INTRODUCCION FALTA DE COMUNICACIÓN ENTRE PADRE E HIJOS La mayoría de problemas del día a día de la convivencia familiar se resolverían, si nos esforzáramos por tener una buena comunicación con nuestros hijos. Hay muchas formas de hacerlo. Se puede hacer con un gesto, se puede hacer con una mirada de complicidad, se puede hacer con la palabra, escuchando música, leyendo, haciendo deporte...También nos podemos comunicar silenciosamente. Sólo contemplando unos padres junto a la cama de un hijo enfermo, mimándolo o dándole la mano vemos el máximo de comunicación. El silencio se hace necesario por el reposo de su hijo, pero la comunicación no debe faltar.1 Según una alumna de la PREPARATORIA GUASAVE DUIRNA Yuleni Gastelum Hernández dice que esta situación es muy común ya que se están perdiendo los valores por falta de confianza mutua, con muy poco respeto y convivencia familiar. Ya sea que los padres trabajan mucho, los hijos prefieren mantenerse alejados por falta de atención o pasar el tiempo en redes sociales. En otros casos el procreador de estos influye a que los pequeños corran el riesgo de caer en adicciones o en malas compañías para alejarse de los familiares.2 Según un estudio publicado por el Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz”, El ambiente familiar negativo, caracterizado por problemas de comunicación entre padres e hijos adolescentes, constituye uno de los factores de riesgo más vinculados al desarrollo de alteraciones en la salud mental en los hijos, como síntomas depresivos, ansiedad y estrés. En contraste, la comunicación familiar fluida y empática ejerce un fuerte efecto protector ante los problemas de salud mental e influye de forma positiva en el bienestar psicológico del adolescente.3 Edith Castro Perea alumna de la E.P.G.D aclaro que la problemática esta ligada con el uso innecesario de la tecnología, como la computadora, video-juegos, celulares, etc. También los padres le toman mas importancia al déficit en la economía que a los problemas en la familia que son los que en realidad afectan mutuamente.4 DESARROLLO Ya se ve que para comunicarse no se necesitan palabras, sino que se necesita afecto y que haya un clima de confianza y, ¿como conseguimos este clima? Podemos reflexionarlo, puesto que se hace muy difícil recibir la confianza de nuestros hijos si no hacemos un esfuerzo para ser acogedores y estar tranquilos y de buen humor a la hora de comunicarnos. Es imprescindible comprender a nuestros hijos; saber intuir qué les preocupa, qué nos quieren decir o qué necesitan. La base de la comunicación, es amar, interesarse por sus cosas y ayudar a que ellos solos vayan resolviendo sus dificultades. Cuando hay confianza se actúa con calma, no se improvisa y se da paz.5 Hay muchas virtudes que pueden ser útiles para ayudar a la comunicación, con el clima de confianza adecuado, que favorece el diálogo, base de la comunicación, pero se destacarían dos: la sinceridad y la discreción.6 Muchos hijos se quejan de que los padres, o bien para vanagloriarse, o bien para quejarse explican las confidencias que ellos les han hecho. Ya se ve que este sería un defecto que influiría en la confianza que nos habrían dado los hijos; nada más y nada menos sería ''ventilar'' sus emociones; tampoco los hijos entienden las ironías ni bromas sobre sus ''cosas'', por lo tanto no conviene decir lo que nos confían y tenemos que considerar que para ellos aquello es muy importante, aunque a los mayores nos pareciera de poco valor.7 Con la virtud de la discreción nace el discernimiento, para saber cuando es prudente preguntar, o cuando hace falta esperar para hacerlo, puesto que hace falta respetar la intimidad del hijo y tener paciencia para recibir la confidencia. También distinguir el momento en que es conveniente dar el consejo oportuno. Pienso que cuando un niño pequeño tiene una pataleta, ¿verdad que es muy difícil corregirlo sí nos ponemos a gritar como él y perdemos los nervios? Con los hijos mayores tenemos que hacer lo mismo, es sencillamente pasar por alto el momento de ofuscación y buscar el tiempo para dialogar con calma y serenidad. Una persona discreta no impone, no coacciona sino que observa y ayuda a mejorar reconociendo que ella también tiene defectos; por lo tanto, no se sobresalta por nada, y, con esta comprensión anima a su hijo a la sinceridad. 8 TIPOS DE COMUNICACIÓN Hay dos tipos de comunicación, una mediante las palabras y otra mediante los gestos, posturas, etc.. Comunicación verbal: la comunicación efectuada mediante las palabras, ya sean escritas o habladas, se llama comunicación verbal. Comunicación no verbal: la comunicación que se efectúa con los gestos, el tono de voz, la postura etc., es la comunicación que se llama no verbal o analógica. Principales estilos de comunicación Hay fundamentalmente tres estilos de comunicación: agresivo, pasivo y asertivo. a) Agresivo: la persona que se comunica con este estilo generalmente no tiene en cuenta la opinión del interlocutor o, si la tiene, parece que quiere imponer sus deseos sin respetar los derechos de los demás. Son manifestaciones de actitudes agresivas en la comunicación la voz alta, los gestos de amenaza, las descalificaciones, los insultos y las desconsideraciones. b) Pasivo: la persona que se comunica con este estilo acepta todo lo que el interlocutor le dice sin hacer respetar sus propias opiniones, sus propios derechos. No expresa de un modo directo a los demás sus pensamientos, sentimientos o necesidades, de manera que, al no comunicar sus deseos, no consigue resolver las situaciones de manera satisfactoria. Son síntomas de actitudes pasivas los ojos que miran hacia abajo, la voz baja, las vacilaciones, negar o quitar importancia a la situación, la postura hundida, etc. c) Asertivo: una persona utiliza un lenguaje asertivo cuando se expresa de forma que respeta tanto los derechos ajenos como los propios. Es capaz de exponer su punto de vista y defender sus derechos de una manera clara y sin hacer daño a su interlocutor. CONCLUSION Para concluir, podríamos decir que el objetivo de procurar fijarnos en la sinceridad y la discreción, es ayudar a que haya el clima de confianza adecuada que haga de los padres buenos amigos de los hijos, a quienes los hijos pueden explicar sus ideales, sus problemas, sus alegrías. Empecemos a interesarnos por lo que les preocupa de bien pequeños y así fundamentaremos la franqueza del mañana. Como que la comunicación es la base de unas buenas relaciones familiares en el próximo capítulo profundizaremos en como hemos de escuchar, en como mantener un buen diálogo y en algunos errores frecuentes que pueden malograr la comunicación entre padres y hijos. Expresamente ilustro siempre estos temas con fotografías con niños pequeños puesto que creo que los padres que se interesan por los hijos menudos, también serán capaces de comprender los cambios de humor y las inquietudes de los hijos adolescentes. BIBLIOGRAFIA 1 Victoria Cardona Romeu. Profesora y educadora familiar www.vidadefamilia.org 2 una alumna de la PREPARATORIA GUASAVE DUIRNA Yuleni Gastelum Hernández 3 Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz” 4 Edith Castro Perea alumna de la E.P.G.D 5 centros4.pntic.mec.es/candavera/.../or/html/orcomunicacion.doc 6 Ibídem 7 Ibidem 8 Ibídem