Subido por haroldwchavez

1. Derecho y argumentacion 2.1

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Derecho y
argumentación
Teoría de la
argumentación
jurídica
Derecho y argumentación
Introducción
El texto de Atienza1 comienza subrayando que la práctica del Derecho se ve
dimensionada claramente por la argumentación, y la misma viene a definir la cualidad que
mejor describe a un buen abogado, siempre en relación a la posibilidad para idear y
manejar argumentos con habilidad. A su vez, destaca que no todos los juristas tienen
presentes los avances que ha realizado la Teoría de la Argumentación Jurídica, y hasta
algunos ignoran su existencia.
Los interrogantes a plantear vienen dados por la consigna de qué significa argumentar
jurídicamente y cómo se ha procurado contestar dicha pregunta. Ante ello es posible que
nos encontremos con alguien que posea una gran capacidad argumentativa, y tenga
pocos fundamentos para contestar tales interrogaciones, pero más allá de ello, la
importancia de este análisis radica en la posibilidad de generar una reflexión acerca de
conceptos básicos de la misma teoría y delimitar la noción de argumento deductivo.
El ámbito de la argumentación jurídica
La Teoría de la Argumentación Jurídica2 tiene como objeto de estudio las
argumentaciones manifestadas en contextos jurídicos. Básicamente podemos diferenciar
tres campos de lo jurídico, en donde las mismas se evidencian:
 Contexto de producción de normas jurídicas el cual, a su vez, puede subdividirse
en fase pre-legislativa y legislativa. La primera clarifica la existencia de un
problema social cuya solución puede estar basada en la adopción de una medida
del ámbito legislativo. En ella participan todos los miembros de la comunidad y las
organizaciones representativas, se genera un debate de carácter informal basado
en argumentos políticos y morales más que técnicos y jurídicos. A través de la
decantación de ideas, de la crítica y argumentación en base a razones, se van
logrando consensos generales sobre el sentido a atribuir a la conducta
1
Atienza, Manuel “Las razones del derecho”, capitulo primero: derecho y argumentación, UNAM,
México, 2003.
2
Surge partir de la segunda mitad del siglo XX, trata racionalmente cuestiones de la conducta
humana, normas y valores; podemos señalar por su importancia la Tópica de Viehweg, la Retórica
de Perelman y más tarde la Teoría Integradora de la Argumentación Jurídica de Mac Cormick.
Estos autores revalorizan la dialéctica y la retórica que habían caído en desuso, a la vez muestran
la insuficiencia de la lógica formal para la resolución de problemas de razonamiento en este
ámbito, ya que la conducta voluntaria y libre se encuentra guiada por valores básicamente.
1
intersubjetiva. Como ejemplo podemos tomar las discusiones
despenalización del aborto, la eutanasia o del tráfico de drogas.
sobre
la
Fuente: http://pcepuertollano.files.wordpress.com/2008/02/manifestante_pro_aborto_mexico_24abr07_1.jpg
(06/07/2010)
La imagen muestra una manifestante a favor de la despenalización del aborto, este tema
ha sido muy debatido en diversas poblaciones y ciudades, mostrando la adhesión de
muchos grupos como así también la oposición de otros ligados a la Iglesia Católica.
En la fase legislativa, las cuestiones de tipo técnico-jurídico pasan a un primer
plano, nos encontramos con condicionamientos procedimentales (formales) y
argumentativos (del contenido). Podemos definir la labor del legislador en base a
su tarea de establecer las conductas deseables como normas, enlazando las
consecuencias adecuadas para lograr tal fin. Se nutre de las valoraciones
vigentes, dado que sino su producción carecerá de aceptación, las mismas se
exteriorizan por medio de los usos y costumbres, los medios de comunicación, el
reclamo que realizan distintos sectores, etc. En una democracia sustancial está
entre sus objetivos el arribo a un consenso racional, es decir que éste sea válido
no sólo para quienes participan del diálogo sino para todos las personas; muchas
veces sucede que la realidad no ofrece las condiciones ideales para llegar al
2
mismo y los encargados de tal tarea deben tomar sus decisiones optando por
aquella que consideren mejor.
Fuente: http://www.mdzol.com/files/image/43/43797/47fc39a75d747.jpg (29/07/2010)
Congreso de la Nación Argentina
 El segundo campo en que se evidencia la presencia de esta clase de argumentos
es el de aplicación de las normas jurídicas a la resolución de casos (llamados
razonamientos forenses o judiciales), es decir, la actividad de los jueces en sentido
estricto, los órganos administrativos en el amplio sentido de la expresión o simples
particulares. Por lo tanto, nos encontramos con la actividad de los jueces, quienes
son los encargados de decidir cual de las partes en conflicto tiene razón y
prescribir la conducta a realizar, y también la de los abogados, que deben
defender los derechos e intereses de su cliente y convencer al juez de su razón,
apoyado como ya expresamos en buenos argumentos.
En esta órbita podemos distinguir entre argumentaciones en relación con
problemas concernientes a los hechos o bien al derecho, estos últimos suelen
denominarse problemas de interpretación.
Es oportuno especificar que el razonamiento del juez, se identifica con el silogismo
práctico-prudencial, por medio de el se ocupa de la conducta real y concreta en
interferencia subjetiva, su objeto será conocer como debe ser la conducta de las
personas sometidas a juicio para tomar luego la decisión.3
La Teoría de la Argumentación dominante se centra en las cuestiones (los casos
difíciles) relacionados a la interpretación del derecho que son planteados en los
3
Más adelante ampliaremos este tema en el apartado correspondiente.
3
órganos superiores de la administración de justicia. Resulta importante destacar
que la mayoría de los problemas sobre los que deciden los órganos encargados
de tal tarea, son más bien concernientes a los hechos, por ello algunos
argumentos esbozados en tal instancia caen fuera de la órbita del campo de
estudio de tal disciplina.
 El tercer y último aspecto es el de la dogmatica jurídica, ella es una actividad
compleja en la cual se observan las siguientes funciones:
- Suministrar criterios tanto para la
producción como para la
aplicación del derecho, en las
diversas instancias.
- Determinar normas vigentes y
asignarles significado
- Mostrar las consecuencias de las
distintas interpretaciones
- Ordenar y sistematizar sectores
del sistema jurídico.
Fuente: 3.bp.blogspot.com/.../s320/80nnces.jpg
Esta área se ocupa del contenido material de las normas, es decir para describir
de forma clara y coherente las soluciones previstas para los distintos casos que se
puedan presentar.
Las teorías más usuales de la argumentación, en este ámbito, suelen desarrollar
puntualmente la función de suministro de criterios para la aplicación del derecho;
con la intención de facilitarles la toma de decisión tendiente a aplicar una norma a
un caso. La diferencia que existe entre los procesos que realizan los órganos
4
aplicadores y el dogmático, es que los primeros resuelven un caso concreto4, en
cambio el segundo toma casos abstractos, como sería la determinación de los
límites entre el derecho a la vida y la libertad personal, y cual de ellos debe
prevalecer.
Fuente: www.politica21.org/grapo_archivos/image008.jpg
El anterior es uno de los tantos afiches y panfletos que adherían a la posición del
grupo de los GRAPO, en el módulo siguiente describiremos en profundidad todo lo
que generó esta huelga de hambre que los mismos llevaron adelante, en aquel
momento en España.
Debemos resaltar que nunca esta distinción es del todo tajante ya que, el práctico
necesitará recurrir a criterios brindados por la dogmática, dado que no siempre un
tribunal resuelve un caso concreto, puede situarse por ej. ante la controversia de si
una ley es inconstitucional, si así enfrentarse con un caso de los que trata la
dogmática y por otro lado ésta deberá apoyarse en casos concretos de igual
manera.
4
Atienza menciona el ejemplo de los presos de los Grupos Antifascistas Primero de Octubre (GRAPO),
quienes declararon, en 1989, huelga de hambre como medida para conseguir determinadas mejoras en su
situación carcelaria. Diversos jueces y audiencias se pronunciaron acerca de si cabía o no la alimentación por
la fuerza de dichos reclusos. La solución fue autorizarla cuando estuvieran en estado de plena consciencia;
otros entendieron que sólo lo podían hacer estando inconscientes.
5
Contexto de descubrimiento y de justificación: explicar y justificar
En la filosofía de la ciencia es frecuente hacer la distinción, entre el contexto de
descubrimiento y de justificación, de las teorías científicas. Por ello encontraremos en
primer término, la actividad relativa a la enunciación de una teoría, que no es susceptible
de análisis lógico, puede mostrar cómo se genera el conocimiento científico, tarea propia
del historiador de la ciencia o el sociólogo. En el otro extremo, nos encontramos con el
procedimiento que consiste en justificar o validar una teoría, es decir, hacer que la misma
confronte con los hechos para que muestre su validez, para lo cual necesitaremos
emprender un análisis de tipo lógico, y además regirnos por los principios del método
científico, que consecuentemente, no se aplican en el contexto de descubrimiento,
desarrollado anteriormente. Vale aclarar que ambos contextos se influyen recíprocamente
y que la distinción es útil para fines claramente didácticos.
Esta distinción también puede trasladarse al campo de la argumentación en general y en
particular, de esta manera tendremos el procedimiento para llegar a establecer una
premisa o conclusión, y otro será el consistente en la justificación de tales enunciados. Si
analizamos la conclusión que a los presos del GRAPO se les debe alimentar por la fuerza,
podremos diferenciar móviles psicológicos, contexto social, perspectivas ideológicas, y
demás que condujeron al juez a dictar tal resolución, y las razones dadas para aseverar
que su decisión está justificada. Por lo tanto, si expresamos que la decisión del juez fue
tomada basada en sus creencias religiosas, es enunciar una razón explicativa, y si lo
tomamos como una interpretación de determinado artículo de la Constitución, esbozamos
una razón justificativa.
Los órganos jurisdiccionales generalmente deben justificar sus decisiones más que
explicarlas. Según Mac Cormick una decisión será justificada si cumple con los siguientes
requisitos:
- Universalidad, es decir que una de las premisas sea expresión de normas o
principios.
- Coherencia normativa.
- Consistencia de la decisión, es decir que las premisas no entren en contradicción
con las normas, debido a que es obligación de los jueces n o infringir el derecho
vigente.
- Argumentos consecuencialistas: se deben tener en cuenta las consecuencias que
generaran las decisiones, validas para la ejecución de la justicia, el bien común,
etc.
6
Fuente: www.fiqus.unl.edu.ar/galileo/images/Juicio.jpg (05/08/2004)
Juicio a Galileo acusado de hereje
“Las razones explicatorias se identifican con los motivos. Ellas están constituidas
por estados mentales que son antecedentes causales de ciertas acciones. El
caso central de razón explicatoria o motivo dado está dado por una combinación
de creencias y deseos (…) las razones justificatorias u objetivas no sirven para
entender por qué se realizó una acción o eventualmente para predecir la
ejecución de una acción, sino para valorarla, para determinar si fue buena o
mala desde distintos puntos de vista.”5
La distinción entre estos contextos analizados no es coincidente con la de discurso
descriptivo y prescriptivo, ya que en relación a uno u otro contexto podemos adoptar una
actitud descriptiva o prescriptiva. Por ejemplo, podemos describir cuáles fueron los
móviles que llevaron a un juez a tomar una decisión (como vimos en el ejemplo anterior),
lo que significaría explicar su conducta y también se puede prescribir determinados
cambios para evitar que la ideología del mismo, tenga un peso excesivo en las decisiones
a tomar.
De todas maneras esta diferenciación de ambos, nos llevará a distinguir dos perspectivas
de análisis de las argumentaciones:
1) La de algunas ciencias, como la Psicología social, que diseñaron modelos para
explicar el proceso de toma de decisiones al que se llega por medio de
argumentos. En el Derecho, Kaplan propuso el de “información integrada”, según
el mismo el proceso de toma de decisión judicial es una combinación de valores
de información y de impresión inicial, esto último significa los prejuicios del juez o
jurados, pueden ser resultado de condiciones situacionales (estado de humor) o
asociadas a su personalidad (prejuicios raciales). Tal modelo además de explicar
5
Nino, Carlos. Introducción a la filosofía de la acción humana”. EUDEBA, Buenos Aires, 1985. Pág. 126
7
cómo se decide y argumenta, sugiere que hacer para disminuir el peso de los
prejuicios, otorgando más relevancia a otros elementos; o bien bajo que
condiciones los juicios con jurados, pueden ser tan fiables como los que se
componen de jueces profesionales. Con respecto a este tema se han realizados
estudios que evidencian que el arribo a una decisión varia si el grupo que
compone el jurado es homogéneo y coherente, es factible que se pongan de
acurdo de una manera casi prematura, sin examinar de forma consistente la
información de la que disponen, un grupo minoritario estimula la reflexión sobre la
situación, brinda soluciones nuevas que podrían haber pasado desapercibidas otro
punto a tomar en cuenta es si la toma de decisiones con voto mayoritario o por
unanimidad. Este es el caso de Francia y de EEUU el segundo, lo que implica el
acuerdo de todos los miembros, a diferencia del caso francés en donde al llegar a
la mayoría se detienen la deliberaciones. en general la valoración que se hace de
este tipo de decisiones es que reflejan el interés colectivo, el examen y
confrontación de las opiniones conduce a que el veredicto pueda ser considerado
como justo dado este proceso y su conformación.
Fuente: http://guillermoberto.wordpress.com/2010/03/11/%C2%BFjuicio-por-jurados-en-neuquen/ (11/03/2010)
2) En otro extremo encontramos la visión de otras disciplinas que analizan bajo que
condiciones un argumento puede considerarse justificado. Podemos hablar de
justificación formal de los argumentos (cuando éste es formalmente correcto) y de
justificación material (cuando puede considerarse que un argumento resulta
aceptable); lo que nos permite distinguir además entre lógica formal deductiva y
lógica informal (tópica y retórica).
8
La teoría estándar de la argumentación jurídica se ubica en esta última visión, es decir, en
el contexto de justificación de los argumentos y con pretensiones tanto descriptivas como
prescriptivas. Parten del hecho de que las decisiones deben ser y pueden ser justificadas
se oponen tanto al:
Determinismo metodológico: que expone que las decisiones jurídicas no necesitan
justificación porque proceden de una autoridad legítima y /o son el resultado de
simples aplicaciones de normas generales.
Decisionismo metodológico: para el que las decisiones jurídicas no se pueden
justificar porque son puros actos de voluntad.
La primera de estas posturas parece imposible de aplicar en el contexto actual del
derecho moderno, dado que la obligación de justificar las decisiones, contribuye a su
aceptación, y también a que el derecho pueda realizar su función de guía de la conducta
humana.
Con respecto a la segunda podemos mencionar la visión del realismo americano que
postula lo mencionado allí, concluyendo que las decisiones del juez, no son más que el
basamento en sus impulsos y no en las leyes o principios.
Manuel Atienza manifiesta su oposición a estas posturas, ya que ve como imposible que
el proceso mental del juez vaya de la conclusión a las premisas y que la decisión sea fruto
de perjuicios; ello no anula la necesidad de justificar la decisión ni convierte esta tarea en
algo imposible.
El concepto de validez deductiva
La lógica formal o deductiva se ocupa de los argumentos desde el punto de vista de la
corrección formal de estos. No sólo se argumenta en contextos jurídicos, sino también en
el ámbito de los diversos conocimientos especializados y en el de la vida cotidiana.
También en la literatura nos encontramos con argumentaciones aunque, desde luego, la
función principal de las obras literarias no es la de registrar argumentos, sino más bien la
de expresar sentimientos, narrar historias, etc. Sin embargo, hay un género literario denso
en argumentaciones; se trata del género policiaco, su inventor habría sido Edgard Allan
Poe6 uno de los más conocidos es La carta robada, y en el mismo se narra la siguiente
historia:
6
La carta robada y otros relatos de misterio; los crímenes de la rue morgue; el misterio de Marie Roget . Poe,
Edgar Allan. 1° Edición, Barcelona, 2008. Pág. 33
9
“Auguste Dupin (el precursor de Sherlock Holmes, el padre Brown, Hércules Poirot,
etc.) recibe un día la visita del prefecto de la policía de París, que le consulta sobre el
siguiente problema. Un documento de la mayor importancia ha sido robado de las
habitaciones reales. Se sabe que el autor del robo es el ministro D., quien usa la carta
como instrumento de chantaje contra la dama que la redacta. El ministro debe tener la
carta oculta en algún lugar de su casa, pero el prefecto, a pesar de haber efectuado
un minucioso y sistemático registro, no logra dar con ella. Dupin consigue hacerlo
merced a un proceso de razonamiento, que, grosso modo, es el siguiente: si la carta
hubiese estado al alcance de la búsqueda, los agentes la habrían descubierto, y, como
la carta tiene que encontrarse en el domicilio del ministro, ello quiere decir que la
policía ha buscado mal. Dupin sabe que el ministro es una persona audaz e inteligente y
que, además, posee no solamente una inteligencia matemática, sino también—si se
puede llamar así— una inteligencia poética. El ministro pudo prever, por tanto, que su
casa iba a ser registrada por la policía y que los hombres del prefecto buscarían en
todos aquellos sitios en donde se supone que uno puede dejar un objeto que desea
ocultar. De ahí infiere Dupin que el ministro tuvo que dejar la carta en un lugar muy
visible pero, precisamente por ello, inesperado. Y, en efecto, Dupin encuentra la carta
en una tarjeta de cartón que colgaba de una cinta azul sobre la chimenea arrugada y
manchada (como si se tratara de algo sin importancia) que exhibía un tipo de letra en
la dirección y un sello de características opuestas a las de la carta robada (pues la
misma había sido dada la vuelta como un guante). Dupin explica así el fracaso del
prefecto: “La causa remota de su fracaso es la suposición de que el ministro es un
imbécil porque ha logrado fama de poeta. Todos los imbéciles son poetas; así lo siente
el prefecto e incurre en una non distributio medii al inferir que todos los poetas son
imbéciles.”
De acuerdo con el relato, el prefecto ha cometido un error de tipo lógico, una falacia, ya
que de la afirmación: Todos los imbéciles son poetas, no se infiere lógicamente: Todos los
poetas son imbéciles. A partir de esta afirmación, el prefecto ha efectuado un argumento
lógicamente válido, pero con una premisa falsa:
Todos los poetas son imbéciles.
El ministro es un poeta.
Por tanto, el ministro es un imbécil.
Ahora estamos, podemos entender mejor la noción de argumento lógico definiéndola así:
una implicación o una argumentación es válida (deductivamente), cuando la conclusión
necesariamente es verdadera si las premisas son verdaderas.
10
Fuente: http://fterrazas.wordpress.com/club-de-lectura/03-narraciones-extraordinarias/ (17/02/2010)
Caricatura que muestra al célebre escritor Edgar Allan Poe, creador del texto que
acabamos de comentar.
Corrección formal y material de los argumentos
Si trasladamos la caracterización de un argumento deductivo al campo de la vida
cotidiana o del derecho nos encontraremos con motivos de insatisfacción. Uno de ellos
será que la lógica deductiva sólo nos suministra criterios de corrección formales, se
desentiende de cuestiones materiales o de contenido que importan de sobremanera
cuando argumentamos en contextos de ciencias no formales. A partir de premisas falsas
podemos argumentar correctamente desde la lógica, y es posible que un argumento sea
incorrecto desde la lógica y su conclusión o premisas sean verdaderas o plausibles. En
unos casos la lógica aparece como instrumento necesario pero insuficiente, para el
control de los argumentos, ya que su carácter óptimo estará regido desde lo formal como
lo material. En otros casos es posible que un argumento no lógico sea un buen
argumento.
En otras palabras, la cuestión de la corrección de los argumentos significa plantearse el
problema de cómo distinguir los argumentos correctos de los que no lo son. Aquí
podemos distinguir los que son manifiestamente inválidos de los que parecen válidos,
11
pero que no lo son y se denominan falacias7. La lógica formal deductiva sólo nos provee
instrumentos adecuados para hacerle frente a las falacias formales, y como ya
analizamos las de carácter no formal son frecuentes y usuales en la argumentación.
Generalmente, un argumento puede ser correcto desde la lógica, aunque en su premisas
lo que se diga sea irrelevante, en relación a lo que enuncia la conclusión, dado el carácter
meramente sintáctico que tiene la inferencia de este modo. Para subsanar este conflicto
ha surgido lo que se denomina lógicas relevantes, que buscan en la relación de
consecuencia, generar una entre los significados de los enunciados.
Silogismo teórico y práctico
Entre los motivos de insatisfacción mencionados con antelación podemos añadir la
definición de argumento válido deductivamente, que comúnmente encontramos en todo
libro de lógica, referidas a proposiciones que pueden ser verdaderas o falsas. Lo que
sucede es que en el derecho, la moral, etc. los argumentos versan sobre un tipo de
enunciados de los que no es relevante predicar su verdad o falsedad (por ej. las normas).
De ello se derivó el problema sobre si la lógica es aplicable o no a las normas, ante lo cual
Kelsen sostuvo que la misma no lo era; tales reglas son aptas para el silogismo teórico,
basado en un acto de pensamiento, y no al práctico o normativo, en el que una de las
proposiciones esbozadas es una norma.
Siguiendo a Ross una inferencia práctica sería:
Debes mantener tus promesas
Ésta es una de tus promesas
Por lo tanto, debes mantener esta promesa.
Como vemos, carece de validez lógica, ya que no es necesario que un sujeto que
establece la regla deba también establecer la aplicación particular de tal regla; no resulta
raro que alguien formule una regla general y evite su aplicación cuando el mismo se vea
afectado. Si A acepta como moralmente obligatoria la regla que se deben mantener las
promesas (todas y en cualquier circunstancia) y acepta como verdadera la promesa que
le hizo a B de acompañarlo al cine, y sin embargo sostiene que, a pesar de ello, no
considera que deba acompañar a B al cine ese día, su comportamiento resulta irracional.
Pero hay que tener en cuenta que la lógica es una disciplina prescriptiva: no dice como
los hombres razonan de hecho, sino cómo deberían hacerlo.
En la vida cotidiana atribuimos a las inferencias prácticas, la misma validez que las
teóricas. Con todo esto podemos expresar que si la lógica no se aplica al derecho
estamos incurriendo en una confusión de los términos del problema, debemos desglosarlo
en dos preguntas, por un lado:
7
En el módulo 1 se desarrolló el tema falacias.
12
1) La relación que guardan entre sí las normas válidas, ¿son relaciones de tipo
lógico?
La respuesta es obviamente negativa ya que es posible que a un mismo sistema
pertenezcan normas contradictorias. Por ej. pueden coexistir en un mismo sistema las
siguientes normas: se deben cumplir todas las promesas y no tengo por que cumplir la
promesa que le hice a B.
2) ¿Se puede inferir válidamente una norma de otra?
La respuesta será independiente de la anterior y no hay motivo para que no sea
afirmativa. El problema con el que nos encontraremos aquí es que en la definición de
argumento deductivo, que vimos anteriormente, se contemplaban los elementos
calificados como verdaderos o falsos y esta nota no la tienen las normas. Esto nos lleva a
la necesidad de corregir tal definición que podría reformularse así: tenemos una inferencia
lógica o argumentación válida cuando la conclusión necesariamente es verdadera
(correcta, justa, válida, etc.) si las premisas son verdaderas, (correctas, justas, válidas,
etc.).
13
Bibliografía de referencias
Copi, I. (1994). Introducción a la lógica (1ª Ed). Buenos Aires: Eudeba.
Redondo, M. C. (1996). La noción de razón para la acción en el análisis
jurídico. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales.
Nombre de la
materia
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