Subido por Alvaro Peña

Guia practica de produccion de plantulas

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Guía práctica sobre producción de plántulas
Introducción
La producción exitosa del cultivo en invernadero, se basa en iniciar con una plántula vigorosa, y
libre de plagas y enfermedades. Introducir una enfermedad o una plaga desde el inicio al cultivo
es iniciar una batalla perdida. Una plántula vigorosa incluye, un tallo fuerte y una raíz bien
desarrollada. La producción de plántula ha pasado del antiguo y riesgoso sistema de almácigos en
suelo, a las modernas instalaciones de semilleros, que han permitido un mayor control del clima,
riego, nutrición y sanidad. Por otro lado, la plántula se produce en condiciones de mayor
homogeneidad, en menor tiempo, tiene una mejor adaptación al inicio del ciclo de producción y
un arranque más rápido. El producir plántula de calidad, facilita el manejo del cultivo y permite
una mayor precocidad, lo que se traduce en mayores rendimientos y beneficios económicos para
el agricultor. En el proceso de producción en invernadero, el agricultor invierte una suma elevada
de dinero en instalaciones y operación y debe garantizar la recuperación de la inversión en el más
corto plazo. A continuación se presentan los aspectos más relevantes del proceso de producción
de plántula.
1. Limpieza de las instalaciones
Antes de iniciar la siembra de la
plántula, se debe de llevar a cabo una
adecuada limpieza y desinfección del
vivero, así como de las herramientas
que se utiliza con el fin minimizar los
riesgos
de
contaminación
por
patógenos. La eliminación de toda
maleza es una acción obligada del
proceso de limpieza. Para la
desinfección se pueden usar sales
cuaternarias de amonio, hipoclorito de
Sodio, monopersulfato potásico. Se
recomienda la aspersión por todo el
vivero. En cuanto a la desinfección de
las charolas, primeramente hay que hacer una limpieza de todos sus residuos de sustrato y restos
de planta, para iniciar un tratamiento de desinfección profundo, que solo se consigue mediante el
tratamiento hidrotérmico.
2. Elección del tipo de charola
Las charolas están fabricadas en materiales sintéticos como son el polipropileno y el poliestireno
inflado, mejor conocido como unicel. Las principales desventajas del poliestireno son la menor
durabilidad, la dificultad de llevar a cabo una desinfección adecuada y una mayor dificultad para
extraer la plántula y su principal ventaja es el bajo costo de adquisición, en comparación con las de
plástico.
El tipo de charola a elegir dependerá de la planta a sembrar y del tamaño de planta a obtener. Las
charolas más comunes tienen 128 y 200 cavidades con unas dimensiones de 66x33 cm, ocupando
17 y 11 cm2 por planta respectivamente. Por otro lado se encuentran las de 24, 38, 50, y 72
cavidades con unas dimensiones de 25x53 cm, ocupando 20, 29, 38 y 60 cm2 por planta
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respectivamente. Estas últimas charolas presentan:
98, 88, 55 y 40 ml por cavidad respectivamente. Esto
implica que a menor número de plantas por charola,
el tiempo que se puede conservar la plántula en la
charola es mayor y por ende se obtiene una planta
más grande, que requiere menos tiempo para llegar a
producción en el invernadero. Esta planta resulta de
mayor costo, pero a la larga es más rentable que la
planta pequeña.
Los distintos tamaños de celda requieren de algunos
ajustes en el manejo, así por ejemplo, mientras más
pequeña es la celda, ocurren mayores fluctuaciones
en los niveles de humedad, nutrientes, oxígeno, pH y
salinidad. Las celdas, entre más profundas muestran
mejor drenaje, permitiendo una mejor evacuación de
las sales y mayor aireación en el medio de cultivo, lo que permite obtener una planta más sana y
con mejor vigor.
3. Uso de pro bióticos
Recientemente se han desarrollado tratamientos basados en el uso de microorganismos
benéficos, tales como Bacilus subtilis, tricodermas y micorrizas, que le confieren a la planta cierta
protección contra hongos fitopatógenos que pueden ocurrir en el sustrato o en el suelo. Esto tiene
la gran ventaja de reducir los costos de manejo fitosanitario y de evitar los riesgos de sobrepasar
los límites de residuos de pesticidas en caso de ataques severos de enfermedades, cuando la
planta está en producción. Estos productos se suelen aplicar tanto a la semilla como al sustrato,
para que los microorganismos benéficos que contienen, ocupen el vacio biológico que hay en el
sustrato y el suelo, reduciendo la proliferación de hongos patógenos que pueden atacar al cultivo.
4. Elección del sustrato y acondicionamiento.
La elección de sustrato se realiza con base en sus propiedades físicas, químicas, biológicas y costos
de adquisición. Las propiedades físicas se refieren a la proporción del diámetro de las partículas
que constituyen el sustrato, debido a que la mayoría de los sustratos están constituidos por
partículas de diferente tamaño, un ejemplo seria materiales de textura gruesa, con tamaño de
partículas superiores a 1 mm retienen cantidades reducidas de agua y presentan alta aireación.
Por el contrario, los materiales finos, con partículas inferiores a 0.5 mm retienen grandes
cantidades, la cual es difícilmente disponible para la planta y por consecuencia están mal aireados.
En cuanto a lo antes mencionado es recomendable que el sustrato tenga una mezcla de partículas
que van de 0.2 a 2 mm de diámetro ya que en este rango se retiene suficiente agua fácilmente
disponible y presentan una adecuada aireación. En
el caso de perlita el límite superior llega hasta los 4
mm y en el caso de fibra de coco apenas por
encima de 2 mm. La experiencia ha demostrado
que la fracción de 0.5 a 1 mm de diámetro,
independientemente del sustrato que se trate, es la
que contiene la mejor combinación de aireación y
agua de alta disponibilidad. Entre los sustratos más
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usados se encuentra la arena, perlita, lana de roca, turbas, fibra de coco y tezontle.
Para su desinfección se puede hacer por medio de calor manteniéndolo tapado hasta alcanzar una
temperatura de 85° C. durante 30 minutos, o por medio químico aplicándole productos que
contengan el ingrediente activo Dazomet en dosis de 30 a 40 gr por m2, el procedimiento es
humedecer el sustrato, incorporar el producto entre 20 y 40 cm de profundidad, regar, tapar. A los
8 días, destapar, remover y regar y sembrar a los 20 días para evitarle un daño a la planta
5. Proceso de llenado de charolas, siembra y tapado
Se puede utilizar turba o fibra de coco, los cuales se
humedecen con una solución de Thiodicarb-Semevín (0.5
ml/L) y Propamocarb (0.5 ml/L), como tratamiento
preventivo para plagas y enfermedades del suelo. De esta
forma queda listo el sustrato para llenar las charolas, estas
pueden ser de 128 cavidades que son las más
recomendables para no limitar el desarrollo de la planta.
Posteriormente se llenan con el sustrato de forma tal que no
quede hueca la cavidad y se dejan listas para la siembra la
cual se va a llevar a cabo en el área de punzonado del
sustrato donde se realizan los orificios para colocar la
semilla, se debe cuidar mucho la profundidad del orificio ya
que una siembra demasiado superficial dificultará el
enraizamiento y hará que la planta no se mantenga erecta. Por otro lado, una siembra demasiado
profunda será un obstáculo para la germinación, con bajas en el porcentaje de germinación y en la
uniformidad de la misma, la profundidad ideal es que el orificio sea el doble del tamaño de la
semilla. El tapado se efectúa vertiendo una capa de vermiculita sobre la charola con el fin de
mantener una humedad y aireación adecuadas para la germinación de la semilla. Las charolas
sembradas se introducen en una cámara de germinación que controla la temperatura, humedad y
la intensidad de la luz, lo cual creara el ambiente ideal para la germinación de la semilla.
Manejo de plántula en el semillero
El clima es la principal herramienta de defensa
contra plagas y enfermedades, así como para
proporcionar el medio adecuado de desarrollo y
crecimiento. Hay muchos aspectos a considerar
entre los que destacan que la planta no debe de
permanecer mojada durante la noche por el riesgo a
enfermedades, la temperatura optima para la
mayoría de las plantas se sitúa entre 20-25 ºC.,
como norma general se ventilara a los 25º C, la
humedad relativa ideal es de 50-80%.
El riego se debe realizar siempre a primera hora de
la mañana o ultima de la tarde, este de hace por
medio de carros de riego es lo más recomendable. Consigue la uniformidad en la distribución
haciendo que una franja transversal de boquillas de abanico con un caudal y presión
determinados, avance lentamente varias veces a lo largo de toda la masa de bandejas. Con este
tipo de riego debe asegurarse que el solapado de boquillas sea uniforme en todas ellas, pues un
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mal solapado provoca franjas de planta con síntomas de exceso o carencia de riego y sus
consecuencias derivadas.
6. Manejo fitosanitario
Este manejo se inicia desde la
desinfección del vivero antes de la
siembra y de un buen control de
temperatura y humedad para no
tener las condiciones adecuadas
para el desarrollo de plagas y
enfermedades
así
como
la
desinfección de charolas y sustrato,
una vez sembrado se inicia con el
control preventivo que sería la
aplicación
de
Fitotripen
(Trichoderma) 2 gr/L de agua y
Botrycid (Burkholderia cepacia) 2
cc/L de agua, se mezclan y se
aplican 3 Lt. /m2 para la prevención
de Damping off y Vercani (Basillus turingiensis), 2 gr/L de agua, para el control de lepidópteros,
posteriormente se vuelve hacer la misma aplicación vía foliar pero la dosis se reduce a la mitad.
Como último paso la planta de tomate debe salir del vivero con la aplicación de un fungicida
biológico Fitotripen (Trichoderma) 2 gr/L de agua al sustrato y un insecticida sistémico como el
Confidor o Actara (Imidacloprit) en dosis de 1 cm3/L de agua para que la protejan de una infección
de virus. Esta aplicación es indispensable hacerla por lo menos 4 días antes del trasplante para que
el producto tenga tiempo de trabajar desde el pilón.
7. Fertilización
Generalmente se inicia la fertilización cuando se tiene
arriba del 90% de emergencia y las primeras hojas
verdaderas. Se aplica fósforo, potasio, y calcio desde el
inicio; magnesio y micronutrientes (Micro Comp-mix), una
semana después, se aplica enraizado como el acido
indolacetico (AIA), en dos y hasta tres ocasiones para
inducir nuevas raíces.
El nitrógeno se dosifica muy bajo y se incrementa en la
última semana. Las dosis se especifican en gramos o
mililitros por litro de agua aplicada. En dosis bajas 0.250.50 g/L, medias 0.50-1.0 g/L y altas 1.0-1.5 g/L. se
recomienda que se aplique el fertilizante en una o en dos
pasadas de agua y dar una aplicación de pura agua para
bajar el fertilizante a la zona radicular y evitar
quemaduras de hojas.
8. Plántulas terminadas
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Para que las plántulas se consideren listas para el trasplante deben de tener una altura de 13-15
cm con cierto equilibrio entre anchura y altura, el tronco debe ser erecto y suficientemente firme,
el sistema radicular debe ser potente y con gran cantidad de pelos absorbentes, sin zonas de
raíces muertas, los tejidos de hojas y tallos deben tener cierta consistencia, por lo que soportara
mejor el trasplante, las zonas de crecimiento apical deben de mostrar crecimiento activo, la
cantidad de hojas por planta debe ser razonable, la perdida de varias hojas por planta indica la
existencia de problemas hídricos o nutricionales que pueden contraer consecuencias negativas.
Como último paso para poder mandar la planta al invernadero tendremos que pasarla por un
proceso de endurecimiento, el cual consiste en poner la planta a estrés mediante reducción de
nutrientes, radiación y agua, para forzarla a inducir raíces para una mayor exploración y a reforzar
el tallo lo cual nos va permitir que la planta al momento de trasplantarla no resienta mucho el
cambio.
9. Traslado de la plántula al invernadero.
Se debe de utilizar cajas de plástico limpias,
desinfectadas y con buena aireación, cerciorarse
que la planta no rebase la altura de la caja,
idealmente la caja debe ser un 25 % más alta que
la planta. Se sugiere transportar la plántula de
preferencia en camiones con clima controlado, la
temperatura ideal de transporte es de 13-14 oC. Si
no se cuenta con transporte refrigerado, utilizar
camión cerrado y viajar de noche, abrir las
puertas cada vez que pare algún servicio para
evitar la condensación de humedad, si se usa un
camión con lona, se deben colocar unos petates húmedos, que no escurran, justo debajo de la
lona, esto mantendrá una temperatura ideal. Si no es época de lluvia, cubrir con una maya sombra
del 70 al 80% es mejor que la lona, nunca se deben de transportar las plantas al descubierto aún
en distancias cortas, ya que el aire las deshidrata severamente.
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