Autor: Josué Brenes Araya ProMeta LI5350 Liderazgo Ibero Latino. Semana 2 La inteligencia cultural en el liderazgo. Podemos encontrar el tema de la inteligencia es un poco difuso, ha venido en proceso de desarrollo, desde la inteligencia solo como intelecto, la posibilidad de inteligencias múltiples, la inteligencia emocional, y más últimamente la inteligencia social y cultural. Por ejemplo una definición muy tradicional de la inteligencia es presentada en una Enciclopedia de Psicología: “La inteligencia humana es la aptitud para establecer relaciones intelectuales poniendo en juego el lenguaje, y los conceptos” (OCEANO, 1998) cómo puede notarse el enfoque es meramente intelectual, lo que se conoce como CI (Coeficiente Intelectual) aunque esta misma Eciclopedia planteaba ya las inquietudes surgidas a fines de siglo XX sobre otras alternativas de inteligencia además de la mencionada, cuando indica: “la inteligencia no inteligencia no parece constituir una capacidad unitaria” (OCEANO, 1998), más adelante plantea una definición un poco más abierta al indicar que es “un conjunto de capacidades, relacionadas con el procesamiento de la información, que nos permiten desenvolvernos con éxito en un determinado ambiente”. (OCEANO, 1998) Por otro lado, para Garner la inteligencia “implica la habilidad necesaria para resolver problemas o para elaborar productos que son de importancia en un contexto cultural o en una comunidad determinada” (Gardner, 2005). Es de notar que los conceptos de ambiente y cultura ya se estaban plateando, pero siempre desde un enfoque muy cognitivo. Un autor que ahondó en otra perspectiva fue Goleman quien en libros como La inteligencia Emocional (Goleman, 2010) detalla conceptos que venía trabajando desde el siglo pasado pero que el desarrolla con mayor amplitud principalmente en la valoración del factor emocional en lo humano, pero también del aprendizaje social. Si la inteligencia se desarrolla, y no es totalmente heredada como plantea Goleman (Goleman, 2010), y la cultura es socialmente elaborada esta se puede desarrollar una inteligencia cultural. Garza, Guzman y Hernádez citando a Thomas e Inkon ofrecen una definición de inteligencia cultural que puede dar luz sobre el concepto: “ser hábil y flexible acerca del entendimiento de una cultura, aprender de las interacciones con ésta y gradualmente rediseñar el pensamiento y el comportamiento individual para hacerlo más considerado, capacitado y apropiado al interactuar con otros de diferentes culturas”. (Garza, Guzmán y Hernández., 2009) El concepto se ha venido desarrollando con el paso de tiempo y las investigaciones dada la naturaleza compleja del ser humano, que “puede percibir e interpretar de manera diferente, un mismo objeto, situación, o persona” (Chiavenato, 1992). Esta naturaleza compleja es evidente en la gran variedad de culturas y subculturas que se pueden observar en yuxtaposición en este mundo globalizado. Importancia de la inteligencia cultural en el liderazgo. Es evidente de acuerdo a lo dicho con anterioridad que la inteligencia cultural habilita para el entendimiento e interacción dentro de la, o las culturas, sean estas organizacionales, locales, nacionales, étnicas, etc., y de ahí su importancia para un liderazgo relevante que pueda realizar un impacto positivo en el grupo en que realice su obra de influencia, en medio de la incertidumbre, vertiginosidad y complejidad presente que se encamina hacia la sociedad del conocimiento (Anzorena, 2019). Autor: Josué Brenes Araya ProMeta LI5350 Liderazgo Ibero Latino. Semana 2 Si antes se habló de diferentes concepciones sobre inteligencia, lo mismo se puede decir sobre liderazgo, existe una cantidad amplia de perspectivas sobre el mismo que muchas veces lo lleva a relacionar con conceptos como magnagement, gerenciamiento o conducción (Anzorena, 2019). De ahí que se usará como base la definición ofrecida en La guía didáctica del Curso Liderazgo Ibero y Latino de Prometa, que rescata la dada El Programa de Investigación sobre Liderazgo Global y Efectividad del Comportamiento Organizacional una de las investigaciones más relevantes y actuales sobre el tema, esta es planteada así: “La habilidad de un individuo para influenciar, motivar y capacitar a otros a contribuir hacia la efectividad y éxito de las organizaciones de las cuales ellos son miembros”. (PROMETA, 2020) Esta definición ofrece una amplitud adecuada para los efectos del presente documento. Se puede afirmar que existen elementos determinantes en el liderazgo, este se realiza con personas y por lo tanto dentro de un grupo social y cultura. Tiene objetivos claros como influenciar, motivar y capacitar. El liderazgo no es un agente externo sino interno, de ahí que no escapa a una realidad es influenciado e influencia la cultura en la cual está inmerso. El liderazgo es influenciado a través de los prototipos de liderazgo establecidos en la cultura donde se desenvuelve, y esta a su vez es influenciada por el liderazgo en ejecución (Moreno, 2002), de ahí que la inteligencia cultural es importante en primer lugar para determinar los prototipos que le influencian, y específicamente el caso de líder con valores cristianos o que realiza su labor dentro del ministerio cristiano, determinar si estos son consecuentes con las sagradas escrituras. Y, por otro lado, entender y relacionarse con la cultura de modo que pueda influenciarla, siendo así un agente de cambio realmente relevante para los propósitos del reino de Dios. Es así que, esta relación de ambos lados se asemeja a lo que se conoce como el círculo hermenéutico, y por lo tanto se puede hablar de una Hermenéutica de la cultura, que ofrezca la oportunidad de interpretar la misma y ser interpretado, o más bien comunicar adecuadamente dentro del espacio social donde está localizado. Es así, que un desarrollo adecuado de la inteligencia cultural se vuelve requisito primario para una hermenéutica de la cultura y una buena práxis del liderazgo, al ser conscientes de los prototipos que le han influido, y ser sensibles a los cambios necesarios que deben realizarse para una influencia que produzca transformación. En conclusión, las teorías de inteligencia actuales permiten una percepción más inclusiva de otro tipo de competencias que no sean solo las de orden intelectual, y que permitan un liderazgo más acorde con los tiempos de cambio que se viven en el presente. La idea subyacente de que las emociones son un factor relevante, permiten afirmar que la motivación puede ser un factor categórico en el desarrollo de la inteligencia cultural; en otras palabras un líder con el deseo suficiente no está determinado genéticamente para ser parte de una cultura o realizar un tipo particular de liderazgo, puede cambiar. Más bien debe tener consciencia de haber sido influenciado por su socialización a través de la cultura para seguir un prototipo particular, y por lo tanto es susceptible no solo de hacer los cambios dentro de si mismo, sino dentro de su espacio de influencia. Autor: Josué Brenes Araya ProMeta LI5350 Liderazgo Ibero Latino. Semana 2 Bibliografía Anzorena, O. (2019). Lider-Coach. Un modelo para el liderazgo y el coaching organizacional. Buenos Aires: Granica. Chiavenato, I. (1992). Administración de recursos humanos. México: McGraw Hill. Gardner, H. (2005). Inteligencias Multiples. La teoría en la práctica. Barcelona: Paidós Surcos 16. Garza, Guzmán y Hernández. (2009). Consideraciones culturales y personales en torno a las negociaciones internacionales. REVISTA GLOBALIZACIÓN, COMPETITIVIDAD Y GOBERNABILIDAD, 65-89. Goleman, D. (2010). La inteligencia emocional. Porqué es más importante que el coeficiente intelectual. México: Zeta. Moreno, F. (2002). Cultura y liderazgo, una relación multifacética. Boletin de Psicología, 54-55. OCEANO. (1998). Enciclopedia de Psicología, Tomo II. Barcelona: GRUPO EDITORIAL OCEANO. PROMETA. (2020). https://campus.pro-meta.org. Obtenido de https://campus.pro-meta.org: https://campus.prometa.org/pluginfile.php/9743/mod_resource/content/2/Guía%20didáctica.pdf