¿El problema es tuyo o mío? En la actualidad, en nuestro país hablar de homosexualidad no es tema nuevo, pero esto no significa que sea aceptado en su totalidad. No voy a tocar un tema desconocido del que pocas personas saben; la homosexualidad es tema de todos. Ver a una chica de la mano con otra o un chico de la mano de otro, hacen pensar a más de uno en su orientación. Pero ¿a quienes afecta esto? Muchos dirán: “A los niños, porque es inapropiado”, pero si vivimos en una sociedad donde aparecen mujeres semidesnudas en la TV para “vender” algún producto ¿no es más inapropiado esto? Son preguntas que quedan a criterio de cada quien. Desde hace mucho tiempo, personajes se han dedicado a defender que la homosexualidad es una enfermedad. Se basan en teorías sin fundamentos, hechos que no se pueden comprobar, ideas alternas. La homosexualidad no se sabe cómo, ni de dónde proviene o crea, es algo que no se puede controlar. Somos heterosexuales u homosexuales, pero sin saber la causa. Recientemente estuve leyendo el libro “Comprender y sanar la homosexualidad”. Es muy interesante, pero confuso. Dice que la homosexualidad se puede sanar. ¿Cómo? Con fe. ¿Es esto posible? No hay pruebas verídicas. Sin embargo, no refuto el hecho de que en la Biblia se prohíbe y condena. Ese es otro entorno lleno de críticas. El proceso de aceptación de estas personas es difícil, mucho más conociendo a nuestra sociedad. Ya estamos “acostumbrados” a escuchar sobrenombres y burlas que se les acarrea a los homosexuales. Expresiones como “mariquita” o “marimacha” deberían ser corregidos. Mas bien dicho, eliminados. Cada salvadoreño tiene el deber de respetar a otros. Sin embargo, este deber solo se hace presente cuando es al mismo sujeto que se le insulta. ¿Acaso esto de un país que va hacia un mejor futuro? La violencia también se ve mucho en este tema. Ya no es solamente someter a estas personas a burlas, ahora también hay que acabar con ellas. Desde mi punto de vista, la comunidad LGBTI no debería ser discriminada ni acosada. Son personas comunes, no son más que las que tienen preferencia por personas del sexo opuesto. Ya muchos países han legalizado el matrimonio y adopción a favor de homosexuales ¿por qué no acá? Muchos son los niños abandonados en orfanatos y estas personas quieren asumir el derecho y responsabilidad de tener una familia, de cuidar a 1 estos niños. Sería darles la oportunidad que sus padres no les dieron. ¿Qué hay de malo en eso? Los homosexuales son personas igual de trabajadoras, no todos se dedican al mundo del espectáculo y el que la sociedad los vea de esa forma es, ya de por sí, errada. Estas personas no se dedican a la prostitución solo porque son homosexuales. No tienen una enfermad, no se contagia, no son un grupo de riesgo al que temer. Por esto y más, todas las generalizaciones son erróneas. Una pregunta importante y que al preguntar no tiene una respuesta clara es ¿por qué se odia a estas personas? Nunca se obtendrá una respuesta, siempre será “porque lo dice la Biblia”, “porque son raros”, “porque son mal ejemplo”. Si alguien tiene una respuesta diferente debería hacerla conocer. Lo más normal hoy en día, es que la gente acabe siendo homofóbica y en la gran mayoría de los casos, el origen de la homofobia está en lo que transmiten otras personas ignorantes de conocimiento. Si usted es una persona homofóbica debe pensar y decirse a sí misma: “el problema lo tengo yo, quien tiene que cambiar soy yo” (Sànchez, 2006) Empresas, medios políticos, utilizan la vulnerabilidad de la homosexualidad para beneficio propio. Ya más de uno ha visto las series de televisión o películas donde se ven parejas del mismo sexo besándose o teniendo relaciones. ¿Esto es para que el público los acepte o es diversión? Aun acá, muchos apuestan por la segunda opción. Existen grupos de apoyo y comunidades que velan por los derechos de estas personas, pero no es suficiente. El cambio es de todos, se trata de contribuir y aceptar el futuro. Que cese el rechazo hacia los homosexuales, somos todos iguales, no debe haber diferencias. Así se construye un mejor país. El rechazo a la homosexualidad no es una opción. No sea usted la causa que provoque más dificultades y problemas emocionales entre la población. Lo inteligente y sensato es aceptar a estas personas por igual, sin poner en discusión su orientación sexual. Solo las sociedades que se reúsan a cambiar, los padres que evitan el tema, las escuelas que no lo afrontan, deben ser criticados. 2 Melissa Flores. 2018. Bibliografía Sànchez, F. L. (2006). Homosexualidad y familia (Primera ed.). Barcelona, España: GRAÒ. 3