Subido por María Fernanda Gili

Entre el Sí y el No

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Entre el Sí y el No. La Dignidad
Te propongo un juego imaginario y si te animas, también puede ser real. Transitar un día
donde sólo digas sí a todo lo que te propongan o te pidan. Al día siguiente solo dirás no a todo
lo que te propongan y te pidan. Transitá los lugares que habitualmente recorrés. Observá los
rostros de las personas que te solicitan cosas o acciones a diarios, no dejes situación librada al
azar. Imaginá y observá que pasa en tu cuerpo mientras vas diciendo sí o no a cada una de las
personas o situaciones con las que te encontrás.
¿Qué te parece que ocurrirá? ¿ qué pasa con tu cuerpo con el solo hecho de imagninarlo?
¿Qué tenés más disponible, más a la mano? ¿ el sí o el no?. ¿Dónde queda tu capacidad de
elegir? ¿qué pasa con tu dignidad?.
Declaraciones de SI o el NO
El Sí y el No son declaraciones fundamentales de la vida, disponible para marcar nuestros
límites y para abrirnos o cerrarnos posibilidades. Muchas veces sucede que estas declaraciones
vienen de la mano de emociones muy poderosas, como el miedo o la confianza, según sea
donde estemos parados.
El habilitarnos el Sí requiere la fortaleza para aceptar lo que el otro nos propone o tal vez para
comenzar cosas que nunca antes nos habíamos permitido, por mandatos familiares, por falta
de confianza o simplemente por considerar que eso no era para nosotros.
El Sí nos habilita y genera un estado emocional orientado al futuro. Ahora, el exceso de Sí es
como una maceta con demasiados agujeros, el agua se filtra demasiado rápido y no nutre la
tierra. El exceso de Si nos deja vacíos, sin recursos, como si fuéramos una maceta con
demasiados agujeros por donde el agua pasa y se lleva todos los nutrientes. También podemos
decir que el exceso de Si, engorda en todos los sentidos porque no reconoce límites.
Por el contrario el No es una declaración que pone distancia, permite decir hasta aquí llegué. El
No cierra puertas, inhabilita propuestas. Nos cuida de los excesos. Ahora cuando sólo existe el
No pensemos ¿que pasa con nuestra vida? ¿Afuera de qué quedamos?. El puro NO nos excluye
de todo: relaciones, amistades, proyectos, trabajos. Es lo más parecido a estar muertos.
Cuantas veces por miedo a… nos quedamos paralizados en la No posibilidad. De alguna
manera el No también me engorda porque me paraliza, me deja sin movimientos.
Pareciera ser que entre el SI y el No deberíamos encontrar un punto de equilibrio que
armonice entre lo que sentimos y lo que pensamos. Ese punto se llama Identidad. Lo que
alinea, lo que nos pone en eje y libres por decidir es preguntarnos ¿Quién quiero ser en esta
vida? O mejor aún ¿qué huella quiero dejar en este mundo?. La conexión con la trascendencia
organiza las elecciones que realizo a diario, de cara a mis valores, a mis principios.
Transitar la vida sin realizarnos estas preguntas de fondo, es como vivir en una maceta llena de
agujeros donde el agua solo fluye y no nutre. Es solo sobrevivir.
Tener en claro la identidad, viene de la mano de poder elegir quien quiero ser y esa elección
me lleva a la dignidad. Una persona que vive en afinidad con la dignidad carga en su mochila el
auto respeto, la autoestima y la autoconfianza.
Entre el Si y el No, la identidad. La vida por diseño, por elección con la aceptación de sus
contingencias y circunstancias que nos lleva a vivir con dignidad.
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