SEMINARIO MAYOR SAN PEDRO DE PORTOVIEJO TEOLOGÍA INTRODUCCIÓN A LA TEOLOGÍA PATRICIO XAVIER ZAPATA NASIMBA HISTORIA DE LA TEOLOGÍA PATRÍSTICA Introducción La historia de los primeros siglos de la Iglesia nos remite a los primeros autores cristianos. En primer lugar tenemos a los padres apostólicos, así calificados por su cercanía cronológica con los Apóstoles. Su predicación y enseñanza se basará por medio de cartas y homilías. Su lenguaje es sencillo y cercano a la sociedad poco instruida. A partir del siglo segundo de la era cristiana surge la necesidad de crear una literatura de carácter apologético con el fin de defender la fe transmitida por los Apóstoles en medio de los primeros errores en la enseñanza del Evangelio. Así pues, esta necesidad de dialogar entre la fe de una nueva experiencia religiosa, totalmente distinta a la religiosidad de los pueblos grecorromanos y las primeras señales de un pensamiento factual de carácter materialista, hace que haya imbricación dialogal entre fe y pensamiento filosófico. Este diálogo factual lleva a que hasta los siglos III al V haya una sintetización de la doctrina cristiana. Así pues, vamos a tener la presencia de los primero Concilios Ecuménicos en donde se elaboraron las primeras fórmulas simbólicas en las que se sistematizaban las principales razones de fe y moral. En este sentido, nos proponemos presentar brevemente los principales aspectos de la teología patrística en la historia del pensamiento cristiano. Patrística, una historia del pensamiento cristiano entre la fe y la razón José Illanes y Josep Saranyana (1995) nos presentarán tres etapas del pensamiento patrístico. La primera etapa <<…se extiende desde fines del siglo I hasta el comienzo del siglo IV: es la época de los Padres apostólicos, de los padres apologistas, de los primeros escritores antiheréticos y de los primeros intentos de tratados o exposiciones teológicas…>> (p. XVIII). La segunda etapa es la llamada etapa de oro de la patrística, porque aquí juegan importantes factores políticos, sociales, entre estos aspectos está como base el Edicto de Milán del 313. Se goza de una paz política que garantiza el fin de las persecuciones y, como consecuencia, la maduración del pensamiento cristiano. La tercera etapa <<…se extiende hasta el siglo VIII, en el período de transición entre la Antigüedad tardía y la Edad Media>> (p XVIII). La consideración de la vocación cristiana como interés preferente de la Teología espiritual engloba en efecto aspectos cristológicos, eclesiológicos y escatológicos. A estos deben añadirse inevitablemente otros derivados de la historia general, como son la estructura del orden político, la organización y desarrollo de la sociedad, los avatares de la economía y el impacto de la cultura, puesto que nos debemos ocupar del destino último de un hombre situado dentro de un marco temporal y cambiante. (Morales, 1991, p. 838) Su consideración primordial en la vocación cristiana, a la que todos estamos llamados desde el Bautismo, es precisamente la estructuración del símbolo de la fe. La patrística, entonces, es el momento histórico de la teología en que el <<…credo fue precisado en relación con ciertas interpretaciones rechazadas como heréticas. Se trata del momento en que la fe reviste, por vez primera, forma y expresión en una elaboración humana>> (Vilanova, 1987, p. 134). Así es como podemos hablar de una misión histórica, en términos de Evangelista Vilanova, de una misión histórica de los Padres. Los Padres de la Iglesia tendrán gran influencia en la elaboración teológica de los Principales Concilio Ecuménicos de los primeros siglos. Su principales protagonistas, nos dirán Illanes y Saranyana (1995), dentro de este desarrollo doctrinal protagónico, son <<…(San Atanasio, San Basilio, San Cirilo de Jerusalén, San Juan Crisóstomo, San Ambrosio, San Jerónimo, San Agustín…)…por la ortodoxia de su doctrina y por la hondura de su santidad, la Iglesia reconoce como padres en la fe, como eslabones que unen a los cristianos de todos los tiempos…>> (p. XVIII). Como ellos mismo reconocen, como lo hace la voz de San Agustín, Obispo de Hipona, que su enseñanza sobre la fe de la Iglesia la aprendieron en la Iglesia misma. <<En el fondo, los padres fueron al mismo tiempo hijos y padres de la Iglesia>> (Vilanova, 1987, p. 135). Su pensamiento se basó en la enseñanza recibida por los Apóstoles, por lo que van a constituir la garantía del depósito de la fe. Este momento histórico concreto fue el de la Iglesia en su juventud. No su nacimiento ni sus primeros años, sino ese momento de una existencia en que se forman, en su espíritu y en su conciencia, las ideas y las grandes imágenes, las convicciones y reacciones profundas, las orientaciones y experiencias primeras, así como también las negaciones que definen las bases de un carácter, con las que se vivirá durante toda la vida. (Vilanova, 1987, p. 135) Su pensamiento teológico tiene como primera raíz la revelación, dada en la Sagrada Escritura. <<En el NT hallamos ya alguna síntesis de dicha reflexión, por ejemplo el prólogo de Juan, donde se considera al Logos en su preexistencia y en su relación con la historia hasta el punto central de su encarnación en Jesucristo>> (Vilanova, 1987, p. 137). El segundo aspecto importante en el pensamiento teológico y filosófico es la raíz helenista, sobre todo en la filosofía neoplatónica. Este pensamiento neoplatónico tiene una profunda relación soteriológica y religiosa. Por este sentido, como lo dirá Morales (1991), hace que los <<…cristianos son los hombres y mujeres que han sido llamados a creer en Jesús, a través de la Iglesia, y a seguirle. La fe y el seguimiento de Jesús supone una vocación o llamamiento a ser salvos>> (p. 840). El fin de la época patrística, como los señalan Illanes y Saranyana (1995) va a coincidir con el fin de la Edad Antigua, a inicios del Siglo V y la caída del Imperio Romano de Occidente. Conclusiones Como he tratado de resumirlo en breves rasgos a la época del desarrollo del pensamiento patrístico en la historia de la teología, hemos encontrado algunas características importantes. Su influencia en el diálogo entre fe y pensamiento filosófico. Se ha periodizado en tres momentos, del siglo I al IV, del Siglo IV al V y del siglo V al VIII. Se los considera importantes por su sistematización del contenido del pensamiento cristiano contenido en el símbolo de la fe. Los Padres de la Iglesia, por la importancia de su pensamiento y de su santidad probada y conocida, tienen gran importancia dentro del desarrollo teológico del pensamiento cristiano en los Concilios Ecuménicos. Su enseñanza, como lo dirá San Agustín se basa en hablar sobre el misterio de la Iglesia y la fe en Jesús que la recibieron en la misma Iglesia. Por lo que se convierten así en garantes y fundamentos del depósito de la fe. Vimos también que el pensamiento teológico de los Padres de la Iglesia bebe de dos fuentes, la primera del dato revelado contenido en la Sagrada Escritura. Y del pensamiento helénico de la filosofía, en especial del neoplatonismo que tiene una relación soteriológica de la salvación en la vocación cristiana. Referencias bibliográficas Illanes, J., y, Saranyana, J. (1995). Historia de la teología. Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid. Morales, J. (Marzo, 1991). La vocación cristiana en la primera patrística. Scrpta Theología: Revista de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra, volumen 23, ISSN 0036-9764, pp. 837-889. Universidad de Navarra, Navarra. Recuperado de: https://core.ac.uk/download/pdf/83564753.pdf Vilanova, E. (1987). Historia de la teología cristiana I. De los orígenes al siglo XV. Editorial Herder, Barcelona.