guerra Mundial se
viene una nueva etapa, queda demostrada la necesidad imprescindible del control
parlamentario y la necesidad de instrumentos que sirvan para el control de poderes,
sin perjuicio de los mecanismos de control recíproco (checks and balances, propio
de los EE.UU) que garantizarán que no se produzca el predominio de un poder
sobre otros, bajo la influencia de Estados Unidos.
Finalmente, podemos decir que el control parlamentario en el actual Estado
constitucional y democrático no es uniforme, debido a que en las democracias
actuales es posible encontrar diversos sistemas de gobierno, de ahí que pueda
hablarse
de
presidencialismo,
parlamentarismo,
semiparlamentarismo
y
semipresidencialismo. Es evidente que la fuerza del control parlamentario variará
dependiendo del sistema de gobierno en que nos encontremos, el uso de la
responsabilidad política difusa y al rol que se le permita a la minoría parlamentaria.
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7.2 Conceptualización del Control Parlamentario
Uno de los grandes problemas para conceptualizar el control parlamentario es la
perspectiva desde la cual se realiza el análisis. Si estudiamos por separado el
término control, tendremos las siguientes opciones.
Desde una perspectiva semántica, entendemos el término Control como:
comprobación, inspección, fiscalización, intervención, autoridad, dominio,
dirección o mando.
Doctrinariamente se confunden dos significados distintos para el control: de un
lado, en la lengua francesa, contrôle equivale a verificación o comprobación; de
otro, el procedente del inglés, idioma en que to control significa dirigir. Y si bien
tradicionalmente el control parlamentario se ha identificado más con el primero de
esos sentidos (que en el inglés se expresaría más bien por el verbo to check), lo
cierto es que también engloba al segundo. Para García Morillo, el concepto francés
es el gramaticalmente correcto y jurídicamente pertinente, por lo que «la actividad
de control queda circunscrita al examen o verificación de la actividad del sujeto
pasivo del control».
Pero el tema que nos ocupa es el Control Parlamentario, el cual, como ya hemos
venido analizando, es concurrente al control de poderes y a la moderna teoría del
Estado constitucional y democrático. Desde esta perspectiva, tenemos una serie de
opiniones doctrinarias.
Al respecto, Karl Loewenstein, señala que el control asume dos modalidades
básicas:
 El control por distribución de poder: Es decir, cuando se requiere la voluntad
de dos o más sujetos para producir un acto jurídico estatal, como en el
nombramiento de un juez federal en la Constitución de los Estados Unidos de
América, producto de una proposición del presidente y un acuerdo del Senado.
 El control por negación de poder: Que acaece cuando un poder del Estado
puede disolver un acto de otro poder o a este último poder: por ejemplo, tenemos
el veto presidencial a las leyes que sancione el Congreso o la disolución del
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Parlamento por el Poder Ejecutivo o el Gobierno en los regímenes
parlamentarios.
7.3 El Antejuicio como mecanismo de Control Parlamentario
El parlamento es la expresión popular de una nación, y como tal se constituyen el
primer poder del Estado; le toca la alta función de legislar y fiscalizar. En ese
horizonte, ejerce diversos mecanismos de actuación para cumplir con sus
funciones constitucionales. Así, podemos advertir que el Congreso aprueba las
leyes, autoriza al poder ejecutivo legislar vía decretos legislativos, verifica la
constitucionalidad de los decretos de urgencia, controla a los ministros mediante
la censura, y autoriza el procesamiento de los más altos funcionarios del estado,
entre otras formas de actuación. Es decir, no solamente dicta las normas más
importantes del país, sino además controla a los estamentos del poder. Ese control,
es el denominado, control político, el cual es verdad, ha adquirido pleno relieve en
el Estado democrático contemporáneo y, tal vez, la función más importante de los
parlamentos actuales.
Precisamente dentro de esa gama de mecanismos que forman parte del llamado
“control parlamentario>>, ubicamos al “Antejuicio”, que, por un lado, protege al
funcionario público de las denuncias sin fundamento jurídico ni político, y de otro
viabiliza la persecución penal cuando haya mérito para tales propósitos. Es decir,
por un lado, establece los mecanismos para la fiscalización de los que detentan el
poder; y, de otro, impide que los cuestionamientos terminen por destruir la
credibilidad de los altos funcionarios y sopesen en la organización del Estado.
Se trata en otras expresiones, de la superación del Estado totalitario para transitar
hacia el Estado democrático constitucional. Es decir, hacia las relaciones entre el
poder y la ciudadanía sobre los dispositivos prescritos por las normas legales
emitidas por el parlamento como expresión de la soberanía popular.
En ese sentido, queda claro que los gobernantes no solamente reciben un mandato
para dirigir a los pueblos, sino además un deber de actuar en defensa de los
intereses de la comunidad.
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Ahora bien, es cierto que dicho ejercicio genera adversidades. El poder político,
económico, social y otros encubiertos, podrían, como que pueden, objetar la
conducta de un alto funcionario por móviles nada justificables. Ahí debe guardarse
reserva de los derechos de los altos funcionarios tanto como las exigencias de la
ciudadanía de poder acceder a los recursos adecuados para controlar a sus
gobernantes.
Ello implica que el Estado, a la par de garantizar la fiscalización del poder, deba
prever mecanismos que, sin menoscabar o tornarse privilegios, constituyan
solamente medios de protección legítima de sus gobernantes. Es ese el fundamento
del antejuicio político hoy en día.
7.4 Clases de Control Parlamentario, opinión de autores peruanos, perspectiva
internacional
7.4.1 Clasificación de Víctor García Toma
Al Parlamento le cabe la potestad de comprobar, revisar, examinar, autorizar,
vigilar y hasta censurar las políticas, acciones y conductas reñidas con la
Constitución y el orden social constituido. Teniendo en cuenta estas atribuciones
del control parlamentario, Víctor García Toma, en su obra Legislativo y
Ejecutivo en el Perú, clasifica al control parlamentario como concurrente,
posterior y punitivo.
 Control Parlamentario Concurrente: Esta modalidad conlleva a examinar
las acciones gubernamentales de manera paralela al proceso mismo de
realización. Pertenecen a este tipo de control las instituciones de solicitud de
información y estación de preguntas. Constituyen una actividad de
verificación confluyente al desarrollo de la actividad político-administrativa.
 Control Parlamentario Posterior: Esta modalidad conlleva a examinar las
acciones gubernamentales de manera ulterior, consecutiva o subsiguiente al
proceso mismo de realización. Tenemos la institución de la dación de cuenta.
Alude a una actividad de confirmación o veto de determinadas actividades
político-administrativas.
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 Control Parlamentario Punitivo: Esta modalidad conlleva a examinar la
responsabilidad política derivada del ejercicio de una alta función pública. Tal es el
caso de las instituciones de interpelación y censura. La responsabilidad política
aparece como una ineludible contrapartida a la actividad de Gobierno.
7.4.2 Clasificación de César Landa Arroyo
 Control Preventivo: Está basado en los mecanismos de coordinación y
control en la formación del Gobierno. Se ejecuta en la Investidura.
 Control Funcional: Su característica es desarrollar las actividades de
fiscalización parlamentaria, orientadas a verificar o proteger los principios
políticos y constitucionales, a través de los pedidos de informes, invitación a
los ministros, la estación de preguntas y la dación de cuenta.
 Control Represivo: Es el que organiza y pone en funcionamiento su tarea de
función contralora, de investigación y de sanción. Se realiza mediante las
comisiones investigadoras, el antejuicio político, la interpelación y la censura.
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VIII. CONCLUSIONES
 En pocas palabras podemos considerar al régimen parlamentarista como un sistema
político que tiene como centro a un parlamento regulado por poder legislativo,
encargándose este de la elección del gobierno (El poder ejecutivo).
 A través de lo mencionado en cuanto a la evolución del parlamentarismo, podemos
apreciar que el objetivo en la evolución ha sido el control parlamentario y la
responsabilidad política, mediante la implementación de límites y la correcta
delimitación de las funciones para mantener un régimen organizado.
 Debemos tener siempre en cuenta los principios básicos del parlamentarismo como:
la discusión pública, la publicidad y el gobierno mediante discusión, ya que nos
permitirá entender cómo se desarrolla el parlamentarismo; asimismo, estos
principios nos ayudaran a comprender todo lo cual deriva de él.
 En cuanto al parlamento ideal y el parlamento real, después de exponerlo se busca
elaborar un nuevo pensamiento en relación con el parlamentarismo donde se acojan
procesos de transformación antes explicados, otorgando una formulación teoría e
institucional.
 La pérdida de la centralidad del parlamento se debió a diversos factores como:
soberanía popular, fuerza normativa de la Constitución, órganos jurisdiccionales
constitucionales, modificación del sistema de partidos y de la estructura interna de
los mismos, incremento de la intervención estatal y predominio del principio de
eficacia.
 Parlamentarismo limitado y predominio del ejecutivo, donde los Parlamentos son,
en suma, el foro político por excelencia, y los medios de comunicación trasladan al
gran público los debates que allí tienen lugar contribuyendo a formar la opinión del
electorado sobre la actuación del Gobierno y las alternativas que a ella se ofrecen.
 El papel de los partidos mayoría y minorías, en el cual, el sistema parlamentario
atribuye a la mayoría las funciones de gobierno y a la minoría el derecho a disentir
y a exigir al gobierno el más estricto entendimiento a los principios que le dotan de
legitimidad.
 El control parlamentario tiene su más antiguo precedente en Inglaterra,
concretamente por la lucha contra el poder absoluto, pero fue incorporado
formalmente en el siglo XVIII en el parlamentarismo.
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 El Control Parlamentario, básicamente, se dedica a el control de poderes y a la
moderna teoría del Estado constitucional, y democrático; regulando los roles de
los funcionarios públicos.
 El Antejuicio del Controlo Parlamentario protege al funcionario público de las
denuncias sin fundamento jurídico ni político.
 Sobre las clases de Control Parlamentario:
 Doctor Víctor García Toma: control concurrente, control posterior, control
punitivo.
 Doctor César Landa Arroyo: control preventivo, control funcional, control
represivo
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IX. REFERENCIAS
Arizmendi,
O.
(2002). RÉGIMEN
PARLAMENTARIO.
El
Tiempo.
Recuperado
de
https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1381340
García Morillo, J. (1991): “Mitos y realidades del parlamentarismo”, Revista del Centro de
Estudios
Constitucionales,
núm.9,
p.115-144.
Recuperado
de
http://www.cepc.gob.es/Publicaciones/Revistas/fondohistorico?IDR=15&IDN=1239
&IDA=35406
Giménez,
F.
(2005). El
Parlamentarismo.
http://nodulo.org/ec/2005/n046p19.htm
27
Nodulo.
Recuperado
de
Descargar